Ser joven parece que fuera un defecto'', dijo Virginia Cardozo


 En Uruguay, a los 30 años se puede ser gerente, médico, artista destacado, conductor de radio o TV, futbolista de renombre ya en la curva de regreso o muchas otras cosas de relieve y consideración social. Pero para aspirar a una jefatura de gobierno parece necesitar unos cuantos años más. Sin ir más lejos, el flamante presidente pasa hace rato los 70 y el saliente pisa los 80. Hubo un candidato de poco más de 40, pero el soberano le dijo que se siente y espere.

Con 30 años, la edad mínima que la Constitución exige para aspirar a ser intendente departamental, Virginia Cardozo compite por el sillón comunal en Montevideo. Claro que se puede ver detrás de su postulación una movida política que trasciende la posibilidad de alcanzar ese objetivo y va más bien dirigida a posicionar ciertas ideas y postulados en el debate. Aunque falta prácticamente toda una campaña, sabemos que Cardozo no va a ser electa intendenta el 10 de mayo, salvo que se produjera algún evento cósmico que ni las encuestas ni el más elemental sentido común están en condiciones de pronosticar hoy.

Pero con sus jóvenes 30 años, un título de doctora en Medicina, una experiencia de trabajo en medicina comunitaria, un protagonismo marcado en la campaña por el "No a la baja" y un lugar en la dirección del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), Virginia asume una candidatura que da vigor a la intención de su partido -y aliados- de ganar un lugar de más relieve en la agenda política, posiciones de mayor peso en la interna frentista y una visibilidad nada despreciable para sus propuestas.

El propósito de esta entrevista es conocerla un poco más. No solo a la candidata a intendenta, sino a la profesional, a la mujer política, a la militante social. A la joven que irrumpe casi en puntas de pie en un escenario donde el futuro son los cincuentones.    SEGUIR LEYENDO ACÁ

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