Mauricio Rosencof, escritor uruguayo

RosencofEscritor uruguayo. Uno de los autores contemporáneos de éste país con más repercusión internacional. Es en Montevideo donde ha desarrollado los dos aspectos que son constitutivos de su obra: el teatro y la política. Nació en Florida y, tras una corta carrera como periodista y actor, se decantó por la dramaturgia con el estreno en 1960 de su primera obra, El Gran Tuleque. Fundador de la Unión de Juventudes Comunistas y dirigente del Movimiento Nacional de Liberación Tupamaro, en 1972 fue detenido y torturado brutalmente. Tras el golpe de Estado de 1973 fue declarado "rehén" junto a ocho reclusos más. Permanecer en ese estado suponía la muerte inmediata si algún acto exterior amenazaba la seguridad de las Fuerzas Armadas. Tras doce años de cárcel y horror, que no lograron acabar ni con el hombre ni con el dramaturgo, fue liberado en 1985. Su estancia en la cárcel está documentada detalladamente en los tres tomos que escribió con E. Fernández Huidobro titulados Memorias del calabozo. Actualmente trabaja y reside en Montevideo y algunas temporadas en Estocolmo y Madrid. En su teatro se puede apreciar el juego de contrarios que genera las tramas: poesía y violencia, ternura y dolor, conciencia y delirio. Es un autor imprescindible en el panorama del teatro en castellano contemporáneo. Algunas de sus obras más representativas son: La valija(1961), Los caballos (1967), El saco de Antonio (1985), El lujo que espera (1986), El regreso del Gran Tuleque (1987) y La margarita (1994). Ha escrito también varias novelas, entre ellas Vincha brava, El batarazy Las cartas que no llegaron, de los libros de relatos para niños Las leyendas del abuelo de la tarde yPiedritas bajo la almohada, y del poemario Conversaciones con la alpargata.

La margarita (fragmento)
" La vi una mañana cuando iba al almacén;
la calle estaba llena de verano.
Llevaba un vestidito tan liviano
que el corazón se me fue para la sien.

Me sentí en el aire, sin sostén,
y un sudor tibio humedeció mi mano
cuando se fue con su pasito tan ufano
coqueteando la pollera en un vaivén.

Fue como si me hubiera dado cita;
desde entonces, a esa hora, la esperé.
Ella sin hablarme comprendió mis cuitas

y a veces me miraba con un no sé qué.
me enteré que se llamaba Margarita
y sin deshojarla supe que la amé. "



Nepo
Tenía
un garabato en la cabeza
y el andar tranquilo.
Nos miramos de lejos,
sin poder hablar.
Sólo esa seña de "bien"
que de tanto uso tiene voz.
Bien, hermano, bien, decía
con la muerte en los labios.
Bien,  hermano, bien. Adiós


Te acordás
¿Te acordás, Ñata,
del Parque Rodó?
La noche rondando
        los faroles
                 silenciosa,
y en un banco 
                 acurrucados
                  vos y yo
¡Se esfumaron
tantas cosas, Ñata!
Y eso...Eso no.
                                                                                                                            




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