Julia Arévalo, primera mujer senadora de América


En homenaje a Julia Arévalo: "Mujer de miel y bronce". Obrera latinoamericana, uruguaya, frenteamplista y comunista (Barriga Negra, Lavalleja, 1 de julio de 1898 - Montevideo, 18 de agosto de 1985).
Este material contiene la audición de Enrique Rodríguez en cx30 y las palabras de Rodney Arismendi en la despedida a Julia Arévalo, cementerio del norte, 1985, Montevideo, Uruguay.
Publicado por:: Periódico Liberarce



Fue la primera mujer senadora de América. Y comunista, por añadidura. Pero creo que a ella no le gustaría que la recordaran principalmente por ese cargo que ocupó, uno más en una militancia de toda la vida.

Julia Arévalo tiene la estampa de la mujer proletaria. La estoy viendo, vibrante, en la tribuna. Su imagen se entrelaza con la de Dolores Ibarruri, la Pasionaria, su camarada y amiga del alma. Habría que ponerlas juntas en un díptico.

Dolores concitó cariño y admiración mundial durante la guerra civil española, mientras Julia descollaba aquí en las tareas de la solidaridad con la República, en el movimiento de ayuda a los republicanos españoles, que se amalgamó con el movimiento por la recuperación democrática en Uruguay a la salida de la dictadura de Terra. El hijo de Dolores murió combatiendo con el Ejército Rojo en los muros de Stalingrado la heroica. Después las dos mujeres compartieron tareas y esperanzas en el movimiento mundial por la paz, tras la derrota del nazismo.

Nacida en la pequeña localidad campesina de Barriga Negra, en el departamento de Lavalleja, Julia llegó a Montevideo para trabajar como obrera tabacalera. Ese fue su perfil. Un hermoso libro de Alfredo Dante Gravina describe su trayectoria vital. La vemos en 1912 afiliándose al viejo Partido Socialista. El 21 de setiembre de 1920 está entre los integrantes de la gran mayoría que deciden convertirse en Partido Comunista y adherir luego a la III Internacional.

Ese partido tuvo su prueba de fuego en la lucha contra la dictadura de Terra. En ese período Julia Arévalo participa en un hecho descollante: un movimiento campesino y toma de tierras en la colonia de San Javier, formada por inmigrantes rusos venidos al Uruguay en 1912. (A ellos pertenecía el médico Vladimir Roslik, el último asesinado por la dictadura en Uruguay en 1984). Se origina una violenta represión de las fuerzas policiales, que asesinan a la campesina Julia Scorino. Allí anda Julia, entre las balas.

Uno de los puntos altos del período posterior es el mitin de julio 1938, por la reforma constitucional y leyes democráticas, que contribuye a poner fin a la dictadura. Sigue el auge de la lucha antinazi, la solidaridad con la URSS y la coalición anti-hitleriana. Allí está Julia. En la elección de 1946, el Partido Comunista obtiene un gran éxito. Su reducida bancada en la Cámara de Diputados se eleva a cinco miembros: Rodney Arismendi, Antonio Richero, Enrique Rodríguez, Héctor Rodríguez, y el canario Carlos Leone. Julia Arévalo, que antes integraba la dupla en Diputados con Richero, pasa a ocupar una banca en el Senado.


Pero eso no obstó para que en lapsos subsiguientes, y en base a su modestia proverbial, pasara a desempeñarse como edila en la Junta Departamental de Montevideo en varias legislaturas. Fue reelecta siempre al CC partidario y también ocupó la presidencia de su Comisión de Control.

Tras el golpe de 1973 trabajamos junto a ella durante un tiempo en Buenos Aires, pero luego se arriesgó a retornar al Uruguay y sobrevivió al fin de la dictadura y el inicio del tránsito a la democracia.

Cuanto antecede es solo una parte del legado de una mujer ejemplar que recordamos en este 8 de marzo. Lo otro, y quizá lo esencial, es su calidez humana, su sentido de la fraternidad, del cariño con todo el mundo, que se aunaba con su firmeza en el combate político, que le tocó afrontar en distintas etapas de su vida y en las ríspidas discusiones de un Senado mayoritariamente hostil.

En su apartamento de la calle Colonia se traslucía su amor por las plantas y las flores. A lo largo de su vida, su lema fue combatir siempre por la causa de los trabajadores y el pueblo, por las reivindicaciones de la mujer, sin perder nunca la ternura. Esto lo había descubierto y practicado antes que el Che.

Tomado de:: http://www.lr21.com.uy/editorial/301912-julia-la-proletaria

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