Entrevista a Agust铆n Tosco, una entrevista que no nos dejaron hacer
Hubi茅ramos querido reportear a Agust铆n Tosco. No nos dejaron. Los parapoliciales y paramilitares y los polic铆as y militares del gobierno de Isabel Per贸n y L贸pez Rega que lo persegu铆an a sol y a sombra y lo obligaban a transitar en la clandestinidad no lo dejaron tratarse adecuadamente una enfermedad injustamente terminal, que se lo llev贸 el 5 de noviembre de 1975. Eleg铆 aqu铆 el estilo de reportaje hist贸rico que hago todos los meses en Caras y Caretas, y como en ellos, las respuestas de Agust铆n Tosco son textuales y fueron tomadas de escritos del notable sindicalista cordob茅s.
Agust铆n Tosco fue un dirigente obrero revolucionario. F茅rreo opositor a la burocracia sindical. Secretario general del sindicato de Luz y Fuerza de C贸rdoba. Junto a Elpidio Torres, dirigente de SMATA, y Atilio L贸pez, de la UTA, encabez贸 la rebeli贸n popular que pasar铆a a la historia como el Cordobazo. Tras la represi贸n fue detenido y trasladado al penal de Rawson. Colabor贸 con la fuga de sus compa帽eros el 15 de agosto de 1972 (que terminar铆a en la masacre del d铆a 22) pero se neg贸 a salir porque planteaba que su lugar de lucha estaba all铆. En 1973 se opuso al Pacto Social por considerarlo una trampa para la clase obrera. Tras la sublevaci贸n encabezada por el comisario Navarro en C贸rdoba, que puso fin al gobierno de Ricardo Obreg贸n Cano y Atilio L贸pez, su gremio fue intervenido y comenz贸 una implacable persecuci贸n sobre 茅l y sus compa帽eros. Muri贸 el 5 de noviembre de 1975.
¿Qu茅 quer铆an los obreros y estudiantes, el pueblo de C贸rdoba?

¿Por qu茅 cree usted que la rebeli贸n estall贸 en C贸rdoba?
A.T.: Porque C贸rdoba no fue enga帽ada por la denominada Revoluci贸n Argentina. C贸rdoba no vivi贸 la “expectativa esperanzada” de otras ciudades. C贸rdoba jam谩s crey贸 en los planes de modernizaci贸n y de transformaci贸n que prometi贸 Ongan铆a, ni Krieger Vasena. La toma de conciencia de C贸rdoba, de car谩cter progresivo pero elocuente, es bastante anterior al r茅gimen de Ongan铆a. Pero se expresa con mayor fuerza a partir de julio de 1966. La reivindicaci贸n de los derechos humanos, proceda de donde proceda, en particular de las enc铆clicas papales desde Juan XXIII, encuentran en nosotros una extraordinaria receptividad y as铆 se divulgan especialmente en la juventud y en los sindicatos. Si hay receptividad es que hay comprensi贸n, y la comprensi贸n deriva en entusiasmo, en fe y en disposici贸n al trabajo, al esfuerzo e incluso al sacrificio para consumar los ideales que ya tienen vigencia en el 谩mbito universal.
¿C贸mo se gest贸 finalmente el Cordobazo?
A.T.: El d铆a 26 de mayo, el movimiento obrero de C贸rdoba, por medio de los dos plenarios realizados, resuelve un paro general de actividades de 37 horas a partir de las 11 horas del 29 de mayo y con abandono de trabajo y concentraciones p煤blicas de protesta. Los estudiantes adhieren en todo a las resoluciones de ambas CGT. Todo se prepara para el gran paro. La indignaci贸n es p煤blica, notoria y elocuente en todos los estratos de la poblaci贸n. No hay espontaneidad. Ni improvisaci贸n. Ni grupos extra帽os a las resoluciones adoptadas. Los sindicatos organizan y los estudiantes tambi茅n. Se fijan los lugares de concentraci贸n, c贸mo se realizar谩n las marchas. La gran concentraci贸n se llevar谩 adelante frente al local de la CGT en la calle V茅lez Sarsfield 137. Millares y millares de volantes reclamando la vigencia de los derechos conculcados inundan la ciudad en los d铆as previos. Se suceden las asambleas de los sindicatos y de los estudiantes que apoyan el paro y la protesta.
¿C贸mo fue el 29 de mayo de 1969?
A.T.: El d铆a 29 de mayo amanece tenso. Algunos sindicatos comienzan a abandonar las f谩bricas antes de las 11 horas. A esa hora el gobierno dispone que el transporte abandone el casco c茅ntrico. Los trabajadores de Luz y Fuerza de la Administraci贸n Central pretenden organizar un acto a la altura de Rioja y General Paz y son atacados con bombas de gases. Es una vez m谩s la represi贸n en marcha. La represi贸n indiscriminada. La prohibici贸n violenta del derecho de reuni贸n, de expresi贸n, de protesta. Mientras tanto, las columnas de los trabajadores de las f谩bricas de la industria automotriz van llegando a la ciudad. Son todas atacadas y se intenta dispersarlas.
¿Cu谩l fue la chispa final?
A.T.: El comercio cierra sus puertas y las calles se van llenando de gente. Corre la noticia de la muerte de un compa帽ero, era M谩ximo Mena del Sindicato de Mec谩nicos. Se produce el estallido popular, la rebeld铆a contra tantas injusticias, contra los asesinatos, contra los atropellos. La polic铆a retrocede. Nadie controla la situaci贸n. Es el pueblo. Son las bases sindicales y estudiantiles, que luchan enardecidas. Todos ayudan. El apoyo total de toda la poblaci贸n se da tanto en el centro como en los barrios.
Es la toma de conciencia de todos evidenci谩ndose en las calles contra tantas prohibiciones que se plantearon. Nada de tutelas, ni de los usurpadores del poder, ni de los c贸mplices participacionistas.
¿Cu谩l fue el saldo del Cordobazo?
A.T.: El saldo de la batalla de C贸rdoba –el Cordobazo– es tr谩gico. Decenas de muertos, cientos de heridos. Pero la dignidad y el coraje de un pueblo florecen y marcan una p谩gina en la historia argentina y latinoamericana que no se borrar谩 jam谩s. En las fogatas callejeras arde el entreguismo, con la luz, el calor y la fuerza del trabajo y de la juventud, de j贸venes y viejos, de hombres y mujeres. Ese fuego que es del esp铆ritu, de los principios, de las grandes aspiraciones populares, ya no se apagar谩 jam谩s. En medio de esa lucha por la justicia, la libertad y el imperio de la voluntad soberana del pueblo, partimos esposados a bordo de un avi贸n con las injustas condenas sobre nuestras espaldas. A帽os de prisi贸n que se convierten en poco menos de siete meses, por la continuidad de esa acci贸n que libr贸 nuestro pueblo, especialmente C贸rdoba, y que nos rescata de las lejanas c谩rceles del sur, para que todos juntos, trabajadores, estudiantes, hombres de todas las ideolog铆as, de todas las religiones, con nuestras diferencias l贸gicas, sepamos unirnos para construir una sociedad m谩s justa, donde el hombre no sea lobo del hombre, sino su compa帽ero y su hermano.
Tomado de: http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/revolucion_argentina/cordobazo.php
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