El Padre Cacho, un cacho de amor


brindis
PADRE CACHO  Su infancia
Nació en Montevideo el 15 de mayo de 1929. Hijo de Don Dámaso Alonso (maestro panadero) y Doña María Candelaria (ama de casa y costurera). En sus primeros años de vida tuvo algunos problemas de salud que requirieron mayores cuidados  de sus padres y atención médica. Desde pequeño tomaba aceite de bacalao para fortificarse, pues sus problemas eran bronco pulmonares y de oídos, esto determinó que comenzara sus estudios en una escuela al aire libre en las calles 8 de octubre y Centenario. Allí cursó 1º y 2º año, una vez obtenida el alta médica pasó a la escuela normal concurriendo al Colegio Maristas, por becas conseguidas por su padre. Desde niño y en su época de estudiante fue un poco travieso. En el entorno familiar se le decía “Chiquito” , apodo que se mantuvo pues su hermano menor, nace cuando el contaba con 4 años. Más tarde en la época estudiantil le llamaban “Cachete” en la deformación le quedó “Cacho”.  En su infancia buscaba siempre estar cerca de la figura de su padre Don Dámaso, hombre de gran tolerancia y de gran fe. La secundaria la comenzó en el Colegio Pío (Villa Colón). A los 12 años ingresó al Seminario Salesiano del Manga.

Su vocación religiosa
Su vocación religiosa, ya la traía implícita desde su casa, ya que su padre luego de trabajar en la Panadería como maestro panadero, pasaba por la Iglesia de su barrio (Monseñor Ricardo Isasa), para preparar los distintos paquetes de ayudas a los más carenciados. Indudablemente ese camino de solidaridad, Cacho lo fue calibrando desde muy pequeño. Su idea inicial era entrar en la Congregación Jesuita, lo que fue disuadido por familiares y amigos cercanos ya que su estado delicado de salud no le permitiría continuar exponiéndose a los distintos sacrificios que esa congregación le marcara. Es allí que decide seguir sus estudios en el Seminario del Manga (Salesianos) , para luego marchar a Córdoba y ordenarse sacerdote allí, en el año 1959, haciendo la confirmación en el Maturana (Montevideo) en diciembre de ese mismo año. Luego de pasar por Salto y Paysandú (Nuestra Señora del Rosario) en la década del 60, siente que de alguna manera el encuentro con Jesús lo iba a tener en algún barrio carenciado. Para la década del 70 se lo encontraría haciendo su primera experiencia de convivencia en un barrio pobre de Rivera (Pueblo Nuevo) con dos sacerdotes más. Ellos eran Eulalio Landa y José Carcabelos. Esta experiencia fue abortada por problemas de enfermedad de Landa quién sufre una regresión psicológica que lo lleva a requerir atención médica en Montevideo. Otro de los motivos del no poder concretar esa experiencia fue que Cacho y sus compañeros recibían de parte de las autoridades defactas  de aquellos tiempos (dictadura) una persecución por el compromiso de opción por los pobres, creando conciencia en sus derechos avasallados. Cacho decide en común acuerdo con el Arzobispo de Montevideo Mons. Carlos Parteli , continuar esa experiencia desde una Parroquia inserta en un contexto de extrema pobreza en el Barrio Marconi (Sagrados Corazones de Jesús , más conocida por Parroquia Possolo) , a metros de la Cancha de Peñarol, Las Acacias.

Su llegada al barrio Plácido Ellauri, su enfermedad y sepelio.
Luego de concretar sus exploraciones por el barrio, Cacho es invitado a vivir en el Plácido Ellauri por losvecinos. Para ello fue fundamental Dora Paredes (vecina del Plácido que tenía un merendero en su casa, quién iba a la parroquia en la que se encontraba Cacho a buscar la leche en polvo). El Padre Cacho llega como un vecino más , al poco tiempo se requiere de su ayuda por parte de unos vecinos de Timbúes y Aparicio Saravia quienes estaban amenazados de ser desalojados del terreno en que se encontraban, es allí que Cacho se pone en contacto con dos sacerdotes amigos que estaban formando un grupo de ayuda en Stella Maris de Carrasco , los padres Ramírez y Daniel Bazzano, logran encausar la ayuda de este grupo (Juntos Podemos), al frente del mismo se encontraba Elisita Bordaberry  y otras personas más que ayudan para comprar los terrenos , las primeras herramientas y las bloqueras con las cuales se hacen los bloques para levantar el Centro Comunal San Vicente, lugar este que se tomaría para las reuniones del barrio , lugar para lavar la ropa en los grandes piletones y diseñar las primeras casitas de los vecinos , quienes en gran parte desarrollaban la tarea de clasificadores de residuos. Con el tiempo Cacho tiene que ver con ocho comunidades más con la construcción de sus viviendas, talleres de herrería, Cestería, veterinaria, guarderías y muchos emprendimientos más entre ellos la cooperativa de clasificadores.

Con el tiempo el Padre Cacho enferma, y luego de un retiro en la Parroquia Possolo, marcharía al Hogar Sacerdotal en un retiro definitivo. Allí se rencontraría con la escritura y la pintura como forma de distracción a la grabe enfermedad que lo aquejaba. Un 4 de setiembre de 1992, Cacho moría, encontrando de alguna forma concretar lo que su vocación le dictaba. Su velatorio se desarrollaría en la Parroquia que lo viera llegar en el año 1977 (Parroquia Possolo) , su entierro sería en el Cementerio del Norte, no sin antes ser colocado el cajón en un carrito de clasificadores con la bandera uruguaya encima y ser paseado por todas la comunidades en las que había tenido que ver su entrega …niños , mujeres y hombres curtidos, lloraban a este Santo viéndolos pasar en un ultimo viaje por el barrio, la tristeza hacía dibujar en las calles del cinturón de la pobreza uruguaya, como marchaban tras ese carro humilde, más de 4.000 personas , más de 40 carritos y el cuerpo de un Santo que ganaba la inmortalidad.

(Estos testimonios, como otros de tanta gente que conviviera con este Santo, pueden encontrarlo en el Libro “UN CACHO DE DIOS”  , o buscar información en www.raicesuruguay.com)


VIOLETA BORTHAGARAY
Conoce a Cacho en el año 1986, integrándose por intermedio del proyecto para pre escolares. Desde esa labor y luego desempeñando la tarea de secretaria, acompaña a Cacho en sus últimos días en el Hogar Sacerdotal.
“Conocí al Padre Cacho en el año 86, cuando retorné al país. Yo le presenté un proyecto para trabajar con niños pre escolares, que resultó ser lo que Cacho andaba buscando. Ese proyecto lo iniciamos con 20 niños y terminamos en el año 1993 con 120. Comenzamos en una construcción de 5m x 5m  y finalmente fuimos a  un hermoso edificio, construido a tal fin, financiado por la Obra del Padre Cacho. El padre conocía mucho de educación y sobre todo de educación popular, concepto que aplicó en todas las áreas en que se trabajó en la organización San Vicente. Todo el barrio conocía el proyecto como "la guardería del Padre Cacho", sin embargo era algo mucho más ambicioso, era un centro de integración y generador hacia la familia, mientras tratábamos de formar al niño en su maduración y socialización para su ingreso a la escuela. Acompañábamos a la madre a desarrollarse y educarse como persona en su rol. El padre nos visitaba siempre, recorría todos los proyectos que había en la organización como la mimbrería, panadería, herrería, bloquera, cooperativa de viviendas etc. Ninguna de las personas que trabajamos con él, podemos decir que en algún momento nos sentimos solos, él siempre tenía un espacio para escucharnos sobre el trabajo o nuestra vida personal. Cacho por sobre toda las cosas, quería a los vecinos, su compromiso era con los vecinos, la prueba más grande de ello, es que deja la parroquia (con el permiso de monseñor Carlos Parteli), y se va a vivir al "cantegril", en un rancho, a pasar las mismas necesidades, los mismos fríos, las mismas privaciones, a ser uno más. Se ha escrito mucho sobre el Padre Cacho y todos coincidimos que era un hombre muy bueno, eso es indiscutible, para mi personalmente era un santo. Pero además de eso era muy inteligente. Sabía para donde se debía caminar para llegar a la liberación del hombre, que en definitiva era su sueño. La cual concebía a partir de, un sujeto con trabajo, con familia, con proyectos de vidas, en resumen un hombre digno. Por más ofertas que tuvo, y fueron muchas, de financiamiento de los proyectos, tanto del sector público como privado, nunca dio un paso sin consultar con los vecinos y sin haberlo trabajado y elaborado, sin que hubiera un proceso con el vecino. Por  ejemplo, el caso de las viviendas que se hicieron en el programa San Vicente, ninguna se enajenó o se perdió. Porque todos sus habitantes tuvieron un proceso de crecimiento personal y colectivo. El sueño de Cacho era tomar al individuo desde que nace, (en la guardería se tomaban los niños al mes y medio) y luego a la escuela y el club de niños, o los talleres o se apoyaba a los que iban al liceo, lo importante  era que no tuvieran horas de ocio, que siempre hubiera algo para hacer, para el lo primordial era que fueran hombres y mujeres de bien, ya fuera en la zona o fuera de allí. Nunca discriminó a nadie por la forma de pensar, Cacho sabía que mi familia y  yo no éramos cristianos. Nunca me preguntó nada, al contrario, cuando mis hijos de 9 y 10 años le pidieron que los bautizara, los preparó con mucho amor y lo hizo. Hoy, hombres, son buenos cristianos. Jamás buscó protagonismo, por el contrario una vez, se organizó un recital enorme en el cantegril, en el que cantó Daniel Viglietti, para juntar fondos destinados a la construcción del nuevo edificio de la guardería. Todo el mundo preguntaba por el Padre, y no estaba. Sin duda estaba en algún rancho mirando el espectáculo, lejos de los micrófonos y las cámaras. Estuve con el Padre Cacho hasta el final. Los últimos tiempos estuvo dedicado a la meditación. No solo yo, también lo acompañaron Cristina Mary y Carlos Golovchenko, entre otros. Para mi fue una época maravillosa pese al gran dolor por su estado de salud, porque por el conocí a Jesús. Cuando el falleció, yo ya era cristiana. Cacho era por sobre todas las cosas, un hombre de Dios.”

mdolores rodriguezMaría Dolores Rodríguez “Lola”
Vecina de la otra parte del barrio, dijera Cacho “la de las casas lindas”…se involucra a la obra trabajando en forma voluntaria en varias tareas, dentro de ellas la de sacar las partidas de nacimiento para los niños indocumentados del barrio, el equipo de fútbol de niños y muchas más, desde adentro, siendo parte transitó desde el año 1985 hasta la muerte de Cacho en el año 1992 en lo que es la tarea solidaria.
“Vine al barrio con 14 años, andaba por cumplir  los 15…primero vinieron mis padres yo me quedé un tiempo más  con la familia que trabajaba en Punta Gorda…tenía 10 años y cuidaba la niña de ellos. Después a los 14 años me vine con mis padres para el barrio, mi papá trabajaba en la Panadería Ituzaingó en Maroñas…Cuando yo llegué los únicos ranchitos que existían eran el de la famosa vieja “Calacha” como le decían los gurises y el viejito de los gallos. En Timbúes y Aparicio Saravia para enfrente eran campos con norias y el que vivía entonces por aquellos años era el padre de “Pantera”…Después con el tiempo comenzó a poblarse con gente que venía del interior principalmente, luego comenzaría el fenómeno de los carritos, con sus clasificadores…el que no tenía carro con caballo, salía en el carrito de mano, eso sería por 1950.
Venía gente del interior, así como personas que no podían pagar un alquiler…eran gente de trabajo…gente bien como uno, la diferencia que existía era que nosotros éramos los vecinos de Aparicio Saravia de las “casitas lindas”, como decía Cacho. Como vecinos del barrio conocíamos todo lo que pasaba en el barrio, incluso conocí al “Chueco” Maciel , cuando hacía alguna “pillada” , cuando robaban los camiones del lechero o el chanchero y sacaba y repartía con la gente, se sentaba ahí en el campo y repartía “abierto” …el no vendía nada, lo regalaba, compartía con la gente. Yo pienso que era un muchacho que como vivía la necesidad, el veía la necesidad en la gente de su entorno…el de los gurises. El con el barrio jamás se metía, el no se metía con el vecino…iba a lo grande con aquel que tendría algún seguro y de esa forma podía ayudar a la gente. Cacho con el tiempo llegaría al barrio Plácido Ellauri el vivió sus primeros tiempos allí…En casa yo  tenía un kiosco de Quinielas, de alguna manera la gente del San Vicente venían a diario, por eso yo estaba al tanto de lo que pasaba y los logros que se iban consiguiendo con la venida de Cacho. La primera vez que me entero de Cacho fue cuando querían desalojar a la gente que vivía en los ranchitos, estaba la policía, la gente decía ¡Está el Padre Cacho y nos está ayudando! Luego apareció Meco Medici y mucha gente que colaboraba en forma voluntaria… lo primero que se hizo en San Vicente fue el Salón Comunal,
para poder hacer las reuniones …recuerdo cuando no existía nada de eso la gente se reunía debajo del Ombú junto con Cacho…aun existe ese ombú en San Vicente …el actúa como un escudo del Barrio. Yo me integro a trabajar junto a los vecinos por el año 1985, resulta que viene una vecina a jugar a la quiniela, y estaba mi madre que había venido de San Carlos…recuerdo que Cacho luego de impulsar el Centro Comunal, se hizo la policlínica entonces esa vecina me dice: “porque no venís ayudarnos en la policlínica”…entonces acepto. Una de las tareas que tenía, era limpiar la policlínica y en el Centro Comunal entregábamos los números, ayudábamos a los médicos que venían a atender en la policlínica. Al tiempito me presentaron a Cacho…recuerdo que el me dijo “Bueno doña Lola se va a quedar con nosotros, le gusta esto Lola” . Un día viene María Pía que era de “Juntos Podemos” , y pregunta ¿Quién tiene la llave de la Policlínica? …ella venía a sacar las partidas de nacimientos para los niños que no estaban inscriptos…al tiempito me quedé ayudándola también a ella en esa tarea, sacando las partidas de nacimientos de los niños del barrio que no tenían, las cedulas de identidad…luego también me enganché en los talleres de manualidades, allí, enseñaban peluquería a las mujeres de la comunidad en un galponcito que teníamos en el fondo. El nunca quería protagonismo, nunca estaba en las fotos…Para el, todos éramos iguales no quería protagonismo ninguno…. El se fue ganando el liderazgo por su forma de ser…nunca lo buscó…el se lo ganó…La primera tanda de casas cuando se entregaron fue una alegría tremenda en el barrio, fue una fiesta…recuerdo que había un chiquilín le decíamos “el loquillo”…el cuando la familia recibe la casa decía ¡¡tengo mi primer casa!! ¡¡tengo mi casa!! Con una emoción que a mi me impactó esa escena…el tendría unos 17 años…aquella ilusión de su casita, no lo podía creer.


CaceresMaría Inés Cáceres : Asistente Social, trabajó en la organización a los clasificadores junto a “Cacho” desde el año 1986 hasta 1992.
“Por esos tiempos yo trabajaba en Pastoral Social de Zona 9, en Casavalle en Parroquia Guadalupe con el Padre José Caccím…entre los dos veíamos que podíamos hacer. “Cacho” ya trabajaba en la zona, recuerdo que había encontrado un material que hablaba del Padre “Cacho” en donde aparecía Pablo Bonavía…ese fue el primer contacto que tuve de “Cacho”. Yo decía que genial ese hombre, en realidad me impacto. Esto pudo ser por allá por 1984, yo estaba en la Comunidad Misiones. Mi actitud en esos años era de recién recibida, tenia 23 años pensaba ¡yo soy la que se! , traigo un conocimiento, el que puede ayudar...tenía una actitud muy de soberbia, traía la teoría, yo creía que tenía la verdad y punto. A “Cacho” lo conozco en uno de los sectores de La Pastoral (Zona 9) , y lo primero que sentí sobre “Cacho” , fueron críticas brutales, desde la parte técnica, incluso desde los curas…se decía que “Cacho” , tenia una actitud “Mesiánica”, y pensaba …”que espantoso trabajar con este hombre”. Ya cuando me toco trabajar con el, habían días que trabajábamos todo el día juntos, visitábamos vecinos, instituciones, políticos, nada era estructurado…escuchábamos al vecino, discutíamos con el, los organizábamos para que ellos mismos se organizaran también. El siempre tendía a expandirse, cuando ya estaba, saltaba para otro. Recuerdo que los vecinos sentían hablar de “Cacho” , entonces le venían a pedir ayuda, el nunca decía que no. “Cacho” buscaba que la gente se sintiera bien consigo mismo…el decía “yo vine acá a estar con los pobres, porque  yo se que Dios vive entre ellos, y yo quiero encontrar a Dios entre los pobres” , el era uno más. El barrio le responde, al principio el notaba como que el barrio titubeaba, pero luego los vecinos lo tomaron como líder, a su lado todo podía ser posible. El decía yo no vine a resolver el problema de salud, ni  de trabajo de la gente, pero eso es lo que ellos me plantean. El lograba amalgamar su actitud social, junto con su deber pastoral, el rezaba la misa, aunque no era un cura estructurado…Era, uno más de los vecinos. El rompe con las estructuras de la Iglesia. Yo que era una Católica Apostólica Romana de esas absolutamente estructuradas, me dio una visión tan distinta, que a partir de ahí, rechace a la Iglesia. El lograba como encarnar, la Iglesia, Cristo con el Hombre. Nosotros nos sentábamos con el a reflexionar, rezábamos un Padre Nuestro y veíamos en que nos equivocábamos, en que podíamos mejorar, era un espacio preciosísimo, con vecinos, con técnicos, era una mezcla de clases sociales. Profesionalmente cambie por el, y la opción de “Cacho” esa de creer en el otro, me cambio la cabeza. La otra que me dejo fue priorizar el vínculo, que yo por momentos veo que no lo logro y es ahí donde me doy cuenta que me alejo de esos principios. “Cacho”, si tenía algo importantísimo era que escuchaba mucho, era un niño grande. El sentía a lo último que todo se comenzaba a institucionalizar, como que lo estructurado se iba comiendo a la esencia del principio. Decía “yo me salí de los Salesianos, porque necesitaba libertad para moverme y ahora me siento maniatado, de apoco todo se fue convirtiendo en una estructura que todo lo controlaba, que limitaba al otro. La última experiencia de “Cacho” fue haberse ido a estar con los jóvenes de Covijo, el ahí se sentía muy cómodo, muy bien, ahí estaba casi fuera del control de la organización. Yo estuve con el en el trabajo social desde el 86 hasta que murió en 1992. Recuerdo que una vez me fui con el al Brasil, a conocer experiencias de “clasificadores”. El tema con los “clasificadores”, era que todas las comunidades tenían las mismas problemáticas, yo como Asistente Social, asesoraba a “Cacho” en esa materia. El me dejó generar el vínculo horizontal con la gente. Lo que mas podría resaltar de el, sería ese ser como de niño, a mi siempre me llamaba la atención, porque eso a el le aseguraba el éxito con el vecino y en lo que hiciera, el se deslumbraba a cada rato, el vivía descubriendo. El día que coparon la casa “Cacho” se deprimió, se asusto, o esa depresión de no hacer nada, sino que quedo confundido, como que no entendía lo que pasaba…como que no era lo que esperaba…el ahí se cuestionó mucho, es que cada experiencia que el hacía, para el tenía consecuencias y consecuencias que lo asombraban y a veces lo dejaban “patitieso”.



FerreiraAngélica Ferreira : Vecina del Barrio Plácido Ellauri, conoce a Cacho desde el comienzo en su llegada al Barrio por el año 1977.
“Cacho llega al Barrio por intermedio de Dora Paredes, esta señora era una vecina que solía concurrir a la Parroquia de Possolo (desde hace muchos años esta viviendo en Suecia) Es ahí que conoce a Cacho y lo invita al Barrio, Dora tenía en su casa un comedor donde servía  leche y pan en épocas muy difíciles que le tocara vivir a nuestro país. En la Parroquia conseguía la leche en polvo…Luego de una invitación a Cacho para que hablara con los jóvenes del Barrio, recuerdo que en aquellos tiempos existían las llamadas ollas populares, y bueno Cacho ayudaba con su magro sueldo de sacerdote  para mantenerlas. La primera olla popular fue en San Vicente y Santa María, todo eso era puro ranchitos. Cacho fue demasiado bueno y lo usaron, en muchos casos maltratado y también insultado y lastimado, por los más fue y es adorado. El para nuestros barrios es un Santo, el es el “SANTITO DEL PERDON” , sin aureolas ni nada de eso…Cacho fue un corazón puro, todo pureza, todo en el irradiaba amor, el escuchaba, te captaba en el aire, era un sabio, era muchas cosas juntas. Dios hizo su obra a través de Cacho, el camino que hizo Jesús, Cacho lo hizo en nuestros barrios, el supo estar junto al enfermo, al que tenía frío, en una palabra al que lo necesitara…Recuerdo que la enfermedad de Cacho, el barrio la vivió con mucha angustia…le pedíamos a Dios permanentemente que lo salvara, que no sufriera, en todos lados era una congoja , hasta en las escuelas se rezaba por Cacho, todos pedían por el incluso aquellos que alguna vez lo habían maltratado. El a lo último estaba en el Hogar Sacerdotal, entonces todos los vecinos llegábamos hasta allí para verlo, pero no nos dejaban…es que el estaba muy enfermo y tenía las visitas restringidas, nosotros respetábamos eso, de cualquier forma enfermo y todo Cacho llegó  a dar 2 o 3 misas en el barrio. Si a Cacho lo hubiésemos cuidado mas acá en el barrio no presentándole tantos problemas, quizás lo hubiésemos tenido tiempo haciendo obra junto a nosotros pero …Por cuidar la vida de los demás, el llego a descuidar su propia vida, a el no le importaba el frío, el hambre, la lluvia , solo cuidaba a los demás, el siempre podía un poco más, nosotros le decíamos “Cacho Dios no quiere que te descuides, el quiere verte bien para que puedas hacer su obra, el no quiere que te saques la comida y el abrigo para darlo a otro, el te quiere ver bien, tu lo estas sirviendo a el” …El recuerdo que decía que cuando fuera de este mundo, llegaría representado en una brisa fresca, entonces cuando se estaba dando testimonios en la Parroquia de Possolo el día de su velatorio, entonces llega el cajón con Cacho y bueno había una mesa que estaba con flores, un mantel blanco..en ese momento el mantel no se como , comenzó a levantarse, fue una brisa fuerte , sin lastimar… todos nos miramos y en nuestro adentro dijimos ¡fue Cacho! …Yo creo que a el varios le fallaron, Cacho se llegó a jugar por varios de su entorno, y todos nosotros, pero aquellas personas que decían trabajar por el Barrio, no lo hacían por todos sino en beneficio propio, a el lo usaron mucho… Yo a Cacho me lo imagino en estos tiempos siendo el mismo, dando y dando…A Cacho lo apoyaron muchos, médicos, arquitectos, asistentes sociales, veterinarios…todos ellos venían al barrio a colaborar honorariamente, contagiados por la obra de Cacho y nosotros. Por ejemplo la veterinaria aun sigue funcionando, atendiendo a los muchos caballos de los clasificadores, la Policlínica…en fin …Cacho llego a ir hasta Brasil con Inés Cáceres (Asistente Social que trabajara junto a Cacho en la regularización de los clasificadores), para ver como trabajaban ellos allá, y luego aplicar lo que el veía, en mejorías para el barrio…el dignificó la tarea de ellos…Ya dejaron de llamarse “requecheros”, para llamarse clasificadores, hoy por hoy se tiene un carnet, también el tuvo que ver con el aspectos de los cerdos, para ver como agruparlos, para que tuvieran mejores condiciones, el no vino con la misión de dar de comer, el venia a enseñarte y lo primero que el luchaba era por el que seas persona, y su dignidad. El te hacía valer los derechos, era un tipo con garra, un uruguayo de ley. Yo le pediría a Cacho que nos siga protegiendo, nos ayude a unirnos, para trabajar con más ganas, con más fuerzas no queriendo para nosotros sino para el de al lado, siguiendo las enseñanzas que el nos dejó, que nos siga cubriendo con su manto…”



ponce de leonMartín Ponce de León
Conoce a “Cacho” por intermedio de su cargo de Director de Obras de la IMM en el año 1990 al formarse la comisión que trabajaría en la regularización de los tareas de los clasificadores de residuos.
“Conocí a “Cacho” a raíz de la responsabilidad que asumí en la IMM cuando en 1990 me toco acompañar al electo primer Intendente Frenteamplista de Montevideo Dr. Tabare Vázquez , desde ese cargo de Director de Obras. Ese cargo tenia supervisión sobre los temas asociados a los residuos sólidos de la ciudad y allí nos encontramos con el tema de los clasificadores de residuos y eso nos llevo a ver que era indisoluble encarar ese tema con todas las implicancias sociales de la tarea de la cual vivían los clasificadores que tiene que ver con la generación de recuperación de valores a partir de los residuos sólidos de la gente. Entonces en ese trabajo creamos un grupo con Asistentes Sociales, y con Técnicos en el departamento de Obras , y en la división limpieza, fue para mi uno de los temas importantes realmente, hicimos varios trabajos pero la primera cosa que hicimos fue crear una comisión…esa comisión tenia delegados de las cuatro bancadas , con representación en la Junta Departamental, un Edil de cada una, tenia también algunos vecinos que por distintas razones estaban vinculados al tema y en esa comisión quedaron incorporados dos personas muy pertenecientes al propio entramado de clasificadores que fueron Maria Inés Cáceres (Asistente Social) y el Padre “Cacho”. Bueno allí lo conocí planteándole la posibilidad de que aceptara y el acepto integrar esa comisión que fuera designada por el Intendente y a raíz de ello nos toco trabajar con cierta regularidad con el en los trabajos de esa comisión, cuyas  actas están por allí, y donde “Cacho” en la propia reunión de la comisión siempre fue una persona muy callada, como era “Cacho” , el era muy callado…ahora cuando hablaba esas pocas palabras que el decía todo el mundo las escuchaba porque tenían mucho contenido. Era un hombre calmo, muy tranquilo, muy pacifico, pero muy agudo y muy directo en su pensamiento y para el además los clasificadores eran su gente, de manera que yo diría, signo el trabajo de esa comisión…De ahí salio la primera vez, que se salio a censar a los clasificadores, se cambio toda la mecánica anterior, que era de secuestro de carros y de intento de ocultamiento digamos…y se paso por primera vez a darles carne de clasificador con todo lo que trajo aparejado para muchos, es decir, reconocerles la labor y bueno hacer que se matricularan los carros. Después esa labor tuvo altas y bajas, como cualquier otro tema complejo, pero yo diría que “Cacho” tuvo bastante que ver en el concepto y en el como encarar el concepto de que los clasificadores eran parte de la Ciudad, eran partes de la realidad social y que bueno para ver como mejorar las condiciones laborales, sociales y educativas…Salieron las primeras iniciativas sobre como ordenar el tema de la clasificación, ahí lo conocí…Siempre me impresiono cuando íbamos al barrio , porque nos veíamos, antes, después y a veces fuera de allí, pero en un periodo que fue muy corto porque muy poco tiempo después es que el se enferma lamentablemente. Pero su relación con la gente, por un lado de igual a igual , por otro lado era de autoridad, pero no porque el la reclamara, sino por el respeto que le daban, y yo creo que todo eso se expreso con mucha fuerza , en ese episodio cuando el fallece. Ese episodio del velorio, de la misa y el entierro sobre todo …ese entierro para el cual los clasificadores, tal vez el símbolo mas impactante fue como prepararon los arneses del caballo que iba a conducir la cureña, en definitiva, es decir el carro con el féretro…se pasaron toda la noche puliendo el que fue recorriendo, las comunidades que “Cacho” había contribuido a crear en toda la zona de Casavalle. Antes de ir al cementerio a cierta altura, dos guardias de coraceros aparecieron al galope cargando sobre lo que no tenían otra explicación de que alguien esta por robar, porque eso de ver carros en el cementerio no lo concebían como parte de lo que pudiera ser una vida normal, afortunadamente se pudo cortar enseguida y se pudo seguir con la ceremonia, pero no dejo de ser símbolo  de cómo la sociedad resiste parte de la propia sociedad de muy diversas maneras, resiste parte de la propia sociedad para que se hagan cosas que al fin y al cabo son normales. Yo diría que la enseñanza principal que “Cacho” nos dejo, fue la de ser capaces de estar al lado de …su actitud de vida, en definitiva, el estaba con la gente, para el esa gente, las mas necesitada era su gente, yo siempre lo digo que es la persona con la que me sale con absoluta naturalidad, es decir al costado de la palabra SANTO, el que hizo de alguna manera verdad en su vida ese precepto bíblico , de que el semejante es como si fuera uno. Cuando a mi me preguntan si la Iglesia tuvo mucho o poca participación, o tiene y tuvo en la periferia, yo tengo que decir dos cosas que son como contradictorias, por un lado siento que si que la Iglesia tendría porque al fin y al cabo esa es la misión evangélica, que ser como fue “Cacho” , pero con mucha mayor fuerza y potencia verdad, ojo “Cacho” además era integrador, “Cacho” no solo estaba en Casavalle, también iba a Stella Marys en Carrasco, y logro establecer la actitud de respaldo, de ayuda, de interacción…Para todos eran sus semejantes, todos, lo único tan semejante era el que vivía en Carrasco como el que vivía en Casavalle y dentro de ellos con los que el tenia mayor obligación de identificarse era con los que menos tenían, por eso uno dice que era como un precepto bíblico y evangélico caminando. También tengo que decir que en muchos barrios de la periferia me he encontrado con muchas actitudes evangélicas y con muchos haber no solo monjas o sacerdotes, sino , laicos que tienen esta actitud y que tienen actitud de servicio, yo creo que muchas veces no esta eso suficientemente tal vez explicitado por la Iglesia institucional digamos, pero hay mucha gente ayudándolo para que esa marginación no se consolide, también a mantener lo que creo que son las posibilidades humanas y de cultura, de ideas asociadas a por supuesto a las obvias necesidades económicas y de trabajo para poder reenganchar, pero hay una primera cosa que sentirse semejante, sentirse al lado y en eso creo  que hay gente trabajando en mas lados de los  que muchas veces se sabe , yo creo que eso es lo mas fuerte que deja “Cacho”, esa actitud , mucho mas que la obra tal, o la obra cual , porque esa hay y ojala hacían muchas mas, pero su ejemplo, su estilo, su actitud, me parece que es el ejemplo mas fuerte. En cuanto a recuerdos de “Cacho” quiero agregar uno , lo vi por ultima vez en el Hogar Sacerdotal, sus preocupaciones seguían siendo las mismas, allí estaba con ese otro sacerdote que en una época lo acompañara en Casavalle que fue Bosco Salvia, y con el cual convivió en el ultimo periodo de su enfermedad. Y bueno ya en un orden distinto no quisiera dejar de mencionar que cuando tuvimos ocasión de ir en una delegación oficial como Legisladores del Frente que éramos, en octubre del 2003 a una visita oficial que iba el gobierno que incluía una visita al Papa Juan Pablo II. Cuando pensamos antes de salir y seleccionamos algo que pudiera tener alguna significación prevista de ese calibre, lo que hicimos fue llevar “El Cristo de los Clasificadores” , ese cuadro que tiene tanta fuerza que pinto “Cacho” y junto con el “Cristo de los Clasificadores” le dijimos unas palabras al Papa acerca de quien había sido “Cacho”, llevamos también un libro y un video y nuestra idea de que seria bueno que se lo reconociera o se iniciaran los procesos para reconocerle esa característica de Santo que la tiene tan incorporada toda la gente que lo conoció, por eso yo diría que si hay alguien que es propietario de “Cacho” , es justamente todo el entorno que vivió con el…

Tomado de:  Revista Raíces (donde se puede encontrar más información sobre el tema)

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