Un trabajador rural de la localidad de Itapebí en Salto, denunció que fue brutalmente golpeado por el capataz del establecimiento agropecuario en el que se desempeñaba.
Durante nueve meses, Hugo Antonio Leites trabajó en la estancia Flor del Ceibo, ubicada en la estación Itapebí, en un área limítrofe con Tacuarembó. Hasta que reclamó por la falta de pago de horas extra, configuradas en jornadas laborales de 14 horas, y fue maltratado por el capataz, amenazado por el dueño y posteriormente despedido.
Leites pudo recibir atención médica en la ciudad de Salto dos días después del hecho, debido a que se encontraba inmovilizado y lejos de un servicio de salud. Allí, los profesionales constataron que tiene las costillas rotas.
El peón vivía en un galpón junto a otros dos trabajadores. Todos dormían en el piso sobre un colchón y recibían una alimentación insuficiente, aseguró la diputada Manuela Mutti.
"Fui afectado en mis derechos como persona, recibiendo castigos físicos propios de la época de la esclavitud, pero a pocos kilómetros de Salto, en pleno siglo XXI", así comienza la denuncia que realizó el trabajador ante la Comisión de Derechos Humanos del PIT-CNT.
Además, el peón rural denunció la situación ante la Policía, la Justicia y la Inspección Nacional del Trabajo, según confirmaron a TNU Mutti y Marcelo Amaya, de la dirección Nacional de la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines.
Desde el sindicato que reúne a los peones rurales sostienen que en el campo uruguayo, sobre todo en las zonas más aisladas del norte del país, son recurrentes los maltratos físicos y/o psicológicos a los trabajadores.
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