Foro Internacional de Sindicatos y Partidos Progresistas




LULA ENTRE NOSOTROS
Los avances de América Latina
NIKO SCHVARZ
Tuvimos la dicha de contar entre nosotros con la presencia del ex presidente Lula, como participante de una jornada enriquecedora en alto grado efectuada el jueves 4 en el edificio del Mercosur con el patrocinio de la Fundación Friedrich Ebert bajo el sugestivo título de: “¿Transformaciones en riesgo? Perspectivas y tensiones del progresismo en América Latina”. Lula intervino junto a nuestro presidente Pepe Mujica y al dirigente sindical de la CSA Víctor Báez, con la acertada conducción de Gerardo Caetano, quien formuló las preguntas clave. También contribuyó con sus aportes Alicia Bárcena, secretaria de la Cepal.
El intercambio de opiniones dejó muy claras algunas ideas-fuerza. La primera y fundamental refiere a los avances extraordinarios alcanzados por los gobiernos progresistas de América Latina en el último período. ¿Quién hubiera podido imaginarlos 10 años atrás?, preguntó Lula. Dijo que en Latinoamérica “nunca hemos crecido tanto como lo estamos haciendo ahora, nunca conquistamos tanto espacio democrático como lo hemos hecho en los últimos 10 años, nunca se ha visto a América Latina avanzar tanto como lo ha hecho en los últimos 10 años”. Agregó que, con ello, apenas comenzaron a corregirse los errores que arrastraba la región desde hace más de 100 años. “En los últimos 10 años, cuando la mayoría de los países de la región completó una década de crecimiento económico, todos, a su manera, atacaron la enorme deuda social”, destacó. Por ello, los pueblos no deben permitir el regreso de los gobiernos conservadores, para así seguir el camino del desarrollo y el progreso, de la mano de las clases más desposeídas, y “sin posibilidad de retroceso”. Para continuar de este modo las políticas de recuperación, reducir aún más la pobreza y la mortalidad infantil en todo el continente y seguir generando empleos, como lo hicimos en Brasil en estos ocho años. A esta altura la Dra. Bárcena acotó que en ese período Brasil sacó a 57 millones de seres de la pobreza. Lula agregó más adelante que con los trillones de dólares gastados en la guerra de Irak se hubiera podido dotar de alimentación suficiente y mejorar las condiciones de vida de todos los pobres del mundo por 150 años.
En este proceso se ha demostrado que es posible crecer y distribuir a la vez. Esta es el otro concepto que quedó sólidamente anclado, en contraste polémico con las concepciones neoliberales en boga. Lula imprimió particular énfasis a esta afirmación, señalando que el gasto social es una auténtica inversión, con un retorno inmediato asegurado. Acoto por mi parte que este fue de los temas centrales de la alocución de Mónica Xavier en el acto de celebración en el Palacio Peñarol de los 42 años del Frente Amplio y su bautismo de masas. Al tiempo que enfatizó la importancia de los cambios logrados, Lula subrayó que “todavía es muy poco con respecto a todo lo que nos resta por hacer”. Esto coincide plenamente con lo manifestado por Tabaré Vázquez en el acto del Frente Amplio citado. Lula aludió también, al señalar los éxitos, la calidad de los gobernantes de América del Sur y de América Latina en su conjunto. A su juicio, una razón del progreso alcanzado es que nunca en la historia ha habido “la calidad de los gobernantes que hay hoy en el continente”.
El otro gran tema fue el de la integración, tanto a nivel regional como continental. Aquí también la tónica fue que se ha avanzado mucho, pero que subsisten muchas trabas y retrasos. En este punto hubo plena coincidencia entre el ex mandatario brasileño y el presidente uruguayo José Mujica. El Mercosur avanza, el comercio uruguayo-brasileño se amplía apreciablemente, pero subsisten las trancas y el estancamiento. Al respecto se subrayó en términos muy cáusticos el tema de la burocracia, multiplicando los ejemplos ilustrativos. “En los ocho años que fui presidente de Brasil hice todo lo que pude para que hubiera una integración más fuerte entre los países latinoamericanos. Pero tenemos que ser pacientes, hay que enfrentar muchos obstáculos”, puntualizó Lula. Se mencionó la importancia de la lucha contra el ALCA y de la creación de la Celac, sin Estados Unidos ni Canadá. Se destacaron asimismo las experiencias de los países del Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) de instaurar una cesta de monedas propias para negociar, excluyendo al dólar en sus transacciones recíprocas.
Como es lógico, abundaron las referencias a la crisis europea (en particular a esta hora el caso de Chipre) y a los organismos internacionales. Lula fue categórico al señalar que al día de hoy la ONU no es representativa, que deben introducirse cambios en su estructura, en sus atribuciones y en el Consejo de Seguridad, al igual que en el Fondo Monetario Internacional. Abogó por la necesidad de erigir “una gobernanza global con representatividad de todos los continentes” y con “nuevos organismos multilaterales”.
En contraposición, y en una visión a largo plazo, se mostró optimista sobre el futuro de América Latina. Destacó su potencial extraordinario en múltiples aspectos, particularmente en recursos hídricos y energéticos, esenciales en el mundo de mañana. Se autocalificó como “un optimista inveterado” sobre nuestro destino común, sobre todo porque “nuestros pueblos aprendieron mucho”.
Para completar el cuadro, en el acto del Frente Amplio al día siguiente se trasmitió un mensaje que Lula dejó grabado, en el que expresa “un profundo cariño y respeto por el FA”, destaca su labor para unir a todos los partidos de izquierda y expresa su convicción de que “el FA puede ayudar a construir partidos latinoamericanos más fuertes”.

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