El coro mediático pidiendo “más guerra” parece estar sirviendo a una operación de blanqueamiento ideológico que despeja el camino a los gobiernos mientras preparan más propaganda y medidas antidemocráticas.
Es sencillamente asombroso el modo en que muchos periodistas occidentales, incluidos los reporteros de la BBC, por lo general prudentes, están adulando con descaro a las jóvenes que preparan cócteles molotov en las calles de ciudades ucranianas como Kiev.
De pronto, fabricar explosivos improvisados resulta sexy, al menos si los medios de comunicación te consideran blanco, europeo y “civilizado”.
Esto podría sorprender a otros movimientos de resistencia más establecidos, especialmente en Oriente Medio. Siempre han sido tachados de terroristas por hacer lo mismo.
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