“Torturas y excesos”: Familiares respondió a Mermot

“Torturas y excesos”: Familiares respondió a Mermot

Para la organización de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos las declaraciones del exjefe del Ejército Raúl Mermot no son claras en relación a los hechos y delitos de lesa humanidad que se gestaron durante la dictadura cívico-militar entre 1973 y 1985.
El integrante de la organización Nilo Patiño dijo a Informe Nacional que el militar Mermot omitió decir que el apremio físico y la tortura fueron parte de un sistema.
Además aseguró que la “represión fue totalmente indiscriminada” en el marco del “terrorismo de Estado”, ya que no solo afectó a miembros del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. “Fue contra las organizaciones gremiales y políticas. (…) No necesitabas ser de una organización política ni estar contra la dictadura, se llevaba por cualquier motivo”, afirmó. Patiño se refirió a los procesamientos recientes de militares involucrados en la violación de derechos humanos durante la dictadura diciendo que esto debería haber sucedido “hace 30 años”. Aseguró que todos los jueces militares “sabían perfectamente en qué condiciones estaban los detenidos” y “cómo se arrancaban las declaraciones”.
“Si fue general no habrá participado pero aprobó la tortura, aprobó la cárcel y aprobó la desaparición de gente. Eso sin duda”, sostuvo. Además contó que las torturas constan en los manuales de inteligencia de los propios militares, por lo que lo sucedido no fue “un problema de exceso”, como manifestó Mermot.
FUENTES DE LA REPUBLICA DIARIO

El teniente general (r) Raúl Mermot dijo que en dictadura hubo “apremio físico” y no “tortura”

“No confundir tortura con apremio físico. Se puede dejar a una persona detenida un tiempo prudencial hasta que se canse y pueda hablar, pero eso es apremio físico”, dijo el viernes el presidente del Círculo Militar, teniente general (r) Raúl Mermot (quien fuera comandante en Jefe de 1996 a 1998), en el marco del tradicional acto en homenaje a “los caídos en defensa de las instituciones democráticas”. Mermot realizó declaraciones en una rueda de prensa, luego de finalizado el acto. Entre otras cosas, sobre las torturas infligidas por militares durante la dictadura, dijo: “Evidentemente que hubo excesos, pero me consta en lo personal de jamás haber estado en una sesión de tortura a nadie”, y subrayó que no vio torturas ni las cometió.

Además, se refirió al procesamiento del militar retirado Rodolfo Gregorio Álvarez Nieto, por “coautoría del delito de Torturas”: “Recordamos al personal nuestro que está detenido injustamente, muchos ya fallecidos en prisión. Ahora, en estos días, acaban de reflotar algo y procesaron con prisión a Rodolfo Álvarez, que es sobrino del ex comandante en Jefe Gregorio Álvarez, pero además es hijo de su hermano Artigas, a quien los tupamaros mataron cobardemente en la puerta de su casa frente a su pequeña hija, en el 72”.

El militar retirado expresó que recuerda esos hechos “tratando de que alguien lo escuche”, porque es “muy sintomático” que se procese con prisión a un hombre al “que le cupo sólo la actuación de juez sumariamente durante un interrogatorio”, y señaló que la jueza lo procesó por complicidad “infamemente”. “Tendrá que verse la forma de que esto no siga siendo así. Un hombre que hace un acta para hacer constar lo que dice un detenido no puede ser cómplice, coautor ni nada”, expresó Mermot, y aseguró que tiene varios antecedentes de “compañeros” procesados “por un solo testimonio” que al final tuvieron que ser liberados “porque era falso”. Además, dijo, como ejemplo, que no se puede creer que un juez procese “a un coronel de 80 años porque uno lo vio o dijo haberlo visto en tal lugar”.

Mermot consideró que en esos procesamientos hay “algo de venganza por los años que pasaron por el quiebre institucional”: “No olvidemos quién tiró el primer disparo, quién incitó las acciones en un gobierno democrático: los tupamaros, muchos de los cuales están dirigiendo al país”, señaló.

Por otro lado, a propósito de las declaraciones del militar, Gastón Grisoni, presidente de la Asociación de ex presos políticos del Uruguay (Crysol), dijo a la diaria que está claro que en Uruguay la tortura fue la metodología “deliberadamente seleccionada” por las Fuerzas Armadas para mantenerse en el gobierno: “Él [Mermot] niega lo que en su momento reconoció el general [Hugo] Medina, que se enorgullecía de declarar que las Fuerzas Armadas habían torturado solamente lo indispensable”.

Grisoni señaló que en Uruguay hubo más de 7.000 condenados en dictadura, a los que no se podía llamar “procesados”, porque eso daría lugar a pensar que hubo un procedimiento jurídico, que no existió. “Fueron condenados por tribunales militares”, afirmó.

En cuanto a “dejar a una persona detenida un tiempo prudencial”, el presidente de Crysol subrayó que, por ley, una persona tiene que ser procesada dentro de las primeras 48 horas luego de su detención, y, según una investigación del Servicio Paz y Justicia de 1989, “las personas que fueron sometidas a la justicia militar demoraron 100 días, en promedio, en ser sometidas ante un juez sumariante”.

“Eso es lo significativo del procesamiento del coronel Rodolfo Álvarez, porque lo condenaron no solamente por torturas, sino también por complicidad en torturas, por ser juez sumariante; es decir, parte de la justicia militar, que no es justicia, porque es una fuerza auxiliar del Ejército en operaciones, o sea que de imparcial no tiene absolutamente nada”, concluyó Grisoni, quien agregó que le parece “asombroso” que se precisen más de 30 años de democracia para que un oficial del Ejército sea procesado por torturas.

Además, Grisoni señaló que el sábado se cumplieron 45 años de que el Parlamento estableciera el “estado de guerra interno”, eliminando así “la separación de poderes” y “transfiriendo al Ejército las potestades propias del Poder Judicial, que simplemente pasó a ser un órgano decorativo de una institucionalidad que ya tambaleaba”. Para el militante, la fecha no se suele recordar como se debería porque significa “asumir públicamente la participación que tuvieron en darle alimento a las Fuerzas Armadas para que actuaran fuera de la ley”: “Fue un acto soberano del Parlamento presionado por el Poder Ejecutivo liderado por [Juan María] Bordaberry, y salió con los votos del Partido Nacional y del Partido Colorado; el único que hizo autocrítica y pidió disculpas fue Wilson Ferreira Aldunate”, concluyó.

FUENTES DE LA DIARIA

“Evidentemente que hubo excesos, pero me consta en lo personal de jamás haber estado en una sesión de tortura”.

FUENTES DE RADIO  URUGUAY

Sobrino del “Goyo” fue procesado con prisión por delito de torturas SENTENCIA DEL JUEZ JOSÉ MARÍA GOMEZ FERREYRA

Sentencia del juez José María Gomez FerreyraSobrino del “Goyo” fue procesado con prisión por delito de  torturas

Se trata del primer enjuiciamiento por torturas como crimen de lesa humanidad
El juez José María Gómez Ferreira decretó ayer el procesamiento con prisión del coronel ( r) Rodolfo Gregorio Alvarez Nieto, sobrino del dictador Gregorio Alvarez, fallecido el año pasado, bajo la imputación de un crimen de tortura en concurso formal con un delito de abuso de autoridad contra los detenidos. Los hechos ocurrieron en el año 1980, en plena dictadura cívico militar.
El denunciante Gerardo Riet Bustamante fue detenido en mayo de ese año por integrar la dirección sindical del SUNCA y ser el responsable de la propaganda del referido sindicato. Una vez detenido, fue trasladado a dependencias del entonces denominado CGIOR sito en Daniel Muñoz y República, donde fue sometido a torturas y tratos degradantes, colgándolo en un gancho con los pies suspendidos y las manos atadas hacia la espalda.
Mientras se encontraba colgado lo golpeaban por todo el cuerpo y al tocar el piso le suministraban choques de corriente eléctrica. De ahí fue trasladado por un día a otro centro clandestino de detención donde se lo interrogó sobre su vínculo con el PVP; el denunciante aseguró que en esta ocasión declaró encapuchado y no fue torturado.
Luego de ese paréntesis de un día -refiere Riet- cuando ya llevaba aproximadamente tres días detenido, fue trasladado al Cuartel de La Tablada lugar del cual mencionó “allí conocí la tortura en serio”. Según su declaración, se le aplicó un régimen “muy fuerte, me llevaban para arriba a la sala de torturas y me aplicaban gancho, caballete, picana o submarino y en algunas ocasiones plantones… me daban el desayuno y me subían; me bajaban al mediodía, me daban un baño de agua helada, me daban de comer, descansaba un rato y luego volvía a subir, supongo que de noche… en una ocasión, producto del caballete se me hizo una lesión, se me rompió el conducto seminal… el médico me revisó y me dijo no puede volver donde le hicieron eso, diciéndome que tenía que decir las cosas”.
Según el informe de la Secretaría de Derechos Humanos para el pasado reciente (Centros de reclusión y enterramiento de personas detenidas desaparecidas – 5 de febrero de 2013), “La Tablada” o “Base Roberto”, lugar donde operaba el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA), se ubicaba en la intersección de Camino Melilla y Camino de las Tropas (actual Camino de la Redención), departamento de Montevideo, y funcionó entre enero de 1977 y 1983 inclusive. Era un galpón de 20 metros de ancho por 30 metros de largo, con techo de zinc. El piso estaba revestido de baldosas ocres y azules.
En la planta baja se ubicaban las trece celdas, cuyas medidas eran aproximadamente de 2 por 3 metros. A la planta alta se accedía por una escalera doble, desembocando en un hall. Allí estaban ubicadas las habitaciones donde se realizaban los interrogatorios a los detenidos.
En la planta baja, estaban todas las celdas y calabozos que daban a un patio principal con un piso cubierto de baldosones rojos y amarillos, era el único lugar donde había luz natural que penetraba por una claraboya. Las paredes exteriores “incluyendo la oficina del comandante” tenían las ventanas tapiadas. Se ascendía al primer piso por una escalera ancha de mármol cuyas paredes tenían pajaritos pintados a relieve. En la planta alta existían diferentes piezas. En una se les sacaba fotos a los presos y se les hacía la ficha.
En otras se torturaba; estaba la del “gancho”, en otra el “tacho” para el submarino, en otra se “picaneaba”, en todas había aislamiento para el sonido; además, había una habitación con un colchón donde tiraban a los presos que debían “reponerse”. En esta planta había cortinados de terciopelo rojo y una terraza exterior desde donde sólo se veía campo y algunos árboles a lo lejos.Riet aseveró que “…en la sala de torturas el juez militar que se llamaba Gregorio Alvarez, fue el que me hizo ratificar las declaraciones que me hizo firmar e hicieron una simulación de muerte de mi hermana que me la creí, me dio una crisis nerviosa…”.
En la comparecencia ante el Juez sumariante, Riet debió ratificar aquellas deposiciones arrancadas como corolario de las sistemáticas sesiones de torturas a las que fue sometido, dando cuenta que era integrante del PVP y el SUNCA y que con María de los Angeles Michelena Bastarrica realizaron tareas de propaganda para el PVP. Pero el texto de su declaración ya venía redactado por Alvarez quien le mencionó, a propósito de la firma del docuemnto “usted sabe lo que hace”, en franca amenaza al detenido pues de no hacerlo persistirían las torturas a las que era sometido.
El juez sostiene que del informativo colectado permite sostener prima facie que convergen elementos de convicción que a la luz de la sana crítica informan acerca de la verosimilitud o probabilidad positiva de la participación de Alvarez Nieto en el crimen de Tortura y el delito de Abuso de autoridad contra los detenidos. Por otra parte, respecto a la adscripción del tipo penal Tortura en tanto crimen de lesa humanidad, recuerda que la sentencia dela Suprema Corte de Justicia Nº 365 de 19 de octubre de 2009, aceptó la aplicación directa del Derecho Internacional de los Derechos Humanos dentro del ámbito interno, incorporándolas en un rango normativo supralegal, similar a la Constitución de la República”.
EL DATO
Defensa
Para la Defensa del militar, en cambio, no puede responsabilizarse a alguien por el hecho de ostentar un cargo y un grado en una Unidad Militar, debiendo en caso de duda fallarse a favor del indagado. En el expediente no existe probada la acción ni la conducta de Rodolfo Alvarez; según los dichos del denunciante, “quien lo torturó fue Taramasco” y sólo menciona a Alvarez como el juez sumariante.
FUENTES DE LA REPUBLICA DIARIO

Aldous Huxley tenía razón: la dictadura del entretenimiento

religion

Ante las experiencias traumáticas de los regímenes totalitarios del siglo XX, el libro 1984 de George Orwell –debido a su representación del Estado tiránico como el represivo y ominpresente Gran Hermano– se convirtió en el texto distópico de cabecera que advertía los peligros de lo que podría ocurrir con una mezcla de abuso de poder, tecnología y supresión de la libertad y la información. Ante el primer atisbo de represión, vigilancia y control del Estado se cantaba con alarma el término Gran Hermano. Y si bien ciertamente hay algo de esto actualmente, la distopía que más se acerca a predecir y a darnos herramientas para entender lo que estamos viviendo hoy en día es Un mundo feliz de Aldous Huxley. Esto fue previsto con gran claridad por el escritor y analista de medios Neil Postman en 1985, en su libro Amusing Ourselves to Death (Entreteniéndonos hasta la muerte).
El sistema esbozado en el texto de Orwell se basa en la censura, la represión de los movimientos de oposición y sobre todo en la anulación de la individualidad, mientras que el de Huxley trata de, en palabras de Andrew Postman (el hijo de Neil), “una burbuja de gratificación instantánea, tecnología sedativa y consumo exacerbado”. Mucho más parecido a lo que estamos viviendo en la sociedad occidental de Facebook y Donald Trump. No un control estilo “la bota en la cara” sino algo más parecido a la apatía, la dispersión y el desinterés producido por la distracción y el egoísmo de la cultura del entretenimiento. Como sugiere Neil Postman, en nuestra sociedad no es necesaria la represión de un movimiento político porque la realidad como entretenimiento nos coloca en un estado de pasividad, indolencia e ignorancia que nos hace inofensivos para el sistema. Postman escribió:
Lo que Orwell temía era que se prohibieran los libros. Lo que Huxley temía era que no hubiera razón para prohibirlos porque nadie querría leer uno. Orwell temía a aquellos que nos privarían de la información. Huxley temía a aquellos que nos darían tanto que nos reducirían a la pasividad y al egoísmo. Orwell temía que la verdad sería ocultada de nosotros. Huxley temía que la verdad sería ahogada en un mar de irrelevancia. Orwell temía que nos convertiríamos en una cultura captiva. Huxley temía que nos convertiríamos en una cultura trivial.
Es difícil definir mejor lo que nos está pasando actualmente que como lo hizo Postman hace más de 30 años y, por supuesto, Huxley hace 80. En este solo párrafo está el narcisismo y el hiperindividualismo de la era digital, el mundo de las noticias falsas y de la posverdad, la burbuja de los filtros, el infotainment y demás malestares de la cultura de nuestros días, los cuales están zurcidos invisiblemente al tejido de la normalidad.
En su texto “La propaganda en una sociedad democrática”, Huxley escribió:
En lo que respecta a la propaganda, los primeros defensores del alfabetismo universal y de la prensa libre advirtieron sólo dos posibilidades: que la propaganda sea verdad o que sea falsa. No previeron lo que en realidad ha sucedido, sobre todo en nuestras sociedades occidentales capitalistas: el desarrollo de una vasta industria de comunicación masiva, que no lidia ni con lo falso ni con lo verdadero, sino con lo irreal, lo que es casi siempre totalmente irrelevante.
[…] Pero incluso en Roma no había nada comparado con el sinfín de distracciones que proveen los diarios, las revistas, la radio, la televisión y el cine. En Un mundo feliz las distracciones sin cortes de la naturaleza más fascinante [the feelies: películas también táctiles, orgy porgy, sexo grupal bajo la influencia de las drogas, centrifugal bumblepuppy, una futurista versión de espirobol] son deliberadamente usadas como instrumentos de política pública, con el propósito de impedir que las personas presten mucha atención a las realidades de la situación social y política. El otro mundo de la religión es diferente al otro mundo del entretenimiento; pero se asemejan en que decididamente “no son de este mundo”. Ambos son distracciones y, si se viven continuamente, pueden volverse, como en la frase de Marx, “el opio del pueblo” y, por consiguiente, una amenaza a la libertad. Sólo los que vigilan pueden mantener sus libertades y sólo los que están constante e inteligentemente en el aquí y en el ahora pueden autogobernarse efectivamente por procedimientos democráticos. Una sociedad cuyos miembros pasan buena parte de su tiempo no en el presente, no en el aquí y en el ahora y en el futuro calculable, sino en otro lugar, en los otros mundos irrelevantes del deporte y las telenovelas, de la mitología y la fantasía metafísica, encontrará difícil de resistir las invasiones de aquellos que controlan y manipulan a la sociedad.
En su propaganda los dictadores de hoy dependen fundamentalmente de la repetición, supresión y racionalización —la repetición de eslóganes que desean que sean aceptados como verdad, la supresión de hechos que quieren que sean ignorados y la estimulación y racionalización de pasiones que pueden ser usadas en el interés del Partido o del Estado. Al tiempo que el arte y la ciencia de la manipulación son mejor entendidas, los dictadores del futuro indudablemente aprenderán a combinar estas técnicas con las distracciones interminables que, en Occidente, amenazan con ahogar en un mar de irrelevancia la propaganda racional esencial para mantener las libertades individuales y la supervivencia de las instituciones democráticas.
FUENTE  RED FILOSOFICA  DEL URUGUAY

30 años de prisión a 5 REPRESORES URUGUAYOS por homicidio de María Claudia García Iruretagoyena.

La diputada Gelman consideró que la no tipificación de desaparición forzada representa un tema grave.La diputada Gelman consideró que la no tipificación de desaparición forzada representa un tema grave. 
(Imagen: EFE)

Una condena significativa
Macarena Gelman entiende que la sentencia contra los asesinos de su madre es simbólica y corresponde, pero aún falta que en Uruguay se tipifique el crimen de María Claudia García Iruretagoyena como desaparición forzada.

La jueza Marcela María Vargas condenó a 30 años de prisión a 5 miembros de las fuerzas de seguridad uruguayas por el homicidio de María Claudia García Iruretagoyena. Los funcionarios fueron sentenciados como coautores penalmente responsables de homicidio intencional muy especialmente agravado en el marco del Plan Cóndor, según reza la resolución judicial divulgada el miércoles, fechada el 14 de febrero de este año. Por el crimen de la nuera del escritor argentino Juan Gelman, desaparecida durante la dictadura cívico-militar en Uruguay, la Justicia rioplatense ordenó en octubre de 2011 el procesamiento de los militares retirados José Nino Gavazzo, Ricardo Arab, Valentín Vázquez y Jorge Silveira, y del ex policía Ricardo Medina.

María Claudia García Iruretagoyena fue secuestrada en Buenos Aires en 1976. Había sido detenida y trasladada al centro clandestino de detención Automotores Orletti junto a Marcelo Gelman, su compañero e hijo del poeta argentino, cuando estaba embarazada de Macarena, quien finalmente nació en Montevideo y que vivió durante más de dos décadas pensando que era hija de un matrimonio uruguayo. Marcelo fue asesinado y su cadáver fue hallado en Buenos Aires, pero María Claudia fue trasladada a Uruguay como parte de la cooperación entre las dictaduras militares uruguaya y argentina, en el marco del Plan Cóndor.

La nuera de Gelman desapareció luego de dar a luz en cautiverio donde funcionó el Servicio de Información de Defensa y un centro clandestino ubicado en Bulevar Artigas 1532, en Montevideo. Siendo bebé, Macarena fue entregada a un policía y a su esposa en esa ciudad. El agente falleció antes de que su hija adoptiva supiera quién era. Aunque dio una lucha a brazo partido para conocer el destino de su nuera y acudió a la Justicia para dar con su paradero, a Juan Gelman se le interpuso como obstáculo la Ley de Caducidad, legislación que funcionó de protección para los miembros de las fuerzas armadas que participaron del terrorismo de Estado uruguayo. En 2000, luego de un largo peregrinar, el escritor argentino pudo localizar a Macarena, una búsqueda que le llevó dos décadas.

Consultada por Radio Uruguay después de conocerse la sentencia, una de las primeras reflexiones de Macarena Gelman se apoyó en la tipificación del delito por el que fueron sentenciados los cinco represores. En ese sentido, la diputada nacional en la Cámara de Representantes de Ir, un partido formado en 2010 que integra el Frente Amplio, señaló que los miembros de las fuerzas de seguridad fueron condenados por homicidio especialmente agravado cuando, en realidad, el crimen de su madre es de desaparición forzada. “Eso deja una reflexión y un pensamiento de cuándo vamos a aplicar la figura que corresponde”, señaló la nieta del poeta argentino. En lo referente a la verdad, la causa –desde la perspectiva de Gelman–, no aportó prácticamente nada de lo que ya se sabía en el año 2000, cuando se abrió el expediente. A su vez, dijo que puede entender que la condena, desde el punto de vista social, es significativa y simbólica y por supuesto que corresponde, porque los sentenciados fueron responsables.

En relación al proceso, la diputada observó que, como hija, e inclusive como víctima de los delitos que se cometieron, tiene más significación lo que es el proceso, que en si la condena, que es el resultado del transcurso de ese proceso. “La verdad que ha sido muy penoso, ha sido revictimizante en muchas oportunidades”, confió sobre el desarrollo de la causa. Por otra parte, Gelman afirmó que “siendo como es nuestro proceso penal, que en poco tiempo va a sufrir modificaciones, la víctima no tiene prácticamente participación, salvo alguna posibilidad que da la ley 18.026”. Esa reglamentación, del 25 de septiembre de 2006, establece la cooperación con la Corte Penal Internacional en materia de lucha contra el genocidio, los crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Asimismo, Gelman se refirió al fallo de la jueza Vargas, que sentenció a los cuatro militares y al policía condenados por homicidio intencional muy especialmente agravado. Al respecto, consideró que la no tipificación de desaparición forzada representa un tema grave y serio, lo que implica que la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos se está cumpliendo a medias. “Habrá que pensar cuál es la manera de trabajar esto en nuestro ordenamiento jurídico, que claramente es un crimen que al día de hoy se sigue cometiendo, que no ha prescripto”, sostuvo. La diputada también observó que el hecho de que la justicia uruguaya no incorpore estos crímenes como delitos de lesa humanidad es un deuda seria. Gelman apuntó contra el Poder Judicial. “Los cambios deben venir principalmente del sistema de justicia. Las modificaciones y la voluntad política tienen que sentarse en pensar y repensar nuestros sistema jurídico”, indicó.
FUENTE  PAGINA 12

Srecko Horvat: Nos estamos yendo a tiempos muy oscuros.

religion

Srecko Horvat, croata, tiene 33 años, es filósofo, activista político y es una voz “carismática” dentro de su generación, según el director de cine Oliver Stone. Discípulo del esloveno Slavoj Žižek, con quien ha coescrito ¿Qué quiere Europa? (en inglés, What Europe Wants?), colaborador de Yannis Varoufakis y cofundador con él del movimiento europeo DiEM25.

-En 2011 tuvimos el 15-M, Occupy Wall Street y una ola de protestas que dieron lugar a nuevos movimientos que parecían liderar un cambio en la izquierda. Cinco años después, el Reino Unido sale de la Unión Europea con un discurso nacionalista, Trump gana en Estados Unidos y la derecha populista crece como nunca en Europa. ¿Qué le pasa a la izquierda?

-Esto no solo ha pasado en Estados Unidos y en Europa. Después de una década de gobiernos de izquierdas en Latinoamérica, inspirados en el Foro de Porto Alegre, la derecha ha vuelto. Por un lado tienes a la internacional nacionalista —fascista—, simbolizada por Trump, Erdogan, Putin, Orbán, Le Pen, la AfD alemana, Farage, Wilders y muchos más. Y luego, aunque suene como una contradicción en términos —pero no lo es— sucede que esta derecha radical, autoritaria y nacionalista está unida con la internacional de la austeridad, representada por la Troika, por Merkel y por los grandes poderes financieros. Son dos caras de la misma moneda.

La izquierda, en general, ha sido incapaz de convencer a la gente de que son sus políticas las que crearían nuevos trabajos, nuevas inversiones y más seguridad social. Han sido Trump y los de la internacional nacionalista quienes han hablado de que van a conservar los puestos de trabajo. Todo esto, claro, es una ilusión, porque como digo, solo es la otra cara de la moneda de la austeridad.

-Pero la que tú llamas “internacional nacionalista” ha ganado, precisamente, porque ha dicho que destruirá al establishment político que representa la “internacional de la austeridad”.


-Lo cual no es cierto. Estamos hablando de una realidad que se complementa y es muy importante hacer hincapié en que ambos son establishment. Farage y Trump son millonarios, por ejemplo. En el gabinete de la administración Trump tienes a gente de Exxon, de Pfizer, de Goldman Sachs; tienes a Peter Thiel. No es el mismo establishment, es algo diferente pero, en el fondo, vuelve a ser lo mismo.

La internacional de la austeridad, representada por Hillary Clinton, el BCE, Merkel, Schauble, impulsada por la traición de la socialdemocracia y por los mal llamados socialistas, como Hollande, por imponer medidas de austeridad, por no crear puestos de trabajo, por no generar oportunidades de inversión, creó a la internacional nacionalista-fascista.

-Y la austeridad también dio lugar a fenómenos como Syriza, con discursos que parecían conectar otra vez con los trabajadores y con el precariado… En apenas cinco años se han estrellado.

-Una de las razones por las cuales Syriza u otros nuevos movimientos de izquierda no triunfaron es porque, si en un lado tenías a la internacional fascista y en el otro a la internacional de la austeridad, la única respuesta era una internacional progresista, que nunca existió y sigue sin existir. Esto significa una nueva internacional, algo parecido al movimiento no-alineado.

Habría que crear un nuevo bloque de países, algo que, de algún modo, ya pasó en Latinoamérica; lo que Tariq Ali llama los Piratas del Caribe opuestos al dominio neoliberal. Creo que necesitamos algo así en Europa y pienso que es muy peligroso que algunos camaradas de la izquierda aboguen por el Lexit (Left Leave). En definitiva, defienden lo mismo que Le Pen y que Farage. Parte de la izquierda apuesta por una retirada al estado-nación, para luego ganar soberanía nacional, y básicamente volver a perder.

-Aparte de la falta de un eje internacional contra el sistema económico, a la izquierda también le afecta el siguiente problema: es posible que un trabajador industrial medio francés esté más preocupado por su salario a final de mes que por la inmigración que precisamente amenaza ese puesto de trabajo, o por la lucha contra el cambio climático que puede imponer más regulaciones a las fábricas y que, por tanto, terminen cerrando. ¿Se ha preocupado más la izquierda por lo segundo que por lo primero?

-Tuve la oportunidad de estar en Port Talbot, uno de los núcleos de la industria del acero en Gales. Había leído la prensa británica y esperaba encontrarme con el demonio, con legiones de fascistas. Pero no todos los trabajadores de a pie votaron por el Brexit. Algunos entendían la economía mejor que algunos izquierdistas. Y creo que uno de los problemas de hoy es la demonización de la clase obrera, el hecho de pensar que son todos unos fascistas y que votaron por Trump y por el Brexit, que son estúpidos… Esto es completamente incorrecto y viene de la incapacidad de la izquierda de hacer lo que ya estaba haciendo bien al principio del siglo XX, que era ir a las fábricas a hablar con la gente y a entender sus problemas. Los fascistas han hecho precisamente eso.

-Han cambiado muchas cosas desde el inicio del siglo XX, sobre todo por la tecnología. Parece algo imparable… ¿Qué hacemos, quemamos las máquinas?

-No. No hay que parar el desarrollo tecnológico, pero sí que debemos irnos a la pregunta más vieja de todas: ¿quién posee los medios de producción? ¿Está la tecnología en manos de las corporaciones de Silicon Valley o está en manos de la gente? Si la tecnología está en manos de las grandes empresas, por supuesto que todo esto creará un montón de desempleo y de desigualdad.

Un ejemplo es el de los coches autónomos. Cuando alcancen un nivel comercial en Estados Unidos, 3,5 millones de camioneros perderían sus trabajos. ¿Qué hacer? Con Yannis Varoufakis hemos propuesto los dividendos básicos universales, más que una renta básica universal. Esto significa que no tomas el dinero de los contribuyentes sino que pones impuestos al capital. Es decir, pones impuestos a Google, que está fabricando coches sin conductor, y la gente que se queda sin trabajo por eso recibe una renta básica mínima financiada por Google o las empresas que saquen beneficios de esto.

-Son los empresarios más vanguardistas como Elon Musk quienes también hablan de la renta básica…


-Claro, porque el capitalismo no puede funcionar sin consumismo, o sea sin poder adquisitivo de la gente de a pie. Cuando la tecnología arrase con millones de trabajos, los obreros, o se convierten en esclavos, o comienzan una revolución. Por eso desde el capitalismo se piensa también en una renta básica universal y esa es la razón por la cual Elon Musk está a favor de la renta básica universal.

-En definitiva, impuestos a las empresas y no a la gente…

-Eso es. Y debemos ir todavía más al origen de cómo estas compañías se crearon. No tiene ningún sentido que hablemos de genios emprendedores como Steve Jobs que están cambiando el mundo. Un genio, en realidad, no puede existir. Lo que Marx definía en la Grundrisse es que tenemos el intelecto general, que es la acumulación de conocimiento social. Significa que tú y yo, hablando aquí, estamos creando algo que yo solo no puedo crear, ni que tú solo puedes crear.

Google nunca inventó Google Maps. Google solo adquirió la idea que desarrollaron sus ingenieros, o de startups pequeñas del entorno. Ellos compran y absorben, y luego crecen, más y más. Lo único que hacen es privatizar el intelecto general. En ese sentido no tenemos solo que remontarnos hacia una fiscalidad más justa sino a cómo estas compañías nacieron.

 –¿Por ejemplo?
-Yéndonos solo al origen de internet: ¿cómo podría existir todo esto si no hubiese sido por un apoyo masivo del Estado en EEUU? Lo mismo sucede con lo que está haciendo Elon Musk en SpaceX. ¿No somos ni capaces de colonizar la Antártida, ni siquiera de proveer con un mundo mejor a nuestros semejantes y ahora tenemos un núcleo de chicos duros, blancos de Silicon Valley que se van a Marte a vivir su utopía? Eso está mal, y eso está apoyado por la NASA, que es el Estado, y que, por tanto, paga toda la gente, sin que devuelvan nada a cambio.

-La derecha, además de ganar elecciones, está ganando la guerra cultural. Parece contradictorio, pero movimientos como la Alt-Right en Estados Unidos se han apropiado del valor de la libertad, sobre todo de la libertad de expresión para derrocar lo que ellos definen como el “régimen de lo políticamente correcto”, donde la izquierda, parece haberse estrellado una vez más.


-El fetichismo de la corrección política empezó, sobre todo, por parte de los liberales, no tanto por la izquierda. Comenzaron a decir que no podías llamar a un negro “negro”, sino que tenías que llamarle afroamericano. Lo que dije es que eso ya estaba mal en un origen, porque ya ni siquiera era políticamente correcto, para empezar porque no toda la gente negra viene de África.

La corrección política es perversa y lo que hicieron con ella es lo que en alemán se llama denkverbot, la prohibición de pensar. Hay quien piensa que si llamamos afroamericano a un negro las cosas irán mejor, pero no hemos cambiado la situación económica y social de la gente negra. Obama es el ejemplo más claro: todo el mundo estaba contento porque finalmente teníamos a un presidente negro. Pero eso es solo un color. Ahora nos asusta Trump por el muro con México. Y debemos estar asustados. Pero no nos olvidemos de que Obama deportó a 2,5 millones de inmigrantes, más que ningún otro presidente en la historia de EEUU. Es como si celebráramos que el feminismo llegó al Reino Unido porque Margaret Tatcher era mujer. Las políticas de identidad nos han llevado a la derrota política de la izquierda y, por el contrario, la derecha, está abiertamente hablando de todo y, sencillamente, les da igual.

-Hace unas semanas, activistas de izquierdas y antifascistas protestaron violentamente en la Universidad de Berkeley porque un agitador de la Alt-Right, Milo Yiannopoulos, iba a dar un discurso en el campus. ¿Dejan este tipo de ejemplos en entredicho el papel de la izquierda en la defensa de la libertad?


-Voy a ponerte el ejemplo contrario: hace unas semanas hubo una exhibición sobre Anna Frank en una pequeña ciudad costera de Croacia y fue retirada del lugar de exhibición porque los comunistas salían retratados de manera positiva. ¿Qué haces en esa situación? ¿Protestas o lo aceptas? A veces, si las cosas van demasiado lejos, si un fascista te golpea en la cabeza, si hablan de un registro para judíos, por ejemplo, o prohíben una exhibición sobre Anna Frank, no son situaciones en las que la izquierda tenga que hacerse a un lado y teorizar sobre qué hacer o sobre la libertad de expresión.

Se trata de revisionismo histórico que está trayendo a nuestros días la versión posmoderna de los años 30. Son momentos en los que hay que levantarse, porque pronto nos habremos convertido en una versión posmoderna de los años 30. En Estados Unidos está habiendo una gran ola de protestas, pero, sinceramente, no creo que sea suficiente. Protestar es bloquear el JFK de Nueva York por el veto a los musulmanes, paralizar la máquina capitalista. Protestar es taponar las vías del tren en Idomeni o cortar las autopistas en Calais. Son los medios antifascistas de los partisanos de los 30 aplicados a la realidad de hoy. Porque ese tiene que ser el paralelismo: nos estamos yendo a tiempos muy oscuros.

-Hablas de la versión posmoderna de los 30… ¿Representan eso la Alt-Right o la nueva derecha, aunque usen como arma discursiva la defensa de la libertad?

-Por supuesto que no están a favor de la libertad. Es una nueva versión del fascismo. Tenemos que entender que el fascismo nace en un contexto histórico muy específico, en el que no había ni Facebook ni Instagram. Esto nos lleva a que si el fascismo reaparece hoy no tendrá la misma forma que el fascismo de entonces. Pero sí, para ir al grano, estamos hablando de autoritarismo y estamos ya en tiempos muy peligrosos.

Lo que más me preocupa de todo esto, sin embargo, no es que terminemos en una nueva guerra mundial —aunque es algo que podría pasar—, sino que estamos ya en un estado de guerra permanente, como definiría Giorgio Agamben con su término stasis. Mira la cantidad de ataques terroristas que tenemos en Europa en la actualidad, el número de refugiados que están viniendo, las veces que se ha suspendido Schengen, el Brexit, Trump, Le Pen; pero también, en la vida diaria de la gente, todos los que son desahuciados, o los que se han suicidado en Grecia por la austeridad… Es una situación de guerra permanente mucho más peligrosa y perversa que la guerra tradicional, porque la segunda se identifica de manera más clara, mientras que la primera no. Debemos pensar más profundamente porque estamos ante un escenario más peligroso. Hablar de fascismo o autoritarismo no es suficiente. Es algo mucho más complejo porque no hablamos de una guerra al uso.

-Todos estos fenómenos parecen ciertamente extremos. Žižek habla de que los hemos normalizado para seguir con nuestras vidas. ¿Es posible desnormalizar todo esto?


-Recuerdo perfectamente cuando la crisis de los refugiados golpeó Europa. A pesar de que ya estaba sucediendo aquí, en la frontera de España con Marruecos, en África Occidental, en Lampedusa, solo comenzó a hablarse de ella como tal cuando golpeó en el corazón de Europa. El tratamiento mediático apuntó hacia frases como “los flujos de refugiados” o “los ríos de refugiados viniendo desde los Balcanes”… Son términos que definen el fenómeno como si se tratase de una catástrofe natural. Y aquí tenemos el mecanismo de la ideología de naturalizar algo que es un proceso histórico. Mi respuesta es que podemos hacer mucho pero primero debemos entender algo que se está vendiendo ahora como algo natural, como que no hay alternativa, como recordaba Thatcher en su lema. Una vez entendemos que se trata de ideología, entonces tenemos diferentes diferentes maneras de actuar.

-Igual que el populismo de izquierdas se estrelló, podría hacerlo en breves el populismo de derechas. ¿Pero qué pasa con el populismo de centro, con una opción que diga que tengamos miedo de la extrema derecha y de la extrema izquierda, y que en el centro está la solución? Emmanuel Macron en Francia se perfila como un líder que pretende encarnar este concepto.

-Esta es la situación en la que ya estamos y lo llamamos el extremo centro. Recientemente, tuve la oportunidad de estar en Budapest y de hablar con el líder del partido de la extrema derecha en Hungría, Jobbic, abiertamente antisemitas y con 50 miembros en el Parlamento. Me dijo que su principal problema es que Viktor Orbán, de Fidesz, está implementando todo lo que ellos habían defendido antes. Jobbic no es el peligro real, sino Fidesz, el que está en el poder, que aplica todas esas políticas extremistas. El centro, en realidad, solo está acercándose más y más a la extrema derecha.

El extremo centro tiene el mismo tipo de políticas de la extrema derecha, que es la kulturkampf, la guerra cultural, dejando de apoyar todo aquello que no es su ideología oficial y, por el otro lado, implementan medidas neoliberales. Es una combinación muy tóxica y cada vez la tendremos más.

FUENTES  RED FILOSOFICA DEL URUGUAY