El regreso de la diplomacia de las cañoneras


 Al parecer la gran potencia en decadencia precipitada no tiene otros recursos para frenar ese proceso que volver a la época de las cañoneras frente a un mundo en creciente proceso de multipolarización, regresando a la idea de tomar un territorio sin importar el derecho […]. EE.UU. busca compensar su deterioro hegemónico por medio de un proyecto de expansión neocolonial hacia lo que sigue considerando su patio trasero”. Fragmento de “Trump a tambor batiente”, de John Saxe-Fernández, La Jornada, 01/23/2025.

A través de Donald Trump, otra vez Presidente de los Estados Unidos, como vocero del imperialismo estadounidense se viene anunciando en las ultimas semanas que ese país se dispone a intervenir directamente, lo que supone el uso de la fuerza (económica, política, militar y cultural), en territorios considerados hasta ahora soberanos, tal y como acontece con Canadá, México, Panamá, Groenlandia…

Algunos analistas apresurados piensan que ese es un delirio de un individuo ignorante, fanático, un delincuente condenado más no encarcelado, un mentiroso compulsivo y fanfarrón. Aunque todo eso es cierto, un análisis basado exclusivamente en la personalidad del inquilino de la Casa Blanca no capta lo que estratégicamente está en juego y quiénes se encuentran detrás. Lo que anuncia Trump no es un proyecto exclusivo de él o producto de su gran talento político o diplomático. Es la expresión de intereses de clase, de las fuerzas del capitalismo e imperialismo de Estados Unidos, del conglomerado corporativo que incluye al complejo militar, financiero, tecnológico e industrial.

Por eso, los anuncios de Donald Trump, inscritos en la lógica de Hacer grande a América otra vez (MAGA), evidencian el esfuerzo de una potencia imperialista que intenta detener su declive mediante la Diplomacia de las Cañoneras. Dicho de manera simple, los Estados Unidos van a invadir países cuando lo consideren necesario, van a despojar y expoliar a pueblos enteros, van a expandir su territorio como cuando le arrebataron a México más de dos millones de kilómetros cuadrados, van a implantar su bandera sangrienta de barras y estrellas en nuevos lugares, entre ellos Groenlandia. Claro, todo ello, si los pueblos y naciones lo aceptan pasivamente.

Podría pensarse que todos estos mecanismos de dominación y control imperialista siempre los ha usado Estados Unidos, y no son propios solamente de la era Trump, como lo recuerdan las invasiones y agresiones en Vietnam, Afganistán, Irak, Libia…Sin embargo, en ninguna de esas ocasiones, en las que se esgrimían como pretextos la lucha contra el “comunismo internacional” o el “terrorismo islámico”, se había planteado de una forma tan franca y directa el proyecto de expandirse territorialmente (propio del siglo XIX) y de agredir de todas las formas a pueblos y países sin respetar ninguna norma del derecho internacional de índole liberal, que fue impuesto por los propios Estados Unidos.

El retorno a la Diplomacia de las Cañoneras está legitimado hoy, porque en el gobierno de Joe Biden se permitió la destrucción de ese derecho internacional por parte de Israel al consumar su espantoso genocidio. La diplomacia de las Cañoneras ha sido llevada a la práctica por Israel contra los palestinos, con la directa participación de los Estados Unidos. Ese precedente en Gaza, tolerado por esa entelequia autodenominada Comunidad Internacional, ha sido la antesala para que emergiera un proyecto tan abierta y descaradamente intervencionista como el que encarna Donald Trump.

En esa Diplomacia de las Cañoneras, ejercida por Israel, no se respetan las fronteras, no existen derechos de los pueblos y naciones, se pueden invadir y ocupar territorios sin que nada ni nadie lo impida, cualquier país con potencia militar se arroga el derecho de invadir y ocupar a otros, se puede masacrar y expulsar a los habitantes originarios a nombre del una supuesta superioridad racial, se bombardea y masacra sin empacho alguno a un país y sus habitantes, se puede expulsar y trasladar población, se alteran las fronteras a su acomodo (el caso de los Altos de Golán en Siria, en días recientes), se consuma un genocidio y un ecocidio sin temor alguno, dada la complicidad de Europa y los Estados Unidos….        

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