OPINAN LOS SENADORES RÚBEN MARTÍNEZ HUELMO, MÓNICA XAVIER, DANIELA PAYSSÉ Y CONSTANZA MOREIRA El FA acusa a la oposición de querer bloquear la Ley de Medios


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La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (mal llamada Ley de Medios) se aprobó en diciembre de 2014. Sin embargo, ya pasaron 4 años y aún no se ha implementado en su totalidad. El último episodio fue que la Asamblea General tenía que votar a los cuatro integrantes del Consejo de Comunicación Audiovisual (CCA). Sin embargo, la oposición no asistió a la sesión e incluso algunos de sus integrantes afirmaron que si ganan las elecciones, la derogarán.

Desde el Frente Amplio (FA) se concibe que la derecha pretendió bloquear -como viene haciéndolo desde hace tiempo con los recursos de inconstitucionalidad- la normativa. Los senadores Rubén Martínez Huelmo, Mónica Xavier, Daniela Payssé y Constanza Moreira declararon a LA REPÚBLICA que la oposición quiso “mancillar la Ley”, ha “tergiversado” las cosas y ha pretendido “demonizar” el tema. Incuso señalaron que el FA intentó acordar con ellos, pero “las propuestas nunca les parecieron suficientes”.

En este sentido, Huelmo declaró a LA REPÚBLICA que la posición de la derecha fue “muy desproporcionada”, ya que “demonizó a la Ley”. Asimismo, recordó que la derecha siempre le quiso asignar inconstitucionalidades a la normativa. Dijo que en algunas ocasiones la Suprema Corte prestó atención a sus reclamos y en otras no, por lo que la “Ley está plenamente vigente sin ningún tipo de mácula”. “Lo que quisieron hacer fue ir mancillando la Ley.

Dijeron que había sido promovida por el FA, pero hay que recordar que tenemos la mayoría de la cámara y que eso no cayó del cielo, lo promovió la propia ciudadanía. Por tanto, lo que se quiere hacer es una falsa oposición. La derecha cree que marcarle alguna regulación a las empresas es atentar contra la libertad de prensa, cuando, por el contrario, la Ley es garantista en todos los sentidos”.

“Ninguno de los miembros de la oposición pudo decir que el funcionamiento de la comisión no fue estrictamente ajustado a lo que la Leydetermina. Creo que se ha tergiversado muchísimo, porque en el fondo intentaron que se declarara inconstitucional y apelaron a todos los artículos habidos por haber, pero ello no culminó en lo que aspiraba la oposición: una Ley vacía o inexistente. Hoy ponen todos los obstáculos y sacan todos los conejos de la galera para tratar de obstaculizar la implementación del Consejo, que es el que hace realidad la aplicación de la Ley”, afirmó en República Radio la senadora Xavier.

Sostuvo que la normativa no tiene apoyo de los partidos de la oposición, pero sí lo tiene de las organizaciones sociales vinculadas a la temática. “Nadie vinculado a estas áreas deja de reconocer la importancia que tiene esta Ley”.

En la misma sintonía, Moreira declaró a LA REPÚBLICA que le pareció “inaudito” que se recurriera a la idea de derogar la Ley por falta de acuerdo. “Eso es mezclar las cosas, no reconocer que buena parte del fracaso de la negociación recae en la intransigencia de la derecha. Lo cierto es que comienzan con amenazas que no tienen que ver con el tema en cuestión, sino con la necesidad de hacer campaña electoral desembozadamente”.

La senadora consideró que cada vez que el FA precisa mayorías especiales es lo mismo: por más que” la Ley hable de idoneidad técnica y experiencia, lo que prima es el acuerdo político. Y la oposición reclama cargos. Lo cierto es que nunca le alcanzan. Asimismo se produce la gran paradoja: ellos no acompañaron la Ley pero quieren hacer parte de los organismos que la normativa consagra”.

Con respecto a los planteos de algunos dirigentes que afirmaban que el FA tiene una postura “totalitaria”, Payssé declaró a LA REPÚBLICA que es “mentira”. “Tenemos una mayoría legítima que la población nos dio. Esa mayoría nos habilita a tomar decisiones en los momentos en que las leyes los determinan. De todas formas, el tránsito a los entendimientos lo recorremos siempre. El tema es cuando no hay voluntad de la otra parte. Creo que es posible llegar a un acuerdo con la oposición, porque las diferencias no son con los nombres, las cualidades de las personas no estuvieron cuestionadas en ningún momento, lo que quiere decir que hay un campo fértil sobre el cual trabajar”.

“Las propuestas no fueron suficientes para la oposición”

Payssé señaló que hubo “alternativas de negociación”, pero que “las propuestas no fueron suficientes para la oposición”, ya que la misma argumentaba que el integrante designado por el presidente podría desequilibrar un eventual dos a dos. “Sin embargo, estamos hablando de un Consejo técnico, no político, en el cual hay que buscar que los postulantes tengan las cualidades que requiere la tarea. Frente a la eventualidad de que se pudieran votar otros nombres y no solo los cuatro acordados, nadie la negó.

Pero hubo quienes se pusieron del otro lado del mostrador, diciendo que el día que el FA no sea gobierno lo primero que van a hacer es derogar la Ley. Con esa forma de expedirse la verdad que mucha adhesión a buscar el mejor Consejo no la percibo. Después vino la intervención – que siempre ocurre para agitar todavía más las aguas- del senador Pedro Bordaberry, quien planteó que era un atentado a la democracia y al sistema republicano. La verdad que es un discurso que él reitera en cuanta intervención parlamentaria tiene lugar”.

Sostuvo que el FA de ninguna manera va a presionar para generar una propuesta que vaya en contra de los eventuales de acuerdos. “Estuvimos transitando caminos de negociación que la oposición no acompañó pero que tampoco tuvo la iniciativa de generar una mejor propuesta. Vamos a tener que ir todos con el espíritu de seguir elaborando acuerdos debido a que las leyes establecen mayorías especiales, que implican la garantía para la minoría, entonces no se puede decir que acá hubo una postura totalitaria o que estamos como Venezuela, en fin todo ese discurso un poco cansador que utilizan ciertos sectores de la oposición que a falta de argumentos empiezan a reiterar algunos eslóganes”.

Lo que trata la Ley

“Desde que la Ley está vigente, no habido ninguna demanda de que esta normativa haya coartado la libertad de prensa. Eso es lo que más le duele a la derecha. Por tanto, toda la bulla que ha hecho oposición es porque tienen serios prejuicios sobre una Ley que es garantista y que intenta regular lo que le pertenece al Estado”, reflexionó Huelmo.

Sin embargo, el senador realizó una autocrítica: el FA debió haber acordado con la oposición antes de llegar a la Asamblea General. De hecho, dijo que en los próximos días se trabajará en un acuerdo.

Señaló que la normativa protege a la minoridad y propone regulaciones y controles que brindan garantías no solamente a los medios de comunicación sino también a la ciudadanía. Es más, dijo que es una Ley que “nunca se metió con los contenidos, sino que expresa en qué espacios y horarios tienen que estar determinados mensajes”.

También afirmo que regula la propaganda electoral, la dotación de servicios de radio y televisión, la publicidad protagonizada por niños y adolescentes y los derechos que tienen las personas con discapacidad.

Señaló que el artículo 14 explica los derechos de los prestadores de servicios de comunicación audiovisual, entre los que se destaca la libertad de expresión y el derecho a buscar información y escribir ideas de toda índole. “Por tanto, lejos de coartar la libertad, la garantiza”. Incluso en el artículo 15 se afirma que está prohibida la censura previa o las intervenciones a través de cualquier servicio de comunicación audiovisual. También dijo que en el artículo 16 se establece la independencia de los medios de comunicación, la libertad editorial y el derecho a emitir espacios publicitarios.

El proceso que se realizó antes de la Asamblea General

Payssé recordó que lo que se trató en los últimos días es la integración del Consejo de la Ley de Servicios y Comunicación Audiovisual. Dicha asignación se decidión en la comisión que la propia normativa establece. Señaló que en los últimos meses se elaboraron pautas y se presentaron más de 20 candidatos para integrar el consejo. “Hubo un trabajo muy concienzudo de entrevistas a la que participaron todos los integrantes de la comisión, que eran de todos los partidos políticos. Incluso se empezó a trabajar la eventualidad de una negociación”.

“En ese marco, hubo intercambios, pero no se arribó a un acuerdo, por lo que los nombres concitaron más adhesión fueron los que planteó el FA, ya que es el que tiene mayoría en la comisión”, agregó.

Explicó que hay cuatro cargos que se designan por los dos tercios de integrantes de la Asamblea General. Mientras tanto, el quinto integrante de ese Consejo lo designa el presidente, por lo que hay una diferencia entre estos cuatro integrantes que duran 6 años y el que es designado por el Poder Ejecutivo, ya que estará solo presente durante el período del gobierno actual.

Uruguay está primero en el ranking de libertad de prensa

Uno de los redactores de la normativa, Gustavo Gómez, declaró a LA REPÚBLICA que la posición de los partidos tradicionales era “totalmente previsible”. “Es una pena. Siguen repitiendo los mismos argumentos de cuando se votó la Ley sin tomar en cuenta que la Suprema Corte de Justicia dijo que la norma superó el test de constitucionalidad. Tampoco que los organismos internacionales reconocidos como Reporteros sin Fronteras siguen poniendo a Uruguay como primero en el ranking de libertad de prensa de América del Sur justamente por la Ley de Medios”.

“A la oposición le repugna que se controle a los empresarios”

“Desde los medios tradicionales hay resistencia a perder un manejo discrecional por eso se oponen. Una de las cosas que tenemos que saber es que en nuestro país tiene una de las concentraciones más grandes de los medios en muy pocas familias. Pretenden que no exista nada porque históricamente eso se denominaba libertad. Sin embargo, eso implica que se siga cuidado el privilegio de ciertos sectores muy conservadores que están muy concentrados”, declaró Xavier.

En la misma sintonía, Moreira afirmó que la oposición se niega a la regulación de los medios a pesar de que sabe que en Uruguay la concentración es “altísima y ya hemos sido observados internacionalmente por eso. La idea de que el Estado regule de pronto les resulta insufrible. Que el Estado controle -con la mayor mano dura- la seguridad les encanta. Pero que controle a los empresarios y a los medios, les repugna. Es una concepción de clase. El FA, lejos de hacer una política de clase, está haciendo una política universalista”.

Por otra parte, el economista Gustavo Buquet, coordinador del proyecto del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), declaró a LA REPÚBLICA, hace unos meses atrás, que el dominio de los medios de comunicación de este país es realizado entre 3 y 5 familias. Se mostró preocupado por esta “excesiva” concentración del poder que tienen algunos medios. Según los datos que se muestran en el estudio que él realizo en conjunto con Edison Lanza, los canales de televisión concentran el 95% del mercado de televisión abierta nacional, en 2010 facturaron 82,5 millones y la televisión es el medio que los uruguayos que mayormente eligen.

Escrito por Lucía Barrios     FUENTE LA REPUBLICA  DIARIO


Estaban en la calle, en las puertas de las fábricas, recorriendo ferias, realizando puerta a puerta. Por las noches pegatinas pasacalles, carteleras, pintadas. Los militantes respondían por miles.

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“A lo largo del tiempo, las partidas de defunción del Frente Amplio no solo provinieron de los militares o de otros partidos, sino que muchas surgieron de las propias filas de la izquierda. Frente a todas esas iniciativas, Seregni se convirtió en el más tozudo defensor de la existencia del Frente Amplio como expresión política de la unidad de las izquierdas uruguayas. Sin embargo, cada vez se lo menciona menos en los discursos de buena parte de los principales dirigentes frenteamplistas”. Frase del libro “Seregni” de G. Caetano y S. Neves. Dentro de pocos días llegará el último ciclista, por lo tanto comenzará en serio el año 2018. Lo que equivale a decir que faltan 420 días, para la primera elección, no obligatoria, que se desarrollará en mayo de 2019. Aunque cuando escribo esta nota, mi recuerdo vuela 47 años hacia atrás en el tiempo. A esta hora ya había terminado uno de los actos políticos más grande de la historia del país. La multitud que se había reunido para escuchar a los de la “colcha de retazos”, era imponente. Más de 100.000 personas dirán los observadores independientes. Como dijo Seregni en su oratoria: el Frente Amplio es la nueva conciencia del pueblo. Nacimos en el pueblo y con el pueblo. El Frente es la unidad del pueblo, blanco, colorado, comunista, socialista, democristianos, independientes y sin partido. Todos detrás de un único programa, que implementaremos si llegamos al Gobierno. Ese día fue la presentación en sociedad de este nuevo lema político: el Frente Amplio. Era el bautismo en la calle, allí en la explanada Municipal. Al comienzo del acto, al son de un clarín, se izó la 1ª bandera artiguista, la misma que el coronel Fernando Otorgues izara en la Plaza Militar de Montevideo, el domingo 26 de marzo de 1815 a las 6 de la mañana, otra más pequeña se hizo en la ciudadela. Esa bandera será la que Frente toma como suya, la Roja, Azul y Blanca. Tal cual lo señalara Artigas: el Rojo por la sangre derramada en defensa de nuestra libertad, el Azul por la República y el Blanco por nuestra grandeza. Siempre hablamos de lo inmenso del acto, de los oradores que allí estuvieron, espero no olvidarme de ninguno. Alba Roballo, Zelmar Michelini, Rodney Arismendi, Hugo Villar, José P. Cardozo Juan P. Terra, Fco. Rodríguez Camusso, Juan José Crotoggini, Gral. Arturo Baliñas, Gral. Líber Seregni. ¿Pero cómo se trabajó para este inmenso acto? Por ese entonces pocos eran los Comité que existían, pero todo el aparato de los grupos y sectores políticos, estaban en la calle, en las puertas de las fábricas, recorriendo ferias, realizando puerta a puerta. Por las noches pegatinas y más pegatinas, colocación de pasacalles, carteleras, pintadas. Los militantes respondían por miles. Los principales diarios que apoyaban al Frente Amplio eran por la mañana El Popular y el semanario Marcha, por la tarde el Ya y Eco. En radio, CX 30 Radio Nacional. Nada fue espontáneo, entre su fundación el 5 de febrero y el 26 de marzo, habían transcurrido 49 días. Días en los cuales no faltaban las reuniones en casa de familia, los actos en la puerta de las fábricas, en obras de construcción, en los barrios como el Cerro, La Teja, el Cerrito de la Victoria, en Malvín, la Aguada, en Piedras Blancas, fue en la época en que empezaron a surgir los comités funcionales por sectores y los comités barriales. Los más veteranos recordarán todas las movidas que se realizaban, por parte de los “frenteamplistas”, esos que la “Gran Prensa y medios de comunicación” daban en llamar la colcha de retazos. Todos éramos conscientes de que esto era el comienzo político de la unidad de las izquierdas, en lo electoral, pues ya habíamos pasado por la unidad sindical, “una sola Central”, por el Congreso del Pueblo. Las caravanas de vehículos, que venían desde los distintos barrios de la capital, fueron “bancadas” por los propios vecinos, se juntaba el dinero para la nafta, que había que ponerle al camión de aquel que hace feria, o al otro que realiza fletes. Desde varios días antes el militante salió a visitar a comunistas, socialistas, cristianos, a los que militaban en los sindicatos, ese día era, “un honor” estar presente en la Explanada Municipal, a las 19.30 horas. Ese 26 de marzo las movilizaciones desde el Cerro, que bajaban por Carlos M. Ramírez para juntarse con el Pantanoso y La Teja, y en Belvedere esperar a los que venían por Santa Lucía desde Rincón de la Bolsa y Paso de la Arena o los que venían por César Mayo Gutiérrez desde Canelones, Progreso, Las Piedras y La Paz para juntarse con los de Colón y Sayago. O los que venían por Gral. Flores, algunos desde el Santoral, Toledo, Mangas y Piedras Blancas, rumbo a Maroñas, para juntarse con los del Cerrito de la Victoria. Otros también venían por 8 de Octubre y más allá aun por Camino Maldonado, por donde vendrían los de Pando y Villa García. Pero también esperando a los de Paso Carrasco que venían junto a los de la Cruz de Carrasco. No me olvido de una columna que venía de Malvín y Buceo. Los del Centro y el “Puerto” con los bancarios y un gran cartel que decía “Presente”. Ese fue un día de fiesta, fruto del gran trabajo de los militantes de a pie, nada se dejó a la buena de Dios. Hablarán -decía un mural de la época-: Alba Roballo, Francisco Rodríguez Camusso, Rodney Arismendi, José Pedro Cardoso, cerrando la parte oratoria el Gral. Líber Seregni. Ese día no pudimos acercarnos al escenario, la gente, la multitud nos lo impedía. Más de 100.000 uruguayos dijeron “Presente, mi General”.

#OPINIÓN
El militante      Escrito por William Marino, Analista 

FUENTE LA REPUBLICA  DIARIO

UN NUEVO SECTOR EN EL FRENTE AMPLIO Nació PAR, liderado por Cristina Lustemberg



En la emblemática Huella de Seregni y a sala colmada, Cristina Lustemberg acompañada por el presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, presentó a PAR, un nuevo espacio constituido por mujeres y hombres frenteamplistas “comprometidos en trabajar para seguir transformando nuestro país, apuntando a luchar contra las desigualdades del sistema hegemónico capitalista”.

Ante un auditorio variopinto (con frenteamplistas de distintos sectores, independientes y hasta algunos pocos de otras tiendas que abrevaron en el wilsonismo y el batllismo), Cristina Lustemberg, médica pediatra, diputada, ex gestora del Programa Uruguay Crece Contigo y durante tres años subsecretaria de Salud Pública, describió las principales líneas de la propuesta de PAR.

Conciente de su responsabilidad en la iniciativa, hizo énfasis en la importancia de construir espacios colectivos, tener ética y transparencia, colocarse en el lugar de la gente, discutir con ella ideas y acciones, priorizar las políticas con gasto, consolidar equipos.

“Se confunde actividad política con malas prácticas y la oposición tiene un discurso que desvaloriza la política. Pero si se fragiliza la política, se fragiliza la democracia”, afirmó marcando que hay que hacer política para trasformar la realidad.

Líneas programáticas

Revisar las políticas sociales y promover el diseño de una nueva generación de ellas, con perspectiva de ciclo de vida y ajustadas a los tiempos que corren; profundizarlas en materia de infancia y adolescencia e inserción de la juventud; fortalecer la educación, el desarrollo del agro, la salud, la protección social, son algunas de las líneas de trabajo de PAR.

“En economía avanzamos y se produjeron transformaciones sociales sostenidas. Pero no alcanza, el diseño de las políticas tiene que tener una mirada más integral”, afirmó Lustemberg destacando la necesidad de su encuadre en derechos humanos, género y territorio. Esto último porque “el cinturón periférico muestra indicadores que nos deben desvelar. Además, se ha perdido el eje de las primeras etapas de la vida y hay que recuperar la responsabilidad ética con ellas”.

“Estamos atrasados en resolver los crímenes de la dictadura”, reconoció y su preocupación fue respaldada por un aplauso cerrado y extenso. En los debes y urgencias también incluyó la reforma del Estado, la nueva configuración demográfica que apunta a las personas adultas mayores; la discapacidad y sus necesidades, el Sistema Nacional Integrado de Cuidados, la población migrante y la participación real y activa de la juventud.

“El Frente Amplio logró un país que progresó, pero se debe reflexión y autocrítica, sorteando la inercia de la comodidad. La agenda de la fuerza política hacia un cuarto gobierno es desafiante y debe ser encarada con actitud humilde, cerca de la gente, con escucha y conversación”, perfiló para el futuro inmediato. Lo que sería coherente con la sigla PAR, referente de una sociedad de pares, de iguales. Ante la pregunta inicial y habitual de la prensa sobre “famosos” integrados al sector, Lustemberg aclaró que allí nadie era más famoso que otro.

Integración y acompañamiento

El sector cuenta con muchas comisiones, que están trabajando en líneas programáticas y abiertas a la participación ciudadana.

Celsa Puente, ex directora del Consejo de Educación Secundaria y el presidente de la Federación de Salud Pública, Martín Pereira, integrantes del nuevo sector, estuvieron presentes en el lanzamiento de PAR.

También lo acompañaron la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse; Alvaro García, director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto; el intendente de Montevideo, Daniel Martínez y el ex intendente Mariano Arana; Eduardo Brenta, director de Gestión Humana y Recursos Materiales de la comuna capitalina; Gerardo Rey, inspector General de Trabajo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social; Matías Rodríguez, director Nacional de Políticas Sociales del Ministerio de Desarrollo Social; el diputado frenteamplista José Carlos Mahía; Nelson Villarreal, Secretario de Derechos Humanos de la Presidencia de la República, ente otros.

Bienvenida de Javier Miranda

Reconociendo de entrada que su presencia en el acto de PAR era un gesto político, Javier Miranda dio una calurosa bienvenida al nuevo grupo. “El FA necesita que se sumen actores al desafío de construir la vida en sociedad. Estamos en un momento de cambio, no se trata solo de continuar sino de pegar un salto cualitativo. Hoy somos ejemplo de cómo se construye una fuerza política plural, hay que buscar consensos y fortalecer la unidad. Tenemos errores, como toda empresa humana. Pobreza seguimos teniendo, exclusión social también. Pero no nos resignamos a la desigualdad”, afirmó.

En materia de género reconoció que los desafíos son enormes, porque “se avanzó en normativa, en reconocimiento de derechos, pero hay postergaciones de hecho y es ineludible el cambio cultural”.

El presidente del FA acuerda con la cuotificación: “Acciones afirmativas sí, para forzar la igualdad”, afirmó.

FUENTE LA REPUBLICA  DIARIO

Bienvenido sea este y otros simulacros, para superar las fracturas de la memoria y construir un relato acorde con la verdad histórica y no con la falacia de la ignominia.


La realización de un simulacro de secuestro por parte de un grupo de estudiantes liceales del bachillerato artístico del Instituto Alfredo Vázquez Acevedo, en vísperas de la Marcha del Silencio que conmemoró un nuevo aniversario de la trágica jornada del 20 de mayo de 1976, suscitó previsibles reacciones políticas.

Las expresiones de mayor exacerbación partieron desde la oposición de derecha, concretamente de la inefable diputada nacionalista Graciela Bianchi y de su colega colorada Susana Montaner, quienes demandaron a las autoridades educativas que el episodio fuera investigado.

Según Bianchi, “sin duda hubo una violación de los derechos humanos de los estudiantes”, porque, a su juicio, “no se respetó la integridad de los jóvenes al tratarse de un hecho realmente violento”.

Ya no sorprende la actitud destemplada de la conversa legisladora, que, desde que se integró al ultra-conservador sector “Todos” del senador Luis Lacalle Pou, tiene reiteradas salidas de tono que revelan su indudable talante reaccionario.

El agravante es que, pese a ser profesora de historia, Bianchi fustiga la actitud de un grupo de jóvenes cuyo único propósito fue recrear la lacerante memoria de las abominaciones perpetradas por la dictadura.

Esa postura es consistente con su participación en una reciente discusión parlamentaria que abordó el proyecto de ley que propone la creación de sitios de la memoria del pasado reciente.

En ese contexto, la legisladora avaló al gobierno autoritario de Jorge Pacheco Areco, alegando que en 1968 había una democracia con todas las garantías constitucionales.

Durante ese período, hubo detenciones arbitrarias, torturas, encarcelamiento de sindicalistas, militarización de funcionarios de entes estatales, ilegalización de partidos políticos y flagrante censura de prensa.

Mal podemos considerar democrático a un gobierno que cometió tales tropelías y -en su obsesión por reprimir y criminalizar la protesta- ignoró al propio Poder Legislativo.

Tampoco parece congruente que una docente que se precie de tal soslaye la inconstitucional intervención de la educación pública perpetrada por el pachecato en 1970 y el deleznable asesinato de los estudiantes Líber Arce, Hugo de los Santos y Susana Pintos.

Empero, tal vez más grave sea la actitud del consejero del CODICEN en representación de los docentes Robert Silva, quien instó al Consejo de Educación Secundaria a que investigue las circunstancias del simulacro de secuestro, insinuando que la representación fue proselitista y que pudo haber violado el principio de laicidad.

Silva parece ignorar que esta actividad está legitimada por el artículo 17 de la ley General de Educación 18.437 de 2008, que establece textualmente lo siguiente: “El principio de laicidad asegurará el tratamiento integral y crítico de todos los temas en el ámbito de la educación pública, mediante el libre acceso a las fuentes de información y conocimiento que posibilite una toma de posición consciente de quien se educa. Se garantizará la pluralidad de opiniones y la confrontación racional y democrática de saberes y creencias”.

Si bien el consejero Silva pertenece al Partido Colorado que no votó la norma, es evidente que el texto consagra el ejercicio de la democracia en toda su plenitud, al habilitar un amplio y plural abordaje y debate de todos los temas sin restricciones.

Aunque se pueda discrepar con el espíritu de la ley en función de eventuales posiciones políticas, es evidente que esta, a diferencia de otras normas, otorga derechos y no los restringe.

Este es un nuevo testimonio que el episodio molestó a la derecha más recalcitrante, que tiene, como en el caso de Sanguinetti, flagrantes culpas históricas.

En la dramatización de los estudiante no hubo un propósito proselitista sino de interpelación de un pasado sin dudas traumático, acorde con la necesidad de que se conozca la verdad en torno al destino de los detenidos desaparecidos.

Se trata, naturalmente, de un tema de superlativo valor histórico y que trasciende a lo meramente partidario. Por ende, el reclamo de verdad y justicia debería ser una demanda de todo el arco político, de las organizaciones sociales y de la sociedad en su conjunto.

No en vano la Marcha del Silencio, que este año volvió a ser multitudinaria, evoca los despiadados asesinatos, en Buenos Aires, del senador del Frente Amplio Zelmar Michelini, del diputado nacionalista Héctor Gutiérrez Ruiz y de los militantes Rosario Barredo y William Whitelaw.

Los cuatro fueron encontrados acribillados el 20 de mayo de 1976, luego de ser secuestrados por un grupo de operaciones de coordinación represiva binacional, en el marco del Plan Cóndor.

En noviembre de 2006, fueron procesados con prisión el ex dictador Juan María Bordaberry y el ex canciller de la dictadura Juan Carlos Blanco, como autores intelectuales de estos homicidios.

Hasta entonces, ambos criminales permanecían impunes, pese a que la Ley de Caducidad 15.848 que perdonó los delitos de lesa humanidad, no ampara a los civiles.

Durante los gobiernos de derecha y en aplicación de esta norma abiertamente inconstitucional, las causas judiciales por violaciones a los derechos humanas fueron clausuradas.

Obviamente, esta ley- que es contraria al derecho internacional y fue defenestrada por los organismos de derechos humanos- ha sido defendida a capa y espalda, durante más de treinta años, por los blancos y los colorados que la engendraron, la votaron, la sostuvieron y aun la sostienen.

En ese contexto, resulta gratificante que un grupo de estudiantes de un centro educativo históricamente combativo como el IAVA, tenga la iniciativa de resignificar el emotivo sentido del 20 de mayo, que es y será un día de militancia hasta que se agoten las instancias judiciales para el esclarecimiento de los crímenes perpetrados por el monstruo dictatorial.

La educación en su más amplia acepción, no debe ser una mera herramienta de transmisión de saberes y conocimientos y desarrollo de competencias teóricas y prácticas, sino también un instrumento removedor de conciencias libres.

Aunque el bloque conservador insista en que la enseñanza sea únicamente funcional al mercado, el imperativo es promover la maduración intelectual y la conformación del espíritu crítico de los jóvenes, como sujetos de derecho y potenciales protagonistas de las grandes transformaciones sociales.

Por ende, bienvenido sea este y otros simulacros, para superar las fracturas de la memoria y construir un relato acorde con la verdad histórica y no con la falacia de la ignominia.

La educación removedora y liberadora
Escrito por Hugo Acevedo, Analista

FUENTE LA REPUBLICA  DIARIO

 

Lo que molesta no es la mayoría sino que esta sea de izquierda…



Un editorial en Búsqueda atribuye la razón de todos los males a los tres períodos de mayoría parlamentaria que obtuvo la fuerza progresista en el Gobierno. Algo que parece un contrasentido absoluto en una democracia (régimen donde gobiernan las mayorías), salvo que se entienda que en aplicación de las mismas se avasalla sin más a las minorías (que no es el caso ni creo sea el sentido del editorialista).

Pues fueron también mayorías las que gobernaron este país durante más de siglo y medio -en solitario o en coaliciones blanqui-coloradas- y el país siguió adelante y evolucionó al punto de colocar a la izquierda en el poder. Es el libre y soberano devenir de la democracia uruguaya -felizmente recuperada y consolidada- la que permitió llegar a este tercer período con mayorías parlamentarias. Lo que molesta no es la mayoría sino que esta sea de izquierda…

No hay dos sin tres

Afirma muy bien el editorialista (Andrés Danza- Búsqueda 7/6, pag.2), que la mayoría que hoy critica fue virtuosa “en el acierto o en el error”, para permitir reformas como la tributaria, de la salud y la creación del Mides, en el primer gobierno del FA. Eran tiempos en que se sufrían coletazos de la peor crisis de la historia reciente y había que transformar la matriz recaudadora para poder hacer frente con mayor equidad a los desafíos que se enfrentaban.

Hoy nadie piensa en deshacer la reforma tributaria, alientan alguna bandera tribunera pero saben bien que esa torta de ingresos es fuente de recursos para la realización de obras que una gestión necesita para hacer realidad sus promesas de campaña y -por sobre todo- devolver al pueblo lo que este aporta, en obras. De la reforma de la salud hablan los propios beneficiados que son los que confirman el acierto de los cambios operados a pesar de luchar contra monstruos privados que hacen de la salud uno de los negocios más lucrativos. Esa es la razón principal de esta reforma, que la salud no sea privilegio para los que más tienen sino que todos tengan acceso a un servicio de salud.

Hoy tenemos un servicio público de salud que es modelo y nada tiene que envidiar a los servicios privados. Basta recordar el estado de los hospitales públicos antes de la misma y verlos hoy. En cuanto a la creación del Mides, tampoco puede pensarse que la mayoría que lo permitió fuera un exceso sino que por el contrario era una necesidad imperiosa ante un país de 3 millones de los cuales 1 millón eran pobres y de esos, muchos miles en pobreza extrema. Hoy los indicadores dan la razón a esa creación por más que haya muchos debes.

En el segundo período fue el tiempo de la agenda de derechos, otra vez “la mano de yeso” como gusta calificarse desde la oposición a las mayorías, permitieron la ley de 8 horas del trabajador rural, el reconocimiento de las trabajadoras domésticas, la ley de matrimonio igualitario, la legalización de la marihuana o la ley de despenalización del aborto.

Ahora bien, en este tercer período parece ser que se hastiaron de tanta mayoría zurda y vienen por atribuirle a esta la razón de todos los males. Criticaban por acción antes y lo hacen ahora por lo que entienden una omisión. No conocen la identidad frenteamplista de considerar todas las opiniones, encontrar los consensos y actuar en base a estos. No se trata de “manos de yeso”, ya no hay aquellas urgencias tan inmediatas aunque vivamos otras que necesiten apurar los tiempos. En puridad la verdadera razón es que ya no se bancan más una mayoría de izquierda. No se trata de impedir la negociación porque si hay quienes hacen de la negociación una constante, es el Frente Amplio.

A excepción del primer gobierno de Sanguinetti, ningún otro ofreció puestos en los organismos públicos a la izquierda. Fueron repartidos entre los coalicionados siempre. Fue con el segundo período del FA -el de José Mujica- que se ofrecieron cargos y se intentó ensayar acuerdos multipartidarios en búsqueda de instalar verdaderas políticas de Estado.

Esos acuerdos de alta política naufragaron rápidamente, no fuera cosa que los frenteamplistas demostraran que eran buenos gestionando esos acuerdos y los cumplieran. Así se retiraron prontamente de la multipartidaria de seguridad, por ejemplo, pero no contaron con la tenacidad del Ministro más resistido que le dio cumplimiento total y amplió el mismo con otras medidas.

No sé si habrá tiempo para un cuarto período con mayorías, eso lo dirán las urnas al igual que la posibilidad cierta de la continuidad frenteamplista en el poder, pero sí tengo claro que demonizar la mayoría obtenida en buena ley no es un argumento válido a la hora de pasar raya a este tercer período.

Entiendo, en cambio, que lo que hoy ocurre no es atribuible a cierta inoperancia de esa mayoría sino a que en un tercer período en el poder y con un país que mantuvo su crecimiento en forma continua (con disparidad en el porcentaje pero sin dejar de crecer nunca), es entendible que las expectativas sean otras y allí es donde hay que apuntar para una nueva generación de políticas a ser impulsadas. La ansiedad se suma a la expectativa y genera una combinación que aumenta la temperatura en tiempos de cercanía electoral.

El invento mató al inventor

Lo que no dice el editorial es que las mayorías parlamentarias vinieron de la mano de una reforma constitucional pergeñada para dilatar la llegada de la izquierda al gobierno. Eran tiempos en que el crecimiento del Frente Amplio ya auguraba la llegada natural al gobierno de la fuerza de izquierda, razón que impulsó a los partidos tradicionales a diseñar un modelo de sufragio que incluyera la segunda vuelta o ballotage (que se plebiscitó en el año 1996). Un invento que dio resultado en la primera puesta en práctica del año 1999 en que ganó el partido colorado con Jorge Batlle; la coalición de los partidos tradicionales rindió sus frutos tal como lo habían imaginado.

Pero, el invento mataría -en la próxima cita electoral- a los inventores, con el adicional inesperado de una elección ganada en primera vuelta por Tabaré Vázquez y la mayoría parlamentaria absoluta. Situación que se repetiría no una sino en dos ocasiones (Mujica y Tabaré respectivamente), quienes obtendrían mayoría parlamentaria en la primera vuelta y la Presidencia holgada en la segunda. Todo ello abonado con encuestas de dudosísima credibilidad -en el último comicio pareció más una maniobra que un error de diagnóstico- que se dieron de frente ante las nuevas mayorías ratificadas por el electorado uruguayo.

Por suerte, como bien afirma el editorialista, todavía nos queda la celeste y ojalá que esta “traiga muchos goles de esos que gritan todos los uruguayos”. Porque esas mayorías, las que nos juntan en un solo grito, son las que se necesitan para seguir creciendo como país y permiten mirar juntos al futuro sin importar con qué mano se realiza una votación…

el hombre sacó cuentas,
el perro ladraba un gol…

¡La culpa es de la mayoría!     Escrito por Fernando Gil Díaz, Analista

FUENTE LA REPUBLICA  DIARIO