ENTREVISTA A ANA OLIVERA, intendenta de Montevideo




“NO VINE A HACER LA PLANCHA”: ENTREVISTA A ANA OLIVERA
14/05/2013
Su nombre fue solución cuando, en 2010, el Frente Amplio buscó una candidatura de consenso para la intendencia de Montevideo. Y aunque los ecos de aquel nombramiento perduran hasta hoy, en parte por el disgusto que significó para quienes postulaban al socialista Daniel Martínez, está decidida a gobernar hasta el último minuto. “No vine a hacer la plancha, vine a resolver problemas que había que resolver. Tengo todavía por resolver en un 50% el tema de la limpieza, tengo que resolver todavía los temas de movilidad, porque hay un problema de movilidad en la ciudad”, confiesa. “La autocomplacencia está fuera de este equipo de gobierno. Nos decimos muchas más cosas que las que nos dicen de afuera”, admite. Y siente que la miden distinto por el hecho de ser mujer: “Yo siempre decía: soy mujer, petisa y comunista (…) Me di cuenta el día de mi definición como candidata. Te voy a dar un ejemplo: El día en que vota el FA, los diarios al día siguiente decían, la candidata entró con un pantalón negro y un buzo rojo. No hubieran dicho de un hombre que entró con un pantalón negro y una camisa ¿Verdad que no? No se te ocurre describir la situación de una persona que acaban de votarla para ser candidata por cómo está vestida, ¿no? Esas son las pequeñas cosas que te dicen que te miden distinto”.

La entrevista fue extensa y variada, cubriendo muy diversos temas que van desde las últimas novedades sobre los actos de vandalismo a los contenedores de la ciudad (retomando una investigación publicada por Fósforo) hasta el resonante drama de la clausura de espacios culturales, pasando por anuncios de cambios en el sistema de recolección de basura, el comienzo temprano de la campaña electoral en la capital y una reflexión sobre la oposición “política/gestión” que a menudo atraviesa el discurso político en Uruguay

Electa intendenta de Montevideo con el voto del 45% de los montevideanos, lejos del 60% cosechado, cinco años, antes por Ricardo Ehrlich, Ana Olivera tiene una larga trayectoria puertas adentro del Palacio Municipal. En 1995, durante el gobierno de Mariano Arana, fue designada Directora de la División Administraciones Locales de la Intendencia, cargo que ocupó hasta fines del año 1999, cuando dejó ese lugar para desempeñarse como Directora General del Departamento de Descentralización. Durante el segundo mandato de Arana, Olivera asumió como Directora de la División Región Oeste, hasta el año 2003. Nuevamente en el 2003 y hasta el 2005, fue Directora General del Departamento de Descentralización. Con la llegada del Frente Amplio al gobierno nacional, cruzó la calle, y pasó a desempeñarse como número dos del Ministerio de  Desarrollo Social, secundando a Marina Arismendi. Es docente. Pertenece al Partido Comunista, pero antes integró las filas del Movimiento de Liberación Nacional (MLN). Durante la dictadura estuvo exiliada en Cuba y luego en Francia. Ahora, aspira a dejar sentadas las bases de “la Montevideo del siglo XXI”. Fósforo se puso mameluco naranja, y entrevistó a Ana Olivera.


Fósforo – En 2009, el entonces secretario de Desarrollo Ambiental, Néstor Campal, denunció la existencia de “atentados” al sistema de recolección de residuos. En julio de 2011, usted denunció “ataques políticos al sistema”. El 24 de abril de este año, el actual secretario de Desarrollo Ambiental Juan Canessa denunció un “vandalismo sistemático”. ¿Puede confirmar la existencia de un sabotaje al sistema de recolección de residuos?

Ana Olivera – Si yo como intendenta hago una acusación tengo que poner atrás la demostración. Hay otras personas que solamente con la convicción moral les alcanza, pero eso cuando uno representa una institución, no. Nosotros estamos trabajando para poder identificar quiénes son estas personas. Muchas veces, hay gente que dice que vio a Fulano y Fulano le contó que le dieron doscientos pesos para que tirara en la esquina de Río Branco y 18, como me dijo una señora que me paró en la calle. Pero yo no soy policía, no puedo hacer una pesquisa sobre eso. Y para que la policía investigue, alguien tiene que denunciar que el señor aceptó dinero para eso. En otros casos, el director de Alumbrado Público, cuando le comentamos una serie de cosas que habíamos visto, dijo: “Pucha, tenés razón, uno se va acostumbrando y empieza a caer en inanición al no denunciar en el mismo momento. Yo venía por Rivera y había tres personas que venían sacando todo para afuera, y lo hicieron durante cuadras y cuadras. No se me ocurrió llamar a nadie”. Yo le dije, “Pero vos podés llamar a alguien”. Tenemos tres equipos en la noche, monitoreados por la intendencia, que pueden llegar a cualquier punto de Montevideo en diez minutos. Son equipos con respuesta rápida, con policías arriba de los vehículos, que llegan más rápido que si fueran una empresa privada. Nosotros llegamos con el policía incluido. Entonces, ese hecho hace que si tú tenés una denuncia para hacer, llamás a ese teléfono y sabés que pueden responder en cualquier lugar.

-Pero usted sospecha de que hay intencionalidad…

-Una cosa es cuando ves algo que es salteado y otra cosa es cuando ves que hay algo sistemático. Entonces, lo que es sistemático te da la idea de otra cosa. No es el bolsero que está sacando de un contenedor para ver qué puede consumir de ahí, porque la gente habla de los clasificadores, y yo no sé cuánta de esa gente conoce a los clasificadores. Pero el que vive del clasificado, difícilmente prenda fuego el contenedor o difícilmente deje todo tirado. Una cosa es el clasificador, otra el bolsero, el que ocasionalmente busca algo que está vinculado con el consumo, ya sea de comida, o  algo para vender. El que saca cosas del contenedor las vende inmediatamente, y es todo muy rápido. Eso sí lo deben de haber visto, porque se ve mucho en la zona céntrica. Ahora, eso sucede en un contenedor, pero no en el de al lado, o en el otro, yo fui a casa de unos amigos en la víspera del 1° de mayo. Hice desde el túnel hasta 8 de Octubre y Camino Maldonado. Tú veías ahí una seguidilla. Esa seguidilla no la produjo ni el bolsero, ni el clasificador, si el contenedor adentro está vacío. ¿Quién? ¿Por qué? No hemos encontrado a nadie como para decir: la motivación es esta. Nosotros estamos trabajando con el Ministerio del Interior. Hace tiempo planteamos esta iniciativa en una conversación que tuvimos con Gustavo Leal a raíz de los temas de la convivencia, de la ley de faltas, también, porque mucha gente me dice: ¿cómo vos que venís del Ministerio de Desarrollo Social estás de acuerdo con la Ley de Faltas? Me lo ha dicho mucha gente. Y en realidad, yo creo que la ley de faltas tiene aspectos que suplen una normativa que yo no tengo en la intendencia para determinadas cosas y además que la suple bien. ¿Por qué? Porque si yo detengo a alguien que está tirando todo para afuera del contenedor, o que está rompiendo el equipamiento saludable. Te doy otro ejemplo acá: la camioneta que enganchó en la pista de patinaje uno de los aparatos del equipamiento saludable que está frente al Edificio Mercosur, y lo arrancó de cuajo, sin llevárselo. El que hizo eso, ¿en qué estaba pensando? ¿Por qué lo hizo?. Entonces, a mi me parece muy importante que podamos detener a esas personas, poder asignarles tareas comunitarias, que es lo que plantea la ley de faltas, y si no cumplen esas tareas, entonces que vayan presos, pero también es importante por qué la gente se siente tan ajeno al espacio público, y qué motivación hay atrás. Me parece que eso vale la pena, poder conversar, poder decir: estos tres que fueron procesados en prisión en el corredor Garzón, no es que rompieron un contenedor, venían de incendiar muchos contenedores. ¿Estaban jugando? Recuerdo otro episodio, en el centro. A ese lo encontramos nosotros. Quedó libre porque dijeron que era un enfermo mental. ¿Quién diagnostica eso?

¿En algún momento se le pasó por la cabeza que pueda ser la oposición la que está atrás de esto?

Yo he pensado todo, porque hablar de la oposición es algo muy genérico. A veces hay personas, dentro de todos los sectores, que son capaces de hacer algo que no necesariamente tiene el respaldo organizado de su sector, porque eso también puede suceder. En otros casos hay procesos de ajenidad respecto a lo público.

-¿Qué tanto pueden influir acciones de este tipo en la limpieza general de la ciudad?

-Enorme. Primero, influye objetivamente, no es un tema de percepción. Si vas por una avenida y ves que está todo afuera de los contenedores. O en un lugar en concreto, Félix Laborde y 8 de Octubre, tú veías claramente que un comercio había depositado toda la basura –sabiendo que al día siguiente no había recolección- tú decís: este comerciante hizo esto. En el resto de los casos, los que estamos obsesionados con esta situación, queremos saber quién fue y por qué fue. Sobre todo por una constatación: pararse y mirar si el contenedor está vacío o lleno. Si el contenedor está así, uno desde el ómnibus puede pensar: no recogieron la basura. Les voy a dar otro ejemplo, que fue ocurrió la semana de turismo. Más de cien mil personas pasan por el predio de la Rural del Prado, y se genera mucha basura en el entorno por el nivel de consumo y la cantidad de gente. Entonces ponemos servicios especiales todo el tiempo. El día de la inauguración, el último levante se hizo a las 10 de la mañana. Limpió todo en el entorno de los contenedores. Once y media me llama Juan Canessa. Y me dijo: “Trata de ir con los ojos cerrados, porque hasta la una no volvemos a levantar. Y está Suárez, Agraciada, Bulevar Artigas, todo con basura fuera de los contenedores”. Otra: la avenida Suárez, uno de los días de la Criolla, se limpió tres veces en un solo día. En particular, los contenedores en torno a la vieja residencia presidencial. Entonces: tenemos que buscar que no haya ajenidad en la ciudadanía respecto a este tema. Una encuesta que tenemos dice que ante el hecho, por ejemplo, de que una persona conocida haya ofrecido dinero a un funcionario público para que le aprobara un contrato, casi el 50 por ciento no haría nada porque eso es competencia de la autoridad. Ante personas que tiran basura en la calle, según esa misma encuesta, cerca del 60% no haría nada o bien porque no les corresponde corregir a los demás, o bien por temor a la reacción, o bien porque les es indiferente. Es algo que uno visualiza en la calle, y este es un tema cultural sobre el que tenemos que trabajar.

-¿No hay un problema de inversión o de gestión con el tema de la basura?

-De inversión seguro que no. Nosotros hemos llegado a un gran nivel de equipamiento. En el período pasado no hubo compra de equipamiento, por varios motivos. Porque había un proyecto distinto que el que estamos llevando adelante, que no requería la compra de equipamiento de parte de la intendencia. Ese proyecto se cayó, y no daba el tiempo para un proyecto alternativo, y comenzamos nuestro período con un plan de impacto que pretendía dar una rápida respuesta, no para resolver el tema de la limpieza en seis meses, porque era imposible, pero sí para tener todo el equipamiento disponible en funcionamiento y que implicó cambios en la gestión y modificaciones en los talleres de mantenimiento. Y eso se hizo a fuerza de gestión, más allá de que luego tuvimos el conflicto. Por otro lado, se hizo un proceso para un nuevo plan de limpieza, y eso implicó la compra de equipamiento. Nuevos contenedores, levanta contenedores laterales y traseros, para la clasificación en complejos habitacionales, la compra de camiones y camionetas para el achique, o sea, sacar la basura del entorno de los contenedores. Y hay un proyecto que está desarrollado en un 50%, que es el de Zona Limpia. Y que implica que todos los días de la semana pasa algo en el entorno de los contenedores. Achique, levante de basura, limpieza de contenedores… la idea es llegar a fines de julio y principios de agosto al 100% de la ejecución.

-¿Está probado el éxito de este proyecto?

-Da resultados. Hay zonas de Montevideo donde la gente ve claramente los cambios.

-¿Hubo errores al momento de elegir el sistema de contenedores, en cuanto a no haber calibrado el tipo de contenedor en relación al modelo de ciudad donde se aplicaba?

-Bueno, con el diario del lunes es fácil decir. Yo creo que no. Yo viví las dos etapas. En el 2003 hubo un plan piloto. Y la gente estaba feliz. Con la llegada del contenedor se acababa el basural, podías sacar la basura a cualquier hora… No sé si se acuerdan, pero la gente sacaba en tacho la basura, y venía alguien que tiraba en la parte trasera del camión, y si querías que no estuviera todo sucio porque los perros rompían las bolsas, dejabas la basura adentro de tu casa y esperabas el día en que sabías que el camión pasaba. ¿Qué se le planteó a la gente como una solución? Que la podías sacar a cualquier hora, cualquier día. Y la gente lo vivió como una solución. Y el primer año veías que la ciudad estaba más limpia. Tampoco olvidemos que el plan piloto se instaló en un momento de descenso de la basura, porque había crisis, y había bajado el consumo. Yo estuve en Italia, hace poco, mirando las famosas plantas termo valorizadoras, y una de la cosas que dijo el de la empresa de Milán que visitamos fue que había un claro reflejo de la crisis: tienen muchas menos toneladas a causa de la crisis. Nosotros vivimos el proceso inverso. Y debimos extender el sistema de contenedores, aumentar su cantidad…

-La ciudad de Amsterdam recientemente hizo cambios en su sistema de contenedores. Se le entrega a cada vecino un código, que cada uno digita al momento de tirar la basura. El contenedor es hermético, y se evita así que se ensucie el entorno… ¿Conoce ese modelo? ¿Pensó en alguna solución de estas características?

-En las avenidas de la ciudad se colocarán contenedores que no pueden ser abiertos. Eso está en proceso de compra ya.

-¿Cuándo se va a poner en práctica esto?

-En pocos meses. No quiero anunciar más porque luego los plazos de las licitaciones, a veces, no se cumplen con tanto rigor, y uno genera decepción. Pero les aseguro que van a estar para este período. Jordi Borja habla del decálogo del urbanista y dice que los ciudadanos se miran en los espejos de las avenidas. Las avenidas no son del centro, sino de toda la ciudad. Ahí es donde tomamos los ómnibus, donde nos encontramos entre todos. Nos reflejamos en las avenidas. Esas avenidas tienen que estar limpias, los canteros tienen que tener flores. No puede haber bolsas de nylon en los canteros. En línea con eso, allí vamos a comenzar a colocar estos contenedores. Junto con un proceso, del que sabrán dentro de poco, que tiene que ver con la tarea de los clasificadores. Lo que sí les puedo adelantar es que hay muchos menos clasificadores de lo que la gente cree en su imaginario.

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La política, la gestión y el Frente Amplio

-Es habitual en el discurso político uruguayo dividir los problemas entre “políticos” y “de gestión”. Es habitual dentro del Frente Amplio (FA), y es usado por la oposición para atacar al FA. ¿Es un error de parte del FA aceptar esta división?

-Yo no veo esa diferencia.

-Se dice que “la basura no es de izquierda ni de derecha”, por ejemplo. ¿Cree que es un error de parte del FA aceptar esta división y despolitizar las cuestiones sociales que esto implica?

-Yo creo dos cosas. La primera, la gestión de gobierno, por definición, es una gestión política, no hay vuelta de hoja. Entonces, vos poder tener una ciudad limpia y eso efectivamente no implica el signo del gobierno. Ahora, lo que cualquier gobierno tiene que asegurar son las mejores condiciones de vida, y eso está en la base de lo que nosotros, como fuerza política, nos hemos planteado. Ahora, tomar en cuenta eso implica que, además, las cosas no se hacen de cualquier manera. Entonces, efectivamente la limpieza de la ciudad es un problema de larga data, y que además las situaciones puntuales te determinan la cantidad de basura que hay, el negocio que hay atrás de la basura. Entonces, el abordaje de lo que es la limpieza de la ciudad y del trabajo y del negocio de la basura nosotros tomamos la decisión de separarlo. Y en realidad, la gente de la División Limpieza, se ocupa de lo que tiene que ver con el equipamiento y la mejor gestión posible que está vinculada con el análisis de otras condicionantes que existen: el trabajo con los empresarios, y por qué el empresario tiene que contratar un servicio especial. Toda esa cantidad de aspectos que tienen que ver con el levante. También con gestiones que hemos hecho con la DGI, porque hay empresas, los grandes mayoristas, que viven de comprarle la basura a los clasificadores. En el medio hay otros problemas, que son que el clasificador obtiene recursos por la vía de la venta de lo que levanta por encima de lo que su nivel socioeducativo le permitiría tener en el mundo del mercado laboral. Entonces ahí es donde entró a tallar Desarrollo Social de la intendencia, que trabaja junto con Limpieza, pero el proyecto es integral, no es a como dé lugar, y no es tampoco, como decía un compañero frenteamplista en las redes: “Me tendría que haber imaginado que Ana iba a asumir esto como un problema ideológico y no iba a encarar el problema de los clasificadores”. Eso no es verdad. Ahora, el tema es cómo lo encaro. ¿Cómo encaramos el tema de los clasificadores? El tema de los clasificadores lo tenemos que encarar mediante su inserción en el mercado del trabajo formal, otorgarles capacitación y también controlar. Hay una parte que es represión, porque la sociedad no puede admitir que haya niños arriba del carro. Y retiro el carro, por ejemplo, cuando hay niños manejando. ¿Por qué? Porque eso me golpea, eso me interpela, yo no puedo permitir que ese niño no ejerza sus derechos. Y hay un mayor que lo está impidiendo. Ahí intervengo. Hay un equipo de gente que se dedica a eso. Por ejemplo, hay menos gente arriba del carro. Al haber menos gente arriba del carro, se baja el clasificador, y como las esquinas no tienen palenques, si no se le coloca el freno al caballo, el caballo es espantable. Porque no hay nadie arriba de él. Hay una reducción de gente arriba del carro, porque hay más gente vinculada al mercado formal, y en segundo lugar ves mucha menos cantidad de menores arriba de los carros. Eso es fruto del trabajo persistente de que dentro de nuestras normas, esa normativa se cumple. Hay lugares donde no pueden circular, porque tiene que ver con la peligrosidad que pueden generar en determinadas avenidas. Eso requiere de una actitud represiva, es una palabra que no hay que tenerle miedo, en el sentido de controlar que se apliquen las normas. En segundo lugar, yo tengo que generar alternativas variadas para la inserción en el mundo del trabajo. Porque hay gente que hace mucho menos tiempo se fue del mercado de trabajo formal y tiene posibilidad de una rápida inserción en un área que necesita gente trabajando, que es la construcción, que tiene salarios adecuados en función de lo que ganan con el carro: 14, 15 mil pesos, pero sin ningún otro derecho.

- ¿Se siente apoyada por el Frente Amplio en la tarea en la intendencia?

-Sí, primero siento un gran apoyo de la departamental del FA. Esta departamental que surge de las últimas elecciones tiene una actitud muy proactiva, de mucha relación con el gobierno departamental, que no es la relación formal de que todos los lunes un integrante de nuestro ejecutivo va a rendir cuentas a la departamental-que también se hace- sino una cosa mucho más dinámica, en algo que uno levanta el tubo y dice “mirá que está pasando esto”, “mirá que está pasando lo otro”. Y no sólo con la departamental: también con la presidencia del Frente Amplio, un ida y vuelta muy grande. Un vínculo bastante estrecho con nuestra bancada de ediles en la Junta Departamental, un vínculo con nuestra bancada de Diputados, y sobre todo con la de Montevideo. Yo me he sentido muy contenta de levantar un tubo y decirle a los diputados que quería ir a contarles toda la historia del Antel Arena para que no les vendan un verso. Qué hicimos, cómo hicimos, cómo fue el proceso, por qué se declaró desierta la licitación anterior. Todo. Hagan todas las preguntas que quieran, dijimos. Fuimos con Carolina (Cosse) a la Mesa Política, fuimos a Diputados, yo me reuní con la bancada, fui por supuesto a la Junta Departamental, junto a todos los sectores políticos, dos veces para hablar del tema. Está aceitada la relación.

-¿No le molesta que se estén barajando nombres para la próxima elección, cuando estamos a mitad de mandato? Incluso en el propio Frente Amplio.

-Yo creo que hay sí un adelantamiento, más allá de que no he escuchado a ninguno de los supuestos posibles candidatos manifestar, como en el caso de los partidos tradicionales, su voluntad de que ya es eso lo que van a hacer, lo que aspiran a hacer. En segundo lugar, hay gente que opina que el hecho de que esté esta campaña adelantada presente en la propia fuerza frenteamplista lesiona la gestión. No lo vivo de esa manera. El otro día le decía a alguien, un argentino, fuera de una entrevista, qué es lo que opino. Le dije: mirá, a mi me tocó un período bisagra, en muchos aspectos. Yo vine decidida a concentrarme en este período. Primero, me tocó una cosa maravillosa –y yo sé que hay mucha gente que no me entiende- que es el motivo por el que acepté, después que ya había armado el equipo del MIDES, que se me dio un plazo de una semana para contestar el planteo que se me hacía, y que tenía que ver con la instalación de los municipios. Después de 20 años cumplíamos un sueño. Iba a haber gobiernos locales electivos, de carácter ejecutivo. No iba a ser más gente designada, sin recursos a su disposición. Ese era un desafío enorme. Y hay otros que van en la misma sintonía. Yo pensaba en lo que le tocó a cada uno: estuve en el período de Tabaré del otro lado del mostrador, como militante social, participando en el cabildo que tomó postura sobre la creación de los consejos vecinales, trabajaba en la comisión de fomento de La Unión, desde las organizaciones sociales, trabajaba a nivel del FA en todo lo que tenía que ver con ese frente de trabajo vinculado con el fomento de la participación en un momento de mucha fuerza. En el segundo gobierno, con Mariano (Arana) intendente, y en el tercero, me tocó integrar durante diez años se equipo. Dos períodos distintos. Después del período inicial, fundacional, viene un período donde hay muchas cosas que se empiezan a ver, hasta que llega la crisis. El segundo gobierno de Mariano fue distinto al primero. Y más allá de que tomamos definiciones políticas muy importantes que tienen que ver con los recursos destinados a las políticas sociales. Tomamos la decisión de las políticas sociales y la del Teatro Solís, en su primera etapa. Había fuertes definiciones y una, que fue muy costosa para el gobierno de Ricardo Ehrlich como intendente, que fue la denuncia del convenio con los trabajadores. Eso implicó un juicio de los trabajadores y un cuarto gobierno del FA con el país saliendo de la crisis pero simultáneamente con pocos recursos para invertir en los primeros tres años. Eso se vio reflejado en un deterioro desde el punto de vista de las obras. Cuando uno tiene pocos recursos, tiene que priorizar. Y luego, una transformación de la sociedad muy importante. Estoy convencida de que aún no hemos evaluado las consecuencias de la explosión y la crisis del 2001. Consecuencias de un proceso que llegamos al 33% por debajo de la línea de pobreza, duplicamos la indigencia y tuvimos un 25% de desocupación. Es un cambio muy grande y muy brusco, no quizá para la pobreza estructural, que tenía estrategias de sobrevivencia previas, sino para aquellos que caen en la pobreza en ese momento. Esta es una opinión personal: hemos ido resolviendo lo material, pero hay una parte de lo subjetivo que se quebró y que todos los procesos de exclusión genera y que es la agudización del aislamiento, el individualismo, el hacé la tuya, todo lo que vivimos acumulado de la década de los noventa. No lo vivimos como los vecinos de enfrente porque teníamos reservas, pero eso golpeó y en ese golpe se ahondaron estos procesos de ajenidad respecto a lo colectivo. A mí me toca un período distinto: tenemos una situación económica diferente, una situación país donde tenés un 6% de desocupación, un 12% de pobreza y por lo tanto los ciudadanos son más exigentes. Para los marxistas, eso se llama el proceso de necesidades crecientes. Llegaste acá, y querés esto otro. Y llegaste acá y querés esto otro. Van cambiando tus necesidades, y sos más exigente. Algunas personas además son exigentes en función de sí mismas. Hay generaciones que ya ni saben lo que pasaba antes, que la gente no se podía bañar en las playas porque había colibacilos,  o que Montevideo tenía 40 mil focos, que no tenían mantenimiento salvo en la zona central y había otra parte en el Cerro que era privada. Y hoy tenemos 90 mil focos con todo el mantenimiento hecho por la Intendencia de Montevideo. En Villa Española, los vecinos cambiaban las bombitas. Lo que digo es que para alguna gente, todo es un adquirido: el saneamiento, el alumbrado. Querés más: mejor equipamiento, además de otras cosas legítimas. Y a mí me toca dar respuesta a esa parte, y por lo tanto hacemos una gran inversión. A su vez, dar respuesta a algo que tiene que ver con la seña de identidad de la izquierda, que es el proceso de descentralización participativa, que son los municipios y simultáneamente una acción conjugada con el gobierno departamental para promover la participación en un momento donde las participaciones están cambiando de formas. Así me siento yo. Y de aquí al final del período tengo que concentrarme en lograr que todas esa gran demanda que tiene una base subjetiva y otra objetiva que es que hay una mayor inversión pública y privada en la ciudad –regasificadora, crecimiento del puerto, de los vehículos, efectos de la nueva situación económica- que me implican a mi generar nuevas respuestas a nuevos problemas. Y en eso estamos trabajando.

-Ahí entra el tema del relato. El FA en Montevideo tenía con Vázquez un relato que era la descentralización, después con Arana quizás fue aquello de “la Bruselas del Mercosur”. ¿Cual es el de Ana Olivera?

-A mi me toca construir el Montevideo del Siglo XXI. Ese Montevideo que conserva muchísimas cosas y simultáneamente que genera nuevas. Por eso creo que el proyecto de Antel Arena es el mejor proyecto que podía tener la ciudad. Porque había un proyecto fantástico de un emprendedor privado que daba respuestas al Montevideo del Siglo XXI, que no tiene centro de convenciones y lo necesita, que no tiene un predio ferial y que necesita, porque hoy mucha gente quisiera hacer un espectáculo en Montevideo, pero en realidad de San Pablo pasa a Buenos Aires porque no tenemos un gran lugar, un gran espacio para este tipo de eventos.
Simultáneamente con eso, el Montevideo del siglo XXI es el Montevideo de los gobiernos locales elegidos. La aplicación de la ley de descentralización y participación, aprobada y puesta en práctica en el año 2010, con los 89 municipios país y por lo tanto los 8 municipios en Montevideo, donde a tres años de la elección, nosotros tenemos que hacer un profundo análisis para ver hasta donde llegamos y, de lo que nos propusimos, cuanto en realidad hemos logrado que se viva que es un único proyecto, que el hecho de que haya 8 municipios no quiere decir que partamos Montevideo en 8. Hay un departamento que se desarrolla, que crece, pero simultáneamente tiene aspectos vinculados con el gobierno de cercanías que tienen una clara resolución articulada allí. Te doy un ejemplo que para mí es fantástico y que tuvo cero repercusión en ningún medio de comunicación. Ayer inauguramos el rescate 11. El rescate 11 es del liceo 11, en el Cerro, en Grecia y la Rambla, un liceo que ayer cumplía 60 años. Se hizo un liceo nuevo al lado y la vieja casona del liceo, con sus vitrales y su estufa a leña, había quedado abandonada. Los vecinos de ese barrio de trabajadores, ex-alumnos, ex-docentes, se organizaron y en conjunto con el municipio estuvieron trabajando, a partir de un presupuesto participativo que habían ganado, ayer inauguramos un centro cultural, un nuevo centro cultural en el Cerro, con un lugar, imaginate, un liceo donde no cabía un alma, donde la gente participó de un espectáculo en el Florencio Sánchez, cerquita de allí, y después caminando, como en una fiesta realmente, hacia el liceo, donde se juntaban todas las generaciones, donde había reencuentros, donde la gente se abrazaba, aparecieron tres tortas así (marca alrededor de un metro con las manos), y donde un rol fundamental lo jugó nuestro equipo, de la división de desarrollo municipal y de participación y el municipio A. La intendenta jugó un rol porque la intendenta fue profesora de ese liceo y además su mamá y su papá fueron profesores de ese liceo en el año 66. El lograr el justo término del valor local que tiene eso para empujar al gobierno departamental a tomar determinadas resoluciones, eso es lo que logra el gobierno de cercanías. Nosotros tenemos que lograr que eso se visualice. Porque si es buena noticia no es noticia. Nos estamos impidiendo de disfrutar cosas. Pero ayer la gente disfrutó. Que no se estaba identificado su barrio en la televisión por un nuevo asalto, sino porque se habían juntado, se habían organizado y estaban logrando algo que era una conquista propia, y que va a  funcionar porque formaron una asociación civil que es la que va a administrar ese lugar.

-Volviendo a la pregunta anterior ¿Es frustrante que haya una danza de nombres para sucederte en la intendencia?

-Te voy a explicar algo. A mí me encanta lo que hago. Algunos pueden pensar que estoy medio chiflada. Acá tengo la lista de los funcionarios que hoy despedimos, 285 funcionarios que se jubilaron. De ellos hay cerca de 100 con los que trabajé en algún momento en los años que llevo en esta intendencia. Porque yo en la intendencia estuve 10 años, después crucé la vereda al Ministerio de Desarrollo Social y volví para acá. Yo hoy veía, hay mucha gente de los CCZ, gente de alumbrado, gente de saneamiento, gente de la cultura, a toda esa gente le hacemos un reconocimiento. Hay un gobierno departamental que tiene muchas cosas que son invisibles, porque funcionan. Hay gente que no sabe que al Teatro Solís lo gestiona la Intendencia de Montevideo. Hay gente que no sabe que la Filarmónica de Montevideo, es de la Intendencia. Hay gente que no sabe que la Comedia Nacional de nacional tiene el nombre y la repercusión, pero que es de la Intendencia de Montevideo, la Escuela de Música, o la EMAD, que ahora va a pasar a ser de nivel terciario por un acuerdo que vamos a hacer con la Universidad de la República. Esas son joyas. ¡Pero tengo otras! El Centro Municipal de Fotografía, que además es una joya con funcionarios públicos. Es la demostración de que lo público puede ser eficiente. Y hay un gran proyecto de traslado al viejo Bazar Mitre, que va a ser un centro de referencia. Podríamos seguir con un montón de cosas, como el propio saneamiento, que funciona como un reloj, 93% de las viviendas de Montevideo están saneadas, recibimos un premio de calidad. Todas esas cosas son invisibles, y son las que te dan satisfacciones. Hay otras que te dan dolor de cabeza, pero en realidad, como no vine a hacer la plancha, vine a resolver problemas que había que resolver, tengo todavía por resolver en un 50% el tema de la limpieza, tengo que resolver todavía los temas de movilidad, porque hay un problema de movilidad en la ciudad. La autocomplacencia está fuera de este equipo de gobierno. Nos decimos muchas más cosas que las que nos dicen de afuera. Si vos hacés una obra, que es fundamental, esa obra le tiene que servir a la gente. Si no le sirve a la gente, la obra en sí misma no tiene valor. Por lo tanto nosotros nos hemos dado todo este año para que la gente haga que el corredor Garzón le sirva, y por lo tanto todas las modificaciones que tengamos que realizar, trabajando en conjunto con los comerciantes, con los vecinos, con los vecinos de Lezica que no fueron contemplados y lo reconoce el propio departamento de movilidad a la hora que se arma el tema de las líneas. Entonces tenemos que trabajar, porque tenemos que tener una movilidad más moderna, y no es que estemos contra el automóvil, que es la otra etiqueta que nos quieren poner.
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Empresarios, trabajadores, clases

-¿Llevó esfuerzo plantarse contra las empresas de transporte para llevar a cabo el corredor Garzón? ¿Sintió presiones de las empresas de transporte?

-Es que las empresas de transporte no es que estén en contra del corredor Garzón. Hubo declaraciones del presidente de CUTCSA vinculadas con los temas de la seguridad fundamentalmente, y nosotros metimos a la UNASEV, incrementamos la medidas de seguridad, y ese incremento en las medidas de seguridad hizo que se modificara la regulación inicial que tenían los semáforos, para dar mayores garantías. Ahora queremos, y ese fue el compromiso al que se llegó con las empresas, para el tramo de General Flores, comenzar a trabajar con ellas ahora, para mirar las líneas, el corredor, esto, lo otro, más allá de que hay un trabajo que se hizo con los vecinos, pero una cosa es hacer el trabajo en la teoría, es decir con un plano, y otra cosa es recorrer, mirar, decidir “esto va acá, esto allá”.

-¿Cómo ve hoy la relación del gobierno municipal con los trabajadores? ¿Cómo espera que evolucione a partir de las últimas elecciones en ADEOM?

-A mi me preguntaron en un programa de televisión, el único en el que he estado en este año, qué es lo más importante de lo que he hecho. Lo primero que me vino a la mente fue que lo más importante de los logros de esta gestión, así, sin pensarlo, era haber logrado firmar el convenio con los trabajadores. Porque hacía 10 años que no había un convenio quinquenal, vinculado con lo salarial. El último día de la gestión de Ricardo Ehrlich, 26 de febrero de 2010, Ricardo firma un convenio con los trabajadores, de una cantidad de aspectos, que cumplo yo. No lo digo críticamente, el estaba retirándose y después viene la transición. Allí hubo unos asuntos vinculados con la carrera, unificación de la carrera profesional, una modificación en la carrera administrativa, algunos temas vinculados con las promociones, una cantidad de aspectos que yo puse en práctica. Pero en realidad recién más adelante firmamos un convenio colectivo por el quinquenio.
Te voy a decir una cosa. Cuando una empresa, que hace encuestas, contratada por el Frente Amplio, cuando yo era candidata, empieza a hacer las encuestas para intención de voto para mi candidatura y luego focus groups para ver por qué no me votan, una parte que dice que no me vota porque soy mujer y no voy a poder con el sindicato.

-Montevideo es una ciudad muy segregada espacialmente por clase. ¿Qué se está haciendo para revertir esto?

-Ese es uno de los grandes proyectos: la construcción de barrios. El barrio y la escuela dejaron de ser los elementos de integración social natural de la sociedad uruguaya. Entre otras cosas porque los barrios consolidados se fueron vaciando, se fueron tugurizando, la gente fue ocupando espacios donde no los había. Entonces nosotros tenemos una doble responsabilidad: Construir barrios donde hay asentamientos y volver a llenar de vida las zonas que se tugurizaron. En el caso de las zonas centrales, esto comenzó con la Ciudad Vieja, que ya cambió. Va a tener su máxima expresión quizás con la inauguración del Mercado Agrícola el próximo 20 de junio, con la revitalización del barrio Goes, que pasó por todo lo que es la renovación de las fachadas, las cooperativas que se están construyendo alrededor, el reflote del edificio de Alpargatas, la estación Goes, la biblioteca remozada, el barrio que vuelve a ser barrio. Un barrio que estaba destrozado, con problemas serios. Eso es recuperación de barrio. Recuperación de barrio es el plan de inversión en vivienda social, donde nosotros decidimos, junto con el gobierno nacional, donde pensamos que tienen que estar concentrados los subsidios que se dan para construcción de esas viviendas para salarios medios, que es de Maldonado para abajo, de Paysandú para arriba, también en la Ciudad Vieja, General Flores, Dámaso Antonio Larrañaga. Es decir, las zonas consolidadas que se fueron consolidando, generando nuevas condiciones. Simultáneamente fortaleciendo el espacio público, el espacio de convivencia en esos lugares. En tercer lugar, en aquellas zonas donde había asentamiento, construir barrio, y tratar además de generar mezcla. ¿Que quiere decir esto? Tuve una reunión con FUCVAM antes de ayer. Decíamos: “tal terreno, va ir en una parte el plan lote, un parte de FECOVI y una parte para ustedes, y vivienda social del PIT-CNT”, entonces vas armando, vas mezclando, pegado al realojo de La Candelaria, que estamos hablando de extrema pobreza que sacaste de Candelaria (donde ahora va a haber un espacio público) y la llevaste a viviendas nuevas, y atrás de donde está la gente que realojaste va a ir una cooperativa de FUCVAM. Vas generando otro entramado. Simultáneamente con eso, en lugares donde viven trabajadores, tenés que recorrer el asentamiento 6 de diciembre, en 6 de diciembre estamos hablando de 600 familias, 300 en la primera etapa, 300 en la segunda que va a comenzar en julio. Ahí tuviste que hacer todo. Tuviste que hacer calles, tuviste que hacer alumbrado, tuviste que hacer la conexión al saneamiento. Hiciste el espacio público, hiciste el centro cultural, hiciste una policlínica, acordando con ASSE. Construiste integración social. Porque la segregación espacial también pasa por no tener las mismas condiciones de vida. Si no tenés saneamiento tenés mayores índices de parasitosis en los niños y por lo tanto mayor ausentismo escolar. Hay cosas que la gente no sabe toda la cadena de consecuencias que trae. Entonces sí hay un proyecto vinculado con  la integración social. Si, el gran paraguas que hemos creado, el “Montevideo de la convivencia” apunta a la integración social, a la recuperación del espacio como se hizo en el “Parque Líber Seregni”. Va a ser en Casavalle con las mismas características, para que pueda ser usado las 24 horas del día, para todo el mundo. Hay otro proyecto parecido que se va a hacer en conjunto con el gobierno nacional en la zona del Municipio F… O sea, se están generando otras posibilidades. Con los realojos de personas que están en el asentamiento Joanicó en el Miguelete, se van generando otras condiciones, porque además de achicar la segregación espacial vas achicando la brecha en acceso a los servicios.

-¿Sintió el peso de ser mujer en un ambiente tan machista como la política?

-Yo siempre decía: soy mujer, petisa y comunista. En realidad cuando estuve en el MIDES nunca me pesó el tema de ser mujer. En las otras épocas de tener responsabilidad acá, tampoco, y llegué a tener 2000 trabajadores a cargo, como directora del departamento de descentralización. Sin embargo, creo que en una responsabilidad de esta visibilidad, no se evalúa igual a una mujer que a un hombre. No se le exigen las mismas cosas. Y me di cuenta el día de mi definición como candidata. Te voy a dar un ejemplo: El día en que vota el FA, los diarios al día siguiente decían, la candidata entró, con un pantalón negro y un buzo rojo. No hubieran dicho de un hombre que entró con un pantalón negro y una camisa. ¿Verdad que no? No se te ocurre, describir la situación de una persona que acaban de votarla para ser candidata por cómo está vestida, ¿no? Esas son las pequeñas cosas que te dicen que te miden distinto.

La clausura de algunos espacios de referencia

-Una de las bases históricas del Frente Amplio son los artistas y los jóvenes de clase media de Montevideo. Es notorio que varios lugares de encuentro y de referencia para estos grupos (Living, Kalima, el Cine Plaza, el Espacio Guambia, Cinemateca, el Cine Universitario) han cerrado o están en riego de hacerlo por problemas de habilitación y de financiamiento. ¿Esto es asumido por la Intendencia como un problema?

-Está asumido. Primero que nada, existe un subsidio a algunos de estos lugares desde hace mucho tiempo. Porque la intendencia a través del Fondo de las Artes está subsidiando muchos de estos lugares. Esto es lo primero que quiero decir. Que además cumplió una función de democratizar y llevar al resto de la ciudad a las artes. Yo vi a la gente del Teatro Circular, para dar un ejemplo, hablar de lo que había significado para ellos ir allá al Barrio Municipal a hacer una obra de teatro, porque fueron también con prejuicios, y se encontraron con un público que disfrutó, y ellos disfrutaron y aprendieron también. El fondo de las artes está cubriendo a 17 salas, entre ellas algunas de aquellas que no tenían habilitación para funcionar.

-¿Cómo es el proceso?

-Bomberos da la habilitación y yo doy la habilitación para que haya espectáculos, a partir de que tenga habilitación de bomberos ese local. Todos los locales que estaban en dificultades tuvieron habilitación de bomberos. Todos ellos, lo que estaban solicitando, era una reválida, una renovación. Antes esa renovación se hacía casi automática. Me peleé con todo el mundo por el tema de los locales. Hoy vi que hay una declaración por el tema de Pachamama que es injusta, porque Pachamama estaba en un tercer subsuelo, y por lo tanto es imposible que entren 600 personas en un tercer subsuelo. Hoy vi unas declaraciones que de verdad, que yo fui personalmente en aquella época, hace muchísimos años, y buscamos con los arquitectos darle la mayor posibilidad para que entraran 250 porque no llegaban. Hubo que tirar cosas, y tuvo que poner un bombero en la salida de emergencia. Dejando de lado eso, porque nos preocupamos en ese momento también, porque son lugares de encuentro, y si tenemos una política para favorecerlos desde un lugar, no podés cerrarlos por otro. Lo que sucedió primero es que esta gente va a pedir la renovación y hay un nuevo decreto que se aplica de parte de bomberos que tiene mayores exigencias que las que antes se tenían para la habilitación de bomberos.

-¿No se consultó a la intendencia para ese cambio?

-No. Segundo punto: algunos de esos locales no tienen recursos para hacer las obras que requieren esas nuevas disposiciones de Bomberos. Tercer punto: nosotros siempre hemos sido muy cuidadosos con este tema. Muy cuidadosos porque a veces tú vas a un local, te doy un ejemplo de mis primeras salidas a conocer los lugares nocturnos: vos tenías velas, cortinas de yute y ningún bomberito. Nosotros tenemos que preservar la vida. Entonces, cuando vienen estos locales a renovar lo que les falta es un papel: la autorización de Bomberos. Y Bomberos mandó una circular cuando se produce lo de Santa María en Brasil, en que nos recuerda lo que ya sabíamos, que si nosotros habilitamos algún local sin la habilitación de bomberos para funcionamiento de espectáculos, la responsabilidad recae pura y exclusivamente sobre nosotros. Nosotros hemos sido cuidadosos en la Intendencia con este tema. Con el tiempo creció el número de locales funcionando sin habilitación y llegamos a tener 40. Entonces los intimamos a todos.

-Ahora, ¿qué opina del decreto?

-Lo van a modificar. ¿Nosotros qué hicimos? Tú sabés que a veces hay que provocar algunas cosas… Intimamos a todos porque queríamos que vinieran. Para ver en qué estaban, cuál es la situación. Yo decía, y le decía a Ricardo después, en qué está cada uno. Porque estoy segura que las 40 situaciones no son iguales. Entonces, cuando suceden algunas cosas, como lo que pasó con el Espacio Guambia, en realidad lo que habían salido eran las intimaciones de la Intendencia, para decirles que no podían seguir funcionando sin Bomberos, que ya hacía mucho tiempo que seguían funcionando sin Bomberos. Había gente que hacía un año que seguía funcionando sin la habilitación. Yo voy todas las semanas, miro, verifico, pero no es lo mismo. Entonces yo el viernes me enteré de toda la situación que se había generado y lo que hice fue de que Ricardo me contó su opinión y su planteo de que había aspectos de la norma que no se adecuaban para locales viejos.

-Como a Cinemateca, que le piden tanques de agua que el techo no resiste.

-Exacto. Entonces frente a eso el domingo pasado hablé con el ministro del interior y le dije “mirá, yo te quiero decir lo siguiente, yo voy a convocar a todos, me parece que bomberos tendría que estar junto con nosotros y encontrar una salida en conjunto analizando situación por situación.” Entonces me dice el bicho, que por suerte estaba al tanto perfectamente del tema, dice “mirá, nosotros venimos conversando este tema, nosotros tenemos que modificar la normativa, estamos trabajando en esta dirección, pero estamos de acuerdo en convocarlos a todos, que el ministerio del interior y bomberos van a estar presentes”. Y bueno, eso fue lo que pasó.

-Se va a intentar buscar una salida.

-Exactamente. El problema es que nadie de la prensa recogió los acuerdos alcanzados. Pero logramos acuerdos entre bomberos, la Intendencia y los locales, con una especie de habilitación provisoria con declaración jurada. Hubo mucha prensa para el problema con el local de Guambia, que tiene un alto impacto para toda la cultura, y después no tuvo el mismo impacto la solución a la que llegamos, no para Guambia, sino para todos los locales que están en esta situación.

-¿Qué es lo más comunista de este gobierno?

-La transferencia de poder a los municipios. A mi hace un tiempo Fito Garcé me decía sorprendido que siempre había pensado que lo de la descentralización era una especie de concesión que se hacía a otras posturas y que fuera algo que estuviera arraigado en los comunistas. La descentralización está tan arraigada, los procesos de participación popular, porque para mí está en la raíz de la derrota que sufrió el llamado socialismo real, vinculado justamente con la posibilidad de la participación de la gente en su vida cotidiana en las políticas públicas. La transferencia de poder es algo que cuesta, y eso acá se ve todos los días.

Fuente: http://proyectofosforo.com/2013/05/14/no-vine-a-hacer-la-plancha-entrevista-a-ana-olivera/


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