En la mañana del sábado falleció el murguista, actor y director de la mítica murga La Soberana José Alanís -o Pepe Veneno, como se lo conocía en el ambiente carnavalero-.
A lo largo de sus 75 años, exploró varios géneros artísticos como la poesía y el teatro, aunque su gran trayectoria la desarrolló en el ámbito del carnaval, donde en 1969 fundó La Soberana. Pepe Veneno aportó a la murga la concepción de la coreografía y un cuidado desplazamiento escénico en sus actuaciones, y fue uno de los primeros directores en preocuparse por alcanzar una vocalización perfecta.
En 1970, el conjunto fundado por Alanís obtuvo el primer premio en el concurso oficial de carnaval, en épocas en las que padecía una fuerte persecución por parte del gobierno de Jorge Pacheco Areco. El claro posicionamiento político de La Soberana le valió la censura y persecución de sus integrantes, quienes en varias ocasiones fueron privados de su libertad.
Alanís fue considerado un adelantado cuando en 1971 escribió el “Cuplé de la computadora” -cuando en aquella época poco se la conocía-, 
en el que la murga dialogaba con una computadora tartamuda, que repetía constante la palabra “tupa”, en apoyo al Movimiento de Liberación Nacional. “Solo: Si yo quisiera andar paseando / tranquilamente por la ciudad / qué ocurriría computadora / en mi paseo habitual. Coro: “Todos queremos tranquilamente / andar las calles en libertad / qué ocurriría computadora / aunque precises tartamudear. Computadora: Que tus... papeles / urgentemente te exigirán / Que tu... paradero / correctamente tendrás que dar. Solo: Si yo anhelara hacer un viaje / a otros países con ilusión / tartamudeante computadora / vivo esperando tu explicación. Coro: Si de repente a un país hermano / uno anhelara feliz viajar / qué requisitos al ser humano / otros humanos le pedirán. Computadora: Que tu... pasaje / muy bien sellado / tendrá que estar / Que tu... pasaporte / por si eres tú... / tendrás que mostrar” (libreto reproducido en la investigación Murgas y dictadura. Uruguay 1971-1974, de Federico Graña Viñoly y Nairí Aharonián Paraskevaídis).
Como señalan los investigadores, el cierre del cuplé fue más allá de este juego de palabras, aprovechando la ocasión para introducir parte del discurso de la izquierda uruguaya: “Solo: Si yo quisiera en nuestra tierra / algunas cosas poder sembrar / Qué me aconsejas computadora / con tu constante tartamudear. Coro: Si aquí tenemos muchas hectáreas / pero se encuentran sin cultivar / tartamudeante computadora / cómo se puede solucionar. Computadora: Que tu... parcela / tal vez un día conseguirás / Que tu... par de brazos / para lograrlo te bastarán”.

Canto a la conspiración

Al año siguiente, el libreto de la murga fue censurado antes y durante el concurso de carnaval. La despedida estaba dedicada al Chueco Maciel, por lo que los censores obligaron a Alanís a modificar la letra. Se suprimió la referencia al personaje por “el hombre luchaba de noche y día”, aludiendo a la letra del cantautor Daniel Viglietti.
En 1974, durante el golpe de Estado, la murga desfiló por las calles de la capital encadenada y vestida con los colores nacionales. A partir de este hecho fue prohibida, y Alanís fue detenido por “atentado moral contra las Fuerzas Armadas, vilipendio y escarnio”. Luego de estar preso por tres años en la cárcel de Punta Carretas, Pepe Veneno se exilió en Suecia, país donde estuvo radicado hasta 1986, cuando regresó a Uruguay y reapareció en los escenarios con su murga, con un estilo que él mismo catalogó como “ópera-murga”; ese mismo año editó el disco El retorno de Pepe Veneno y La Soberana. Después de esta presentación, “los soberanos” sólo volvieron a participar en la temporada de carnaval casi dos décadas después, en 2006 y 2007.
En sus últimos años, el legendario murguista se mantuvo lejos de los escenarios, pero no así de la escritura: en 2009 publicó un libro de poesía titulado La murguez humana. En una autobiografía, el propio Alanís cuenta que nació el 17 de junio de 1939 en el barrio de La Aguada, aunque sus padres lo anotaron casi nueve meses después. Se refiere a su “glorioso” Liverpool, cuadro del que no sólo fue hincha sino para el que además escribió una canción de homenaje, y recuerda que en la década del 60 integró el elenco teatral del Teatro Universitario, que en aquella época funcionaba en la sala del teatro Victoria. En esa misma década comenzó a escribir “realmente” para carnaval, en conjuntos como La Nueva Ola y La Nueva Milonga. Luego de que fundara La Soberana junto a sus hermanos, continuó escribiendo para otros grupos como Araca la Cana, Diablos Verdes, Momolandia y Don Timoteo.
“Escribo y pinto sin método, actúo en teatro y en cine cuando me llaman, y acostumbro a elevar una copa de vino ambarino en una fiesta, en un asado al aire libre [...]. Me considero un libre pensador y sigo comprometido con mi gente, con mi pueblo,con mi presencia planetaria y utópica y con la defensa de los derechos que el imperialismo pretende avasallar”. De este modo concluía su autobiografía el murguero, quien en 2011 fue declarado Ciudadano Ilustre por la Intendencia de Montevideo.