ENTREVISTA A VÍCTOR HEREDIA

"Nunca nadie me maniató musicalmente"

El cantautor presentará su nuevo disco Algún día con un recital en el Teatro Ópera. Dice que se ve obligado a cantar los clásicos de siempre.


         
Por:
Luciano Peralta

Su casa es una edificación de 1927 de techos altos, ambientes espaciosos, decorados con sobriedad, grandes ventanas que dejan entra una luz tenue y agradable que dan a un patio trasero pequeño donde la enamorada del muro abraza todo de verde. Ahí mismo, Víctor Heredia posa luego de la entrevista con la paciencia que parece haberle dado 46 años de carrera. "Tranquila, estoy casado con una fotógrafa, estoy acostumbrado", dice, con una sonrisa en boca que le achina los ojos, a la fotógrafa de Tiempo Argentino que se toma su tiempo para encuadrar al hombre que está en plena época de ensayos: el viernes 12 de abril presenta en el Teatro Opera Citi su último disco, Algún día.
Mientras cuenta que anduvo en los últimos días por Plottier, provincia de Neuquén, para después ir a Tucumán, y luego volver a Neuquén, Víctor se acomoda en su sillón para la entrevista. "¿A qué están aferrados estos tipos? A sus egoísmos...", dice y la charla sobre política surge natural, como su música, es parte de un mismo sentimiento artístico para él.
Víctor nació en Buenos Aires el 24 de enero de 1947. Comenzó a estudiar música y a componer desde que tiene memoria. Ha grabado con artistas de la talla de Joan Manuel Serrat, Mercedes Sosa, León Gieco, Milton Nascimento, el Cuarteto Zupay, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, entre otros. Víctor Manuel, Alberto Cortez, Divididos, Alejandro Lerner y Jairo. La lista es cuantiosa.  Como la de sus éxitos. "Todavía Cantamos", "Sobreviviendo", "Bailando con tu sombra (Alelí)", "Coraje", "Razón de vivir", "Amanecer frente a tu casa", "Esa libertad que soñamos", "El viejo Matías", "Ojos de cielo" o "Dulce Daniela" y álbumes como Taki Ongoy, de 1986, que Heredia compuso como obra conceptual que recuerda este movimiento y la lucha de los pueblos americanos por su libertad. En 2003 editó el álbum Argentina quiere cantar, que registró una serie de conciertos que brindó junto a Mercedes Sosa y León Gieco. En 1967 se presentó en Cosquín, donde ganó el premio Revelación Juvenil con la zamba “Para cobrar altura”, de su autoría y durante dos años se presentó con figuras del folklore en todos los festivales del género. Después de dos años de su debut en Cosquín, en 1969 recibió el premio Consagración. 
El mismo año compuso El viejo Matías, disco que superó las 500 mil copias vendidas. En 1972 participó en el Festival Internacional de Agua Dulce, Perú, donde ganó el premio al mejor intérprete. También asistió a los festivales de OTI en España y de Viña del Mar, Chile. Durante 1972 y 1973 compuso la música para los poemas del poeta chileno Pablo Neruda y en 1975 realizó una gira por Venezuela, Colombia y México. En 1978 se exilió a España donde grabó dos discos de larga duración. En 1982 se presentó en el Estadio Obras junto al Cuarteto Vocal Zupay y en 1984 volvió a Cosquín. El mismo año fue invitado a participar de los recitales de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en Obras Sanitarias. Y hoy ya es un referente.

–¿Te molesta que digan que tocás siempre las mismas canciones?
–Si se lo preguntaras a Paul (Mc Cartney) ¿Qué te diría? ¡Tengo que tocarlas! Yo como espectador quiero que toquen los éxitos. No se puede no tocar esos temas. La masa me empieza a corear las canciones y yo respondo. ¿Garpaste la butaca? Tenés  que exigir que te den lo que te gusta. Te querés matar si se va el artista sin tocar ese tema tan esperado. Si no te sentís parte de ese coro multitudinario que lo va a acompañar, se siente un vacío. 
–¿Pero sentís la presión?
–A veces vengo esquivando "El viejo Matías", lo vengo esquivando, pero ya me lo gritan con bronca. Y tienen razón. La tenés que cantar. Si aprendí algo en 46 años de carrera fue a no olvidarme de "Todavía cantamos", "Razón de vivir", "Ojos de cielo". Son parte del inconsciente colectivo. Es una traición si no. Lo mejor que ha pasado entre la gente y yo son esos temas. Me doy el gusto de hacer todo mi repertorio. Pero la televisión es cruel. Una hora de concierto, lo cortan y pasan siempre los mismos. Yo no me reniego.
–¿Tenés más libertad creativa ahora?
–Siempre hice lo que quise. Nunca nadie me maniató musicalmente. Cuando saqué "El viejo Matías", me dijeron que era aburrida y triste; yo le dije "bueno, ponela del lado B", pero es una canción tremenda y se hizo lugar. Seis minutos que cuentan la vida de un tipo.  «
–¿Hoy los nuevos músicos son igual de profesionales que los de ayer?
–Son muy profesionales, serios. En cuanto a la creación musical hay una base de cómo se hacen las cosas que puso la vara alto; si miran a Spinetta, a Fito, no pueden hacer menos. Quizás a veces habría que estar más atento con los mensajes de las canciones, no quedarnos en cosas banales, pero bueno.
–¿Quiénes te gustan?
–Me gustan Raly Barrionuevo, Abel Pintos, que le cambiaría el repertorio, pero bueno es la elección que él tomó, es un gran profesional. Franco Luciani que es un armoniquista me encanta, y tantos otros. Hay muy buenos músicos en nuestro país.
–¿Falta compromiso político?
–Puede ser. Pero no en todos los casos. Porque hay ya instalado unas reglas generales que no pueden desaparecer. Yo me doy cuenta que no se puede modificar el curso social y político que tomado nuestro país y Latinoamérica. Este tiempo sin figuras tan fuertes como Chávez o el propio Kirchner, me dio la pauta que esto, por suerte va a continuar por esta senda. El peso de su opinión, aunque algunos intentaban menoscabarlos, era sustancial. Y hoy las ideas principales de su modelos y su forma de hacer política, pensando en los que menos tienen, y el rol de un Estado presente, hace que todos estemos de acuerdo en ciertos puntos, en los que hasta los representantes más retrógrados no pueden volver atrás. Por suerte.
–¿Por qué pensás que es así?
–El pueblo no se equivoca, la oposición no tiene argumentos valiosos en contra de lo que se está haciendo; no tiene propuestas, la gente se da cuenta de  la banalidad del invento y debate falso. Porque por delante hay realidades, y otras variables de ajustes, distintas a gobiernos anteriores. «
 
 
 
 
"le dedicamos mucho tiempo a este disco, no lo quería soltar"
El nuevo trabajo de Víctor Heredia se llama Algún día. Son diez canciones inéditas que siguen el estilo del autor, que juega entre la crónica y el cuento hecho canción para dar su mirada sobre la sociedad Argentina. 
En esta ocasión acompañaron al cantante los músicos Panchi Quesada en guitarras, Ricardo Zielinski en bajo, Gustavo López en batería, Gabino Fernández en teclados y saxo, y Babú Cerviño en teclados; además de Daniel Homer, Fernando Nurnberg, Luis Gurevich y Lito Vitale, que fueron invitados  de lujo en algunos de los temas.
Sólo con los nombres de las canciones uno puede darse cuenta qué tipo de trovas va escuchar: "Cenizas de ayer", "Algún día", "Breve historia de las Malvinas", "Canción censurada", "Ahora", "Los ojos del Che", "La fiesta terminó", "La veleta de Armando", "Momento", "Vuela conmigo".
–¿Por qué fue Algún día y no otro tema el que le dio nombre al disco?
–Esas cosas son simples; algún día, y no otro, reflejaba el sentimiento más auténtico que yo tenía cuando empecé a hacer este disco. Algunas son canciones que son, se puede decir, viejitas. Las escribí tres o cuatro años atrás. Le dedicamos mucho tiempo a este disco. No lo quería soltar, quería tener intervención y opinión en cada detalle, acción directo en cada una de las notas y que tenga el sonido de mi banda, identificable. Muchas horas, días, tardes enteras trabajando. Que me gusta esa guitarra, fijate el bajo. Pero finalmente logré desprenderme. La temática de los temas son muy Heredia…
Hay de todo. Desde mi opinión a historias inventadas. En una canción cuento mi relación con el tango, con mi padre y el tango, pero algunas veces alguna fantasea con salirse del personaje y ahí está, también reflejada esa fantasía. Alguien habla, cuenta su historia, su historia compartida en un par de acordes. No siempre soy yo. La fiesta terminó, es un amor que muere: es paso taconeo y adiós. Pero le canto al Che, a la memoria, la justicia y la verdad. Le canto a aquellos que siguen aferrados a sus egoísmos. 
Asumir el riesgo de un camino compartido entre mis creaciones de ficción y mi más sincero punto de vista sobre la vida es algo que aprendí hacer hace tiempo. Este nuevo disco es muestra de eso.
 
 
 
el asunto a resolver: las malvinas
En los seis minutos de su canción "Breve historia de las Malvinas", Víctor Heredia concentró las razones y motivos por los cuales, más allá de la cercanía geográfica las islas, son por derecho histórico argentinas.

–¿Cómo surgió la idea de este tema?
–Me lo preguntó mi hijo Camilo, ¿por qué hay ingleses si es Argentina? Para un niño es absurdo. Me costó en un principio explicarlo, porque es complejo explicar las ansias colonialistas, pero de a poco se lo fui contestando, y se fue armando un argumento apasionante. Fui confirmando algunos datos que tenía por ahí. Hace un tiempo se comenzó por parte de la diplomacia Argentina una real actividad por defender el derecho que tenemos. Esa acción se replica y se ve que se charla en los colegios, como en otros ámbitos, por eso mi hijo me lo vino a decir. Y, además, creo que no le rendimos el homenaje merecido a los chicos que pelearon y eso siempre me va a doler. Los que fueron a poner el cuerpo ahí recién ahora la gente empieza a visualizar lo que han hecho. Volver de noche a escondidas no habrá sido bueno para ellos. Por eso,  esta canción explica que más allá de los genocidas, la lucha era justa. Esta canción es para ellos. Es para todos, pero especialmente para esos pibes.
–¿Qué opinión tenés del referéndum que hubo en las islas impulsado por el primer ministro inglés David Cameron?
–Ridículo. Es obvio: los kelpers no se sienten ocupantes, pero la realidad es que están viviendo en nuestra tierra. La gente que ocupa una casa si le preguntás te va a decir que se quiere quedar, pero la casa es de otro. Es así. A la que corresponde dejar de usufructuar nuestro petróleo, nuestra tierra, nuestro mar es a la corona británica. No queda mucho más por decir.
 
 
 
 
una novela de heredia pasará a ser película
DEL LIBRO A LA PANTALLA. En 2004 incursionó en la literatura y publicó la novela Alguien aquí conmigo, a la cual le siguió Rincón del diablo dos años después. Este año saldrá Los Perros. Pero este año es especial para Víctor Heredia ya que su faceta literaria, quizá la menos conocida, llegará al cine: se filmará la película de Mera vida, otras de sus novelas. "A mitad de año empezaremos a filmar" afirma Víctor, "estoy contento; van a trabajar Federico Luppi, Mercedes Morán y Darío Grandinetti, seguro". 
Heredia estará adaptando el guión para hacerlo más "apto para contarlo en imágenes". Es la historia de un personaje llamado Gallo Belawsky, un abogado entrado en años que por amor queda preso de una historia, que se da en las márgenes de la ciudad, pero también de la sociedad. Casi sin darse cuenta, y arrebatado detrás de la muy joven Clarita, Gallo pasa a formar parte de una familia bastante particular: ahí están Chapita, el Mula, Pinito, todos personajes a los que el destino parece haberles soltado la mano. 
"Es una novela que toma forma en ese borde en el que el género policial se ancla también en el testimonio de un tejido social que va perdiendo sus redes de contención, y con ellas también sus reparos" dice orgulloso el autor.

Fuente:: "Tiempo Argentino"

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