,Con fuerte énfasis en la desprisionalización, el informe 2024 del Comisionado Parlamentario Penitenciario apunta a ampliar las medidas alternativas y retomar la suspensión de penas para reducir la población carcelaria. El trabajo recomienda el cierre de varias unidades e identifica que en el 83 por ciento se dan «tratos crueles, inhumanos o degradantes» o «insuficientes condiciones de integración». Juan Miguel Petit se despide proponiendo, entre otras medidas, la creación de una fiscalía penitenciaria.
Antes de renunciar oficialmente a su cargo como comisionado parlamentario penitenciario –luego de diez años en ese rol– y asumir como director de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo este jueves 18, Juan Miguel Petit presentó el último informe anual de esa oficina sobre el estado de situación del sistema penitenciario, correspondiente al año pasado. «Como Penélope, la esposa de Ulises en la Odisea, que descosía de noche lo que cosía de día para así nunca tener que aceptar un pretendiente, la política criminal uruguaya (un colectivo aluvional y poco planificado de leyes, presupuestos, políticas sociales y penitenciarias) también rompe con una mano lo que hizo con la otra», ilustra el excomisionado en la apertura del documento, adelantando el diagnóstico que da pie a sus recomendaciones de reformas legislativas. «Rompe los ojos el excesivo uso de la prisión como mecanismo para frenar inconductas que […] requieren una intervención más compleja y abierta que la mera privación de libertad», cuyo «aumento desmesurado» solo «frena o anula los programas de rehabilitación y no hace más que agravar el problema, porque genera más reincidencia», escribió Petit.
Las cifras que presenta el informe van en línea con lo antes plasmado. Basta con observar la tendencia de crecimiento sostenido de la población penitenciaria, que en 2024 alcanzó una tasa de 456 personas por cada 100 mil habitantes y asciende, este año, a 477. Esto deja a Uruguay entre los primeros 15 lugares del mundo con mayor prisionalización por cantidad de habitantes, y primero en América del Sur. En el último lustro, el volumen de la población penitenciaria creció, en promedio, casi 1.000 personas por año. A mediados de 2025 eran 16.624 personas. Al observar los datos por sexo, se constata que el crecimiento es mucho mayor para las mujeres: el 18,5 por ciento frente al 6,3 por ciento del incremento total del sistema. Actualmente las mujeres representan más del 8 por ciento de la población carcelaria.
INHUMANO Y DEGRADANTE
Las cifras que presenta el informe van en línea con lo antes plasmado. Basta con observar la tendencia de crecimiento sostenido de la población penitenciaria, que en 2024 alcanzó una tasa de 456 personas por cada 100 mil habitantes y asciende, este año, a 477. Esto deja a Uruguay entre los primeros 15 lugares del mundo con mayor prisionalización por cantidad de habitantes, y primero en América del Sur. En el último lustro, el volumen de la población penitenciaria creció, en promedio, casi 1.000 personas por año. A mediados de 2025 eran 16.624 personas. Al observar los datos por sexo, se constata que el crecimiento es mucho mayor para las mujeres: el 18,5 por ciento frente al 6,3 por ciento del incremento total del sistema. Actualmente las mujeres representan más del 8 por ciento de la población carcelaria.
INHUMANO Y DEGRADANTE
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