Mi padre el Che: Anécdotas de Aleida Guevara




Aleida Guevara tenía solo 7 años cuando murió su padre. Era apenas una niña cuando escuchó de su madre aquellas letras en las que el Che se despedía de sus hijos con un triste “si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre ustedes”, y aunque son muy pocos los recuerdos que guarda en su memoria, los escritos, las historias ajenas y los relatos de su madre, la han ayudado a reconstruir al Ernesto Che Guevara padre, al hombre capaz de combinar en su justa dimensión la ternura familiar con sus responsabilidades como revolucionario.

Con motivo del aniversario 89 del natalicio del guerrillero heroico, Cubadebate comparte algunas de las historias contadas por la hija mayor de Ernesto Che Guevara y Aleida March, como parte del documental “Ausencia presente”, del Centro de Estudios Che Guevara.

¿Por qué quiero a mi papá si no lo tuve casi nunca a mi lado?

Según narra el documental, esta interrogante llegó con fuerza a la cabeza de Aleida Guevara cuando tenía 16 años. Antes no había reparado en ello. Ocupó su asiento cuando él faltó, se arropó con la armazón de que no podía llorar su muerte porque a su padre no le hubiera gustado, y sin darse cuenta, la niña que no llegaba a 10 años ya sabía cómo el Che tomaba el agua, el café, el vino y lo sentía presente en la casa.


“Los padres no siempre tienen automáticamente el afecto y el cariño de sus hijos, hay que cultivarlo, ganarlo, y mi papá no había tenido tiempo para hacerlo. Sin embargo, siempre lo he querido, lo he respetado y lo he admirado. En aquel entonces, me pregunté por qué”, cuenta Aleida, devenida médico pediatra.

Buscó en su memoria entre imágenes y recuerdos, y cada uno de ellos le fueron demostrando que, efectivamente, “a pesar del poco tiempo que convivimos, mi papá se había ganado ese afecto, ese amor y ese respeto que siempre he tenido por él”.

“Papi demostró que era un hombre con una gran capacidad para amar, y que a pesar de la distancia y el tiempo, logró que nosotros lo quisiéramos y lo amaramos”

El recuerdo más especial de su padre

Ernesto Guevara junto a su esposa Aleida March y sus hijos. Foto: Cortesía Centro de Estudios Ernesto Guevara.

Ernesto Guevara junto a su esposa Aleida March y sus hijos. Foto: Cortesía Centro de Estudios Ernesto Guevara.
Hay muchos recuerdos que viven en la memoria de la hija del Che, la mayoría impulsados por terceras personas, pero hay uno que asegura Aleidita permanece intacto entre sus vivencias, y que nunca nadie ha interferido en él.

“Es una imagen que ha quedado en mi memoria y para mí es de las cosas más tiernas. Esta mi papá vestido de militar, y yo estoy mirándolo como de un perfil. Mi madre está de espaldas a mi papá y en su hombro está la cabecita de mi hermano más pequeño, Ernesto, que apenas tiene un mes de nacido. Él, con una mano grande, está tocando la cabecita del niño, pero lo hace de una manera muy especial… hay mucha ternura en esa escena. Yo tenía apenas cuatro años y medio, y recuerdo perfectamente lo que estoy diciendo. Mi papá quizás se estaba despidiendo, no lo sé, muchos años después yo supe que esos fueron los últimos momentos que estuvo con nosotros. Pueden haber sido muchas cosas, pero lo que sí es cierto es que muchos años después yo mantengo muy fresca esa imagen, y es la última que me queda de ellos dos juntos”.

El regalo de papá

Quizás una de las anécdotas más lindas contadas en el documental tenga que ver con la que muestra a un Ernesto Che Guevara detallista. Todavía en la actualidad, Aleidita conserva dos de los regalos que la han unido por siempre a su padre: un león de peluche, y una muñeca. ¿Pero cuál es la historia detrás del día en el que el Che regaló un león de peluche a su hija? Aleidita lo reconstruye de este modo:

“Un día mami se da cuenta de que yo empiezo a tener mucha dificultad para ir al baño en la noche sola. Ella comenta esto con mi papá, pero a la vez encuentra un libro de un cuento muy simpático donde un niño que tiene mucho miedo se encuentra con un león, y este león lo acompaña hasta que el niño pierde el temor.

Ella le hace esta narración a papi, que no estaba en Cuba porque estaba por los países africanos y él decide mandarme de regalo un león de peluche. Fue una cosa muy bonita para mí, y ahora que soy adulta lo valoro mucho más, porque era un león que representaba el verdadero animal del cuento; por tanto, iba a ser mi compañero a partir de ese momento. Además, era un regalo de mi papá, que casi no lo hacía, porque papi en esas cosas era muy austero”.
Flores para Camilo

Entre las imágenes que aparecen en la memoria de Aleidita, hay una de la que no puede despegarse y que la ha marcado para siempre. Se trata de aquella primera vez en que, junto a su padre, echó flores al malecón en tributo a Camilo Cienfuegos.

“Recuerdo una tarde en el malecón, papi iba a manejando el carro, con mami, Camilo y yo, y de pronto paró el auto. No recuerdo si íbamos al malecón en especial o si íbamos por la zona, lo que si sé es que paramos. Él nos bajó a Camilo y a mí, nos encaramamos encima del muro del malecón, y habló con nosotros. Algo nos explicó, no recuerdo con exactitud, pero sé que fue el primer momento en que yo recuerdo haber tirado una flor al mar a Camilo”.

Mamá, este hombre está enamorado de mí


El Che, cuando viaja a Cuba bajo el nombre de Ramón Benítez, donde selecciona a los combatientes que lo acompañarán en su expedición a Bolivia y desarrollará con ellos los entrenamientos militares necesarios. Foto: Archivo.

El Che, cuando viaja a Cuba bajo el nombre de Ramón Benítez, donde selecciona a los combatientes que lo acompañarán en su expedición a Bolivia y desarrollará con ellos los entrenamientos militares necesarios. Foto: Archivo.

Uno de los recuerdos más impresionantes es el del día en que vieron por última vez a su padre sin saber que se trataba de él, porque venía disfrazado de Ramón.

“Mami nos lleva a todos a cenar y nos dice que se trataba de un amigo de mi papá. (…) Me dicen que este hombre es español, y yo inmediatamente le digo, pero tú no pareces español. Todo el mundo en ese momento se sintió raro, porque si una niña de apenas 5 años de edad puede decir que este hombre no es español, todo el trabajo que habían pasado transformando a mi papá era en vano, porque no sería creíble para otras personas. Mi papá me pregunta, por qué dices eso, y yo le dije, “se me ocurrió”.

“Seguimos conversando hasta que él nos invitó a cenar. (…) Esa noche cuando él se sienta se sirve el vino tinto puro, y papi siempre tomaba el vino tinto con agua. Así que yo me levanto como un resorte de mi lugar y le digo, oye ves, tú no eres amigo nada de mi papá, porque mi papá se toma el vino tinto con agua y tú te lo estás tomando puro. Tomé una botella de agua y le eché agua en su vino y le dije, “ahora tómalo, porque así es como realmente es rico”. Dice mami que el hombre no cabía dentro de la ropa, estaba súper orgulloso de que aquella mocosa de apenas 5 años defendiera con tanta pasión los gustos de su papá.

“Después de cenar empezamos a jugar mis hermanos y yo, y me resbalé y me di un golpetazo enorme en la cabeza. Mi padre me toma en sus brazos, me palpa. Hay un contacto muy especial porque él era médico, pero era mi papá y son muchas las preocupaciones que tenía encima. De alguna manera me protege. Entonces yo empiezo a dar vueltas alrededor de mi mamá y le digo, tengo que decirte un secretico, y mi mamá me dice que no se dicen secretos, hasta que papi le dice que, o me dejaba decir el secreto o yo no los iba a dejar hablar. A plena voz he gritado: “mamá, yo pienso que este hombre está enamorado de mí”.

“Fue impactante en ese momento porque mi papá se emocionó. Dice mami que ella vio sus ojos muy tristes, porque él quizás quiso decirme que, efectivamente, estaba enamorado de mí porque era su hija, pero no podía hacerlo. Si lo hacía al otro día yo diría a todo el mundo que había visto a mi papá y él estaba clandestino en Cuba”.

El día de la triste noticia de la muerte

Ernesto Che Guevara junto a Fidel, y su hija Aleida Guevara. Foto: Cortesía del Centro de Estudios Che Guevara.
Ernesto Che Guevara junto a Fidel, y su hija Aleida Guevara. Foto: Cortesía del Centro de Estudios Che Guevara.
¿Cómo decirle a una niña de seis años que no verá más a su padre? El día de la muerte del Che no ha podido despegarse de la memoria de Aleidita.

“Hay imágenes que vienen de pronto: estoy en un auto, dando vueltas en la calle, y de pronto empiezo a ver imágenes de mi papá. Son fotos grandes, y no entiendo por qué hay tantas fotos suyas, no leo corrido todavía, tengo 6 años, no llego a 7, y me cuesta trabajo leer rápidamente”.

De aquel triste día, Aleida recuerda una conversación con Fidel:

“Me llevan esa noche al lugar donde vivía mi tío y me dicen que él quería hablar conmigo. Mi hermana mayor también estaba ahí, y me pareció raro. Él nos recibe, habla con nosotros normal, muy tranquilo, y después de comer nos dice que tenía que darnos una noticia. Dice que ha recibido una carta de mi papá, donde le pide que hable con nosotros. Explica que mi papá plantea que si él un día muere en combate, nosotros no deberíamos llorar por él, porque él habría muerto como quería y cuando un hombre muere como quiere no puede de ninguna manera llorarse. Después supe que él quería darnos la noticia, pero mi mamá no le permitió que lo hiciera conmigo, ella quería dármela personalmente.

Aleida recuerda el día siguiente cuando habló con su mamá y supo que algo malo había sucedido.

“Yo la vi ese día como destruida, era una cosa difícil. Como no sabía cómo reaccionar, puse el plato de sopa sobre la mesa y le dije: “mamá que te pasa, por qué estás así?”

“Ella me sentó en la cama y me dijo, tengo que hablar contigo. Yo no recuerdo en ningún momento que mi mamá me haya dado la noticia. Ella sacó una carta y la empezó a leer. Mi mamá estaba llorando leyendo la carta y al final dice: un beso grande de papá.  Esa niña
pequeña unió las dos frases, la de adelante y la del final, y se dio cuenta de que ya nunca más iba a tener papá. Me acuerdo de que una lágrima iba a salir, y me acordé de mi tío Fidel. Me incorporé en la cama y le dije a mi mamá: no podemos llorar, si mi papá murió, murió combatiendo como él quería, y no se puede llorar por los hombres así. Es el recuerdo que me queda de esa noche, cuando por primera vez supe que mi papá había muerto”.

El Che junto a Aleidita y Camilo, el 24 de mayo de 1963. Foto: Cortesía del Centro de Estudios Ernesto Guevara
Aleida Guevara tenía solo 7 años cuando murió su padre. Era apenas una niña cuando escuchó de su madre aquellas letras en las que el Che se despedía de sus hijos con un triste “si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre ustedes”, y aunque son muy pocos los recuerdos que guarda en su memoria, los escritos, las historias ajenas y los relatos de su madre, la han ayudado a reconstruir al Ernesto Che Guevara padre, al hombre capaz de combinar en su justa dimensión la ternura familiar con sus responsabilidades como revolucionario.

Con motivo del aniversario 89 del natalicio del guerrillero heroico, Cubadebate comparte algunas de las historias contadas por la hija mayor de Ernesto Che Guevara y Aleida March, como parte del documental “Ausencia presente”, del Centro de Estudios Che Guevara.

¿Por qué quiero a mi papá si no lo tuve casi nunca a mi lado?

Según narra el documental, esta interrogante llegó con fuerza a la cabeza de Aleida Guevara cuando tenía 16 años. Antes no había reparado en ello. Ocupó su asiento cuando él faltó, se arropó con la armazón de que no podía llorar su muerte porque a su padre no le hubiera gustado, y sin darse cuenta, la niña que no llegaba a 10 años ya sabía cómo el Che tomaba el agua, el café, el vino y lo sentía presente en la casa.

“Los padres no siempre tienen automáticamente el afecto y el cariño de sus hijos, hay que cultivarlo, ganarlo, y mi papá no había tenido tiempo para hacerlo. Sin embargo, siempre lo he querido, lo he respetado y lo he admirado. En aquel entonces, me pregunté por qué”, cuenta Aleida, devenida médico pediatra.

Buscó en su memoria entre imágenes y recuerdos, y cada uno de ellos le fueron demostrando que, efectivamente, “a pesar del poco tiempo que convivimos, mi papá se había ganado ese afecto, ese amor y ese respeto que siempre he tenido por él”.

“Papi demostró que era un hombre con una gran capacidad para amar, y que a pesar de la distancia y el tiempo, logró que nosotros lo quisiéramos y lo amaramos”

El recuerdo más especial de su padre

Hay muchos recuerdos que viven en la memoria de la hija del Che, la mayoría impulsados por terceras personas, pero hay uno que asegura Aleidita permanece intacto entre sus vivencias, y que nunca nadie ha interferido en él.

“Es una imagen que ha quedado en mi memoria y para mí es de las cosas más tiernas. Esta mi papá vestido de militar, y yo estoy mirándolo como de un perfil. Mi madre está de espaldas a mi papá y en su hombro está la cabecita de mi hermano más pequeño, Ernesto, que apenas tiene un mes de nacido. Él, con una mano grande, está tocando la cabecita del niño, pero lo hace de una manera muy especial… hay mucha ternura en esa escena. Yo tenía apenas cuatro años y medio, y recuerdo perfectamente lo que estoy diciendo. Mi papá quizás se estaba despidiendo, no lo sé, muchos años después yo supe que esos fueron los últimos momentos que estuvo con nosotros. Pueden haber sido muchas cosas, pero lo que sí es cierto es que muchos años después yo mantengo muy fresca esa imagen, y es la última que me queda de ellos dos juntos”.

El regalo de papá

Quizás una de las anécdotas más lindas contadas en el documental tenga que ver con la que muestra a un Ernesto Che Guevara detallista. Todavía en la actualidad, Aleidita conserva dos de los regalos que la han unido por siempre a su padre: un león de peluche, y una muñeca. ¿Pero cuál es la historia detrás del día en el que el Che regaló un león de peluche a su hija? Aleidita lo reconstruye de este modo:

“Un día mami se da cuenta de que yo empiezo a tener mucha dificultad para ir al baño en la noche sola. Ella comenta esto con mi papá, pero a la vez encuentra un libro de un cuento muy simpático donde un niño que tiene mucho miedo se encuentra con un león, y este león lo acompaña hasta que el niño pierde el temor.

Ella le hace esta narración a papi, que no estaba en Cuba porque estaba por los países africanos y él decide mandarme de regalo un león de peluche. Fue una cosa muy bonita para mí, y ahora que soy adulta lo valoro mucho más, porque era un león que representaba el verdadero animal del cuento; por tanto, iba a ser mi compañero a partir de ese momento. Además, era un regalo de mi papá, que casi no lo hacía, porque papi en esas cosas era muy austero”.

Flores para Camilo

Entre las imágenes que aparecen en la memoria de Aleidita, hay una de la que no puede despegarse y que la ha marcado para siempre. Se trata de aquella primera vez en que, junto a su padre, echó flores al malecón en tributo a Camilo Cienfuegos.

“Recuerdo una tarde en el malecón, papi iba a manejando el carro, con mami, Camilo y yo, y de pronto paró el auto. No recuerdo si íbamos al malecón en especial o si íbamos por la zona, lo que si sé es que paramos. Él nos bajó a Camilo y a mí, nos encaramamos encima del muro del malecón, y habló con nosotros. Algo nos explicó, no recuerdo con exactitud, pero sé que fue el primer momento en que yo recuerdo haber tirado una flor al mar a Camilo”.

Mamá, este hombre está enamorado de mí

El Che, cuando viaja a Cuba bajo el nombre de Ramón Benítez, donde selecciona a los combatientes que lo acompañarán en su expedición a Bolivia y desarrollará con ellos los entrenamientos militares necesarios. Foto: Archivo.
El Che, cuando viaja a Cuba bajo el nombre de Ramón Benítez, donde selecciona a los combatientes que lo acompañarán en su expedición a Bolivia y desarrollará con ellos los entrenamientos militares necesarios. Foto: Archivo.

Uno de los recuerdos más impresionantes es el del día en que vieron por última vez a su padre sin saber que se trataba de él, porque venía disfrazado de Ramón.

“Mami nos lleva a todos a cenar y nos dice que se trataba de un amigo de mi papá. (…) Me dicen que este hombre es español, y yo inmediatamente le digo, pero tú no pareces español. Todo el mundo en ese momento se sintió raro, porque si una niña de apenas 5 años de edad puede decir que este hombre no es español, todo el trabajo que habían pasado transformando a mi papá era en vano, porque no sería creíble para otras personas. Mi papá me pregunta, por qué dices eso, y yo le dije, “se me ocurrió”.

“Seguimos conversando hasta que él nos invitó a cenar. (…) Esa noche cuando él se sienta se sirve el vino tinto puro, y papi siempre tomaba el vino tinto con agua. Así que yo me levanto como un resorte de mi lugar y le digo, oye ves, tú no eres amigo nada de mi papá, porque mi papá se toma el vino tinto con agua y tú te lo estás tomando puro. Tomé una botella de agua y le eché agua en su vino y le dije, “ahora tómalo, porque así es como realmente es rico”. Dice mami que el hombre no cabía dentro de la ropa, estaba súper orgulloso de que aquella mocosa de apenas 5 años defendiera con tanta pasión los gustos de su papá.

“Después de cenar empezamos a jugar mis hermanos y yo, y me resbalé y me di un golpetazo enorme en la cabeza. Mi padre me toma en sus brazos, me palpa. Hay un contacto muy especial porque él era médico, pero era mi papá y son muchas las preocupaciones que tenía encima. De alguna manera me protege. Entonces yo empiezo a dar vueltas alrededor de mi mamá y le digo, tengo que decirte un secretico, y mi mamá me dice que no se dicen secretos, hasta que papi le dice que, o me dejaba decir el secreto o yo no los iba a dejar hablar. A plena voz he gritado: “mamá, yo pienso que este hombre está enamorado de mí”.

“Fue impactante en ese momento porque mi papá se emocionó. Dice mami que ella vio sus ojos muy tristes, porque él quizás quiso decirme que, efectivamente, estaba enamorado de mí porque era su hija, pero no podía hacerlo. Si lo hacía al otro día yo diría a todo el mundo que había visto a mi papá y él estaba clandestino en Cuba”.

El día de la triste noticia de la muerte

¿Cómo decirle a una niña de seis años que no verá más a su padre? El día de la muerte del Che no ha podido despegarse de la memoria de Aleidita.

“Hay imágenes que vienen de pronto: estoy en un auto, dando vueltas en la calle, y de pronto empiezo a ver imágenes de mi papá. Son fotos grandes, y no entiendo por qué hay tantas fotos suyas, no leo corrido todavía, tengo 6 años, no llego a 7, y me cuesta trabajo leer rápidamente”.

De aquel triste día, Aleida recuerda una conversación con Fidel:

“Me llevan esa noche al lugar donde vivía mi tío y me dicen que él quería hablar conmigo. Mi hermana mayor también estaba ahí, y me pareció raro. Él nos recibe, habla con nosotros normal, muy tranquilo, y después de comer nos dice que tenía que darnos una noticia. Dice que ha recibido una carta de mi papá, donde le pide que hable con nosotros. Explica que mi papá plantea que si él un día muere en combate, nosotros no deberíamos llorar por él, porque él habría muerto como quería y cuando un hombre muere como quiere no puede de ninguna manera llorarse. Después supe que él quería darnos la noticia, pero mi mamá no le permitió que lo hiciera conmigo, ella quería dármela personalmente.

Aleida recuerda el día siguiente cuando habló con su mamá y supo que algo malo había sucedido.

“Yo la vi ese día como destruida, era una cosa difícil. Como no sabía cómo reaccionar, puse el plato de sopa sobre la mesa y le dije: “mamá que te pasa, por qué estás así?”

“Ella me sentó en la cama y me dijo, tengo que hablar contigo. Yo no recuerdo en ningún momento que mi mamá me haya dado la noticia. Ella sacó una carta y la empezó a leer. Mi mamá estaba llorando leyendo la carta y al final dice: un beso grande de papá.  Esa niña pequeña unió las dos frases, la de adelante y la del final, y se dio cuenta de que ya nunca más iba a tener papá. Me acuerdo de que una lágrima iba a salir, y me acordé de mi tío Fidel. Me incorporé en la cama y le dije a mi mamá: no podemos llorar, si mi papá murió, murió combatiendo como él quería, y no se puede llorar por los hombres así. Es el recuerdo que me queda de esa noche, cuando por primera vez supe que mi papá había muerto”.

La última despedida de una historia de amor

Cuando en el año 1997 regresaron a Cuba los restos del Che y sus compañeros, Aleidita, sus hermanos y madre, fueron a recibirlos.

“Recuerdo la impresión de ver a mi mamá llorando, temblando, y en un momento determinado no pudo soportar más la tensión y dijo: “este hombre cargó a mis hijos, este hombre me amó, y ahora solo veo esta pequeña cajita frente a nosotros. Fue un momento difícil, pero ella estuvo siete días junto a mi padre como si no lo pudiera dejar solo. Era como si se estuviera despidiendo de una historia de amor”, recuerda Aleidita.

Una de las anécdotas más simbólicas en relación con ese día sucedió una jornada antes de que enterraran sus restos.

“Ella empezó a llorar. No sabíamos que hacer porque se había comportado con mucha dignidad y valor hasta el momento, y le preguntamos ¿qué pasa mamá? ¿en qué te podemos ayudar? Ella dijo: cuando tu papá partió yo le di un pañuelo blanco y negro para que lo llevara con él siempre, y él escribe en uno de los escritos que hizo en el Congo y habla de ese pañuelo, y dice que fiel hasta en la muerte lo llevaría siempre. Por razones de la vida nunca apareció el pañuelo junto a sus restos, pero mi mamá tenía otro igual y quería ponerlo en sus restos pero no sabía cómo. Así que tomamos el pañuelo y mi hermana lo coloco junto a su cadaver”.

Aleida Guevara recuerda a su padre, en documental Ausencia presente



El Che junto a su hija Aleidita en mayo de 1964. Foto: Cortesía del Centro de Estudios Che Guevara.

El Che junto a su hija Aleidita en mayo de 1964. Foto: Cortesía del Centro de Estudios Che Guevara.

Carta de despedida del Che a sus hijos

A mis hijos

Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto:

Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre Uds.

Casi no se acordarán de mi y los más chiquitos no recordarán nada.

Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones.

Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.

Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de Papá

(Estos son algunos de los recuerdos compartidos por Aleida Guevara en el documental “Ausencia presente”, del Centro de EStudios Che Guevara)

Fuente: http://www.cubadebate.cu/noticias/2017/06/14/mi-padre-el-che-anecdotas-d...

La opinión del autor no coincide necesariamente con la de TerceraInformación



Aleida Guevara: "Todavía hay cubanos ingenuos que se creen el sueño americano"
Aleida Guevara: "Todavía hay cubanos ingenuos que se creen el sueño americano"
La hija de Ernesto "Che" Guevara, Aleida Guevara, volvió a arremeter contra aquellos que decidan marcharse de Cuba durante una entrevista en España recogida por 'Diario de Cuba'.

"A pesar de haber elevado el nivel cultural del pueblo cubano, todavía hay gente ingenua que se cree los cantos de sirena. Piensan que al llegar a EEUU con esta ley (de ajuste cubano) van al sueño americano", aseguró. En este sentido criticó que haya emigrantes que "sueñan con lo que las películas de Hollywood cuentan". "Es una cosa impresionante cómo pueden confundirse todavía algunas personas con esto", añadió.

Guevara también habló de la ley de ajuste cubano para argumentar su postura contra los inmigrantes cubanos, a pesar que hizo referencia a medidas que ya no están en vigor desde que el pasado mes de enero.


"Hay una ley que en 1966 firmó el Senado de EEUU, que la llaman 'la ley de reajuste cubano' que señala que el cubano que llegue a EEUU ilegalmente tiene derecho a un dinero para comenzar, a vivienda y a un trabajo. Y al año de estar viviendo allí puede ser ciudadano de EEUU. Nosotros no queremos eso, no queremos ningún privilegio de ese tipo", señaló en la citada entrevista.

Además recordó a Washington la obligación de cumplir el pacto con el Gobierno de Cuba de conceder hasta "20.000 visas anuales".

Restablecimiento de las relaciones entre Cuba y EEUU
La hija de "Che" Guevara también aprovechó para alertar que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos no son normales. "No podemos tener una relación normal ni diplomática con un Gobierno que nos bloquea. Solo cuando se derogue esta ley (de ajuste cubano) tendremos una relación diplomática normal", afirmó.

A pesar del incremento de la llegada de turistas norteamericanos, el arribo de cruceros y vuelos procedentes de territorio estadounidense, defendió que "el bloqueo es cada día más duro y cruel para el pueblo cubano"









Che redescubierto en Punta del Este discurso en la conferencia de la OEA,1962

Che Guevara, discurso en la conferencia de la OEA, Punta del Este,1962
En este registro, Ernesto “Che” Guevara, ministro de industria de Cuba, se diferencia desde el comienzo de su discurso de las posiciones de los restantes países participantes en la conferencia de la OEA, países que se encuentran bajo la órbita de EE.UU.. Cita a José Enrique Rodó y a Martí, y discute con las argumentaciones sobre economía que se definen como técnicas, enfatizando que la economía es eminentemente políticas. Ofrece índices del crecimiento de Cuba y sostiene que la reforma agraria verdadera se hace expropiando los latifundios. Alude al reciente y fracasado intento de invasión ocurrido en Bahía de los Cochinos y, glosando a Fidel Castro, recuerda que, de perpetuarse las condiciones sociales injustas, “la cordillera de los Andes será la Sierra Maestra de América”. Al finalizar su discurso, buena parte del auditorio se pone de pie y aplaude al delegado cubano.

(este registro cuenta con audio a partir del minuto 1:34)

Fuente: Canal 7 - Noticiero


Discurso en las Naciones Unidas de Ernesto Guevara en 1964.mpg

Discurso dado en las Naciones Unidas por el Argentino Ernesto "Che" Guevara en representación del Gobierno de Cuba, donde toca los siguientes temas: "la revolución socialista como respuesta al imperialismos", "la base de Guantánamo en Cuba", etc. El discurso fue realizado en las Naciones Unidas en el año 1964. El che guevara, manifestó: Soy Cubano, soy Argentino y me siento un patriota de Latinoamérica

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REVOLUCIÓN ES...(CANCIÓN DEL ELEGIDO) SILVIO RODRIGUEZ FIDEL CASTRO RUZ - IN MEMORIAM
La Canción del Elegido de Silvio Rodriguez con la intervención del Comandante en Jefe Fidel Casro Ruz disertando sobre "¿Revolución Es...?

Letra y analisis de La Canción del Elegido

Siempre que se hace una historia se habla de un viejo,
de un niño o de sí,
pero mi historia es difícil:
no voy a hablarles de un hombre común.
Haré la historia de un ser de otro mundo,
de un animal de galaxia.
Es una historia que tiene que ver con el curso de la Vía Láctea,
Es una historia enterrada
Es sobre un ser de la nada.

Silvio no quiere hablar de un ser, un hombre excepcional. Tan extraño es este hombre que parece salido de otro planeta, de otra galaxia. Yo creo que Silvio juega con 2 identidades: La del hombre excepcional (p ej el Che Guevara y tambien Abel Santamaria) y la de la revolucion socialista, mejor dicho la de la Utopia Socialista. Si tomamos estas dos identidades, estos "entes" lograremos descifrar la cancion.

Nació de una tormenta
en el sol de una noche,
el penúltimo mes.

La Utopia socialista cubana, el parto de la revolucion comienza con el viaje del Granma. Y la germinación de la Revolucion con el Asalto al Cuartel Moncada, mas de 5 años antes.

Fue de planeta en planeta
buscando agua potable,
quizás buscando la vida
o buscando la muerte eso nunca se sabe.
El agua es basica para la vida,
para la creacion.

Nuestro ente entiende esto, puesto que para sembrar utopias socialistas necesitas seres humanos.
Así como el agua es materia esencial para la vida y los seres humanos son escenciales para la transformacion de la sociedad. Entonces nuestro ente al buscar agua potable (limpia), busca hombres y mujeres limpios de corazon (ningun canalla), una sociedad madura para una transformacion de progreso. Y si se fracasa en el intento, solo queda la muerte: Patria o Muerte! la consigna máxima de la revolucion cubana.

Quizás buscando siluetas
o algo semejante que fuera adorable,
o por lo menos querible,
besable, amable.

Se completa la idea de la busqueda de algo querible, es decir, de seres con capacidad de sentir, de transformar. El descubrió que las minas del rey Salomón se hallaban en el cielo y no en el África ardiente, como pensaba la gente.

Nuestro ser, entiende que la riqueza no está en lo material, sino en el poder en sí. Las minas del rey Salomon estaban en su poder religioso, Y Dios está en el cielo y de hecho en la mayoria de las religiones los dioses estan en el cielo. Pues asi es, en el cielo esta la fuente del poder de los dominantes y opresores, de los que utilizan los dioses y la religion como instrumento de dominacion.

Pero las piedras son frías
y le interesaban calor y alegrías
las joyas no tenían alma,
sólo eran espejos, colores brillantes
y al fin bajo hacia la guerra…
¡perdón! quise decir a la tierra.

A nuestro ente no le interesan las riquezas materiales, ni el oro, ni el dinero, ni la joyas.
La verdadera riqueza de un autentico revolucionario está en la felicidad de su pueblo, en su calor y poder constructor.

Supo la historia de un golpe,
sintió en su cabeza cristales molidos
y comprendió
que la guerra era la paz del futuro.

Nuestro Elegido rapidamente analiza que para realizar estos cambios es inevitable la Guerra. Y me remito a las teorias del Che Guevara sobre la Guerra de Guerrillas. Tambien comprende que es una triste conlusion, un callejon sin salida, pero -ni modo- es la unica forma de realizar estos cambios revolucionarios en la sociedad (recordemos que se trata de un heroe de la Revolucion Cubana) Lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida.

Muchos dieron su vida en esta Revolucion y en muchas otras revoluciones. Y cuando llega la muerte, es terrible y se aprende -se vive, se conoce- al instante puesto que significa tu fin como ser humano. Pero para muchos revolucionarios es una forma de sacrificio por una sociedad mejor.

La última vez lo vi irse entre humo y metralla,
contento y desnudo,
iba matando canallas con su cañón de futuro.

Obviamente nuestro heroe tambien da su vida a cambio de una sociedad nueva. Iba matando canallas: torturadores, dictadores, esbirros, y todos esos negros personajes que encadenan a la humanidad.
Con su cañon de futuro. Y -ojo- no los mata solo con un arma , un fusil, sino con un "cañon de futuro", es decir un arma mucho mas poderosa: Los valores de una sociedad justa, un mundo mejor.

Che Guevara estaba siendo redescubierto como pensador por los medios de información e intelectuales del mundo, cuando el presidente John F. Kennedy convocó a la Conferencia del CIES (Consejo Interamericano Económico y Social), para agosto de 1961 en Punta del Este, Uruguay, cuatro meses después de la invasión de Playa Girón.

Hasta enero de 1959 el heroico médico comandante del Ejército Rebelde era solo conocido como jefe guerrillero. Desde entonces se multiplicó a sí mismo: político, economista, escritor, matemático, innovador y emblemático emisario de la Revolución.

Después del fracaso de Bahía de Cochinos, el presidente Kennedy, preocupado con la 

Revolución cubana, anunció la Alianza para el Progreso y la Conferencia de los países del CIES. Designó a Douglas Dillon, secretario del Tesoro, para dirigirla y destinó mil millones de dólares a financiarla, como 'ayuda económica', a semejanza del Plan Marshall para Europa tras la II Guerra Mundial.

Cuba fue bautizada como 'la Gallina de los Huevos de Oro'.

Fidel designó a Che para presidir la delegación cubana al CIES, cuyo recibimiento en el aeropuerto de Montevideo fue una impresionante demostración: 'Llegó Che Guevara a romper la mascarada,' le cantaban y entonaban la Marcha del 26 de Julio.

Poco antes, a Dillon la multitud le dio ostensiblemente la espalda.

Al iniciarse la reunión, los periodistas de Estados Unidos anotaron: 'el jefe de la delegación cubana combina la ironía con la dialéctica socialista y une la calma con un sentido del humor que desarma...Si Guevara es eficaz en la sala de conferencias, lo es más fuera de ella. Invariablemente es seguido por un ejército de fotógrafos. En la calle siempre tiene una palabra ingeniosa o una sonrisa para todos los que se le ponen por delante.' 

'El comportamiento del Che es muy moderado y sobrio durante las sesiones, -apuntó Dillon-. Dice todo cuanto tiene que decir, y luego calla. Realmente si quisiera prolongar la reunión, tendría mil formas eficaces de hacerlo. El otro día se puso incluso de mi parte en una discusión'.

Lo que ocurrió esa ocasión fue que ninguna delegación quiso presentar una propuesta de Dillon sobre integración económica. Ante el vacío, lo hizo sarcástico Che: 'si ningún país apoya a Estados Unidos lo haremos nosotros.' 

Pero Guevara no se llamaba a engaño: 'Estados Unidos, si no podía destruirnos de inmediato, tenía que tratar de aislarnos primero para destruirnos después. La reunión del CIES en Punta del Este era la preparación de este aislamiento'. (1) 

El presidente de la terna que cada año se turnaba en el Gobierno, José Víctor Haedo, brindó un almuerzo a Guevara. Otro consejero, César Batlle Pacheco, criticó a Haedo por recibirlo en su residencia.

Ya en la conferencia, Che en su turno hizo un discurso definidor: 'Esta conferencia, así como el trato especial que reciben las delegaciones y los créditos que se aprueban, tienen todos el nombre de Cuba, les guste o no a los beneficiarios, porque ha habido un cambio cualitativo en América cuando un pueblo se alzó en armas, destruyó un ejército opresor, implantó un nuevo ejército popular, se plantó frente al monstruo invencible, esperó su ataque y lo derrotó. Y esto es algo nuevo en América, señores...'.

Con voz clara y pausada Che dio detalles sobre los preparativos de un atentado contra Raúl Castro, desde la Base de Guantánamo.

La reunión se prolongó del 5 al 16 de agosto. La representación cubana no firmó el documento final, entre otras razones, porque 'no atacaba la raíz fundamental de nuestros males'. Pero el puntillazo se lo dio el propio Congreso de Estados Unidos que no aprobó los créditos necesarios para financiar los planes. A la larga hubo solo algunos créditos más corruptores que reformadores. Washington logró cinco meses después de la reunión, en el mismo balneario, celebrar la Octava Reunión de Consulta de la OEA (Organización de Estados Americanos), el 22 de enero de 1962. La separación de Cuba fue su fruto, pues los países más importantes: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador y Uruguay acordaron en el primer momento abstenerse. Pero el uruguayo Carlos Cliulow vendió su voto a Estados Unidos que alcanzó así el anhelado 14. Haedo lo denunció, pero fue inútil. Washington logró separar a Cuba de la OEA.

Esa separación de Cuba en 1962 fue una intolerable ofensa al país víctima de la invasión de Bahía de Cochinos, organizada por la CIA en 1961. Cuba declaró que no volvería a la OEA mientras continuase siendo un instrumento de la hegemonía de Estados Unidos. Y no lo hizo, aunque la organización votó hace algún tiempo a favor del regreso de Cuba.

El uruguayo Luis Almagro, actual secretario general, cabildea contra Venezuela y demuestra que Cuba tiene razón en negarse a regresar. Almagro fue canciller del gobierno de Uruguay durante el gobierno del presidente José Mujica, quien ha reconocido que tener a ese personaje como ministro fue un error. Un descomunal error.

(*) Fundador de Prensa Latina 

(1) Che en la Revolución Cubana. Compilador Orlando Borrego. P,67.

 FUENTES DE  PRENSA  LATINA 



Atilio Borón: “El periodismo dejó de cumplir su función primordial” Venezuela en la hora de los hornos




El sociólogo argentino participó en la conferencia “Geopolítica de la batalla de las ideas”, organizada por el Sindicato de Prensa Rosario; allí analizó las características actuales del poder mediático y sus entramados con el poder político, económico y financiero.

Brasil planificó la invasión a Uruguay en 1971 a pedido del presidente Jorge Pacheco Areco

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EL GENERAL RETIRADO RUY DE PAULA COUTO HABLO  DE LA "OPERACIÓN 30 HORAS" EN LA TV BRASILEÑA

Por: ROGER RODRIGUEZ - rogerrodriguez@adinet.com.uy


El propio presidente Jorge Pacheco Areco pidió ayuda militar a Brasil, dándole la posibilidad de invadir el territorio uruguayo si el Frente Amplio llegaba a ganar las elecciones de 1971, según afirmó anoche en un programa de televisión en Porto Alegre el general retirado del Ejército brasileño Ruy de Paula Couto.

Ruy de Paula Couto fue agregado militar en la Embajada de Brasil en Montevideo (1967-1969) e íntimo amigo del ex inspector general del Ejército y ex ministro de Defensa uruguayo, general César Ramón Borba Tadeo (contraparte de la invasión), quien había sido su alumno en la Escuela Superior de Guerra de Río de Janeiro.

El militar brasileño afirmó que el gobierno del Partido Colorado estaba entonces al tanto de la denunciada “Operación 30 Horas”, como se denominó el operativo en el que el Ejército de Brasil invadiría el territorio uruguayo, sin resistencia de las Fuerzas Armadas uruguayas, para apoyar un golpe de Estado que mantendría en el poder a Pacheco Areco.

Las declaraciones de Ruy de Paula Couto fueron realizadas anoche en el programa “Historias” que conduce el periodista José Mitchell en el Canal 36 de la emisora TV Com perteneciente al Grupo RBS, del que también son parte el diario Zero Hora y varias radioemisoras gaúchas.

La afirmación de Ruy de Paula Couto coincide con documentos secretos de Itamaraty, proporcionados a LA REPUBLICA por el Movimiento Justicia y Derechos Humanos de Porto Alegre, donde la correspondencia del entonces embajador brasileño en Uruguay, Luiz Bastián Pinto, evidencia la injerencia brasileña.

También una serie de documentos secretos norteamericanos, recientemente desclasificados por el Departamento de Estado, confirman la denuncia del militar brasileño y exponen la intervención que Estados Unidos, Brasil y Argentina realizaron en Uruguay durante los comicios de 1971.



Confesiones del general

Ruy de Paula Couto es hoy un escritor especializado en los temas de la Amazonia. Además de su agregaduría diplomática en Montevideo, el general fue director de Enseñanza Preparatoria y Asistencia, comandante de la 5ª División de Ejército y del 5º Regimiento Militar y ministro del Tribunal Militar.

Su relación con el ex inspector general del Ejército y ex ministro de Defensa, general César Borba, se fortaleció durante los años en que Couto estuvo en Montevideo y cuando el militar uruguayo participó de la 8ª Conferencia de Ejércitos Americanos desarrollada en Río de Janeiro en 1968.

Según se afirma en Brasil, el mismo Ruy de Paula Couto se encontraba en la embajada brasileña en Montevideo durante las negociaciones para la liberación del cónsul Aloysio Dias Gomide, secuestrado por los tupamaros el 31 de junio de 1970 y liberado el 21 de febrero de 1971.

El general Ruy de Paul Couto llegó a ascender a la jefatura del Estado Mayor del poderoso III Ejército, hoy denominado “Comando Militar del Sur”, que abarca los Estados de Rio Grande, Santa Catarina y Paraná (fronteras con Argentina, Paraguay y Uruguay) y tiene dos tercios de los efectivos de ese país.

En la entrevista con el periodista Mitchell el militar brasileño dijo anoche que ante la situación política en Uruguay, Pacheco le pidió apoyo militar a la dictadura brasileña y ayuda en la reforma de los servicios de Inteligencia, por lo que el propio presidente Garrastazú Médici envió a Ruy de Paula Couto a Montevideo para arreglar la situación con su amigo el general uruguayo César Borba.

El acuerdo implicaba que el Ejército uruguayo comenzaría a enviar oficiales para ser capacitados en Porto Alegre y tomar contacto con la oficialidad brasileña perteneciente al poderoso III Ejército, encargado de la invasión. “No nos íbamos a pelear con el Ejército uruguayo sino que habría un entendimiento entre ambos que operarían en una acción conjunta”, dijo el militar.

Repreguntado por el periodista Mitchell sobre si todo el Ejército brasileño intervendría en la “Operación 30 Horas”, Ruy de Paula Couto explicó que para invadir Uruguay alcanzaba con sólo el III Ejército brasileño.



Contexto de los setenta

Cuando se convocó a votar en las elecciones nacionales de 1971, Uruguay vivía un momento clave de su historia: el país estaba en crisis social, política y económica. La oligarquía criolla llegaba a ocupar cargos de gobierno en sustitución de políticos que no coincidían con medidas del gobierno que había congelado precios y salarios y limitado los derechos individuales. Existía una fuerte movilización sindical y estudiantil, el guerrillero Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros estaba en ofensiva, y habían surgido grupos parapoliciales de extrema derecha.

El presidente Jorge Pacheco Areco del Partido Colorado procuraba una reforma constitucional para su reelección, el Partido Nacional estaba liderado por un popular Wilson Ferreira Aldunate quien podía ganar la votación, y había sido creado el Frente Amplio como alternativa de los partidos históricos de la izquierda y grupos e individuos progresistas, a semejante crisis.

Pacheco Areco, quien asumió la presidencia ante la muerte del general Oscar Gestido el 6 de diciembre de 1967, había marcado un endurecimiento de la represión del Estado con sucesivas aplicaciones de medidas prontas de seguridad que implicaron la detención de cientos de civiles.

En mayo de 1969, al volver de un viaje, precisamente a Brasil, y en el marco de un intento de censura al ministro Juan Peirano Facio, Pacheco llegó a amenazar con disolver las cámaras como había ocurrido en diciembre en el país vecino, donde el régimen militar había clausurado el Congreso.

Meses después, en octubre, la dictadura brasileña al tener que nombrar un sucesor del presidente Artur da Costa e Silva (segundo mandatario del régimen, que había sufrido una trombosis), se negaría a reconocer al vicemandatario Aleixo y designaría al general Ernesto Garrastazú Médici.

Garrastazú Médici conocía bien el Uruguay. Su madre había nacido en Paysandú y su abuelo fue un combatiente maragato. Antes de acceder a la presidencia de Brasil había sido el jefe del terrorífico Servicio Nacional de Información (SNI) a través del cual fortaleció sus contactos con Estados Unidos.

El general Garrastazú no sólo ejercería el poder en Brasil, sino que también se alinearía a la “Doctrina Nixon” que en Latinoamérica había sido elaborada por Nelson Rockefeller luego de una extensa gira por veinte países de la región en los que la visita del norteamericano propició protestas e incidentes.



Injerencias de embajador

La injerencia de Brasil en Uruguay y en particular a través de su embajada en Montevideo, se hace visible en una serie de documentos desclasificados en Itamaraty por el Movimiento Justicia y Derechos Humanos que en Porto Alegre preside Jair Krischke, a los que tuvo acceso LA REPUBLICA.

El 8 de abril de 1970 el embajador brasileño Luiz Bastián Pinto informa bajo absoluta reserva al canciller brasileño Mario Gibson Barbosa: “Este goberno (el uruguayo) desejaría aproveitar o encontro dos presidentes (Pacheco y Garrastazú se encontrarían en el Chuy el 11 de mayo) para que houvesse un contato pessoal, de alto nível, entre os dirigentes dos serviços de segurança dos dois países”.

El contacto uruguayo sería el jefe de la Casa Militar, general Hugo Chiappe Pose (quien tres años más tarde sería uno de los cabecillas del golpe de Estado en Uruguay), quien reclamaba que en el marco de aquel encuentro asistiera por la seguridad de Brasil un oficial con rango de general.

Días más tarde, el propio Bastián Pinto envía otro informe fechado el 17 de abril, donde ­con severas críticas al Partido Nacional­ cuenta el incidente de censura al ministro del Interior, Pedro Cersósimo, y adelanta que el general César Borba sería designado ministro de Defensa.

Bastián Pinto es el autor de otro informe, “Secreto Urgentísimo”, relativo al
secuestro del cónsul brasileño Días Gomide (raptado en forma simultánea con el agente norteamericano Dan Mitrione) en el que señala la decisión del gobierno de Pacheco Areco de no negociar con los tupamaros.

“Nao sei o que poderá acontecer nas próximas horas: muito se fala num golpe de estado, para o qual varias correntes vem pressionado o Presidente; eu mesmo, no entanto, receio que este nao conte com força para isso e que, se a isso chegar, nao disponha de poder suficiente para manter o país em ordem”, escribía el embajador brasileño

Bastián Pinto no era cualquier diplomático brasileño: había sido director político de la Cancillería cuando ocurrió un grave incidente fronterizo con Boliva en 1958, fue embajador en Cuba cuando la crisis de los misiles de 1962 y, luego de Uruguay, iría a la misión en El Cairo, cuando Angola se independizaba.



Conexión norteamericana

También en una serie de documentos desclasificados por el Departamento de Estado se manifiesta la preocupación que las elecciones de 1971 en Uruguay provocaban en el gobierno del presidente Richard Nixon, quien temía que se repitiera un triunfo de la izquierda como el de Salvador Allende en Chile.

El material desclasificado ­divulgado oportunamente en Uruguay por La Onda digital y LA REPUBLICA­ consta de 15 documentos en los que se llega a confesar que en caso de un triunfo del Frente Amplio en las elecciones habría una intervención directa de Estados Unidos, Brasil y Argentina.

Entre los documentos se incluyen informes sobre la visita que el presidente de Brasil Ernesto Garrastazú Médici realizó a Washington en diciembre de 1971 cuando ya se habían realizado las elecciones en Uruguay pero todavía no se había proclamado un ganador.

Garrastazú se entrevistó entre el 7 y el 9 de diciembre con el presidente Nixon, con su asesor en seguridad Henry Kissinger, con el secretario de Estado, William Rogers, y con el asesor Vernon Walters, quien pocos meses después sería designado subjefe de la CIA. El tema uruguayo fue parte de la agenda.

Walters y Garrastazú se conocían desde tiempo atrás. Garrastazú encabezaba la Escuela Militar de las “Agujas Negras” durante el golpe de Estado que depuso a João Goulart en 1964 y luego fue agregado militar en Washington. Walters había sido agregado militar de Estados Unidos en Brasil entre 1962 y 1967.

Un documento de la misión norteamericana en Buenos Aires, firmado por el embajador John David Lodge, es explícito en cuanto a la intervención y sostiene que, aunque Argentina no planea actuar, el gobierno militar estaría dispuesto a apoyar un golpe de Estado para reinstalar a Pacheco Areco. *

Por: ROGER RODRIGUEZ - rogerrodriguez@adinet.com.uy

FUENTES DE LA RED 21