INTELIGENCIA ARTIFICIAL, PERO A QUÉ COSTO


 Los principios éticos de la inteligencia artificial se convirtieron en dogmas tecnológicos que prometen desarrollo, bienestar y un mejor futuro sin preguntarse qué es el desarrollo, para quiénes y a qué costo es ese bienestar, ni si existe un consenso sobre qué entendemos por “un mejor futuro”. Lejos de ser neutral y objetiva, la IA refuerza estructuras de poder dominantes, trae consecuencias ambientales enormes y amplía la brecha digital a nivel mundial, concentrando el poder en un puñado de actores dentro del sector privado y en el Norte Global. Desde el Sur ―escribe Sofía Trejo― debemos preguntarnos si existen caminos que nos permitan transitar hacia otros paradigmas de lo tecnológico alineados con nuestras propias visiones e intereses. 



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