En Brasil. Las sectas evangelistas han logrado tanto poder allí que se puede decir que hoy mismo tienen a su propio candidato ultraconservador a la presidencia del país: Jair Bolsonaro. El discurso intransigente y de desprecio absoluto a todo lo que sea una agenda distinta a la suya es un reflejo del apoyo sectario extremista que recibe.


Los evangelistas a la conquista del estado uruguayo
por Héctor Casavieja Píriz

El poder que han adquirido en la política brasileña dichas sectas ya es indiscutible, y es un poder que se suma a la capacidad para adiestrar ideológicamente a sus fanáticos. Podemos imaginar perfectamente el resultado de un estado de grandes dimensiones como Brasil bajo el control de estas sectas religiosas: la negación de todo lo que se les oponga y el reclutamiento masivo de la población bajo sus consignas. Brasil debería haberse alertado hace mucho acerca de este avance, pues la idea de República en la que se debe basar la política moderna puede ser destruida por el ascenso de la religión al poder en su forma más cerrada y militante, la sectaria. Brasil, con el tiempo, podría convertirse en una teocracia evangelista.



Pero está claro que Uruguay no está exento de este avance del sectarismo evangelista sobre las instituciones políticas. Lo podemos ver claramente al considerar lo que está sucediendo, por ejemplo, en la interna del Partido Nacional. Varios son los legisladores de dicho partido que se consideran a sí mismo evangelizadores. El Partido Nacional, que otrora fuera defensor de la laicidad del estado uruguayo, incluyendo su sistema educativo vareliano, está ahora abriendo sus puertas para el avance del sectarismo religioso. Sería un retroceso en la historia de nuestro país que este avance hiciera a Uruguay retrotraerse de la conquista mental que ha significado el laicismo. La religión en el ámbito privado y fuera de la política partidaria fue durante décadas un acuerdo tácito para los uruguayos, acuerdo que fuera herencia de la Revolución Francesa y de todas las revoluciones republicanas. Ese acuerdo nacional ahora parece estar derrumbándose.

A continuación simplemente agregaré fragmentos de un artículo publicado en el diario El Observador con fecha 26 de setiembre de 2018 y titulado: “Legislar en nombre de Dios: el renovado vínculo entre la política y la religión en Uruguay” (https://goo.gl/iw9wE2)

“La sesión de la Cámara de Diputados del 1° de marzo de 2016 tenía todo para ser una instancia más en el Parlamento. Como ocurre cada un año, los legisladores alzaron su mano para votar por el nuevo presidente de la cámara, que luego dio el discurso con el que inauguró su cargo. Sin embargo, la sesión estuvo marcada por reproches de diputados que no estaban de acuerdo con la elección. El elegido era el nacionalista Gerardo Amarilla, que además de su rol político, es conocido por ser integrante de la Iglesia Evangélica Bautista. Su “falta de neutralidad” fue lo que llevó a que el excolorado Fernando Amado no levantara la mano para aprobar esa Presidencia y fueron repetidos los comentarios sobre “preservar la tradición laica del Estado”.
Ese día en la sala, se encontraba otro evangelista, el pastor Álvaro Dastugue de la Iglesia Misión Vida, que obtuvo una banca en esta legislatura como dirigente del sector de la senadora blanca Verónica Alonso. No muy lejos de él, tiene su banca el también nacionalista Rodrigo Goñi, que se define como “un católico que hace política y no un político católico”. Hace exactamente un siglo que Uruguay existe como Estado laico. A partir de esa reforma constitucional, asociada principalmente al batllismo pero que en su momento contó con el acuerdo de blancos y colorados, dejó de ser posible pensar en una vinculación oficial entre la religión y la política. Pero en los últimos años, los legisladores comenzaron a ver algunas muestras de que ciertas ideas religiosas se empiezan a instalar ya no dentro de las paredes de un templo, sino de las del Palacio Legislativo.”

Y luego…

“Según el trabajador social especializado en estudios sobre religión y política, Nicolás Iglesias, la diferencia entre Amarilla y, por ejemplo, Álvaro Dastugue, es que el primero obtuvo una banca no por su religiosidad sino por una militancia política en Rivera, de donde es oriundo. En cambio, Iglesias afirma que Dastugue es un claro ejemplo de un legislador que desembarca en el Parlamento por su estructura religiosa. “La banca era para Misión Vida (la comunidad religiosa a la que pertenece)”, sostiene.
Desde 2014, cuando la senadora Alonso (del Partido Nacional) se vinculó con el pastor Dastugue, Iglesias se dedicó a estudiar la relación de Misión Vida con la política, organización que tiene dentro de su estructura a los hogares Beraca. Concluyó que “el gran cambio en Uruguay es que los grupos evangélicos creen que hay una guerra espiritual donde el mundo fue tomado por Satanás, por las leyes de la nueva agenda de derechos, y ellos son los enviados para recobrar el poder”.”

FUENTE  Red Filosófica del Uruguay | Un espacio para la reflexión


ALGO DE ESTO

PEDIRÁN REUNIÓN
Organizadores de Congreso por la Vida y la Familia analizan acciones contra el Estado
El pastor que organizó el evento aseguró que se sienten "discriminados" tras la decisión del Ministerio de Turismo.

Pastor Jorge Márquez. Foto: Facebook Jorge Mázquez

El pastor Jorge Márquez, líder de la iglesia evangélica Misión Vida y organizador del Congreso por la Vida y la Familia, indicó que "hay personas que están estudiando alternativas legales" contra el Estado luego de que el Ministerio de Turismo decidiera retirar la declaración de interés turístico a un evento que tendrá lugar en noviembre.

En declaraciones al programa radial La Mañana de El Espectador, el pastor indicó que -aunque se encaren las alternativas legales- también "se está pensando ir al ministerio para pedir una entrevista" porque "esto es muy serio", indicó.

"Nosotros también somos ciudadanos, ahora la pregunta es para quién gobierna el gobierno, para cuál de los grupos susceptibles del país, ¿o debe gobernar para todos?", cuestionó.

Márquez aseguró que tras la decisión del ministerio se sienten discriminados y que todo el texto explicativo de por qué se les retiraba el auspicio estaba escrito en condicional: "Ellos dicen que (en el evento se) podría llegar a herir o a maltratar" a ciertos grupos.

"Pero no hemos cometido ningún delito, todavía no lo hemos cometido, no atentamos contra nadie", expresó.

El evento se llevará a cabo del 22 al 24 de noviembre en Punta del Este. Entre los expositores se encuentran activistas contrarios a lo que definen como "ideología de género", un término que abarca desde las reivindicaciones del feminismo a los reclamos de los colectivos LGTB (lesbianas, gays, trans y bisexuales).

Uno de los oradores del Congreso es Álvaro Dastuge, diputado nacionalista que integra la denominada "bancada evangélica", presidente del sector Esperanza Nacional que promueve la precandidatura presidencial de Verónica Alonso, y yerno de Márquez. Otro evangelista, el expresidente de la Cámara de Diputados Gerardo Amarilla, figura entre los oradores.

El ministerio, presidido por Liliam Kechichian, comunicó que se tomó la de decisión de retirar la declaración de interés turístico luego de que "innumerables organizaciones de la sociedad civil manifestaron que esta actividad hiere profundamente su sensibilidad y podría entrar en contradicción con la política que desarrolla el Ministerio de Turismo".

FUENTE  EL PAIS

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