Exsoldado habló de violaciones y torturas ocurridas en dictadura

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Soldado de Florida relató violaciones, torturas y asesinatos en dictadura
El ex soldado Fermín Rossi denunció violaciones a detenidas políticas durante la dictadura y torturas en los cinco años que estuvo en el Ejército. Las declaraciones las realizó esta semana en el programa Rompecabezas de TVFlorida. Rossi entró al Ejército en su ciudad natal; se codeó con el comisario Alejandro Otero e incluso con el ex presidente Jorge Pacheco Areco. Venía de trabajar en una estancia. Entró a la tropa con 19 años, en junio de 1969. Abandonó el uniforme en junio de 1974, acosado por las imágenes del sufrimiento de decenas de personas que eran torturadas. “La viví y la pasé muy mal, horrible”, confesó al periodista Fabricio Álvarez. Hizo de guardiacárcel, albañil, presenció plantones y picanas. “Era inhumano, palo y garrote. Les decían: corra por ahí y los hacían reventar contra un árbol”.

También hizo patrullas en Montevideo. En los “allanamientos en casas no dejaban nada, se robaban todo”, recordó. También relató cómo los militares desestabilizaban la situación política haciendo atentados con bombas de alquitrán contra sedes de los partidos tradicionales. Ante cámaras, rememoró las torturas en una cancha de pelota de mano.

Durante un tiempo estuvo en el Batallón de Ingenieros de Combate I de Montevideo, en San Martín y Chimborazo. De ese lugar tiene las peores memorias. “Una vez, trajeron a tres mujeres, las mataron a palos. Yo estaba de guardia, tenían sangre por todos lados y dijeron: Denles salmuera”.

“Los milicos agarraban a las mujeres y las manoseaban, les hacían de todo. ¿Violación de mujeres? También las vi ahí. Las sentí. Llevaban a las mujeres atadas. Los oficiales se mamaban y las mandaban a buscar para violarlas [...] Los tipos se mamaban con el capitán que estaba de guardia, el que fuera, y mandaban a buscar a las mujeres... las llevaban a violar”, declaró. Una noche, según dijo, una “mujer defendía el derecho de que no la violaran”. Escuchaba a los uniformados arengar: “A esta puta hay que violarla, porque son tupamaras putas”. “Lo sentía porque yo estaba en la guardia. Gritaban como locas, me desgarraba”.

También estuvo en el Hospital Militar mientras uniformados balearon a una mujer joven: “Sentí que era mi hermana, que era una amiga. La trajeron, la miraron: era una niña, 17 años tendría. Le pegaron un balazo y los doctores militares decían: ‘dejala que muera la pichi esa’”. La dejaron tirada sin primeros auxilios. “La alcancé a mirar. Y me miró como diciendo: ‘mirá, me estoy muriendo’”. Esa imagen lo persigue. No sabe el nombre de la joven ni recuerda el de los doctores. Rossi aseguró que todos los militares vieron la tortura, que era imposible no verla. “Estos son los sediciosos que quieren derrocar al gobierno”, decían los militares mientras mostraban fotos de Zelmar Michelini o Wilson Ferreira Aldunate. “Te lavaban el cerebro”, opinó. Rossi declaró a la diaria que si es citado por la Justicia, dirá todo lo que sabe.

FUENTES DE LA DIARIA

Exsoldado habló de violaciones y torturas ocurridas en dictadura
Llamó a aportar datos sobre detenidos desaparecidos

 Un floridense que fue soldado entre los años 1969 y 1974 denunció en una entrevista televisiva diferentes tipos de torturas y violaciones, fundamentalmente a mujeres, en unidades militares de Montevideo y Florida.

Hizo un llamamiento a sus pares, a quienes fueron soldados, a aportar datos sobre detenidos desaparecidos, pues muchos participaron o presenciaron enterramientos, indicó.


Escuchar el informe es de Emilio Martínez Muracciole CLIK ACA
FUENTES DE RADIO URUGUAY

Ex militar dio su testimonio sobre torturas antes de dictadura CLIK ACA





Ex militar dio su testimonio sobre torturas antes de dictadura

En entrevista con TV Florida, Fermín Rossi habló sobre lo que presenció cuando trabajaba como efectivo militar en cuarteles de Florida y Montevideo.
Fecha: 28/07/2017 | Categoría: Sociedad
El relato de Rossi se ubica entre 1969 y 1971 y cuenta lo que vio siendo efectivo militar, concretamente trabajando como albañil, tanto en el cuartel del departamento de Florida como en dos de Montevideo, uno en el Cerro y el otro ubicado en San Martín y Chimborazo.

Rossi habló de sus compañeros de generación y dijo que por más que no hayan intervenido todos vieron algo. 

Compartimos la entrevista a Fermín Rossi realizada por Fabricio Alvarez en TV Florida, brindada por este canal a Televisión Nacional. 

PACHEQUISMO Y DICTADURA EN URUGUAY CLIK ACA

La estrategia explícita de la derecha venezolana y cómo sabotearán las elecciones constituyentes

¿Guerra civil en Venezuela?

El video siguiente revela la estrategia explícita de la derecha venezolana. Un guarimbero confiesa en Florida, EE.UU., las tácticas criminales. El artículo de Ana Esther Ceceña que publicamos a continuación enseña los pasos, los ritmos y las alternativas de esa estrategia.


Juan Requesens explica qué es la Hora Cero y cómo sabotearán las elecciones constituyentes

Por Ana Esther Ceceña.

Las guerras del Siglo XXI tienen la particularidad de parecerse a las movilizaciones por derechos ciudadanos. La larga experiencia del Pentágono en intervenciones y políticas de disciplinamiento en todos los continentes y en todo tipo de situaciones, ha llevado a concebir las guerras de maneras muy distintas a las empleadas, con mayor o menor éxito, en épocas pasadas (tan cercanas como las del último Siglo XX).

Domingos con Maduro #91 completo, 23 de julio de 2017

Desde la plaza Bolívar de Caracas, con el Presidente Nicolás Maduro. Programa completo, 23 de julio de 2017



Las catástrofes climáticas o humanitarias son hoy uno de los denominados riesgos o amenazas a la seguridad que permiten la movilización de tropas y su intervención en territorios extranacionales, tal como ocurrió en Haití con el terremoto de 2010 y donde el Comando Sur de Estados Unidos que había ocupado la plaza, cuando decidió retirarse, dejó instalada la Misión de Naciones Unidas (MINUSTAH). La intervención humanitaria produjo una ocupación militar que después de siete años deja un lamentable saldo de violaciones de derechos humanos y conculcación del derecho a la autodeterminación del pueblo haitiano.

Pero quizá lo más novedoso de las intervenciones de este siglo es su carácter reptante. Avanzan a ras del suelo de manera silenciosa, colándose entre la gente, comiéndose los tejidos comunitarios y sembrando miedo, confusión e incertidumbre. El estallido viene después. Primero se carcomen las bases de los vínculos sociales, los que hacen a “la gente” ser “pueblo” con un sentido sujético explícito, así como las bases del entendimiento colectivo o sentido común, a través de un cuidadoso trabajo de socavamiento simbólico, bombardeado desde los medios masivos de transmisión de datos e imágenes.

Esto viene pasando desde hace rato y ya no suena novedoso, a pesar de que propiamente es un modo de hacer la guerra que sólo se sistematizó en el siglo XXI, combinado con la estrategia de espectro completo (abarcar todas las dimensiones de la organización social y de la geografía) y con la idea de aplicar todos los mecanismos simultáneamente y sin reposo.

Esta modalidad de dominar, o de hacer la guerra, tiene como inspiración el estudio del comportamiento de los sistemas complejos, que se han constituido de manera natural, y más particularmente el de las abejas. La asimilación del comportamiento de las abejas deriva en una estrategia de ataque al modo de un enjambre: todos al mismo tiempo pero de diferentes maneras y desde direcciones distintas. Gran parte de la fuerza del ataque proviene de la confusión que se genera pues el atacado no identifica tan fácilmente de dónde viene la ofensiva, y tampoco tiene reposo como para observar o pensar con cuidado cómo defenderse de ella. Más que un enjambre lo que se despliega es una red o un conjunto de enjambres: atacan el abasto, la capacidad de compra, la movilidad, los servicios básicos, la tranquilidad en el barrio, la organización comunal, los sentidos comunes, y todo en una modalidad similar a la que se desata cuando alguien patea un panal de abejas. Según David Faqqard, oficial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, “implica un ataque convergente por muchas unidades”. Es un modo de hacer una guerra que no parece tal, pero que cuando ya está es absolutamente abrumadora.

Métodos como estos, con sus particularidades y escalas, han sido usados en Libia y Siria. Siempre aprovechando y atizando las contradicciones ya existentes y llevándolas a un nivel de confrontación absoluta, que propicia la introducción de fuerzas adicionales (fuerzas especiales de mercenarios), de operaciones encubiertas o incluso de bombardeos del exterior, que no sólo elevan la tensión sino que garantizan el acaparamiento de los lugares estratégicos (pozos petroleros, puertos, pasos o rutas). Generalmente estas intervenciones se combinan también con algunos ataques estrepitosos y fragilizadores, como incendios de infraestructura básica o de hospitales (maternidades, como en Venezuela), para además crear sensación de indefensión.

Crear “situaciones de guerra” (Ceceña, ALAI 495 y 500) como éstas es altamente rentable. En general, como los ataques son súbitos y contundentes (y relativamente inesperados), permiten el apoderamiento de los recursos o territorios valiosos que regularmente se siguen explotando en beneficio del atacante. Adicionalmente, en esta situación, hay una constante y creciente necesidad de armas y otros bienes, entre los que se cuentan alimentos básicos o medicamentos, y que tienen que ser adquiridos en el exterior por el socavamiento de condiciones de producción interna, en caso que hubieran existido. Es un buen negocio por todos los ángulos.

La venta de armas no es un asunto menor. Sólo Arabia Saudita ha adquirido 110,000 millones de dólares en armas para consolidarse como eje de la llamada OTAN árabe y el nuevo equipo gobernante de Estados Unidos ha multiplicado sus presiones en diversos foros para inducir la compra de armamento que proviene de sus fábricas, o las de Israel.

La guerra es el modo más rentable de disputar territorios, riquezas, rutas, ganancias y espacios de poder, y es un modo altamente eficiente de imponer disciplinas.

Entre la paz y la guerra

Por eso nadie se sorprende si escucha decir que Venezuela es la Siria de América, pero esa es una afirmación temeraria. En Siria hay una guerra propiamente dicha, con armas, bombas, desplazados, asesinados, disputa de territorios y todos los derivados de una situación de confrontación armada abierta con múltiples frentes y una enorme complejidad que deviene del hecho de que Siria es el epicentro de un conflicto bélico que involucra una zona muy amplia que abarca la región del Medio Oriente y una parte de Europa y del norte de África. Aún más, la guerra en Siria es una manifestación de la disputa entre Estados Unidos, la coalición potencial o velada entre Rusia, Irán y China, y quizás una Europa en proceso de reconstitución, con el involucramiento diferenciado de casi todos los estados de los alrededores, configurando un escenario de potencial guerra mundial.

A Venezuela, que es un eslabón principalísimo del corredor energético mundial, se le está haciendo una guerra; pero en Venezuela no hay guerra. Venezuela es un escenario de lucha entre la construcción de la paz y la guerra. Tres elementos muy importantes han permitido detener la guerra:

1) el proceso venezolano está siendo defendido en las calles y los barrios por el pueblo organizado; la revolución bolivariana es del pueblo;

2) el proceso de construcción de la llamada unidad cívico-militar ha llevado a una imbricación que compromete a ambas partes con una defensa diferenciada pero compartida de lo que queda bajo el rubro de la revolución bolivariana, y que en este caso es entre otros la defensa de la vida;

3) mientras más se tensa el conflicto venezolano y más se destaca como objetivo a derrotar al presidente Maduro, más parece estarse creando un gobierno colectivo que sostiene pero diluye la figura presidencial y otorga mayor solidez a la representación del estado.

Estos tres elementos jugando juntos han generado la posibilidad de enfrentar la guerra sin hacer la guerra; de enfrentar la violencia con organización comunitaria; de inventar en la práctica cotidiana milicias de paz. El proceso, sin duda, se ha desgastado. Pero también indudablemente se ha fortalecido y se ha radicalizado. Mantener una prolongada situación de asedio y violencia sin usar las armas ni para defensa personal es un signo de altísima conciencia y responsabilidad tanto de los cuerpos de seguridad del estado como de los civiles en pie de lucha. Venezuela es hoy el umbral y a la vez el dique de la extensión de las guerras de otros continentes hacia América y un punto de definición estratégico del estallamiento, o no, de una tercera guerra mundial.

Ana Esther Ceceña es coordinadora del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, Instituto de Investigaciones Económicas, Universidad Nacional Autónoma de México. Integrante del Consejo de ALAI. Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento: Ante escenarios desafiantes 03/07/2017 y en ALAINET http://www.alainet.org/es/articulo/186528.

FUENTES DE Compañero, la revista

“Plan Cóndor” judicial; destaca a José Mujica como una de sus víctimas. El jurista argentino Raúl Zaffaroni considera que se está llevando a cabo DESPRESTIGIAR SERÍA LA CONSIGNA

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El jurista argentino Raúl Zaffaroni considera que se está llevando a cabo una especie de “Plan Cóndor” judicial; destaca a José Mujica como una de sus víctimas.

El jurista argentino Raúl Zaffaroni escribió una columna en Página 12 relacionada al accionar judicial sobre los líderes de la región. Para Zaffaroni, hay un intento de desprestigiar a aquellas personas que trabajan para generar un cambio en la región y puedan “ofrecer alguna resistencia electoral al avance del totalitarismo corporativos que sufren nuestros países”.

Como víctimas de esa estrategia, cita a Cristina Fernández, a Fernando Lugo, a Lula y a José Mujica, con el caso de las llamadas tupabandas y de los libros que se han escrito.

Luego de dejar constancia de la austeridad de Mujica, Zaffaroni escribe: “La cuestión empezó con la publicación de tres panfletos llamados ‘libros’, de esos que escriben ‘periodistas’ y que al poco tiempo se venden al por peso en las librerías de viejo, que vinculan a Mujica con asaltos cometidos por ex-tupas en los años noventa, que fueron por cierto aprehendidos y condenados en su momento. A los ‘libros’ de los periodistas se sumaron las declaraciones de un ex-policía, jefe del equivalente a nuestra sección ‘robos y hurtos’ en tiempos de la dictadura, cuyo segundo fue condenado, precisamente, por torturas a tupas. Este fue el material con el que la minoría opositora pretendió crear una comisión investigadora en el Senado, desbaratada por el discurso del propio Mujica, que ni sus enemigos se animaron a responder. Pero con esos mismos elementos se insta a una fiscal para que reabra las causas cerradas hace décadas”.

Zaffaroni que el objetivo del “nuevo totalitarismo corporativo transnacional” y sus aliados es el de desprestigiar a la política y, paralelamente, a la justicia, la que lleva la peor parte: “No sólo nadie tomará en serio en el futuro las decisiones de jueces que se prestan a reemplazar funcionalmente a los baúles de los ‘Falcon’, sino que corre el riesgo de extender la duda respecto de la totalidad de los jueces”.

FUENTES DE CARAS Y CARETAS

Entrevistas en uruguay y el mundo con JOSE PEPE MUJICA 52 VIDEOS VER CLIK ACA 

La posverdad y el Cóndor

Por Leandro Grille.


Los métodos cambian y se adecuan a la época, se ajustan a las condiciones objetivas, pero los propósitos son invariables: la historia se sigue moviendo al calor de las contradicciones sociales. La lucha entre el capital y el trabajo, entre empresarios y asalariados, entre poseedores y desposeídos está en la base misma de nuestra civilización y se renueva lo más campante sobre los escombros de la vocinglería negacionista, empeñada en instalar una filosofía cínica de unión y concordia que no interpele un ápice al statu quo.

Con vaivenes y con matices, el nuevo siglo trajo consigo una inflexión política de carácter continental y los movimientos populares de impronta progresista alcanzaron el gobierno en numerosos países de América Latina. Durante algo más de diez años, nuevos elencos adquirieron protagonismo impulsando una agenda alejada de los postulados neoliberales, volcando la balanza en favor de los sectores humildes. El ciclo parecía indestructible, por lo menos mientras la economía acompañara y el voto de la población fuera determinante. A la vez, las fuerzas políticas progresistas se anotaban logros en todos los indicadores relevantes:  economías crecientes, reducción del desempleo y la pobreza, aumento sustantivo de la inversión púbica en educación y salud, entre otros tantos avances indiscutibles. Las fuerzas políticas de la derecha vivían su peor temporada en décadas. Desprestigiados, divididos, divorciados de la sociedad, los principales partidos tradicionales del continente se mostraban incapaces de proponer una alternativa que pudiera entusiasmar a la sociedad y plasmarse en votos.

Sin fuerza electoral y sin ideas superadoras, las elites económicas se enfrentaron al desafío de detener el programa redistributivo por otros medios. La expresión organizada de las fuerzas restauradoras se desplazó de los sistemas de partidos a las empresas de comunicación, fuertemente concentradas en manos de pocas familias y cuya influencia es monumental, en la medida que conforman la mediación obligatoria entre el sujeto en su ámbito doméstico y la dinámica de la realidad. Si se mira con ecuanimidad, el camino de organizar a la oposición desde los medios era, sin dudas, la mejor alternativa de los sectores concentrados y las corporaciones para recuperar el poder político.

Básicamente, esta estrategia se proyecta desde un par de supuestos: para que la oposición de derecha estuviera en condiciones de ganar las elecciones se debía cumplir por lo menos uno de dos extremos, o bien los gobiernos de izquierda hacían las cosas mal para los intereses de las grandes mayorías o bien el relato dominante sobre la realidad convencía a la gente de que todo estaba cada vez peor. Como a la realidad no había con qué darle, porque la multitud vivía mucho mejor que en tiempos de neoliberalismo, el partido había que jugarlo en el plano de la información, difundiendo un pesimismo extremo, amplificando los errores y los problemas y silenciando los aciertos y las conquistas, así fuera censurando, tergiversando, recortando con saña y mala fe y, si era necesario, mintiendo.

Con todo, las propuestas políticas de la izquierda y el progresismo seguían venciendo, elección tras elección. En algunos casos, por márgenes abrumadores. Los medios eran un recurso impresionante, pero, a todas luces, insuficientes. No basta con ignorar los logros y subrayar los errores. No basta con dedicarle horas y horas a cada crimen, no basta con propagar hasta el cansancio el discurso opositor, era necesaria otra vuelta de tuerca. Era necesario encontrar un terreno donde dar la batalla con posibilidades reales de disputar el poder. Era necesario conquistar un poder del Estado y, sobre todo, era necesario conquistarlo sin recurrir al voto. Porque con votos no tiene gracia. El problema está cuando no tenés los votos. Si hace cuarenta años el mecanismo elegido fueron los golpes militares para impedir el avance de la izquierda en el continente, confiando al poder de las armas la resolución de la contradicción capital-trabajo, esta vez operó una estrategia mucho menos evidente y, por ello, políticamente más sustentable: la conformación de un partido judicial actuando en sintonía con los principales medios de comunicación para denostar, perseguir, difamar, destruir e, incluso, encarcelar a los líderes progresistas. En varias repúblicas de América Latina, el tercer poder del Estado, y el único de ellos no electivo, se ofreció como el ámbito idóneo para combatir a los gobiernos progresistas, toda vez que su condición casi académica y manida independencia le cubrían ante la población de una suerte de superioridad moral sobre los sistemas políticos, en los que la lucha por el poder es explícita y, habitualmente, encarnizada.

La estrategia de la pinza desarrollada por las elites para detener el ciclo progresista ha sido la acusación mediática y la imputación judicial. No importa la verdad, sino la verosimilitud. Los hechos denunciados no deben probarse, sino instalarse. La psicología ya demostró que el impacto social de una mentira es irreparable en sentido estricto. La ahora llamada posverdad, en la que la veracidad de los hechos importa menos que su apariencia, conduce la política a un terreno en el que cualquier cosa puede ser dicha de manera impune y sin atenerse a la realidad fáctica, porque el mecanismo de persuasión apela al prejuicio social y no a la racionalidad. Y el prejuicio social se moldea desde los grandes medios, únicos capaces de difundir un relato que alcance a todos los habitantes. De este modo, los medios hegemónicos instalan una prenoción de la realidad y la alimentan con una falsación sistemática y abrumadora, al punto de hacer invisible, salvo para investigadores formados y dedicados, el origen último de la manipulación.

Así las cosas, en toda la región se ha verificado una estrategia restauradora que esconde el contenido programático del proyecto que impulsan y lo suplanta por un discurso penal y moral. Ya no es necesario demostrar que las políticas progresistas son malas o perjudiciales para los pueblos. Hay que instalar que son todos chorros, corruptos, que utilizaron a los pobres para robarse todo, para su beneficio personal. El propósito inmediato es homologar izquierda con corrupción y políticas sociales con clientelismo “populista”. El objetivo estratégico es invalidar a los sectores populares, excluir a las fuerzas contestatarias del sistema de la posibilidad gobernar.  Convertirlas en “malas palabras”, en un cuerpo blando que debe ser extirpado del juego político.

El nuevo Plan Cóndor que sobrevuela la región, del que advierte el prestigioso penalista argentino Eugenio Zaffaroni, opera desde los medios y desde la Justicia. Sergio Moro, un juez cómplice de los golpistas, persigue a Lula y lo condena a nueve años de prisión por un delito sobre el que no ofrece ni tiene ninguna prueba. Ordena no ejecutar la pena, es decir no encarcelar a Lula hasta que el tribunal federal de segunda instancia ratifique o revoque, advirtiendo las consecuencias sociales de una medida de esa naturaleza. La condena tiene un objetivo político: impedir que Lula pueda presentarse en las elecciones –para lo cual debería confirmar el tribunal federal– o perjudicar seriamente sus chances, cuando lidera todas y cada una de las encuestas para primera y segunda vuelta. Al mismo tiempo, la sentencia llega el día después de que el Senado brasileño, por orden del usurpador Michel Temer (del que sí hay abundantes pruebas de corrupción) diera muerte a la legislación laboral brasileña, destruyendo todos los derechos laborales, incluyendo la ley de 8 horas, la negociación colectiva, las horas extras, el derecho a reclamar de los trabajadores, y hasta el aguinaldo en algunos casos. Es tan brutal la reforma laboral de Brasil que el retroceso es prácticamente de un siglo. Y los legisladores que la votaron están en su mayoría imputados por corrupción, bajo el mando del más corrupto de todos, Michel Temer.

En Argentina, la expresidenta Cristina Kirchner lidera las encuestas de intención de voto en la populosa provincia de Buenos Aires para las elecciones de medio término, donde se define el panorama político del país porque concentra 40% del electorado nacional. Diariamente los mismos fiscales y los mismos jueces lanzan pronunciamientos en avalancha pidiendo procesamientos, detenciones e indagatorias de las figuras del kirchnerismo, que son abundantemente amplificadas por los principales medios, que no tienen pudor en ocultar el deterioro social pavoroso que han provocado 18 meses de medidas neoliberales impulsadas por el presidente Macri. Si antes de las elecciones de 2015, la campaña electoral se vio sacudida por la acusación de un triple asesinato al principal candidato del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires –acusación que luego quedó en la nada, porque se hizo sin una sola prueba–, ahora un juez ultramacrista se propone citar a indagatoria a la propia Cristina Kirchner por traición a la patria, debido un memorando de entendimiento con Irán por el caso AMIA, que fue aprobado por el Congreso, que nunca fue aplicado y que además no incluía ninguna ventaja judicial para los imputados iraníes, como aclaró el propio director mundial de Interpol.

En Uruguay se sigue el mismo libreto. Los medios amplifican acusaciones que luego pretenden ser judicializadas. Periodistas, mandaderos, políticos sin votos se prodigan en acusaciones al voleo, fotos trucadas, reclamos de investigaciones, para luego presentarse ante el Poder Judicial con la finalidad de que los líderes de la izquierda terminen paseando por los juzgados. La verdad, nuevamente, no importa. La prensa miente todo el tiempo. Los canales de televisión mienten. Las redes se llenan de perfiles falsos. En Twitter, en Facebook, todo se tiñe de mentiras y afirmaciones que buscan estimular el fascismo social y los prejuicios. El proyecto es inconfesable. Si la derecha obtiene el poder, va a avanzar con la misma brutalidad que en los  países vecinos. Pero para obtenerlo precisan algo más que silenciar que la economía crece, que el desempleo baja, que el salario real continúa aumentando, que la inflación cae por debajo del rango meta, que los uruguayos hemos alcanzado un ciclo de estabilidad económica y progreso social histórico; necesitan convencer a la gente de un relato mentiroso que muestre la realidad como un desastre moral, político y social, y a los principales referentes de nuestra izquierda como delincuentes y corruptos.

Por Leandro Grille.

FUENTE DE CARAS Y CARETAS

El Parlamento habrá de renovar el Consejo Directivo de la Ins Nacional de DDHH y Defensoría del Pueblo.

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En las próximas semanas el Parlamento habrá de renovar el Consejo Directivo de la Institución Nacional de DDHH y Defensoría del Pueblo.

Creada por la Ley 18 446 de diciembre de 2008, es una unidad dependiente del Parlamento pero autónoma con el cometido específico de defender y promover los DDHH. En estos días finalizan su mandato los primeros directivos que la misma ha tenido. Dejan una institución funcionando y establecida. Salvo hechos puntuales que han merecido reparos formulados por escrito, como corresponde, por parte de Crysol, el balance es ampliamente favorable y positivo.

La libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, como reza el Preámbulo de la Declaración Universal de los DDHH. La plena vigencia e implementación de las normas ya establecidas y aprobadas es un salto sustancial en la calidad de vida de la ciudadanía. La creación de la INDDHH ha sido un elemento importante, más allá de los logros y/o fracasos, del mejoramiento de la calidad de vida de la institucionalidad democrática.

Dados algunos comentarios que han aparecido en la prensa en las últimas semanas y que desnudan una muy escasa cultura en el plano de la normativa en este plano, es necesario reiterar, una y otra vez, que las normas de DDHH han sido aprobadas para proteger a los ciudadanos de los abusos que suelen cometer los Estados y sus funcionarios. Es el sentido básico y esencial de dichas normas: proteger a los ciudadanos de los agentes estatales, de milico y de paisano. Las acciones de los privados, individuales o colectivos, se rigen por las leyes generales de los diferentes códigos. Esas acciones son un ámbito exclusivo de la justicia.

La INDDHH es una gran herramienta de la democracia para afirmar las normas destinadas a dignificar la vida de todas las personas. Es un instrumento fundamental y decisivo para aquellos ciudadanos más vulnerables, más desprotegidos, que no tienen acceso a la propia organización, a conocer, reclamar y demandar derechos.

La integración del próximo Consejo Directivo no es, por lo mismo, un tema menor para quienes apostamos a fortalecer la institucionalidad democrática del país para seguir avanzando. Sus futuros integrantes deben tener un sólido y efectivo conocimiento y compromiso, indubitable, con las normas de DDHH, en lo declarativo y también en cuanto al compromiso de vida. La dictadura cívico militar y su terrible legado sobrevuela a la hora de promover, apoyar y examinar candidaturas. No hay justificaciones ni explicaciones para las graves violaciones a los DDHH. Quienes las aplican para el pasado reciente pueden reiterarlas para el presente y el futuro. Y ser un peligro si integran el órgano de conducción de la institución que tiene que defenderlos.

Vivimos en democracia y existe plena libertad de conciencia y de expresión. Quienes hasta el día de hoy, a pesar de las múltiples evidencias en contrario cultivan la "teoría de los dos demonios" para explicar el proceso uruguayo, están en su legítimo derecho, sin importar su sexo, adhesión político-partidaria, trayectoria académica o religiosa. La dictadura cívico militar fue una verdadera tragedia para el país. La "teoría de los dos demonios" es la excusa de los golpistas para disminuir las culpas por lo ocurrido. En Uruguay hubo un solo demonio desatado: el terrorismo de Estado.

Continuidad y desequilibrio de género femenino

Tal como lo recomienda la propia ley sería recomendable que existiera continuidad entre el Consejo directivo saliente y el nuevo para que no haya que recomenzar de cero. La experiencia acumulada es importante. El Parlamento debe tener muy presente este criterio al igual que lo reclamado por decenas de organizaciones sociales: sería sumamente positivo mantener el actual desequilibrio de género, es decir que haya mayoría femenina, nuevamente, en el próximo Consejo Directivo. Esta integración le hizo bien al anterior Consejo Directivo y demostró que un organismo con mayoría de integrantes mujeres puede funcionar perfectamente, aunque aún haya resistencias en el Parlamento para aceptarlo.

Son insumos básicos a tener en cuenta, junto con la necesidad de seleccionar integrantes que pongan de manifiesto su disposición a trabajar efectivamente, de manera comprometida, por la causa de los más desvalidos, demostrando independencia de criterio y disposición a hacer frente a las potenciales presiones que puedan ser recibidas, tanto desde el poder como de los medios de comunicación.

El desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad. Con el propósito de contribuir activamente al fortalecimiento de la Institución Nacional de DDHH y Defensoría del Pueblo, Crysol presentó formalmente cuatro candidatos para el proceso eleccionario de nuevas autoridades. Tres de los candidatos son mujeres. Queremos Verdad, Justicia, Memoria y Reparación para el pasado reciente como lo establece la Resolución 60/147 de las Naciones Unidas, para que los hechos no vuelvan a reiterarse. Estamos comprometidos con el fortalecimiento de la institucionalidad democrática, con el presente y el futuro. Y con los más vulnerables. Por eso más y mejor INDDHH.

Reunión con Economía



En la mañana del miércoles 12, una delegación de Crysol se entrevistó con el Subsecretario de Economía y Finanzas,  Ec. Pablo Ferreri. Los temas abordados fueron: exoneración de IVA para el Memorial de Libertad, rechazo de  Crysol al artículo 269 del proyecto de rendición de cuentas  (modifica negativamente el funcionamiento de la Comision Especial ley 18 596), amparar lesiones graves, modificación ley 18 033 (per sin exclusiones, sumar jubilaciones y pensiones) y contemplar cónyuges de ex pres@s políticos.

FUENTES DE  (Uypress)-


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