Apoyó el Golpe la Asoc Rural, la de Bancos, parte no menor de Asoc Empresariales, Emb de EEUU y sectores conservadores de P Colorado y P Nacional.

Los civiles de la dictadura
Es un error común calificar al golpe de Estado y a la dictadura como militares. A la cuestión obvia de que el golpe lo dio, un civil, electo además por el Partido Colorado, Juan María Bordaberry, se suma que hubo cientos de civiles que apoyaron la dictadura, fueron su sustento técnico e ideológico y permitieron que el Estado fascista funcionara.
Cuando se habla de dictadura fascista, se hace justamente para categorizar con justeza lo que ocurrió en este país. Fue un golpe y un régimen sustentado por la oligarquía nacional, en especial por los representantes del capital financiero, el latifundio, los grandes capitales trasnacionales y los más retrógrados de los profesionales e intelectuales.
Eso se expresó en el apoyo al golpe de la Asociación Rural, la Asociación de Bancos, una parte no menor de las gremiales empresariales, por supuesto que la embajada de EEUU y los sectores más conservadores del Partido Colorado y el Partido Nacional.
EL POPULAR publica (1) un listado, incompleto por cierto, de 421 civiles que ocuparon cargos de confianza durante la dictadura: 74 en el Poder Ejecutivo, 113 del Consejo de Estado, 24 en el Poder Judicial, 16 en las Intendencias, 6 en la Corte Electoral, 35 en los Entes y los Servicios,  16 en los Bancos Estatales, 13 en la Enseñanza, 49 en la Universidad, 28 en el Cuerpo Diplomático y 47 en otras áreas del Estado.
Se reproduce casi textualmente un informe publicado en LA REPUBLICA el 28 de junio de 2000, que recogía a su vez, datos de investigaciones de Brecha, Zeta y Jaque.
Cabe señalar que, mediante la lucha de nuestro pueblo, la acción de la Justicia y la política desplegada por los dos gobiernos del Frente Amplio, hoy hay presos varios militares acusados de violaciones a los DDHH. Sin embargo, solo dos civiles fueron presos, por su participación en la dictadura: Juan María Bordaberry y Juan Carlos Blanco. Solamente el Sindicato Médico del Uruguay y la Udelar, realizaron cuestionamientos éticos y una depura-ción interna de los cuadros de la dictadura.
La mayoría de los civiles que se citan a continuación pertenecían o al Partido Colorado o al Partido Nacional, en ningún caso fueron expulsados de estas colectividades.
Son sintomáticos los casos de Etchegoyen, miembro del Directorio del Partido Nacional que pasó a presidir el primer Consejo de Estado de la Dictadura. O de Narancio, referente del diario El País, que pasó a ser el interventor de la Universidad. O de Danilo Arbilla, ex director de Búsqueda y hoy paladín de la libertad de prensa en nombre de las patronales de medios y de la SIP que fue director de información de la dictadura.
Nos pareció trascendente recordar o dar a conocer, para muchas uruguayos y uruguayos, estamos seguros que así será, la cara civil de la dictadura. De los que actuaron por convicción ideológica golpista y antidemocrática y de los oportunistas y arribistas, que nunca hubieran llegado por concurso a los cargos que detentaron, por el único mérito de ser serviles a una dictadura.
El Poder Ejecutivo
 La dictadura tuvo cuatro presidentes: Juan María Bordaberry entre el 27 de junio de 1973 y el 12 de junio de 1976; Alberto Demicheli, entre el 12 de junio de 1976 y el 10 de setiembre de 1976; Aparicio Méndez, entre el 1 de octubre de 1976 y el 1 de setiembre de 1981 y Gregorio Alvarez entre el 1 de setiembre de 1981 y el 15 de febrero de 1985.
También hubo un presidente de transición, Rafael Adiego Bruno, que ocupó la primera magistratura durante los últimos 15 días de la dictadura.
Ocuparon la Secretaria de la Presidencia: Alvaro Pacheco Seré, Luis Vargas Garmendia y Angel María Scelza.
Un primer escalón de colaboradores civiles con la dictadura fueron los ministros. Aquí va una lista secretaria de Estado por secretaria de Estado.
El Ministerio del Interior, tuvo a su frente militares durante los 11 años y medio de dictadura, la militarización de la Policía, su integración a las Fuerzas Conjuntas y la utilización de esta como una fuerza de represión contra su propio pueblo, era un postulado central de la Doctrina de Seguridad Nacional y así se actuó. Los militares que ocuparon el cargo de Ministro del Interior fueron: Néstor Bolentini, Hugo Linares Brum, Manuel Núñez y Yamandú Trinidad.
Los titulares de Defensa Nacional fueron: Walter Ravenna y Justo M. Alonso. Los de Relaciones Exteriores: Juan Carlos Blanco, Alejandro Rovira, Adolfo Folle Martínez, Estanislao Valdés Otero y Carlos Maeso.
En Economía y Finanzas estuvieron: Moisés Cohen, Raúl Pazos, Alejandro Vegh Villegas, Valentín Arismendi, Walter Lusiardo, y nuevamente, Alejandro Vegh Villegas.
Los ministros de Ganadería y Agricultura fueron: Benito Medero, Héctor Albuquerque, Julio Aznárez, Estanislao Valdés Otero, Juan Carlos Cassou, Félix Zubillaga y Carlos Mattos Moglia.
En Trabajo y Seguridad Social estuvieron: José Enrique Etcheverry Stirling, Marcial Bugallo, Carlos Maeso y Luis Alberto Crisci (además del coronel Néstor Bolentini).
En Educación y Cultura: Edmundo Narancio, Daniel Darracq, Raquel Lombardo de Debetolazza, Juan Bautista Schroeder y Armando López Scavino.
En Industria y Energía: Luis Meyer, Adolfo Cardozo Guani, Francisco Tourreilles, Juan Chiarino Rossi y Felisberto Ginzo Gil.
En Salud Pública: Juan Bruno Iruleguy, Justo M. Alonso, Antonio Cañellas y Luis Givogre.
En Transporte y Comunicaciones y Turismo: Francisco Mario Ubillos (este ministerio se suprimió).
En Transporte y Obras Públicas: Eduardo Crispo Ayala y Eduardo Sampson.
En el Ministerio de Justicia, creado por la dictadura, estuvo como ministro inaugural Fernando Bayardo Bengoa y lo siguieron Julio César Espínola y César Frigerio.
Un segundo nivel de importancia de los cuadros civiles de la dictadura en el Poder Ejecutivo fueron las subsecretarias es decir los números dos políticos de cada ministerio. Esta lista, vale reiterarlo, no es completa, es la que se pudo rescatar y habrá que seguirla completando.
En el Ministerio del Interior: Roberto Augusto Neri, Luis Vargas Garmendia, y Jorge Amondarain Mendoza. En Defensa Nacional: Armando Chiarino Agurrire. En Relaciones Exteriores: Guido Michelin Salomón, Enrique Delfante, Julio César Lupinacci, Felisberto Ginzo Gil y Heber Arbouet. En Economía y Finanzas: Ernesto Rosso y Valentín Arismendi. En Ganadería y Agricultura: Lázar Gurevich, Juan Carlos Cassou y Tydeo Larre Borges. En Trabajo y Seguridad Social: Alfredo Baeza y Ramón Malvasio. En Educación y Cultura: Carlos Alberto Roca, Héctor Mario Artucio, Luis Antonio Menafra y Martín C. Martínez. En Industria y Energía: Elías Pérez. En Salud Pública: Mario Arcos Pérez, Jogen Nin Vivó y Luis Nicoletti Torchelo. En Justicia: José Calatayud Bosch, Heber Arbouet, Juan Pablo Shcroeder y Dante Barrios.
El Parlamento decorativo
En sustitución del Parlamento la dictadura nombró, como supuesto órgano legislativo, al Consejo de Estado. El primer Consejo de Estado fue designado por el dictador Juan María Bordaberry y entró en funciones el 19 de noviembre de 1973.
Luego y mediante un acta institucional, se creó el Consejo de la Nación, que integraban los 25 Consejeros de Estado y los 21 oficiales generales de las tres ramas de las Fuerzas Armadas. Este órgano, emblemático de la nueva institucionalidad creada por la dictadura por su integración de civiles y militares, tenía entre sus cometidos designar a los Consejeros de Estado y ocupar las vacantes que se fueran produciendo.
El primer Consejo de Estado, el designado por el dictador Bordaberry, tuvo la siguiente integración: doctor Martín Recaredo Etchegoyen (presidente), doctora Aurora Alvarez de Silva Ledesma, Gladys Freire de Addiego, María Luisa Coolighan Sanguinetti, doctor Alberto Demichelli, doctor Aparicio Méndez, doctor Hamlet Reyes, doctor Emilio Siemens Amaro, doctor Julio César Espínola, José Antonio Varela, Jesús Rubio, doctor Daniel Rodríguez Larreta, Juan Rodríguez López, doctor Mario Arcos Pérez, Rodolfo Saccone, doctor Alfredo Lamaison, doctor Mario Gaggero, arquitecto Raúl Clerc, doctor José Francisco Franca, doctor Osvaldo Soriano, doctor Enrique Viana Reyes, Alfredo Cardoso Arrarte, ingeniero Eduardo Praderi, ingeniero Mario Jorge Coppetti y Jorge Spangenberg.
El 1º de setiembre de 1976 se procesó la primera renovación importante del Consejo de Estado y quedó así: doctor Hamlet Reyes (presidente), doctora Aurora Alvarez de Silva Ledesma, doctor Mario Arcos Pérez, ingeniero Mario Jorge Coppetti, doctor Julio César Espínola, doctor José Francisco Franca, doctor Mario Gaggero, ingeniero Eduardo Praderi, doctor Daniel Rodríguez Larreta, doctor Osvaldo Soriano, doctor Enrique Viana Reyes, doctro Jorge Laborde Bercianos, doctor Martín C. Martínez, doctor Willy Patocchi, profesora Blanca Amorós De León de Dutra, profesor José Carlos Brun Cardoso, doctor Marcial Bugallo, ingeniero Eduardo Crispo Ayala, doctor José Enrique Etcheverry Stirling, ingeniero químico Bertrand Gruss, doctor Rafael Ravera Giuria, contador Pedro P. Rivero, contador Alberto Rodríguez Marghieri, ingeniero agrónomo Jorge Seré del Campo e ingeniero Alejandro Vegh Villegas.
Quienes figuran en los primeros 11 lugares de la lista integraban el Consejo de Estado desde su creación y permanecieron en esta segunda versión; los 3 siguientes se habían incorporado antes de noviembre de 1976 y fueron avalados, los 11 restantes fueron designados en esa fecha. El Consejo de la Nación debía designar 5 suplentes, pero sólo logro acuerdo para designar a 3, que fueron: el profesor José Luis Vadora Rozier, Edgardo Héctor Abell y el doctor Buenaventura Caviglia Cámpora.
Un año después, en 1977, dejaron sus cargos Mario Gaggero, Blanca Amorós de León de Dutra, Osvaldo Soriano y José Etheverry Stirling. Ocuparon esas plazas: José Luis Vadora Rozier, Buenaventura Caviglia Cámpora y el arquitecto Gustavo Nicolich.
El Consejo de la Nación designó 5 suplentes, esta vez se pusieron de acuerdo, y fueron distinguidos con el cargo: el profesor Batutista Etcheverry Baggio y los doctores Francisco Paternó, Carlos Maeso, Orlando Benia Comas y Raimundo Abella.
Cuando el teniente general Gregorio Alvarez asume como dictador se vuelve a renovar el Consejo de Estado. A través del acta institucional 11, del 28 de julio de 1981, se aumentó el número de 25 a 35. De la integración inicial de 8 años antes solo quedaron Hamlet Reyes y  Eduardo Praderi . Mantuvieron sus cargos en la institucionalidad fascista Marcial Bugallo y Federico García Capurro. Todos los demás, que acompañaron el ascenso al poder de Gregorio Alvarez, eran nuevos: la nueva camada de colaboracionistas de la represión y el terrorismo de Estado.
Entre los nuevos había intendentes de la dictadura, pertenecientes al Partido Colorado y el Partido Nacional, como Belvisi, Benachín, González y Gutiérrez; otros eran militares retirados, como Bolentini y Bendahan e incluso había algunos que habían sido parlamentarios antes del Golpe, como Craviotto y Cérsosimo, ambos del Partido Colorado.
La nómina completa del Consejo de Estado que acompañó a Gregorio Alvarez es la siguiente: Hamlet Reyes (presidente), doctor Marcial Bugallo, doctor Federico García Capurro, ingeniero Eduardo Praderi, arquitecto Walter Belvisi, Norberto Bernachín, Gervasio González, ingeniero agrónomo Adolfo Gutiérrez, coronel Néstor Bolentini, escribano Pedro W. Cersósimo, profesor Wilsno Craviotto, brigadier general Raúl Bendahan, Alberto Aguiar, Hugo Amondarain, Fernando Assucao, Bernardo Barrán, Daniel Barreiro, Domingo Burgueño Miguel, Juan J. Burgos, Eduardo Carrera Hughes, Rodolfo Ciganda, Luis A. Crisci, Waldemar Cuadri, Alfredo De Castro, Milton de los Santos, doctor Eduardo Esteva, doctor Juan Santana Etcheverrito, Antonio Gabito Barrios, escribano Manuel Gastelumendi, doctor Carlos A. Gelpi, Alfonso Greissing, Irma Lamana, profesor Ricardo Milessi, Genaro Perinetti García y Ruben Riani.
En total fueron Consejeros de Estado de la dictadura 113 hombres y mujeres. En la etapa final de la dictadura ingresaron al Consejo de Estado en diferentes momentos: el doctor Jorge Amondarain Mendoza, la doctora María Ruth Andrade de Ochoa, el doctor Enrique Arocena Olivera, el doctor Dardo Casas del Río, Alberto del Pino Borrallo, Luis O. Dini, Juan P. Ferreira, profesor Werther Martínez, doctor Miguel Pereira Serra, doctor Cesalino Silveira, Armando Barhaburu Bagalciague, Jorge Borlandelli, Gilver Cagnone, Francisco Cantou, Eduardo  Galagorri Bruche, contralmirante ® Víctor González Ibargoyen, Antonio Guerra, Hugo Manini Ríos, Julio César Michelli, Pablo Millor, Daniel Ordoñez, Víctor Otriz, Miguel Peirano, doctor Ricardo Reily Salaverry, Emilio Sader, Nelson Simonetti, Atanasildo Viera y Ariel Villar.
La Justicia secuestrada
Con el acta institucional Nº 8 se creó el Ministerio de Justicia y se suprimió, por completo, la independencia del Poder Judicial. Esta ya se había recortado y vulnerado al darle potestad a los Tribunales Militares para juzgar a civiles en el marco de la represión, durante los gobiernos de Partido Colorado, encabezados por Jorge Pacheco Areco y Juan María Bordaberry.
Para entender algunas cosas del presente y la importancia que le dio la dictadura a la penetración al sistema de Justicia baste recordar las declaraciones de quien fuera Ministro de Justicia de la dictadura, Rafael Adieggo Bruno, quién dijo luego de recuperada la democracia, que “de los 190 jueces, de paz, penales y de los tribunales de apelaciones, 180 fueron designados o ascendieron durante el régimen de facto” (Revista Jaque, 26 de junio de 1985).
Durante la dictadura los jueces, al asumir, debían jurar respeto a las Actas Institucionales y no sólo a la Constitución.
En una lista obligatoriamente parcial, que debe hacerse más exhaustiva, cabe recordar que de los actuales 5 miembros de la Suprema Corte de Justicia 4 ingresaron al Poder Judicial durante la dictadura, publicamos los nombres de la Corte de Justicia de la dictadura y del Tribunal de lo Contencioso Administrativo.
En la Corte de Justicia (la dictadura le sacó el nombre de Suprema) estuvieron en 1977: Francisco Jas Marcora, Rómulo Vago, Carlos H. Dubra, José Pedro Gatto de Souza y Sabino Dante Sabini. En 1984 sus integrantes eran: Rafael Addiego Bruno, José Pedro Gatto de Souza, Ramiro López Rivas Sara Fons de Genta y Juan José Silva Delgado. Integraron en otros momentos de la dictadura la Corte Suprema de Justicia: Eric Colombo y Enrique V. Frigerio.
En 1977 integraban el Tribunal de lo Contecioso Administrativo: Miguel Fernández Viqueira, César Canessa Etcheverry, Alberto Reyes Terra, Ramiro López Rivas y  Victor Maestro Toletti. En 1984 estaba compuesto por: Víctor Maestro Toletti, Orlando Olmedo, Francisco D´Angelo, Héctor Clavijo y José Julio Folle. También lo integró en otros momentos  Hilda Moltedo de Espíndola.
Los intendentes de la dictadura
La dictadura reservó para sus coroneles el preciado botín de las intendencias intervenidas. Pero los civiles colaboradores también obtuvieron participación y más de 15 fueron designados para este codiciado cargo, que permitía acceso a recursos y manejo de cuotas de poder.
Todos los civiles que se desempeñaron como intendentes de la dictadura fueron blancos y colorados. En Montevideo estuvieron los doctores Víctor Rachetti y Juan Carlos Paysée. En Artigas, Basilio Bargato; en Canelones, Gervasio González; en Cerro Largo, Juan José Burgos; en Flores, Pedro Ramos Mañé; en Lavalleja, Juan Salaberry Olascoaga y Oribe Pereyra Parada; en Paysandú, Walter Belvisi; en Rivera, Ariel Pereyra y Adolfo Gutiérrez; en Rocha, Milton de los Santos; en Salto, Néstor Minutti; en San José; Juan Chiruchi; en Tacuarembó, Norberto Bernachín y en Treinta y Tres, Ruben Silveira Zuolaga.
Corte Electoral, ¿para qué?
Una Corte Electoral en una dictadura no es un organismo con mucho uso, salvo para controlar y por supuesto, para beneficiarse de un cargo, un sueldo y las prebendas de ser funcionarios del régimen. En la Corte Electoral estuvieron: Nicolás Storace Arrosa (presidente interventor), Camilo Pereyra Urueña y Nelson Vicens Alegre
LOS CIVILES DE LA DICTADURA
(1) – Esta nota fue publicada en el Semanario El Popular N° 230.-
Compartimos con ustedes una entrevista que le realizara a Vladimir Turiansky en el año 2013, el semanario El Popular, con motivo de cumplirse los 40 años de la Huelga general. Hoy a 4 años, recordamos aquel momento y al compañero Vladimir, cuando se cumplen 44 años de la heroica Huelga del 73.

- Muchos dirigentes sindicales de la época de la Huelga General, entre ellos usted, afirman que la necesidad de responder con esa medida ante el golpe fue algo definido muy anteriormente a 1973, ¿cómo fuel el proceso de esa discusión en el movimiento obrero?

-  La decisión inicial de responder a un golpe de Estado con una huelga general y ocupación de los lugares de trabajo fue en el año 64.

En ese año la CNT estaba aún en etapa de coordinación, no se había constituido, eso pasó unos meses después. Sí existía la Central de Trabajadores del Uruguay, la CTU, que fue una suerte de paso inicial para la central única. La iniciativa surgió de ahí. Se tomó en el 64 porque fue el año del golpe militar en Brasil, que fue un golpe militar contra un gobierno elegido por normas democráticas y que tenía un contenido progresista y antiimperialista. El grupo militar que dio el golpe eran los sectores más reaccionaros del Ejército con el apoyo de Estados Unidos. Eso que pasaba en el gran vecino, tenía repercusiones en el Uruguay. En ese período, aquí existía lo que se llamaba “rumores de sables”, quiere decir que había movimientos militares que temían, dentro de los fenómenos continentales que se daban, el avance del comunismo en Latinoamérica. Eran los tiempos de la Guerra Fría.

De manera que el tema surgió luego del golpe en Brasil, pero que se analizaba en el contexto del surgimiento de dictaduras y gobiernos sumisos a la política hegemónica de los Estados Unidos, en América Latina. Estábamos viendo un proceso de fascistización de la región. Entonces, en el movimiento sindical uruguayo empezamos a discutir qué hacer nosotros, cómo responder, nos pareció que debíamos responder.

La resolución fue que las asambleas sindicales discutieran la propuesta, de modo que la definición no fuera de una cúpula sindical sino se discutiera en todos los lugares.

La CNT se constituye como central única en el 66, con su programa que era el del Congreso del Pueblo, y ese congreso de unificación sindical hace suya aquella resolución. O sea que desde los orígenes de la CNT la respuesta con huelga general al golpe de estado ya estaba planteada. Y se reiteró permanentemente, en el primer congreso del 69, en el segundo congreso del 71, pero no solamente ahí, esa reiteración implicó la discusión en los sindicatos, en las asambleas.

Ya en los años previos, comienza la organización práctica de la huelga. El tema del golpe de Estado estaba planteado en la realidad nacional. Comenzó por parte de la CNT, la parte de la organización concreta de eso. Así que no fue una simple resolución de una consigna, sino que fue un trabajo sistemático, una resolución ampliamente discutida, adoptada; hubo un consenso muy generalizado en cuanto a responder de esa manera.

Eso es lo único que puede explicar la inmediatez de la respuesta, no hay otra explicación posible, no hay manera de que espontáneamente en centenares de lugares dispersos por toda la ciudad y en muchos lugares del interior se produzca exactamente lo mismo. Porque, además, cómo circula la información, el que ocupaba una fábrica no tenía idea si la fábrica de la otra cuadra se estaba ocupando, cumplía con la obligación y ocupaba. En el interior, donde se pudo, se hizo igual. Suponer que una medida de tal amplitud, de tal grado de riesgo, en todo el país y simultáneamente, sin años de preparación, es una locura pensar que esto fue una obra del espontaneísmo,  solo alguien que no vivió ese proceso o que se lo imagina.

- ¿Cómo recuerda los días en que se avecina el Golpe de Estado y la implementación de la huelga?

- La proximidad del golpe estaba planteada hace varios días, el rumor corría en el Parlamento, en la prensa. Naturalmente, cada sindicato comenzó a tomar las medidas para poner en marcha lo que se había planificado previamente. Cada sindicato necesitaba tener materiales para llegar a los trabajadores con información, un lugar donde reunirse que no podía ser el local habitual. Para comunicarnos teníamos los teléfonos comunes y silvestres, contábamos con la impresión a través de los mimeógrafos, había que tener stock de papel, las matrices, las máquinas de escribir; todo eso para elaborar los boletines. También había que tener suplentes a las directivas, pero además había que asegurarle a los compañeros que pasaban a ocupar sus fábricas la alimentación, cosas que les permitieran sostenerse durante la ocupación con las ollas que se hacían en las fábricas.

Todo eso se estuvo elaborando en ese tiempo. Como dirección de la CNT, nos tocó realizar más o menos las mismas actividades. Nos empezamos a reunir en el local de la Federación del Vidrio, en La Teja; ahí elaboramos el texto de la declaración que salió apenas empezaron las marchas militares, comenzó a circular ese boletín informativo hacia los sindicatos para que se distribuyera en los lugares de trabajo.

- ¿Cuáles son los momentos que se destacan de esos 15 días del transcurso de la Huelga General?

-  Se me vienen a la mente tres episodios. Al segundo día de la huelga, la convocatoria de Bolentini para negociar una salida. Otra fue el 9 de julio, esa demostración enorme. Se puede mencionar también la llama de La Teja como elemento simbólico. Pero hubo muchos momentos, cada compañero con el cual hables te va a nombrar un hecho distinto.

Yo, como Secretario de Propaganda, tenía la preocupación fundamental de tener información y que llegara a la mayor cantidad posible de trabajadores. Contaba con un equipo de compañeros, que son los héroes de la jornada, que se encargaban de armar los paquetitos y llevarlos a cada lugar.

Me parece muy destacable el trabajo que hizo Aurelio González con su cámara fotográfica, porque no solamente iba a sacar fotos, de alguna manera, era el vínculo con el exterior, porque la gente dentro del lugar ocupado estaba ansiosa por información sobre qué estaba pasando alrededor.

Decir también que las Fuerzas Conjuntas, el dispositivo militar que se encargaba de desocupar la fábrica, estaban convencidos de que una vez que sacaban de la troya a la dirección subversiva que tenía la CNT, los trabajadores “adquirían su independencia” y eso se terminaba. Pero se iban y resulta que después se enteraban que la fábrica volvía a ser ocupada. No tenían noción del grado de democratización del movimiento sindical, pensaban que funcionaba como funcionan ellos, con una cúpula que ordena y manda.

El otro sacudón que tuvieron fue la entrevista con Bolentini. El gobierno pensó que ofreciendo un aumento salarial el tema se resolvía, entonces llamó a una delegación de la CNT para presentar un proyecto de aumento salarial –creo que era un 25%-. La  carta de respuesta de la CNT establecía cinco puntos para negociar, el principal de los cuales era el restablecimiento de las libertades sindicales, democráticas y políticas en el país y la normalización de la vida institucional. Como eso estuvo planteado como principio para cualquier inicio de negociación, ahí mismo se terminó la ilusión de que pudieran contar con alguna ruptura dentro de la estructura del movimiento sindical.

Además de esa reunión con Bolentini, ¿tuvieron alguna más con otros partidos políticos?

-Hubo una entrevista con los dirigentes del Frente Amplio, previa a la manifestación del 9 de julio; con el Partido Nacional, no que yo recuerde, pero puede haber habido.

Lo que a nosotros nos preocupó es que la Huelga General no tenía respuesta política. Por alguna razón, el sistema político no reaccionó al Golpe de estado con el grado de enfrentamiento que debía. Eso luego se tradujo en que los partidos políticos no tuvieran respuestas a la altura de la hora, exceptúo al FA por dos razones: primero, el Frente acababa de constituirse, recién inauguraba su primer período de vida parlamentaria y buena parte de su militancia estaba ya militando en la vida sindical, en la huelga.

De manera, que el Frente no tenía incidencia en el plano político, donde se pudieran tomar las decisiones, eso le correspondía al Partido Colorado y al Partido Nacional, y esos partidos se partieron, particularmente una parte del Partido Colorado fue cómplice de la dictadura, empezando por el gobierno, que era de ellos. Lo mismo la minoría del Partido Nacional que había ayudado a sostener el gobierno de Bordaberry hasta ese momento, lo que Wilson Ferreira Aldunate calificaba de “blancos baratos”, que era el grupo herrerista del Partido Nacional que permitía que Bordaberry tuviera una mayoría en el Parlamento. Pero Ferreira Aldunate tenía sus vacilaciones, porque él fue responsable de que el Parlamento tuviera mayoría para votar el estado de guerra interno primero, la suspensión de las garantías individuales y la ley de seguridad del Estado.

Entonces, no hubo de parte de los partidos tradicionales una respuesta, aunque la hubo después, pero el problema es que en el transcurso de la Huelga General nos encontramos bastante solos los trabajadores.

La movilización del 9 de julio ya agarró muy debilitada la huelga, estábamos viendo hasta que momento podíamos seguir sosteniendo una huelga de esas características. En algunos lugares con poca organización ya existía cierta vuelta al trabajo. Ahí comenzamos a discutir la eventualidad de tener que levantar la huelga, que tenía el sentido de resistir, de dar un primer impacto y crear condiciones para generar otro tipo de resistencia al golpe que abarcara otros sectores sociales y políticos, y eventualmente militares, que podían surgir. Desgraciadamente, quedó reducido al ámbito sindical.

- Para terminar, a 40 años de la Huelga General, ¿qué reflexión puede dejar aquella gesta para el presente del movimiento popular?

-Se me ocurren varias cosas. Lo primero es reafirmar algunos principios básicos del movimiento sindical uruguayo. Uno de ellos es la construcción de la unidad, una unidad sin distinciones, capaz de abarcar todos los modos de pensar que imperan en el movimiento sindical, todas las corrientes ideológicas y políticas que lo componen. Lo segundo, su carácter no corporativista, contra lo que se afirma muchas veces por parte de los medios. El movimiento sindical, a la vez que construyó la unidad, construyó también una visión de país, elaboró una alternativa que tuvo su expresión programática en el Congreso del Pueblo, que fue tomado como el programa de la CNT, de manera que no era solo el programa de los trabajadores, abarcaba los intereses del conjunto del pueblo uruguayo.

También la necesidad de tener una visión clara de los problemas políticos nacionales, no estuvo ausente el movimiento sindical de eso. Es más, a partir del pachecato, el país giró permanentemente en el enfrentamiento o en el apoyo a la postura, la visión que tenía el movimiento sindical.

La unidad, la visión de país, y un principio de alianza, que me parece que es lo que hoy corre riesgo, el riesgo más importante, si me preguntan. Porque esa especie de alianza que se fue construyendo en aquellos años, incluía en primer lugar a la Universidad y los estudiantes.

En el origen de todo este proceso están los estudiantes y está la Universidad. Si contamos el 58 como punto de partida, es el año de la ley orgánica de la Universidad, de las luchas estudiantiles, de la consigna “Obreros y estudiantes, unidos y adelante”; y el papel de la Universidad como forjadora de pensamiento de izquierda, avanzado.

También la fuerza política de izquierda en el Uruguay, que termina por consolidarse en lo que es el Frente Amplio.

Había una especie de núcleo duro del bloque social del cambio, cuyos integrantes eran el movimiento obrero, la Universidad, y la fuerza política. Preservar eso, consolidarlo, es fundamental si queremos avanzar, porque es en ese núcleo duro donde se va aglutinando el pueblo en caminos de solución, de profundización, de un programa de cambios.

En definitiva, el acceso del Frente Amplio al gobierno también es fruto de esa confluencia. Me da la impresión que la coyuntura de hoy pone en riesgo todo ese proceso, es como si abandonáramos el proceso de acumulación de fuerzas y empezáramos a desacumular. 

Entonces, me parece que es necesario pensar, sobre todo la fuerza política, porque el papel protagónico de ese proceso tiene que ser la fuerza política. En aquellos años fue el movimiento sindical, pero hoy le corresponde a la fuerza política que ya existe. 
Esta nota fue publicada en el Semanario El Popular N° 230.-

Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de Tortura Guianze señaló necesidad de actualizar la tipificación del delito de tortura

Mirtha Guianze

La integrante del consejo directivo de la Institución Nacional de Derechos Humanos (Inddhh) Mirtha Guianze recordó en De diez a doce que el organismo recomendó incorporar al ordenamiento jurídico uruguayo el delito de tortura definido en los términos de la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes de la ONU.
De esa manera no se dependería de interpretaciones de los jueces para definir como tortura situaciones como algunas que se detectan en establecimientos de reclusión, de iternación psiquiátrica o similares, apuntó.
 Mirtha Guianze recordó en De diez a doce que el organismo recomendó incorporar al ordenamiento jurídico uruguayo el delito de tortura definido en los términos de la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes de la ONU. Escuchar la entrada clik aca


26 de junio, Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura
Día Internacional, 26 de junio, Tortura, Naciones Unidas

Que es la tortura
Todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información, de castigarla por un acto que haya cometido, que se sospeche ha cometido, o de intimidar o coaccionar a personas, por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia.

Con la tortura se trata de destruir la personalidad de la víctima despreciando la dignidad intrínseca de todo ser humano. Las Naciones Unidas han condenado desde sus comienzos su práctica por ser uno de los actos más aborrecibles que los seres humanos cometen contra sus semejantes.

La tortura se considera un crimen. Está absolutamente prohibida en todos los instrumentos y no puede justificarse en ninguna circunstancia. Esta prohibición forma parte del derecho internacional consuetudinario, lo que significa que es vinculante para todos los miembros de la comunidad, aún si un Estado no ha ratificado los tratados en los que se prohíbe explícitamente. Su práctica sistemática y generalizada constituye un crimen contra la humanidad.

Para recuperarse de la tortura se requieren programas especializados de rápida actuación. El trabajo de los centros de rehabilitación y de las organizaciones especializadas de todo el mundo han demostrado que las víctimas pueden hacer la transición desde el horror a la curación.

El  independiente de hidalgo con mx

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El 12 de diciembre de 1997, la Asamblea, por recomendación del Consejo Económico y Social (decisión 1997/251), proclamó el 26 de junio Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura (resolución 52/149), con vistas a la erradicación total de la tortura y a la aplicación efectiva de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (resolución 39/46), que entró en vigor el 26 de junio de 1987.
Este año, 2016, también se cumple el 35 aniversario del Fondo Voluntario de la ONU Disponible en inglés para las Víctimas de la Tortura, administrado por la Oficina el Alto Comisionado de las Naciones Unidas de Derechos Humanos en Ginebra, un único mecanismo centrado en las víctimas que canalizan los fondos para la asistencia de las víctimas de la tortura y de sus familias.

La ONU reseña en su portal web que para recuperarse de la tortura se requieren programas especializados de rápida actuación. El trabajo de los centros de rehabilitación y de las organizaciones de todo el mundo han demostrado que las víctimas pueden hacer la transición desde el horror a la curación, señala.
Añade que con la tortura se trata de destruir la personalidad de la víctima despreciando la dignidad intrínseca de todo ser humano.
Asimismo, recuerda que la tortura se considera un crimen en el derecho internacional. “En todos los instrumentos internacionales la tortura está absolutamente prohibida y no puede justificarse en ninguna circunstancia. Esta prohibición forma parte del derecho internacional consuetudinario, lo que significa que es vinculante para todos los miembros de la comunidad internacional, aun si un Estado no ha ratificado los tratados internacionales en los que se prohíbe explícitamente la tortura. La práctica sistemática y generalizada de la tortura constituye un crimen contra la humanidad”, indica.
Noticia al Día/un.org

Toda la historia es una operación grosera que tiene cómplices que se dicen de izquierda. La mecánica de su elaboración es peligrosa. Y no es nueva. Comienza en libros o en investigaciones académicas y periodísticas con tufo a encargo. Sus autores se repiten: los periodistas, los académicos, los medios, las imprentas.


Mujica rememoró cuando concurría junto con Topolansky a la feria de Perú y Cuba en el Cerro "con un carrito que tiraba una moto". El senador recordó que "esa feria estaba muy cerca del Cementerio del Cerro y el día que vendimos más fue cuando murió Obdulio Varela".

El senador José Mujica reconoció este miércoles en el Senado que algunos ex militantes del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros podrían haber incurrido en actividades delictivas durante la democracia.
Mujica tomó la palabra durante el debate de este miércoles en el Senado en el que los legisladores discutieron si correspondía iniciar una investigación parlamentaria sobre posibles vínculos entre las "polibandas" y el MLN.
El ex presidente comenzó su alocución considerando que "cuando la Justicia está procediendo hay que callarse la boca, porque de lo contrario es una manera de presionar". También señaló que existen "técnicas largamente pergeniadas" para "horadar la confianza de los gobiernos de signos adversos" en América Latina.
Mujica recordó que antes de salir de la cárcel hubo una reunión entre los presos encabezada por Raúl Sendic. "Nos juramentamos militar en la legalidad y sin cartas en la manga porque sencillamente con un pueblo vacilante y dolorido que salía de la dictadura no podíamos servir de pretexto para el miedo y para que las vacilantes instituciones trastabillaran", contó.
El senador señaló que, sin embargo, al salir a la calle se encontraron con que una "democracia liberalmente balbuceante" en el que "el aparato represivo había quedado incólume y a la vista". Por ese motivo, sostuvo, muchos ex tupamaros mantenían "la desconfianza en el aparato golpista de la dictadura que estaba vivo".
Mujica explicó que en esa etapa "empezaron algunas deserciones: algunos ser refugiaron en la militancia social y otros abandonaron para siempre el compromiso militante".
El líder del MPP puntualizó que otros "se fueron al exterior y buscaron el amparo de organizaciones revolucionarios que estaban en lucha" y otros murieron. Enseguida, Mujica recordó que a partir de un episodio concreto la dirigencia del MLN comprendió "que había algo que pasaba" con "gente que estaba en otra cosa".
"Es muy probable que tres o cuatro militantes fuera de nuestra disciplina hubieran emprendido otro camino. No sabemos si por otro proyecto político o una desviación de carácter bandidista", sostuvo.
De todos modos, aclaró que en su momento "no tenía pruebas" de que esto sucedía. "Teníamos indicios de desconfianza pero nada más", complementó.
"Ahora apareció un libro que dice que pudimos haber recibido millones de dólares y otros preguntan cómo compraron la chacra, la radio y Mate Amargo", continuó.
El senador contó que compró la chacra en la que vive con Lucía Topolansky con una entrega de 9 mil dólares y "mil dólares cada tres meses hasta completar 15 mil". Mujica recordó que la operación se hizo "en un escritorio que todavía existe en Colón" y apuntó que el dinero de la entrega inicial le fue prestado por una ong dedicada a ayudar a la reinserción de los ex presos políticos.
Mujica rememoró cuando concurría junto con Topolansky a la feria de Perú y Cuba en el Cerro "con un carrito que tiraba una moto". El senador recordó que "esa feria estaba muy cerca del Cementerio del Cerro y el día que vendimos más fue cuando murió Obdulio Varela".
"Un año comiendo remolacha y huevo y 15 años yendo con una motito a una feria y nos vienen a decir que manejábamos millones de dólares", exclamó Mujica, que también dijo que tuvo "un nudo en el corazón" cuando tuvo que vender la radio 44.
"Y me vienen a decir que manejaba millones. Es por esto que dije qué lástima que no exista el duelo porque hay dolores que no se arreglan con palabras", complementó.
Montevideo Portal
Tupamaro, yo quise ser





Cuando la operación instalada por María Urruzola para vincular a los líderes históricos del  MLN con una serie de robos cinematográficos de los años 90 iba rumbo a la papelera de los infundios, el diario El País reactivó el caso con un reportaje sabatino a Eduardo Vica Font, exjefe del Departamento de Hurtos y Rapiñas de la época, responsable de los operativos que dieron captura a los integrantes de las famosas bandas. Vica Font reelabora la historia veinte años después para abonar la tesis de que los robos eran operaciones político criminales para financiar la estructura de los tupamaros y llega a afirmar que el dinero robado era entregado a Eleuterio Fernández Huidobro en un comité de la calle Ejido. El periodista no esconde su admiración por este Vica. Lo llama Don Vica (sic) y lo ensalza con recuerdos anónimos: “Un policía vivaracho, inteligente, de los que atan cabos, con muchos tiroteos arriba”. Vica responde al galanteo con declaraciones cada vez más altisonantes: llega a decir que José Mujica y Huidobro se juntaban en una cantina del Cerro a planificar atracos. Finalmente, luego de su florido relato, se victimiza y dice que una llamada telefónica de una autoridad importante del segundo gobierno de Julio María Sanguinetti le ordenó parar toda la investigación justo cuando él se proponía “conversar con los jueces para revisar las cuentas”. Este gravísimo delito del cual se autoincrimina Vica Font (porque en Uruguay es un delito detener una investigación por orden de una autoridad política sin siquiera dar aviso al juez) no le debe quitar el sueño al Cardenal porque es todo mentira. En todo caso sí el falso testimonio si se atreve a sostener en el juzgado lo que dice en la prensa. Por cierto, a esa autoridad supuesta se niega a ponerle nombre, como se los están exigiendo los exministros Guillermo Stirling y Luis Hierro López, porque dice que no tiene testigos para sostenerlo. El resto de las acusaciones las hace sin problema, con nombre y apellido, aunque nunca antes las haya hecho, no tenga ni testigos ni testimonios que figuren en expedientes y sin importarle que uno de los aludidos esté muerto y el otro es el primer senador del gobierno y hasta hace poco presidente de la República.

Hablemos un poco de Vica Font, Don Vica, como dice El País. Según cuentan las fuentes le decían El Cardenal actuó más de dos décadas en la Policía. Fue jefe de varias seccionales y capo del poderoso Departamento de Hurtos y Rapiñas. Fue policía durante la dictadura y prosperó en un sector atravesado por todo tipo de connivencias con el delito, como el contrabando, la protección de clínicas abortivas, el robo de automotores y hasta el tráfico de drogas. El Cardenal Vica, Don Vica, pertenecía a un lugar podrido en una época muy podrida. Y llegó a ser el jefe. Su segundo, el jefe de la Brigada de Asalto Enrique Mariño fue el primer procesado por torturas en democracia, justamente por torturar a los extupamaros capturados que habían participado en alguno de los asaltos. En ese momento, a las bandas no se las conocía como las “tupabandas”, como ahora la prensa y la oposición quieren instalar, sino como las “polibandas”, que eran varias y por las cuales fueron detenidas 18 personas y procesados los policías Ruben Godoy, Ruben Vidal, Walter Gardal, Leonardo Pereyra de Radio Patrulla y Washington de Brum, que era de tránsito. El hombre, que se dice “blanco como hueso de bagual”, es un disque herrerista (en su perfil de Facebook, además, se puede respirar su obsesión antitupamara), antifrenteamplista, anticomunista de todas las horas. En algunas publicaciones llama a la justicia por mano propia y al “linchamiento” de las personas que cometen delitos. En suma, el Cardenal Vica Font no es sólo un expolicía que recuerda un caso que en su momento no pudo resolverse y que, a la luz de nueva información, ata cabos. Es un opositor visceral del gobierno, vinculado con la dictadura de la que fue policía, empeñado en perjudicar a los tupamaros a como dé lugar. Nada de lo que dice tiene sustento. Ningún testimonio en el expediente lo respalda. Y, además, no se atreve a decir quién fue el jerarca colorado que, según sus dichos, le ordenó parar la investigación. Claramente no lo dice porque es mentira y ya veremos si se pronuncia en el juzgado. El problema es que para cuando esto se tramite en la Justicia y finalmente se archive por ser una especie falsa de toda falsedad, el daño mediático ya estará hecho, con la prensa insistiendo día a día en cargarle causas penales a Mujica, aunque no tengan nada, porque lo que está claro es que el objetivo, más que meterlo preso, es dañar la imagen 
del político más querido de Uruguay y, al día de hoy, uno de los políticos con mejor imagen en el mundo.

Toda la historia es una operación grosera que lamentablemente tiene cómplices que se dicen de izquierda. La mecánica de su elaboración es peligrosa. Y no es nueva. Comienza en libros o en investigaciones académicas y periodísticas con tufo a encargo. Sus autores se repiten: los periodistas, los académicos, los medios, las imprentas. El adversario a liquidar también: la cosa es con los tupamaros, muy especialmente con Mujica y Huidobro. Se podrá decir que eso garantiza lectores, pero no es lo único que está operando. La intención de dañar la imagen de José Mujica no viene de la Academia ni del periodismo, proviene de la política y no sólo de la local. Para eso hay plata. Y mucha. Porque acá nada es gratis.

La historia pretende golpear a los líderes tupamaros en donde radican sus virtudes más reconocidas. Y no en sus ideas o en sus defectos. Si los rehenes se comieron tantos años detenidos en condiciones infrahumanas, recorriendo aljibes y cuarteles, torturados, deshechos, sometidos a vejaciones inenarrables, entonces cualquier indigno sale a acusarlos de traidores, colaboradores y aliados de aquellos que los masacraron. Porque ese es el propósito de la operación: convencer a la gente de que Mujica o Huidobro, entre otros, no fueron víctimas de la mayor crueldad del terrorismo de Estado, sino cómodos inquilinos de celdas privilegiadas con acceso a condiciones de vida lujosas, merced de la entrega del resto de sus compañeros. Los quieren rebajar de hombres heroicos, militantes que se jugaron la vida y pagaron con una parte enorme de ella un altísimo precio por sus convicciones , a simples traidores y arrastrados que se acomodaron con los milicos para salvarse. Si Pepe y los tupamaros hicieron un culto de la simpleza y llevaron una vida de una austeridad bíblica, entonces hay que salir a mentir que se apropiaron de millones de 
dólares en delitos comunes para financiarse. Buscan horadar su ejemplo y su mística 


La educación pública uruguaya arrastra falencias presupuestales generadas en medio siglo de abandono.

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Presupuesto educativo: “Es la política, estúpido”

Como en una tragedia griega, todos vemos venir la catástrofe, pero nadie puede evitarla. Los tambores de la guerra se sienten cerca. Como en cada instancia de discusión presupuestal desde hace 12 años, el campo de batalla quedará inundado de cadáveres. Cadáveres de las esperanzas en el proyecto de cambios, de la unidad del movimiento popular, del apoyo a la educación pública de una parte cada vez mayor de la población, de la motivación de miles de estudiantes para los que un largo conflicto será suficiente para abandonar los estudios, de otros tantos que seguirán migrando al sector privado. Hasta el sentido común y la inocente verdad pagarán con su sangre.

¿Cómo hemos llegado a esto? Se trata de un llamativo caso en que un extraordinario éxito económico es opacado por una desastrosa derrota política; de ahí lo del título.

Lo económico

Vamos al principio. Los últimos 12 años han atestiguado una monumental transferencia de recursos hacia la educación; tan monumental que sólo es superada por las necesidades que arrastraba la educación pública desde hacía más de medio siglo. Tan monumental que en toda nuestra historia no se había presenciado jamás un incremento sostenido de recursos semejante. El gasto en educación en relación al PIB osciló entre 1% y 1,8% en la primera mitad del siglo XX. A partir de comienzos de los 60, y bajo la influencia de los trabajos de la CIDE (Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico), aumentó fuertemente, alcanzando niveles algo inferiores a 4% sobre 1967, para inmediatamente, pachecato de por medio, derrumbarse a lo largo de casi todo el período neoliberal, ubicándose por debajo del vergonzoso nivel de 2% al final del gobierno de Luis Alberto Lacalle. Recién en la segunda mitad de los 90 comenzó un breve repunte que lo llevó a niveles de 3%, que nuevamente se derrumbaron con el despuntar de la catástrofe de 2002. Ahí comienza el ciclo frenteamplista, en el que el gasto público en educación pasa de algo menos de 3% del Producto Interno Bruto (PIB) a algo más del 5% que alcanzará al final de este período de gobierno. Esto, además, en el marco de un PIB que casi se ha duplicado en este período. Es decir, una porción creciente, de un total también creciente, hace un volumen de recursos que crece de manera exponencial. El presupuesto sólo de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) pasó de 767 millones de dólares en 2004 a 1.820 millones de dólares en 2016. ¡Un incremento de más de 1.000 millones de dólares al año! Este es, sin dudas y por lejos, el presupuesto educativo más alto de toda la historia, mídaselo como se lo mida.

¿Parecen números fríos? Pongámosles calor. El salario de un docente grado 1 (o sea, al comenzar su carrera) por 20 horas semanales era, en 2005, de unos 6.000 pesos. Tomando en cuenta que los precios al consumo han subido, si lo expresamos a precios de hoy equivaldría a unos 15.000 pesos, casi el salario mínimo actual. El salario para el mismo docente titulado al inicio de su carrera y por las mismas 20 horas de clase (es decir, el piso de los salarios docentes) estará al final del período en algo más de 30.000 pesos. ¡El doble! ¿Se trata de un salario desmedido? Para nada. Es un salario que aún debe seguir creciendo. Pero duplicar el salario no es una mejora que pueda despreciarse. Además de aumentar el salario por docente, ha aumentado sustancialmente la cantidad de docentes. En 2004 había en inicial y primaria 18.800 docentes; en 2011, 21.500; en 2015, 22.723. La consecuencia de esto es que la cantidad de estudiantes por cada docente viene cayendo, lo que permite una mayor dedicación a cada estudiante y un menor desgaste de los docentes. Por ejemplo, en primaria en 2004 había 28 estudiantes por cada docente, y hoy son algo más de 23.

Estos datos marcan a las claras una realidad incuestionable. La educación pública uruguaya arrastra falencias presupuestales generadas en medio siglo de abandono. Pero en poco más de diez años se ha conseguido revertir buena parte de esos retrasos y, si bien todavía hay realidades que nos avergüenzan, lo cierto es que el impulso presupuestal desde que el Frente Amplio (FA) es gobierno señala un quiebre histórico de magnitud. Y esto debe entenderse en un contexto en el que muchas otras áreas importantes mostraban también enormes necesidades. Desde la salud hasta las pasividades; desde las políticas de transferencias a familias pobres con niños hasta la seguridad pública, la infraestructura o las políticas sociales en general. Sin embargo, la educación ha sido la prioridad absoluta en materia de gasto, llevándose uno de cada cuatro pesos de aumento que se han dado. No es posible afirmar que “se posterga” a la educación.

Lo político

Despejado lo económico, viene lo político. ¿Cómo es que esos incrementos presupuestales no se han constituido en los cimientos para una alianza política con la comunidad educativa que, mediante el fortalecimiento de la fuerza política en el gobierno, y convirtiéndose en su principal sustento político, asegurara primero y profundizara después los logros presupuestales? ¿Cómo se entiende que, en este contexto presupuestal, la confrontación del movimiento sindical educativo con el gobierno haya llegado a los niveles de crispación, tensión y enfrentamiento que venimos presenciando desde hace años? Estas preguntas están en el centro del nudo para entender el ciclo histórico de los gobiernos frenteamplistas; así que no pretendo agotarlas. Apenas aportaré algunas puntas que he venido rumiando.

Hay, por un lado, una descomunal incapacidad del FA (en su versión Poder Ejecutivo, pero más en sus versiones Poder Legislativo y fuerza política) de generar un relato que haga comprensibles y fácilmente reproducibles los enormes avances sociales logrados en estos años. El tiempo pasa, y el pasado se va olvidando; se desdibuja rápidamente en el recuerdo de la gente; llegan nuevas generaciones que han vivido la mayor parte de su vida bajo gobiernos frenteamplistas y que, por tanto, no conocen el punto de partida, ni los sacrificios a partir de los que se llegó a los logros actuales. Por tanto, no los reconocen como logros, sino que son su propio punto de partida. Es necesario un relato político que recuerde que fueron el resultado de la lucha política y social, y que tan sólo una década atrás la lucha de los docentes era para poder comer; que no tenían cobertura de salud, ni ellos ni mucho menos sus familias, y que no tenían voz ni voto en los organismos de dirección de la educación. Pregúntele a un ciudadano cualquiera en qué ha mejorado el presupuesto educativo y seguramente no sepa responder. O le suceda, como me pasó a mí en una reunión de padres en la escuela de mis hijas, que le digan que “cada vez dan menos presupuesto a la educación”. Así es muy difícil…

A esto se suma una debilidad ideológica llamativa en dirigentes con la trayectoria (¡y la edad!) de los frenteamplistas, que consiste en un desbalance flagrante entre su capacidad de crítica interna (realmente exuberante) y su incapacidad de criticar, cuestionar y debatir con el movimiento social; que sí, también se equivoca. Es que la crítica es necesaria en todos los ámbitos para hacer síntesis. Pero hemos presenciado situaciones bochornosas como la sucesión de paros “preventivos” de 2015, mucho antes de que hubiera siquiera una propuesta presupuestal, que, como se comprobó después, impulsó la desmotivación y generó el abandono por parte de cientos de estudiantes y fortaleció el flujo migratorio hacia la educación privada de tantos otros. ¡Los sindicatos de la educación realmente han impulsado la privatización de la educación! Y no existió reacción política del FA para enfrentar esa calamidad. Claro, a nadie le gusta enfrentarse a posibles “aliados” y sufrir las tensiones que eso implica, y siempre es más simpático hacer un discurso para la tribuna, buscando el aplauso fácil.

Por el otro lado, la dirigencia sindical educativa ha mostrado una miopía tal que sus consecuencias para la educación y su presupuesto las vamos a ver en los próximos quinquenios. Dejándose manijear por la ultraizquierda, ha despreciado todas las mejoras presupuestales obtenidas, despreciando el esfuerzo no ya del gobierno, sino de toda la sociedad. Aplicando la magia del “es insuficiente”, alquimia inversa que convierte en arena todo el oro del mundo. Al enfrentar con saña al gobierno, debilita la única construcción política del pueblo uruguayo que es receptiva a sus planteos y con quien podría acordar en un horizonte común. Y a la vez se aísla a sí misma, genera una brecha cada vez mayor con la inmensa mayoría de la sociedad, debilita sus herramientas de lucha y abre paso a la restauración de la derecha.

Estos dos últimos hechos (el ataque gremial y la no defensa de la fuerza política) han generado a nivel del gobierno una sensación de impotencia y desprotección tal que en ocasiones ha respondido con errores flagrantes. Así, el decreto de esencialidad en 2015 o las declaraciones del entonces presidente José Mujica sugiriendo que los docentes se quejan mucho pero trabajan poco generaron una comprensible indignación.

Por otro lado, ha habido un error enorme al fijarse metas presupuestales como porcentajes del PIB. Los porcentajes del PIB son una medida útil para analizar, como lo hicimos aquí, el esfuerzo que una sociedad hace, en el largo plazo, en una determinada área. Pero para fijarse metas a corto plazo es contraproducente, por motivos que expliqué en una nota en este mismo medio hace casi dos años. El problema se hace mucho más grave cuando esa meta, como el horizonte, se mueve a medida que uno avanza, de manera que nunca se alcanza. Está bien; así es la utopía. Pero para obtener fuerzas para seguir avanzando es necesario poder reconocer lo logrado y a partir de ahí, plantearse nuevos objetivos, y no como nos pasa en educación, donde nunca se valora el avance y, por el contrario, sólo se señala lo que falta, de forma que las frustraciones se acumulan. Primero fue el 4,5%; cuando lo estábamos alcanzando pasó a ser el 6%; para luego ser 6% solamente considerando a la ANEP y la Universidad de la República (Udelar) (¿a quién se le puede ocurrir que la Universidad Tecnológica, el Plan Ceibal o la formación de educadores sociales del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay sean educación, ¿vio?), y ahora es el 6% para la ANEP y la Udelar más 1% en I+D, lo que pasa a ser un 7% a secas, sin siquiera considerar que existen zonas de superposición entre ambas cosas. ¿O todo el gasto en institutos de investigación en la Udelar no son parte de la I+D?

Todo esto, y seguramente muchas otras cosas, han generado la enorme brecha que motiva esta nota y que pone al FA y a los gremios educativos en posiciones irreconciliables.

Pero, tranquilos. A la vuelta de la esquina, la derecha afila la guadaña con la que volverá a poner las cosas en su lugar, o sea, a la izquierda política y social, hombro con hombro, luchando para enfrentar los brutales recortes que ya se ven en toda la región. Pero, claro, ya será demasiado tarde.

Fernando Isabella
Economista

FUENTES DE LA DIARIA

Día de la Resistencia y Defensa de la Democracia en memoria de quienes defendieron la libertad y plena vigencia del estado de Derecho, será el 27 de junio.

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Día de la Defensa y Resistencia de la Democracia
Transmisión simultánea de Carácter Obligatorio de Radio y Televisión, con motivo de celebrarse el Día de la Defensa y Resistencia de la Democracia, concedida de acuerdo a lo dispuesto en el Decreto Nº 734/978 de 20/12/1978, al Plenario Intersindical de Trabajadores -- Convención Nacional de Trabajadores

Día de la Defensa y Resistencia de la Democracia


Por primera vez se conmemorará el Día de la Resistencia y Defensa de la Democracia en memoria de quienes defendieron la libertad y plena vigencia del estado de Derecho, será el viernes 27 de junio.
El propio decreto de clausura del Parlamento de junio de 1973, establecía la creación de un Consejo de Estado, que finalmente se integró en diciembre de ese año. Ideario publica la nómina oficial de todos los Consejeros en las distintas etapas de la dictadura (1973-1985), dada a conocer en un folleto de 51 páginas editado por este organismo, en el tramo final del régimen.

En diciembre de 1973 quedó integrado el consejo de estado de la dictadura ver clik aca

La madrugada del 27 de junio de 1973 estaba cargada de niebla. Como todos los días, Mario Delgado se apostó, a eso de las 5 de la mañana, junto a otros docentes y maestros, en la cabecera del puente de hierro sobre el Río San Francisco en la Ruta 8, a la salida de Minas, esperando a que pasara algún camión que lo llevaran hasta el liceo de Solís de Mataojo.
Mario Delgado Aparaín: “En dictadura fue conmovedor cómo la gente resistía en silencio” ver clik aca

Uruguay: 27 de junio de 1973. A 44 años del Golpe de Estado. La Radio.

El 27 de junio de 1973 el entonces presidente Juan María Bordaberry anunciaba por cadena de radio y televisión la disolución del Parlamento, iniciando así el gobierno de facto que se extendería hasta 1985.
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El gobierno y los militares, esa madrugada ya habían ocupado  todas las radios privadas del país por tiempo indefinido desde las 5 horas (8 GMT). El Estado Mayor de las FF.AA. había estado comunicando la medida a todas las direcciones de las mismas emisoras desde esa madrugada.
A las cinco de la mañana comenzó la Cadena Nacional de radioemisoras, utilizandocanciones folklóricas“A Don Jos锓El Pericón Nacional”, etc.. A las 5 y 20,  se da a conocer el decreto de disolución  de las Cámaras (Parlamento). Irónica y paradójicamente, también se advierte que se sancionarán todo tipo de comentario o grabación por medios audiovisuales, que atribuyan directa o indirectamente propósitos dictatoriales al P.E. o pudiese perturbar la tranquilidad u órden público.
Se clausura el 19 de setiembre de 1973 por espacio de una semana a CX30 que ya se llamaba “La Radio”pues su histórico nombre “Radio Nacional”, había sido proscripto el 5 de junio de ese año, por entender el régimen que tal denominación significaría la mala interpretación del oyente como vocero o perteneciente a una radioemisora oficial. CX30_palomadelapaz_logoEl motivo podría ser otro: esta emisora ya había iniciado una etapa de renovación al mando de su nuevo director José Germán Araújo, con perfil opositor. En todo el período de dictadura, y especialmente en la etapa de la reconquista de la Democracia, esta emisora jugará un papel fundamental.
El gobierno de Bordaberry era ya un gobierno cívico militar. Pero en 1976 el presidente constitucional fue desplazado por el poder militar, imponiendo al Dr. Aparicio Méndez.
“La línea estratégica de las fuerzas armadas en su ascenso al poder, estuvo marcada por golpes sucesivos y no simultáneos a las distintas instituciones del país” (¹)
Con una premisa ideológica: destruír al Comunismo Internacional en el país, infiltrado en las instituciones democráticas y combatir definitivamente al terrorismo, encarnado por los “Tupamaros” y agrupaciones  de Izquierda.
“Asi se disolvió el Parlamento terminando con el Poder Legislativo; se quitaron de la esfera de competencia de la justicia civil los juicios por delitos políticos y se la pasó a tribunales militares, terminando con la independencia del poder judicial; se proscribieron numerosos partidos, grupos y dirigentes políticos y se estableció un “receso “sin término de toda actividad política, prohibiendo el ejercicio de derechos políticos y la opinión de los sectores civiles en la conducción política del país; se intervino la Universidad de la República y se impuso un control militar en todos los niveles de la enseñanza, destituyendo a los profesores, maestros y funcionarios que se negaran a enseñar en la forma que querían los militares; se ¡legalizó la Convención Nacional de Trabajadores persiguiendo a dirigentes y militantes sindicales; se ¡legalizó la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay”. (¹)
video-icon48x42Un resúmen audiovisual de este período se puede apreciar en el siguiente documental:
En los medios de comunicaciónse estableció una férrea censura de prensa , cerrando diarios, revistas y radios cuya lista es muy larga y que condujo conjuntamente con la confiscación de la prensa extranjera.
“La dictadura uruguaya implemento una serie de dispositivos de vigilancia socialque permite hablar de una “sociedad controlada”. Dicho aspecto de la maquinaria represiva, sin embargo, comenzó a funcionar antes del 27 de junio de 1973.
Desde los años ’30-’40 del siglo pasado, pero sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, en el marco de la tardía “Guerra Fría” que se desenvuelve en el continente latinoamericano, los servicios de inteligencia de nuestro país fueron desplegando una discreta pero sistemática vigilancia, infiltración y/o recopilación de información referida a organizaciones comunistas, movimiento de extranjeros, exiliados en el país, intelectuales, congresos, viajes a los países socialistas, personas con apellido eslavo, manifiestos, discursos, actos.
Entre los años 1975 y 1979, ya bajo dictadura, el montaje de ese sistema de vigilancia y control de la sociedad y los individuos por parte del Estado y sus agentes fue tan generalizado, profesional y sistemático, alcanzó tantos aspectos de la realidad y personas, que bien podría caracterizarse de tendencia totalitaria esa etapa de la dictadura.
audioiconLa marcha militar “25 de Agosto” que fue característica de los comunicados  de la Fuerzas Conjuntas, fue el símbolo sonoro en las radios y canales de TV de la etapa dictatorial de Uruguay.
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También lo fue el de la Diana de Palleja…
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Así, los medios de comunicación quedaron sujetos a todo tipo de censuras, hasta había “censura previa” de las publicaciones y de los programas de radio y de televisión. Si éstos no se ajustaban a lo que el gobierno estimaba conveniente eran sancionados, por ejemplo, con la suspensión de ediciones por un determinado tiempo o el cierre definitivo del diario o la audición. (²)
Las persecuciones y la vigilancia sobre actitudes sospechosas de resistencia al régimen dictatorial por parte de las fuerzas de seguridad, tienen este ejemplo en el caso de personas relacionadas con los medios por las siguientes comunicaciones internas de la época:
Detenido en el Estadio Centenario
15 de abril 1977. 
“En la noche de ayer en momentos que se estaba irradiando el Himno Patrio por los altoparlantes del Estadio Centenario, resulta detenida la persona .J. E. S. S., oriental, soltero, de 26 años, titular de la C.l. № (…), de profesión cronista de CX-32 Radio “El Mundo“, Sección Prensa, domiciliado en (…), persona ésta que al llegar a la estrofa “Tiranos Temblad” pronunció la citada frase con énfasis particular que llamó la atención a un funcionario policial que logra su detención.
Indagado el causante expresó que no le dio énfasis a la citada frase por algún motivo en especial, sino porque naturalmente en esa parte se levanta la voz. El causante posee anotaciones en ésta.”
◊ Dirección Nacional de Información e Inteligencia. Departamento № 6. Parte de Novedades Diarias. Abril 1977.
Los limites a la libertad de expresión y el control de los medios masivos de comunicación constituyó otra de las preocupaciones represivas del régimen con incidencia sobre el conjunto de la población, imponiendo una variedad de sanciones a quienes transgredieran sus disposiciones en la materia. (³)

EL SISTEMA LEGAL IMPUESTO A LOS MEDIOS EN EL URUGUAY DICTATORIAL

Ley de Radiodifusión (Ley 14.670)
15 de junio 1977.
“PROYECTO DE LEY
Articulo 1º. Los servicios de radiodifusión, considerados de interés público, podrán explotarse por entidades oficiales y privadas, en régimen de autorización o licencia, con la respectiva asignación de frecuencia.
Entiéndese por radiodifusión, a los efectos de esta ley, el servicio de radiocomunicaciones cuyas emisoras sonoras, televisivas o similares estén destinadas a la recepción directa por el público.
Artículo 2º. El Servicio Oficial de Difusión Radioeléctrica (SODRE) gozará de preferencia sobre los particulares en cuanto a la asignación de frecuencias o canales y ubicación de estaciones, asi como en todo lo relativo a las demás condiciones de instalación y funcionamiento.
Artículo 3º. Las emisoras privadas incurrirán en responsabilidadfrente a la Administración, en los casos siguientes:
1) Si transmitieren o intentaren transmitir sin autorización; 2) Cuando infringieren cualquiera de las condiciones de la autorización; 3) En caso de que transgredieren las normas de emisión y funcionamiento que establezcan las leyes y los reglamentos o los usos intencionales, según lo dispuesto en los convenios respectivos; 4) Cuando las emisiones, sin configurar del ito o falta, pudieren perturbar la tranquilidad pública, menoscabar la moral y las buenas costumbres, comprometer la seguridad o el interés públicos, o afectar la imagen o el prestigio de la República.
Articulo 4º). El Poder Ejecutivo podrá imponer, en las hipótesis del articulo anterior, las siguientes sanciones:
1º) Advertencia;
2º) Apercibimiento;
3º) Multa equivalente al importe de treinta Unidades Reajustables (Ley 13.728, de 17 de diciembre de ¡968) a trescientas Unidades Reajustables; 4º) Suspensión o clausura de la emisora por plazo de veinticuatro horas, como mínimo y treinta dias como máximo; 5º) Revocación de la autorización.En la hipótesis del numeral 3 del articulo precedente, se dispondrá la clausura definitiva, con incautación de la emisora sin indemnización.
Artículo 5º. El Poder Ejecutivo graduará racionalmente la aplicación de las sanciones atendiendo a la gravedad de la falta, a la entidad del daño y a los antecedentes de la emisora responsable.
Artículo 6º. En caso de delitos de Lesa Nación (Ley 14.068, de 10 de julio de ¡972), el Poder Ejecutivo procederá de inmediato a la clausura provisoria de la emisora responsable, dando cuenta a la jurisdicción competente, sin perjuicio de la decisión administrativa final en cuanto a la autorización.
Cuando se tratare de otros delitos o de faltas, el Poder Ejecutivo podrá suspender preventivamente la autorización de la emisora responsable, dando cuenta a la justicia ordinaria, a sus efectos.
Artículo 7º. La Dirección Nacional de Relaciones Públicas de la Presidencia de la República (DINARP) será competente para controlar que las emisoras se ajusten a las normas constitucionales, legales y reglamentarias que regulen la libre comunicación del pensamiento.
Artículo 8º. Deróganse la ley 8.390, de 13 de noviembre de 1928, y las demás disposiciones modificativas y concordantes, en lo referente a radiodifusión.
Hamlet Reyes, Presidente, Nelson Simonetti, Secretario
Ministerio de Defensa Nacional. Montevideo, 23 de junio de 1977.
Cúmplase, acúsese recibo, comuniqúese, publiquese e insértese en el Registro Nacional de Leyes y Decretos.
Aparicio Méndez
Walter Ravenna “.

Suspensión de transmisiones a emisoras uruguayas.

Esta es una relación de las emisoras sancionadas:
1. CX 30. Resolución 1113 del 05.07.1973. Se prohibe utilizar la denominación de Radio Nacional.
2. CW 1. Radio Colonia. Resolución del 25.01.1974. Suspensión por 10 días.
3. CX12. Radio Oriental. Resolución del 28.05.1974. Suspensión de 24 horas.
4. CX 20. Radio Montecarlo. Resolución 1690 del 15.08.1974. Suspensión de 24 horas.
5. CX 32. Radio Sur. Suspensión por 24 horas.
6. CX 4. Radio Rural. Resolución 1781 del 30.08.1974. Suspensión de 24 horas.
7. CW 1. Radio Colonia. Resolución del 27.11.1975. Clausura.
8. CX 44. Radio Panamericana. Resolución 403 del 06.04.1976. Suspensión de 15 días.
9. CX 42Radio Vanguardia. Resolución 456 del 27.04.1976. Cancelación del permiso para transmitir.
10. C X 34. Radio Artigas. Resolución del 04.05.1978. Suspensión por 5 días.
11. CX30. La Radio. Resolución del 18.11.1983. Clausura por 30 días.
Se aplican también “sanciones de advertencia” ante trasmisiones o comentarios inadecuados a:
– CX28. Radio Imparcial. 21.08.1979.
– CW41. Radio San José. 28.08.1979.
– CX40. Radio Fénix. 04.09.1979.
– CX30. La Radio. 15.08.1981.
– CX32. Radiomundo. 18.08.1981.
– CX46. Radio América. 18.08.1981.
– CX33. La Nueva Radio de Florida. 18.08.1981.
– CX46. Radio América. 26.08.1981.
– CX8. Radio Sarandí. 01.12.1981.
Se ejerció un control permanente a emisoras y programas cuyo contenido fue considerado ofensivo al régimen y sus objetivos.
La audiencia contraria al régimen se refugiaba en la sintonía de algunas emisoras, como la ya mencionada CX30, y el espacio que conducía Rubén Castillo por CX8, llamado“Discodromo Show”.

Precisamente, el locutor Ruben Castillo periodista y hombre de la cultura, se las ingenió el 9 de julio del ’73 en Radio Sarandí para convocar al pueblo a la manifestación de repudio a la dictadura con aquel poema inolvidable del poeta español Federico García Lorca, “A las cinco de la tarde”.
Repitió durante su programa decenas de veces la consigna “a las cinco de la tarde” y por cada vez que lo hacía cientos de uruguayos responderían al llamado. Cuando fueron las cinco de la tarde, una gigantesca multitud con los principales dirigentes del Frente Amplio a la cabeza, inundó la Avenida.
Aquella tarde el Ejercito y la Policía reprimieron duramente.

CONTROL A EMISORAS DE RADIO

  • Radio CX 10 “Continente”. Juan Carlos Mareco.
22 de mayo 1976.
“En el día de la fecha se notificó a las autoridades de CX 10 “Radio Continente ” la prohibición de actuar en vivo o mediante grabación de la persona Juan Carlos Mareco (Pinocho) “.
  • Programa “Un hombre y su música” en Radio Sarandí
4 de octubre 1979.
“Como se viene realizando habitualmente, se procedió a controlar la emisión de CX 8 Radio “Centro Sarandí”, programa “Un hombre y su música” que conduce Rubén Castillo, el que en razón de la actividad deportiva, en el día de ayer comenzó a las 23:30′ horas, finalizando a la hora 01:00′ de hoy.
En el transcurso del mismo, su conductor entrevistó a Rosario Castillo, su hija, quien se encuentra radicada en España desempeñándose como “discjockey”, y registra anotaciones en nuestra Dirección por haber sido integrante de la proscripta U.J. C.”
  • “Yo y un millón”. René Jolivet y Convergencia Democrática.
30 de julio de 1980.
El Parte de Novedades Diarias de la fecha, registra el seguimiento de la emisora CX 44 Radio “Panamericana”, dejando constancia de que “(…) en el programa denominado “Yo y un Millón ” conducido por el periodista René Jolivet en el espacio de 12.00 a 13.00, “Enfoques de la realidad Nacional”, el conductor se refirió a las declaraciones que en la Sede de las Naciones Unidas realizara Juan Raúl Ferreira Sienra, presentando al “Grupo Convergencia Democrática “.  El citado periodista fue analizando aspectos diversos de las palabras de Ferreira Sienra, siguiendo el orden del espacio radial. ”
Se detalla que éste comenzó cuestionando “(…) el por qué se presentaba el representante del Gobierno con un nombre “Alejandro “sin más datos “.
Asu vez, también comentó críticamente “(…) el hecho de que se realizara en la sede de las Naciones Unidas, contrariando principios básicos de no intervención que caracteriza su funcionamiento. Más aún, condenó la intervención de los representantes diplomáticos de Nicaragua que fueron quienes solicitaron el lugar en el local, señalando los fundamentos Marxistas del actual régimen nicaragüense y el acercamiento de figuras destacadas, de la violencia y el terrorismo internacional de ese Gobierno como Yasser Arafat y Fidel Castro (…)” .
En el Parte se destaca que “(…) el tono del periodista en el espacio fue de vehemente condena para con los integrantes de “Convergencia Democrática”. “
  • Música prohibida en Radio Universal”
1981.
“En base a una información aportada por otra Agencia, en la cual se consignaba a la hora 06.00 del día de la fecha, se irradió por CX22 “Radio Universal”, un tema folklórico titulado “Por ser pocos “, en el cual se ensalzaba al “Che ” Guevara, Sandino y Emiliano Zapata; la superioridad dispuso se efectuaran las averiguaciones del caso “.
De esta forma, un Oficial del Departamento II de Inteligencia se dirigió a la Emisora y se entrevistó con el Administrador, quien le informó que en el horario en que fue transmitida dicha canción se lleva a cabo el programa “Campo Universal”. Se pasó a interrogar al encargado de la selección musical, quien expresó que el tema transmitido es interpretado por Tabaré Etecheverry y que la elección del mismo fue producida por una equivocación “ya que el tema en cuestión está ubicado en el sexto lugar de la cara A, cuando en realidad el seleccionado (Zafrero) ocupa el tercer lugar”.
Continuando con la investigación el Oficial interrogó a la Auxiliar de discoteca, quien manifestó no haberse percatado del contenido del tema musical.
sep
Fuentes consultadas:
(¹) INVESTIGACIÓN HISTÓRICA SOBRE LA DICTADURA Y EL TERRORISMO DE ESTADO EN EL URUGUAY,  (1973-1985), Tomo II, (Publicado por la Universidad d la República, Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC), Facultad de Humanidades y Ciencias  de la Educación, Centro de Estudios Interdisciplinarios Uruguayos (CEIU), Montevideo, 2008). Pag. 396
(²) Ibídem. Sección 3, Pág. 431.
(³) Nota de LGdS: Toda esta etapa impactó de manera directa en la incipiente agrupación de radioescuchas de onda corta y Diexistas que estábamos agrupados en el DX Club del Uruguay, creado en 1972. Sus asociados, no más de un puñado de 5 o 7 personas, que nos reuníamos semanalmente para conversar de nuestras escuchas internacionales, en casa de uno u otro para intercambiar información de frecuencias, mostrarnos las tarjetas de verificación QSL recibidas, etc… (en fin…  charlar de radio),  estaban jaqueadas por la prohibición de reunión pública sin autorización. Al salir de cada reunión semanal, estando en la vía pública y en la despedida, si éramos más de cinco, nos acostumbrábamos a decir, jocosamente pero con cierto viso de dramática realidad: “Cuidado que estamos  constituídos en “asonada”, nos vamos… chau….
Asimismo, en 1976, se decidió en nuestra agrupación diexista enviar a las emisoras internacionales de onda corta, asociados y otros corresponsales en el exterior, una circular impresa a mimeógrafo, donde se transcribía el Decreto por el cual se prohibía e incautaba todo material de propaganda que viniera por vía postal. Esto se había convertido en todo un problema, pues emisoras tales comoRadio Berlín Internacional, o Radio Pekín, entre otras, de signo comunista, hacían llegar periodicamente con las tarjetas de radio confirmando escucha, revistas de difusión cultural que el gobierno directamente interpretaba como subversivas (Revista el Puente”, “URSS”, etc.)
Escuchar radio de onda corta era todo un desafío, aunque nos manteníamos informados de los avatares del proceso dictatorial, tanto en Uruguay como en otras dictaduras, como las de Chile que tenía espacios mucho más importantes en el dial de Onda Corta. No podíamos resistir la tentación de escuchar los espacios directamente dirigidos a Uruguay por personajes  del exilio uruguayo.

Rodney Arismendi
Radio Moscú, Radio Berlín Internacional,  tenían sus minutos con comentarios y noticias sobre la situación política en el país, a cargo de Rodney Arismendi, Eduardo Viera, Enrique Rodríguez, integrantes del Partido Comunista Uruguayo. Informaciones periódicas se recibían desde Radio Nederland, cuando existían hechos significativos en el acontecer, como por ejemplo el momento en que Bordaberry disiente con los militares y es desplazado. Eran la única fuente de información. Y locomentábamos con nuestros familiares más directos y afines. Se escuchaba la Onda Corta con volumen bajito, se hablaba siempre a voz baja de estos temas.
En tanto, el país estuvo por una década aislado, anestesiado de información política, otra que no fuera del gobierno. Las radios y canales de TV, con mayor o menor complicidad, por ideología de sus propietarios o tratando de cuidar su “pellejo”, por miedo a la censura y haciendo autocensura, acompañaron el curso del devenir del país.
Supìmos de algún querido colega radioaficionado que fue protagonista que su casa fue allanada en una oportunidad, por parte de las fuerzas militares. Le resultó difícil tratar de fundamentar y convencer al oficial a cargo del procedimiento que ese aparato no era un trasmisor sino un receptor. Lo logró esa vez, aunque al final  del operativo, al regresar puertas adentro del hogar, se llevó la desagradable sorpresa de que le habían robado un termómetro/barómetro de pared.
Otras fuentes de consulta y referencia:
  • ¿Qué estaban haciendo el 27 de junio de 1973?, El Observador consultó a cuatro personalidades qué recuerdan del día del golpe de Estado. Nota en“El Observador”, de Montevideo, 27 de junio de 2013
FUENTES DE LA GALENA  SUR