A 35 años de la muerte de Sendic, memoria, reflexiones y preguntas sin respuestas




Los aniversarios suelen oficiar de disparadores de recuerdos y de reflexiones un tanto desordenadas. En este caso, la fecha en ciernes refiere a la muerte de un hombre que le imprimió cierta singularidad a la historia de nuestro país gracias a su compromiso con los más desposeídos, a sus propuestas para superar la pobreza y, sobre todo, a su antidogmatismo. Consecuente con esto último, siempre se caracterizó por evitar los esquemas y por indagar con originalidad los fenómenos que nos tocó vivir. Me refiero a Raúl Sendic Antonaccio, de quien se cumplen, el próximo 28 de abril, 35 de su muerte.

Al mirar atrás vuelvo a verlo tomando mate en la casa de la calle Ejido. Sobre la mesa se podían distinguir varios periódicos y algún libro. Recuerdo que le critiqué su lectura del semanario Búsqueda y desde su boca desfigurada y su voz pausada me respondió: “El día que la izquierda sepa hacer una publicación con tanta buena información como esta, tendremos derecho de opinar con propiedad”.



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