Sahal Gul y el Destino de las Mujeres de Afganistán


Sahar Gul

Vendida en matrimonio forzado a los 12 años, Sahar Gul vivía en la casa de los horrores. Familiares de su marido la encadenaron en el sótano, la golpearon con tubos de hierro al rojo vivo, la privaron de comida y le arrancaron todas las uñas cuando se negó a prostituirse para ellos.

La sentencia que condenaba a sus agresores quedó reducida a un mísero año, ¡y ahora están libres de nuevo! Peor aún, la Cámara Baja del Parlamento afgano acaba de aprobar un proyecto de ley que prohibiría a los familiares de los agresores testificar ante un tribunal. Esto impediría que se hiciera justicia con innumerables niñas y mujeres.

Siendo una niña, el hermano de Sahar Gul la vendió por 5.000 dólares, entregándola a un hogar en el que sufrió terribles abusos. Cuando finalmente fue rescatada, la tortura la había dejado tan débil que salió de su prisión del sótano en una carretilla. El año pasado, sus verdugos fueron condenados a penas de 10 años pero un juez los acaba de dejar libres.

Las mujeres afganas han quedado en el olvido. Ninguno de los países desarrollados que colabora con millones de dólares a la reconstrucción de Afganistán, le exije al gobierno de ese país que mejore la situación de las mujeres.

Ya en la escuela, Sahar Gul está ahora reconstruyendo su vida a base de coraje – su sueño es dirigir algún día una organización de derechos de la mujer. Su fortaleza de espíritu encarna la esperanza de un futuro mejor para las mujeres y niñas de Afganistán y de todo el mundo.

Grupos de defensa de los derechos de las mujeres en Afganistán, horrorizados ante el retroceso de dichos derechos, han estado siguiendo activamente el caso de Sahar Gul y están trabajando para evitar que se prohíba a los familiares testificar contra los agresores de las víctimas.

Lo que duele en Afganistán, duele en todo el mundo. Sin importar el Dios en el que creamos- sin importar si creemos en Dios-  le duele a cada mujer consciente de que nuestro destino es común y por ahora, es muy violento. El Patriarcado es aliado de la guerra, de las democracias que reproducen la pobreza y la exclusión, del capitalismo y hasta de la cooperación internacional, que le permite a una parte del mundo legitimar la opresión sin sentirse tan culpables.

Tomado de: Mariposas en la Tormenta

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