Los despidos y la venta de M24 El botón de muestra


Victor H. Abelando

28 noviembre, 2025- semanario Brecha 

El llamativo silencio institucional y de referentes frenteamplistas que sucedió al despido masivo e intempestivo de todos los trabajadores de M24, la radio de FM propiedad del Movimiento de Participación Popular (MPP), se pretendió sustituir, a las pocas horas, por la idea de que dicha emisora no pertenecía al sector mayoritario del Frente Amplio (FA). En las redes sociales, varias focas, trols y bots lanzaron la información de que el MPP solo alquilaba la radio y, por tanto, no era responsable de la venta al grupo El Observador ni de los despidos. Pero la deformación informativa duró poco, no solo porque varios de sus experiodistas desnudaron la identidad de los propietarios, sino porque, además, una simple búsqueda de documentos permitió conocer una resolución del 6 de mayo de 2024 por la cual Bonimar SA (propietaria de la emisora) transfería el 100 por ciento de sus acciones a la dirigente del MPP Andrea Martini Guigou. El texto, firmado por Beatriz Argimón, en ejercicio interino de la presidencia, y por la entonces ministra de Industria, Elisa Facio, dice: «Apruébase la transferencia parcial de la titularidad de la frecuencia 97.9 MHz, Canal 250, de la ciudad de Montevideo, departamento de Montevideo, cuyo titular es Bonimar SA, a favor de la Sra. Andrea Mirela Martini Guigou. Establécese que la empresa Bonimar SA quedará integrada por la Sra. Andrea Mirela Martini Guigou con el 100 por ciento del capital accionario».


El control del sector también quedó claro respecto a las emisoras de Colonia (FM 102.5) y Maldonado (FM 90.9). Un senador del MPP, Nicolás Viera, posee el 67 por ciento de la primera (Búsqueda, 27-XI-25), mientras que la segunda está en manos de Martini en un 99 por ciento.


* * *


Tras un fin de semana de silencio del oficialismo, el lunes en la reunión del secretariado del FA el delegado emepepista Heber Bousses justificó la venta y los despidos por permanentes pérdidas económicas. Veinticuatro horas después, empezaron a hacerse oír manifestaciones individuales de dirigentes frenteamplistas en solidaridad con los extrabajadores de M24. Lo hizo el presidente del FA, Fernando Pereira, la senadora Liliam Kechichian, el diputado del MPP Gabriel Otero. En la última transmisión de la programación del lunes 24, manifestaron su solidaridad el ministro de Trabajo, Juan Castillo y el exsenador por el MPP Ernesto Agazzi.


También hubo pronunciamientos institucionales del PIT-CNT y de la Asociación de la Prensa Uruguaya que denunciaban la arbitrariedad de los despidos.


* * *


Por otro lado, circula la versión de que no todos los dirigentes del MPP estaban en conocimiento de la medida tomada. En tal sentido, el senador Sebastián Sabini tomó distancia de la decisión en una rueda de prensa. Consultado sobre los despidos y la venta de la radio, respondió: «Creo que deberían hablar con los dueños de la radio, que son los representantes legales […]. Obviamente es una situación triste y dura que muchos trabajadores queden sin trabajo; mi solidaridad con ellos, pero que hablen con quienes representan a la radio». Y ante la pregunta de la relación de su sector con la emisora dijo: «Hablen con los responsables de la radio».


El evidente malestar del legislador abona la tesis de que los ceses y la venta a un grupo sostén del presidente libertario argentino Javier Milei fue tomada en el seno del círculo áulico del presidente Yamandu Orsi y que varios de sus hombres de confianza negociaron la venta con el excanciller argentino Gerardo Werthein, uno de los principales propietarios del grupo dueño de El Observador.


* * *


Ninguno de los saludos en solidaridad con los trabajadores de referentes frenteamplistas ubica responsabilidad en los propietarios de la radio. Más bien se parecen a un QEPD. Son dichos que no pueden diferenciarse de manifestaciones frente a un desastre natural o a una epidemia como la del covid, en los que la responsabilidad queda licuada en lo imprevisto. Pero, a la vista de que el empleador arbitrario es el sector mayoritario del FA, entre las figuras del FA –salvo saludos a los «pobres empleados» que quedan sin trabajo en la peor época del año– no hubo señalamientos claros y condenatorios del evidente desprecio por la suerte de los trabajadores. Todo parece justificarse en una ecuación económica y en las pérdidas que para el MPP significaba mantener un medio alternativo a los hegemónicos.


La interrogante es si la propiedad de una emisora o de cualquier otro medio, más allá de su papel en el debate cultural, tiene como factor determinante la ganancia económica. La izquierda (no hablo del progresismo) ha tenido a lo largo de la historia y con suerte variada distintas empresas periodísticas o radiales. Y siempre se justificaron en la necesidad de dar la batalla contra el pensamiento hegemónico de las derechas. No parece que El Popular y Radio Centenario sean fuentes de ingreso superavitarias para las organizaciones políticas que las sostienen. Tampoco puede inferirse que medios alternativos como este semanario, Caras y Caretas o La Diaria sean mecanismos de enriquecimiento para propietarios.


La venta de M24 no es un rayo en un cielo sereno. Es un síntoma más del devenir del progresismo uruguayo. Aquí vale una aclaración: en el FA existen sectores de izquierda que conviven con agrupamientos que han abandonado el pensamiento cuestionador del modelo económico, social y político, para transcurrir por una lógica de medidas paliativas, que le den un rostro humano al capitalismo.


No puede entenderse el paso dado por el MPP sin constatar el abandono de la batalla ideológica y cultural de la que hacen gala los gobernantes progresistas, capaces de buscar empatía con lo más reaccionario de la población, destacando, como hizo Orsi esta semana en los desayunos de Búsqueda, el modelo de Nayib Bukele para combatir la inseguridad. El presidente rectificó al otro día sus palabras (después de que, como dijo una colega, el secretario de la Presidencia, Alejandro Sánchez, le editara las declaraciones) y descartó –no se sabe por cuánto– ese modelo para Uruguay.


Lo paradójico de todo esto es que quienes hablan de batalla cultural son los integrantes de la ultraderecha, que incluso no dejan de invocar a Antonio Gramsci. Mientras tanto, el progresismo pelea por no irritar al poder y limar antiguas pujas transgresoras.

Nueva versión de la venta de M24

 




Mario Paez

ANA JUDITH CALACHI ERA LA DUEÑA DE M24. 👇


Para los que dicen que el MPP vendió la radio M24, bueno, no.

La radio la arrendaba, no era de su propiedad.

De hecho, el MPP planteo al FA su compra y algunos sectores se negaron:

"En reiteradas oportunidades el MPP planteó a nivel de la Mesa Política del Frente Amplio la necesidad de contar con un medio de prensa para difundir las actividades y puntos de vista sobre la realidad nacional.

Sin embargo, nada de esto se concretó por la negativa de otros

sectores de la coalición que no veían esto como una prioridad.".

Habría que averiguar cuales fueron los sectores que se negaron.

Por otro lado, la radio pertenecía a un empresario floridense que falleció

en febrero de este año.

En un grupo de whatsap que integro, puso una persona que conozco superbien y que no es afínal MPP: "El dueño de M24 era Luis Calachi, un magnate floridense dueño también de otras radioemisoras y empresas.

En el 2016 le arrendó M24 al MPP ( por amistad, compromisos, o lo que

sea con Mujica)

Falleció este año por lo que su hija Ana Judith Calachi decidió vender la

radio a El Observador

( según se lee por ahi su hija lejos está de tener idelogías hacia la izquierda)

En fin solo para aclarar un poco las cosas...el MPP no fue el vendedor, fue

Ana Judith Calachi que a su vez generó con la venta el despido de todo el personal de M24.

El MPP como arrendatario tuvo que despedir a sus trabajadores porque el nuevo perfil de la radio va a estar en las antípodas de lo que hasta ahora fue

( La libertad avanza es parte interesada) por lo que era imposible que el personal se mantuviera.

Pero en esto de tratar de ser justa ( muy lejos estoy de ser del MPP) no me parece trasmitir información errada, (igualmente puedo equivocarme)

Pero quien era dueña de M24 era Ana Judith Calachi, ella integraba una S.A. con Sara Blechman, Bonimar S.A. de las que eran dueñas de M24.

Ellas vendieron, no el MPP quien por cambio abrupto de orientación política

de la radio luego de su venta, tuvo que despedir a todo el personal y porque seguro los nuevos dueños no los iban a absorber".

Dicho todo esto, primero, no es responsabilidad del MPP lo que pasó con

la radio.

Segundo, ¿algún día la izquierda pensará seriamente el tener un medio de comunicación radial y de televisión?

Golpe a la comunicación y silencios incómodos


 



Solidaridad con los trabajadores despedidos

La venta de M24 y el despido masivo de sus trabajadores no es un hecho aislado ni meramente empresarial.

Es parte de un proceso más grande: la disputa por el control de la comunicación en Uruguay, la precarización de los trabajadores de prensa y el avance de grupos económicos —muchos de ellos extranjeros—




La narrativa oficial intenta vender la idea de que esto es “solo una operación comercial”, pero cualquiera que conozca un poco el mapa mediático sabe que:




M24 era un espacio incómodo para el poder económico.




Tenía una identidad política marcada, con voces críticas y análisis profundos.




Representaba un bastión histórico del progresismo, especialmente del MPP.




Era una de las pocas radios que no hablaba desde el centro neoliberal recauchutado.




Desmantelar de un solo golpe a toda su plantilla, sin transición, sin respeto por los vínculos y sin transparencia, es una maniobra clásica para vaciar de contenido un medio y rearmarlo a gusto del comprador.




El objetivo es claro:

👉 neutralizar las voces críticas

En Uruguay se está viviendo un proceso silencioso pero profundo:




Concentración mediática en pocas manos.

Extranjerización del espectro.

Desplazamiento de periodistas críticos.

Precarización laboral para neutralizar la independencia.

Avance de formatos blandos y “despolitizados” para reemplazar la opinión y el análisis.




La comunicación se está transformando en un campo donde:




El negocio manda

La línea editorial se compra

La pluralidad es un costo

Y las voces críticas son un riesgo para los intereses empresariales

El que no se adapta al guion del mercado, no sobrevive.




La derecha ya sabemos cómo actúa y como se maneja en los medios

La postura del Frente Amplio ha sido, en el mejor de los casos, tímida, y en el peor, inexistente ,la reacción fue lenta, desordenada.




Dicen qué M24 siempre fue un tema incómodo dentro del FA:

Se veía a M24 como un “medio del MPP” y no como un proyecto de izquierda más amplio.

Otros sectores del FA nunca apoyaron realmente la construcción de medios propios fuertes.




Hay una tendencia histórica del FA a subestimar la batalla comunicacional.

La derecha entiende hace décadas que sin medios no hay poder.

Por eso compra, concentra, ordena y reorganiza el discurso público.

El FA, en cambio, llega tarde,responde desordenado,no tiene estrategia comunicacional sólida,no defiende sus propios espacios cuando están bajo ataque.




Y sigue creyendo que con “argumentos” alcanza, cuando en realidad esta es una disputa de poder, no de razón.




M24 era una herramienta:




para contrarrestar el blindaje mediático,




para amplificar voces sociales,




para discutir modelos de país,




para romper el cerco informativo.




Y hoy, ante su caída, la reacción institucional del FA no estuvo a la altura del daño producido. Lo que se viene: silencio, concentración y un retroceso para la democracia informativa

Si no se enfrenta esto políticamente:

Avanzará la concentración mediática.

Se achicará el campo progresista en radio abierta.

Los trabajadores de prensa seguirán siendo la variable de ajuste.




Y la derecha seguirá imponiendo el sentido común desde sus espacios comunicacionales blindados.




M24 No es solo una radio.

Es un símbolo.

Es una advertencia.

Es un test para saber si la izquierda entiende o no la batalla comunicacional del siglo XXI.




La venta y vaciamiento de M24 es un golpe directo a la pluralidad.

La comunicación no es un lujo: es un campo de disputa política.

Y el Frente Amplio, si pretende ser alternativa real de poder, tiene que dejar la tibieza y asumir que sin medios propios, fuertes y críticos, la batalla cultural la gana siempre el que controla el discurso.




La derecha lo sabe.

La izquierda todavía no actúa en consecuencia




Toda la solidaridad con los trabajodres despedidos.




Ana Antúnez

La servidumbre perfeccionada: esclavos del algoritmo, prisioneros del clic


 

Pensábamos que la esclavitud era una página cerrada de la historia. Que las cadenas se habían oxidado, que los grilletes eran piezas de museo. Pero nos equivocamos. Hoy la esclavitud no se impone con látigos, sino con notificaciones. No se firma con sangre, sino con clics. No se perpetra en campos de algodón, sino en oficinas abiertas, en plataformas digitales, en discursos que nos venden libertad mientras nos atan con algoritmos.

Vivimos en una sociedad que ha perfeccionado el régimen de servidumbre. El individuo ya no es ciudadano: es usuario, cliente, dato. El desclasado, el apolítico, el ignorante, el emprendedor ingenuo… todos giran en torno a un sistema que nos devora mientras nos promete éxito, visibilidad, pertenencia. Pero lo que recibimos es ansiedad, precariedad, aislamiento. Somos piezas de una maquinaria que no entendemos, pero que se alimenta cada día con nuestro tiempo, nuestra atención, nuestro deseo. Y buena parte de ello nos llega por nuestro teléfono.

El algoritmo es el nuevo capataz. Decide qué ves, qué sientes, qué crees. Te premia si confrontas (¡dále al like!), te castiga si reflexionas (te censuro y no te viralizo). Te empuja a odiar al pobre, al migrante, al diferente, mientras oculta a los verdaderos amos del cortijo: los fondos de inversión, los complejos militares-industriales, las transnacionales que saquean el planeta. Todo realizado sigilosamente, como una gran maniobra de distracción. Una coreografía de espejismos. Nos enfrentan entre los de abajo para que no miremos hacia arriba.

La sociedad actual es un teatro de sombras. Las redes sociales simulan comunidad, pero son vitrinas de soledad. El trabajo simula dignidad, pero es una carrera sin meta. La política simula representación, pero es un juego de máscaras. Y el individuo, perdido en este laberinto, ya no sabe qué papel cumple. Cree que emprende, pero lo que hace es sobrevivir. Cree que opina, pero lo que hace es repetir. Cree que elige, pero lo que hace es aceptar.

Wilhelm Reich lo vio venir. En Psicología de masas del fascismo, denunció cómo la represión emocional y la estructura autoritaria del carácter hacían posible el ascenso del totalitarismo. Hoy, esa estructura se ha digitalizado. La obediencia se ha convertido en scroll. La represión, en productividad. El miedo a la libertad, en miedo al algoritmo. Y la izquierda, si quiere ser transformadora, debe dejar de jugar en este tablero amañado. Debe enseñar a leer entre líneas, a desconectar, a organizar, a resistir. Porque esta esclavitud no se rompe con clics. Se rompe con conciencia. Con cuerpo. Con calle. Con comunidad.

En Psicología de masas del fascismo (1933), Wilhelm Reich se preguntaba por qué las masas obreras, que deberían luchar por su emancipación, terminaban apoyando regímenes autoritarios que las oprimían. Su respuesta no se limitaba a lo económico: Reich introdujo la dimensión emocional, sexual y cultural como clave para entender el fascismo. La represión del deseo, la obediencia inculcada en la familia patriarcal, el miedo a la libertad y la necesidad de pertenencia eran, para él, los ingredientes psicológicos que explicaban la sumisión de las masas.

En el Estado español, partidos como Vox y el PP han construido su discurso sobre el miedo y la confrontación. Promueven la idea de que el “otro” —el extranjero, el feminismo, el independentismo, la diversidad sexual— amenaza la unidad, la seguridad y la identidad nacional.

Mientras esto ocurre, ¿quiénes se benefician realmente? Muy sencillo: 1) las grandes eléctricas, la banca y los fondos buitre, que siguen acumulando beneficios récord mientras millones de personas sufren pobreza energética, tienen empleos precarios y no pueden acceder a una vivienda digna. 2) Las multinacionales que controlan sectores estratégicos como la alimentación, las medicinas, la sanidad privada o la educación concertada. 3) El complejo militar-industrial que se refuerza con presupuestos crecientes, mientras se recortan servicios públicos. 4) Las corporaciones tecnológicas que, por medio de los algoritmos de las redes sociales, amplifican el discurso del odio y la polarización, generando una falsa sensación de participación mientras manipulan emocionalmente a los usuarios.

Todo esto encaja con lo que Reich denunció: el fascismo no se impone solo desde arriba, sino que se alimenta de estructuras emocionales profundamente arraigadas. La ultraderecha ofrece orden, pertenencia, identidad. Pero lo hace a costa de la libertad, la empatía y la conciencia crítica.

Hoy, esa estructura emocional sigue vigente. La ultraderecha contemporánea no ha inventado nada nuevo: ha perfeccionado el manual. Fija enemigos externos para desviar la atención de los verdaderos beneficiarios del sistema. Así que necesitamos de forma urgente argumentos para luchar contra este sistema de servidumbre perfeccionada porque el enemigo no es el otro, es el sistema que nos enfrenta entre nosotros los explotados.

La ultraderecha señala al migrante, al pobre, al disidente, al queer. Pero el verdadero enemigo está en los consejos de administración, en los algoritmos que moldean el pensamiento, en los tratados comerciales que blindan el expolio. La izquierda debe dejar de jugar a la reacción y volver a la raíz: señalar al poder económico, al extractivismo, a la financiarización de la vida.

La tecnología no es neutral, es ideología codificada. Los algoritmos no solo censuran: moldean deseos, emociones, creencias. La izquierda debe entender que la batalla digital no es estética, sino estructural. No basta con tener presencia en redes: hay que construir soberanía tecnológica, medios digitales propios, plataformas descentralizadas.

La democracia representativa está agotada. Los parlamentos se han convertido en escenarios de marketing político. Las decisiones reales se toman en despachos opacos, en consejos de administración, en cumbres blindadas, en lobbies transnacionales. La izquierda debe apostar por formas de democracia directa, deliberativa, comunitaria. Hay que volver a la asamblea, al barrio, al contacto personal.

Y es que hay propuestas reales y prácticas para un nuevo rumbo basadas en pedagogía crítica digital, como pueden ser la creación de escuelas populares de alfabetización algorítmica, enseñar cómo funcionan las redes, cómo manipulan y cómo resistir a este marea de fakes que nos inunda, formando militantes en comunicación no dependientes de plataformas corporativas.

Hay que crear, y esto es urgente, infraestructuras propias, impulsar medios alternativos, cooperativas tecnológicas, redes federadas (como Mastodon o Peertube) y recuperar el control sobre los canales de comunicación.

Hay que repolitizar el deseo. La izquierda debe hablar de placer, de cuerpo, de afectos. Reich lo dijo: sin liberar el deseo, no hay revolución.

Hay que crear espacios donde la política no sea solo discurso, sino experiencia compartida, vínculo, comunidad.

Hay que impulsar redes de ayuda mutua. Frente al “sálvese quien pueda”, construir redes de cuidados, bancos de tiempo, cooperativas de consumo, espacios de resistencia cotidiana, porque la solidaridad no es un valor abstracto: es una práctica concreta que puede desmontar el individualismo neoliberal.

La desobediencia institucional debiera ser otro pilar fundamental del tránsito hacia una más sociedad más justa, sin esperar a que un gobierno nos salve de la catástrofe. La izquierda debe desobedecer cuando las leyes protegen el expolio.

Si queremos transformar esta sociedad, este sistema, hay que apoyar la insumisión, la ocupación, la autogestión. Crear flotillas de libertad que naveguen fuera del mapa oficial.

Vivimos en un mundo en el que el algoritmo es el nuevo inquisidor: decide qué es verdad, y que merece ser visto. El clic es el nuevo voto sin poder: se contabiliza, pero no transforma. La red social es el nuevo confesionario donde se expone la intimidad, pero no se recibe consuelo. La izquierda institucional es un barco varado, necesita astilleros nuevos, velas nuevas, rutas nuevas.

Txema García, periodista y escritor

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Entrevista a Héctor Florit,


 El exconsejero de Primaria, Héctor Florit, dijo que la desafiliación de Pablo Caggiani en Ademu “es extemporánea” y expresó “toda su solidaridad con él”. Entrevistado por Nada que perder, indicó que “la mejor manera de evitar el riesgo es blindando las escuelas con comunidad”.

20 de Marzo de 2023 Entrevista a Diego Sanjurjo


 

El gobierno de Trump acumula derrotas económicas, políticas y diplomáticas


 Donald Trump ha tenido una pésima semana. El martes 5 su partido sufrió una aplastante derrota en las elecciones estatales y locales en seis estados, lo que revela la pérdida de respaldo al trumpismo; el número de días de cierre del gobierno (shutdown) ha superado el récord histórico por la falta de acuerdo en el Senado para definir el límite del Presupuesto Federal, lo que está generando serios problemas con el financiamiento de programas de ayuda alimentaria y salarios de empleados; la deuda superó los 38 billones de dólares y prevalece un enorme déficit fiscal financiado con emisión de bonos del Tesoro que no encuentran compradores; y, el miércoles 6, la Corte Suprema de Estados Unidos celebró la primera sesión sobre la legalidad de los aranceles instrumentados por Trump desde enero, considerados por el Presidente como “una cuestión de vida o muerte”.

En su patio delantero, como recategorizó nuestra región el ex Presidente Joe Biden, no le ha ido mejor. A pesar de que el gobierno estadounidense ha incrementado su injerencia de manera abierta y descarada, no ha podido llevar a todos los países a su redil. Hay varios que se le rebelan y, por ello, el lunes 3 ha debido suspender la Cumbre de las Américas prevista para los primeros días de diciembre en República Dominicana bajo el lema “Construyendo un Hemisferio Seguro, Sostenible y de Prosperidad Compartida”.

La tensión por la presencia militar que ha asesinado a más de 69 personas en 18 bombardeos a pequeñas embarcaciones que supuestamente llevaban drogas a Estados Unidos; la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la Cumbre, que motivaron las ausencias de Gustavo Petro y Claudia Sheinbaum; las dudas de otros líderes de participar y la confirmación de otros que utilizarían el evento para exigir el retiro de la presencia militar y naval estadounidense fueron los factores determinantes para suspenderla.
Al principio

Durante su primer mandato, Trump no le prestó mucha atención a la región. La excepción fue Venezuela, donde impuso a un presidente ad interim, Juan Guaidó, con más de 50 representaciones diplomáticas y asiento en el BID; creó en 2017 el Grupo de Lima, desde donde alentaban a las Fuerzas Armadas venezolanas a reconocer a Guaidó como presidente; se confiscaron las refinerías y estaciones de servicio en Estados Unidos de la empresa CITGO, filial de PdVSA, la petrolera estatal de ese país; se confiscaron 31 toneladas de oro en el Banco de Inglaterra; y se encargó al trío Elliot Abrahams, Mauricio Claver Carone y Marco Rubio desestabilizar al gobierno de Maduro, sin éxito. Tampoco prosperó la Operación Gedeón, un intento fallido de incursión armada en Venezuela en mayo de 2020, liderada por ex militares venezolanos y mercenarios de Estados Unidos y Colombia, con el objetivo de derrocar a Nicolás Maduro.

Trump no participó en la Cumbre de las Américas que tuvo lugar en Lima, en 2018, convirtiéndose en el único Presidente estadounidense ausente en este evento, que reúne cada tres años a los líderes de la región desde 1994, creado por iniciativa del ex Presidente Clinton en el escenario del fin de la Guerra Fría. Hoy las cosas son distintas y esta región se ha convertido en un escenario de pugna por el poder hegemónico entre China y Estados Unidos. En efecto, 22 de los 33 países de América Latina y el Caribe han firmado su adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), a través de la cual China ha invertido desde 2013 en proyectos de infraestructura muy importantes en varios continentes. Por esta razón, Trump se ha mostrado decidido a tomar control de nuestra región.
Después

Durante su segundo mandato, el Presidente ha pisado fuerte el acelerador de la injerencia en América Latina y el Caribe para desplazar a China a como dé lugar. Tan pronto asumió el gobierno, en un acto simbólico, le cambio el nombre al Golfo de México por Golfo de América. En Panamá obligó al gobierno a retirarse de la BRI y a expulsar a empresas chinas de la administración del canal. Dos meses después, la firma estadounidense BlackRock compró los puertos de Balboa y Cristóbal, en ambos extremos del canal, a CK Hutchison, una empresa de Hong Kong.

Trump interifirió en la justicia brasileña al gravar con aranceles de hasta 50% a las exportaciones de ese país a Estados Unidos por el juicio contra Jair Bolsonaro –finalmente fue condenado a 27 años de prisión–, al que calificó como una “caza de brujas que debe terminar inmediatamente”, porque constituye una “vergüenza internacional”.

Dos semanas después, el ex Presidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010) fue hallado culpable, en primera instancia, de los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal, y condenado a doce años de prisión domiciliaria. Inmediatamente el secretario de Estado, Marco Rubio, dijo que “el único delito del ex Presidente colombiano Uribe ha sido luchar incansablemente y defender su patria. La instrumentalización del poder judicial colombiano por parte de jueces radicales ha sentado un precedente preocupante”.

En cuanto a México, el primer día de su mandato Trump declaró a carteles del narcotráfico de ese país como organizaciones terroristas, lo cual facilita la intervención militar aludiendo a la seguridad nacional de Estados Unidos. Trump tiene intenciones de que México autorice el ingreso de tropas del Ejército y de inteligencia estadounidenses para combatir el narcotráfico. Es una de las mayores presiones que tiene la Presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum. En esa oportunidad no incluyó al Cartel de los Soles, de Venezuela. Lo hizo recién a fines de agosto, y el 2 de septiembre desplegó buques de guerra en el Mar Caribe frente a las costas de Venezuela, que ha dejado el saldo ya mencionado de 69 fallecidos.

A pesar de las reiteradas denuncias del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos de que dichos ataques representan crímenes extrajudiciales y que a partir de la escasa información que proporciona Estados Unidos ninguna de las víctimas de los barcos atacados representaba una amenaza inminente, el secretario de Guerra, Pete Hegseth, dice que “los ataques navales contra los narcoterroristas continuarán hasta que cesen sus actividades de envenenamiento del pueblo estadounidense (…) A todos los narcoterroristas que amenazan nuestra patria: si quieren seguir con vida, dejen de traficar con drogas. Si siguen traficando con drogas mortales, los mataremos”.

El gobierno ha desplegado en el mar Caribe, frente a las costas de Venezuela, una docena de barcos de guerra, un submarino, más de diez mil soldados que también están estacionados en Puerto Rico y Trinidad y Tobago y, próximamente, se estacionará el portaaviones USS Gerald R. Ford, el buque de guerra más grande del mundo, con capacidad para transportar 90 aviones. Cuando llegue, el 20% de los buques de guerra estadounidenses movilizados en el mundo estarán en aguas latinoamericanas, según un análisis de la revista especializada Stars and Stripes.

El Presidente Trump ha autorizado a la CIA a desarrollar misiones encubiertas en Venezuela y ha dicho que entrarán en una nueva fase que incluiría acciones terrestres. Según una encuesta de You.Gob, la mitad de los estadounidenses se opone a los ataques militares estadounidenses contra objetivos terrestres en Venezuela. Sólo una quinta parte los apoya.

Trump ha dicho que Maduro tiene los días contados al frente de Venezuela, pero se contradice cuando al mismo tiempo admite que duda y que no cree que vaya a haber una guerra entre ambos países. Lamentablemente, el jueves 6 el Senado rechazó (51 a 49 votos) una propuesta bipartidista para bloquear cualquier acción militar estadounidense contra Venezuela que no haya sido aprobada por el Congreso.

Trump aún debe tomar una decisión sobre cómo proceder en Venezuela. Las declaraciones de apoyo a Venezuela por parte de los Presidentes de Rusia y China deben pesar en su decisión. Durante el Foro Empresarial Estadounidense, en Miami, en el que también participó el Presidente Milei, la líder de la oposición y premio Nobel de la Paz 2025, María Corina Machado, apoyó incondicionalmente los bombardeos a las lanchas y dijo que Maduro es “el cabecilla de esta estructura narcoterrorista que ha declarado la guerra contra el pueblo venezolano y contra las naciones democráticas en la región, donde las redes criminales sustentan al régimen chavista con el tráfico de drogas, oro, armas y personas”. “Maduro empezó esta guerra, y el Presidente Trump va a terminarla”, señaló por videoconferencia.

En reiteradas oportunidades, el Presidente colombiano, Gustavo Petro, ha dicho que “Colombia no prestará su territorio para ninguna invasión de un país vecino ni ninguno de sus hombres”. El 19 de octubre, Petro dijo que funcionarios del gobierno de los Estados Unidos habían “cometido un asesinato y violado nuestra soberanía en aguas territoriales. El pescador Alejandro Carranza no tenía vínculos con el narco y su actividad diaria era pescar. La lancha colombiana estaba a la deriva y con la señal de avería”. Exigió una rendición de cuentas sobre este caso. La violenta respuesta de Trump no se hizo esperar: dijo que “la producción masiva de drogas se ha convertido, con diferencia, en el mayor negocio de Colombia, y Petro no hace nada para detenerlo”. Incluso amenazó con una intervención si Petro no “cierra de inmediato los campos de exterminio” que representan las zonas de producción de droga en su país. De lo contrario, Estados Unidos “los cerrará por él, y no será bonito”, amenazó. Seguidamente lo acusó de ser líder del narcotráfico y anunció la suspensión de toda ayuda financiera y tecnológica.

La injerencia más reciente de Estados Unidos ha tenido lugar en la Argentina, donde el gobierno intervino en el mercado cambiario a través de tres bancos privados para sostener el tipo de cambio y anunció un préstamo de 20.000 millones de dólares. Antes, Trump dijo que los argentinos estaban muertos, pero que solo apoyarían a la Argentina si votaban a Milei en las elecciones legislativas del 26 de octubre.
Todo tiempo pasado fue mejor

A diferencia de las incursiones militares en Irak, Libia, Siria, Granada, Panamá, entre otros, la amenazante presencia militar de Estados Unidos en el Mar Caribe se realiza en circunstancias en que el país del Norte se encuentra con la musculatura algo resblandecida.

Según el FMI, como consecuencia de los aranceles instrumentados por Estados Unidos a partir de abril, las previsiones de crecimiento están muy lejos de volver a los niveles de 2024. El consumo ha registrado una caída significativa, la inflación está un punto porcentual por encima de la meta, el desempleo se ha incrementado y el país se encuentra en una crisis de endeudamiento en espiral acompañada de un déficit fiscal crónico. Por otro lado, el cierre del gobierno ha tenido impacto en algunos programas de alimentación, en especial el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), que cubre a casi 42 millones de personas. Estos han quedado desfinanciados desde el sábado 1°.

En el plano político Trump fue barrido en las elecciones del martes 5. El caso más aplaudido ha sido el triunfo del alcalde de la ciudad de Nueva York, Zohran Mamdani, no solo porque no disimuló su condición de musulmán, migrante nacido en Uganda, de origen indio, defensor de la causa palestina y socialista, sino porque los electores desafiaron el chantaje de Trump, quien dijo que si Mamdani ganaba suspendería la ayuda federal a NYC.

En el plano internacional, Trump venía de una cumbre bilateral con Xi Jinping, realizada en Corea del Sur, en la que este intentó salir de su laberinto arancelario al pedirle al líder chino que le siga comprando soja –para no deteriorar su base electoral– y le vendiera tierras raras, para no perjudicar su industria. China concentra alrededor del 61% de la producción de tierras raras extraídas y controla hasta el 92% del procesamiento mundial. Ambos firmaron un precario acuerdo por un año. En la relación con nuestra región, la postergación de la Cumbre de las Américas representa una derrota diplomática para Trump, pues no ha sido capaz de presentar una agenda proactiva en lugar de imperativa. Lo único que ha hecho durante su gobierno es incrementar su injerencia, desestabilizar la región y amenazar con su presencia militar en México, Colombia y, con palabras mayúsculas, a Venezuela.

Fuente: https://www.elcohetealaluna.com/lagrimas-negras/

IDEAS PELIGROSAS



Un análisis crítico sobre cómo la inteligencia artificial se convirtió en una herramienta que moldea el trabajo, la información y la política. Desde la vida precarizada de los data workers hasta las fake news, una mirada profunda al poder real detrás de la IA.

MASACRE EN RIO DE JANEIRO




El detrás de escena de ésta acción policial, la financiación, vínculos con el poder y el reclutamiento de estos grupos. ¿Qué funciona en el combate y qué fracasa? ¿Qué enseñanzas deja este episodio para Uruguay?

Raúl Cohe conversa sobre la reciente megaoperación policial en Río y el poder de los grupos criminales con Gabriel Pereyra, uno de los periodistas que más conoce acerca del crimen organizado en América Latina.

Una charla clara y dura, pero sin duda necesaria, para intentar entender y prevenir en lo que fuera posible un fenómeno tan complejo como urgente.

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Macarena Gelman aseguró que búsqueda de la verdad "es un compromiso que no puede abandonarse"


 La defensora de los derechos humanos, integrante del nodo Uruguay de la Red por el Derecho a la Identidad y ex parlamentaria, Macarena Gelman, destacó la importancia de “sostener la búsqueda de la verdad y la defensa de los derechos humanos frente a los nuevos embates autoritarios”. Sus declaraciones se enmarcan en la presentación de la campaña conjunta entre organizaciones de DDHH de Argentina y Uruguay para encontrar en nuestro país a nietos apropiados durante las dictaduras del Cono Sur. Asimismo, Gelman está participando de distintas actividades reflexivas a 50 años del Plan Cóndor.


En entrevista con el Portal del PIT-CNT, Macarena Gelman se refirió a la presentación realizada en el Teatro Solís de Montevideo por la organización Abuelas de Plaza de Mayo junto al nodo Uruguay de la Red por el Derecho a la Identidad que impulsa un trabajo conjunto entre Argentina y Uruguay para localizar a los nietos nacidos entre 1975 y 1983, víctimas del accionar de las fuerzas represivas durante la dictadura cívico-militar.

Gelman, hija de los detenidos desaparecidos argentinos Marcelo Gelman y María Claudia García Iruretagoyena, y nieta del poeta Juan Gelman, valoró la iniciativa como un desafío que afrontan las organizaciones sociales "cada una desde su lugar y sus posibilidades, sumando para poder llevar adelante esta campaña de búsqueda. El mayor desafío es sostenerla en el tiempo”, afirmó.

Gelman destacó la relevancia institucional del acto, que contó con la presencia del presidente de la República, Yamandú Orsi y de la vicepresidenta Carolina Cosse. “Es un respaldo institucional importante y eso ayuda porque nos sentimos acompañados. Descontamos que la presencia y el acompañamiento en este hito se traducirá en apoyos de diversas formas. Vamos a necesitar información, la posibilidad de compartir y difundir lo más posible para que el mensaje llegue a todos y todas, no sólo en Montevideo, sino también en el interior del país. Es un desafío lindo y grande, y confiamos en que tendremos ese acompañamiento”, señaló.    


Memoria frente a los retrocesos

Consultada sobre los 50 años del Plan Cóndor y el embate de las derechas a nivel mundial contra las organizaciones sociales, de derechos humanos y colectivos feministas, Gelman sostuvo que supone nuevos desafíos.“Por un lado, la sociedad civil organizada ha enfrentado dificultades incluso mayores que esta coyuntura. Estar a 50 años del Plan Cóndor nos recuerda justamente eso. Por tanto, creo que es importante recordar que en la historia ya hemos atravesado momentos incluso más complejos. Lo que tratamos de hacer hoy es coordinar esfuerzos para reparar, en la medida de lo posible, el daño causado por aquella época tan oscura de nuestra historia, no sólo del Uruguay sino de todo el Cono Sur”.

Gelman remarcó en que la sociedad civil organizada "conoce de peores momentos", que los actuales, lo que no significa "subestimar" los embates de las derechas, porque las amenazas actuales adoptan nuevas formas, en especial en el terreno comunicacional. “Hay una necesidad imperiosa de tener acceso a información de calidad, verificada, no a la difusión de campañas de odio que lastiman el tejido social e impiden la convivencia democrática. Estamos en un camino de retroceso, y es fundamental entenderlo. Cada uno desde su lugar puede colaborar para que eso no ocurra. El desafío es organizarse, resistir, ser conscientes de que las condiciones cambiaron y de que esos ataques toman otras formas”.
“Los hijos de la memoria”

Este jueves 6 de noviembre, a las 19 horas, en el Teatro Politeama de la ciudad de Canelones, se realizará el conversatorio “Los hijos de la memoria”, que reunirá testimonios de hijas e hijos cuyas infancias fueron atravesadas por el terrorismo de Estado, para reflexionar sobre las huellas de la represión y las luchas por memoria, verdad y justicia.

Además de Macarena Gelman, participarán Gabriela Schroeder, Camilo Casariego, Francesca Casariego, Anatole Julien y Mariana Zaffaroni. La actividad es organizada por la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente de Presidencia de la República, con apoyo de la Secretaría de Derechos Humanos de Canelones.

“Este encuentro va a ser un intercambio intergeneracional, donde podamos conversar y compartir nuestras experiencias, pero también nuestra mirada hoy, a 50 años del Plan Cóndor, y hacia el futuro. Esperamos poder reflexionar juntos. La participación de las nuevas generaciones es algo a lo que debemos apuntar todo el tiempo, compartir lo vivido para que puedan tomar nuestra experiencia y hacer su propio camino, sabiendo que conocer la historia puede evitar que se repitan los males del pasado”, remarcó.

Finalmente Gelman advirtió sobre el riesgo del resurgimiento de las ultraderechas. “La experiencia indica que nos cuesta aprender de lo que ya vivimos, y muchas veces nos cuesta recordar. Hay cuestiones que hoy se ven prácticamente como en aquella época, aunque con nuevas formas y medios. El temor siempre (al resurgir de los fascismos) está, por nuestra propia experiencia, pero no queda otra que enfrentarlo. Por ello tenemos la necesidad de estar alerta para que estas cosas no nos sorprendan y para que las generaciones futuras no tengan que pasar por lo mismo”.   

 FUENTE PIT CNT.      A 50 años del Plan Cóndor

Hasta encontrarlos a todos


 En un encuentro desarrollado en el Teatro Solís de Montevideo, la organización Abuelas de Plaza de Mayo anunció ayer la iniciativa para impulsar el trabajo conjunto entre Argentina y Uruguay para encontrar nietos nacidos entre 1975 y 1983, víctimas del accionar de las fuerzas represivas durante la dictadura cívico-militar.


Con la presencia del presidente de la República, Yamandú Orsi, la vicepresidenta, Carolina Cosse, ministros de Estado, la


directora de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente, Alejandra Casablanca y autoridades nacionales, se presentó el Nodo Uruguay, una iniciativa conjunta de Abuelas de Plaza de Mayo y la Comisión por el Derecho a la Identidad.

La Red por el Derecho a la Identidad fue creada por la asociación Abuelas de Plaza de Mayo, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad de Argentina y la sociedad civil, con la finalidad de promover la búsqueda de los nietos y el derecho a la identidad en todo el territorio argentino. Funciona como una red de contención y ofrece información y acompañamiento en el lugar donde se encuentre la persona que tiene dudas de su identidad.     SEGUIR LEYENDO ACÁ

Comenzó juicio a militares por torturas a Roslik

 



comenzó el juicio a nueve militares por la detención y tortura de Vladimir Roslik y otros vecinos de la localidad de San Javier, en Fray Bentos, en el tramo final de la última dictadura uruguaya (1973-1985). “Se los sometió a los tratos crueles e inhumanos más degradantes (…) para que admitieran algo” que “era mentira”, indicó en su exposición inicial el fiscal de Crímenes Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, según publicó Telemundo.

Los acusados tienen tipificados los delitos de privación de libertad, abuso de autoridad y lesiones graves. Roslik, médico de San Javier, fue torturado hasta la muerte el 16 de abril de 1984; sin embargo, su asesinato no forma parte de este caso: «No imputamos aquí la muerte de Roslik porque la Suprema Corte de Justicia, a través de la sentencia 608/2021, nos imposibilitó eso», dijo el fiscal.

Es que en 2021 la SCJ definió el archivo de la investigación sobre la muerte del médico.

En concreto, se los acusa de torturas a varias personas de la colonia rusa de San Javier en el Regimiento de Infantería Nº 9 de Fray Bentos. En octubre del año pasado, la jueza Selva Siri Thove no hizo lugar al pedido de Fiscalía para que fueran a prisión preventiva, pero determinó medidas cautelares como cierre de frontera y uso de tobillera electrónica.  SEGUIR LEYENDO ACÁ

Uno de cada diez hogares del Municipio A sufre hambre, la inseguridad alimentaria quintuplica la media


 El segundo estudio sobre inseguridad alimentaria en el Municipio A reveló que uno de cada diez hogares se encuentra en situación grave, con integrantes que “pasaron hambre durante el último año”. La cifra de 10,5% es cinco veces superior a la media nacional (1,9%) y una vez y media mayor que la de los hogares más pobres del país. Aunque los indicadores mejoraron respecto a 2023, cuando la inseguridad grave alcanzaba el 20%, el informe advierte que “más de una cuarta parte de las familias del Municipio A (27,1%) sigue enfrentando dificultades para acceder a una alimentación suficiente y variada”.


Este jueves 30 de octubre se dieron a conocer los resultados de la segunda investigación realizada en el Municipio A en el marco de un trabajo conjunto entre la Escuela de Nutrición y el Programa Apex sobre la inseguridad alimentaria.

El estudio, que contó con financiamiento parcial de la Federación Uruguaya de Magisterio - Trabajadores de Educación Primaria (FUM-TEP) y con la participación y asesoramiento técnico del Observatorio del Derecho a la Alimentación de la Escuela de Nutrición, se desarrolló durante 2024-2005 con el objetivo de conocer la situación en materia de seguridad alimentaria de niñas y niños menores de 12 años residentes en los territorios comprendidos por el Municipio A. El primer relevamiento se había realizado en 2022.      SEGUIR LEYENDO ACÁ

«La guerra contra las drogas se utiliza para aumentar la presencia militar de EE.UU. en América Latina»


 Crece la tensión ante las amenazas de EE.UU. contra Venezuela y Colombia


En las últimas semanas, Estados Unidos llevó a cabo varios ataques aéreos letales en el mar Caribe contra barcos que el Gobierno de Trump afirmó, sin proporcionar pruebas, que se estaban utilizando para traficar drogas. Según un grupo de expertos de la ONU, los ataques estadounidenses contra embarcaciones en el Caribe frente a las costas de Venezuela equivalen a “ejecuciones extrajudiciales”.

“Esto parece vincularse a una situación política mucho más amplia que la persecución de narcotraficantes, lo cual no parece ser […] para nada el principal objetivo del Gobierno estadounidense”, plantea Guillaume Long, investigador destacado del Centro de Investigación en Economía y Política y exministro de Relaciones Exteriores de Ecuador. Long dice que el deseo de provocar un “cambio de régimen en Venezuela” y la ira frente a la política a favor de Palestina del presidente colombiano Gustavo Petro son también factores que impulsan la ofensiva de Estados Unidos. Por su parte, el médico y activista colombiano Manuel Rozental señala que la guerra contra las drogas es realmente una forma de control económico.
ranscripción

Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! Democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman, con Juan González.

Un grupo de expertos de las Naciones Unidas ha dicho que los ataques estadounidenses contra embarcaciones en el Caribe frente a las costas de Venezuela equivalen a “ejecuciones extrajudiciales”. En las últimas semanas, Estados Unidos ha bombardeado siete embarcaciones al tiempo que asegura, sin pruebas, que los barcos atacados transportaban drogas.

En un comunicado, los expertos de la ONU afirmaron que “Estas medidas son una escalada extremadamente peligrosa con graves implicaciones para la paz y la seguridad en la región del Caribe”. Esto se produce al tiempo que el presidente Trump ha autorizado a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas letales dentro de Venezuela. La CIA también habría desempeñado un papel central en los ataques a las embarcaciones. Asimismo, aumentan las tensiones entre Estados Unidos y Colombia, luego de que el presidente Gustavo Petro acusara a Estados Unidos de cometer un asesinato al matar a un pescador colombiano en un ataque a mediados de septiembre.

El presidente Trump respondió a Petro calificándolo de “lunático” y “líder del narcotráfico”. Trump también amenazó con suspender la ayuda internacional a Colombia y aumentar los aranceles a los productos colombianos. En respuesta, Petro escribió: “Tratar de impulsar la paz de Colombia no es ser narcotraficante”. Este es Petro, hablando el martes.


PRESIDENTE GUSTAVO PETRO: Yo no me estoy equivocando con hablar con el mundo desde Colombia, porque lo que estoy demostrando es que Colombia es corazón del mundo. Y la agresión sobre Colombia es una agresión sobre el corazón del mundo. Y convoco al mundo a ayudarnos. Antes convocaba al mundo a ayudar a Palestina, ahora a nosotros porque nos quieren atacar. Y son mafiosos y Trump les está creyendo.

Hoy tenemos a dos invitados: Guillaume Long, exministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, y Manuel Rozental, médico y activista colombiano que nos acompaña desde el Cauca, Colombia.

Dr. Rozental, usted ha pasado 40 años trabajando con grupos indígenas, organizaciones políticas de base que trabajan con jóvenes, y movimientos sociales urbanos y rurales. Usted ha tenido que exiliarse en varias ocasiones por sus actividades políticas y es integrante de la organización Pueblos en Camino. Para comenzar, hable sobre estos bombardeos estadounidenses contra embarcaciones venezolanas y también colombianas con la ayuda de la CIA, como lo ha dicho el propio presidente Trump, y lo que esto significa. ¿Por qué cree que Estados Unidos está involucrado en estas actividades extrajudiciales que muchas personas, incluidos senadores republicanos como Rand Paul, de Kentucky, han llamado “asesinatos extrajudiciales”, que han dejado decenas de personas muertas?

MANUEL ROZENTAL: Sí. En primer lugar, gracias por presentar el tema y por discutirlo y que se entienda. En primer lugar, sí es un hecho que se trata de asesinatos, sin investigación, sin capturas. Supongamos que fuera gente que estuviera transportando drogas hacia el norte, no narcotraficantes, eso no le permite a un jefe de Estado, a un Gobierno y a la potencia militar más poderosa del planeta asesinar con absoluta impunidad.

No solo está juzgando, está sentenciando, está condenando y está asesinando. Llama mucho la atención que eso que se da… hace una semana el comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, con una carrera militar de 37 años renuncia antes del primer año —normalmente son tres— a su cargo cuando esto se inicia o está en curso, lo cual debe investigarse porque seguramente tiene que ver con estas órdenes de masacrar impunemente que están sucediendo en otros lugares del mundo, no sobra decir Gaza, que es un modelo que está surgiendo ahí.

Pero esto qué significa y cómo lo vemos nosotras y nosotros acá. El señalamiento al presidente Gustavo Petro directamente como narcotraficante e impopular en Colombia no solo es falso, sino que además es una acusación temeraria y peligrosa de alguien que cambió el abordaje o está intentando cambiar el abordaje de la guerra frente a las drogas.

¿Qué implica esto? Implica un renacer, recrudecer del viejo imperialismo norteamericano y estadounidense que no se ha detenido con el pretexto de la guerra contra las drogas, que nunca ha sido una guerra para acabar con las drogas, sino que siempre se trata de un instrumento para los Estados Unidos, de una parte, acumular ganancias con el tráfico de drogas y de otra parte, con el pretexto de la guerra contra las drogas, reprimir movimientos sociales, controlar la política de países y entrar por recursos que necesita.

Ahora es absolutamente claro que de eso se trata, complementándolo con el hecho de que la imposición de aranceles a productos agrícolas y a productos de nuestros países lo que hace es empobrecer aún más al campesinado, donde se producen las plantas que se convierten en ilícitas. Esos aranceles e impuestos obligan a la gente a encadenarse en el proceso del narcotráfico que enriquece mafias, instituciones financieras y gente sobre todo de las élites de nuestros países y del primer mundo. Esto está poniéndose sobre la mesa claramente.

JUAN GONZÁLEZ: Y doctor Manuel Rozental, quisiera preguntar, Colombia ha pasado por décadas de guerra  


 

Si no me obedeces eres terrorista o narcotraficante

La obsesión del convicto presidente Donald Trump por volver a imponer la Doctrina Monroe en la América Latina ha llegado al extremo de declarar que si un gobierno legítimamente elegido se opone a sus intereses, se le declarará terrorista o narcotraficante.

La última confrontación de Trump con una nación democrática ocurrió recientemente, después que el presidente colombiano Gustavo Petro ofreció ante la Asamblea General de Naciones Unidas uno de los discursos más valientes al denunciar las arbitrarias y agresivas acciones que cometen Estados Unidos, y su actual presidente, contra numerosos países del mundo.

Petro, entre las falacias que refutó, se refirió a las infundadas acusaciones a Venezuela como un país traficante de drogas y las amenazas militares de Estados Unidos en el Caribe y en específico contra la Revolución Bolivariana.

Y reafirmó «los narcotraficantes viven en Miami, Nueva York, París, Madrid, Dubai. Muchos tienen ojos azules y pelo rubio y no viven en lanchas donde caen los misiles. Los narcotraficantes viven al lado de la casa de Trump en Miami».

Trump primero le retiró la visa al presidente colombiano y ahora canceló la ayuda financiera a Colombia alegando inacción del gobierno en la lucha contra el narcotráfico. Asimismo, con su usual prepotencia, calificó sin pruebas a Petro de «líder del narcotráfico» y dijo que si no cierra los campos de exterminio (drogas), Washington lo hará.

Contra Venezuela, en el afán de apoderarse de sus riquezas naturales como petróleo, gas, oro, coltán y reservas de agua potable, Washington ofreció 50 millones de dólares por la captura del legítimo presidente Nicolás Maduro, quien como su predecesor Hugo Chávez Frías, no ha permitido que la Casa Blanca vuelva a colonizar Caracas como ocurrió en décadas anteriores.

En un movimiento militar sin precedentes, Estados Unidos ha desplegado una fuerza militar en el Caribe con 10 buques de guerra, un submarino nuclear, decenas de aviones, miles de marines y 1.200 misiles para operar cerca de las costas de Venezuela con la vieja excusa de «luchar contra el narcotráfico» y la supuesta droga que entra en Estados Unidos desde esa nación latinoamericana.

De agosto a la fecha, Estados Unidos ha bombardeado siete supuestas embarcaciones de narcotraficantes en el Caribe.

En ninguno de los casos ha presentado pruebas de que las embarcaciones atacadas transportaran drogas ni de que sus tripulantes estuvieran vinculados al narcotráfico pese a que ya ha asesinado a unas 32 personas.

Para Petro, la estrategia de Estados Unidos de juntar «la mal llamada guerra contra las drogas» con «la búsqueda real del petróleo», mediante ataques contra Venezuela, «es un doble fracaso».

Otro de los casos más arbitrarios y extensos por el tiempo es el de Cuba. Washington ha mantenido a la Isla del Caribe bajo un férreo bloqueo económico, comercial y financiero por más de 60 años y además puso al país como patrocinador del terrorismo sin ninguna prueba.

Por el contrario, Cuba ha llevado a más de un centenar de países ayuda solidaria cuando han ocurrido desastres naturales (como ciclones, inundaciones, terremotos) además de enviar a personal de salud experimentado a combatir epidemias como malaria y ébola a diferentes naciones.

Washington no ha podido doblegar al gobierno y pueblo cubanos pese haber lanzado contra la Isla, agresiones, invasiones, atentados y bloqueos. Cuba ha mantenido con estoicidad y sacrificio, desde 1959, su soberanía e independencia y eso les duele a los propulsores de la Doctrina Monroe que intenta imponer nuevamente el derrotero de América para los americanos, o mejor dicho para Estados Unidos.

Son tiempos de unidad en América Latina para luchar contra un régimen antidemocrático establecido en Estados Unidos que intenta nuevamente convertir en neocolonia a toda la región del hemisferio occidental.

Y hay que estar alerta porque un imperio en decadencia es muy peligroso y hará cualquier locura por tratar de preservar un mundo unipolar cada vez más debilitado.

Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano, especialista en política internacional.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Charlamos con Richard Read

 


Sin utopías no cambiaremos el mundo

Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. –Karl Marx (Tesis sobre Feuerbach, 1845)

El capitalismo, en tanto civilización dominante, vive una crisis generalizada, multifacética e interrelacionada, a más de sistémica. Nunca afloraron a nivel global tantos problemas simultáneamente, que rebasan lo económico, mostrando efectos en lo político, energético, alimentario, sanitario y, por supuesto, cultural. La ética de la existencia misma está asediada por una codicia desenfrenada y un egoísmo cada vez más brutal. Esos graves problemas no se quedan en lo que consideramos comúnmente como la dimensión social, pues también hay efectos ambientales inocultables. La vida está en riesgo por una multiplicidad de ecocidios y genocidios, como sucede en la Amazonía y Palestina, para mencionar dos casos de brutal actualidad.

Las manifestaciones de esta crisis civilizatoria, desatadas e influenciadas por una suerte de “virus mutante”, llegan incluso a expresarse como una crisis de sentido histórico en término de una aparente desaparición de las soluciones y alternativas estructurales, de horizontes esperanzadores. Así, constatamos como se pinta de colores a la economía para que no se afecte la lógica de acumulación del capital; como se impulsan transiciones energéticas corporativas para seguir marchando en el propio terreno. Y todo en medio de inocultables tendencias neocoloniales, que condenan más y más al Sur global a seguir sosteniendo el bienestar de las naciones históricamente enriquecidas, a costa de otras sociedades y de la misma Naturaleza.

Para poder dar pasos orientados por otros horizontes alentadores precisamos tener claro el devenir histórico de la Humanidad, como premisa básica que nos permita comprender la compleja realidad actual. A la par, habrá que considerar que el futuro de la Humanidad está amenazado por varias fuerzas destructivas, derivadas de la acumulación del capital, que se sostiene en estados autoritarios y en su poder ideológico, que han llevado a las sociedades y a los ecosistemas al borde del colapso. En este escenario se avizora “el fin de la megamáquina”, como considera Fabian Scheidler. Aceptando esa previsión, no es posible, menos aún deseable, esperar a que esa maquinaria colapse, pues en su camino de muerte sigue arrastrando al precipicio a millones de seres humanos y no humanos. Reconociendo la complejidad de las tareas que nos toca asumir, precisamos impulsar transformaciones estructurales.

Entonces, si hablamos de transformaciones profundas y sistémicas hablamos de política. El tema es y siempre será político. No podemos aspirar solo a soluciones “técnicas”. Nuestro mundo necesita ser pensado en términos políticos como fundamento para recrearlo desde las bases. Por lo tanto, debemos impulsar transiciones movidas por nuevas utopías e incluso recuperando utopías realizadas, pero siempre enfrentando las limitaciones que impone la actual distribución del poder. Sí, otros mundos serán posibles si se los piensa y organiza comunitariamente desde los derechos humanos —políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales de los individuos, de las comunidades y de los pueblos—, así como desde los derechos de la Naturaleza, sin que a esos derechos se los lea y aplique como un mero ejercicio de institucionalidad jurídica.

Definitivamente es el momento de entender que la Naturaleza es la condición básica de nuestra existencia y, por tanto, que es también la base de los derechos colectivos e individuales, inclusive de los derechos de libertad. Así como la libertad individual solo puede ejercerse dentro del marco de los derechos de los otros humanos, la libertad individual y colectiva -particularmente de las futuras generaciones- solo puede ejercerse si aceptamos que la Naturaleza es el origen de todos los derechos posibles, en tanto ella nos da el derecho a existir a los seres humanos.

Esas posibilidades para impulsar un gran giro civilizatorio, una suerte de giro copernicano, dependen de cuán bien podamos entender y enfrentar los intereses que buscan mantener el statu quo con el fin de conservar su poder, intereses opuestos precisamente a los cambios que proponemos. Así, es evidente que no se trata de hacer mejor lo realizado hasta ahora y esperar a que las cosas cambien, además, para bien. Lo que se busca es construir colectivamente acuerdos de convivencia socio-ecológica -entendiendo siempre que justicia social y justicia ecológica van de la mano-, lo que exige “crear una libertad más abundante para todos”, como reclamaba Karl Polanyi, y romper todos los cercos que impiden su vigencia. Tal proceso sin duda implica confrontar un sinfín de intereses actualmente dominantes y superar todo tipo de lecturas dogmáticas.

Nos encontramos en un complejo entramado. Una oligarquía transnacional subordina más y más a los Estados nacionales. Esas oligarquías e incluso las clases dominantes en cada país, cuentan con el apoyo enceguecedor de los medios de comunicación comerciales e inclusive gubernamentales. La creciente militarización de muchas sociedades y de las relaciones internacionales se expresa con fuerza en diversos territorios y espacios de acción. Esas clases dominantes conocen las reglas del juego y las acomodan a su antojo. Cuentan inclusive con una masa asalariada de profesionales, expertos e ideólogos. Y, más aún, aunque suene perverso, su poder se sostiene con el respaldo de muchísimas de las víctimas del sistema: el oprimido, muchas veces, termina identificándose con el opresor…

En este enrevesado escenario, como es obvio, aflora una multiplicidad de conflictos. Las violencias aparecen como principios organizadores de muchas sociedades. El miedo frena y construye subjetividades sumisas y conservadoras. El crimen organizado copa cada vez más las relaciones internacionales y desarticula las frágiles institucionalidades democráticas. Y, así, la seguridad deviene en la gran palanca que articula todo, sacrificando libertades y justicias, consolidando perversamente las inseguridades e incertidumbres.

Para empezar a superar este atolladero debemos potenciar horizontes esperanzadores. Precisamos conocer y reconocer las utopías realizadas y por realizar en diversas partes del planeta, así como, de ser preciso, construir nuevas utopías movilizadoras, aproximándonos con un prisma en clave de pluriverso: en distintas esquinas del mundo existen vigorosos proyectos políticos y prácticas sociales y culturales, inclusive económicas, con potenciales transformadores. Estas aproximaciones no pueden ser excluyentes. A través de diálogos de saberes y sabidurías podemos recuperar esos múltiples aportes, aceptando y respetando las características culturales de estos grupos, muchas veces periféricos y marginados de la Modernidad.

En este empeño hay que evitar a toda costa lecturas y propuestas impulsadas desde visiones “teóricas” inspiradas en ilusiones o utopías personales, que podrían por igual terminar reproduciendo delirios civilizatorios e incluso colonizadores. De todas formas, nos guste o no, incluso las utopías que podamos construir arrastrarán taras de la sociedad en la que hoy vivimos, como comprendió oportunamente Karl Marx.

En términos muy amplios, la respuesta está en la sociedad organizada —sobre todo comunitariamente—, consciente de sus problemas y capacidades, con vocación de construir utopías movilizadoras hacia las ansiadas transformaciones. En primera línea de estos empeños aparecen los movimientos sociales, conminados a conjugar simultáneamente respuestas feministas, ecologistas, decoloniales… siempre inspiradas en una profunda justicia social y en una permanente radicalización de la democracia. Nos toca, definitivamente, (re)construir nuestro futuro desde principios básicos orientados por la dignidad: el cuidado de la vida, la redistribución de la riqueza e inclusive del tiempo de trabajo, la suficiencia y la reciprocidad, desde bases comunitarias y autonómicas antes que solo estatales. Un logro que será posible sin ataduras mercantiles, propiciando vidas mancomunadas, en espacios comunes: plurales y diversos, con igualdad y justicia, con horizontes construidos colectivamente, para resistir el creciente autoritarismo y construir simultáneamente todas las alternativas posibles.

Estas son palabras que huelen a utopía. De eso mismo se trata. Hay que escribir todos los borradores posibles de una utopía o más utopías. Utopías que implican criticar la intolerable realidad en la que vivimos. Utopías movilizadoras que, al ser proyectos de vida solidarios y sustentables, nos hablen de lo que debe ser: alternativas imaginadas en colectivo, políticamente conquistadas y construidas, a ser ejecutadas democráticamente, en todo momento y circunstancia. En la mira está superar la miseria de la Modernidad, que no implica para nada modernizarla.

En suma, como afirmaba Eduardo Galeano, brillante pensador uruguayo, “la utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja… Para eso, sirve, para caminar”.

20 de agosto del 2025

Alberto Acosta: Economista ecuatoriano. Presidente de la Asamblea Constituyente del Ecuador (2007-2008).

Nota: este texto, en alemán, fue publicado en la revista AMOS 3-2025, año 52, Ruhrgebiet.

La CIA y su patrón de golpes de Estado en América Latina


 "¿Por qué nunca habrá un golpe de Estado en EE.UU.? Porque en Washington no hay ninguna embajada de EE.UU.", es un viejo chiste que en América Latina es más bien un recuerdo amargo de las intervenciones planificadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) para sacar del juego a los gobiernos de la izquierda.

Y es que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha traído el tema al centro del debate al afirmar que la autorización de su par estadounidense, Donald Trump, para que esa agencia haga "operaciones encubiertas" en el país suramericano no es más que una estrategia para conseguir un "cambio de régimen".

"No a los golpes de Estado dados por la CIA que nos recuerdan tanto a los 30.000 desaparecidos en Argentina, al golpe de Estado de Pinochet y los 5.000 jóvenes asesinados y desaparecidos. ¡Hasta cuándo golpes de Estado de la CIA! América Latina no los quiere, no los necesita y los repudia", dijo el mandatario venezolano.    SEGUIR LEYENDO ACÁ