Un paciente trabajo de años permitió reconstruir el relato de quien en círculos muy íntimos se ufanó de asesinar a Fernando Morroni. Ese trabajo permitió, además, establecer los vínculos del exagente policial en la actualidad con grupos activos políticamente. A 24 años de la masacre del Filtro, no todo es impunidad.

Resultado de imagen para LA MASACRE DEL FILTROResultado de imagen para LA MASACRE DEL FILTRO
Resultado de imagen para LA MASACRE DEL FILTROResultado de imagen para LA MASACRE DEL FILTRO
Esa noche Waldemar era “chofer de  comisario”. Tarea sencilla aunque él pensara que era un desperdicio haberlo asignado, con su capacidad y experiencia, a satisfacer las razones de servicios del jerarca policial.

Cierto es que estar de particular en un Fiat Duna blanco, con la “pajera” a disposición, le daba el agradable éxtasis de “poder”, como cuando andaban en procedimiento de civil exhibiendo el carné de la Dirección de Investigaciones, aquella barra de agentes “con tres huevos”.

También es cierto que el clima en la fuerza era otro desde que hace una semana se viene produciendo el acontecimiento de la huelga de hambre de los vascos y su posible extradición.



Aunque a Waldemar la política le importa un bledo, no podía escapar a los comentarios que circulaban en todo el país, en boliches, peluquerías y mesas familiares. En la “fuerza” tampoco podían sustraerse al tema; los oficiales alertaban sobre el proceder de “los enemigos de la patria”, que solidarizados con los terroristas vascos movilizaban gente hacia el hospital Filtro, convocando desde dos emisoras radiales.

Ver aquella cantidad de gente intentando violentar la decisión judicial de la extradición lo hacía sentirse más desaprovechado; Waldemar Rosas fue de los que resistió los embates de aquellos ministros, Forteza y Juan Andrés Ramírez, reorganizando la fuerza; se plantó en huelga y levantó carpa con los demás en el Prado y aquellos ministros no pudieron llevar adelante sus planteos de reforma.

Ahora, por suerte, está Ángel María Gianola al frente del ministerio, hombre de mano  dura de los que se venían necesitando y el político adecuado para sobrellevar esta delicada situación.

Pero, estando al tanto de lo que ocurría, Waldemar no estaba asignado a aquel operativo ni como apoyo de las unidades designadas; estaba de chofer de un comisario al que, por los informes que le llegaban por la radio, como mucho le picaba la curiosidad.

Ese 24 de agosto de 1994  Fernando Morroni concurriría como muchos jóvenes de su edad a aquella movilización de solidaridad, hasta donde el mismo candidato Tabaré Vazquez y el general Liber Seregni se hacían presentes. Estar allí, en ese clima de solidaridad con los refugiados políticos extranjeros, que era una tradición del país, parecía ser lo más natural.

Los primeros comunicados de radio picaban la curiosidad dentro del Fiat. Incidentes y pequeñas escaramuzas se venían dando con los manifestantes y había una alerta radial por la presencia de civiles armados y comunicados con handy. “Alguno nuestro no identificado”, pensó Waldemar riéndose.

Lo cierto es que sobre la tardecita, cuando aquellos incidentes seguían, el comisario sugirió ir hasta el lugar; por la radio llegaban noticias de la lluvia de piedras y alguna bomba incendiaria contra los efectivos policiales. Waldemar y el comisario empezaban a intercambiar opiniones al tiempo que sentían que la “sangre les hervía”.

Waldemar recordaba con el comisario: “La escuela de Policía… Setiembre del 86… Bogia me revoleó para 630… ahí de pechito me atajó Ribeiro… de volea pateó fuerte y caí atrás del 46 con Teperino y Damiano… 14.15 h… salimos de base…14.40 h… Damiano con medio cuerpo para afuera por General Flores, con la escopeta en Clave 32… C.47… atrás del lc… Joselito Techera… me preguntaba… ¿dónde me metí? No sabía en ese momento… meses después… ya lo sabía… estaba en el cuerpo de Radio Patrulla… todo era emoción… hasta hoy… los recuerdos emocionan…”. (Comentario extraído de un pie de foto del grupo 630 de Radio Patrulla del perfil de Facebook de Waldemar Rosas).

Al ritmo de los recuerdos, se imaginaba llegando y, como en su mejor época, agarrar a esos pichis de los pelos y meterlos en el vehículo, aunque ahora de civil no había necesidad de tal esfuerzo y bastaba con reducirlos para entregarlos al personal uniformado.

A medida que se acercaba la vieja adrenalina de los procedimientos, va ganando el espíritu; Waldemar tiene “licencia política” para usar su arma de reglamento, y que las salvas sean de plomo, que nadie haya previsto darle munición de goma para dispersar no es su problema; además, el no tiene nada que hacer ahí.

Pero la Clave 52, el anuncio de policía caído en el preciso momento que se sumergían en la muchedumbre de gente y policías, en una suerte de batalla campal, fue el “cheque en blanco”.

Frenó como pudo y, sin meditarlo demasiado, confiado en su coraje y experiencia, bajó “pajera” en mano; alguno de aquellos pichis había disparado contra un compañero, así que al primero que vio y le quedó en la diana le descargó el arma hasta verlo caer y asegurar su reducción; en esta batalla campal no hay códigos y dispararle por la espalda era una manera de asegurar que no se daría vuelta posiblemente con un arma en la mano y, ante todo, “es la vida nuestra o la de ellos”, y ya había un camarada caído.

No obstante, percatado de que había dejado tirado a un manifestante, subió rápido al auto y aconsejó al comisario irse de ahí y apoyar en lo posible al resto del personal de particular que estaba operando en el “trampero” en las inmediaciones del bulevar, esperando la retirada de los manifestantes.

Esa noche, Waldemar Rosas Ruiz, al igual que Fernando Morroni, no regresó a su casa. Recién lo hizo al otro día cuando, enterado del nombre del muchacho que ejecutó, revisó en las imágenes de la televisión si el había quedado registrado y, si bien aparecía en muchas de las tomas, ninguna lo podía relacionar con el homicidio, al menos vistas sin mucho detalle; y si alguien lo hacía, esos videos podían desaparecer. En todo caso, la “fuerza” cerraría filas.

Claro que una muerte es una muerte; y sobre todo cuando esa muerte genera un entierro multitudinario y aglutina gente todos los 24. La impunidad de su presencia en el procedimiento quizás lo haya salvado de que su nombre no estuviera entre los de aquellos jerarcas procesados. Pero lo mejor era seguir pidiendo traslado de las distintas unidades. Su conflictivo carácter no sólo lo hacía pedir traslado a cada rato, sino también la necesidad de no generar muchos vínculos en este “secreto” que carga en su alma y no como una medalla de condecoración, aunque él piense que de no ser por el escándalo político, ameritaría.

Finalmente, lo mejor es irse; pedida la licencia sin goce de sueldo, intenta vivir una nueva vida en La Plata, logrando allí la radicación definitiva para ser ciudadano legal argentino.

De este lado del “charco” igual quedan los camaradas de armas, sus mejores y únicos amigos y aquel número 52, que sería como una bisagra en su vida.



Carne podrida

El triunfo frenteamplista de 2005 dotó al gobierno de una importante bancada parlamentaria.

El Parlamento se transformó en el lugar donde años y años de demandas insatisfechas, reclamos e injusticias no resueltas empezaban a llegar multitudinariamente.

Había que ordenar y derivar institucionalmente cada reclamo, cada planteo, cada denuncia que llegaba a los distintos despachos; se aprendió a distinguir incluso información con visos de verdad de carne podrida; muchísima información, sobre todo de enterramientos humanos, por ejemplo.

En el comienzo de la campaña electoral de 2009, y a raíz de haber investigado un crimen cometido contra un recluta en el Batallón de Paracaidistas Nº14 en Toledo, alguien llegó confiado en aquella actuación.  “Le ciudadane” venía con el dato: “Yo sé quién mató a Fernando Morroni”.

Como habían existido algunas presiones, seguimientos y clima raro por lo del 14 de Toledo, lo primero que pensamos fue: carne podrida.

Sin embargo, acordamos un encuentro para unas semanas más adelante; grabamos la entrevista por si acaso y empezamos a trabajar sobre los datos entregados.

Decidimos el camino más largo; teníamos todos los datos identificatorios sobre el acusado; ¿pero cómo confirmar si no estábamos ante una vendetta, las famosas camas policiales, una cuestión de despecho, unas broncas personales no resueltas?

De los círculos sociales de los que provenía la fuente no había manera de poder llegar con naturalidad a los grupos y gentes que reclamaban el esclarecimiento de la verdad cada 24 de agosto.

Este elemento también nos hizo descartar de entrada la posibilidad de contactar a la fuente con Norma Morroni; nos constaba que bastante carne podrida había recibido en todo este tiempo.



Puzle y contrachequeos

El narcisismo de moda tiene sus ventajas; la persona acusada tenía, como muchos, su propia página de Facebook, iniciada desde su nueva vida en Argentina.

Los datos que el seguimiento y vínculo permitieron ir extrayendo derivaron en sorpresas varias, pero además empezó a permitir ir armando un puzle en el que, por un lado, se podía estar frente a alguien que tenía todos los méritos para haber ejecutado a Fernando Morroni, y permitía observar sus vínculos actuales con sus  excamaradas de armas.

Por el otro lado, “le ciudadane” fue sometido a una serie de encuentros, casuales y organizados, realizados y suspendidos a último momento, que demostraron siempre una condición que fue cimentando confianza: la persistencia.

En los largos, cautelosos y preventivos seis años que llevó esta primera parte de la investigación se mantuvo firme respecto de los distintos contactos y cuando en setiembre de 2014 se le vuelve a grabar pidiendo el relato de los hechos, el relato es idéntico al realizado en 2009.



La barra 630 y Dignidad

En el transcurso de esos seis años apareció un elemento nada menor que obligó a trabajar con mayor cautela.

La persona acusada ingresó a Argentina en el año 2007 y consiguió la residencia definitiva en 2010. Fue miembro activo de  colectivos de uruguayos residentes en La Plata e ingresó varias veces a Uruguay. Desde varios de esos colectivos también nos llegó información.

Vale recordar la reforma policial en la que se transformó la vieja base de Radio Patrulla; un grupo importante de la misma conocida, como la 630, la “pesada” en la jerga interna, empezó a operar políticamente. Primero, generando y alimentando, con base en los vínculos de las redes, un núcleo duro del cual forma parte el exagente que veníamos siguiendo.

Empieza a construirse una relación de solidaridad entre los afectados por alguna de las medidas administrativas del Ministerio del Interior y lo que podríamos denominar la “generación Lacalle”.

Durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle se produjeron, entre muchos hechos, algunos que tuvieron vinculados a integrantes de distintas ramas de las fuerzas del Estado: el asesinato del químico Eugenio Berríos, la masacre del Filtro, atentados con bombas a Hugo Cores y Sanguinetti.

Desde algunos círculos militares se empezó a difundir el concepto de guerra psicológica, que venía ganando la izquierda.

En las elecciones del 2014 esos malestares, nostalgias y deseos de combate toman cuerpo: se crea la Agrupación Dignidad Policial dentro del Partido Nacional, acaudillada por un excomisario, Ernesto Carrera, integrada por varios miembros de la 630 y otros desmovilizados y sancionados exfuncionarios policiales y algunos en actividad.

Waldemar Rosas fue uno de los  responsables, en las canteras de Kibón, de organizar la llegada y despedida de blancos que venían desde Argentina a participar en las elecciones.



Carrera contrarreloj

La fuente mantenía su firme decisión de que se avanzara en la investigación, pero solicitaba, en caso de que el tema quedara en manos de la Justicia, que fuese preservada. A su vez corrían los años y se podía declarar prescripto el delito de homicidio.

Otra valoración era entregar esa información a quienes pudieran hacerla pública y así poner en alerta al acusado.

La fuente que nos trajo la información pertenecía un grupo de confidentes que, por suerte, hasta el momento demostraba un  hermetismo cerrado.

A fines de 2015 llega la novedad de una situación de depresión vinculada a un infarto y a un posible viaje a España por parte del acusado. El triunfo de la izquierda nuevamente había sido un golpe severo para quien, mediante el seguimiento de los actos del 14 de abril y los informes de la Agrupación Dignidad Policial, sentía lejanas sus posibilidades de volver a vivir en el país.

El segundero del reloj se transformaba en un verdugo implacable en esta carrera contra el tiempo.



Norma

Ella vive en unas condiciones muy humildes y mantiene con entereza la necesidad de saber la verdad; tiene cierta firme tristeza en la mirada, habla pausado, intenta comprender, está algo desconfiada de tanto dato falso que le ha llegado.

Por encima de las cuestiones legales hay una decisión que sólo le corresponde a ella en todo este asunto; decisión que debe tomar en su fuero íntimo por encima de cualquier tipo de valoración política.

Pusimos toda la información, lo actuado, lo sabido, las voces que denuncian en sus manos.

Empezaron algunas trabas legales; distintos expertos jurídicos valoraban los años del delito y la posibilidad de la prescripción, lo dificultoso de los exhortos para una declaración fuera de fronteras, la posibilidad de comprobarlo a partir sólo de una declaración.

Había una tenue luz de esperanza de que algún fiscal asumiera nuevamente el caso de oficio ante las nuevas pruebas.

Norma nos planteó que a, esta altura, que el acusado pudiese decir por qué hizo lo que hizo permitiría resarcir parte de la herida; un gesto de bondad y necesidad humana de cerrar heridas.

Lo cierto es que a partir del acto del 24 de agosto de 2016, en el que se hace pública la acusación, el Facebook con el que teníamos contacto cierra y, al abrirlo nuevamente, desaparecen todos los datos que hacían mención a su pasado, así como la mayoría de las amistades, dejando un grupo selecto. Sí, claro, buena parte de la barra 630 y aquella que le permite mantener cierta nostálgica orientalidad, como la barra de la Aparcería Blanca del departamento de Durazno, la Cacho Barrios.



Preguntas que flotan

Por los crímenes del Filtro, las muertes de Morroni y Facal y las decenas de heridos fueron procesados los funcionarios Juan Miguel Rolan, Raúl Guarino y y Erode Ruiz.

Ninguno de los procesados manejó en los juicios el nombre de Waldemar Rosas; tal vez en un operativo de grandes dimensiones y de efectivos que no estaban destinados, pero participaron, esos datos no se manejaron. Sin embargo, el autor material era un secreto a voces en algunos círculos de la fuerza.

Juan Miguel Rolan integra la Agrupación Dignidad Policial, blanca.

Falta en este puzle el nombre del comisario para quien Rosas hizo de chofer.

La cultura de la impunidad aún goza de buena salud.

LA MASACRE DEL FILTRO
Al irracional impulso de la Clave 52

Por Ricardo Pose.     caras y caretas


Tenemos que preguntarnos, ¿Por qué, si en los últimos 13 años hubo importantes mejoras para la inmensa mayoría de la población, hoy tenemos más cuestionada que nunca la posibilidad de un cuarto gobierno?”.


Resultado de imagen para Óscar AndradeResultado de imagen para Óscar Andrade
EL SECRETARIO GENERAL DEL SUNCA CONSIDERÓ QUE HACE FALTA MÁS PROFUNDIDAD Y PIDIÓ NO SUBESTIMAR LA MILITANCIA SOCIAL
Óscar Andrade: “El debate por las candidaturas parece la disputa por un trompo”

El secretario general del SUNCA, Óscar Andrade, se sumó a la discusión por las candidaturas y, sin descartar que hay compañeros que impulsan su nombre, prefirió instalar un debate que sirva como desafío estratégico sobre el rumbo que el Frente debe tomar a partir del próximo gobierno.

Andrade destacó que es prioritario discutir, “los cambios que el pueblo frenteamplista está reclamando”, antes que los nombres, porque de lo contrario “pareciera la disputa por un trompo”.

En su diálogo con LA REPÚBLICA este domingo, el popular “Boca” consideró que el debate de la izquierda tiene que ser de otra profundidad. “Tenemos que preguntarnos, ¿Por qué, si en los últimos 13 años hubo importantes mejoras para la inmensa mayoría de la población, hoy tenemos más cuestionada que nunca la posibilidad de un cuarto gobierno?”.

“El debate acerca de las candidaturas tendría que atender las señales que una mayoría del pueblo frenteamplista está reclamando por abajo. Ya dejó en claro que no está muy interesado en discutir nombres sueltos, sino a partir de una estrategia que lo convoque a luchar para conquistar lo nuevo”, agregó.

Partiendo de este análisis, Andrade aceptó que hay compañeros que formulan su nombre y los “desde acá” poniendo el acento “en acumular una discusión que aporte, para recuperar debates que han sido históricos para el frenteamplismo, y los adapte a las nuevas circunstancias históricas”.

“¿Qué nos queda por discutir? ¿Si gestiona mejor Martínez que Cosse? ¿Si generan más afinidad en lo político Mujica, Astori o Bergara? ¿Esa es la discusión? Creo que estamos desafiados a hacer un balance más profundo en todos los terrenos”, aseveró.

“Estoy decidido a abrir una discusión que vincule las candidaturas al para qué. La discusión de nombres de candidatos en el FA no puede estar separada de cuál es el proceso político que la izquierda entiende que hay que abrir a partir de 2019. ¿Cuáles van a ser los objetivos principales?”.

“No podemos perder los vínculos, hay que dar señales en esa dirección. Máxime cuando, muchas veces, se ven relativos divorcios entre las fuerzas sociales del cambio y la fuerza política. Es un debate que está bueno instalar, no solo con una intención académica sino para resolver una práctica que supere las dificultades que seguramente tendremos este año y el que viene”, expresó.

Militancia social

Para el secretario general del Sunca, es indispensable que la izquierda uruguaya lleve adelante un debate “sobre el papel y la significación que le damos a la militancia social, porque además, las izquierdas pueden perder los gobiernos, no es un enfoque teórico, sino del resultado de las últimas elecciones en nuestra América. Y eso puede seguir pasando si las izquierdas pierden el contacto con la base social que las referencia; con los trabajadores, los cooperativistas o los movimientos feministas. Y si esto pasa, dejamos de ser izquierda”.

No menospreciar la lucha social

“¿Desde cuando empezamos a pensar que la acción sindical nos inhabilita para promover compañeros? La lucha social no puede ser menospreciada respecto a la institucional. Este es un debate que tiene que quedar instalado en la izquierda. No soy anarquista, no creo que haya que despreciar los ámbitos institucionales.

Es importante el compañero que tiene una experiencia al frente de un ente del Estado o en el Parlamento; pero no creo menos importante el trabajo del compañero o la compañera que se rompe el alma detrás de una olla popular, o trabajando con los presos, o por la re inserción de los menores en infracción. o para levantar las banderas del movimiento feminista, o por las situaciones de discapacidad, o que se rompe el alma trabajando por los trabajadores de este país”, añadió.

A su modo de ver, en Uruguay “privilegiamos la experiencia en la institucionalidad, despreciando terrenos de batalla que son esenciales en el campo popular. Algunos de los procesos más importantes de la izquierda latinoamericana fueron encabezados por dirigentes cuya experiencia principal fue la lucha social.

Evo Morales es el presidente más importante de la historia de Bolivia, y su experiencia anterior no fue haber ido intendente de la Paz, sino del movimiento cocalero. Lula en Brasil, encabezó tres campañas electorales hasta que logra triunfar y hoy sigue siendo el enemigo principal de la élite brasilera. Por algo sigue encarcelado de manera absurda y su experiencia previa fue la de dirigir 100 mil metalúrgicos en San Bernardo”, concluyó.

Escrito por Gustavo Carabajal

LA REPÚBLICA

El Comando Sur norteamericano, en marzo del 2018, hizo pública una información sobre su estrategia para nuestra región en los próximos diez años, los principales «peligros» o «amenazas» identificadas y el modo de enfrentarlas

Resultado de imagen para Bases militares de EE.UU. en América Latina y el Caribe. El Plan Suramérica
Bases militares de EE.UU. en América Latina y el Caribe. El Plan Suramérica

Estados Unidos tiene cerca de 800 bases militares a lo largo del mundo, de ellas más de 76 en América Latina. Entre las más conocidas resaltan: 12 en Panamá, 12 en Puerto Rico, 9 en Colombia y 8 en Perú, concentrándose la mayor cantidad en Centroamérica y el Caribe.

El Comando Sur norteamericano, en marzo del 2018, hizo pública una información sobre su estrategia para nuestra región en los próximos diez años, los principales «peligros» o «amenazas» identificadas y el modo de enfrentarlas. Así mencionó a Cuba, Venezuela, Bolivia, «la lucha contra el narcotráfico», redes ilícitas regionales y transnacionales, mayor presencia de China, Rusia e Irán en América Latina y el Caribe, auxilio ante desastres –recordemos la «ayuda» brindada a Haití cuando el terremoto-   así como el papel asignado a las fuerzas de seguridad de cada país en diferentes rubros vinculados a la seguridad interna, regional e internacional1.

El actual Comandante del Comando Sur, almirante Kurt Tidd, en febrero del 2018 expuso ante el Congreso los escenarios planeados para el continente, objetivos, medios y estrategias acordes con la Estrategia de Defensa Nacional (2018) y la Estrategia de Seguridad Nacional (2017-2018)2.

 «En términos de proximidad geográfica, comercio, inmigración y cultura, no hay otra parte del mundo que afecte más la vida cotidiana de Estados Unidos que América Central, América del Sur y el Caribe»3, se afirma.

Los desafíos para la hegemonía, plantea el almirante estadounidense, se enfrentarán por medio de una «Red de Redes», operada por el Comando Sur en conjunto con las agencias estadounidenses y los aliados. Tres Fuerzas de Tarea Conjunta actuarán en este plan: Fuerza de Tarea Conjunta-Bravo (Base Aérea de Soto Cano, Honduras), Fuerza de Tarea Conjunta de Guantánamo, La Fuerza de Tarea Interagencial y Conjunta-Sur (Cayo Hueso, Florida).

La respuesta en casos de contingencias incluye: Defensa del Canal de Panamá y el área del Canal de Panamá; Operaciones de control de migración; Asistencia humanitaria y Respuesta ante desastres; Operaciones militares unilaterales, bilaterales o multilaterales llevadas a cabo por las fuerzas en respuesta a cualquier crisis4.

Según el informe del almirante Kurt Tidd, Cuba sigue amenazando los intereses de Estados Unidos en la región, por medio de actividades de vigilancia y contrainteligencia en varios países. El ejemplo más claro es su influencia en Venezuela (servicio de inteligencia y fuerzas armadas).

Colombia es el actor clave en la región, en tanto su nueva relación con la OTAN.  Colombia invirtió en el 2017 el 3,1 % de su pib en gasto militar, equivalentes a usd 9 713 millones. La inversión de este país es la segunda más alta de la región sudamericana, según el total de su gasto militar, solo por debajo de Brasil. El tercer país con más dinero destinado a sus ejércitos es Argentina con usd 5 680 millones, equivalentes solo al 0,9 % de su pib.

En México el gasto militar tuvo un incremento considerable en los últimos 10 años llegando a 47,5 % (seis mil millones de dólares) lo que representa poco más del 2,5 % del pib. Este aumento se da en paralelo a sustantivos recortes en ciencia y tecnología, salud y educación.

La instalación de una base militar estadounidense en Neuquén, Argentina, nos aporta un dato interesante: la empresa ypf encontró en el 2011 en Neuquén un mega yacimiento de petróleo y en el 2018 ee. uu. anuncia que construirá una base de ayuda humanitaria en  ese lugar.

Estados Unidos divide al mundo en nueve comandos, para América Latina y el Caribe. El Comando sur, con su red de bases militares, incluida la iv Flota, que es en sí misma un conjunto de bases muy operativas y con gran capacidad de desplazamiento, constituye una seria amenaza.

Estas bases no son solo militares, aunque todas lo son en su esencia. Hay bases que funcionan como centros para la guerra mediática y ciberguerra, el Comando Sur trabaja de conjunto con la nasa, la Agencia de Inteligencia Geoespacial y las Fuerzas Armadas brasileñas –y de otros países– en un proyecto para la creación de un satélite para la South Cyber-Container Initiative: análisis de redes para detectar actividades maliciosas en la red. Desarrollado en conjunto con el Departamento de Seguridad Naciona (DHS), el Departamento de Defensa y el Buró Federal de Investigaciones (FBI)5.

A la visita reciente del almirante Kurt W. Tidd, a Colombia, se suma la reunión multinacional de seguridad marítima en Miami. En esta segunda reunión –la primera fue en diciembre del 2017 – se firmó una carta de intención entre Estados Unidos, Colombia y México, para «proteger la soberanía de las aguas territoriales y las zonas económicas exclusivas de cada nación». Esta «seguridad marítima» cubriría el Golfo de México, parte de Centroamérica y el Caribe colombiano.

En los últimos años, también Perú se convirtió en pieza clave del despliegue militar estadounidense en la región con la instalación de bases en la selva peruana y los Centros de Operaciones de Emergencia Regional (coer).

Mientras el almirante Kurt W. Tidd visitaba Colombia, el ministro de defensa, Oscar Aguad y la ministra de defensa, Patricia Bullrich del Gobierno argentino, se reunieron en ee. uu. con funcionarios del Departamento de Estado, del fbi, la dea y con directivos del Comando Sur. Argentina autorizó a Estados Unidos a instalar una base militar en la Triple Frontera, entre su territorio, Paraguay y Brasil, mientras Bullrich firmó un acuerdo para crear un Centro de Inteligencia Regional en Usuhaia (Patagonia argentina).

A principios de enero del 2018 trascendió la llegada de personal militar estadounidense a territorio panameño, fuerza militar que debía permanecer hasta después de las elecciones realizadas en abril en Venezuela. La excusa: «la defensa del Canal de Panamá».

El cerco se cierra, la guerra que Estados Unidos lleva a cabo contra Venezuela necesita de una fuerza regional que intervenga no solo en lo económico y político, también en lo militar.

La renovada injerencia directa e indirecta sobre las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y soberanía nacional de Ecuador, facilitada por el Gobierno de Lenín Moreno, que incluye brindar capacitación, inteligencia, intercambio de información y acceso a colegios militares, donde oficiales del Ecuador podrán «formarse», presencia de militares estadounidenses en suelo ecuatoriano, so pretexto de lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, constituye un serio peligro. El subcomandante del Comando Sur, Joseph P. DiSalvo, de visita en Ecuador, se reunió con las máximas autoridades para «coordinar acciones».

«Debemos pensar en una estrategia nueva que más que un Plan Colombia sea un plan Sudamérica, donde todo el mundo pueda combinar sus esfuerzos y así luchar contra esto», expresó DiSalvo en una entrevista ofrecida a medios ecuatorianos.

El renacimiento de la Doctrina Monroe, evocada por Tillerson cuando advirtió sobre la amenaza que representa para «nuestros valores democráticos» la presencia comercial de China y de Rusia en la región, muestra un reverdecer de la peor línea de acción del pensamiento imperial.

El objetivo del imperio es incrementar la presencia militar en la región con el fin de asegurar sus intereses hegemónicos en el hemisferio, consolidar un frente contra Venezuela y perpetuar su dominio sobre los inmensos recursos económicos de América Latina y el Caribe.

La frase de Bolívar parece adquirir hoy más valor que nunca: «Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad».

GRANMA


Fuente: Territorios vigilados. Telma Luzzani Diseño: Alejandro Acosta Hechavarría

Notas al pie

1www.southcom.mil/Portals/7/Documents/USSOUTHCOM_Theater_Strategy_Spanish_(FINAL).pdf?ver=2017-10-26-124307-193&timestamp=1509036213302

2www.southcom.mil/Portals/7/Documents/Posture%20Statements/SOUTHCO...

3www.southcom.mil/Portals/7/Documents/Posture%20Statements/SOUTHCO...

4www.defense.gov/Portals/1/Documents/pubs/2018-National-Defense-S...

5Estrategia del teatro 2017-2027 comando sur de los ee. uu.

www.resdal.org/ultimos-documentos/usa-command-strategy.pdf

www.defense.gov/Portals/1/Documents/pubs/2018-National-Defense-Strategy-Summary.pdf

COMPARTIR facebook twitter google +




La sociedad no puede dejarse seducir por el planteo de algunos políticos –como es el caso del senador Jorge Larrañaga- de sacar a los militares a las calles. “Este tipo de ideas son una amnesia de lo que estamos viviendo. Los militares no pueden volver a cumplir ningún papel represivo en las sociedades. No deben, están formados para otra cosa. No se le debe dar esa injerencia porque su poder está en las armas y con mucha rapidez lo aplican autoritariamente”.

Resultado de imagen para dictadura uruguaya
Elena Zaffaroni, integrante de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desparecidos, declaró en República Radio que la sociedad no puede dejarse seducir por el planteo de algunos políticos –como es el caso del senador Jorge Larrañaga- de sacar a los militares a las calles. “Este tipo de ideas son una amnesia de lo que estamos viviendo. Los militares no pueden volver a cumplir ningún papel represivo en las sociedades. No deben, están formados para otra cosa. No se le debe dar esa injerencia porque su poder está en las armas y con mucha rapidez lo aplican autoritariamente”.

Sostuvo, además, que es un “disparate” lo que está sucediendo en Brasil así como también las medidas que se plantean en Argentina. “Por suerte han tenido una inmensa oposición y esperemos que si acá hubiera una seducción de algunos políticos por la represión, recuerden lo que vivió este país.

Esto debe preocupar inmensamente a los uruguayos. Lo que nosotros tratamos es que este dolor se integre socialmente y sea un aprendizaje para que no recorramos los mismos caminos”.

Cabe recordar que en la oportunidad Zaffaroni también habló sobre el caso del coronel retirado Eduardo Ferro y opinó sobre el trabajo de la fiscalía especializada en tratar las causas referidas a la dictadura.

“Lo de Ferro es una afrenta a la Justicia uruguaya”

La situación del coronel retirado del Ejército Eduardo Ferro tiene en vilo a la organización de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos y al gobierno uruguayo. A principios de mayo de este año, el Consejo de Ministros de España aprobó el pedido de extradición. El coronel Eduardo Ferro se había ido a España, presumiblemente a través de Brasil y con identidad falsa, cuando fue citado a declarar en calidad de indagado en el marco de la investigación sobre el secuestro y desaparición del dirigente comunista Óscar Tassino y por las torturas contra Lilián Celiberti y Universindo Rodríguez.

Una vez detenido para su extradición, Ferro presentó en noviembre del año pasado, un recurso ante la Fiscalía española y le dieron la liberación. En setiembre de 2017 fue detenido en España a raíz de la liberación, por parte de la Justicia uruguaya, de una orden de detención nacional e internacional. Sin embargo, cuando la Justicia española quiso hacer efectiva esa extradición se encontró con que Ferro estaba libre.

Las autoridades españolas de Interpol se comunicaron con sus colegas uruguayos sobre la imposibilidad de ser ubicado y se declaró una alerta roja para su búsqueda y captura. La “desaparición” de Ferro fue informada por el Instituto de Estudios Legales y Sociales del Uruguay (Ielsur), organismo que le exigió a la Cancillería uruguaya que reclame una investigación a raíz de lo sucedido.

Con respecto a esta situación, Zaffaroni dijo que “esto demuestra que Ferro es parte de un núcleo muy duro de la represión uruguaya, que estuvo en contacto con lo que es el Plan Cóndor y que seguramente tiene amigos muy poderosos.

Todavía no hemos logrado visualizar a esta organización totalmente y que se investigue a fondo cómo era el Plan Cóndor, pero lo que se conoce ya es contundente: es una coordinación que se mantiene entre muchos países de América Latina. A juzgar por lo que pasó en España, todo hace pensar que algún lazo aún sigue existiendo. Nosotros creemos que el papel del Estado uruguayo ha sido muy omiso, no ha estado atento, persiguiendo y manteniendo total vigilancia de cómo fue ese procedimiento.

Todavía no hemos conseguido una entrevista con el canciller, creemos que esto lo tienen que tratar con un altísimo nivel. Es algo gravísimo, porque es una afrenta a la justicia uruguaya y a quienes luchan por sostener viva la causa”. Quien opinó también sobre este tema fue el presidente del Frente Amplio Javier Miranda quien dijo a LA REPÚBLICA que se trata de un”grave error de la justicia española”.

“Fiscalía está trabajando muy fuertemente”

Con respecto a cómo viene siendo el trabajo de la fiscalía especializada en tratar las causas referidas a la dictadura, dijo que tienen un “contacto permanente” y que consideran que “está trabajando muy fuerte y de forma muy comprometida”. Sin embargo, señaló que esta fiscalía no tiene potestades sobre las causas que no les llegan: solo reciben el 25%, por tanto, hay otras que están archivadas y perdidas. “Las causas que les llegan las están diligenciando con mucha rapidez”.

“Los denunciados tal vez se fuguen, pero es importante que las sentencias existan, que las fronteras se le cierren y que los persigan. No sé si los encontrarán, porque se nota que tienen muchos amigos con mucho poder.

Pero lo importante es que esto salga a la luz. La inquietud de Familiares – que ya tenemos tantos años de perseverancia- es que la sociedad entienda e incorpore este tema fuertemente. Nosotros en algún momento ya no vamos a estar, ya estamos grandes, y es por esta razón que lo esencial es que se entienda que este tema no es individual sino que es social: refiere a la calidad democrática que tenemos, a lucha para que exista una Justicia vigorosa y real y un Estado que nos brinde garantías”, reflexionó.

Fiscal pidió el procesamiento de ocho militares por torturas

Según “La Diaria”, Ricardo Perciballe, quien está a cargo de la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad, pidió el procesamiento y el cierre de fronteras de ocho oficiales retirados por delitos de tortura a cerca de una treintena de detenidos por la dictadura. Dichos detenidos fueron recluidos en el centro clandestino conocido como “300 Carlos”, que funcionó entre 1975 y 1977 y estaba ubicado dentro del cuartel del entonces Batallón de Infantería Blindado Nº 13, ubicado en la Avenida de las Instrucciones y Camino Casavalle.

Cabe mencionar que el procesamiento fue referido a Mario Aguerrondo, Rudyard Scioscia, Mario Franchelle, Mario Manuel Cola, Homero González, José Nino Gavazzo, Jorge Silveira y Ernesto Ramas. Perciballe dijo que si bien los hechos denunciados son torturas, la tipificación es privación de libertad y abuso de autoridad, ya que eran las figuras delictivas que existían en ese momento.

LA REPÚBLICA

La Fuga de Punta Carretas. La libertad acostumbra realizar milagros que no son más que la fuerza imponente que su demanda despierta. “Inexplicables” a primera vista e “imposibles” en los cerebros del desaliento perpetuo.


En estos primeros días de setiembre se cumplen 39 años de la fuga (por un túnel) de ciento once presos recluidos en el Penal de Punta Carretas.

Como es sabido, fue una operación de guerrilla urbana que tuvo suerte. La imprescindible en todo orden de la vida.

Hubo incontables publicaciones al respecto; entre ellas nuestro libro “La Fuga de Punta Carretas” que también tuvo suerte: fue bien acogido.

Tanto que en estos días la Editorial Banda Oriental lanzará una nueva edición y, en este asunto, muy especialmente, queremos detenernos por lo menos un poquito.

La Izquierda Uruguaya es la del más antiguo proceso de acumulación ininterrumpida de América. Es por eso, que todavía hoy, y hasta en el Gobierno, muestra algunos de los pocos dirigentes guerrilleros de la década de los sesenta y de todo el Continente, vivos de milagro y todavía actuantes, con sus errores y achaques a cuestas (“medio bichocos” dijera el ex guerrillero y actual Presidente Mujica) pero, como siempre, en las trincheras del campo popular. Algo raro en el mundo…

Proceso iniciado a mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado, pasó por el vértigo mundial de la década de los sesenta y por la atroz prueba del terrorismo de Estado que abarcara los Golpes cívico-militares casi simultáneos en Uruguay, Chile, Bolivia y Argentina con sus funestas consecuencias. Digitados desde los Estados Unidos según era sabido y ahora confirmado por los Documentos Secretos desclasificados en dicho país.

Dicho proceso de acumulación no se vio interrumpido sino fortalecido por esas durísimas “pruebas” en las que dejó un tendal de mártires, torturad@s, pres@s, exiliad@s, desaparecid@s, proscript@s y destituid@s.

Y que por eso a la hora de su imparable triunfo electoral en el año 2004, mostró un Gabinete Ministerial cuyo promedio etario ambulaba por los 65 años.

Se trataba de un pedazo sobreviviente, casi una reliquia hasta incluso del Mayo Francés del 68, colocado por el pueblo uruguayo en el Gobierno. Alcanzamos a decir por esos días que una simple ola de frío repentino nos podía dejar sin Gobierno.

El de un país “envejecido”, con datos demográficos similares a los del Primer Mundo agravados por una cuantiosa emigración.

Con estas disquisiciones queremos ir a un reclamo y a una convocatoria.

Desde siempre pedimos, y hasta imploramos, que l@s víctimas y protagonistas de aquel tan duro temporal represivo, tramo trágico de nuestra Historia, escribieran, grabaran o filmaran su Testimonio antes de que la edad que venimos soportando lo impida.

Debemos reconocer el esfuerzo en ese sentido de much@s. Pero ha sido insuficiente. No el de ell@s, sino el de l@s demás.

Pero atención: del heroico plebiscito de 1980 (epopeya popular de hace 30 años), de las Conversaciones del Parque Hotel, de las Elecciones Internas de los Partidos en 1982, del Obeliscazo, del PIT., del Primero de Mayo de 1983, de la Multipartidaria, de la Multisectorial, de sus primeros intentos de movilización duramente reprimidos, del retorno de Wilson, de la “intimidad” de todas esas y muchas otras acciones, se ha escrito muy poco, por no decir casi nada y, en algunos casos, nada.

Y si la fuga de Punta Carretas fue hace 39 años y el Obeliscazo hace 28, es clarísimo que gran parte de nuestra población, de acuerdo a la fecha de su nacimiento, carece de una inmensa cantidad de información imprescindible.

Ni qué hablar si nos referimos a períodos anteriores.

Y además omitimos en esta somera reseña, para nada exhaustiva, la información y el relato de todo cuanto l@s uruguay@s perseguid@s hicieron y padecieron en el exterior. Este es un tema que, por sí solo, ofrece ancho campo para dramas, comedias, tragedias y epopeyas que, realmente existentes, serán perdidas si no son rescatadas.

Poco importa (aunque importa) la tendencia política o el “cristal” con el que se mira cada versión de los hechos si ni tan siquiera existe “versión de los hechos”.

Nuestro aludido libro fue producto de un intenso pero agradable trabajo para conseguir y recopilar información más allá de la que nuestra memoria parcial y falible podía tener. Una obra de buena fe que no agotó ni por asomo la recopilación de todo lo que se debió hacer, especialmente afuera del Penal, para que tal hazaña colectiva fuera posible. Todavía hoy nos venimos a enterar del rol imprescindible que much@s desempeñaron en aquel “afuera”.

Hay una cantera de metal precioso a disposición de quien la quiera escarbar.

Aquella fuga fue un grito de Libertad esencialmente colectivo. Jamás vimos actuar con tanto espíritu de cuerpo, disciplina autoimpuesta y labor en equipo, a tant@s compañer@s, como en aquel desafío. Dicho con todo respeto: no parecíamos uruguay@s.

O lo éramos de raíz (algo que solemos olvidar demasiado).

“Argentinos de antes” como dijera un genial escritor porteño, con lo que la “culpa” del reiterado olvido citado, adquiere vastos territorios regionales.

En lo personal creo que eso ha sido y es así.

Intuyo, porque no me lo han contado, que el proceso de salida y expulsión de la Dictadura fue, a nivel colectivo nacional e internacional, una “obra” por el estilo pero de inmenso e incomparable volumen social y político.

Lo que, entonces, muestra y demuestra las cosas que podemos hacer tanto en Uruguay como en la Región, cuando nos las proponemos en serio.

La libertad acostumbra realizar milagros que no son más que la fuerza imponente que su demanda despierta. “Inexplicables” a primera vista e “imposibles” en los cerebros del desaliento perpetuo.

Porque en la carne propia lo sabemos, es que nos permitimos decirlo y convocar para que tod@s hagan lo suyo. Sera siempre para bien.

fuente  la republica  diario

Escrito por Eleuterio Fernández Huidobro,