¡Cuidado con el populismo!, advierten los neoliberales



Ante la debacle generalizada del modelo impuesto por los que pretendieron corregir a los llamados “gobierno progresistas”, la ciudadanía se apresta a regresar las aguas a su curso, tarea difícil ya que la democracia que permitió el ascenso de la derecha está hoy confinada debido a una apropiación del poder político respaldada por los militares, los medios, el sistema financiero; y para justificarse, claman cordura enfocados en impedir el regreso del populismo. No saben bien qué es eso, tampoco nosotros comentaremos su larga historia nacida en la Rusia decimonónica, sino que nos abocaremos a explicar el significado de populismo en gente como Macri, Temer, sobre todo, Peña Nieto.

Según los neoliberales la política sirve a la economía, en tal sentido, gobernar es ajustar algunos parámetros básicos: tasa de interés, inflación, endeudamiento público, crecimiento del PIB e Inversión Extranjera Directa. A su juicio, el mundo es un gran mercado y los países deben jugar las cartas conforme a su capacidad exportadora. De esta manera, la autosuficiencia alimentaria es un objetivo absurdo (Peña Nieto, dixit) ya que cada nación tiende a producir lo que le ofrece ventajas en el comercio internacional. Gracias a este dislate México perdió su autosuficiencia, condenándose a adquirir alimentos básicos en un 55% (arroz, frijol, maíz). Se lo compran a EEUU quesubvenciona a su agro bajo la convicción de que la independencia empieza por producir lo imprescindible, es decir, alimentos y energía. Existen excepciones, pero, a grosso modo, este sería un buen comienzo para no tener que depender de los demás, razón por la cual el “coloso del norte” subvenciona a su agro, mientras las administraciones mexicanas (las seis últimas) descalabraron el agro y los campesinos se arraciman en barrios miserables alrededor de las grandes ciudades. Son tan listos que siendo un país petrolero prefieren adquirir gasolina a buen precio a EEUU, en consecuencia, discontinuaron sus plantas refinadoras; si esto último fuera poco, compran gas a Perú y quemar el suyo.

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He aquí el mundo feliz, uno donde lo fundamental es ubicarse en el centro de la globalización y obviar lo acontecido en cada nación. Estos presidentes como Peña Nieto, Macri, Temer gobiernan hacia afuera sin ofrecer explicaciones ya que sus pueblos no las comprenderían. Es por ello que Mauricio Macri (además del tarifazo, de sustraer fondos de las pensiones y despedir a miles de trabajadores), se dedica a endeudar al país con singular alegría. El descalabro económico argentinose halla a flor de piel y la popularidad del presidente en caída libre. Sin embargo, no corrige rumbo; afanado en tapar parches le pide dinero al FMI ya que Wall Street le cortó el chorro. Dejemos a Cristina Fernández de Kirchner explicar el desaguisado: “La catástrofe financiera y cambiaria adquiere, además, ribetes de tragedia cuando, Mauricio Macri y la Alianza Cambiemos, le comunican a los argentinos y argentinas que han decido volver al FMI a pedir préstamos cuando el verdadero rol del FMI como prestamista de última instancia impone programas económicos de ajuste bajo el eufemismo de condicionalidades, que impactan negativamente en el desarrollo económico y social de los países”.

A su entender, se agotó el trillado argumento de la “pesada herencia” para encarar una realidad incontrovertible: ¿quién le prestaría 100 mil millones de dólares a un país quebrado? Es irrefutable, la actual crisis la produjeron ellos al prometer lo que no cumplieron. Ni alcanzaron el “hambre cero”, ni vinieron las salvíficas inversiones, ni se ubicaron en el cenit del mundo financiero al postrarse ante Wall Street, a tal punto que hoy están en manos del Fondo, tras destruir lo realizado por Néstor Kirchner cuando pagó lo adeudado. Una medida interpretada como patriótica.
Este es el mundo neoliberal con ribetes delincuenciales, por eso, cualquier gobierno que atienda las necesidades de las mayorías es denunciado ipso facto dedescuidar la ¿realidad?, por atentar contra lo ¿logrado? en años de aplicación macroeconómica. No obstante, la esencia del sistema representativo es velar por las necesidades de quienes poseen la potestad según señala la Constitución. Contrapuesto a este mandato, la derecha entiende que lo correcto es someterse al mundo globalizado yolvidar a sus ¡representados! cuya situación se agrava cada vez más. Por ejemplo, en el Brasil actual 14 millones de brasileños perdieron sus empleos; 5 millones fueron excluidos del más importante programa social la “Bolsa familia”, y el déficit primario del gobierno central ronda los 37 mil 500 millones de dólares. El crecimiento del producto interno bruto, cayó estrepitosamente hasta situarlo en un mediocre 2 % como en México, donde aumentar la pobreza es signo de caminar en el rumbo correcto.Hace pocas semanas, los transportistas brasileños realizaron un paro nacional protestando por los precios de las gasolinas que subieron un 200% en un país petrolero. Una huelga que acabó las aspiraciones reeleccionistas del usurpador, cuyo apoyo ciudadano es nulo.
Así pues, los neoliberales solamente comprenden que el progreso es engordar al 1%; en cambio, los que rechazan esta realidad son dementes, quieren regresarnos al pasado o algo peor, son populistas. Los primeros entienden que un país se valora por el bienestar de las minorías, sus adversarios, en cambio, en el bienestar de las mayorías.

Escrito por Ugo Codevilla, analista

FUENTE LA REPUBLICA  DIARIO

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