«Milei es un fracaso de la ultraderecha internacional»


 

Gerardo Caetano le respondió a Andrés Ojeda y al Partido Colorado:

El historiador El historiador habló en Palabras Cruzadas y comentó que analiza abandonar la Comisión del Bicentenario.

Gerardo Caetano le respondió a Andrés Ojeda y al Partido Colorado: "Tuve un error, que es una inexactitud, pero...más historiador habló en Palabras Cruzadas y comentó que analiza abandonar la Comisión del Bicentenario.

Gerardo Caetano le respondió a Andrés Ojeda y al Partido Colorado: "Tuve un error, que es una inexactitud, pero no acepto que Ojeda, que habló con Alejandro Sánchez y que este último haya resuelto quitar este fragmento, hay que respetar la verdad siempre, yo no obedezco ni al Presidente, ni al Secretario de Presidencia. Lo que hablo o dejo de decir es lo que yo quiero en Palabras Cruzadas y comentó que analiza abandonar la Comisión del Bicentenario.

Gerardo Caetano le respondió a Andrés Ojeda y al Partido Colorado: "Tuve un error, que es una inexactitud, pero no acepto que Ojeda, que habló con Alejandro Sánchez y que este último haya resuelto quitar este fragmento, hay que respetar la verdad siempre, yo no obedezco ni al Presidente, ni al Secretario de Presidencia. Lo que hablo o dejo de decir es lo que yo quiero

La traición a los periodistas palestinos



Hay dos tipos de corresponsales de guerra. El primer tipo no asiste a conferencias de prensa. No suplica a generales y políticos para que les concedan entrevistas. Asumen riesgos para informar desde zonas de combate. Envían a sus espectadores o lectores lo que ven, que casi siempre es diametralmente opuesto a las narrativas oficiales. Este primer tipo, en todas las guerras, es una pequeña minoría.

Luego está el segundo tipo, la masa informe de autodenominados corresponsales de guerra que juegan a la guerra. A pesar de lo que dicen a los editores y al público, no tienen intención alguna de ponerse en peligro. Les complace la prohibición israelí de que los reporteros extranjeros entren en Gaza. Suplican a los funcionarios que les proporcionen información de fondo y les concedan ruedas de prensa. Colaboran con los responsables de su Gobierno que imponen restricciones y normas que los mantienen alejados del combate. Difunden servilmente todo lo que les proporcionan los funcionarios, gran parte de lo cual es mentira, y fingen que son noticias. Se unen a pequeñas excursiones organizadas por el ejército —espectáculos para impresionar— en las que se visten de gala y juegan a ser soldados y visitan puestos avanzados donde todo está controlado y coreografiado.

Los enemigos mortales de estos farsantes son los verdaderos reporteros de guerra, en este caso, los periodistas palestinos en Gaza. Estos reporteros los desenmascaran como aduladores y lameculos, desacreditando casi todo lo que difunden. Por esta razón, los farsantes nunca pierden la oportunidad de cuestionar la veracidad y los motivos de los que están sobre el terreno. Vi cómo esas serpientes hacían esto repetidamente con mi colega Robert Fisk.

Cuando el reportero de guerra Ben Anderson llegó al hotel donde se alojaban los periodistas que cubrían la guerra en Liberia —en sus propias palabras, «emborrachándose» en los bares «a cuenta de la empresa», teniendo aventuras amorosas e intercambiando «información en lugar de salir a buscarla»—, su imagen de los reporteros de guerra sufrió un duro golpe.

«Pensé: por fin estoy entre mis héroes», recuerda Anderson. «Aquí es donde he querido estar durante años. Y entonces, el camarógrafo que me acompañaba, que conocía muy bien a los rebeldes, nos llevó con ellos durante unas tres semanas. Volvimos a Monrovia. Los chicos del bar del hotel nos dijeron: «¿Dónde habéis estado? Pensábamos que os habíais ido a casa». Les respondimos: «Salimos a cubrir la guerra. ¿No es ese nuestro trabajo? ¿No es eso lo que se supone que hay que hacer?».

«La visión romántica que tenía de los corresponsales extranjeros se desvaneció de repente en Liberia», continuó. «Pensé que, en realidad, muchos de esos tipos eran unos farsantes. Ni siquiera estaban dispuestos a salir del hotel, y mucho menos a abandonar la seguridad de la capital y hacer realmente su trabajo».

Pueden ver aquí una entrevista que le hice a Anderson.

Esta línea divisoria, que se repitió en todas las guerras que cubrí, define la cobertura informativa del genocidio en Gaza. No es una división de profesionalidad o cultura. Los reporteros palestinos exponen las atrocidades israelíes y desmontan las mentiras israelíes. El resto de la prensa no lo hace.

Los periodistas palestinos, perseguidos y asesinados por Israel, pagan con sus vidas, como muchos grandes corresponsales de guerra, aunque en un número mucho mayor. Israel ha asesinado a 245 periodistas en Gaza según un recuento y a más de 273 según otro. El objetivo es ocultar el genocidio en la oscuridad. Ninguna de las guerras que he cubierto se acerca a estas cifras de muertos. Desde el 7 de octubre, Israel ha asesinado a más periodistas «que la Guerra Civil estadounidense, la Primera y la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea, la Guerra de Vietnam (incluidos los conflictos en Camboya y Laos), las guerras en Yugoslavia en los años 90 y 2000, y la guerra posterior al 11-S en Afganistán, todas ellas juntas». Los periodistas en Palestina dejan testamentos y vídeos grabados para que se lean o se reproduzcan tras su muerte.SEGUIR LEYENDO ACÁ

Con la excusa del «narcoterrorismo», EE.UU. amenaza con invadir Venezuela




El gobierno de Donald Trump envió el crucero de misiles guiados USS Lake Erie y el submarino de ataque rápido de propulsión nuclear USS Newport News al “sur del Caribe”, es decir, a las costas venezolanas. Washington ya cuenta con por lo menos ocho buques de guerra desplegados en la zona, como parte de lo que el mandatario denomina «ofensiva contra el narcoterrorismo» pero que en realidad es un intento más de apoderarse del petróleo venezolano.

Resulta inverosímil que el combate al trasiego de estupefacientes se lleve a cabo con cruceros, destructores, plataformas de desembarco y submarinos nucleares, naves cuyo poder de fuego no sólo es absolutamente desproporcionado para la supuesta misión, sino que además tienen dimensiones que los vuelven inútiles y hasta contraproducentes en esa clase de operaciones recuerda La Jornada de México.

Una posible invasión estadounidense es un tema que empezó a surgir en las calles de Venezuela, entre bromas, preocupación, y algún que otro opositor esperanzado y hasta eufórico. Pero los analistas ven lejano el escenario de una operación directa contra Venezuela. Quizá sea apenas un intento por crear ansiedad en esferas del gobierno y obligar al presidente Nicolás Maduro a negociar algo.

Si a lo anterior se suman los antecedentes de la clasificación por parte de Washington de los cárteles como organizaciones terroristas y la fábula del presidente venezolano Nicolás Maduro, como líder de uno de ellos, queda en evidencia que la flota estadounidense persigue el derrocamiento del gobierno bolivariano, ya sea mediante la traición de los mandos militares –con que la ultraderecha venezolana fantasea desde 2002– o la intervención
directa de las fuerzas armadas de la superpotencia.

Una nueva invasión en lo que considera su patio trasero

Basta repasar la naturaleza y capacidades de las embarcaciones para develar las verdaderas intenciones de semejante alarde belicista: el USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson son destructores de la clase Arleigh Burque, fabricados para lanzar ataques terrestres, guerra antiaérea, guerra antisubmarina, guerra antisuperficie e incluso armamento antisatélite, así como misiles antibalísticos (misiles que derriban otros misiles).

En tanto, el USS San Antonio, el USS Iwo Jima y el USS Fort Lauderdale, con una tripulación de 4 mil 500 elementos, son buques de asalto anfibio, cuya función es transportar tropas con todo el material necesario para emprender una invasión en cualquier tipo de costa. El USS Newport News, que también dispone de armamento anti superficie, fue utilizado en la invasión y colonización de Irak y Afganistán a principios de siglo.

En este contexto, es deplorable que los émulos regionales de Trump sigan el juego de equiparar el negocio delictivo del narcotráfico con el del terrorismo, cuyos móviles son políticos e ideológicos, y que apliquen la etiqueta de narcoterrorista a organizaciones cuya existencia es más que dudosa, como señala La Jornada.

Con independencia de filiaciones ideológicas y partidistas, todos los gobernantes latinoamericanos deberían entender que la agresión imperialista contra Caracas erosiona la soberanía de todos los demás países del hemisferio y que rechazar el intervencionismo es un asunto de seguridad nacional, dignidad, patriotismo bien entendido y, en
última instancia, de supervivencia.

La administración de Trump sostiene que ejecutará operaciones contra el narcotráfico internacional, sin mencionar en ningún momento la posibilidad de invadir Venezuela. Pero la movilización de tres destructores lanzamisiles y 4 mil marines, a los que se les suman otros dos buques, coincide con el aumento de la recompensa a 50 millones de dólares por la captura de Maduro y la declaratoria como organización terrorista del llamado “Cartel de los Soles” una desconocida narcobanda que según Trump encabeza el presidente venezolano.

La representación de Venezuela ante la ONU reclamó el cese del despliegue militar estadounidense, que incluye el arribo de un submarino nuclear de ataque rápido y un crucero lanzamisiles a aguas cercanas a Venezuela y denunció la acción como una “escalada de amenazas” y exigió garantías claras de Washington de que no usará armas nucleares en la región.

El gobierno venezolano considera que la operación pone en peligro la paz y contradice los tratados internacionales, especialmente el Tratado de Tlatelolco que prohíbe armas nucleares en América Latina. La misión venezolana también exhortó a otros países de la ONU a defender el carácter «desnuclearizado» y de «zona de paz» de la región.

El patio trasero


No hay información clara de adonde o cuándo llegará la flota estadounidense al Caribe sur. Trump impulsó en su primer gobierno (2017-2021) una política de máxima presión contra Maduro, con una batería de sanciones que incluyó un embargo petrolero aún vigente. En su segundo gobierno, sin embargo, inició contactos tempranos con el
chavismo para coordinar la deportación de venezolanos sin documentos en Estados Unidos.

De hecho, los aviones con deportados no pararon de llegar a Venezuela a propósito de la tensión. Lo mismo ocurre con el petróleo. Después de ordenar la suspensión de operaciones del gigante Chevron, Trump autorizó la renovación de un permiso especial que evade el embargo. «Todos los días pendiente de un barco y la verdad es que los barcos que están saliendo son los de petróleo, algunos de ellos salieron de Chevron para los Estados Unidos», apuntó la vicepresidenta y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez.

En el pivote del relato de la Casa Blanca está el Cartel de los Soles. El inasible ( ¿o imaginario?) cartel de la droga capitaneado por generales venezolanos, que tienen soles en sus charreteras. Se trata de una construcción mediática que comenzó en 2014, y que aparece y desaparece de los titulares según la conveniencia del momento.

EE.UU. blandió la “amenaza” del Cartel de los Soles en 2020, cuando naufragaba el experimento del «presidente» Juan Guaidó, promovido por los halcones de Washington en la primera administración Trump para acabar con el gobierno de Maduro. Fracaso de por medio, la narrativa casi desapareció hasta ahora, cuando la retomó el furibundo antilatinoamericanista Marco Rubio en el Departamento de Estado.

Para preparar el terreno al ¿eventual? despliegue de marines en el Caribe Sur, Estados Unidos duplicó la recompensa sobre Maduro y blindó el discurso contra Caracas. Esto mientras, paradójicamente, se restablecían las operaciones de la petrolera estadounidense Chevron en Venezuela. Así, en esta semana que pasó, los únicos buques “gringos” en aguas venezolanas fueron los tanqueros de Chevron.
La reacción regional


A diferencia de la embestida anterior, en 2020, ahora la amenaza estadounidense encendió luces rojas en varios tableros en el subcontinente. Además de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestramérica (ALBA) en cumbre presidencial remota, la movida de la Casa Blanca sumó cuestionamientos en Colombia, México y Brasil.

El más enfático fue el principal vecino de Venezuela, Colombia. Gustavo Petro, presidente colombiano, dijo: «Los gringos están en la olla (al horno) si piensan que invadiendo Venezuela resuelven su problema». Advirtió que una intervención convertiría a Venezuela en una nueva Siria. Y que arrastrarían a Colombia a lo mismo.

Venezuela y Brasil abogan por el fin «inmediato» de las «agresiones» de Estados Unidos contra América latina y el Caribe, dijo el canciller venezolano, Yván Gil, tras una llamada telefónica con su par brasileño, Mauro Vieira. Gil aseguró que se trata de una «amenaza nunca antes vista» en la región y de una «abierta violación de la zona de paz proclamada por la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) en 2014 y del Tratado de Tlatelolco de 1967»

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reiteró el martes la postura histórica de su país contra toda forma de intervención extranjera en Venezuela. Durante su conferencia habitual matutina, la mandataria subrayó: «Nosotros nunca vamos a estar a favor de la intervención de un gobierno extranjero en un país soberano. Y repito, ni siquiera es solo por convicción propia, sino que esa debe ser la posición de cualquier presidente de México, porque está en la Constitución».
Amenaza nuclear

«Venezuela ha sido amenazada con un submarino nuclear, se ha violado el Tratado de Tlatelolco que prohíbe la movilización, la utilización y la fabricación de armas nucleares en todo el territorio de América Latina y el Caribe» afirmó en declaraciones transmitidas por el canal estatal Venezolana de Televisión, Nicolás Maduro. Además señaló que «nunca se había amenazado a ningún país» de la región «con un submarino nuclear».

«No le bajamos la mirada a nadie, ni hoy ni nunca, no le bajamos la cara a nadie, no nos creemos más que nadie porque no somos supremacistas, pero no aceptamos el supremacismo de nadie», expresó Maduro, quien, en ese sentido, agregó que a Venezuela «no la va a parar nadie». El gobierno anunció que habrá «más de mil puntos» de alistamiento de milicianos el viernes y sábado próximos, con el fin de incrementar el registro de voluntarios convocado por el gobierno.
El informe de la ONU

Pino Arlacci, quien fuera Vicesecretario general de Naciones Unidas y Director ejecutivo de la UNODC, el programa antidrogas y anticrimen de la ONU, señala que se trata de la gran farsa contra Venezuela: la geopolítica del petróleo disfrazada de lucha antidrogas, y deja en claro que el informe 2025 del organismo «es cristalino, y debería avergonzar a quienes han construido la retórica de la demonización de Venezuela».

El informe solo menciona mínimamente a Venezuela, afirmando que «una fracción marginal de la producción de droga colombiana pasa por el país hacia Estados Unidos y Europa. Venezuela, según la ONU, ha consolidado su posición como territorio libre de cultivos de hoja de coca, marihuana y similares, así como de la presencia de cárteles criminales internacionales».

Añade que el documento no hace sino confirmar los 30 reportes anuales anteriores, que no mencionan el narcotráfico venezolano porque simplemente no existe. Solo el 5% de la droga colombiana transita por Venezuela. Para poner esto en perspectiva: en 2018, mientras 210 toneladas de cocaína cruzaban Venezuela, 2.370 toneladas, diez veces más, se producían o comerciaban desde Colombia, y 1.400 toneladas desde Guatemala, un corredor de droga siete veces más importante que el temido «narcoestado» bolivariano.

Pero nadie lo menciona porque Guatemala históricamente carece de petróleo, la única droga no natural que interesa a Trump.

Colectivo del Observatorio en Comunicación y Democracia (Comunican), Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

La limpieza étnica y la violencia del sionismo en Cisjordania tras casi dos años de genocidio en Gaza



Desde enero de 2025 alrededor de 40.000 palestinos y palestinas han sido desplazados de sus hogares en los campamentos del norte de Cisjordania por las violentas incursiones de las fuerzas israelíes.


En octubre se cumplen dos años del inicio de genocidio en Gaza. Dos años en los que la comunidad internacional no ha frenado a Israel, no ha impuesto sanciones contundentes, y en los que gran parte de los Estados no han cortado relaciones diplomáticas, comerciales y de compraventa de armas. Entre ellos, el Estado español, que todavía no ha aprobado un embargo integral de armas, después de 93 Consejos de Ministros.

Israel asesina en Gaza ante los ojos de todo el mundo. Un genocidio documentado que continúa. Según el Ministerio de Sanidad del enclave, a finales de agosto, Israel había asesinado a 62.895 personas, entre ellas, cientos de periodistas, fotógrafos, personal sanitario y trabajadores humanitarios.
Redadas y ataques en Cisjordania y Jerusalén

Mientras, en Cisjordania y en Jerusalén, las vulneraciones de derechos humanos del sionismo tampoco frenan. El pasado martes 26 de agosto las tropas israelíes llevaron a cabo una violenta incursión y redada en la ciudad de Ramallah y el-Bireh, en la que, al menos 58 personas resultaron heridas. Entre ellas, según informó Al Jazeera, se encontraba un niño alcanzado por munición, que fue operado tras recibir una herida en el abdomen. La Palestine Red Crescent Society (PRCS) informaba que ocho personas habían sido alcanzadas con balas reales, 14 con balas de acero recubiertas de goma, incluido un hombre de 71 años, y cinco resultaron heridas por metralla.

El Ministerio de Exteriores palestino señalaba en su cuenta de X que la “bárbara” redada “supone una continuación de cambiar el ‘statu quo’ y perpetuar los crímenes de genocidio, desplazamiento, hambre y anexión” por parte de las autoridades israelíes.

Al día siguiente, el miércoles 27 de agosto, las fuerzas del ejército israelí irrumpieron en Nablus y al menos 80 personas resultaron heridas, varias de ellas por disparos de munición real, según fuentes médicas, que comunicaron estas cifras a Al Jazeera. Los soldados “asaltaron y registraron casas y tiendas dentro de la Ciudad Vieja, mientras que algunas viviendas fueron convertidas en puestos militares”, denunciaba Ghassan Hamdan, jefe de la organización Palestina de Ayuda Médica en Nablus para Al Jazeera.

Es fundamental recordar que hace tan solo unos días el Gobierno israelí aprobó un macroproyecto de asentamientos que pretende dividir todavía más Cisjordania. Uno de los asentamientos, según Democracy Now, contempla la construcción de 3.400 nuevas viviendas y romperá uno de los pocos enlaces geográficos entre Ramallah, en el norte, y ciudades del sur, incluida Belén.
Violencia, detenciones y abusos

Las vulneraciones de derechos humanos en Cisjordania y Jerusalén son constantes y la vida está absolutamente marcada por la violencia, las detenciones, los abusos en los checkpoints, el desplazamiento y las políticas de apartheid israelíes.

Como explica la UNRWA, la violencia continúa avanzando de manera muy alarmante y la población está sufriendo ataques y desplazamientos forzosos de manera continuada. Se trata de las mayores cifras de desplazamiento desde 1967. Según la UNRWA, desde octubre de 2023 más de 960 personas han sido asesinadas por las fuerzas israelíes o por colonos en Cisjordania. Desde enero de 2025 alrededor de 40.000 palestinos y palestinas han sido desplazados de sus hogares en los campamentos del norte de Cisjordania por las violentas incursiones de las fuerzas israelíes; y 2.895 han sido desplazadas debido a la violencia de los colonos y las restricciones de acceso.

“Las fuerzas israelíes han empleado con frecuencia una fuerza innecesaria o desproporcionada, incluida la fuerza letal, contra palestinos que no representaban una amenaza inminente para la vida”, ha alertado Volker Türk, el portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

En cuanto a la violencia ejercida por colonos, como señala la UNRWA, solo en las dos primeras semanas de julio, colonos israelíes hirieron a 88 personas palestinas, la mayoría agredidas físicamente. El 28 de julio de 2025, en Um al-Kheir, en las colinas del sur de Hebrón, un colono disparó y asesinó al activista Awdah al-Hathaleen.

Las demoliciones como política sistemática del apartheid y limpieza étnica israelí también han continuado mientras miramos hacia Gaza. Según datos del Palestinian Centre for Human Rights (PCHR), las fuerzas de ocupación destruyeron 66 instalaciones en Cisjordania durante el mes de julio. Los ataques terrestres en las ciudades y campos de personas refugiadas causaron una destrucción extensa de infraestructuras, calles, tuberías de agua, líneas telefónicas y eléctricas en los campos de Jenin, nur Shams y Tulkarem, al este de Tulkarm y Ramallah.

Esta política de asentamientos, limpieza étnica y apartheid es la base sistemática con la que Israel ha operado durante más de 75 años; una continuación de la política imperialista y colonialista que se representa en el genocidio al pueblo gazatí y en las vulneraciones continuas de derechos humanos también en Cisjordania.

Hace un año, en julio de 2024, la Corte Internacional de Justicia declaraba que la ocupación y anexión de los territorios palestinos por parte de Israel es ilegal; y que sus leyes y políticas discriminan a la población palestina y vulneran la prohibición de la segregación racial y del apartheid. En julio de 2004, la CIJ emitió una primera opinión consultiva en la que concluyó que había que detener la construcción del muro de separación dentro de los Territorios Palestinos Ocupados (TPO) porque era contraria al derecho internacional. Todo ello en base a múltiples resoluciones de la ONU, en las que se considera que los asentamientos israelíes en los territorios ocupados son ilegales y una violación del derecho internacional.

Tal y como ocurre en Gaza, en Cisjordania Israel viola sistemáticamente y, hasta el momento, impunemente, el derecho internacional: sigue aprobando planes para construir asentamientos ilegales, los colonos siguen violentando, amenazando y asesinando, las fuerzas de ocupación siguen destruyendo viviendas e infraestructuras y se sigue deteniendo a personas de manera arbitraria. En este sentido, según la asociación Addameer, desde el inicio del genocidio, se han arrestado a, al menos, 18.500 personas, incluyendo a 570 mujeres y 1.500 niños y niñas.

Por todo ello resulta imperativo y fundamental seguir denunciando el genocidio en Gaza y las violaciones de derechos humanos que suceden, también, día a día en Cisjordania; porque la ocupación sionista y las políticas de apartheid israelíes violan cada día los derechos humanos del pueblo palestino.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/ocupacion-israeli/limpieza-etnica-violencia-del-sionismo-cisjordania-casi-dos-anos-genocidio-gaza

La disputa ideológica se libra en las bases populares

 



En este artículo el autor reflexiona sobre la necesidad de acercarse a los «enormes contingentes de trabajadores han sido relegados a su soledad en sus precarias viviendas» que se sienten atraídos por los discursos de las iglesias neopentecostales y fascistas.


Una vez más, quería plantear una preocupación que ya me he aventurado a abordar en diversas otras ocasiones. Me refiero a la disputa ideológica en los sectores populares para que éstos asuman un papel decisivo y determinante en el proceso político del país.

Aunque el cuadro de deterioro de las condiciones de vida en Brasil nos ha dejado claro que no se vislumbra otra salida para nuestra catástrofe social fuera del socialismo, nos ha sido mucho más difícil identificar cuáles sectores del campo popular están aptos para encabezar el proceso de luchas con este objetivo.

En mi entender, la principal dificultad en cuanto a este aspecto se deriva de las características que han prevalecido en la evolución del funcionamiento de las economías capitalistas en las últimas décadas, con un irrefrenable avance de la digitalización, tanto en el efectivo proceso de producción, como en las demás actividades correlatas.

Para los que, como yo, buscamos analizar el panorama desde una óptica marxista, solía sernos más o menos fácil visualizar en la clase obrera industrial el sector preponderante en la conducción de las luchas en favor del socialismo. Esta comprensión nos llegaba casi de manera natural, en función de la tendencia prevaleciente en el capitalismo de hasta hace muy poco. Es que, el desarrollo de la producción implicaba casi directamente la reunión de grandes números de trabajadores, en enormes plantas industriales, donde cada uno solía percibirse y sentirse como parte integrante de un colectivo, que actuaba dentro de un espíritu complementario y solidario.

Por lo tanto, no era nada del otro mundo para estos trabajadores saltar de esta percepción del día a día de su vida al reconocimiento de la importancia de construir una sociedad en la que la colectividad también fuera la prioridad, o sea, una sociedad socialista.

Sin embargo, con la creciente intensificación del uso de la informática en las actividades económicas en general, las características de la clase trabajadora también han sufrido fuertes alteraciones. El proletariado industrial ha perdido mucho de su expresividad numérica y, actualmente, casi no existen aquellas plantas fabriles con decenas de miles de obreros trabajando lado a lado.

En contrapartida, una significativa porción de los trabajadores ha dejado de ser asalariada para ingresar en la llamada “uberización”, en calidad de autónomos, con la consiguiente pérdida de la mayoría de los derechos que habían sido conquistados por sus antecesores a lo largo de siglos de luchas.

Como consecuencia de todos esos factores surgidos a raíz de la acentuada informatización de nuestra economía, se invirtió la tendencia que venía predominando desde los inicios de la Revolución Industrial. Ahora, en lugar de su aglomeración en plantas cada vez más numerosas, muchos de los trabajadores son inducidos a buscar alternativas individuales de supervivencia económica.

Además de los impactos relacionados con la disminución de su capacidad de resistencia ante los grandes capitalistas, esta nueva tendencia genera enormes problemas de carácter ideológico. Al tener que adaptarse a una situación en la que se ve de forma aislada respecto al conjunto, cada trabajador se convierte en un blanco más fácil para las visiones ideológicas que pregonan y promueven el individualismo como solución de vida.

Y los agentes ideológicos que sirven a los intereses de los grandes explotadores operan en este entorno, a sabiendas de que la realidad circundante oscurece la visión de los trabajadores. Y eso les reduce su conciencia sobre la relevancia de la unidad de fuerzas para lograr cambios. El objetivo de las clases dominantes no es otro que mantener a las masas de explotados incapacitadas para reaccionar y encontrar salidas del estado de completa sumisión en el que se encuentran.

En Brasil, el trabajo ideológico en favor del imperialismo estadounidense y del gran capital tiene en su primera línea a las llamadas iglesias neopentecostales. A pesar de ser enemigas mortales de todo lo que el legado de vida de Jesús significa, estas mal llamadas iglesias se apropian de su nombre para hacer la defensa de toda la podredumbre de extrema derecha que caracteriza al nazismo-fascismo-bolsonarismo. Por eso, no hay forma de emprender la lucha por la justicia social para la mayoría de los trabajadores sin enfrentar ideológicamente el neonazismo bolsonarista-neopentecostal.

En las nuevas condiciones surgidas del capitalismo de la era de la informatización, enormes contingentes de trabajadores han sido relegados a su soledad en sus precarias viviendas. Como esas personas se encuentran en situación de gran vulnerabilidad y se ven solas ante su sufrimiento, esas iglesias del gran capital se aprovechan para atraerlos hacia propuestas del más perverso individualismo y egoísmo.

Por eso, las organizaciones políticas que pretenden representar los intereses profundos del pueblo trabajador no pueden seguir dejándoles a esas corrientes pseudo-religiosas de extrema derecha el campo libre para su actuación. Evidentemente, de nuestra parte, ¡también urge reforzarles a los trabajadores la convicción de que la meta a alcanzar es la construcción del socialismo! Aunque el trabajo militante junto a los obreros en sus fábricas siga siendo correcto e indispensable, necesitamos entender que hay muchísimos otros trabajadores en condiciones muy diferentes al entorno fabril. Es nuestro deber ir a su encuentro allí donde pueden ser encontrados, es decir, junto a sus lugares de vivienda. Eso es lo que están haciendo los ideólogos del gran capital a través de dichas iglesias neopentecostales.

Traducido del portugués para Rebelión por el propio autor.

Fuente: https://www.viomundo.com.br/politica/jair-de-souza-a-disputa-ideologica-se-trava-nas-bases-populares.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons
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Juan Manuel Serrat deja de Cantar


 

Las mañanas se ponen cada vez más difíciles. Ya no es que el primer café del día salió lavado, o si la tan anunciada ola polar no llega y andas transpirando debajo de la campera que el servicio meteorológico aconsejó que te pongas antes de salir. El tema son las noticias. Y tampoco las que se encargan de joderte el día y la vida con el claro propósito de bajonearte, sino las de verdad informativas de los hechos.

El alerta cotidiano de abrir para mirar las noticias se suaviza un poco haciendo tiempo en silencio. Alguna vez, muy de vez en cuando pongo música, y hoy fue una de esas veces, entonces, Serrat, café y noticias.

En las noticias veo que el gobierno nacional decidió el cierre del hogar Eva Perón, de Burzaco. Allí viven veintisiete abuelos y abuelas. Varios tienen más de noventa años y hay casos en los que viven ahí hace más de veinte años. Son gentes que padecen enfermedades que necesitan cuidados especiales. Ya les avisaron que quedan en la calle, y mientras leo, el disco pasó al tema siguiente y Serrat ahora canta:   



Si se llevasen el miedo
Y nos dejasen lo bailado
Para enfrentar el presente
Si se llegase entrenado
Y con ánimos suficientes

Los datos cuentan que el hogar fue fundado por Eva Perón en el año 1948, y que el invento de capital humano dice ahora que no es apto. Después de no pagarle la luz, el gas, el agua, durante casi un año, dicen que no es apto. Los trabajadores no solo dicen que es mentira, sino que cuentan que los servicios básicos se pagaron haciendo una vaca con sus jubilaciones y pensiones, en una muestra valiente de defensa de su hogar. El único. Y también el ultimo. Quizá el espacio final donde se sienten seguros. Y Serrat, para la infinita amargura, va por la tercera estrofa:

Quizá, llegar a viejo
Sería más llevadero
Más confortable

Más duradero.

Y una cosa son los datos, las fotos, las noticias. Otra cosa es mirarles los ojos, las manos, la dificultad en caminar o levantarse. Observarles la boca que sin hablar aprietan la incredulidad ante el desamparo cruel que no admite razones ni explicaciones ni pedidos, no ya de comprensión o de humanidad, sino de sentido común ante la debilidad más absoluta que viene cargada de miedos diurnos, insomnios con imágenes de terrores nocturnos para los que no ya no hay aquella mano de consuelo, que adivino mientras leo y Joan Manuel sigue cantando que:

Ay, si la veteranía fuese un grado
Si no se llegase huérfano a ese trago.

Podríamos hacernos preguntas pero sabemos que no hay respuestas. Así que toca hacer otro café y cambiar de página. Pero la cabeza hace lo suyo y ahora anda por los miércoles frente al Congreso, donde los débiles son apaleados sin pena. Los esbirros se calzan los guantes, el casco, la pechera, las armas, los gases, y salen listos a golpear jubilados con una extraña e inhumana crueldad deportiva.


Pero la realidad insiste. Tres páginas después leo que el gobierno nacional decidió que el hogar de ancianas Bartolomé Obligado y Casimira López, de Bella Vista, también dejará de funcionar, que les avisaron a los trabajadores de allí que ya no más, que no importa que sea una casa que alberga desde hace ochenta años a mujeres mayores y vulnerables, que es un lugar único, útil, fundamental y además, querido por todos. Mujeres viejitas y vulnerables. Y nadie les dice que será de su suerte. Solo les prometen la oscuridad absoluta. Como una amenaza. No es difícil saber que solo tiemblan ante un futuro corto y ahora trágico en la inminencia de la falta de techo, desayuno, cama, cuidados y cariño, en un momento de la vida en que nada es más importante que eso.

Si fuesen poniendo luces
En el camino, a medida
Que el corazón se acobarda
Y los ángeles de la guarda
Diesen señales de vida


El tercer café no me arregla. Nada nos arregla de esto. Pareciera que no hay donde escapar de este desierto lleno de cadáveres tristes que se aproxima, como un desfile eterno de la desgracia que supimos conseguir. Yo apenas estaba escuchando a Serrat con

Si se viviese entre amigos
Que, al menos, de vez en cuando
Pasasen una pelota
Si el cansancio y la derrota
No supiesen tan amargo



Hasta que en un gesto de absoluta vejez, me acerqué al equipo para apagarlo diciendo “ya Serrat, dejá de cantar”.   


Fuentes de Página 12

Gerardo Caetano


 Habla; Gerardo Caetano, “Los electorados se han corrido hacia las derechas

en América Latina , Europa y los EE.UU.”
(VI coloquio; Pensar las derechas en América Latina)

CAMILO CENFUEGOS


 

Ricardo Piñeyrúa conversa con Jorge Balmelli en #AlWeso​.


 El periodista deportivo Ricardo Piñeyrúa conversa con Jorge Balmelli en #AlWeso​. ¿Cómo fue su infancia? ¿Cómo fue su experiencia yendo a la República Democrática Alemana? ¿Cómo se vive el doble abandono que existe al exiliarse? ¿Cuál era su utopía? ¿Por qué decidió pronunciarse políticamente en 2019?

¿Cómo surge en 13a0 la impronta de un programa periodístico deportivo distinto a los demás? ¿Con qué lineamientos se manejan los periodistas de 13a0? ¿El periodismo deportivo le da demasiado dramatismo al fútbol? ¿Qué vínculos hay entre el periodismo deportivo y el poder? ¿Cuál es su lectura sobre la disputa entre la AUF y Tenfield?

ÍNDICE

0:00​ Infancia e inicios
9:40​ El Partido Comunista
19:40​ El exilio
26:20​ Las utopías
34:00​ Su pronunciamiento político en 2019
38:00​ 13a0: cuna de campeones
40:20​ El periodismo deportivo
1:04:40​ Tenfield vs AUF
1:14:20​ Jorge, Leandro y Matías

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MAURICIO ROSENCOF


 

MENTIRAS ARMADAS


 En octubre de 1976 las Fuerzas Armadas de Uruguay exhibieron ante los medios de comunicación a un grupo de militantes secuestrados en Buenos Aires meses antes, como recién capturados en territorio nacional. El montaje buscó contrarrestar la campaña internacional por violaciones a los derechos humanos en Uruguay y fue posible porque el Estado tenía el monopolio de la información de la lucha antisubversiva. Sobrevivientes del secuestro evocan los hechos, a la vez que especialistas y periodistas analizan el contexto histórico y los medios de comunicación de la época.
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EL TRIUNFO DE LOS VENCIDOS. película completa


 La película realizada por Gabriel Bibbó y Pablo Martínez, con el apoyo de la Federación ANCAP, recopila y reconstruye parte de la historia del último período de El Espinillar en villa Constitución, centrándose en una marcha realizada por los trabajadores ante el inminente cierre de la planta sucroalcoholera. Precisamente en el presente año se conmemora el 25 aniversario de la marcha a pie, que los trabajadores realizaron uniendo Constitución con Montevideo.

Los primeros años de la década del 90 el modelo económico instaurado llevó al cierre de industrias del Estado y quiebre de fábricas, provocando serios problemas de desempleo así como en este caso la afectación directa para Constitución y Belén.
La película fue estrenada en villa Constitución el 1° de mayo último ante una nutrida concurrencia de público.

Es un gusto compartirla en nuestro sitio.

CHE Un hombre nuevo

Título original Che: Un hombre nuevo Año 2010. Duración 110 min. País: Argentina. Dirección: Tristán Bauer. Guion Tristán Bauer, Carolina Scaglione. Música: Federico Jusid. Fotografía: Javier Juliá Reparto. Documental. Coproducción Argentina-España-Cuba; INCAA, Universidad Nacional de General San Martín.

Condenan a exmilitar Juan Rebollo a 30 años de prisión por el homicidio de "las muchachas de abril" en 1974

La jueza Isaura Tórtora condenó al exmilitar Juan Rebollo a 30 años de prisión por el homicidio muy especialmente agravado en 1974 de tres mujeres jóvenes integrantes del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros, en el caso conocido como “las muchachas de abril”.


Silvia Reyes y Laura Raggio tenían 19 años y Diana Maidanic 22 años cuando fueron asesinadas en una vivienda del barrio Brazo Oriental.

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Una IA latinoamericana es posible


 Hay inteligencia artificial más allá de las big tech. Mientras el noventa por ciento de la información de los principales lenguajes y aplicaciones de IA provienen del norte y poco se sabe de cómo funcionan, desde el sur global se está gestando un modelo de IA colaborativo que expresa nuestra historia y cultura. Trazabilidad y apertura de datos, código abierto, representación y transparencia son algunos de los ejes que orientan el proyecto. En la cancha donde juegan ChatGPT y Deep Seek, está a punto de aparecer Latam GPT, con base en Chile y en alianza con más de veinte países de la región.   SEGUIR LEYENDO ACÁ

Sanciones, la geopolítica del genocidio económico


 

«Las sanciones son la guerra de los cobardes: destruyen países sin mancharse las manos de sangre», Jeffrey Sachs.

Las sanciones económicas, ese látigo moderno esgrimido por Washington y Bruselas con la solemnidad de una cruzada moral, se han convertido en el arma preferida del siglo XXI: limpia en los discursos diplomáticos, sucia en sus consecuencias humanas. Bajo la retórica de proteger derechos humanos o garantizar seguridad internacional, lo que realmente despliegan es una violencia estructural metódica, casi tan letal como las bombas, pero con la ventaja de no manchar de rojo las portadas de los periódicos.



Los datos, fríos y contundentes, revelan un patrón: lejos de ser instrumentos quirúrgicos, las sanciones son martillos que aplastan economías enteras, desangran sistemas de salud y condenan a generaciones a la miseria, mientras los regímenes que pretenden derrocar —paradójicamente— se afianzan.

Quizás tengamos que comenzar examinando críticamente los objetivos políticos declarados por las sanciones. Las sanciones económicas se han convertido en un pilar de la política exterior moderna, empleadas por Estados y organismos internacionales para ejercer presión, disuadir acciones indeseables y promover el cumplimiento de las normas internacionales. Como su nombre lo indica, el primer objetivo de las sanciones se centra en el colapso económico.

Las consecuencias que las sanciones impuestas deben ser «casi tan letales como la guerra», el segundo objetivo perseguido una vez conquistado el colapso económico, es la desestabilización del régimen imperante en el país sancionado y su cambio eminente. Como la práctica histórica demuestra, las sanciones adoptan la forma de embargos comerciales integrales. Las consecuencias quedan ocultan en sanciones más «selectivas» o «inteligentes», como congelamientos de activos y prohibiciones de visas contra individuos y entidades específicas maximizar el impacto sobre las partes responsables (normalmente líderes políticos y militares) y minimizar los efectos humanitarios adversos sobre la población general. Lo cual contradice el objetivo de cambio de régimen si el colapso económico no tiene repercusiones sociales.

Para sostener esta lógica, las sanciones suelen ser indefinidas, permanecen vigentes hasta que se decida levantarlas porque el efecto de colapso económico tuvo éxito o, por el contrario, ampliarlas. Este alcance a menudo conduce a un tercer objetivo, la “extraterritorialidad”, como restricción a la soberanía política de terceros países. Es decir, los efectos extraterritoriales de las sanciones implican que también se espera que los ciudadanos y empresas de otros países acompañen y cumplan las sanciones, a menudo bajo amenaza de que ellos mismos sean sancionados.

La extraterritorialidad completa el cuadro. En 2015, el BNP Paribas fue multado con U$S 9.000 millones por comerciar con Cuba e Irán. La lección fue clara: la soberanía europea se doblega ante el dólar. Cuando Trump abandonó el acuerdo nuclear iraní en 2018, la UE —que pretendía mantenerlo— vio cómo sus empresas huían presas del pánico a las represalias de Washington. Esta asimetría de poder significa que la política estadounidense puede dictar efectivamente el espacio operativo de las entidades de la UE, incluso cuando la política de la UE apunta a un enfoque diferente.

El sistema SWIFT, esa red neuronal del capitalismo global, se convirtió en cómplice de una asfixia calculada. Cuándo se niega a un hospital iraní a comprar insulina o a Cuba importar jeringas —bajo amenaza de multas billonarias a bancos europeos— ¿es un castigo colectivo disfrazado de diplomacia?

Se nos vende la ficción de sanciones «inteligentes» o «selectivas», diseñadas para estrangular solo a las élites políticas y militares. Pero la realidad desnuda esta farsa. Tomemos el caso de Irán: tras el restablecimiento de las sanciones estadounidenses en 2018, su PIB se contrajo un 50%, las exportaciones de petróleo —el 80% de sus ingresos fiscales— se evaporaron en un 80%, y 55% de la población cayó en la pobreza. Las cifras de mortalidad cuentan otra historia: más muertes por falta de medicamentos y equipos médicos —gracias al bloqueo financiero— que en la guerra Irán-Irak.

El embargo estadounidense a Cuba, vigente desde 1960, es el experimento más largo de guerra económica. Un memorando del Departamento de Estado de 1960 lo dejó claro: Seis décadas después, el «generar hambre y desesperación para provocar el derrocamiento del gobierno». El régimen sigue en pie, pero la isla acumula pérdidas por un billón de dólares. El resultado: 4,2 millones de cubanos (37,8% de la población) no alcanzan el mínimo calórico diario. ¿Es esto «presión pacífica» o un crimen de lesa humanidad por goteo?

Siria, otro laboratorio de sanciones, exhibe el cinismo de imponerlas en medio de una guerra. El 90% de su población vive en pobreza; el 66%, en pobreza extrema. Los hospitales destruidos por las bombas, que no pudieron reconstruirse porque las sanciones bloqueaban materiales de construcción; el resultado: casi 618.000 muertes y 113.000 desapariciones. Aquí la ecuación es perversa: primero se bombardea, luego se prohíbe reconstruir. Mientras, las farmacéuticas europeas —libres de vender vacunas a países en guerra— se negaban a enviar medicamentos a Damasco por miedo a las multas. La hipocresía tiene nombre: «derechos humanos» aunque lleguen degolladores al poder.

La obsesión por el «cambio de régimen» ignora un hecho incómodo: las sanciones rara vez lo logran, pero siempre consolidan el autoritarismo. En Irán, el gobierno atribuye cada fracaso económico al «enemigo externo», canalizando el malestar hacia un nacionalismo de trinchera. En Venezuela, Maduro usó las sanciones para militarizar la economía. Es un juego perverso: cuanto más sufren los civiles, más se legitima el discurso de «resistencia antiimperialista». Mientras, las élites —las supuestas «víctimas» de las sanciones selectivas— prosperan en mercados negros o lavando dinero en Dubai.

Y luego está el efecto geopolítico: al aislar a un país, se lo empuja a los brazos de rivales. Rusia y China han convertido a Irán, Venezuela y Siria en clientes de sus sistemas alternativos (SPFS para pagos, petroyuan, etc.). Las sanciones, pues, aceleran la erosión del orden occidental que dicen defender.

Las sanciones no son un mal necesario; son un fracaso ético y estratégico. Matan lentamente, pero matan: según la ONU, 40.000 venezolanos fallecieron entre 2017-2018 por falta de medicinas debido al bloqueo financiero. Son, en esencia, «genocidios de escritorio», ejecutados con informes técnicos y reuniones en Bruselas.

Si el objetivo real fuera proteger civiles, se exigirían mecanismos de evaluación humanitaria independientes antes de imponer sanciones. Pero no es así: el verdadero fin es la sumisión política, aunque eso signifique condenar a millones al infierno.

Fuente: https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2025/07/16/sanciones-la-geopolitica-del-genocidio-economico/

"Desapareció sin decir una palabra": las mujeres explotadas, embarazadas y abandonadas por miembros de los cascos azules de la ONU


 A pesar del sol abrasador y el aire sofocante, Dimitri, de 12 años (nombre ficticio), se esconde en la modesta casa de chapa de su madre en Birere, un asentamiento informal en Goma, en el este de la República Democrática del Congo.


"No quiere soportar las burlas de otros niños por su pelo rizado y su piel más clara", le dice a la BBC su madre, Kamate Bibiche, antes de que Goma cayera ante los rebeldes del M23 en enero.


"Él (Dimitri) es ruso, pero quizá nunca viva de acuerdo con su verdadera herencia", añade.


Dimitri es un recordatorio del doloroso legado de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO). Desde su despliegue a finales de 1999, la operación se ha enfrentado a numerosas acusaciones de explotación y abuso sexual de mujeres y niñas.  SEGUIR LEYENDO ACÁ

"No puedo participar ni un solo segundo": Residente cancela conciertos en España por esta razón (VIDEO)



René Pérez Joglar, conocido artísticamente como Residente, anunció este martes la cancelación de sus conciertos en el Morriña Fest 2025 y en el FIB 2025, en España, porque ambos están vinculados con el fondo de inversión proisraelí KKR.

La multinacional estadounidense de administración de fondos y capital de riesgo "invierte y apoya económicamente a empresas de Israel relacionadas con tecnología militar, sistemas de vigilancia y hasta espionaje", indicó el rapero en redes sociales.

Los tres pilares del sostenimiento imperialista en la actualidad



En este artículo el autor sostiene que si bien el imperialismo usamericano se sostiene sobre tres pilares fundamentales, la base material que lo posibilita es el dominio del dólar como moneda de referencia para las transacciones internacionales, razón por la que ataque cualquier medida que los BRICS puedan sugerir en esa dirección.


Tras la conclusión de la más reciente cumbre de los países BRICS, el presidente estadounidense, Donald Trump, se mostró indignado con respecto a las tendencias predominantes entre los integrantes de este bloque de alianza económica y vituperó varias amenazas direccionadas a quienes persistan en seguir la agenda trazada por esa nueva fuerza emergente.

Por su manera histriónica y nada diplomática de expresarse, mucha gente tiende a considerar que Trump no es más que un fanfarrón, que ni siquiera sabe de qué habla. Sin embargo, en profunda discrepancia con aquellos que así piensan, creo que él conoce muy bien la realidad que lo rodea y tiene plena conciencia de las reales dificultades que enfrentan actualmente los Estados Unidos en sus intentos de mantenerse como la potencia hegemónica a nivel global.

Lo que ya es evidente es que los Estados Unidos están en franca decadencia en el escenario mundial. En términos estrictamente económicos han ingresado en una fase de enorme parasitismo, sin posibilidades de disputar espacios en condiciones satisfactorias con sus principales competidores. En contraposición con el dinamismo y pujanza de la economía china, por ejemplo, no tienen la mínima posibilidad de competir en igualdad de condiciones.

A la luz de lo anteriormente expuesto, para aferrarse a su puesto en el liderazgo mundial, a pesar del enorme parasitismo de sus estructuras económicas stricto sensu, los Estados Unidos están ahora anclados en los únicos tres pilares que todavía les dan cierta sustentación a su pretensión de hegemonía. Estos puntos son los siguientes:

a) su incomparable aparato militar;

b) su inmenso control de las redes de difusión informativa;

c) el papel del dólar estadounidense como moneda de referencia para las transacciones internacionales.

Lógicamente, hay una fuerte interrelación de dependencia entre estos tres pilares, es decir, cada uno, simultáneamente, posibilita y depende de la existencia de los demás. Pero, como procuraré ilustrar más adelante, la facultad de tener su moneda nacional ejerciendo la función de medio de pago de aceptación general en las relaciones comerciales entre las diferentes naciones termina siendo el ítem de mayor peso, aquel que funcionará como condición indispensable para la existencia de los otros, así como para el sistema en su conjunto.

En el plano militar, no podemos dejar de tener en cuenta que los Estados Unidos disponen de alrededor de 900 bases operacionales repartidas por el planeta en los puntos de mayor relevancia estratégica. Es la única nación que cuenta con un aparato de intervención basado en la fuerza de esta magnitud. Amparados en este poderío armado, los Estados Unidos intimidan a los demás países con vistas a imponer sus pretensiones, por encima de las de sus contrincantes. Para la creación y el mantenimiento de un dispositivo bélico tan gigantesco, es necesario recurrir a enormes sumas de recursos. ¿De dónde extraerlos si, como ya se mencionó, las estructuras económicas estadounidenses son esencialmente parasitarias? Más adelante, trataremos de responder a esta importante pregunta.

En lo que respecta a la cuestión comunicacional, conviene resaltar que con el paso a la era de la prevalencia de los medios digitales, los Estados Unidos han aumentado enormemente su capacidad de hacer valer sus posiciones geopolíticas por todo el mundo, debido a que la abrumadora mayoría de los conglomerados de este ámbito pertenece a grupos allí radicados. Por lo tanto, este amplio dominio en el campo digital les brinda una ventaja significativa respecto a las disputas narrativas. Así, pueden llevar a cabo la disputa ideológica contra sus competidores con mucha más efectividad. Les resulta más fácil embellecer sus posicionamientos, por más nefastos que sean, y demonizar los de los demás, incluso cuando son completamente dignos.

No obstante, el instrumento que lleva el monstruoso parasitismo de la economía estadounidense a ser absorbido y transferido al resto del mundo es tener su moneda (el dólar) aceptada como medio generalizado de pago en transacciones comerciales efectuadas entre todas las naciones, sin estar necesariamente respaldada en riquezas reales. Y eso debe valer incluso si nada es vendido o comprado desde los Estados Unidos. Por ejemplo, cuando Brasil le vende café a China y compra de los chinos chips para celulares, los estadounidenses quieren que las operaciones de exportación e importación se realicen en dólares estadounidenses. ¿Parece locura? Pero no lo es. Es exactamente lo que ocurre.

¿Cuál sería la razón que motiva a los Estados Unidos a insistir en que las cosas funcionen así? Bien, para quienes desean tener una visión un poco más profundizada acerca de esto, me gustaría sugerir la lectura de un artículo que publiqué hace algún tiempo al respecto, en el que trato de explicar cómo funciona este mecanismo que ha generado las condiciones para que el país con la mayor economía del planeta se mantenga en función del parasitismo. En el presente texto, intentaré hacer una ilustración a partir de una situación metafórica e hipotética para intentar transmitir la comprensión de lo que hay detrás del sistema. Va a ser tan solo un ejercicio de imaginación, pero que, en esencia, expresa mucha similitud con la realidad que vivimos en términos prácticos.

Imagine que 1.000 personas tienen una cuenta conjunta en un banco cualquiera. Los valores positivos o negativos de esa cuenta son de responsabilidad solidaria de todas ellas. Para 999 de esas personas cuentahabientes, rige la siguiente regla: cada una solo puede emitir cheques para hacer retiros o efectuar pagos en conformidad con el volumen de los depósitos que haya realizado en la cuenta común. Sin embargo, una de esas personas cuentahabientes recibe su talonario de cheques sin ninguna condición limitativa. En otras palabras, puede emitir cheques a su antojo, sin ninguna preocupación por el valor de sus depósitos. Si sus cheques superan el monto de sus aportes a la cuenta, la diferencia será saldada por los otros 999.

Ahora, responda con sinceridad, si a usted le surgiera una oportunidad de participar en un entramado similar, ¿le gustaría pertenecer al grupo de los 999 o ser la persona cuentahabiente diferenciada?

La furia de Donald Trump deriva de su preocupación por una situación análoga a la de nuestro ejemplo hipotético. Él no acepta que los Estados Unidos dejen de ser el mayor beneficiado en el campo de los negocios internacionales, independientemente de su escasa contribución efectiva a los mismos. Si dejan de contar con el fabuloso mecanismo que les da la posibilidad de trasladar a otros los exorbitantes gastos incurridos para financiar su superioridad bélica y, al mismo tiempo, continuar ostentando el estatus de ser la sociedad más consumista del mundo, todo puede irse al traste.

Si el dólar ya no puede ejercer la función que ha desempeñado desde el final de la II Guerra Mundial, los Estados Unidos tendrán que depender de su propio trabajo y de su producción económicamente útil para sobrevivir como potencia de primer orden. Ya no será el parasitismo actual lo que les otorgue tal privilegio.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.