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Se cumplen 65 años del día en que un grupo de jóvenes cubanos, encabezados por Fidel Castro y secundado por Abel Santamaría, Raúl Castro, Ramiro Valdés y Juan Almeyda, entre otros, llevó a cabo el asalto a los Cuarteles Moncada


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se cumplen 65 años del día en que un grupo de jóvenes cubanos, encabezados por Fidel Castro y secundado por Abel Santamaría, Raúl Castro, Ramiro Valdés y Juan Almeyda, entre otros, llevó a cabo el asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Fue una acción heroica repelida con sanguinaria brutalidad por las fuerzas militares del dictador Fulgencio Batista acantonadas en el Moncada.

Las salvajes torturas y el asesinato a mansalva de prisioneros y heridos escribieron una de las páginas más infames de la historia cubana, denunciada con inigualable elocuencia en el célebre alegato de Fidel conocido como “La Historia me Absolverá”. La detención, tortura y ejecución de Abel Santamaría y otros compañeros fueron de una crueldad y malignidad espeluznantes. Melba Hernández y Haydée Santamaría sentaron un ejemplo de heroísmo militante que las inscribe en las más brillantes páginas de Nuestra América. La historia no sólo absolvió a Fidel sino a todos los moncadistas, quienes con su valerosa acción abrieron una nueva etapa en la incesante batalla por lograr la Segunda y Definitiva Independencia de los pueblos de América Latina y el Caribe.


El triunfo de la Revolución Cubana el 1º de Enero de 1959 fue la culminación del asalto al Moncada -cuyo autor intelectual, según Fidel, no fue otro que José Martí- y el aldabonazo que, tiempo después, maduraría en la Venezuela Bolivariana para extenderse a comienzos de nuestro siglo por toda la dilatada geografía nuestroamericana. Chávez, Lula, Dilma, Kirchner, Cristina, Evo, Correa, Maduro, Tabaré, Lugo, Mujica, Zelaya, Ortega, Sánchez Cerén y, antes Allende, Juan J. Torres y Juan Velasco Alvarado no hubieran podido hacer lo que hicieron sin que los jóvenes moncadistas hicieran previamente saltar el cerrojo de la vieja historia que nos condenaba a la sumisión a los dictados del imperialismo. Por eso la gratitud de nuestros pueblos para con aquellos jóvenes es eterna e inconmensurable.

Sirvan estas breves palabras como homenaje a esa extraordinaria gesta, que nos permitimos cerrar citando la exhortación final que hiciera Fidel en la noche previa a dar inicio al ataque. Decía el Comandante lo siguiente:

“Compañeros: Podrán vencer dentro de unas horas o ser vencidos; pero de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros!, de todas maneras el movimiento triunfará. Si vencemos mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante. El pueblo nos respaldará en Oriente y en toda la isla. ¡Jóvenes del Centenario del Apóstol! Como en el 68 y en el 95, aquí en Oriente damos el primer grito de ¡Libertado o muerte! Ya conocen ustedes los objetivos del plan. Sin duda alguna es peligroso y todo el que salga conmigo de aquí esta noche debe hacerlo por su absoluta voluntad. Aún están a tiempo para decidirse. De todos modos, algunos tendrán que quedarse por falta de armas. Los que estén determinados a ir, den un paso al frente. La consigna es no matar sino por última necesidad.”

El Moncada y su legado
Por: Atilio Borón      Cubadebate

¿Se está gestando el Magnicidio de Donald Trump?

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El actual sistema dominante o establishment estadounidense utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas, teniendo como pilar de su sistema político la sucesiva alternancia en el Poder del Partido Demócrata y del Republicano, ambos fagocitados por el lobby judío. Sin embargo, con el inesperado triunfo de Donald Trump en las Presidenciales de EE.UU, asistimos a la irrupción del llamado “escenario teleonómico” en contraposición al ”escenario teleológico” actualmente vigente y que vendrá marcado por dosis extremas de volatilidad.

 

Nueva Geopolítica “Primus Inter pares”

Con Trump asistiremos al finiquito de la Unipolaridad de Estados Unidos y de su papel de gendarme mundial y su sustitución por la nueva doctrina de la Multipolaridad o Geopolítica Inter-Pares, formado por la Troika EEUU, China y Rusia (G3), quedando de paso la UE, Japón, India y Brasil como convidados de piedra en el nuevo escenario geopolítico. Así, en una conferencia pronunciada por Trump en la sede de la influyente revista política “The National Interest”, Donald Trump expuso las líneas maestras de su política exterior que podrían sintetizarse en su lema “Estados Unidos lo primero”, lo que de facto supondría suponer un retorno a la Doctrina Monroe (América para los americanos) y el retorno al proteccionismo económico tras cancelar el Tratado de Libre Comercio con Canadá y México (TLCAN). Por otra parte, el finiquito de la Unipolaridad de Estados Unidos y de su papel de gendarme mundial y su sustitución por la nueva doctrina geopolítica “Primus Inter Pares” o G2 (EEUU y Rusia) en la gobernanza mundial perseguida por Trump y Putin, sería un misil en la línea de flotación del complejo militar-industrial de EE.UU que tiene perfilado para la etapa post-Obama la recuperación del papel de EEUU como gendarme mundial mediante un incremento extraordinario de las intervenciones militares estadounidenses en el exterior (léase Nueva Guerra en Oriente Medio).

¿Descartado el impeachment contra Trump?

La “conexión rusa” tuvo como primera víctima colateral al asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, Michael Flynn tras filtrarse que habría mentido al VicePresidente Mike Pence sobre sus conversaciones con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, pero Donald Trump habría negado la existencia de la llamada “conexión rusa”, acusando a la Agencia Nacional de Seguridad y al FBI de estar implicadas en la filtración de informaciones perjudiciales para su Administración. Sin embargo, en un momento crucial para finiquitar la investigación de la presunta relación del Gobierno ruso con varias personas del entorno del Presidente Trump al igual que la denuncia contra Putin tras ser acusado de “interferir en el proceso electoral norteamericano para favorecer al entonces candidato Donald Trump” encargada al FBI, el cese fulminante de su Director, James Camey habría provocado que la sombra del Watergate volviera a planear sobre Washington, proceso que habría sido descartado por el Estado Profundo al tener que esperar a los resultados de las Elecciones de Noviembre que renovarán la totalidad del Congreso y un tercio del Senado.

¿Está Donald Trump en el punto de mira de la CIA?

Tras la apocada respuesta de Trump a Putin en la reciente Cumbre de Helsinki, crecen las sospechas entre la “ciénaga de Washington” de que Putin dispondría de información sensible sobre Trump con la que estaría chantajeando a Donald Trump para obligarle a entronizar el G2 (Rusia y EEUU) como nuevos garantes de la Gobernanza Mundial y que tendría su reflejo en su actitud despectiva hacia las agencias de Inteligencia estadounidenses (FBI y la CIA). por lo que no sería descartable la gestación de una trama endógena para neutralizar a Trump, tras lo que su Vice-Presidente Mike Pence asumiría la Presidencia. Así, la primitiva CIA se habría transmutado en el llamado Departamento de Seguridad Nacional ( Homeland Security) y de la hidra-CIA habrían nacido 17 nuevas cabezas en forma de agencias de inteligencia que integrarían la Comunidad de Inteligencia de EEUU ( la Cuarta Rama del Gobierno según Tom Engelhardt) , agentes patógenos de naturaleza totalitaria y devenidos en Estado paralelo, (verdadero poder en la sombra fagocitado por el “Club de las Islas” de George Soros y que se habría conjurado contra un Trump partidario de la Geopolítica Primus InterPares o G2), con lo que mediante un nuevo Magnicidio lograrán que EEUU vuelva a la senda de las seudodemocracias tuteladas por el verdadero Poder en la sombra (Cuarta Rama del Gobierno).

Germán Gorraiz López
Analista económico y geopolítico, colabora habitualmente en varias publicaciones digitales e impresas españolas y latinoamericanas.

fuente  la red 21

Segundo documento del Colectivo de Economía Política para la Argentina sobre la crisis y el acuerdo con el FMI “El modelo insustentable sigue tocando Fondo”


El grupo de 248 economistas y expertos en distintas disciplinas reunido en el colectivo EPPA advierte sobre los problemas estructurales de la economía macrista, las consecuencias de sus políticas y las perspectivas sombrías de sostener el rumbo actual. El acuerdo con el FMI, alertan, es sólo para sostener la agonía. Sin embargo, sostienen que no se debe caer en la resignación y ofrecen alternativas para encarar el principal desafío, la restricción externa.
Imagen: Fotomontaje Alfredo Argento
La fuerte revalorización del dólar es parte de una histórica problemática estructural que, con las políticas actuales, se ve intensamente profundizada y más por el carácter Bi-monetario de la economía argentina, una característica excepcional a nivel mundial. La problemática se manifiesta, coyuntural mente, en forma de corridas cambiarías, inestabilidad financiera y pérdida de credibilidad; no obstante, un análisis más profundo de la situación revela las serias inconsistencias del programa económico vigente, que implican mayores riesgos a mediano y largo plazo, porque parte del deterioro es acumulativo y no siempre sintomático. Como si la historia no dejara registros permanentes, la liberalización y des regulación de los mercados está menoscabando las variables fundamentales de la economía: el crecimiento no despega, la inflación mantiene un sendero creciente y el nivel alcanzado de endeudamiento enciende alarmas precautorias. Las secuelas de este modelo, sin lugar a dudas, serán pagadas por el grueso de la sociedad, por medio de licuación del poder adquisitivo de los ingresos populares, desocupación en ascenso o precarización laboral, generalizándose una peor calidad de vida.

Si bien este último tiempo se ha puesto el foco de atención en el accionar del BACERA, la causa central del problema es el conjunto de medidas que se tomaron desde el inicio de la gestión. A partir de un diagnóstico equivocado sobre la situación del país a fines de 2015, y sobre cuáles eran los principales desafíos a afrontar, se comenzó a consolidar un modelo económico de corte conservador que ingresó en un círculo vicioso de ajuste y achicamiento de las capacidades del Estado. Estas políticas han llevado a profundizar los problemas estructurales de la Argentina y hacer de este modelo un camino inviable hacia el desarrollo socio económico, alimentando la fuga de capitales y la especulación financiera que, a través del endeudamiento externo, pretenden sostener en el tiempo (tal como sucede con el reciente acuerdo con el FI). Resulta imprescindible plantear además el estrecho vínculo entre quienes son los ejecutores y los beneficiarios de esta política económica, habiendo un nexo cercano entre quienes ejercen el gobierno e instituciones y bancos de las finanzas globales. Es decir, no sólo es un enfoque distinto sobre la macroeconomía lo que nos separa, sino la defensa de intereses contrapuestos, de un proyecto para mayorías y de otro para las minorías del poder concentrado.

Todos los agregados de la macroeconomía se vieron afectados por la oleada de medidas de corte neo liberal. Los mecanismos de vinculación y articulación de la economía real y nominal, en materia fiscal, monetaria y productiva fueron desmembrados en una maquinaria des coordinada y sin engranajes, que evidentemente no puede funcionar correctamente.

Por cuestiones ideológicas, las disposiciones y mecanismos de regulación que dispuso el gobierno saliente se eliminaron rápidamente. En el plano monetario, la disolución del sistema de administración del mercado de cambios dejó librada al mercado la compra y venta de divisas, permitiendo la libre entrada y salida de capitales financieros, que fueron invitados a la especulación, sin ninguna restricción temporal de permanencia. Al mismo tiempo, concretó una devaluación del cuarenta por ciento, preludiada la inflación más alta de los últimos años.

En el plano comercial se relajaron los controles cuantitativos, como las JAI y las Licencias No Automáticas (LINA), lo que disparó las importaciones a tasas muy por arriba de las exportaciones. Las industrias locales y la balanza comercial se vieron notablemente afectadas. En paralelo, se permitió a los exportadores la no liquidación de las divisas obtenidas por sus ventas, con la posibilidad de dejar los capitales en el extranjero. Mientras tanto, la quita de retenciones tuvo más efecto sobre la suba de precios internos que sobre el incremento de las cantidades exportadas.

En el mercado interno, se centró la política económica en la derogación de normativa reguladora, flexibilizaron de acuerdos y supresión de controles, como lo sucedido con el sector petrolero y el programa Precios Cuidados, donde se quitaron bienes esenciales de la canasta de consumo. En materia salarial, las presiones por techos a las paritarias no se pudieron disimular, restando poder de consumo a la población y fuerza al mercado interno. La pérdida de poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores formales deriva en una fuerte restricción en la compra de bienes y servicios de las familias. Esto atenta contra el mercado interno, lo cual perjudica a los trabajadores de amplios sectores de la economía popular y asociativa, haciendo inviables cada vez más actividades productivas, junto con sus puestos de trabajo vinculados.

En el plano fiscal, se eliminaron o redujeron las retenciones a las exportaciones de los grupos más concentrados de la economía, lo que ocasionó una importante pérdida de recursos fiscales para todas las jurisdicciones del Estado. A pesar de que el plano recaudatorio no constituía el objetivo primario de la política de retenciones, su impacto no es menor; se estima que en el trienio 2016-2018 dejaron de ingresar a las arcas públicas unos 7.500 millones de dólares. Tal es así que en la búsqueda de nuevas fuentes de ingreso, el gobierno instaló recientemente la posibilidad de retomar el esquema de retenciones.

En la práctica, la merma en el erario público fue compensada con el perfeccionamiento de un blanqueo que no hizo más que favorecer la formalización de activos de grandes evasores, sin la obligación de repatriar sus capitales. En paralelo, se quitaron impuestos progresivos, como los patrimoniales y a los autos de alta gama, beneficiando a sectores de altos ingresos y se aprobó una reforma fiscal que profundiza la agresividad en materia tributaria. El presupuesto público es un fiel reflejo de cuáles son los sectores que se privilegian desde el gobierno: mientras se ceden recursos a favor de los grupos más concentrados, se dan de baja un número amplio de políticas públicas y se recortan subsidios a los sectores populares, que tienen que pagar montos exorbitantes por servicios esenciales. Aun así, el déficit fiscal lejos está de mostrar una reducción significativa, ya que el pago de los intereses de la deuda pública dispara el rojo del resultado financiero al tiempo que quita cada vez más fondos públicos a las políticas de inclusión para el desarrollo económico.

Con un sesgo ideológico marcado, a favor de las visiones ortodoxas, el oficialismo mantuvo que la monetización del déficit fiscal era el origen de gran parte los problemas económicos, y que su financiamiento vía deuda externa sería el mecanismo ideal para resolver las tensiones internas. El resultado implicó un crecimiento exponencial de la deuda pública sin una solución de fondo para las debilita das arcas del Tesoro. En esa misma línea, se argumentaba que la quita de subsidios reduciría el déficit fiscal y ello pondría rápidamente un coto a la inflación. El resultado es historia conocida: un tercer año de continuidad de los aumentos, -que superaron el incremento del 1.500 por ciento en el caso de la energía eléctrica-, y que no hicieron más que echar nafta al fuego, arruinando la economía y el bienestar de muchas empresas y familias.

Volviendo al inicio, tal vez el rasgo más pre ocupante de este conjunto de medidas es la configuración de un escenario de fragilidad externa, que la entrada de capitales especulativos y la toma de deuda en los mercados internacionales ayudaron a disimular transitoriamente. Sin embargo, algunos acontecimientos sucedidos en los últimos días mostraron de cuerpo entero la vulnerabilidad que hoy caracteriza al país. La confirmación final del acuerdo con el FI es el síntoma más evidente pero no el único. Por todo esto, consideramos que la Patria está en peligro, y desde nuestro lugar no podemos más que expresar nuestra preocupación sobre la susceptibilidad de la economía. Frente a este escenario complejo, desde el colectivo PEPA consideramos importante ofrecer nuestra visión relativa del contexto actual.

La política del Bacera
A partir de la asunción del presidente de la autoridad monetaria en 2015 (de reciente renuncia), el Banco Central llevó adelante una agresiva política de captación de liquidez a través de emisión de letras (Glebas). El objetivo era parar en seco el proceso inflacionario, diagnosticado como producto de un excesivo nivel de circulante en la economía.

A los pocos meses de haber asumido, se evidenció que la política impulsada por el presidente del Banco Central a fin de contener las cantidades de dinero no hacía mella en los niveles inflacionario’s que se disparaban a niveles récord en la década. Por ello, la institución orientó su política hacia visiones ortodoxas más modernas: el control de la tasa de interés a fin de domesticar los precios, cuya variación tendría una meta (inflación argentina). Sin embargo, el stock de Glebas siguió creciendo ya que, por su atractiva tasa, generó la afluencia de fondos de inversión foráneos o bien de grupos concentrados locales que buscaban jugosos rendimientos financieros. Así, se fue creando una “bola de nieve” donde en cada vencimiento, la inyección de pesos era cada vez más grande, obligándose a sí mismo a sostener una tasa alta para evitar una corrida de esos pesos sobre el dólar.

De esta forma, el stock de Glebas sobre la base monetaria (billetes en poder del público) creció de forma exponencial, representando el 200 por ciento de ella y triplicando los niveles heredados del gobierno anterior. Ante esta situación, el Estado vio menguado sustancialmente su poder para controlar variables monetarias y cambiarías claves para manejar la economía, como la tasa de interés y la nominalista del tipo de cambio, que junto al problema de la deuda fue so cavando la independencia económica del país.

No obstante, los niveles de inflación siguieron un sendero momentáneamente descendente, por el ancla cambiaría que transitoriamente pudieron establecer, además de que ya se había alcanzado una suba de precios de alrededor del 40 por ciento anual por el aumento de todos los servicios regulados y por la fuerte devaluación de 2016 que se fue trasladando a precios. Sobre el final de 2017 ya se percibía que el proceso de des inflación del que hablaba el EN estaba trunco y se trataba de un espejismo. La política de tasas altas no parecía hacer efecto y los recientes saltos cambiario de 2018, sumados a los nuevos tarifados, dieron lugar este año a un renovado ímpetu inflacionario. La mitad del año quedó signada por una alta conflictividad social, en un contexto de cierre de fábricas y comercios y deterioro extensivo del poder adquisitivo de los salarios combinados con la creación de empleo con menores derechos laborales, como es el caso de los contributivas.

Riesgo de corrida cambiaría
La política monetaria de esterilización de pesos mediante Glebas no sólo ha fracasado en sus objetivos cantinflesco, sino que lleva consigo un endeudamiento creciente que representa un riesgo latente. A diferencia de los países centrales, emisores de monedas duras, la Argentina tiene como talón de Aquiles la restricción externa. Es decir que la escasez de divisas que se va estando limita la capacidad del país para continuar el proceso de crecimiento. Esta restricción se acentúa violentamente en momentos de estrés financiero, ya que los agentes privados tienden a dola rizar sus activos previendo y cubriéndose de las cíclicas devaluaciones. Los esquemas económicos que implican la liberalización del mercado del dólar, como el actual, no hacen más que incrementar la fragilidad de nuestro sector externo. Además, el riesgo se ve potenciado por la creación secundaria de una masa de activos nominado’s en dólares, como los plazos fijos del sistema bancario. De esta forma un creciente stock de activos de corto plazo potencialmente dolaría, cuelga cual espada de Damocles en la economía argentina. Cada vencimiento de Glebas representa un potencial pase al dólar, con una consecuente depreciación del peso o pérdida formidable de reservas. A fin de ejemplificar, el 15 de mayo se produjo un vencimiento por 617.000 millones de pesos equivalente a 25.000 millones de dólares, aproximadamente la mitad de las reservas internacionales actuales. Se logró una renovación de esas letras, pero para ello el Bacera tuvo que elevar la tasa de interés al 40 por ciento, con todo lo que implica para la economía real. Tentar a los inversores con mayores tasas en pesos es un arma de doble filo, ya que la amenaza se mantiene y de forma creciente, en tanto y en cuanto no se genera un ingreso genuino de divisas sustentable en el tiempo.

Así, la liberalización y des regulación del mercado cambiario permitió al sistema bancario retornar a prácticas que parecían superadas con el gobierno anterior. La posibilidad de comprar dólares libremente, sumado al blanqueo de capitales con poco o nulo control estatal, implicaron nuevamente la creciente polarización del sistema. Desde enero de 2016 los depósitos en dólares de los argentinos crecieron de forma permanente. Actualmente los mismos representan el 46 por ciento de las reservas internacionales del Banco Central. De producirse una corrida de depósitos, la institución monetaria debe salir a respaldarlos perdiendo las reservas que sean necesarias. En este caso, el tipo de cambio deja de ser la variable de ajuste, ya que no evita el retiro de esos depósitos. La polarización del sistema bancario ha sido, entre otras, causante de la mayor crisis económica argentina de todos los tiempos. Parece irresponsable la estimulación de estos mecanismos (propios de países donde no existían Bancos Centrales) en nuestro país.

La fragilidad externa se hace visible
Estos riesgos se han evidenciado más que nunca las últimas semanas. La suba de tasas en ENE. sumado a la tendencia proteccionista creciente ha generado un fortalecimiento del dólar que provocó el desarme de posiciones financieras en pesos para situarse en activos de mayor calidad (nominado’s en monedas duras). Este puntapié inicial se trasladó a una fuerte corrida cambiaría. Ante esta presión de demanda sobre el dólar, la reacción del Bacera fue tratar de evitar una fuerte devaluación del peso para no desalinear aún más la inflación con su meta. Tanto la enorme venta de reservas (se vendieron 9.000 millones de dólares desde marzo y 6.500 en tres semanas), como la suba de la tasa de interés, que llegó al 40 por ciento anual, fueron los instrumentos utilizados. A pesar de ello, el mercado le torció el brazo y el peso se evaluó un 20 por ciento en unas semanas y más del 43 si se toma su recorrido desde el 1 de diciembre de 2017 a la fecha.

Ante la incapacidad del Bacera de frenar la corrida, el Ministerio de Hacienda respondió con un fuerte ajuste en la obra pública de alrededor de 3.200 millones de dólares, para dar una “señal de confianza” al mercado. Decisión que traerá más recesión y pobreza y menos empleo e infraestructura básica para el desarrollo. Tras esta batería de medidas, la presión compradora sobre el dólar continuó. Por lo que el gobierno abrió la última canilla verde que le quedaba y anunció una línea de crédito con el Fondo Monetario Internacional. En Argentina, es historia conocida: prestan plata a cambio de soberanía. Esto atará de manos al gobierno que se verá condicionado a profundizar el mismo ajuste que ha causado la crisis cambiaría.

Así, vemos cómo lo que en la superficie parece coyuntural, en verdad tiene cuestiones mucho más profundas y estructurales. Mientras tanto, el bienestar de la ciudadanía se reduce día tras día, el país navega por aguas agitadas y crece la angustia sobre el porvenir.

El acuerdo con el FI.
Conocidos los detalles del acuerdo, se confirmaron las duras exigencias sobre la reducción del gasto público. El préstamo desde el plano económico no es más que un paliativo transitorio. Por su esquema de desembolsos y repago, tanto como por su carácter de “cobertura”, se trata de un artificio puramente financiero. Una carta blanca de los factores de poder internacional (FI y los países centrales) para alivianar las tensiones sobre las fatigadas cuentas externas de nuestra economía, a partir de la desconfianza de los mercados sobre el manejo de las finanzas públicas, que se materializó en las corridas cambiarías de los últimos dos meses. La contracarta del crédito, según lo anunciado hasta el momento, es el compromiso de repago, tanto como la disposición de un manejo presupuestario enteramente configurado a tales fines. Un ajuste brutal de la inversión pública de 3,8 puntos del BI en los próximos tres años es tal vez el número que mejor sintetizar el esfuerzo en “lágrimas, sudor y sangre”, como contrapartida de haber recurrido al fondo.

Como analizamos, el eufemismo utilizado por los funcionarios maristas de “turbulencia cambiaría” encuentra origen, entre otros, en un rojo comercial creciente en los últimos años. Por caso, en 2017 el déficit de cuenta corriente se posicionó en torno a los 31.000 millones de dólares. Es decir que las divisas que nuestro país “genera” de manera genuina a través de sus exportaciones, no alcanzan para cubrir las importaciones necesarias del actual nivel de actividad. A esto se le suma la remisión de utilidades y dividendos al exterior, el turismo remisivo hacia el resto del mundo, y los intereses de la deuda externa contraída por el Estado Nacional y los Estados provinciales.

¿Es el acuerdo con el FI una solución a este problema? ¿Está destinado el préstamo a financiar un proceso de crecimiento ostensible que permita revertir el déficit externo? Considerando el énfasis del ministro Dujo en afirmar que el préstamo es el reaseguro para poder mantener el programa económico definido hasta el momento, las respuestas difícilmente sean afirmativas. En el acuerdo se hace hincapié en los “esfuerzos fiscales” que hará el Estado para reducir el déficit. De este modo, la baja del gasto público anunciada para los próximos años redundará en menor crecimiento, menor nivel de actividad y menores salarios reales. En la misma presentación del Ministerio de Hacienda se prevé una reducción del 13 por ciento en términos reales en el rubro “salarios y bienes y servicios”.

Como marcan las nuevas proyecciones macro, este camino no puede llevar más que a un enfriamiento general de la actividad económica. En primer lugar, ya se evidencian los traslados a precios y la aceleración de la inflación, haciendo de la pérdida de poder adquisitivo una generalidad ampliamente difundida. En segundo lugar, la mayor tasa de interés presiona sobre la posibilidad de financiar inversiones en pequeñas y medianas empresas o convierte a la inversión en la economía real en una alternativa poco rentable. Esto también presiona a la baja el nivel de actividad y genera pérdida de puestos de trabajo, a lo que se debe sumar el freno por el quiebren de la cadena de pagos y la tendencia a la polarización de las listas de precios. En tercer lugar, las bajas en los salarios y en la obra pública profundizan este esquema que complican las propias metas fiscales del gobierno por la caída del producto y la menor recaudación. Así, esta obsesión con la baja del gasto público no asegura una reducción del déficit fiscal, pero sí redunda en una mayor recesión y desigualdad social.

Volviendo al frente externo, la Argentina contará temporalmente con los 50 mil millones de dólares disponibles por parte del FI para hacer frente a sus obligaciones en moneda extranjera. Mientras tanto, la caída en los ingresos y el nivel de actividad será tal que cuando hayamos utilizado el préstamo, la dinámica de la economía argentina funcionará con menos importaciones, tendrá menos ahorros para dola rizar y el Estado habrá acumulado un mayor nivel de endeudamiento externo. Sin un cambio de rumbo, los problemas estructurales no se solucionarán y el único efecto del préstamo será extender la agonía. La diferencia de este préstamo con los endeudamientos anteriores es que como contrapartida se ofrece el compromiso de profundizar las políticas que nos llevaron a recurrir al acuerdo. Así, el gobierno se limita a sí mismo sobre las futuras decisiones de política económica y toma como rehén al pueblo argentino.

Otro camino es posible
Sin embargo, desde el colectivo EPPA no nos resinamos a que la situación actual constituya un callejón sin salida. Ningún camino está exento de dificultades, pero el agravamiento de la principal restricción al crecimiento en Argentina es sin dudas una elección equivocada. Una política con pretensiones de resolver la restricción externa de manera sustentable debiera tener como principios el estímulo al desarrollo de la industria nacional, de manera de generar más valor agregado y reducir las necesidades de endeudamiento externo para llenar los casilleros vacíos de nuestra matriz productiva. Por otro lado, ocuparse de la restricción externa en la coyuntura requiere de la recuperación de los instrumentos de control y regulación de los flujos de capitales, del mercado de cambios y de la implementación de una institucionalidad que garantice la intervención del Estado en el comercio exterior. La restricción externa hoy suma al problema estructural de la producción la intensa fuga de capitales, que no debe leerse como reacciones preventivas frente a coyunturas sino como parte de la lógica de la globalización financiera y que necesita ser enfrentada una fuerte intervención estatal que la contenga. Además, debemos considerar que el problema de la restricción externa no es equivalente a suponer que la Argentina no cuenta con recursos suficientes para sostener niveles de consumo más altos y un mercado interno vigoroso. Justamente, en paralelo a una economía traicionada por el mercado interno y el consumo popular se debe orientar paulatinamente el desarrollo industrial hacia las exportaciones, estimulando las ventas de bienes con mayor valor agregado para superar la preponderancia del sector primario como fuente principal de divisas. La defensa y el desarrollo de una industria nacional competitiva no traen efectos positivos únicamente en el frente externo, sino se asocia a empleos de mayor calidad e ingresos que ayudarían a dinamizar el mercado interno en su conjunto, en un círculo virtuoso. Como políticas inmediatas, urge la necesidad de recomponer salarios y jubilaciones de manera de recuperar el poder de compra para las mayorías, y así recuperar el circuito de crecimiento virtuoso que se perdió a fines de 2015. Este camino es incluso más efectivo en pos del equilibrio fiscal tan apuntado por el gobierno. En la medida que aumente la producción y el empleo se dará una reducción del déficit primario vía una mayor recaudación. Está claro que el acuerdo con el FI, y el ajuste implicado como condicionamiento, lejos está de enmararse en este rumbo. Obcecando, el Gobierno de Cambiemos está enmarcado en un círculo vicioso de ajuste, deuda y más ajuste.
fuente  pagina 12

Entrevista a Pepe Mujica sobre Lula, el consumismo, la prisión, el odio y la realidad del país “La Argentina está jodida pero no está fundida”


En su chacra de las afueras de Montevideo, el ex presidente uruguayo (2010-2015) dijo que “la sensibilidad por los más débiles no es moderna” y explicó su idea de cómo se forjan la política y la cultura.

A la chacra de José Mujica en las afueras de Montevideo llegan micros de turistas de distintos rincones del mundo para intentar conocerlo. Pepe y Lucía (Topolansky, actual vicepresidenta del Uruguay) viven con sencillez y sobriedad. Mujica odia la palabra “austeridad”. Dice que es utilizada para reducir derechos y dejar sin trabajo a la gente. “Vive como piensas, o pensarás como vives”, repite siempre este personaje único a quien la izquierda del continente considera un faro.

En pleno Mundial visitamos a Mujica junto a Victor Santa María, secretario general del SUTERH) y Alberto Grille, director de la revista Caras y Caretas de Uruguay. Nos recibió con su calidez habitual y pudimos grabar, además, casi dos horas de diálogo. Se verán en “Latinoamérica Piensa” los próximos dos sábados a las 23 por A24.

Nos sentamos en un pequeño living atestado de libros y objetos de recuerdo mientras Lucía cocinaba milanesas fritas para el almuerzo.

Cuando lo vimos, Mujica ya había estado en la celda de Curitiba con su amigo Luiz Inácio Lula da Silva, a quien define como el “pacificador” de las contradicciones del Brasil.

–¿Cómo encontraste a Lula?

–Lo vi bien, más delgado, siempre con su temperamento jocoso, por un lado, y también horrorizado por lo que está pasando en Brasil desde el punto de vista de la enajenación del patrimonio del Estado y la transformación de la legislación laboral. Él considera que todo este episodio, que incluye la destitución de Dilma, es parte de un proyecto para cambiar las condiciones del país. Para que si un día vuelven dirigentes progresistas al gobierno, se encuentren prácticamente maniatados por compromisos establecidos a largo plazo a nivel internacional. Quiere decir que temperamento jocoso pero pensamiento bastante trágico. Lula es el único que está en condiciones de permitir que Brasil vuelva a su natural alegría de vivir.

–Al ingresar al penal, ¿qué recuerdo te trajo de tu propia experiencia como preso de la dictadura durante 14 años?

–Es paradojal. Es la mueca que tiene la vida. Esa cárcel donde está es muy moderna y se hizo en el tiempo de Lula.  Está en una buena celda, grande, con un televisor y una cama común y corriente. No es para nada un lujo. Pero es una cosa decente. La cárcel mía no tiene comparación y espero que nunca a Lula le toque pasar algo parecido.

–Habitualmente hablás contra la utilidad del rencor. ¿Cómo hiciste para transitar la prisión y vivir sin rencor?

–Les tengo bronca al odio y al fanatismo. Una cosa es la pasión y otra cosa el fanatismo. El odio es como el amor, ciego. El amor tiene la ventaja de que es creador, reproductor. El odio es destructivo. Si uno vive mirando para atrás intentando cobrar o algo por el estilo cuentas incobrables y no se embebe hacia el futuro queda como dando vueltas a una columna. La naturaleza es sabia. Estaría bárbaro que nos hubiera puesto un ojo atrás para cuidarnos  la espalda. Pero nos puso dos ojos para delante: la vida es mañana, es porvenir. Tengo recuerdos de dolor y de angustia. Pero hay que vivir por mañana. Tal vez sea una cuestión de temperamento. Nunca pensé que me iba a morir preso. Nunca pensé que cuando saliera no  iba a seguir militando. Tampoco pensé que iba a ser presidente ni nada por el estilo y que me iba a meter en esta camisa de once varas. Estaba convencido de que iba a seguir luchando.

–¿Y de que te arrepentís?

–Ufff. Tengo un montón de cosas. De lo que más me arrepiento es de la falta de velocidad para disparar. Me comí la cana porque me agarraron. Tendría que haber corrido un poco más rápido. Una falla atlética. Volviendo al Brasil, Lula es un hombre de diálogo, un reformista que permitió que casi 40 millones de personas salieran de la pobreza. Pero a pesar de que es un hombre de consenso las élites económicas avanzaron hasta poner preso a un hombre inocente, destituyendo sin causa a una Presidenta.

-¿Cómo ves hoy la Argentina?

–Viejo, yo soy uruguayo. O sea, un argentino al que patearon del puerto de Buenos Aires. Ésa es la historia verdadera y no me conviene hablar mucho de cómo veo a la Argentina. Sería como meterme en un pueblo que es mi pueblo pero al mismo tiempo quedaría mal interpretado.

–Somos una misma nación, separada en dos países.

–Sin duda. Lo que te puedo decir con preocupación, por historia, es que cuando a la Argentina le va mal a nosotros nos termina golpeando fuerte. Lo que más me asusta es esto del endeudamiento, porque después hay que pagar en algún momento y sé  lo que pasa. Esta historia se repite. También estoy aburrido con la repetición de que la Argentina está fundida. Y no, no está fundida. La Argentina está jodida pero no está fundida. Porque después reflota. Tiene la desgracia de tener demasiados recursos naturales y cae en el despilfarro, pero es mi pueblo. Me duele.

–¿Qué debería haber hecho la izquierda para dar la discusión del poder real en América Latina y para que estas cosas no ocurrieran?

–Creo que la historia real no es fácil de compaginar con lo que nos puede parecer. Es un conjunto de acciones y reacciones y de limitaciones. Llegar al gobierno está muy lejos de llegar al poder. Y pienso que probablemente de esos 40 millones de personas que salieron de la pobreza, la inmensa mayoría, lo va a atribuir a su esfuerzo, a Dios, a cualquier cosa, menos a entender la política, que en su misión más esencial tiene que ver cómo se reparte la riqueza pública en una sociedad. Ese fenómeno se le escapa y entonces se ha incrementado la cantidad de consumidores. Que no equivale a la cantidad de ciudadanos que se dan cuenta del drama que viven. Por eso uno de los más graves problemas, que no es de hoy, es también en el fondo el esquema que tuvo mi generación.

–¿Cuál sería el problema?

–Pensábamos que el mundo cambiaba modificando las relaciones de producción y de distribución. Cambiando la estructura parecía que tendríamos un hombre distinto o mejor. Y no nos dimos cuenta tal vez (es mi interpretación) de que un sistema es a su vez generador de una cultura que le es funcional a largo plazo. Así como era funcional la resignación de la Edad Media a que esto fuera un valle de lágrimas porque luego vendría el paraíso. Esta etapa de sociedad hiperconsumista, donde estamos embarcados todos, es funcional a la lucha de la ganancia y a que seamos todos consumidores.

Hemos sustituido las viejas religiones por la nueva religión, que es el mercado. Eso es más fuerte que los ejércitos y que las cuestiones de fuerza, porque es una cultura tácita, subliminal, que está jugando en el seno de todos los hogares. Entonces hay 40 millones que salieron de pobres que demandan más y son prepotentes, potenciales consumistas. Y nos parece que eso es equivalente a ser más felices.

–¿Qué pueden hacer los sectores populares para impulsar esa reforma cultural de valores teniendo en cuenta que el proceso que vivió  América Latina se vinculó, principalmente, a la ampliación principalmente de derechos relacionados al consumo?

–Cuidado con el análisis grosero. No es que no haya que intentar multiplicar los bienes de la sociedad. Es otra historia. Lo que pasa que esta cultura nos lleva de la mano, por un lado al despilfarro de medios que terminan siendo bastante superfluos y por otro a no atender necesidades vitales que una parte central de las poblaciones tiene. Si los africanos pudieran comer como los perros europeos no estarían peleando con la muerte. Ni ahogándose en el Mediterráneo. Acá hay una profunda cuestión ética, y la política hace mucho que la abandonó las preguntas más elementales y se transformó en un apéndice de la econometría: ¿es más feliz la gente? ¿Nos preocupamos de eso, o nos preocupamos solo del desarrollo? Es muy discutible que estemos mejor porque haya aumentado el PBI. ¿Es más feliz la sociedad japonesa que los muy poquitos aborígenes que quedan en la Amazonia? Tengo mis severas dudas. Y unos y otros marchamos hacia lo mismo. Tenemos una única riqueza, que es el milagro de estar vivos, pero la vida se nos va y no hay supermercado que nos venda años de vida. Cuando compramos algo no compramos con plata, compramos con el tiempo de nuestra vida. Ahora, si toda nuestra vida se va en pagar cuentas... El mundo nunca produjo más que hoy en día pero ha crecido la desigualdad como nunca.

–¿Cuál es la alternativa?

–Es muy difícil imaginar cómo se construye una correlación de fuerzas que implique desaprender muchas cosas que son parte del sentido común de nuestras sociedades y construir un paradigma que busque un equilibro entre el yo y el nosotros. Esta cultura necesita que estemos dibujados como individuos. Somos antropológicamente gregarios, necesitamos de la sociedad. El progreso humano es consecuencia de nuestro instinto antropológico de agruparnos y funcionar en sociedad. Lo que ha construido la civilización es la consecuencia de haber vivido y erigido sociedades. Todo el progreso que nos rodea es consecuencia de esa construcción. La civilización es la solidaridad intergeneracional. Pero somos individuos.

–¿Y entonces?

–Hay una gota importante de egoísmo en cada uno de nosotros como la tiene todo ser vivo, porque estamos programados para luchar por la vida y hay que conciliar ese egoísmo con la existencia, con la necesidad de vivir en sociedad. Ése es el papel de la política. La política está para amortiguar los conflictos que tienen los individuos cuando construyen la sociedad. Da para discutir mucho. Bien, yo no puedo cambiar el mundo. Lo que puedo ir es educando gente para que no sea tan estúpida y la lleven enganchada de acá (se toca la nariz). Tengo que luchar en varios frentes.

–¿Cuáles son los frentes?

–Luchar para la comprensión de que vivir es hermoso y de hay que pelear en esta vida para que no te lleve esta cultura que te transforma en un pagador de cuentas. Tener libertad es tener tiempo libre para hacer lo que a vos te gusta.

–¿Imaginabas que América Latina iba a ingresar en un período de retroceso como el de hoy en día?

–Siempre lo desconfié. Yo tengo una interpretación pendular de la historia humana. Se habla de izquierda recién a partir de las divisiones en la Revolución Francesa. Pero toda la historia del hombre arriba de la tierra es una constante oscilación entre visiones más conservadoras y visiones mas humanísticas, hacia un lado y hacia el otro. Me siento históricamente pariente de Epaminondas, de los Graco, de Ashoka en la India. La sensibilidad hacia el dolor de los más débiles no es moderna. Es tan vieja como que el hombre anda arriba de la tierra ha estado en una lucha permanente. Por eso esta ola reaccionaria va a fracasar, nunca va a triunfar definitivamente, porque la nuestra tampoco triunfa definitivamente. No hay derrota porque tampoco hay triunfo definitivo. La lucha es ir sumando escalones a favor de la civilización humana. Creíamos que luchábamos por el poder. En realidad nuestra lucha es por mejorar el contenido de esa herencia que se llama civilización.

–¿Te imaginás nuevamente presidente de Uruguay?

–No... Es es muy osado. ¿Vos sabes cómo se reproducen los yuyos? Son maravillosos. Tiran semillas y semillas. ¿Sabes lo que es domesticar un pasto y lograr que produzca semillas en una época más o menos regular para poderlo cosechar? Eso es domesticar. Los pastos naturales tienen una larga época de semillación y van tirando semillas. ¿Por qué? Porque priorizan la lucha por la vida. La semilla puede caer en un momento en que no hay condiciones para germinar. Entonces viene una larga temporada en la que van tirando semillas y semillas. Yo estoy en una etapa de la vida para sembrar. Y para sembrar ideas. Para tirar estas ideas medio raras que tengo. Para que otros las hagan pelota y me critiquen pero que no se queden anquilosados repitiendo esquemas de hace 70 años.

–¿Tenés esperanzas de que esas semillas germinen?

–Sí, siempre ha sido así.

fuente pagina 12

* Rector de la UMET / @trottanico  


Nuevos aires de esperanza recorren México con victoria presidencial de AMLO

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Foot cover de Noticia Autor: Juventud Rebelde Publicado: 02/07/2018 | 01:54 pm

México se va a la izquierda con Andrés Manuel López Obrador como nuevo presidente, cuando en Latinoamérica campea una mayoría de gobiernos articulados a la derecha en la Organización de Estados Americanos y el llamado Grupo de Lima, con franca intervención contra Venezuela

MÉXICO, julio 2. — Andrés Manuel López Obrador fue elegido ayer domingo de manera oficial como el próximo presidente de México para los próximos seis años, según confirmó el Instituto Nacional Electoral mexiicano.

Así lo indican encuestas de salida y lo reconocieron sus principales rivales, José Antonio Meade y Ricardo Anaya, candidatos de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), del presidente Enrique Peña Nieto; del Verde y Nueva Alianza y Coalición de Frente por México.

López Obrador gana con cómoda ventaja y con el también triunfó la coalición Juntos Haremos Historia, pero sobre todo el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que fundó y es el partido de más reciente registro nacional.

Morena consiguió avances muy importantes que lo catapultan como la primera fuerza política. No gobernaba en ninguna entidad federativa y las encuestas de salida le dan las gobernaciones de Tabasco, Chiapas, Veracruz, Morelos y la Ciudad de México, según reportó Prensa Latina.

Según las proyecciones también tendrá gran impacto en el Congreso de la Unión, donde se multiplicarán sus diputados y senadores.

Los grandes perdedores fueron el PRI, y los partidos Acción Nacional (PAN), del candidato presidencial Ricardo Anaya, y el de la Revolución Democrática, cuya cúpula se fue a la derecha con el panista.

Morena fue hoy un terremoto, dijo un analista aquí, aunque López Obrador ha prometido un cambio gradual, ordenado pero contundente para el país, del cual pretende «desterrar la mafia del poder».

En lo económico pretende mantener el equilibrio macroeconómico, pero también protagonizar medidas de índole social para beneficio de sectores preteridos, entre ellos adultos mayores, jóvenes y hacedores del campo mexicano.

Su victoria además tendrá un impacto internacional. Pero sobre todo en el continente.

México se va a la izquierda, cuando en Latinoamérica campea una mayoría de gobiernos articulados a la derecha en la Organización de Estados Americanos y el llamado Grupo de Lima, con franca intervención contra Venezuela, y silencio cómplice sobre situaciones como las de Brasil y Argentina, con alta volatilidad social y política.

Reconciliación méxicana
López Obrador, llamó a la reconciliación, y expresó que gobernará con rectitud, justicia, y no le fallará a su pueblo.

En un mensaje luego que el Instituto Nacional Electoral confirmara su victoria, el abanderado de la coalición Juntos Haremos Historia dijo que respetará la legalidad con un propósito fundamental de erradicar la corrupción y trabajar por todos, pero primero por los pobres.

Haremos cambios profundos con apego al orden legal establecido. Se garantizarán todas las libertades ciudadanas y sociales, acotó.

Se respetará la autonomía del Banco de México, el nuevo gobierno mantendrá disciplina financiera y fiscal; se reconocerán compromisos con empresas y bancos extranjeros, agregó en mensaje a la empresa privada y los inversionistas extranjeros.

También enfatizó que se revisarán los contratos acordados en el sector energético para revertir ilegalidades, aunque para ello recurrirá al Congreso, a autoridades nacionales e internacionales.



No actuaremos de manera arbitraria ni habrá confiscación ni expropiación de bienes, subrayó al respecto.

Dijo que la corrupción es la causa fundamental de la desigualdad social y económica, también de la violencia imperante en el país.

Combatir ese flagelo será la principal misión de su gobierno, que tampoco permitirá la impunidad, agregó.

Advirtió que sea quien sea, compañeros de lucha, funcionarios, amigos y familiares serán castigados por la ley si incurren en delitos de corrupción.

Adelantó que convocará a representantes de derechos humanos, religiosos, a la ONU y otros organismos nacionales y extranjeros para el plan de pacificación del nuevo gobierno.

El próximo presidente mexicano fijó un cambio en la política internacional de su administración.

Seremos amigos de todos los pueblos y gobiernos del mundo, se volverán a aplicar los principios de no intervención, autodeterminación y solución pacífica de las controversias.

Además se propuso buscar una relación de amistad y cooperación para el desarrollo con el gobierno de Estados Unidos, fijada 'en el respeto mutuo' y en la defensa de los mexicanos que viven y trabajan en ese país.

López Obrador agradeció las muestras de solidaridad recibidas de jefes de gobierno extranjeros, con algunos de los cuales, apuntó, se comunicó telefónicamente.

También alabó lo que calificó de postura respetuosa del presidente, Enrique Peña Nieto, quien en cadena nacional lo había felicitado minutos antes.


José Mujica alertó sobre lo que está pasando en Brasil, donde hay sectores que están pidiendo el regreso de los militares al poder, y remartcó que no basta con decir “Nunca Más”.

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El expresidente José Mujica alertó sobre lo que está pasando en Brasil, donde hay sectores que están pidiendo el regreso de los militares al poder, y remartcó que no basta con decir “Nunca Más”.

El senador reflexionó con LA REPÚBLICA, y advirtió que “no alcanza con recordar, porque hay una necesidad de construir permanentemente salidas de hoy y sobre todo de mañana”.

A continuación el texto completo de la reflexión de Mujica:


 “Muy frecuentemente decimos Nunca Más. Y creemos que cultivando la memoria nos aseguramos efectivamente el Nunca Más. A la luz de la experiencia de lo que es la historia humana me doy cuenta que los europeos por ejemplo, pasaron entre ocho y diez generaciones que gastaron su vida en guerras intestinas, hasta que un día llegaron a la conclusión que tenían que construir ese proyecto que se llamó la Comunidad Económica Europea pero que en realidad era un proyecto político cuyo objetivo central era la paz.


No era solo un proyecto de cuanto te vendo y cuanto me vendés, era una propuesta política para salir de siglos de guerra continuada y particularmente alemanes y franceses. Cuando veo las declaraciones y la aparición de corrientes fascistoides, cuando veo la fobia contra la inmigración, países que vomitaron continentes de inmigrantes que vinieron y se han olvidado de todo, me doy cuenta que el bicho humano parece ser el único animal capaz de tropezar varias veces con la misma piedra. Por eso nunca estaré totalmente tranquilo con el Nunca Más sino aprendemos a estar en guardia en la construcción permanente del día a día.

Y digo esto porque veo lo que está pasando en Brasil, donde existen corrientes que están pidiendo la presencia de los militarse en el poder y también ellos vivieron una dictadura y sin embargo, apenas una generación después, hay gente que es capaz de reaccionar así, por eso estoy convencido que ni siquiera alcanza con el Nunca Más, sino con un compromiso con la marcha de nuestra sociedad de hoy y tal vez, no alcanza con recordar, porque hay una necesidad de construir permanentemente salidas de hoy y sobre todo de mañana. Pero tal vez me esté poniendo viejo, demasiado viejo…”.

fuente LA REPÚBLICA

“Estamos mucho más lejos de los sueños de Juan PabloTerra”

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–Juan Pablo Terra estuvo en la Unión Cívica, ¿usted también?

–Yo votaba a la Unión Cívica, pero nunca estuve afiliada.

–La imagen que yo tengo de la Unión Cívica es de gente muy brillante desde el punto de vista intelectual, pero a la vez siendo un grupo muy católico

–Sí, muy católicos. Pero había posiciones muy distintas, porque entre Dardo Regules, Tomás Brenna, Chiarino y Venancio Flores existían diferencias muy grandes. La base era la doctrina social de la Iglesia, donde cada generación la fue adaptando a las circunstancias del momento. Los cristianos creemos en el Cristo histórico. Un Cristo que existió, pero además…

–Me han dicho que en la Unión Cívica las reuniones se comenzaban rezando, ¿es así?

–Sí, sí. Había un crucifijo en la sala del Consejo, que cuando lo sacaron dio lugar a muchas discusiones.

–¿Por qué?

–Fue cuando trataron de construir un partido menos confesionario. Es que la Unión Cívica nació en momentos de enfrentamientos muy fuertes. Por un lado había un anticlericalismo y quizás una Iglesia que se afirmaba demasiado en algunas situaciones del siglo pasado (se refiere al siglo XIX). Defendiéndose de ese anticlericalismo la Unión Cívica creció, por ejemplo enfrentando la sacada de los crucifijos de los hospitales, aquello que dio lugar a aquel artículo tan lindo de Rodó.

Era un partido con un corte muy clerical. Cuando se transformó en Partido Demócrata Cristiano fue para dar lugar a un partido más abierto, que pudiera poner en práctica los valores sociales de la Iglesia para todos y no sólo para los católicos.

–¿Terra fue casi un hereje para la Unión Cívica?

–Más de una vez fue un hereje (se ríe).

–Terra no duda con la revolución cubana, ¿se define enseguida?

–Se define enseguida y escribe algunos artículos, lo que provoca que mucha gente lo consideraba un defensor en todo de la revolución cubana. Cuando condenó prisiones, incluso las matanzas, también los otros lo consideraban anticubano. En ese momento es hereje para los dos lados.

–La Democracia Cristiana se forma en 1962, pero en los primeros años Juan Pablo Terra queda aparte, solo.

–Hay una convención en que le gritan a Juan Pablo y a otros “¡Váyanse a Cuba, comunistas!” En 1962 votamos a Zelmar Michelini, que presentó lista propia. Pero vuelve después, en 1964, cuando se producen cambios en la Democracia Cristiana.

–Volviendo a la Unión Cívica, ¿cómo se llamó la corriente que lideró Terra?

–Fue el Movimiento Socialcristiano, de donde surgió –lo digo con un lenguaje un poco obsoleto– el ala izquierda de la Democracia Cristiana. Luego vinieron los Equipos del Bien Común, que fueron otra cosa distinta.

–¿Eso fue en 1947?

–Justamente, fue inspirado en el pensamiento del dominico Levert, que fue un hombre que abrió camino en la sociología empírica. Juan Pablo, junto con otros, decidió seguir la línea del pensamiento de Levert que propone, desde el punto de vista sociológico, conocer primero la realidad, para después buscar las soluciones.

–Entiendo que Levert cuando convoca a priorizar el estudio de la realidad pone a los sectores de la Iglesia Católica de cara a la realidad.

–Levert, que tenía una larga formación, sale a luz en la posguerra, en medio de una Francia que se estaba reconstruyendo y eso lo hace hombro a hombro con los marxistas. Por mucho tiempo Levert fue mirado como un personaje difícil.

–También hereje…

–Vino al Uruguay algunas veces, pero después ya no pudo venir porque a las autoridades de la Iglesia de aquel momento no les provocaba ninguna simpatía. Pero cuando cambia el pontificado, Pablo VI lo llama para escribir la Populorum Progressio. Fue su gran asesor. Con Juan Pablo tuvimos el privilegio de tener una entrevista privada con Pablo VI, lo primero que le preguntó fue si era alumno de Levert, “que fue mi colaborador en la Popularum Progressio”, una de las grandes encíclicas sociales cristianas.

–Creo que estamos ante la confluencia de muchas cosas: Juan Pablo Terra conoce a Levert, se produce la revolución cubana, Juan XXIII comienza a cambiar la Iglesia. Por esos años aparece la obra de Terra, “Mística, desarrollo y revolución”.

–La escribió en las vacaciones de 1969, cuando la situación del país ya era muy difícil y él era diputado. Creo que es el libro más importante de Juan Pablo y que hoy la juventud lo sigue leyendo.

–Lo interesante es que Terra impone cambios no sólo en las ideas filosóficas y políticas, sino también en la arquitectura. Incluso construye una Iglesia en la calle Millán, entre Cisplatina y Lucas Obes, donde la idea de comunidad aparece en el manejo de los espacios.

–Sí, es así. El altar está muy centrado y los bancos rodean ese altar. La comunidad cristiana, que es la Iglesia, que es asamblea, rodea al celebrante.
.
–Cuando Aldo Moro es muerto por las Brigadas Rojas en Italia, Juan Pablo Terra promueve una misa. ¿Vivíamos en dictadura?

–Sí, fue en la Iglesia de los Capuchinos. Aldo Moro fue el que formuló el “Compromiso histórico” para Italia, que implicaba la alianza de los católicos con los comunistas. Fue una propuesta de centro-izquierda.

Juan Pablo era amigo de Moro y le dolió mucho su muerte. En 1988, a los diez años de muerto Aldo Moro, hubo una semana de homenajes en la Alta Academia Aldo Moro, donde Juan Pablo expuso un tema. Yo lo acompañé y ahí conocí a Inés y a dos de sus hijos que estaban allí.

–Si seguimos en esta construcción histórica llegamos a que en 1968 Terra lanza la idea de un encuentro de las fuerzas progresistas…

–Era la época de las Medidas de Seguridad reiteradas, de prisiones políticas. En el Parlamento se daba un encuentro de legisladores de distintos partidos, que estaban de acuerdo con enfrentar aquellas medidas. Y Juan Pablo opinaba que había que unir a todos, en una acción política conjunta. En ese momento coincidía con una cantidad de gente, entre otros con el Partido Comunista, con los socialistas que no estaban el Parlamento, con Michelini, Batalla, pero también con la doctora Alba Roballo y con el doctor Amílcar Vasconcellos. La idea era hacer un frente único.

–Esto le da un perfil distinto a la Democracia Cristiana.

–Y no sólo a la Democracia Cristiana, sino a la unidad de las izquierdas. Por algo se votó en 1971 bajo el lema Democracia Cristiana, porque la aparición de los cristianos ahí sacaba, para mucha gente, el estigma del marxismo. Y esto permitió que se concretara en una forma política viable.

–Creo que Terra dijo alguna vez, me lo han dicho militantes cristianos, que Rodney Arismendi era un caballero en materia política.

–Sí. La Democracia Cristiana, el Partido Comunista y Michelini fueron los tres pilares de la unidad de las izquierdas. Primero se forma el Frente del Pueblo con Michelini y Juan Pablo, después se lanza el Frente Amplio con el general Líber Seregni que tuvo un carisma muy especial. Fue un acierto enorme elegirlo a él y que él aceptara.
–Luego los años previos al golpe de Estado y Terra también es actor principal.

–Fueron años muy duros. Las denuncias sobre el Escuadrón de la Muerte implicaron amenazas de muerte. El último caso fue la de Fernández Mendieta. Un muchacho que lo llevaron a las 9 de la mañana y a las 2 de la tarde lo entregan con el cajón cerrado y orden de no abrirlo. Juan Pablo fue, hizo abrir el cajón, consiguió un médico, se sacaron las fotos del cadáver y así se demostró que había sido horriblemente torturado. Le escribió una carta a Chappe Pose sobre las denuncias, que provocó que el ministro de Defensa se ofendiera. Cuando lo llamaron al Senado dijo que no iba hasta que Juan Pablo no se disculpara porque no le había escrito a él. En ese momento Juan Pablo se tuvo que ir a Yugoslavia e Italia, donde lo sorprendió la noticia del golpe de Estado.

Pero Juan Pablo volvió enseguida. A los pocos días sufrió la primera prisión, cuando cayó la Mesa del Frente. La más larga fue de un mes y medio, cuando fue degradado Seregni, cuando aún se editaba Aquí. Juan Pablo escribió bajo el título El caso Dreyfus, un militar francés que había sido degradado y preso a fines del siglo XIX, para referirse a Seregni. No lo tocaron nunca, aunque en un plantón se desmayó, yo creo que porque estaba muy nervioso porque tenía encima una carta de Seregni. Por suerte no lo revisaron y después, cuando fue al baño, se deshizo de la carta.

–Hoy, ¿estamos como sociedad más cerca o más lejos de los sueños de Juan Pablo Terra?

–Yo creo que estamos mucho más lejos. Hoy se está educando a los jóvenes, a través de los medios, en torno a los valores del éxito y de lo personal. Y en el disfrute del momento. Tengo la sensación de que aquella juventud de 1971 era mucho más comprometida políticamente, mucho más interesada.

ENTREVISTA REALIZADA POR RAÚL LEGNANI A MARIA DEL CARMEN ORTIZ TERRA EN SETIEMBRE DE 2001.

fuente  diario la republica