“No hay salida del nazismo global” Entrevista al filósofo italiano Franco Berardi

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Para Berardi, las personas resignaron su capacidad para pensar y sentir y, mientras la falta de diálogo impide la organización, nuevos gobiernos represivos controlan todo sin necesidad de recurrir a ejércitos. “Hoy no nos relacionamos”, asegura.

Por Pablo Esteban

El filósofo Franco “Bifo” Berardi tiene la sonrisa fácil. Es profesor de la Universidad de Bologna desde hace mucho tiempo pero antes, cuando solo tenía 18 años, participó de las revueltas juveniles del 68’, se hizo amigo de Félix Guattari, frecuentó a Michel Foucault, ocupó universidades y fue feliz. Hoy asegura que esa posibilidad fue clausurada: los humanos ya no imaginan, no sienten, no hacen silencio, no reflexionan ni se aburren. Los cuerpos no se comunican y, por tanto, conocer el mundo se vuelve un horizonte imposible. Frente a una realidad atravesada por la emergencia de regímenes fascistas –enmascarados con globos, pochoclos y dientes brillantes– los ciudadanos protagonizan una sociedad violenta, caracterizada por la “epidemia de la descortesía”. Fundó revistas, creó radios alternativas y señales de TV comunitarias, publicó libros entre los que se destacan, “La fábrica de infelicidad” (2000), “Después del futuro” (2014) y Fenomenología del fin. Sensibilidad y mutación conectiva (2017). En esta oportunidad plantea cómo sobrevivir en un escenario de fascismo emergente, de vértigo y agresividad a la orden del día.

–A menudo plantea la frase: “El capitalismo está muerto pero seguimos viviendo al interior del cadáver”. ¿Qué quiere decir con ello?

–La vitalidad y la energía innovadora que el capitalismo tenía hasta la mitad del siglo XX se acabó. Hoy se ha transformado en un sistema esencialmente abstracto, los procesos de financierización de la economía son los que dominan la escena y la producción útil ha sido reemplazada. En la medida en que no se podía pensar el valor de cambio sin primero recaer en el valor de uso, siempre creímos que el capitalismo era muy malo pero promovía el progreso. Hoy, por el contrario, no produce nada útil sino que solo se acumula y acumula valor.

–¿Por qué no nos relacionamos?

–La abstracción de la comunicación ha producido un proyecto de intercambio de signos financieros digitales que, por supuesto, no requiere de la presencia de personas para poder efectuarse. Los cuerpos se aíslan: cuánto más conectados menos comunicados estamos. Me refiero a una crítica al progreso que ya se ha discutido tenazmente con Theodor Adorno y Max Horkheimer en Dialéctica de la Ilustración. En la introducción del libro señalan que el pensamiento crítico y la democracia firman su condena a muerte si no logran comprender las consecuencias tenebrosas de la ilustración. Si no entendemos que la mayoría de la población reacciona de una manera miedosa al cambio todo terminará muy mal.

–¿En qué sentido?

–Creíamos que Adolf Hitler había perdido y no es verdad. Perdió una batalla, pero todavía gana sus guerras. Los líderes Rodrigo Duterte (Filipinas), Jair Bolsonaro, Donald Trump, Matteo Salvini (Italia) y Víktor Orbán (Hungría) representan los signos de un nazismo emergente y triunfante en todo el mundo.

–¿Por qué se vive con tanta violencia y agresividad?

–Puedo responderte con la reproducción de una frase que leí en el blog de un joven de 19 años: “Desde mi nacimiento he interactuado con entidades automáticas y nunca con cuerpos humanos. Ahora que estoy en mi juventud, la sociedad me dice que tengo que tener sexo con personas, las cuales son menos interesantes y mucho más brutales que las entidades virtuales”. Esto quiere decir que al relacionarnos –cada vez más– con autómatas perdemos la expertise, la capacidad de lidiar con la ambigüedad de los seres humanos y nos volvemos brutales. En efecto, miramos con mejores ojos a las máquinas. La violencia sexual es la falta de aptitud del sexo para poder hablar. De hecho, vivimos hablando de sexo, pero el sexo no habla. No logramos comprender el placer del deseo del cortejo, de la ironía, de la seducción y, en este sentido, lo único que queda cuando rascamos el fondo del tarro es la violencia, la apropiación brutal del otro.

–Si la capacidad emotiva se ha perdido y la de razonar se está desvaneciendo, ¿qué nos queda como Humanidad?

–No hay salida del nazismo global. Lo único que queda como respuesta es el trauma, a partir de la readaptación del cerebro colectivo. El problema fundamental no es político, sino cognoscitivo: la victoria de Bolsonaro no representa solo una desgracia para el pueblo brasileño, pues, también es una declaración de muerte para los pulmones de la Humanidad. Te lo digo como asmático: la destrucción de la Amazonia que se está preparando implica una verdadera catástrofe. Mientras que el final de nuestros recursos se aproxima, la evolución del conocimiento social, algunas veces, demanda dos o más siglos.

–Si ya no podemos imaginar, será imposible construir futuros.

–Por supuesto, si no imaginamos no podemos actuar. La imaginación depende de lo que conocemos, de nuestras trayectorias y experiencias y, sobre todo, de nuestra percepción empática del ambiente y del cuerpo ajeno. Ya no vivimos emocionalmente de manera solidaria. Los jóvenes hoy están solos, muy solos. Necesitamos construir un movimiento erótico para curar al cerebro colectivo. Se trata de volver a unificar al cuerpo y al cerebro, a la emoción y al entendimiento. Desde aquí, #NiUnaMenos es la única experiencia mundial que, desde mi perspectiva, recupera estos vínculos. Debemos aprender de este fenómeno y extenderlo a otras áreas, recuperar derechos, volver a vivir la vida.

fuente   Red Filosófica del Uruguay

EL PRINCIPAL ARGUMENTO FASCISTA: RESTAURAR EL ORDEN

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El primer y fundamental motivo por el cual el discurso fascista puede tener éxito es porque promete una restauración, sobre todo la restauración de un supuesto orden perdido. Para ofrecer esa restauración usa la democracia contra sí misma como plataforma desde la cual despegar pero al mismo tiempo denunciándola como espacio de desorden, de corrupción, de actividad de minorías peligrosas (inmigrantes, razas perversas, comunistas, delincuentes, drogadictos, degenerados, gitanos, vagos, lo que sea, todo en la misma bolsa y sin clasificar). La democracia, afirman los fascistas, es insuficiente porque habilita la existencia de los agentes del desorden, no los elimina sino que les permite existir. Y el fascismo promete, entonces, la extirpación, la depuración, la eliminación, y si es posible que esta eliminación sea física, tanto mejor para dar fuerza al discurso. Por supuesto que para ello lo primero que hace el discurso fascista es señalar que la democracia ha degenerado, que hay corrupción, delincuencia, malestar social, inconformidad pública, insatisfacción, malgasto de los recursos, etc. La promesa de terminar con la delincuencia, las perversiones, los degenerados, las taras sociales, etc., en fin, la promesa de purificar a la nación o al pueblo, de restaurar la paz social mediante la fuerza bruta y la autoridad, incluso la tortura y el asesinato, eso alimenta sobre todo a las mentalidades que se concentran en odiar al oponente, en despreciar a quienes consideran inferiores o desviados del buen camino. Son las mentes conservadoras y reaccionarias las que mejor se encandilan con el discurso fascista. Y ciertamente en toda sociedad la multitud de los reaccionarios, cargados de sentimientos violentos y de resentimientos sociales profundos, es siempre lo suficientemente grande como para que el discurso fascista arraigue y prolifere. De modo que si vemos que un partido insiste constantemente en que el gran problema no es tanto la pobreza, o el mejoramiento de la democracia, sino el terminar con el desorden, con la irrupción de extraños, de enemigos o de desviados, con la corrupción mostrada como un ogro devorador de la dignidad social, entonces lo que está haciendo es tratar de arrastrar los votos de la masa conservadora y resentida de la sociedad con un discurso que, aunque no llegue a ser fascista, tendrá el tono fascista necesario para lograrlo. Y no importa si los que llevan adelante el discurso son ellos mismos más corruptos que aquellos a quienes señalan: la masa reaccionaria los aplaudirá y los seguirá incluso si el destino es el hundimiento, porque, como sugería Erich Fromm en su obra "El miedo a la libertad" la masa reaccionaria no logra distinguir, impregnada por sentimiento sadomasoquistas, la destrucción de la autodestrucción.

Jorge Zalkind.     RFU



Un pequeño de dos años de edad, nacido en el pueblo Victoria de la Teja, frente a la chimenea del Ancap, en medio de una sociedad disgregada por la persecución de la dictadura y en el seno de unos padres militantes de la justicia, fue obligado a vivir en un cuartel junto a su madre durante dos años para ser separado de ella cuando iba a cumplir cinco, así comienza la vida de Gabriel Otero, quien dirige hoy la alcaldía del Municipio “A” y a sus 48 años asegura que lo mejor de su vida es haber sido padre y muy pronto abuelo.


NACIÓ EN EL PUEBLO VICTORIA DE LA TEJA Y A LOS 2 AÑOS DE EDAD FUE ENCARCELADO JUNTO A SU MADRE, DONDE PERMANECIÓ HASTA LOS CINCO AÑOS
“Recuerdo a mi madre, tratando de hacerme feliz para que no sintiera el peso de la dictadura”

Un pequeño de dos años de edad, nacido en el pueblo Victoria de la Teja, frente a la chimenea del Ancap, en medio de una sociedad disgregada por la persecución de la dictadura y en el seno de unos padres militantes de la justicia, fue obligado a vivir en un cuartel junto a su madre durante dos años para ser separado de ella cuando iba a cumplir cinco, así comienza la vida de Gabriel Otero, quien dirige hoy la alcaldía del Municipio “A” y a sus 48 años asegura que lo mejor de su vida es haber sido padre y muy pronto abuelo.

El diario LA REPÚBLICA conversó con Otero, testimonio de una de las épocas más oscuras del Uruguay, quien relató cómo vivió en carne propia los vejámenes junto a sus padres, Melba Agüero y Evaristo Manuel Otero.

“El 29 de mayo de 1972, mis padres y hermanos, que eran militantes Tupamaros, caímos presos en fuga, ya nos habían avisado que la casa estaba para caer, yo tenía dos años y mis hermanos 8 y 16, mi hermana también era militante porque hacia actividades de cobertura para la organización, y bueno, nos dimos a la fuga y en el departamento de Maldonado me enfermé, mis padres tuvieron que parar y caímos en la casa de una tía tras una redada”.

La hermana mayor de Otero, Graciela, fue llevada a la cárcel de Laguna del Sauce, incomunicada totalmente y los padres marcharon a los cuarteles, como era lo usual. “Mantener a las madres presas con sus niños era una manera de hostigamiento, yo fui a parar unos meses después, antes de cumplir los 3 años, a uno de los cuarteles que ahora es el liceo militar, en aquel tiempo era el Instituto Militar de Estudios Superiores, después nos trasladaron hasta el cuartel de Blandengues otro año hasta octubre del 74, permanecí más de dos años en los cuarteles”.

Cuando estaba cerca de cumplir los cinco años, cuenta Otero, lo separan de su madre para entregarlo al cuido de su hermana que ya tenía 18 años y su progenitora es llevada a la Cárcel de Punta de Rieles. Su padre continuaba en la cárcel del Penal de Libertad. “Pasamos las mil y una, desde las mínima atención sanitaria hasta epidemias de enfermedades, hambruna, se pasó realmente mal. Yo era el más grande de los niños y aún conservo esos recuerdos”.

Recuerdos

A pesar de todo lo acontecido, Otero confiesa que aún mantiene vivo el recuerdo de su madre en esos días, buscaba la oportunidad de aislarlo de todo escenario de tristeza para que perdurara la imagen de una madre amorosa y luchadora. “Recuerdo a mi madre tratando de hacerle feliz para que no sintiera el peso de la dictadura, me cuidaba mucho, la recuerdo bañándome, disimulaba sentir una alegría mientras jugaba conmigo cuando me enjabonaba bajo la canilla de agua fría. Si bien uno sabe que era un contexto terrible, ella logró inteligentemente que conservara los mejores recuerdos de esa época”.

Tras siete años de duros días en los cuarteles, la madre de Otero enfermó de un linfoma, la liberaron y al año falleció. “Eso fue en 1979, sólo tenía 43 años. Después de siete años encarcelada lo primero que hizo tras salir en libertar fue conseguir un trabajo, solo que la enfermedad había minado fuertemente su salud y se fue en muy corto tiempo. Mi padre sí estuvo preso un poco más de 10 años y falleció en el 90”.

“Sin duda el golpe que la dictadura le dio a mi familia fue muy duro, quedamos desarticulados de todos los vínculos familiares, hubo que remar entre los tres hermanos porque la mayoría de las amistades estaban presas, a mis padres los juzga la Justicia Militar y fue una pena enorme, pero salimos adelante gracias a que mi hermana nos cuidó”, contó.

Otero respira profundo, se detiene unos segundos en búsqueda de aquellas imágenes del pasado que no lograron desvanecerse y esboza de manera sosegada: “Uno es su vida y sus circunstancias, entonces, trabajar por el más débil, el más vulnerable, fue lo que me motivó a trabajar en política”.

Aclara que no sólo los episodios de dictadura moldearon la impronta de la militancia y la vida política, también le atribuye mérito a la cultura y vivencia en el barrio. “Yo milito porque siento la necesidad de hacerlo, desde muy pequeño vi las injusticias y me gustaba dar la pelea, entonces me sumé a la pelea en el barrio, primero fue un militante social, después terminé militando políticamente”

Relata que además fue dirigente sindical del taxi, secretario general de la Federación de Cooperativas del Uruguay y secretario general de la FCPU. “Toda esa militancia sindical, gremial y social fue la que más me marcó. Luego de mucho trabajo vino el cargo electo de Alcalde, pienso que no voy a jubilarme nunca de la política porque la militancia política es un plan de vida”.

El Alcalde del “Municipio A” sostiene que agradece a esa militancia y a la acción política su formación y conocimiento que hasta ahora lo han llevado a valorar la clase obrera y saber lo sagrada que son las luchas de clases. “No hay cambio que se pueda sostener sin un campo popular fuerte, fértil, con ideas, comprometido, creo que llegué a este cargo con una madurez de tener muchas cosas claras”.

La familia

Uno de los elementos más importante en la vida de este luchador social es su familia, pues se considera “un padre presente” en su hogar, para su esposa e hijas Micaela y Milena. “Ellas son críticas de su padre y saben que no son hijas del Alcalde sino del trabajador, del taximetrista, del luchador, no hay forma de sacar adelante nada si no es en familia, les enseño a mis hijas que tuvimos momentos complicados pero no nos podemos declarar victimas toda la vida, es parte del triunfo sobrevivir”.

Gabriel piensa que la clave para no olvidar nunca sus raíces y no desarraigar su esencia, “es el barrio, poder caminar la misma vereda que caminan los vecinos con los que creció, es la única forma de no enfermarse de importancia, que es un virus que también ataca, de eso nos cuida la familia, los amigos, yo cada tanto se lo digo a mis hijas”.

En el futuro se vislumbra en la política, amoldándose, sabiendo bien de dónde viene, militando por la agenda de derechos. “Me veo tratando de no ser un dinosaurio sino de entender todo, tenemos una juventud que está peleando por la educación, por el acceso a la salud, que está con los mismos sueños pero diferentes métodos de llevarlos a cabo”, confesó al referir que lo que nunca hará en su vida será “despreciar cualquier tipo de lucha social, siento que tengo mucho para aportar pero hay que mirar con más atención a la juventud”.

Seguirá siempre luchando por lo que más le obsesiona en materia de derecho social, el tema de la vivienda y el empleo. “Siempre digo que es una obsesión, en el Uruguay hay una carencia de 35 mil viviendas, estaríamos hablando de unos 150 mil uruguayos que no tienen acceso a la vivienda, como derecho es prioritario, también el acceso al trabajo digno, a la formación”.

También apuesta a profundizar la triada cultura, identidad y convivencia, elementos que según Otero, los claves para llevar el país a un mejor rumbo. “La identidad de tu cuadra, de tu barrio, de conocer la historia de tu vecino, de tu alrededor, eso te da la convivencia, es clave para ayudar a superar los malos momentos de un país, me gusta trabajar cualquier proyecto desde esa visión, hablo con los más veteranos y los más jóvenes, es la única forma de transformar una sociedad en virtudes”.

Escrito por Mélida Briceño

fuente  LA REPÚBLICA

Bolsonaro apoya la venta irrestricta de armas de fuego, propone que haya una presunción de defensa propia si un policía mata a un “sospechoso” y declara que un hijo muerto es preferible a uno homosexual.


Se avecinan tiempos oscuros para Brasil, por Caetano Veloso
SE AVECINAN TIEMPOS OSCUROS PARA MI PAÍS, por Caetano Veloso
RÍO DE JANEIRO — “Brasil no es para principiantes”, decía Tom Jobim, compositor de “La garota de Ipanema” y uno de los músicos más importantes de Brasil, a quien podemos agradecerle el hecho de que los amantes de la música en todas partes deban pensarlo dos veces antes de clasificar el pop brasileño como “música del mundo”.

Cuando le dije la frase del maestro a un amigo estadounidense, él replicó: “Ningún país lo es”. Mi amigo tenía algo de razón. En cierta forma, Brasil quizá no sea tan especial.

Ahora mismo, mi país está demostrando ser una nación como muchas. Al igual que otros Estados del mundo, Brasil se está enfrentando a una amenaza de la extrema derecha: una tormenta de conservadurismo populista. Nuestro nuevo fenómeno político, Jair Bolsonaro, el candidato favorito para ganar la elección presidencial del domingo, es un capitán retirado del Ejército brasileño que admira a Donald Trump, pero que en realidad se parece más a Rodrigo Duterte, el líder autócrata de Filipinas. Bolsonaro apoya la venta irrestricta de armas de fuego, propone que haya una presunción de defensa propia si un policía mata a un “sospechoso” y declara que un hijo muerto es preferible a uno homosexual.

Si Bolsonaro gana la elección, los brasileños pueden esperar una oleada de terror y odio. De hecho, ya se ha derramado sangre. El 7 de octubre, uno de los simpatizantes de Bolsonaro apuñaló a mi amigo Moa do Katendê, músico y maestro de capoeira, en el estado de Bahía por un desacuerdo político. Su muerte dejó a los habitantes de la ciudad de Salvador con dolor e indignación.

Recientemente, he estado pensando en la década de los ochenta. Grababa discos y daba conciertos con entradas agotadas, pero sabía lo que tenía que cambiar en mi país. En esos años, los brasileños luchábamos por tener elecciones libres después de más de veinte años de dictadura militar. Si entonces me hubieran dicho que algún día elegiríamos como presidentes a personas como Fernando Henrique Cardoso y después a Luiz Inácio Lula da Silva, me habría parecido un sueño inalcanzable. Pero luego sucedió: las elecciones de Cardoso en 1994 y de Lula da Silva en 2002 tuvieron una enorme carga simbólica. Demostraron que éramos una democracia y contribuyeron a cambiar nuestra sociedad al ayudar a millones de personas a salir de la pobreza. La ciudadanía brasileña adquirió un mayor respeto por sí misma.

Sin embargo, a pesar del progreso y la aparente madurez del país, Brasil, la cuarta democracia más grande del mundo, está lejos de tener una democracia sólida. Hay fuerzas oscuras, tanto en el interior como en el exterior, que nos están haciendo retroceder y hundirnos.

La vida política del país ha estado en decadencia desde hace tiempo: primero, una recesión económica; después, una serie de manifestaciones en 2013; más tarde, la destitución de la entonces presidenta Dilma Rousseff en 2016 y, finalmente, un escándalo de corrupción enorme que llevó a muchos políticos, incluyendo a Lula da Silva, a prisión. Los partidos de Cardoso y Lula quedaron gravemente afectados y la extrema derecha vio una oportunidad.

Muchos artistas, músicos, cineastas y pensadores se encontraron en un ambiente de ideólogos reaccionarios que —a través de libros, sitios web y artículos periodísticos— han desacreditado los esfuerzos para superar la desigualdad al equiparar las políticas socialmente progresistas con una pesadilla parecida a Venezuela. También han propagado el miedo de que los derechos de las minorías van a socavar los principios religiosos y morales, o simplemente han adoctrinado a las personas a la brutalidad a través del uso sistemático del lenguaje despectivo. El ascenso de Bolsonaro como una figura mítica cumple con las expectativas que ese tipo de ataque intelectual creó. No es un intercambio de argumentos: aquellos que no creen en la democracia actúan de manera insidiosa.

Los principales medios noticiosos han optado por mitigar estos peligros, lo que ha resultado favorable para Bolsonaro, porque las elecciones se han descrito como un enfrentamiento entre dos extremos: por un lado, el Partido de los Trabajadores que podría guiarnos a un régimen comunista autoritario y, por el otro, Bolsonaro, quien combatirá la corrupción y hará que la economía sea amigable con los mercados. Muchos miembros de los medios más establecidos ignoran de manera deliberada que Lula respetó las normas democráticas mientras que Bolsonaro ha defendido en repetidas ocasiones la dictadura militar de las décadas de los sesenta y setenta. De hecho, en agosto de 2016, durante el juicio político a Rousseff, Bolsonaro dedicó su voto para destituirla a Carlos Alberto Brilhante Ustra, quien dirigió un centro de tortura en los setenta.

Como figura pública en Brasil, es mi deber tratar de esclarecer los hechos. Ahora ya soy viejo, pero en los años sesenta y setenta era joven, y recuerdo todo. Así que debo hablar.

A finales de la década de 1960, la junta militar arrestó y encarceló a muchos artistas e intelectuales por sus ideas políticas. Yo fui uno de ellos, igual que mi amigo y colega Gilberto Gil.

Gilberto y yo pasamos una semana cada uno en una celda sucia. Después, sin explicación alguna, nos trasladaron a otra prisión militar, donde pasamos dos meses. Luego estuvimos en arresto domiciliario durante cuatro meses hasta que, finalmente, nos exiliamos, y así permanecimos dos años y medio. Había otros estudiantes, escritores y periodistas encarcelados en las mismas celdas que nosotros, pero ninguno fue torturado. Sin embargo, por las noches escuchábamos gritos. Tal vez eran presos políticos sospechosos de tener vínculos con grupos de la resistencia armada, según el Ejército, o quizá eran simples jóvenes pobres a quienes habían atrapado robando o vendiendo droga. No he podido olvidar esos sonidos.

Algunos dicen que las declaraciones más despiadadas de Bolsonaro son solo una pose. Es cierto que suena muy parecido a muchos brasileños comunes y corrientes, y está manifestando abiertamente la brutalidad superficial que muchos hombres piensan que deben ocultar. Pero el número de mujeres que votan por él, en todas las encuestas, es mucho menor al de los hombres. Para gobernar a Brasil, Bolsonaro tendrá que enfrentarse al Congreso y a la Corte Suprema, así como al hecho de que las encuestas muestran que una mayoría más amplia que nunca de brasileños opina que la democracia es el mejor sistema político.

Usé la frase de Jobim —“Brasil no es para principiantes”— para darle un toque de humor a mi perspectiva de nuestros tiempos difíciles. El gran compositor lo decía con ironía, pero expresó una verdad y destacó las peculiaridades de nuestro país: una nación gigantesca en el hemisferio sur, con una mezcla racial intensa y la única del continente americano donde se habla portugués como idioma oficial. Amo Brasil y creo que puede aportarle nuevos colores a la civilización; creo que la mayoría de los brasileños lo aman también.

Muchas personas han dicho que planean irse a vivir al extranjero si gana el militar retirado. Yo nunca he querido vivir en otro país que no sea Brasil, y ahora tampoco quiero hacerlo. Ya me obligaron a vivir en el exilio una vez. No volverá a pasar. Quiero que mi música, mi presencia, sean una resistencia permanente ante cualquier rasgo antidemocrático que pueda surgir del probable gobierno de Bolsonaro.

Caetano Veloso es compositor, cantante, escritor y activista político brasileño.

fuente de  Red Filosófica del Uruguay
Un espacio para la reflexión

Muy polemico. El presidente del Centro Militar Carlos Silva Valiente aseguro que en Uruguay "no hubo una dictadura" y Gregorio "Goyo" Álvarez no fue un dictador.

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Analizan denunciar ante la Justicia a Carlos Silva Valiente por negar la dictadura
El abogado Daoiz Uriarte dijo que “hay elementos” para que la Justicia investigue si cometió “apología de hechos calificados como delito”.

Organizaciones vinculadas a los Derechos Humanos analizan presentar una denuncia penal contra el presidente del Centro Militar Carlos Silva Valiente por haber asegurado que en Uruguay "no hubo una dictadura" y Gregorio "Goyo" Álvarez no fue un dictador.
A partir de las declaraciones de Silva Valiente entrevistado por César Bianchi para Montevideo Portal, el abogado especializado en Derechos Humanos Daoiz Uriarte consideró a través de su cuenta de Twitter que los dichos del ex militar "constituyen una verdadera apología del delito, negando la dictadura, las desapariciones y alabando a Gregorio Álvarez".
En diálogo con Montevideo Portal, el abogado dijo que "hay elementos" para considerar que con sus dichos el militar violó el artículo 148 del Código Penal, que pena con entre 3 y 24 meses de prisión a quien "hiciere, públicamente, la apología de hechos calificados como delitos".
Uriarte sostuvo que "negar que hubo una dictadura y que hubo terrorismo de Estado es hacer apología de estos delitos".
El abogado también identificó "conductas delictivas" en el pasaje de la entrevista en el que Silva Valiente responde que "podrían volver los militares" si se genera "una dictadura, cuando no se respeta la democracia, como ahora".
Uriarte apuntó que esa postura de Silva Valiente podría violar el inciso 6 del artículo 132 del Código Penal, que pena al "ciudadano que, por actos directos, pretendiere cambiar la Constitución o la forma de gobierno por medios no admitidos por el derecho público interno".
En la misma línea, recordó que el artículo 330 de la Constitución establece que "el que atentare o prestare medios para atentar contra la presente Constitución después de sancionada y publicada, será reputado, juzgado y castigado como reo de lesa Nación".
El abogado dijo que se mantiene analizando los elementos jurídicos del caso, aunque se mantiene "convencido" de que "al menos hay elementos para iniciar una investigación".
Además, advirtió que el militar "confundió libertad de pensamiento, que es absoluta, con libertad de expresión del pensamiento".
Uriarte indicó que además que varias organizaciones sociales vinculadas a los derechos humanos le solicitaron analizar el tema. Si bien prefiere tener el respaldo de las organizaciones, no descartó presentarse ante la Fiscalía para denunciar el caso a título individual.
Montevideo Portal

¿CUÁL TERRORISMO DE ESTADO?
Silva Valiente en Seré Curioso: "No hubo dictadura, hubo un vacío de poder, culpa de los políticos"
El presidente del Centro Militar dice que con las políticas de género vamos a desaparecer como sociedad "en 50 años". Y que la búsqueda de desaparecidos "es un curro".

 El presidente, recientemente reelecto, del Centro Militar, coronel Carlos Silva Valiente no se anda con vueltas para opinar sobre las Fuerzas Armadas, el gobierno uruguayo, lo bien que le cae Jair Bolsonaro o el pasado reciente. Afirma que el gobierno de Tabaré Vázquez y su fuerza política están hostigando a los militares, promete acciones judiciales en caso de aprobarse la reforma de la mal llamada Caja Militar, y sostiene que lo de Uruguay "no es una democracia, porque no se respetan los plebiscitos".
            Pero eso no es todo. Dice que el ultraderechista que puede llegar a gobernar Brasil "le merece el mayor de los respetos" y hay que ser "tolerantes" con Bolsonaro, como él -Silva Valiente- que es tolerante con las políticas de género que no le gustan. Como no le gusta el matrimonio igualitario por ir "contra el orden natural", la legalización del aborto o la ley trans. Es más, Silva Valiente asegura que con el aborto legal y el matrimonio entre personas del mismo sexo el país va camino a su extinción en "50 o 60 años", por su baja natalidad.
            Reivindica las honras fúnebres que el Centro Militar le realizó al exdictador Gregorio Álvarez ("porque era socio"), niega que éste haya sido un dictador, como niega que en Uruguay haya habido dictadura ("hubo un vacío de poder, culpa de los políticos") y niega el terrorismo de Estado en años de dictadura. Para él, hay más terrorismo de Estado ahora, donde en las cárceles los presos se matan entre ellos, y nadie del poder político se hace cargo.
            A punto de cumplir 71 años, el coronel Silva Valiente -también al frente de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de las Fuerzas Armadas- afirma que el ministro de Defensa, Jorge Menéndez, es un "burócrata" e "incompetente" y que los soldados todavía extrañan a Eleuterio Fernández Huidobro como ministro, porque "entendió su misión". Y repite tres veces que la búsqueda de desaparecidos es "un curro, un gastadero de plata". "Con todas las letras: es un curro, de toda esa mafia, están gastando un dineral para hacer agujeros como el que hizo (Oscar López) Goldaracena allá en el Chuy. No van a encontrar nada, porque no tienen información ni hay quién se la dé".
            El coronel -que no llegó a ascender como general en el gobierno de Jorge Batlle, "por influencia de Sanguinetti"-  dice, en determinado momento de la entrevista, que él sabe que sus dichos causarán revuelo, pero no le importa. Porque así piensa él.
  -¿Cómo ve a la Fuerzas Armadas hoy?
 -Las veo bien en general, desde el punto de vista espiritual. El ciudadano común piensa que las Fuerzas Armadas (FFAA) tienen que tener una estructura con armamentos y cosas así. Es cierto, tiene que tener poder material, pero la esencia de las FFAA es el espíritu militar, de defensa de la Patria y ser una institución fundacional  del país. Algunos dicen: "¿Para qué queremos FFAA si no aguantamos nada?"
 -Que si otro país nos declarara la guerra no aguantaríamos ni 20 minutos...
 -Eso no es cierto. Es un mito, porque si no, no seríamos independientes. Nosotros nos peleamos con el imperio portugués, con el imperio brasilero, logramos mantener lo que tenemos en función de poderes espirituales, no materiales. Y vamos a poner ejemplos: hemos tenido infinidad de problemáticas con nuestros vecinos, con Argentina fundamentalmente, y en algún momento con Brasil. Por allá por el siglo XIX,  Rivera llegó hasta casi Porto Alegre en sus campañas. Ahora, más cercano en el tiempo, el incidente con Argentina por las pasteras y el corte de puentes. El no permitir la libre circulación en cualquier parte del mundo es causa de una guerra. En esa situación realmente teníamos mayor capacidad defensiva que la que ellos tenían para una acción militar como la que se habló, que ellos podían mandar comandos para nuestro lado y sabotear las pasteras. La capacidad blindada nuestra era y es superior a la de ellos, tenemos dificultades en la Fuerza Aérea, pero en la ocupación de terreno, para poder ocupar nuestro terreno tendríamos que tener una potencia relativa de combate de tres veces a uno de capacidad militar (de personal, tropa, equipamiento) y para mantenerlo una capacidad de 10 a 1.Un terreno hay que ocuparlo y después mantenerlo, y el costo económico para mantenerlo ocupado es muy alto. Eso es lo que la gente no entiende o no sabe.
 -Pero tengo entendido que el armamento es insuficiente, que no se compraron dos patrullas oceánicas de primera necesidad, o lo mal que está la Fuerza Aérea...
 -Es verdad, es verdad. En el poder naval duplicamos nuestra capacidad de acción y no se compró nada. Desde el punto de vista naval y aéreo tenemos carencias muy importantes. No podemos ni siquiera cumplir con las misiones de búsqueda y rescate que llegan hasta el medio del océano.

-Tras la reunión que tuvieron el presidente Vázquez con el diputado Darío Pérez, el Frente Amplio consiguió el mentado voto 50 para aprobar la reforma del Servicio de Retiros y Pensiones de las FFAA. ¿Qué le parece?
 -¿Está seguro que lo consiguió? ¿Ya se votó? No, entonces todavía no lo consiguieron. Y no sabemos todavía cuáles son las modificaciones que él pidió y si las aceptarían o no, y si Darío Pérez se conformaría con eso. Hay algo que no sabemos, porque era una urgencia y ahora está trancado, todavía no se votó.

-Sí se han conocido cuáles serían esos cambios. Se modificarían los regímenes de transición y los topes jubilatorios, sin embargo las tasas de reemplazo no están en discusión. En el caso de los topes el criterio es "tocar arriba para distribuir mejor abajo", según dijo el diputado Felipe Carballo. El acuerdo establece que los militares que al momento de retiro obligatorio no hayan trabajado la cantidad de años de trabajo exigido, podrán seguir cumpliendo funciones para así llegar a conformar causal jubilatoria. Se fijaría en 101.108 pesos la jubilación máxima que puede cobrar un militar en el nuevo sistema. También que los oficiales que tienen más de 15 años de servicio y los soldados con más de cinco años en el cumplimiento de funciones se regirán por el actual régimen de retiro y no por el que propone la reforma. La reforma también cambia lo que cobrarán los militares al retirarse: al día de hoy cobran el 100% de su sueldo más un adicional por subir a un rango inmediato superior al momento de retirarse. Esto queda sin efecto con la reforma y al momento del retiro cobrarán una jubilación equivalente al 85% de su salario sin adicional por pasar al rango inmediato superior. ¿El texto con estos cambios sería una reforma más justa o le sigue pareciendo injusta la reforma?

-Me parece absolutamente injusta, y en función de eso tomaremos las medidas que correspondan. Lo que sea inconstitucional o que afecte derechos adquiridos vamos a tomar las acciones judiciales que correspondan. Eso va a afectar seriamente el funcionamiento de las FFAA, lo que impone una segunda acción: empezar a hacer las gestiones que correspondan a nivel de los partidos políticos para que cuando cambie la situación parlamentaria en la próxima legislatura, explicarle a los nuevos legisladores cómo afecta esto a las FFAA y explicarles por qué las iniciativas que tienen algunos partidos no se pueden hacer, les vamos a explicar por qué no se van a poder cumplir, porque no tendremos los efectivos necesarios, no habrán los respaldos necesarios para que las FFAA puedan cumplir con las misiones que están pretendiendo impulsar.
 La reforma me parece injusta por varias razones: se están tomando medidas con el personal subalterno y oficiales para disminuir sus ingresos. El estatuto militar es diferente al civil, si se cambia eso, tendrían que contemplarse todas las cosas que las leyes laborales imponen en el Uruguay a todos los "trabajadores", como dicen los gremios. Los militares no tienen por qué ser pagos como ciudadanos de segunda. Si tienen que hacer 60 horas como hacen ahora, que se paguen como correspondan: las horas extra, nocturnidad, que se le pague por el desplazamiento que hacen en el cumplimiento de sus funciones. Son todas leyes laborales, que con los militares no se cumplen.
 -Usted dice que si para el régimen previsional los comparan con cualquier otro trabajador, entonces también les paguen de  acuerdo a las leyes laborales que rigen para los demás...
 -Ahí está. Que les paguen lo que corresponda, que sería mucho más que lo que pagan ahora, que pagan 17.000 pesos de sueldo a un soldado. Que hagan las cuentitas y nos digan. Pero bueno, si consiguen votar la reforma, vamos a tener que empezar a trabajar activamente para que se revierta esa situación. Todo es cambiable: cambia el gobierno, se eliminan leyes, se legislan otras, como ha pasado mil veces. Para lo inconstitucional traeremos a los mejores constitucionalistas a que nos digan.

-¿Usted cree que hay un ataque, una persecución u hostigamiento hacia los militares por parte del Ejecutivo y la fuerza política de gobierno por motivos ideológicos?
 -Eso es claro. Atacaron al Liceo Militar que es de los mejores funcionamientos del país. ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué joroban con marchas como la 25 de Agosto, una marcha tradicional uruguaya? Ni digo la de Tres Árboles... ¿Por qué los sueldos de los militares son los más bajos? ¿Por qué razón? Hace 10 años que nuestro personal está bajo el nivel de pobreza, ganando una miseria, ganan casi la plata que les dan a los (beneficiarios) del Mides por tener hijos y cosas así... Y ni que hablar este impuesto. Son cosas que saltan a la vista.
 -¿Hay militares frenteamplistas?
 -Prácticamente no hay, porque ellos se han encargado de que no hubieran. ¿Se acuerda cuando la vicepresidenta dijo que quería tener unas Fuerzas Armadas frenteamplistas? Bueno, acá ve por qué no las tienen: por lo que generan, por lo que han generado. Es bien clarito. Y durante muchos años han generado eso. Son 180.000 personas vinculadas a los militares: los que están en actividad, o jubilados, retirados, hijos o familia.
-¿Qué le pareció la sanción al comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, por sus expresiones respecto a la reforma del Servicio de Retiros y Pensiones de las FFAA?

"Los militares no tienen por qué ser pagos como ciudadanos de segunda. Si tienen que hacer 60 horas, que paguen las horas extra, nocturnidad, que se le pague por el desplazamiento... Son leyes laborales, que con los militares no se cumplen"
 -Es inédito. Es una falta de criterio, es no saber cómo son las FFAA, no saber cómo son los reglamentos internos. Acá el puesto de comandante en jefe es un puesto de confianza. Si no le tengo más confianza, lo remuevo. Treinta días de arresto a rigor es una sanción como para una cadete por haber hecho una falta menor, cuando recién se está formando. Tenía que echarlo si le molestó, y nombrar a otro comandante.
 -Vázquez ha dicho que está conforme con la gestión de Manini al frente de las FFAA. El mes de arresto a rigor fue una sanción simbólica, un rezongo público.
 -No es cierto (que esté conforme con Manini). Pero no le conviene sacarlo. Lo terminaron  condecorando con la sanción de arresto a rigor. Mejoró infinitamente la imagen de Manini, no sólo a nivel militar, sino a nivel del público en general. Mire que el humor de la gente ha cambiado. Nosotros lo sentimos en la calle.

-¿Y la marcha Tres Árboles en el cierre de la Rural del Prado le pareció algo menor, anecdótico?
 -Una pavada. Si el gobierno, que supuestamente tiene que controlar todas las actividades de todas las cosas que se hacen en el Ejército, mantiene en el repertorio a la marcha Tres Árboles -que está hasta en el repertorio del Ejército argentino-, por algo es. Es una marcha muy vieja, que se tocó siempre en toda nuestra historia... Estará asociada al Partido Nacional, pero también está metida en el repertorio del Ejército, y nunca nadie se quejó.

-¿Qué opinión le merece la postura del gobierno de Uruguay ante el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela?
 -Como todas las cosas de este gobierno: es incoherente. Se habla siempre de la democracia, de los valores democráticos, y lo de Venezuela no es democracia. Se hicieron elecciones que fueron cuestionadas a nivel internacional y sin embargo, nuestro gobierno no se define con una postura clara diciendo que se están cometiendo atentados contra los derechos humanos. Ayer -lunes 8- el que estaba siendo acusado contra el atentado contra Maduro saltó supuestamente del edificio de Inteligencia, de una instalación policial, y falleció. Y todos los muertos que han habido, tanto en Venezuela como en Nicaragua, no son cuestionados por el gobierno uruguayo.
 Ojo, yo sostengo que lo nuestro no es una democracia, porque desde el momento en que no se respetan los plebiscitos, la opinión directa del pueblo, y no sólo lo digo por el tema militar sino en otras cosas. Hay un plebiscito respecto al voto consular y se quiere cambiar, y las jubilaciones y el artículo 67 de la Constitución que dice que no se pondrán impuestos a las jubilaciones, cuando el propio (Danilo) Astori en el 95 lo dijo en el Parlamento. Bueno, todo eso demuestra una falta de respeto a la Constitución y a lo que la gente vota. Por todo eso pienso que no estamos en democracia.

-¿Qué opinión le merece el ultraderechista exmilitar Jair Bolsonaro, quien está a un tris de convertirse en presidente de Brasil?
 -Exmilitar no, él sigue siendo militar, porque nosotros nunca dejamos de ser militares, como los abogados. Yo viví en Brasil, hice el curso de Estado Mayor en Brasil, el curso de capitán en Brasil, tengo una hija que nació en Brasil, tengo un hijo que es mayor del Ejército y dependió del mando del Ejército brasileño en su momento y tengo muchos camaradas de años allá en Brasil. Es un Ejército muy profesional, que tiene características muy particulares en América Latina. El capitán Bolsonaro y el general (Hamilton) Mourao, que sería su vice, me merecen el mayor de los respetos, y tienen vocación política.
 -Usted dice que Bolsonaro le merece el mayor de los respetos. ¿Lo escuchó hablar? Estamos hablando de un político homofóbico, misógino, racista, que ha dicho que hay que matar a los delincuentes en vez en encarcelarlos "porque no son personas normales", que no aceptaría que su hijo fuera gay y preferiría que muera en un accidente antes de verlo con un hombre, que Brasil se va a encaminar cuando marche hacia una guerra civil que haga lo que no hizo el régimen militar: matar 30 mil personas. Esa persona puede presidir un país de proporciones continentales como Brasil, nuestro vecino de arriba.
 -Yo pregunto: ¿quién lo votó? Tuvo el 46% de votos en la primera vuelta. Entonces todos los brasileños que lo votaron son misóginos, homofóbicos y todo eso... Tienen que ser tolerantes. La gente tiene que ser tolerante, por el librepensamiento de las personas.
 -¡Pero es que Bolsonaro no es tolerante, coronel!
 -Los demás no quieren ser tolerantes con él. Yo por ejemplo, el tema éste de las políticas de género no me gusta. Nada. No me gustan para nada. No las comparto.
 -¿Qué no comparte? ¿Que se contemplen los derechos de las minorías sexuales?
 -Que los tengamos que aplaudir, no. A los que no nos gusta tenemos el derecho de que no nos guste. A mí no me gustan las políticas de género éstas que están tratando de hacer prevalecer en todas las cosas. Me dicen "tiene que haber una cuota para tal cosa", bueno, las cuotas deben ser en función de la capacidad de las personas. Cuotas de las mujeres para tal cosa. Que hagan lo que tengan que hacer, pero poner cuotas y negarle un lugar a personas con mejores condiciones, no. Eso es ilógico.

"El capitán Bolsonaro me merece el mayor de los respetos. Es un tipo con carisma, que tiene sentido común, que no es corrupto. Porque en definitiva los políticos brasileños son corruptos, y han corrompido toda América Latina"
 -¿Está en contra del matrimonio igualitario?
 -Ah sí, absolutamente. Yo soy partidario del orden natural, de la cultura occidental y cristiana, y del orden natural. Con todas esas cosas lo que hemos logrado que en el último año hayamos achicado al 9% la tasa de nacimiento. Nosotros desaparecemos. Tenemos que tener claro que el Uruguay va a desaparecer en 50 o 60 años de acuerdo a estudios internacionales, por la incapacidad de mantener la población. Todas estas políticas de género están fomentando que desaparezcamos como sociedad. Y el aborto, le sumo.
 -Está en contra de la legalización del aborto, también. De la ley trans ni le pregunto...
 -Eso ni hablar.
 -Estábamos hablando de Bolsonaro: ¿por qué le parece un político respetable? ¿Qué le hace pensar que sería un buen presidente de Brasil?
 -Tiene una opinión que es respetada por su población, que son millones de habitantes. Es un tipo con carisma, que tiene sentido común, que no es corrupto. Porque en definitiva los políticos brasileños son corruptos, y han corrompido toda América Latina. ¿Por qué tuvo que renunciar el presidente de Perú? Por todas las  operaciones de Odebrecht y todas las formas de corrupción que se han extendido desde Brasil.
 -Bolsonaro ha dicho que los pobres sólo sirven para una sola cosa: para votar. Y que en determinados barrios, habría que darles una hora a los delincuentes para que se entreguen, y si no matarlos desde arriba, acribillarlos a todos desde avionetas... ¿Le parece respetable alguien que piensa así?
 -Esas son formas de expresarse... pero yo digo: ¿qué preferimos? ¿Que maten a gente inocente? ¿Cuántos muertos hemos tenido este año en Uruguay? Mucho más que los criminales que hayan podido morir. Acá mismo tenemos más muertes de inocentes que de delincuentes, si no fuera porque se matan entre ellos. Bolsonaro va a ganar las elecciones, seguramente.
 -¿Y por qué cree que la gente acompaña un hombre con esa forma de pensar?
 -Porque la gente está podrida de aguantar la violencia, de no poder trabajar, de que la roben. Lula la robó a la gente, a la prueba está, Dilma Rousseff, 15% y no llegó a ser senadora.
 -También es cierto que Lula Da Silva sacó millones de personas de la pobreza...
 -No sé, eso dicen los izquierdistas. Yo no sé si es así, no me consta para nada.

-Un artículo firmado por Javier Bonilla, publicado en el periódico Nación, que envía por mail el Centro Militar, relativiza las críticas a Bolsonaro. Dice: "Que los Maduro, los Evo Morales, los Vázquez y los Mujica tiemblen porque se les termina (¡y se les termina!)... ¿Da para tanto miedo que uno quiera gobernar con una agenda distinta a la fracasada?  Lo que no le toleran es que pueda llegar a ser una mezcla exitosa de Ariel Sharon, Thatcher y Trump frenando décadas de idiotez abierta en América Latina". ¿Comparte estos dichos?

-Comparto. Hay fuerzas, por así decirlo, o políticas internacionales, que tratan de desequilibrar a varios continentes o regiones, y tienen como finalidad generar el caos. Buscan poner presidentes que no sirven para nada, fomentar políticas destructivas para la nación, fomentan la inseguridad a través de la droga, de la disolución de la familia, tal cual pasó en el Congo. No quiero hablar de las multinacionales, pero las grandes empresas internacionales se valen de la inseguridad, del desorden, para poder robar, para llevarse los diamantes del Congo a precios viles. Para robarse todos los recursos naturales de cada país. Eso pasa permanentemente. Vamos caminando hacia eso. El tema de la inseguridad y la droga es clarísimo.

-Otro artículo de la última edición de la publicación Nación, que distribuye el Centro Militar, me llamó la atención. Se titula "Disney prepara su primera película con un personaje abiertamente gay", en referencia al actor Jack Whitehall, gay confeso. ¿Y? ¿Cuál es el propósito de esa nota en una revista que comparte el Centro Militar?
 -Volvemos al tema anterior: la disolución de la familia, la difusión de conductas antinaturales, que no son del orden natural. Entendemos que es una conducta antinatural que afecta a la familia. No nos gusta.

-Para revista Noticias Uruguay entrevisté al ex director del Centro Militar, Guillermo Cedrés, y le pregunté cuál era la finalidad del Centro Militar. "Defender a la familiar militar", me dijo. Le pregunté defenderla de qué o de quién, y me dijo: "Del Foro de San Pablo, por ejemplo". ¿Comparte? ¿El Foro de San Pablo quiere atacar a los militares en Uruguay?
 -Es así, sí. En principio, el Foro de San Pablo es financiado por (George) Soros, lo que me llama la atención. Por otro lado, Soros preocupado por los derechos humanos en toda la región, contra los militares en el tema derechos humanos. Y todas las políticas de disolución fomentadas por el Foro de San Pablo van en el sentido de lo que le decía: buscan generar el caos dentro de las regiones que le interesan a los grandes centros de poder del mundo. Los grandes centros de poder mundial fomentan el caos, generando conflictos en los países. Uno lo fomenta el Foro de San Pablo, otro lo fomenta el ISIS en Medio Oriente, ¿y quién lo banca? El propio gobierno americano... Nosotros tenemos que entender que hay alguien que quiere mejorar su posición económica sacándole a los demás las cosas que tienen. Acá por ejemplo, tenemos el tema de los beneficios que se les dan a empresas como UPM, y les damos todas las ventajas que no le damos a la gente nuestra.
-Es sabido que entre los militares hay corrientes: la masónica, los Tenientes de Artigas, y han habido otras, que se fueron extinguiendo. Usted integra la Logia Tenientes de Artigas. Explíqueme qué particularidades tiene...

"¿Matrimonio igualitario? Soy partidario del orden natural. Hemos achicado al 9% la tasa de nacimiento. El Uruguay va a desaparecer en 50 o 60 años. Todas estas políticas de género están fomentando que desaparezcamos como sociedad"
 -No quiero hablar de eso. Sólo puedo decir que es un estado de espíritu, sobre todo de ideales artiguistas y que apunta al mejoramiento profesional de las Fuerzas Armadas.

-Tengo entendido que los Tenientes de Artigas fueron los grandes impulsores del golpe de Estado en Uruguay...
 -Algunos sí, algunos no. No voy a decir nombres.

-¿Por qué el Centro Militar homenajeó con honras fúnebres al exdictador Gregorio Álvarez cuando falleció, desobedeciendo una sugerencia del comandante en jefe del Ejército, que advirtió de su inconveniencia?
 -¿Por qué? Porque era un socio, y se hace con todos los socios. La sugerencia de Manini Ríos fue en determinado momento, a un año de la muerte de Álvarez. En ese momento entendió que era inconveniente el homenaje porque se estaba planteando un problema de carácter político, por el tema del impuesto. Se hizo tiempo después, y nadie dijo nada.
 -Fue un socio. Pero era un dictador.
 -Fue un socio, el otro tema no me interesa.
 -¿Fue un dictador de su país y no le interesa?
 -Para mí no hubo una dictadura. Hubo un vacío de poder... fue culpa de los políticos que no supieron manejar la situación, se le fue de las manos, había un movimiento revolucionario y no lo pudieron manejar. Internacionalmente no es considerado un dictador, tuvo reconocimiento internacional. Cuando hay reconocimiento internacional es una valoración más que importante para un presidente.
 -¿Para  usted el "Goyo" Álvarez no fue un dictador?
 -No. Hay una cosa que se quiere hacer creer, que no es cierta, cuando se dice que "él mató a Fulano de tal".
 -Quizás él no mató a nadie, pero gobernó el país de forma dictatorial y autoritaria entre 1981 y el 85... ¿Me va a decir que no estaba al tanto de las cosas que pasaban?
 -Y ahora está al frente del país Tabaré Vázquez y están matando gente todos los días en las cárceles, se matan entre ellos los delincuentes presos. Él está violando los derechos humanos, entonces. Hablo de las cárceles porque dependen de ellos, de Mujica antes y Vázquez ahora. A un coronel que estaba a cargo del Penal de Libertad lo tuvieron preso no sé cuántos años, y no han metido presos a ninguno de los directores actuales de las cárceles. Le echamos la culpa a Álvarez de que se haya matado gente cuando era presidente, pero no le echamos la culpa a los presidentes éstos de los muertos que han habido en dependencias carcelarias... porque los presos se matan entre ellos. Vienen organizaciones internacionales, como la Cruz Roja por poner un ejemplo, y dijo que el sistema de cárceles estaba bien en la dictadura, pero no opinan lo mismo del estado actual de las cárceles.
 -No me puede comparar la situación en las cárceles con el terrorismo de Estado en la dictadura...
 -¡Dice usted terrorismo de Estado! Yo no lo comparto. Tenemos visiones diferentes. Si hay más muertos ahora, hay menos control ahora y estamos más preocupados por los derechos de los delincuentes en general que en el proceso, hay que ver qué es más terrorismo de Estado.

-Le pregunté a Cedrés ante qué eventualidad podrían volver los militares a tomar el poder y me dijo: "Ante una dictadura de izquierda". ¿Usted qué me contesta?
 -Lo mismo. Ante una dictadura, cuando no se respeta la democracia, como ahora.
 -Entonces usted me está diciendo que están las condiciones dadas para un golpe de Estado, si entiende que ahora no hay democracia...
 -No hay democracia, no. Porque no se respeta lo que la gente quiere, no se respetan los plebiscitos, las decisiones populares.

-El exdirector del Centro Militar, su antecesor, me dijo que el MPP, con la vista gorda del Ministerio del Interior, estaba armando a mucha gente en barrios marginales para que hoy o mañana -en caso de perder la izquierda las elecciones- salgan en su defensa a la calle. ¿Usted comparte esto?
 -Sí, claro. ¿Y no hay bandas armadas? 61 cajeros hicieron pelota. Encontraron un arsenal (el de Saúl Feldman) y nadie dijo nada. En un país normal, cuando encuentran un arsenal con armas, municiones y explosivos, en una casa, eso es un escándalo. Acá se escondió todo. ¿Dónde están las armas? Nadie sabe dónde están las armas.

-En  el mismo sentido, un capitán que me pidió reserva, me dijo que Jorge Vázquez, el viceministro del Interior y hermano del presidente, estaba formando paramilitares, armándolos. ¿Usted también cree que han habido acciones para armar a gente en contextos vulnerables o permitir que se armen?
 -Ahí apareció uno, (Matías Aiello), el hijo de Aiello (NdeR: Jorge Alberto Aiello, extupamaro) por el atraco a la remesa del Itaú, y su hermana es casada con el secretario de Presidencia de la República. Hay muchas sospechas... un arsenal primero, ahora esto. Respecto a Jorge Vázquez, yo lo que sé es que es un torturador. Torturó a (Sergio) Molaguero, a quien tuvieron secuestrado, cuando él integraba la OPR33.
 -¿Pero usted comparte esa teoría de que Jorge Vázquez está armando a determinadas bandas de delincuentes, o permitiendo que se armen, para que hoy o mañana se rebelen si el Frente Amplio no gana las elecciones? Eso me han dicho capitanes y generales: lo creen. ¿Usted también piensa eso?
 -Eso no lo puedo afirmar. Lo único que sé es que día a día aumentan las bandas armadas con criterios operativos como el de poner "miguelitos", una cosa bien sugestiva, y está pasando en todos lados. Los cajeros explotados son cosas de todos los días. Cuando no explotan cajeros, atacan la remesa del Itaú. ¿Y todo eso qué es? Da para sospechar...

"Para mí no hubo una dictadura. Hubo un vacío de poder... fue culpa de los políticos que no supieron manejar la situación, había un movimiento revolucionario y no lo pudieron manejar. Internacionalmente (Gregorio Álvarez) no es considerado dictador"

-Usted me dijo hace unos meses que la gente en la calle les pide que vuelvan los militares. ¿Siente un clamor así?
 -La gente nos dice "a ver cuándo vuelven, porque no se puede vivir acá". Eso es común. Todos los militares lo escuchamos, nos vienen y nos dicen.
 -¿Y a usted le gustaría que los militares vuelvan a tener el poder?
 -A mí me gustaría que los políticos hicieran lo que tienen que hacer y manejaran el país como deben manejarlo, y nosotros cumplir las funciones que tenemos que cumplir, y nada más. Eso es lo lógico, pero no está pasando.

-Pero sin embargo, usted no ve con buenos ojos la iniciativa de Jorge Larrañaga de sumar militares a la seguridad interna...
 -Como lo está diciendo él, no. Nosotros estamos instruidos, estamos entrenados, tenemos un método de trabajo. A nosotros nos dicen: "Vaya y rompa todo aquello" o "agarren a los traficantes y que no existan más", como hizo Estela de Perón, destruir las organizaciones subversivas, así son las misiones militares, aunque no les guste a mucha gente. Nos dicen: "Vayan y arreglen tal cosa", entonces se hace  la inteligencia que corresponde, la operación que corresponde, se establecen los criterios logísticos que tienen que tener, sus mandos nos mandan para cumplir esa misión. Lo que nosotros no estamos de acuerdo para nada es que quieran que un solo soldado termine actuando solo en algún lugar, como en una embajada, para liberar gente en la Policía. Larrañaga habla de entrenar soldados, no oficiales, utilizar soldados mandados por la Policía. La Policía está sobrepasada, ¿entonces? ¿Vamos a poner más soldados para que sigan sobrepasados? Es una problema de conducción, no de que los policías sean eficientes o no. Acá es un problema de la conducción de la Policía, y de respaldo al policía. Hablo de Bonomi y los mandos policiales.

-¿Qué opinión tiene del ministro de Defensa, Jorge Menéndez?
 -No me gusta. Es un burócrata, y... (piensa) no, no quiero decir lo que pienso... Es un incompetente.

-¿Cree que los militares extrañan un ministro más cercano como Fernández Huidobro?
 -Creo que sí. Lo extrañan porque era mucho más contundente, tenía mucho más clara la misión de ser ministro de Defensa. Entendía que al Hospital Militar había que potenciarlo, que había que darle recursos, se preocupaba por la situación del personal. Fernández Huidobro comprendió su misión, no la politizó.

-A propósito de Fernández Huidobro... ¿Fue a ver la película "La Noche de 12 años" de Álvaro Brechner sobre el régimen de reclusión de los nueve rehenes durante la dictadura?
 -No, no la vi, no tuve tiempo. La voy a ver, seguramente. No es una prioridad. Estuve preocupado por las elecciones acá (en el Centro Militar), por la asamblea, por mis actividades en la cooperativa...
 -¿Alguna vez leyó el libro de Mauricio Rosencof, "Memorias del calabozo", sobre el que se basa la película?
 -No, no me interesa. Ni me interesa Rosencof.
 -Le consta que esos nueve rehenes estuvieron en condiciones de reclusión infrahumanas...
 -Igual que Molaguero, igual que (Ulises) Pereyra Reverbel (NdeR: entonces presidente de UTE), secuestrado dos veces, y otros más, (Carlos) Frick Davies (NdeR: exministro de Ganadería) casi se muere, ultimaron a Dan Mitrione (funcionario norteamericano que prestaba asistencia a la Jefatura de Policía de Montevideo)... ¿No eran personas también? ¿Y el peón Pascasio Báez? Y otros muchos más... aquel que mataron en Pando cuando iba a visitar a su hijo recién nacido.

-¿Ve con buenos ojos que el Poder Ejecutivo recontratara al antropólogo José Lopez Mazz y se diera un nuevo impulso a la búsqueda de desaparecidos?

"El ministro Menéndez es un burócrata, un incompetente. Los militares extrañan a Fernández Huidobro porque entendió su misión como ministro, no la politizó. ¿La película "La noche de 12 años"? No la vi, no tuve tiempo"
 -Me parece un gastadero de plata y un curro. Con todas las letras: es un curro, de toda esa mafia, están gastando un dineral para hacer agujeros como el que hizo (Oscar López) Goldaracena allá en el Chuy. ¡Es un curro! La gente tiene que saberlo. No van a encontrar nada, porque no tienen información ni hay quien se la dé.
 -¿Y por qué los militares que tienen información no la dan?
 -Porque de repente el que tiene algo que ver no va a decir: "Mire, yo hice desaparecer a uno".
 -Si le garantizan que la información es anónima y confidencial, y no le va a pasar nada, puede decir lo que sepa. Hay muchas vías para eso.
 -Cuando se les garantizó eso, los metieron presos. Cuando aquella Comisión para la Paz (NdeR: creada por Jorge Batlle), bueno, ahí.
 -¿Se sintió frustrado o le quedó como una espina por no haber llegado a general en su carrera como militar?
 -No, para nada. Al contrario. Me sentí liberado, en el sentido que igual no iba a poder hacer nada si hubiera sido general, en el momento en que pude haber ascendido, y yo era el primer coronel a la derecha en el Ejército, y era el oficial superior más antiguo de toda la Fuerza. Si hubiera ascendido a general, no hubiera podido hacer nada porque el poder político no me hubiera autorizado a hacer las cosas que se me hubieran ocurrido hacer. Hablo de la profesionalización de las FFAA, en una cantidad de aspectos que no se han hecho.
 -¿Quién no lo ascendió a general cuando le correspondía?
 -(Jorge) Batlle, pero influenciado por (Julio) Sanguinetti. Eso no me molestó para nada. Yo salí y al poco tiempo hice un discurso de barricada que generó gran polémica -no me lo dejaron decir, en realidad-, pensé que podía meterme en política, entré en la Unión Cívica con (Aldo) Lamorte, cuando Lamorte tomó algunas decisiones que afectaron la integridad de la UC y fue a trabajar con Larrañaga en el Partido Nacional. Lacalle padre me pidió que fuera con él, porque quería tener cívicos, fui convencional nacional por el Partido Nacional y bueno, en la última elección no seguí en política. Y ya estaba trabajando muy bien en la cooperativa, Caofa (Cooperativa de Ahorro y Crédito de las Fuerzas Armadas).
-¿En qué consiste su rutina? ¿Qué hace diariamente desde que se retiró como militar?
 -Me levanto temprano, tomo mate, leo las noticias en internet y escucho los periodísticos, antes me iba a caminar y ahora no, camino solo los fines de semana. Atiendo la cooperativa y el Centro Militar, y atiendo a mis nietos, tengo 12 nietos y cinco hijos. Me tienen para arriba y para abajo, soy conductor de servicios, como digo yo, porque los llevo a donde puedo.

-¿Es feliz?
 -Sí, soy un tipo re feliz.

Por César Bianchi
@Chechobianchi

Fotos: Juan Manuel López