""Ni impunidad, ni genocidio: resistencia” tal el título del conversatorio que se realizó al atardecer del 26 de junio en la la planta alta de la sede de Voces Insurgentes (OV), de Piedras y Misiones, en la Ciudad Vieja de Montevideo, en jornada previa al 27 de junio, a los 52 años de la Huelga General y fecha de inicio del golpe de Estado cívico-militar en el Uruguay. conversatorio que se realizó al atardecer del 26 de junio en la la planta alta de la sede de Voces Insurgentes (OV), de Piedras y Misiones, en la Ciudad Vieja de Montevideo, en jornada previa al 27 de junio, a los 52 años de la Huelga General y fecha de inicio del golpe de Estado cívico-militar en el Uruguay. este evento, interpretarlo como uno más del contexto en alusión a esa tenebrosa estapa de la historia uruguaya, pero no fue uno más, porque en él se expresaron militantes de esos años que sobradamente pautaron la tónica del presente mirando a aquellos días de junio, con la clara convicción de que aquella dictadura dejó profundas huellas en la sociedad uruguaya: huellas de disciplinamiento y de impunidad hoy de una vigencia inequívoca, terrible y lascerante para una democracia ficticia, contaminada, y alineada a una ideología donde el fascismo y el sionismo, y la omertá mafiosa de la casta militar con la complicidad del sistema político, no hacen más que sembrar olvido, ambiguedad y una cultura de la impunidad, cuando se trata -por ejemplo, a más de cinco décadas de haberse instalado la represión del terrorismo de Estado en el Uruguay- de aportar sobre los enterramientos de detenidos desaparecidos en cuarteles militares (que oportunamente oficiaron de centros “clandestinos” de detención, tortura y desaparición de personas) para hallar sus restos y darles cristiana sepultura. impunidad, ni genocidio: resistencia” tal el título del conversatorio que se realizó al atardecer del 26 de junio en la la planta alta de la sede de Voces Insurgentes (OV), de Piedras y Misiones, en la Ciudad Vieja de Montevideo, en jornada previa al 27 de junio, a los 52 años de la Huelga General y fecha de inicio del golpe de Estado cívico-militar en el Uruguay.
Debería, a propósito de este evento, interpretarlo como uno más del contexto en alusión a esa tenebrosa estapa de la historia uruguaya, pero no fue uno más, porque en él se expresaron militantes de esos años que sobradamente pautaron la tónica del presente mirando a aquellos días de junio, con la clara convicción de que aquella dictadura dejó profundas huellas en la sociedad uruguaya: huellas de disciplinamiento y de impunidad hoy de una vigencia inequívoca, terrible y lascerante para una democracia ficticia, contaminada, y alineada a una ideología donde el fascismo y el sionismo, y la omertá mafiosa de la casta militar con la complicidad del sistema político, no hacen más que sembrar olvido, ambiguedad y una cultura de la impunidad, cuando se trata -por ejemplo, a más de cinco décadas de haberse instalado la represión del terrorismo de Estado en el Uruguay- de aportar sobre los enterramientos de detenidos desaparecidos en cuarteles militares (que oportunamente oficiaron de centros “clandestinos” de detención, tortura y desaparición de personas) para hallar sus restos y darles cristiana sepultura. SEGUIR LEYENDO ACÁ
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