La historia tiene lugar en 1972, durante el gobierno del general Lanusse, que estaba en la mira terrorista. En esa época de muertes violentas y tensiones cotidianas, un grupo de guerrilleros es detenido y trasladado a aquella cárcel, considerada de máxima seguridad y con casi nulas posibilidades de escape. Sin embargo, varios de aquellos detenidos lograron su propósito de libertad y se refugiaron en Chile, en tanto que diecinueve presos fueron nuevamente arrestados y muertos una semana después en las puertas de sus celdas en una base de la Marina ubicada en Trelew.
Los fusilamientos de Trelew marcaron no solamente un punto de quiebre donde el Estado acentúa su política terrorista y pasa a eliminación física masiva de los opositores políticos; sino también el masivo compromiso político popular, que tuvo en los llamados "héroes de Trelew" un ejemplo a seguir. Los nombres de los militantes fusilados se transforman en bandera y consigna.
Este ascenso de masas determina el agotamiento de la dictadura de Lanusse y el posterior llamado a elecciones el 11 de marzo de 1973 con el triunfo de Cámpora y el posterior regreso al país de Juan Domingo Perón.
Cuando el 25 de mayo de 1973, Lanusse y la Fuerzas Armadas abandonan el gobierno, carteles y banderas con los rostros de los muertos de Trelew acompañan a la multitud que marcha a las cárceles para arrancar de allí a sus presos políticos.
Mientras, en las celdas de la cárcel de Devoto, los tres sobrevivientes de la masacre de Trelew, María Antonia Berger, Ricardo Haidar y Alberto Camps, relatan al poeta Paco Urondo la verdad de "La patria fusilada".
25 de agosto de 1972: La policía montada reprime en Buenos Aires los velatorios de los muertos en Trelew25 de agosto de 1972: La policía montada reprime en Buenos Aires los velatorios de los muertos en Trelew
Sin embargo, el aparato represivo no es desmantelado.
Bandas armadas paraestatales continúan el ataque al movimiento sindical, político y cultural. El proceso culmina con la firma del decreto que ordena a las Fuerzas Armadas la aniquilación de la guerrilla, abriendo paso a la dictadura militar iniciada el 24 de marzo de 1976.
La respuesta terrorista del Estado ante la movilización popular, alcanza aquí su punto de máxima represión. Con la implantación de más de 500 centros clandestinos de detención tortura y exterminio, 30.000 desaparecidos, alrededor de 12.000 presos políticos, y miles de exiliados
Ningún miembro de la Marina aceptó dar una entrevista relacionada a los hechos ocurridos el 22 de agosto de 1972 en la Base Almirante Zar.
Aunque la censura fue absoluta y los periodistas perseguidos, todo el pueblo sospechó desde un principio quiénes eran los culpables de la masacre de Trelew.
La Armada Argentina se negó a dar una declaración oficial para este film.
La dictadura militar encabezada por el General Lanusse respondió con el fusilamiento de 16 presos políticos a la fuga de la cárcel de Rawson y al apoyo popular a los movimientos revolucionarios.
Hasta hoy no ha habido ningún juicio ni condena por los hechos que aquí se narran.
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