Se reiteran hechos políticos que siguen obstaculizando la integración continental.
1 – Golpes de Estado. Zelaya en Honduras, Lugo en Paraguay y Dilma Rousseff en Brasil son las víctimas. En este último país le llamaron ¡golpe técnico!, sumándose además un actual proceso de militarización que se profundiza, y de violencia contra la oposición.
2 – En noviembre de 2017 nuevamente Honduras es centro de acontecimientos, ya que se rechazan las elecciones de ese mes. La OEA solicita que se realicen nuevamente. En Colombia está cuestionado el proceso de paz con la guerrilla, ELN. ¡Y Venezuela!, cuya situación origina diversas repercusiones en múltiples países. Hasta en el nuestro, donde ha creado disidencias internas en el partido de gobierno, consecuencia de la posición que adoptó adhiriéndose a lo resuelto por la OEA respecto de las elecciones convocadas por el gobierno de Maduro.
En casi toda la región es notoria la influencia de EEUU, adoptando actitudes totalmente contrarias a dicha nación. Habría mucho más, pero…
3 – Los avances progresistas de años atrás, la denominada era progresista, están siendo absorbidos y sustituidos por el conservadurismo neoliberal, salvo excepciones. Ello nos lleva a pensar en dos aspectos: a) ¿no existió desaprovechamiento de dicho período político progresista a efectos de concretar una verdadera integración?; b) ¿O será que las afinidades políticas e ideológicas no son suficientes para lograrla?
Las dos son posibles, fundamentalmente la segunda que es innegable. Por otra parte, existen otros factores que inciden negativamente en el tema. ¿Cuántos discursos, declaraciones, acuerdos han existido en el pasado reciente al respecto, y qué cantidad se han llevado a la práctica? ¿Qué pasó con la Declaración Socio-Laboral del Mercosur de 1998? Estamos ante una profunda contradicción: el enorme desfasaje existente entre la teoría y la realidad.
4 – El entorno político mundial nos está demostrando que las dificultades no son sólo de nuestra, por ahora, deseada patria grande, sino que se observa una crisis generalizada del multilateralismo. Un ejemplo más que elocuente es la Unión Europea, asediada por diversas ideas basadas en la autonomía, y por un EEUU ¿liderado? por un presidente que busca la hegemonía mundial de su país.
La vuelta de la derecha neoliberal a nuestro continente va en esa línea profunda del capitalismo, que aparece más unido que años atrás. El tema daría para más.
5 – ¿Y nuestro Mercosur? ¿Cuál será su futuro -porque como dice Gerardo Caetano- está tocando fondo? La realidad lo demuestra. Lo mismo pasa con el ALBA, Unasur, procesos donde Venezuela jugó un papel importante. Agreguemos la inexistente Celac, que pretendió sustituir a la OEA. Es indudable la influencia del imperio del norteamericano-EEUU en estos hechos. La realidad demuestra la existencia de un estancamiento, que repercute negativamente en lo que tiene que ver con las políticas de derechos sociales, la participación, etc. Mencionamos sólo un ejemplo. ¿Qué sucedió con la Declaración Socio Laboral del Mercosur del año 1998? Nuevamente aparece la dicotomía teoría-realidad.
Hoy en día la preocupación esencial parece ser el acuerdo con la Unión Europea. ¿No significa profundizar una visión o un giro hacia el comercialismo? Y por supuesto que es necesario promover la apertura al exterior. Que quede claro. Son indudables las influencias de las circunstancias políticas. Tenemos una Unión Europea debilitada, un avance de la derecha conservadora, que no son ajenas al intervencionismo en Venezuela, independientemente de la opinión que se tenga de dicho país. Es clara la influencia del imperio norteamericano en todos estos aspectos en nuestra región, cuyas consecuencias terminan favoreciendo fundamentalmente a los países occidentales ricos, que por otra parte dominan cada vez más el mundo.
6 – Sin duda existe necesidad del Mercosur de tener una visión estratégica del tema, con todo lo que ello significa. Es absolutamente esencial para que se puedan superar las dificultades existentes, no sólo con mirada de corto plazo, sino de mediano y largo alcance, evitando repeticiones de errores en el porvenir.
Es importante el comercio, pero no todo puede depender del mismo y su politización. Habrá que superar las asimetrías con enfoques globales, económicos, sociales y culturales, porque la integración es general. Agreguemos la imprescindible participación de la sociedad en todo ello y la superación de la gran distancia existente entre el discurso y su aplicación. Todo lo cual redundará en mejorar la eficiencia y la eficacia.
Además es sustancial superar la dependencia de la política norteamericana y mirar con profundidad y voluntad política, a efectos de fortalecer y enriquecer fundamentalmente la integración y su institucionalidad. Además ¿no son necesarias políticas de Estado? Porque además de ser muy compleja la temática, en general las dificultades, en el fondo como decíamos, son problemas políticos.
En definitiva, no pueden caber dudas sobre la falta de rumbo existente, lo que contribuye al predominio de lo comercial. Como bien se interroga el Foro Consultivo Económico Social: ¿El Estado actual responde más a una integración o a una fragmentación? Las pruebas están a la vista.
Por: Dr. Jorge R. Bruni, Analista fuente de diario la republica
No hay comentarios:
Publicar un comentario