El ajuste neoliberal del que la población europea fue víctima desde 2008 hasta, al menos, el año 2014, no fue únicamente una política económica destinada a sanear las finanzas públicas. Fue, ante todo, una política de clase para disciplinar a las clases trabajadoras
El fantasma que recorre Europa desde hace al menos una década es el de la frustración, canalizada actualmente por el vector de la extrema derecha y convertir
la políticamente en odio. Las fuerzas reaccionarias llevan años avanzando en muchos países europeos, y es muy probable que durante las próximas semanas asistamos a una nueva demostración de fuerza en las elecciones legislativas francesas.
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