Reforma Laboral aprobada en Brasil "viola los derechos de los trabajadores es volver a semiesclavitud”.

Diputado Diputado Caggiani: “Con la Reforma Laboral de Temer se perdieron derechos que ni la dictadura brasileña se atrevió a tocar”. Foto: Facebook Daniel Caggiani.
El diputado del MPP y vicepresidente del PARLASUR, Daniel Caggiani habló con LA REPÚBLICA sobre la situación de Brasil que vivió una agitada semana en el plano político.

Por un lado se aprobó una Reforma Laboral que para Caggiani “viola los derechos de los trabajadores” y “permite volver a condiciones de semiesclavitud”; por otro lado se condenó al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva a nueve años y medio de prisión, en un juicio donde “los fiscales dicen no tener pruebas”, criticó el diputado del MPP, y finalmente una Comisión de la Cámara de Diputados decidió rechazar la denuncia contra Michel Temer por corrupción y recomendó archivar la misma.

Concretamente sobre la Reforma Laboral el político uruguayo consideró en diálogo con LA REPÚBLCIA, que se trata de una normativa “que tiene una connotación en donde se han perdido derechos básicos que ni siquiera la dictadura brasileña se atrevió a tocar, una serie de reformas pro mercado que la verdad que a uno le llaman mucho la atención”, señaló, y destacó “el grado de salvajismo que el capital está pegando en Brasil”.

A su vez consideró que las reformas neoliberales impulsadas por el Gobierno de Temer permiten que “Brasil sea el centro de laboratorio de operaciones del neoliberalismo, algo parecido a lo que fue el Chile del 70 y 80 con la dictadura de Pinochet”, algo que sin dudas, dijo, “nos genera muchísima preocupación”.

Caggiani remarcó al mismo medio que con esta Reforma Laboral, se violan normas internacionales y aseguró que la norma “va en contraposición de lo que viene siendo determinaciones propias de la OIT, también determinaciones que han sido desarrolladas por los organismos de integración regional (en este caso del MERCOSUR), y las propias declaraciones sociolaborales que han sido ratificada tanto por los gobiernos como por empresarios y trabajadores en sindicatos”.  También dijo que apunta contra del avance histórico al reconocimiento de la lucha y la conquista de los trabajadores a lo largo y ancho de nuestra América.

Para le diputado se trata de una normativa que tiene ciertas similitudes con reajustes estructurales “que vivimos en al década del 90 y que tienen como objetivo tratar de maximizar las ganancias del capital trasnacional, de la banca internacional, y sobretodo de los grandes sectores económicos de Brasil, flexibilizando la mano de obra y permitiendo volver a condiciones de semiesclavitud en materia de relaciones laborales en Brasil”, dijo y explicó que es por ese motivo que señala que Brasil “parece ser el centro de laboratorio de operaciones, así como lo fue Chile en la década de 70 con Pinochet”.

FUENTES DE LA RED 21
Otro ejemplo de que vienen por todo
Otro ejemplo de que vienen por todo
Brasil ha pasado de ser “la locomotora” de los países emergentes y del desarrollo regional de América Latina en la ultima década a convertirse en un verdadero “laboratorio de operaciones” del neoliberalismo de nuestro continente, un papel similar al que jugó el Chile de Pinochet en las décadas del 70 y el 80.

El Golpe de Estado parlamentario a la presidenta Dilma Rousseff, el congelamiento constitucional por más de 20 años del gasto público en Salud y Educación, la privatización del Presal y un conjunto de reformas estructurales intentan reincorporar a Brasil en un papel subsidiario y dependiente en las cadenas globales de valor, en función de un modelo de desarrollo que no soporta más el crecimiento con distribución del ingreso.

En este marco, Brasil se encuentra en un brutal proceso de reestructuración de la relación capital-trabajo que se encontraba regulado por el Estado, flexibilizando las relaciones laborales y disminuyendo hasta su casi extinción el papel de los sindicatos, como se ha venido haciendo en varios países del mundo occidental.

Los efectos de una desregulación laboral tan grande como la planteada en la reforma aprobada por el gobierno de Michel Temer siguen una lógica que ya se ha implementado en otros países y que apunta a una transformación completa de las relaciones laborales.

Si se observa el proceso de desmantelamiento de la legislación laboral en Francia, el paralelismo con la reforma en Brasil es evidente. Los acuerdos empresariales son vinculantes independientemente de lo que se haya acordado a nivel sectorial. La facilitación de los despidos por causales “de mejora de competitividad” y la libertad para fijar unilateralmente horarios de jornada laboral, acortando el margen de los trabajadores organizados para su homologación, son otros ejemplos.

En el caso de México, la reforma laboral aprobada a fines de 2012 por el gobierno de Felipe Calderón sirvió como prueba de ensayo para otras iniciativas de reforma neoliberal del mundo del trabajo, bajo la justificación de la crisis económica global, la irrupción de la economía digital y la necesidad de liberar a los contratos de trabajo de las trabas impuestas por la negociación con sindicatos fuertes. En el caso de México, también se pasó directamente a interpretar el derecho de huelga, creando criterios para calificar de “ilegales” algunas movilizaciones obreras. Al igual que en la reforma de Brasil, en México, se modificó sustancialmente el sistema de administración de justicia en lo laboral; se eliminaron las Juntas de Arbitraje y Conciliación –que eran tripartitas– por un régimen centralizado que opera en la órbita del Poder Judicial a nivel federal y que funciona bajo la lógica de filtros para intentar resolver conflictos entre trabajadores y empleadores sin necesidad de llegar a los tribunales.

En definitiva, si algo tienen las tres reformas en común es eso: quitarles peso a los sindicatos, dando la posibilidad a los empleadores de suscribir acuerdos específicos con trabajadores individualizados. Además, claro, de las tercerizaciones, las mayores potestades discrecionales para los despidos, la organización de la jornada laboral, los períodos de descanso, etcétera.

Hasta la aprobación de esta reforma, los derechos laborales en Brasil provenían de la normativa denominada “Consolidación de Leyes de Trabajo” de 1943, promulgada durante el gobierno de Getúlio Vargas. Ese momento histórico estaba marcado por la transición hacia una economía de base industrial. Hoy la transición está planteada en términos de los desafíos que plantea para la clase trabajadora la denominada “4ª Revolución Técnico-Científica”, la automatización, robotización, etcétera.

El gobierno de Temer inició el proceso de aprobación de la Reforma Laboral con el envío del proyecto de ley 6.787 a la Cámara de Diputados, incluyendo como principales componentes la ampliación de los contratos de tiempo parcial de 25 a 30 horas semanales y su duración (de tres a seis meses), así como otras propuestas en materia de legislación laboral. Sin embargo, en la Cámara, ese primer proyecto fue significativamente modificado, con lo cual queda como primera conclusión que (otra vez) fue la composición mayoritaria conservadora y derechista del Parlamento la que se encargó de impulsar la mayor destrucción de derechos sociolaborales de la historia en Brasil.

El proyecto aprobado se estructuró en cuatro áreas: condiciones laborales, organización sindical, negociación colectiva y administración judicial-laboral. En lo que refiere a las condiciones laborales, la reforma establece un menú de posibles contratos precarios para la elección del empleador, con el objetivo de abaratar la contratación de mano de obra. A esto se le agregan medidas que facilitan los despidos, reduciendo las posibilidades de reclamo por parte de los trabajadores.

Se modificaron además las pautas de extensión de la jornada laboral, en primer término por la vía de establecer la posibilidad de la negociación individual para fijar regímenes que incluyan las 12 horas de labor continuadas por 36 de descanso. Anteriormente este tipo de mecanismo solamente se podía incluir bajo condiciones excepcionales y mediante un acuerdo colectivo con el sindicato.

También en el plano del acuerdo individual, se instala el régimen de compensación horaria, anteriormente circunscrito a la negociación colectiva. Se facilita también la habitualidad de la jornada de diez horas diarias (ocho comunes y dos extras), se crea el contrato de trabajo intermitente y se desregulan, reducen o flexibilizan sistemas de derechos laborales en materia salarial, descanso, licencia maternal.

El texto permite la fragmentación de la licencia hasta en tres períodos (uno de los cuales no puede ser menor a 14 días), también en acuerdo individual entre trabajador y empresa.

A partir de la reforma, y de una ley específica también aprobada recientemente, se incluye bajo modalidad permitida la tercerización en cualquier etapa de la relación laboral (incluida la “actividad principal”) y se reducen a algunos aspectos específicos de las homologaciones de derechos entre trabajadores tercerizados y de planta.

Se facilita el despido masivo, definiendo que no hay necesidad de negociación colectiva con el sindicato. Se establece un nuevo dispositivo jurídico: el despido de mutuo acuerdo, que reduce el plazo de anuncio por parte del empleador del cese de la relación laboral a 15 días, mientras el trabajador puede acceder a 80% de la indemnización pero perdiendo el derecho al seguro de paro.

El fundamento de todo este paquete de cambios es la supuesta búsqueda de actualizar y modernizar los regímenes laborales. En el terreno de la organización sindical, la reforma acabó con el impuesto sindical obligatorio, dejando a voluntad de la empresa la colecta del aporte de los trabajadores (un día de trabajo al año) y de los empresarios (fijado de acuerdo al capital de giro).

El sentido de todo esto es dejar al trabajador sin la cobertura de la organización sindical a la hora de relacionarse con los empleadores. Además del ataque a la cotización sindical, se incluyó la creación de “comisiones de representantes”, sin vínculo sindical, para promover el relacionamiento directo –es decir, sin intermediación sindical– entre trabajadores y empleadores, en principio para empresas con más de 200 empleados.

Por último, se transforma la propia idea de la negociación colectiva, dando mayor valor a lo negociado por sobre lo legislado, aun si el resultado fueran condiciones laborales inferiores. Lo que puede ser objeto de negociación es un amplio conjunto de condiciones laborales, salvo los derechos consagrados en el artículo 7° de la Constitución. Sin embargo, por fuera de ello, todo puede ser objeto de la negociación directa con los empleadores, asegurando la preeminencia de estos acuerdos específicos por sobre la legislación vigente.

Sin duda, toda esta reforma laboral viola aspectos sustanciales de la normativa internacional, particularmente los convenios suscritos en el marco de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de los cuales Brasil es signatario. Uno de estos aspectos es que no se puede rebajar por medio de acuerdos colectivos o individuales las protecciones establecidas por convenciones de la OIT ratificadas y en vigor en un determinado país.

En el marco de la OIT se establece como criterio que toda reforma laboral debe apuntar a proporcionar mayores garantías para establecer condiciones de trabajo más favorables de las que están previstas por ley, y no al revés. La respuesta proporcionada por los órganos de la OIT a las consultas enviadas por las centrales sindicales brasileñas remarcan precisamente ese criterio: cualquier cambio sustantivo de la legislación laboral debería ser precedido por un amplio y profundo debate con todas las partes involucradas.

Inmediatamente aprobada la norma, importantes autoridades del gobierno liderado por Mauricio Macri ya han hecho públicamente declaraciones sobre que la nueva “regulacion laboral” brasileña es un modelo a seguir.

Uruguay es una isla en el Cono Sur, que va a contracorriente de los nuevos tiempos conservadores de la región. Existe un gobierno nacional, una fuerza política y un movimiento sindical que confluyen en una mayoría política y social desde las cuales entendemos de manera diametralmente opuesta la construcción de las relaciones laborales, los derechos y el sujeto social que representan los trabajadores en la construcción de la ciudadanía.

Nuestro país ya experimentó la desregulación y flexibilización laboral, el debilitamiento de la herramienta sindical, así como la no convocatoria de los Consejos de Salarios, al tiempo que amplios sectores de ocupación no contaban con ningún tipo de protección ni regularización social.

¿Cuánto falta para empezar a escuchar, de parte de representantes empresariales y políticos, sobre las bondades y necesidades de una “modernización” de nuestra “vetusta y rígida” normativa laboral?

Quizá sea tiempo de que nos pongamos a debatir como sociedad, ¿cómo logramos consolidar constitucionalmente algunos derechos que se han conquistado en estos años? ¿No será necesario comenzar un proceso de discusión amplio y profundo para impulsar el mecanismo de la iniciativa popular que reasegure estos derechos ante nuevas mayorías políticas y sociales que se puedan dar en el futuro? Hay que empezar a calibrar la mira, porque vienen por todo.

Daniel Caggiani

Representante Nacional y Vicepresidente del Parlasur.

FUENTES DE LA DIARIA

El Senado brasileño aprobó la rechazada reforma laboral que precariza las relaciones laborales y favorece a los empleadores

Senado de Brasil aprobó finalmente la reforma laboral rechazada por los trabajadores brasileños. A su vez Temer sancionó la ley sobre la regularización de las tierras, rechazada por los movimientos y organizaciones sociales del campo.
Por 50 votos a favor, 26 en contra y una abstención, este martes el Senado brasileño aprobó la reforma laboral impulsada por el gobierno de Michel Temer, que ahora sólo necesita la sanción del presidente para pasar a ser ley pese a los intensos reclamos de la población (dos huelgas generales) para intentar frenarla.

La medida es una de las primeras impulsadas por Temer al asumir el poder tras la destitución de Dilma Rousseff y cuenta con el respaldo de los empleadores, la Confederación Nacional de la Industria y la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp).

La aprobación en el Senado, (ya había sido aprobada en diputados en abril), se da mientras Temer está un paso de pasar a juicio acusado de corrupción por la Fiscalía General, lo que podría separarlo de su cargo en poco tiempo. La reforma era para algunos actuales aliados de Temer una de las “cosas a terminar” antes de abandonar al mandatario.

La misma permitirá entre otras cosas que las empresas hagan contratos temporarios para evitar indemnizaciones y elevar la jornada laboral hasta 12 horas, cuando actualmente son de ocho (con la posibilidad de extenderla a 10, sumando dos horas extra).

El promedio de horas semanales de trabajo se mantendrá en 44 como lo es actualmente, pero se administrarán día a día de acuerdo a las necesidades de la empresa, con un tope de 12 horas laborales por día. A su vez contempla la eliminación de las negociaciones colectivas entre sindicatos y empresas, autoriza al empleador a dividir los días de vacaciones anuales en tres veces, reduce un 50% la multa por despido sin causa, crea nuevos tipos de contratos entre ellos el da la “jornada intermitente”, con el pago de salarios sobre una base horaria o por jornada, y no mensual, regula el trabajo desde el hogar y abre la posibilidad de negociar hasta el horario de almuerzo.

La reforma también acepta que embarazadas y con bebés lactantes trabajen en lugares insalubres, un apartado que tuvo un rechazo generalizado, por lo que probablemente, estiman en Brastil, será vetado por Temer.

“El objetivo del gobierno es lograr seguridad jurídica para los empresarios”, aseguró Ronaldo Nogueira, el ministro de Trabajo al presentar el proyecto de la reforma. En ese entonces también explicó que la reforma buscaba terminar con “los juicios laborales que atormentan a los empresarios”.

El conjunto de medidas adoptadas con la sanción de esta ley retrotraerá derechos conquistados en Brasil desde el gobierno de Getulio Vargas e implicará una fuerte flexibilización laboral.

Rechazo

“La aprobación de esta reforma significa la vuelta a Brasil de la esclavitud bajo una nueva forma” aseguró el líder del Partido de los Trabajadores (PT) en el Senado, Lindbergh Farias.

La reforma precariza las relaciones laborales, acaba con los derechos de los trabajadores y solo aumenta la tasa de lucro de los empresarios, consideran quienes la rechazan.

Por su parte el ex titular del Senado Renan Calheiros, del gobernante Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), como ya había manifestado también rechazó la reforma ya que considera que está  “marcada por la perversidad contra los más desvalidos”, y ampliará la desigualdad y la injusticia social.

Calheiros también criticó que el Senado siga aprobando leyes mientras el presidente está siendo acusado de corrupción pasiva, mientras no se da la posibilidad de introducir siquiera una enmienda a la propuesta aprobada ya en Diputados.

Antes de la votación un grupo de cinco senadoras intentó frenar la misma al ocupar las sillas de la mesa principal. Encabezadas por Gleisi Hoffmann, la nueva presidenta del Partdo de los Trabajadores, las mujeres se plantaron ante el Senado y el presidente de la Cámara, Eunicio Oliveira, ordenó suspender entonces la sesión y mandó apagar las luces en la sala, para forzar a las senadoras a despejar la mesa. Éstas permanecieron a oscuras en el lugar y finalmente, tras seis horas de suspensión, se continuó con la sesión y los senadores aprobaron la ley.

“Estamos llevando a cabo un acto de resistencia, una protesta política legítima, porque fue la única alternativa que nos quedó para luchar contra la aprobación de una propuesta de reforma laboral que consideramos nefasta para la vida de millones de trabajadores de nuestro país”, había explicado la senadora Bezerra, en un vídeo en las redes sociales.

Entre otras demandas, las mujeres exigían la posibilidad de que líderes sindicales acompañaran la sesión. También, la garantía de que todos los senadores, y no solo los líderes, pudieran manifestarse durante la votación y, por último eliminar por lo menos el punto que garantizaría que las mujeres embarazadas y lactantes no estén obligadas a trabajar en locales insalubres.

Regulación de tierras

Por otro lado este martes Michel Temer sancionó la Medida Provisional 759, que pone en marcha medidas de regularización y el Programa Nacional de Regularización de Tierras.
La nueva ley modifica, entre otras normas, la forma en que se otorgan las tierras públicas en Brasil y es criticada por movimientos y organizaciones sociales en el campo por dar prioridad a la tierra la especulación, la deforestación y socavar la reforma agraria.

El coordinador Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) , João Pedro Stedile alertaba cuando la medida se analizaba en el congreso que la misma “entrega, legaliza toda la apropiación de tierras públicas en Amazonas, porque todos aquellos grandes latifundistas que se apropiaron ilegalmente de tierras publicas a lo largo de estos años, ahora, si se aprueba la ley, podrán regularizarla, de una manera mucho más rápida y prácticamente sin costo”.

A su vez señalaba que la medida premite “liberar, estimular a que los asentados beneficiarion de la Reforma Agraria a lo largo de estos 30 años, puedan recibir un titulo individual de su lote, lo que les permite vender las tierras con más facilidad. Y a quién se las venderán?,a los estancieron vecinos ávidos por reconcentrar la propiedad de tierras en Brasil.

Tras la sanción de Temer el MST emitió un comunicado en el que rechaza fuertemente la medida.


Após a sanção por parte do Presidente golpista da nova legislação fundiária, editada como Medida Provisória (MP) 759, o MST emitiu uma nota denunciando a legalização da grilagem e o impedimento da Reforma Agrária.
A Medida foi editada no final do ano passado por Michel Temer, atendendo a uma demanda da bancada ruralista, fiadora do Golpe parlamentar-midiático contra a presidenta Dilma e que implantou um programa de maldades contra os trabalhadores.
Confira a nota do MST:


FUENTES DE LA RED 21

Otro ex militar confesó haber sido testigo de torturas en la dictadura


Foto: adhocFotos
Por segunda vez en menos de 20 días, un ex soldado floridense confiesa haber sido testigo de torturas cometidas por militares. Al testimonio que a fines de julio dio el ex soldado Fermín Rossi en TVFlorida, se le sumó esta semana el de otro ex efectivo, apodado “Juan”, en una entrevista concedida al mismo medio.
Juan relató algunas de las prácticas que llevaban adelante oficiales en el Regimiento de Caballería de Durazno durante la última dictadura. “Casi todos los que pasamos por esa época tenemos algo que contar”, aseguró. Describió que muchas veces los oficiales realizaban detenciones y luego organizaban lo que ellos llamaban “fiestas” en el regimiento: auténticas sesiones de tortura de las que se escuchaban los gritos de las víctimas. “Ellos salían remangados, y yo pensaba que [la persona a la que estaban torturando] podía ser un familiar o un amigo”.
Juan contó que un día, una de esas “fiestas” terminó con un muerto. “Lo trajeron [al detenido] en una camioneta y empezaron a gritar: ‘para adentro, para adentro’… Lo revolearon y tiraron”. Luego dijo que concluyó que lo habían matado, porque al día siguiente había un “cajón”. “Al otro día estaba el cajón en la guardia y se armó un revuelo porque venían los familiares a buscarlo”, agregó.

FUENTES DE LA DIARIA

Exsoldado narró torturas y “fiestas” que oficiales practicaban 
durante la dictadura

Dijo que durante una de las “fiestas” en el Regimiento de Caballería de Durazno mataron a una persona

 exsoldado floridense habló en un programa de la televisión local de torturas que practicaban los oficiales del Regimiento de Caballería de Durazno durante la última dictadura. Juan, como fue presentado en el programa, aseguró que en una de esas denominadas “fiestas” mataron a una persona.

“Yo vi, escuché y casi todos los que pasamos por esa época tenemos algo que contar. Presenciamos algo, escuchamos gritos”, afirmó. Y destacó que cuando llegaban detenidos había “fiestas” para los oficiales. “Ellos salían arremangados… Yo pensaba que podía ser un familiar o un amigo”, comentó.

En ese marco, el exsoldado sostuvo que un día llegaron con una persona que fueron a buscar a la campaña. “Lo trajeron en una camioneta y empezaron a gritar: `para adentro, para adentro´… lo revolearon y tiraron”, dijo y completó: se sentía gritar y luego lo mataron. “Al otro día estaba el cajón en la guardia y se armó un revuelo porque venían los familiares a buscarlo”, agregó.

A través del teléfono 29291625, de la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, se pueden aportar datos anónimamente.

Escuchar aquí el informe del corresponsal de RNU en Florida, Emilio Martínez Muracciole:

FUENTES DE RADIO URUGUAY

Otro exsoldado reconoció torturas en cuartel de Durazno


Se trata del segundo caso de exsoldados que dan su testimonio sobre lasa violaciones a los derechos humanos en la dictadura.

Otro exsoldado reconoció casos de torturas practicadas por oficiales durante la dictadura, en este caso en el cuartel del Regimiento de Caballería de Durazno.

“Yo vi, escuché y casi todos los que pasamos por esa época tenemos algo que contar. Presenciamos algo, escuchamos gritos”, afirmó Juan, el exsoldado que hizo declaraciones al programa Rompecabezas de Tv Florida. Destacó que cuando llegaban detenidos había “fiestas” para los oficiales. Sostuvo que un día llegaron con una persona que fueron a buscar a la campaña. “Lo trajeron en una camioneta y empezaron a gritar: `para adentro, para adentro´… lo revolearon y tiraron”, dijo y completó: se sentía gritar y luego lo mataron. “Al otro día estaba el cajón en la guardia y se armó un revuelo porque venían los familiares a buscarlo”, agregó.

Precisó que se trataba de una persona de raza negra, que no paró de gritar en todo el día y la noche que pasó en el cuartel.

En el mismo programa hace 15 días el exsoldado Fermín Rossi denunció torturas y violaciones en distintos establecimientos militares, que derivó en la actuación de la Justicia de Florida. En esa ocasión Rossi hizo un llamado a otros soldados a aportar datos sobre lo ocurrido en la dictadura.

Animado por este testimonio otro ex integrante de las Fuerzas Armadas dnarró torturas y un asesinato en el Cuartel de Durazno. Contó que nunca vio el rostro de un detenido, ni conoce nombres de las personas que estuvieron allí. Pero asegura que las torturas eran sistemáticas y que escuchó gritos y llantos durante los cinco meses que estuvo allí.

FUENTES  DE CARAS Y CARETAS



Boaventura de Souza Santos: "Por qué sigo defendiendo a la Revolución Bolivariana" en Venezuela


Boaventura de Souza SantosDerechos de autor de la imagenMAURICIO LIMA/AFP
Image captionBoaventura de Souza Santos es uno de los principales impulsores del Foro Social Mundial y uno de los más respetados intelectuales de izquierda del viejo continente.

Descrito como el "sociólogo de la antiglobalización" y el "pensador estrella de los movimientos sociales", el portugués Boaventura de Souza Santos es uno de los más respetados intelectuales de izquierda de Europa.
Su trabajo, sin embargo, trasciende fronteras nacionales y académicas, pues además de ejercer como director del centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra es investigador distinguido de la facultad de Derecho de la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos, y uno de los principales impulsores del Foro Social Mundial.
Y desde hace unas semanas un reciente escrito suyo titulado "En Defensa de Venezuela" ha sido ampliamente compartido a través de las redes sociales, especialmente por simpatizantes del gobierno venezolano.
Aunque De Souza Santos no es el tipo de pensador dispuesto a firmar cheques en blanco a favor de ningún gobierno.

Protesta en VenezuelaDerechos de autor de la imagenREUTERS

De hecho, en mayo pasado el sociólogo portugués suscribió un manifiesto llamado a "detener la escalada de violencia en Venezuela" bastante crítico con el gobierno de Nicolás Maduro.
En dicho documento se califica al de Maduro como "un gobierno con marcados rasgos autoritarios" y se hace al Estado venezolano "el principal responsable de la situación en Venezuela".
Lo que no significa que De Souza Santos le haya dado la espalda a la Revolución Bolivariana o descalifique completamente la reciente convocatoria a una Asamblea Constituyente, por razones que explicó en "En defensa de Venezuela" y profundiza en esta entrevista con BBC Mundo.

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Cuando escribe usted "En defensa de Venezuela", ¿exactamente a qué o a quién está defendiendo?

Yo estoy defendiendo a las mayorías de Venezuela, porque hasta ahora es evidente que estas mayorías se han manifestado a favor de continuar con las políticas de inclusión social, de mejoría de las clases pobres.

Manifestación a favor de la ConstituyenteDerechos de autor de la imagenAFP
Image captionPara De Souza Santos, la mayoría de los venezolanos siguen apoyando el proyecto bolivariano.

Como usted sabe, en 1998 un 60% de la población de Venezuela vivía bajo del nivel de pobreza y hoy es mucho menos. Claro, ahora hay una crisis de abastecimiento, una crisis económica muy grave.
Pero hasta ahora las mayoría pobres de Venezuela no se han manifestado en contra (del actual gobierno), a no ser durante las elecciones (parlamentarias) de 2015, cuando ganó la oposición, pero no por una gran diferencia.
La venezolana es una sociedad polarizada, con diferencias. Y defender Venezuela es defender la democracia venezolana y que las mayorías puedan manifestarse democráticamente.
Si usted mira, la oposición organiza un referendo -aunque no tenga ninguna validad jurídica- y se habla de 7 millones, el gobierno organiza unas elecciones para la Asamblea Constituyente y se habla de 8 millones.
Y después viene una empresa que dice que en realidad fueron siete millones, pero lo que muestra todo eso es que la sociedad está dividida. Y las divisiones en nuestra sociedad deben resolverse democráticamente.

¿Pero está funcionando la democracia venezolana?

Lo que está claro es que Venezuela no es una dictadura, porque si fuera una dictadura no se podría hacer lo que la oposición está haciendo: quemando centros de salud, quemando escuelas, un helicóptero que bombardea el Tribunal Supremo, la oposición en la calle provocando todo tipo de problemas, de provocaciones.

Miembros de las fuerzas de seguridad de Venezuela arrestan a un manifestante opositorDerechos de autor de la imagenREUTERS

En los medios internacionales parece que son provocaciones del gobierno cuando es claro que no. Y sabemos que no porque lo hemos visto antes.
Si usted vio por casualidad el reportaje de Sky News antes de las elecciones (de la Asamblea Constituyente), sobre lo que parecía casi una guerra civil en Caracas, acuérdese de lo que Sky News ha hecho en Libia, en Trípoli, y también en Mosul, en Siria, que después se verificó que eran falsedades.
Hay un intento de no mostrar la realidad de Venezuela en los medios internacionales y por eso defender Venezuela es defender un poco la democracia y una salida no violenta para esta crisis, porque si hay una salida violenta los venezolanos, sobre todo, pero el mundo en general, va a sufrir.

¿Y está usted seguro de que la mayoría de los venezolanos apoyan al actual gobierno? Como usted mismo recordó, la última vez que la oposición participó en unas elecciones, las ganó…

Si, la mayoría votó a favor de la oposición, no hay duda ninguna, pero si usted mira fue en el contexto de una crisis. Y obviamente Maduro no es Chávez.
Sabemos también que hay problemas -nadie va a negar que hay problemas en Venezuela- y sabemos también que Maduro no es Allende.
Pero la verdad es que cuando se organizan las elecciones en 2015 las mayorías estaban muy poco contentas con algunos de los desarrollos de la Revolución Bolivariana, pero querían continuar con la Revolución Bolivariana: corregirla, no eliminarla.
Por eso, cuando viene la Asamblea Constituyente -en las condiciones difíciles que sabemos, con lugares de voto que han sido quemados, que han sido impedidos- ocho millones de personas se manifestaron a favor.
Me parece que la mayoría de los venezolanos no quiere exactamente el tipo de políticas bolivarianas que Maduro está realizando en este momento, pero quiere que siga el mismo proyecto de inclusión social, de dar más poder a las comunas, a los más pobres, etc.
No es eliminar del todo todas las conquistas que se lograron desde 1998. En ese sentido es que hablo de mayorías.

¿Pero cree usted que en las condiciones que se da la Constituyente puede tomarse como un ejercicio de democracia y sus resultados como una expresión de voluntad de las mayorías?

Sí, es un ejercicio democrático, no de una dictadura. Los procesos constituyentes pueden tener diferentes composiciones, diferentes formas de elegir. Y el artículo 348 de la Constitución establece que el presidente tiene esa prerrogativa (de convocarla).

maduroDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionDe Souza opina que habría sido mejor seguir con la Constitución de 1998.

Ahora, yo he criticado siempre, de una manera solidaria, algunos aspectos de la política bolivariana; no es de hoy. Y claro, yo personalmente pienso -aunque no soy venezolano- que habría sido mejor seguir con la Constitución de 1998, y mucha gente cree que eso sería posible.
Hablar de que quizá la Asamblea Constituyente no es plenamente democrática es una hipocresía, porque realmente la Asamblea Nacional le estaba haciendo un bloqueo total a Maduro, desde el inicio.

Pero era un proceso más simbólico que efectivo, mientras que la Constituyente sí tiene poder: de hecho uno de sus primeras decisiones fue destituir a la fiscal general Luisa Ortega. ¿Cree usted que ese tipo de actos contribuyen a la confianza y el diálogo que el gobierno dice quiere impulsar?

No. Y yo pienso realmente que hay una polarización creciente y muy preocupante, que las dos partes están realmente polarizando la situación.
Usted ve, por ejemplo, que ha habido intento de dividir a los militares, intentos detrás de los que hay una interferencia norteamericana muy fuerte, que está documentada, porque realmente están intentando boicotear todo el proceso bolivariano de Venezuela. Y las reacciones tampoco me parecen muy buenas, por supuesto.

Luisa ortegaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionUna de las primeras medidas de la AC fue la destitución de la fiscal general Luisa Ortega.

Lo que me parece interesante, sin embargo, es que la oposición ha decidido participar en las elecciones regionales y locales que se van a realizar. Y esa es la manifestación de una voluntad de enfrentar una votación y seguir por la vía democrática, lo que para mí es una noticia muy buena.
Por otro lado, en Venezuela ahora tenemos una situación de poder dual, con la Asamblea Nacional por un lado, y también un vacío institucional muy fuerte, porque la fiscal general ha sido echada por Maduro, o por la Asamblea Constituyente, pero ella no lo va a aceptar.
Y todo eso crea una situación -que no es nueva en historia, en Rusia tuvimos eso durante un tiempo en 1917- en la que hay una división de poder en la sociedad que hace que cada vez sea más difícil una solución vía el diálogo. Y esto no lo habíamos visto antes en América Latina.
Lo que sí hemos visto son las sangrientas dictaduras que vienen después, la destrucción de todo, y eso a todos los demócratas les debe preocupar. Y por eso todos los intentos deberían ser para fomentar el diálogo.
Lamentablemente hay gente que no está interesada en ninguna manera en el diálogo.
Y no sé si realmente no hay fuerzas externas en este momento que están interesadas en que Venezuela, que tiene todas las riquezas minerales del mundo, no sea realmente un país soberano y con alguna independencia en relación a Estados Unidos, porque sabemos que todos los otros países han sido eliminados, destrozados, destruidos cuando tiene reservas que son considerada estratégicas para lo que EE.UU ve como su seguridad nacional.
Y hay muchas formas de intervenir. No podemos ser ingenuos. Después de la Operación Cóndor en el Cono Sur de América Latina en la década de 1970 no podemos ser ingenuos: hay muchas formas de intervenir en los asuntos de otro país.
Yo pienso que sin eso esta polarización se podría resolver por la vía democrática. Así, no sé. Y eso me tiene bastante preocupado.

El chavismo, sin embargo, lleva 18 años en el poder. ¿No es esa la prueba de que se está sobredimensionando el peso de esa supuesta conspiración organizada por Washington?

El problema no es realmente de cuántos años está en el poder, sino si gobierna bien. Y en Venezuela hubo un problema estructural muy claro: que Venezuela no aprovechó la bonanza del petróleo para reconstruir un Estado históricamente rentista y muy dependiente de EE.UU.
Porque realmente Chávez no lo cambió: no aprovechó la bonanza del petróleo para cambiar la matriz productiva de la economía de Venezuela. Al contrario, de alguna manera quedó todavía más dependiente de la producción del petróleo.

petroleoDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption"Venezuela no aprovechó la bonanza del petróleo para reconstruir un Estado históricamente rentista y muy dependiente de EE.UU"

Eso obviamente es un problema estructural. Y a eso hay que sumarle el problema de la corrupción, que no es de ahora. La corrupción era absolutamente endémica en Venezuela, en los 70, en los 80. Era un caso de estudio…

¿Y ya no hay corrupción en Venezuela?

Claro que hay. Como lo hay en otros países. Pero no estoy diciendo que no lo hay. El problema es el del doble estándar, que permite por ejemplo que en Brasil la presidenta más honesta de América Latina, que es Dilma Rousseff, fuera echada por los políticos más corruptos de América Latina. Este doble estándar es lo que me molesta.
¿Y dónde está el doble estándar? Es básicamente esto: ¿estás o no alineado con las lógicas internacionales del neoliberalismo, de privatizaciones y de entrega de recursos naturales al mercado internacional?
Si estás a favor de esto se tolera todo, como se tolera que en Arabia Saudita van a ejecutar jóvenes que estuvieron en la primavera árabe, y nada pasa; o que a las mujeres les dan latigazos porque conducen vehículos.
Para nosotros nada de eso pasa, no es importante, y ese el doble estándar que me molesta. Pero de ninguna manera estoy tratando de ocultar los problemas estructurales del país.

¿Pero cree usted que las preocupaciones con la calidad de la democracia en Venezuela son pura fachada?

No, yo pienso que la lucha debe ser por la calidad de la democracia. Pero, el tema es qué se entiende por democracia.

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Image captionExisten grupos que intentan construir desde la base un poder comunal.

Por ejemplo, usted hoy tiene en Venezuela una estructura muy importante que se llama el Poder Comunal, donde además hay gente muy crítica con algunas políticas de Maduro, que están intentando construir desde la base un poder comunal que es un poder participativo, no necesariamente un poder representativo en términos de democracia representativa. Pero usted sabe que hay otras formas de democracia.
Y en Venezuela había un sistema electoral muy sofisticado. Y a mí me sorprende que la empresa venga a decir -con qué base no lo sé, lo que sí sé es que acaba de concluir un contrato millonario con Colombia- que solo fueron siete millones, que no fueron ocho millones.
Hay cosas que no entendemos y que me causan un poco de sorpresa y de distancia por lo que he visto otras veces en América Latina y las consecuencias son siempre las mismas: una guerra civil, muertes, asesinatos cada vez más, y eso sería muy malo para el pueblo venezolano y los demócratas del mundo.

¿Y no le resulta sospechosa la unanimidad de las decisiones de la Constituyente? ¿Hasta qué punto puede un cuerpo que toma decisiones así considerarse representativo de la sociedad venezolana?

No estoy seguro que las cosas vayan a ser de esta manera...

Pero así ha sido hasta el momento…

Claro, pero todavía no ha empezado, por así decirlo. Vamos a ver lo que va a pasar.
Por otro lado, en Venezuela todavía hay mecanismos democráticos muy fuertes. Cuando esta Constituyente termine su trabajo la nueva Constitución va a tener que ser refrendada, no puede entrar en vigor sin más, tiene que haber un referendo. Entonces los venezolanos van a tener la oportunidad, en un referendo, de decir que están en contra.

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Image captionLa AC reformará la Constitución de 1998.

En otras palabras, me parece que hay algunos mecanismos todavía existentes que nos permiten ver una salida democrática, una salida con un mínimo de violencia -que lamentablemente ya es grande- y con un mínimo de intervención internacional.
Vamos a ver si eso es posible, pero no hay que desistir de esa posibilidad. Aunque, por lo pronto, las dos partes en este momento no se están comportando de la mejor manera para intentar un diálogo.

¿Y cree usted que la voluntad de diálogo del gobierno es legítima?

Pues no hay que olvidar que todo empezó cuando la oposición ganó las elecciones en 2015. Ganó las elecciones legislativas, no la presidencia, pero la primera cosa que dijo fue: 'Hay que destruir la Revolución Bolivariana y sacar a Maduro'.
Es decir, las primeras declaraciones del nuevo presidente de la Asamblea son para destruir todo lo que pasó antes.
Esto no es normal. Y uno no se puede sorprender de que los que están con el presidente o están con el gobierno empiecen a pensar en maneras para defenderse. Y estoy feliz que la manera que hasta ahora intentaron fuera una Asamblea Constituyente, pues podría haber sido el recurso a una lucha armada y sabemos que en Venezuela hay muchas armas.
Por eso, yo prefiero de alguna manera prestigiar mínimamente la Asamblea Constituyente, preparar un referendo, someterlo y si es derrotado, es derrotado. Y si gana, gana.
Pero hay que intentar que el proceso siga, aunque sea al borde del caos. Estamos al borde del caos, pero muchos países hemos pasado por esto -mi país, Portugal, pasó por lago muy similar en 1975- y lo superamos.
Y en ese entonces se decía que tenía que haber una intervención norteamericana en Portugal, después de la Revolución de Abril. O sea que logramos mantener el sistema democrático.

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Image captionVenezuela vivió más de 100 días de protestas.

Ahora, Venezuela no es Portugal, los países son distintos, los contextos son distintos.
Pero sigo defendiendo la posibilidad de una salida de diálogo democrático, lo que probablemente pasaría por no profundizar la dualidad de poder con la Asamblea Nacional, dejar redactar una Constitución de la Asamblea Constituyente y someterla a un referendo, y sobre todo apostar con fuerza a las elecciones regionales y locales.
Las elecciones regionales y locales nos van a decir lo que realmente piensa el pueblo. Y todas las informaciones que recibo desde dentro, de gente que está con los pueblos, es que la gente no está en contra de la Revolución Bolivariana, pero quiere comer, quiere resolver.
Y piensa además que ha habido un boicot durante mucho tiempo de las fuerzas oligárquicas que bloquearon el abasto de la sociedad. Pero claro, no hay cosechas, no hay medicamentos, no hay protección para la salud y estas cosas son insostenibles. Y la gente no está satisfecha, para nada.

¿Pero esa situación se puede explicar únicamente por un supuesto boicot de la oligarquía? ¿No es también un resultado de las políticas del chavismo? ¿Puede acaso un boicot explicar que Venezuela se haya convertido, en palabras de Ricardo Hausmann, en "el país más endeudado del mundo"?

Venezuela No es el país más endeudado, el país más endeudado es Estados Unidos: US$23 billones de deuda pública. No lo es ni en términos absolutos, ni en términos relativos. El tema es que EE.UU. puede imprimir los billetes que quiere y el valor del dólar se mantiene…

Pero la venezolana es una deuda significativa…

Sí, es importantísima. Y no le voy a decir que el boicot es la única causa (de la crisis económica de Venezuela). No hay causas únicas en esto. Y hay errores. Yo no estoy intentando de ninguna manera defender que el pobre Maduro es una víctima inocente de toda la oposición. No es so.
El tema es que, si hay errores, en una democracia qué se hace: es derrotar. Y por eso empezó en 2015 la derrota de algunos errores de la Revolución Bolivariana.
Pero, ¿qué pasó después? Que el que ganó las elecciones (legislativas) decidió que la única manera de poder conquistar y hacer valer su victoria era destruir la Revolución Bolivariana y no corregirla.

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Image captionDilma Roussef fue destituida por en septiembre de 2016 por el senado de Brasil.

Ese es el problema hoy. Esa es la causa de la polarización. Porque cuando se piensa no hay que corregir los errores sino destruir entonces hay que hacer algo más radical.
Fue así en Brasil: tuvo que ser un golpe. Porque si únicamente se hubiera tratado de corregir los errores de Lula -que eran muy grandes y que los critiqué a su debido tiempo- se hubiera podido encontrar una solución democrática, esperar a las próximas elecciones y derrotar ahí a Dilma Rousseff. Pero la oligarquía estaba impaciente y produjo un golpe.
Yo pienso que en Venezuela eso es lo que va a pasar. O puede pasar. Porque los mecanismos democráticos que todavía existen, están muy frágiles y exigirían grandes líderes o la protección de instituciones como Celac y Unasur, que si estuvieran fuertes podrían intervenir y decir "Amigos, vamos a intentar salvar lo más importante".
Pero eso es lo que está ausente en estos momentos y hay culpas de todos los lados. Y para mí lo importante es mantener una estructura democrática, porque el resultado, va a ser terrible. Y eso es lo que no podemos tolerar.

¿Es usted optimista o pesimista?

En este momento soy cada vez más pesimista, porque todos los días que pasan veo que las posibilidades de diálogo son cada vez menos y veo que la presión internacional, la presión de EE.UU., está creando una situación que básicamente quiere producir un golpe.
Pero, además, la oposición está muy dividida. Está unida simplemente para destruir la Revolución Bolivariana pero para nada más.
¿Entonces qué vamos a tener después? Una gran incertidumbre, quizá mucha violencia y un retroceso total de las conquistas sociales.
FUENTES DE BBC Mundo   Arturo Wallace