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Golpe a la comunicación y silencios incómodos
Solidaridad con los trabajadores despedidos
La venta de M24 y el despido masivo de sus trabajadores no es un hecho aislado ni meramente empresarial.
Es parte de un proceso más grande: la disputa por el control de la comunicación en Uruguay, la precarización de los trabajadores de prensa y el avance de grupos económicos —muchos de ellos extranjeros—
La narrativa oficial intenta vender la idea de que esto es “solo una operación comercial”, pero cualquiera que conozca un poco el mapa mediático sabe que:
M24 era un espacio incómodo para el poder económico.
Tenía una identidad política marcada, con voces críticas y análisis profundos.
Representaba un bastión histórico del progresismo, especialmente del MPP.
Era una de las pocas radios que no hablaba desde el centro neoliberal recauchutado.
Desmantelar de un solo golpe a toda su plantilla, sin transición, sin respeto por los vínculos y sin transparencia, es una maniobra clásica para vaciar de contenido un medio y rearmarlo a gusto del comprador.
El objetivo es claro:
👉 neutralizar las voces críticas
En Uruguay se está viviendo un proceso silencioso pero profundo:
Concentración mediática en pocas manos.
Extranjerización del espectro.
Desplazamiento de periodistas críticos.
Precarización laboral para neutralizar la independencia.
Avance de formatos blandos y “despolitizados” para reemplazar la opinión y el análisis.
La comunicación se está transformando en un campo donde:
El negocio manda
La línea editorial se compra
La pluralidad es un costo
Y las voces críticas son un riesgo para los intereses empresariales
El que no se adapta al guion del mercado, no sobrevive.
La derecha ya sabemos cómo actúa y como se maneja en los medios
La postura del Frente Amplio ha sido, en el mejor de los casos, tímida, y en el peor, inexistente ,la reacción fue lenta, desordenada.
Dicen qué M24 siempre fue un tema incómodo dentro del FA:
Se veía a M24 como un “medio del MPP” y no como un proyecto de izquierda más amplio.
Otros sectores del FA nunca apoyaron realmente la construcción de medios propios fuertes.
Hay una tendencia histórica del FA a subestimar la batalla comunicacional.
La derecha entiende hace décadas que sin medios no hay poder.
Por eso compra, concentra, ordena y reorganiza el discurso público.
El FA, en cambio, llega tarde,responde desordenado,no tiene estrategia comunicacional sólida,no defiende sus propios espacios cuando están bajo ataque.
Y sigue creyendo que con “argumentos” alcanza, cuando en realidad esta es una disputa de poder, no de razón.
M24 era una herramienta:
para contrarrestar el blindaje mediático,
para amplificar voces sociales,
para discutir modelos de país,
para romper el cerco informativo.
Y hoy, ante su caída, la reacción institucional del FA no estuvo a la altura del daño producido. Lo que se viene: silencio, concentración y un retroceso para la democracia informativa
Si no se enfrenta esto políticamente:
Avanzará la concentración mediática.
Se achicará el campo progresista en radio abierta.
Los trabajadores de prensa seguirán siendo la variable de ajuste.
Y la derecha seguirá imponiendo el sentido común desde sus espacios comunicacionales blindados.
M24 No es solo una radio.
Es un símbolo.
Es una advertencia.
Es un test para saber si la izquierda entiende o no la batalla comunicacional del siglo XXI.
La venta y vaciamiento de M24 es un golpe directo a la pluralidad.
La comunicación no es un lujo: es un campo de disputa política.
Y el Frente Amplio, si pretende ser alternativa real de poder, tiene que dejar la tibieza y asumir que sin medios propios, fuertes y críticos, la batalla cultural la gana siempre el que controla el discurso.
La derecha lo sabe.
La izquierda todavía no actúa en consecuencia
Toda la solidaridad con los trabajodres despedidos.
Ana Antúnez
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