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Sexo de las señoras mayores, nada que ocultar

Después de los 65 años solo una de cuatro mujeres sigue obteniendo orgasmos, mientras en los varones el porcentaje es casi el doble. Inspirada por la película Mamacruz de Patricia Ortega, nuestra filósofa punk reflexiona sobre la des-sexualización de las viejas y afirma que la misma es puramente política. Por una nueva erotización de la vejez sin prejuicios ni máscaras que deje a la abuelidad de donde nunca debió haberse ido: del vínculo familiar.    

LA DOBLE MORAL EN LA CRISIS CLIMATICA. Las compensaciones de CO2 son indulgencias modernas

Contaminar el medio ambiente y pagar una indulgencia para compensar ese impacto negativo es una de las fórmulas inventadas para exculpar a las grandes transnacionales y a los países más contaminantes. Un reciente artículo de la Revista Science demuele, nuevamente, el sistema de compensaciones de CO2, convertido ya en un fructífero negociado “ambiental”.


El clima sigue calentándose de forma excesiva. El actual verano del hemisferio norte lo evidenció nuevamente. Canículas, sequías prolongadas, aumento de la desertificación, incendios devastadores, son solo algunas de las facetas de esta realidad preocupante.  


El agua como derecho. La última frontera de identidad


 Se dice que el ser humano se acostumbra a las peores situaciones; en los últimos días, solo se puede llegar a la conclusión que los uruguayos no solo aguantamos con una pasmosa resignación, sino que tendemos a justificar lo inexplicable; y reaccionamos con particular encono con quien nos advierte de nuestra ruina.  




DE ESQUINA A ESQUINA En la piel la historia




Homenaje a los trovadores perseguidos, a las canciones censuradas. Grabado en 2022, en el oeste de Montevideo.
Las imágenes retratan momentos del sepelio del luchador social Adolfo "nepo" Wasem. También se muestran las primeras marchas del silencio y la liberación de los presos políticos al final de la última dictadura cívico militar en Uruguay. Todas ellas pertenecen a Grupo Hacedor.
Por otra parte, aparece una serie de imágenes intercalada, correspondiente a actuaciones de "De esquina a esquina" en el Centro Cultural Artesano del barrio Peñarol, en la Plaza Líber Seregni y en el Centro Cultural Alba Roballo de Nuevo París.

Hoy desde aqui - Alfredo Zitarrosa 2/2





Exhortación a los jóvenes (Milton Schinca)


Me dijeron que enrollaste la bandera del Frente, no como quien la guarda hasta el próximo acto, sino casi como quien está arriando una bandera. Estás decepcionado porque el Frente no sacó todos los votos que tú hubieras querido. Un día sentiste el orgullo de estar con el Frente (...) Ahora pensá… en tu adolescencia, en lo que caminaste por dentro de ti mismo, en lo que caminó el país junto contigo. ¡Cuidado!, porque estás en un filo difícil, en que la palabra decepción, con sólo cambiarle un sonido, se te puede convertir en deserción. Que no te ocurra eso. Enrollá esa bandera pero despacito, pensando en todo lo que contiene, para vos mismo, para la gente que más te importa, para tu país. Ahora sí, guardala. Pero guardala como para sacarla en todos los momentos de los años que vienen, que el gesto de guardarla no se parezca, ni por asomo, al gesto de quien estuviera arriando semejante bandera.   


A OTRA CIUDAD. DE ESQUINA A ESQUINA - El canto del barrio Reinauguración del Comité ROMEO FUENTES en María Orticochea y Camino Lecocq



Gracias a los compañeros del #ComitéRomeoFuentes por recibirnos esta tarde, con mucha calidez, en la inauguración de su nuevo local en María Orticoechea y Cno. Leccoq. "A otra ciudad", DE ESQUINA A ESQUINA - El canto del barrio. Gracias a #MacarenaBorba por la invitación y, muy especialmente, al compañero Ruben Andres Bonet Fernandez.

Reinaguración del Comité Romeo Fuentes.

María Orticochea y Camino Lecocq.   


DE DÓNDE VINIERON LOS SUEÑOS DE ESQUINA A ESQUINA El canto del barrio Reinauguracion del comite ROMEO FUENTES María Orticochea y Camino Lecocq.



Gracias a los compañeros del #ComitéRomeoFuentes por recibirnos esta tarde, con mucha calidez, en la inauguración de su nuevo local en María Orticoechea y Cno. Leccoq. "A otra ciudad", DE ESQUINA A ESQUINA - El canto del barrio. Gracias a #MacarenaBorba por la invitación y, muy especialmente, al compañero Ruben Andres Bonet Fernandez.

Reinaguración del Comité Romeo Fuentes.

María Orticochea y Camino Lecocq.  


SEMILLAS , DE ESQUINA A ESQUINA - El canto del barrio. Reinaguración del Comité Romeo Fuentes. María Orticochea y Camino Lecocq.



Gracias a los compañeros del #ComitéRomeoFuentes por recibirnos esta tarde, con mucha calidez, en la inauguración de su nuevo local en María Orticoechea y Cno. Leccoq. "A otra ciudad", DE ESQUINA A ESQUINA - El canto del barrio. Gracias a #MacarenaBorba por la invitación y, muy especialmente, al compañero Ruben Andres Bonet Fernandez.


Reinaguración del Comité Romeo Fuentes.

María Orticochea y Camino Lecocq.   


En 1969, José Milton Pepe Veneno Alanís, concibió a La Soberana, quien aportó a la murga la coreografía y un cuidado movimiento escénico, abriendo un nuevo surco


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HAY UN RUMOR DE MURGA EN MI BARRIO EL PEPE Y LA SOBERANA ESTAN POR ENSAYAR audio y video clik aca 
Los años 60 fueron tiempos revulsivos, luego de los cuales ya nada sería igual para Uruguay y el mundo: la Revolución cubana, el surgimiento de los Beatles, el mayo francés, la llegada del hombre a la luna, la guerra de Vietnam, la guerrilla, la lucha en todas sus formas, fueron factores para que las transformaciones se sucedieran en forma continua en la sociedad… Tiempos de vino y rosas, de utopías, de jóvenes conscientes de su tiempo, entregados en forma total al cambio de las viejas estructuras, aunque en ese proyecto les fuera la vida.
Pepe Veneno - Ilustre.audio y video 

Uruguay había entrado en crisis y la paz de los años de las vacas gordas se había transformado en enfrentamientos muy duros, polarizando ideológicamente a nuestra población. Había una única central obrera creada en 1964, la Convención Nacional de Trabajadores, que convocaba paros generales que tenían pleno acatamiento. Las luchas estudiantiles se acentuaron en periodicidad y violencia, con reclamos que derivaban en manifestaciones relámpago, pedreas, quemas de neumáticos, reprimidos por una policía cada vez más armada con elementos suministrados por Estados Unidos, especialmente ideados para ser utilizados en este tipo de enfrentamientos. La derecha tenía a la Juventud Uruguaya de Pie (JUP), agrupación integrada por los estudiantes más reaccionarios, como así también era dueña de periódicos y radios en consonancia con ese pensar.

DOC Pequeños Universos... // La Murga // Pepe Veneno/Murgas La Soberana/Agarrate Catalina audio y video 
El 29 de abril de 1968 se produjo una devaluación del dólar que lo llevó de $ 200 a $ 250. La inflación no se detenía, se militarizaba a los bancarios, se congelaban los precios y los salarios.
El descontento se hacía total contra el gobierno del presidente Jorge Pacheco Areco, quien junto a un gabinete conformado por banqueros, empresarios y ganaderos decidieron el 13 de junio de 1968 implantar las Medidas Prontas de Seguridad. El 14 de agosto de ese mismo año, asesinaban al primer mártir estudiantil: Líber Arce. nombre y apellido con una particular característica para ese tiempo.

Pepe Veneno en cx 30 Radio Nacional audio y video 

En 1969 debutaba La Soberana, una murga con un claro perfil ideológico, afín al MLN-T,11 movimiento que durante ese mismo Carnaval acapararía los titulares de todos los diarios por el asalto a la Financiera Monty, colateral del Banco Mercantil. La Soberana, desde su inicio y cobrando un mayor vigor después de ganar el Primer Premio en 1970, se transformó en un fenómeno social de masas. Largas caravanas de autos, motos y camiones la iban siguiendo de tablado en tablado, con gente ávida de ver cada una de sus actuaciones, incluyendo sus presencias en el Concurso. Muchos, entonces, comprendieron que la murga también podía ser un instrumento político, entre ellos quienes detentaban el poder. La Soberana empezó a ser perseguida y acosada continuamente por la Policía. Paralelamente, entre las restantes murgas se notó una división, la mayoría sumando su voz contestataria, algunas eludiendo un posicionamiento y, las menos, con un canto conservador saliendo en defensa del Gobierno y el Ejército, que ya comenzaba a jugar su partido.

La Soberana - Murga 1971 audio y video 

Ese enfrentamiento ideológico murguero se tornó más intenso en 1971, teniendo como principales abanderados de las causas a La Soberana y Patos Cabreros. Mientras los integrantes de La Soberana algunas noches eran llevados presos luego de sus actuaciones, una bomba molotov estallaba en el camión de Patos Cabreros, que había estacionado atrás del tablado del Arbolito, en pleno corazón de La Teja.



JOSÉ ALANÍS "PEPE VENENO" - II MUESTRA VIRTUAL INTERNACIONAL DE CARNAVAL audio y video 

Los Diablos Verdes y Araca la Cana fueron otras de las que empezaron a ser reprimidas, al igual que La Cumbre, La Nueva Ola, La Censurada y La Bohemia, pues todas ellas reclamaban un cambio de rumbo, con un contundente mensaje político en sus textos. En el otro extremo estaba Patos Cabreros con su apoyo al régimen:

MURGA LA SOBERANA audio y video 

Y llenos de orgullo gritarle al mundo: Viva mi Uruguay, bendita tierra, cuna de amor y paz. Esto es mi Uruguay, ya no podrán cambiarlo por miles de años. Fuera los que acá ideas foráneas quiérannos implantar. Esta libertad nuestros mayores la legaron y en nuestras venas está. Hoy no hay vencidos ni vencedor. De la lucha la llama perdió su ardor. Orientales: Unámonos. Nuestro sudor solo el trabajo da frutos de amor.12
El 9 de febrero de 1973 la Armada se acantonaba en la Ciudad Vieja y los cañones de sus barcos apuntaban hacia Montevideo, negándose a participar en el golpe de Estado que pretendían dar el Ejército y la Fuerza Aérea. Se emitieron los comunicados 4 y 7. El pueblo y un poder político sin rumbo respiraban un raro clima de quiebre constitucional.
En aquel entonces, las carnestolendas comenzaban en el preciso día que el calendario indicaba el feriado, por eso recién en marzo empezaba el tiempo de Momo. En ese marco político, la Comisión de Censura estaba muy atareada, tachando textos incansablemente, «con el fin de preservar la defensa de las instituciones» [sic]…
La labor de los censores no se detuvo en lo previo, ya con la fiesta en su desarrollo siguieron los tijeretazos a los textos, afectando los repertorios de Los Diablos Verdes, Araca la Cana y La Soberana. Ante la gravedad del hecho, DAECPU13 convocó a una Asamblea Extraordinaria y a pesar de los sucesos acaecidos decidieron continuar con el Carnaval. El fallo de ese Carnaval, a cargo de un Jurado altamente parcial, pro derecha, castigó duramente con sus puntajes a quienes desafiaban a la autoridad. Los Diablos Verdes fue relegada a un noveno lugar, La Soberana al décimo segundo y Araca la Cana al vigésimo. Sin embargo, esa murga que fue postergada a un vigésimo puesto interpretaba e inmortalizaba su canción emblema «La Compañera»,14 en referencia a ella misma, que sería cantada por generaciones convirtiéndose en un himno popular.
2.4.2 Los hechos consumados
El 27 de junio de 1973 se produjo el atropello a las instituciones: el presidente Bordaberry, apoyado por las Fuerzas Armadas, sectores políticos y patronales (Federación Rural, Asociación de Bancos, Cámara de Industria, entre otros) declaraba la disolución de las Cámaras. La dictadura se sacaba la máscara. La CNT15 impulsa una huelga general, apoyada por los estudiantes y organizaciones sociales, ocupando lugares de trabajo y centros de estudio. La dictadura respondió con una caza sistemática a los militantes opositores. Se efectuó una oleada de despidos arbitrarios y detenciones por doquier. El Cilindro Municipal –que solía albergar encuentros deportivos o eventos culturales– se transformó en una gigantesca cárcel. El régimen no tenía piedad.
Desde mediados de los sesenta, las relaciones entre las autoridades comunales y DAECPU se venían deteriorando; había numerosos reclamos por la cuantía de los premios entregados y su pago que se difería en el tiempo. Corolario de esa puja, en 1974 el Intendente de facto Oscar Víctor Rachetti decidió retirar el apoyo oficial y así lo comunicó. Después de algunas negociaciones, se acordó que la organización del concurso pasaría a ser responsabilidad de DAECPU y se les cedía el usufructo del Teatro de Verano durante el período festivo. El resultado no pudo ser mejor para los conjuntos, ya que transformaron un evento deficitario en uno con un saldo económico positivo. El poder político nuevamente había subestimado a los carnavaleros: Con ese golpe de efecto habían pretendido destruir el Carnaval y, en cambio, le dieron un nuevo vigor.
En el plano artístico, el panorama en las murgas seguía dividido. Las opositoras enmascaraban las críticas mediante el uso de metáforas; otras, alababan al nuevo orden instaurado. La represión y la intimidación se hacían más constantes sobre los conjuntos rebeldes. Las detenciones estaban a la orden del día. En una misma noche llevaron presos a los integrantes de La Soberana y a los de humoristas Las Ranas… Al día siguiente, les tocó a Los Diablos Verdes…
Para el 1.º de mayo de ese año, las murgas Los Diablos Verdes y Araca la Cana comunicaron su decisión de participar en la jornada, abriendo las columnas que venían de La Teja a ritmo de bombo, platillo y redoblante, lo que originó un gran revuelo en la interna de la CNT. De acuerdo a los que nos contaba Antonio Iglesias (director de Los Diablos Verdes y dirigente sindical del Sindicato del Vidrio) y José María Catusa Silva (director de Araca la Cana) se les negó la autorización a manifestar junto a sus hermanos de clase, en una de las decisiones más incomprensibles de la central obrera. De todas formas, esto no amilanó a los murguistas que igualmente participaron en la marcha. El paso del tiempo serviría para poner las cosas en su lugar y demostrar la equivocación que tuvieron con aquellas murgas heroicas. La actitud que tendría luego un grupo de conjuntos, con alto grado de inteligencia y fundamentalmente valentía, lo transformaría en uno de los enemigos más letales que se alzarían a nivel popular contra la dictadura.
En 1975 se celebraba el sesquicentenario de la Declaratoria de la Independencia y las autoridades lo denominarían Año de la Orientalidad, con la obligatoriedad de encabezar cualquier tipo de documentos con esa frase. Pero no todos fueron festejos para ellas, ya que la forma en cómo se desarrollaría ese proyecto provocó las primeras divergencias entre el presidente de facto, Bordaberry, y las Fuerzas Armadas.
El día del desfile inaugural del Carnaval trajo novedades. En plena avenida 18 de Julio, instantes antes de comenzar la farándula de Momo, se le notificó la prohibición de salir a la calle a las murgas La Soberana, La Cumbre y Núcleo Murga Femenino (esta última, ni siquiera llegó a debutar; era una murga de mujeres y las letras pertenecían a Pepe Veneno Alanís). También fue afectado por dicha medida el grupo de humoristas Las Ranas. La razón de esperar hasta ese momento para anunciarlo tiene una explicación: los conjuntos ya habían afrontado gastos para su preparación, confeccionado sus vestuarios, etcétera y, por ende, el daño económico que se les provocaba era mucho mayor. Para los restantes participantes tampoco reinó la tranquilidad, el acoso se volvió constante hasta el último día. El fallo del Carnaval determinó que Los Saltimbanquis fueran los ganadores, aunque el claro favorito era La Bohemia, que ese año se presentaba disfrazado de pájaros; el conocido periodista Néstor Pallares en su columna en El Diario aludió a esa injusta postergación de La Bohemia, lo que motivó que fuera detenido y encerrado en una cárcel acusado por «promover asonadas».
En ese mismo año, se produjo la detención de Pepe Veneno Alanís por el Departamento 5 de Inteligencia, a cargo del tristemente conocido inspector Víctor Castiglioni. Fue torturado y lo recluyeron en el Penal de Punta Carretas durante tres años. Días después de recuperar su libertad, el conocido periodista y empresario Dalton Rosas Riolfo16 se enteró de que se iba a librar una nueva orden de captura para Alanís, fue a buscarlo a su casa, le pidió que juntara lo más imprescindible y que lo llevó a un lugar en donde estuviera protegido: la Iglesia Tierra Santa.17 Desde allí se coordinó su salida del país, eludiendo el cerco policial–militar, radicándose finalmente en Suecia, en donde residió durante tres décadas.
Mientras eso pasaba aquí en Uruguay, en Chile los gobiernos cívico-militares que imperaban en casi toda Latinoamérica, establecían las bases del macabro Plan Cóndor.18 Entre tantas sombras que cubrían al mundo, en España empezaba a asomar una nueva alborada: la muerte de Franco daba la oportunidad de apertura democrática en su país y, años más tarde, también en América Latina.
El período comprendido entre 1976 y 1979 fue de los más duros en lo que refiere a la represión. En la vida política del país, se asistiría al ocaso de Bordaberry, destituido el 12 de junio de 1976, tras pretender perpetuarse en el poder proponiendo un nuevo régimen en el que no tendrían cabida los partidos políticos. Los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas designaron a Alberto de Michelli para ejercer un interinato en la Presidencia y, finalmente, el 1.º de setiembre de ese año, fue elegido como su sucesor, Aparicio Méndez.
Los habitantes del Uruguay pasaron a ser catalogados, exigiéndose un «certificado de fe democrática» para cualquier tipo de trámite. Artísticamente, para poder subirse a un escenario, debía obtener un documento con la categoría A, de no ser así automáticamente quedaba proscrito. Numerosos componentes debieron abandonar los ensayos ante tal atropello y obligó a los conjuntos a una búsqueda contrarreloj para completar sus planteles.


MURGA
Hugo Brocos Enrique Filgueiras Fragmento
1. LA MURGA URUGUAYA

Homenaje a Daniel Viglietti en el Parque de los Fogones. Convoca e invita: Coordinadora de Apoyo a Familiares



En un acto de las Madres y Familiares de detenidos desaparacidos el 7 de mayo de 2017 se nombra el Parque de los fogones con el Nombre del gran cantautor de canto popular uruguayo Daniel Viglietti, gran luchador por los mas necesitados y por todas las causas de derechos humanos.


Daniel Viglietti - Otra voz canta (Parque de los fogones SAYAGO 7/5/2017)



Acto de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos
Parque de los Fogones Sayago, Montevideo
7/5/2017



Daniel Viglietti 7/5/2017 Parque de los Fogones actuacion completa 42 minutos



Homenaje a Daniel Viglietti este sábado en el Parque de los Fogones

El escenario está ubicado en Avenida Millán 5109Homenaje a Daniel Viglietti este sábado en el Parque de los Fogones
En el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, la Comisión de Vecinos del Parque de los Fogones, la Coordinadora de Apoyo a Familiares (CAF) y la organización Familiares de Detenidos Desaparecidos realizarán este sábado a partir de la hora 17 un espectáculo artístico con entrada gratuita, en homenaje al cantautor recientemente fallecido Daniel Viglietti.
Entre otros artistas, participarán Rubén Olivera, Numa Moraes, Mauricio Ubal, Diego Kuropatwa, El Alemán y La Tabaré. El escenario está ubicado en Avenida Millán 5109, en el barrio Sayago, y dispone de ingreso para vehículos por María Orticochea y José Durán.
El propio Daniel Viglietti había participado el pasado 7 de mayo en un espectáculo artístico en este lugar, en el marco de la marcha del silencio, y en esa oportunidad se decidió por aclamación designar el escenario con su nombre.
Para este 9 de diciembre, en vísperas del Día Internacional de los Derechos Humanos, estaba previsto un nuevo espectáculo en el que Viglietti había comprometido su participación y en el que se pensaba descubrir una placa con su nombre, pero el pasado 30 de octubre se produjo la lamentable desaparición física del cantante, compositor y guitarrista.
De este modo, lo que en principio se había planificado como una celebración se transformó ahora en un homenaje a Daniel Viglietti, por lo que se está convocando a la ciudadanía en general a concurrir al espectáculo en recuerdo del artista recientemente desaparecido.

EL ESCENARIO ESTÁ UBICADO EN AVENIDA MILLÁN 5109
esquina martin  ximeno
fuentes de diario la republica
   

Ya no habrá más A dos voces con Benedetti, ni actuaciones donde la solidaridad lo reclamara. Todos saben que El flaco murió de exceso de solidaridad, a los 78 años


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Daniel Viglietti montevideaneaba habitualmente, con su guitarra-compañera y era fácil cruzarse con él por la calle, o encontrárselo en cualquier café del centro. Lejos de cualquier prototipo de artista exitoso, popular, querido.


¿Quién era Viglietti? Él se autodefine: “Soy eso, una especie de referencia de una etapa que se ha venido viviendo, con aciertos, errores, desajustes, con emociones, con valentía, con miedos, una etapa de hallazgos, de pérdidas… Seguimos buscando lo humano, eso que el Che simbolizaba como el hombre nuevo lo seguimos buscando, aún cuando seamos generacionalmente veteranos… Creo que no hay conciencia sin emoción”.


En realidad, decía, uno siempre se está componiendo, porque se está pensando, soñando, sufriendo,  respirando la porción de realidad que al trovador le toca vivir, siempre se está como afinando ideas…Pero tampoco creer que uno es una máquina de cantos políticos. Así como me nacen canciones de opinión, me nacen otras sobre el paisaje, sobre el amor, sobre seres entrañables, siempre desde un modo de concebir la vida.


Y hablaba de “una vida igualitaria, lo más parejita posible, sin soberbia, sin codicia, defendiendo la alegría, como nos pedía nuestro entrañable Mario (Benedetti); la ternura, el compañerismo. “Defendiendo las arenas rochenses de Valizas al cantar El vals de la duna, defendiendo el amor al cantar “Anaclara”, defendiendo la educación al recordar a la maestra uruguaya desaparecida Elena Quinteros, cuestionando la impunidad al cantar mi música para el poema de Circe Maia Otra voz canta.


Y “defendiendo nuestra cultura cuando abordamos a Violeta Parra o a Atahualpa Yupanqui o a Mario Benedetti o a Eduardo Galeano, defendiendo la libertad de pensamiento cuando evocamos al sacerdote colombiano Camilo Torres que, en su momento, cambió la sotana por un fusil, o al capitán Carlos Lamarca que cambió la puntería del suyo, defendiendo la memoria de Salvador Allende, de Miguel Enríquez, de Víctor Jara en Chile, como en mi país la de Raúl “Bebe” Sendic, o en el mundo la del nuestroamericano que fue el argentino Ernesto Guevara”.


Quizá el lacónico título de la primera página de La Diaria lo expresa todo: Sólo digo compañero.


Muchos lo recuerdan por A desalambrar, un himno popular desde hace 50 años: “Ese verbo que inventé en 1966 es un símbolo que me nació del Reglamento de Tierras que Artigas creó en 1813. Se trata, todavía hoy y no solamente en Uruguay, de desalambrar los latifundios”. Y con Viglietti llegamos a la conclusión –ron mediante, en Caracas- que ahora había que desalambrar también los latifundios mediáticos.


“Permanece el latifundio, sobrevive, se realimenta, se redimensiona. El yugo de la banca internacional nos sigue sometiendo, salvo rarísimas excepciones como son los casos de Cuba y del proceso bolivariano, o una experiencia altamente positiva como la de Bolivia con Evo Morales. Todos esos elementos que permanecen hacen que la canción -en el caso mío- tenga un eco y pueda encontrar nuevos oídos”, decía a principios de octubre en Chile.


Seis décadas


Lo conocí hace 60 años, por su amistad entrañable y creativa con mi hermano Coriún. Quizá por eso se me hace difícil escribir. Recuerdo el estuche de su guitarra que antecedía a su enorme jopo mientras bajaba por la empinada Susviela, allá en El Prado, en el norte montevideano.


 Dice La Diaria que “cuando cantaba no tenía edad. La memoria del cuerpo, ejercitada en la escuela exquisita de Abel Carlevaro, lo despojaba de los años y era cada vez el de siempre, como iluminado en integración perfecta con la guitarra, como si aquel mechón de pelo joven le cayera todavía sobre la frente.


Era parte de aquel renacer cultural uruguayo de los años 1960, junto a Los Olimareños, a Alfredo Zitarrosa, al Sabalero  (José Carvajal), el payador Carlos Molina, y tantos otros, que –decía él-  cantaban “a coro sin saberlo [...]. Todos amantes de la libertad en el sentido más profundo y menos manoseado del término; me gustaría decir libertarios”. “Ojo: no estoy olvidando a los luchadores anónimos. Todos son una especie de sujeto colectivo que impulsa a seguir”.


Recorrió medio mundo llevando su humildad y su solidaridad, su rebeldía y esperanza, su excelsa guitarra y su canto. Compuso hitos como A desalambrar, Canción para mi América, Declaración de amor a Nicaragua, La Patria Vieja, Duerme Negrito, Canción para el hombre nuevo…

Cuando lo detuvieron en 1972, los estudiantes rodearon en una manifestación relámpago la Jefatura de Policía y volantean una imagen con dos manos y una leyenda que dice “en Jefatura se está torturando a un patriota”, que obliga a las autoridades a visibilizarlo. Lo que permite la protesta internacional y su posterior liberación y exilio.


La tarea más dura en su exilio francés, fue abastecerlo de jalea y licor de pétalos de rosa negra, manufacturados por doña Victoria, la madre de su amigo Coriún. A éste se le dio por morirse tres semanas antes que Daniel, rompiendo seis décadas de amistad. El jueves último, lo recordó cenando comida armenia con su compañera Lourdes (mexicana y para peor psicoanalista) y Nairí, la hija de Coriún, extrañando a su propia hija, Trilce, quien vive en Paris.


Nuestroamericano soy


Recordaba El Flaco que “en 1982 en la Nicaragua sandinista inicial, se me ocurrió el término “nuestroamericano” en la letra de mi canción Declaración de amor a Nicaragua; me nació de un sentimiento de siempre que nos viene de Bolívar, de Martí, del Che, del propio Artigas, la idea de la unidad latinoamericana. Pero con el tiempo me doy cuenta que esto no borra las identidades, en sus aspectos positivos y negativos, de cada una de nuestras patrias”.


“Somos todos uno, pero cada una de nuestras historias es un mundo y tiene sus coordenadas propias. Pienso que hay que lograr aunar toda esa diversidad y los logros obtenidos”, remarcaba, grabadora en mano, dispuesto a entrevistar a su entrevistador.


Últimamente  se había decidido mezclar temas de vieja y nueva cosecha –“es una despedida en continuado”, me dijo a principios de octubre-, como en su última presentación en Piriápolis, en Santiago de Chile, en Vallehermoso, “un paseo por diferentes estilos de músicas, seres que está prohibido olvidar, historias de amor y resistencia, algo de humor, con canciones en su mayoría de mi autoría, que voy a elegir desde mis comienzos en 1957 hasta este 2017, en que conmemoramos los cien años del nacimiento de ‘la única violeta que nació de una parra’”.


Le gustaba estar al tanto de la realidad y le preocupaba mucho el terrorismo mediático: “nos abarcan y nos manipulan en una hipnosis que rompe conciencias, que adormece el sentido crítico. No es fácil ni es habitual ejercitar la contralectura de lo que vemos, de lo que leemos, de lo que escuchamos en esa suerte de nueva iglesia inquisidora que son los medios. Las imágenes intentan dominar el imaginario colectivo, y muchas veces lo consiguen. Y lo cultural es infiltrado por la seducción de los mensajes del poder”.
 “Si un día crece la rebelión popular, ahí está siempre latente la amenaza de la represión, de encarcelar, torturar, y si la situación se agrava, aplicar la receta de los misiles y las bombas, ahora muchas veces en ataques anónimos desde los siniestros drones no tripulados. En nuestro sur esto fue muy claro en los años de plomo, aunque sin la guerra generalizada. Y hoy continúa este otro conflicto, la guerra invisible, la de los medios… sin olvidar las de destrucción y las desesperadas migraciones de tantas poblaciones, como en campos de concentración móviles”, señalaba a principios de este octubre, 100 años después del otro.


“Como mínimo son cinco las prioridades para un mundo mejor: la alimentación, la vivienda, la salud, la educación y el trabajo: es un buen resumen de la sed de estos tiempos. Como los cinco dedos de la mano izquierda. En ese caso, de puño abierto”, le decía a periodistas curiosos.


Elegí recordar dos anécdotas, una de 1971 y la otra de 2005.


La patria chueca


Nelson El Chueco Maciel, a quien la prensa sensacionalista montevideana llegó a bautizar como “el enemigo público número uno”,  nació en Tacuarembó y recaló junto con su familia en los cantegriles del barrio Marconi, por Aparicio Saravia, en la periferia de Montevideo.


Cantegril era una zona de más lujo en Punta del Estey el pueblo con ese humor crítico que lo caracteriza, le aplicó a los lugares más pobres, a las villas miseria, el término cantegril. “Y allí creció un muchacho que venía del interior del Uruguay, en el proceso de migración campo-ciudad, que se llamaba Nelson Maciel y le decían “chueco”, porque allá nombran así a los que caminan con los pies un poco hacia adentro”, recuerda Viglietti.


“Este muchacho comenzó a hacer algunos asaltos para acercar comida a los miembros del cantegril. Asaltó camiones de comestibles y bancos para conseguir dinero para ayudar a los del cantegril y así se convirtió en un símbolo creciente. Se le defendió mucho en el cantegril, hasta que un día de 1971 fue capturado y asesinado dentro de una camioneta. Esto despertó una enorme cantidad de sentimientos. Así yo hice la canción. Tuve la oportunidad de cantarla incluso delante de la madre del propio Chueco Maciel”.


Era época de persecución política, de medidas “prontas” de seguridad. En ese 1971, el general Líber Seregni, líder del recién fundado Frente Amplio, fue a visitar el comité de base que se había formado en el cantegril, mientras Viglietti componía con mucho cuidado su canción, para que no sirviera de excusa para alguna represión o prisión por ejemplo por apología del delito. Por eso, el Chueco “aprieta el gatillo  y no quiere matar”.


Con Chávez, vía Alí Primera


Viglietti llegó por primera vez a Venezuela en 1974 para encontrarse con el cantautor Alí Primera. “Yo capté la autenticidad, profundidad, y el hecho de que no había que detenerse en dos o tres canciones para juzgar una obra. Cuando empecé a recorrer su obra, en la medida que lo conocí hablando de cosas políticas, ideológicas, en seguida me sentí cerca, amigo. Si alguien lo cuestionaba yo era de los que defendían”, explica, 40 años después de esos días de playa, cuando Viglietti dio algunos recitales en la aula magna de la Universidad Central de Venezuela.


En 1983, Daniel y Alí arriba de un avión de combate, sobrevolando el cielo de Nicaragua junto a la chilena Isabel Parra, y el cura y poeta sandinista, Ernesto Cardenal, cuatro años después de aquel ingreso triunfal rojo y negro por las calles de Managua, de la victoria revolucionaria.  En cuartel de San Carlos, en la zona de frontera con Costa Rica, Alí tomó su cuatro y cantó a un grupo de milicianos sobre las luchas de ese país en revolución, que resistía contra una guerra dirigida desde Estados Unidos.


Ese recuerdos lo llevó de regreso a Venezuela, cuando se conmemoró un aniversario de su muerte, y se lo participó en 2005 al presidente Hugo Chávez, cuando lo conoció, frente a frente, guitarra en mano y asado y vino adelante, en los quinchos del Pepe Mujica. “Alí Primera es la banda sonora del chavismo”, me comentó entonces.


Estaba la larga mesa en U, con ministros, ex guerrilleros, dirigentes, trabajadores, disfrutando del asado y la presencia del “comandante”, y venezolanos y uruguayos intercambian opiniones y tarjetas. Chávez ya había anticipado que iba a estar un ratito, y que quería descansar.


De repente, con el postre ya servido y el vino mermado, aparece un flaco melenudo con una guitarra, sentado delante de Chávez, los embajadores Jerónimo Cardoso y María Urbaneja  y otros homenajeantes, tocando unos acordes, en espera del silencio. Chávez miraba con cara de “no entiendo nada”, hasta que –como si hubiera un protocolo preestablecido – se fue haciendo silencio en la concurrida sala.


Obvio: ni un micrófono, ni una cámara de video, ni un grabador. Apenas tenedores y cuchillos. Hubo que explicarle silenciosamente a Chávez quién era ese señor tan serio que insistía con su guitarra. La segunda canción fue una de Alí Primera (Techos de Cartón, si no recuerdo mal) y a Chávez se le fue enseguida el cansancio y terminó cantando las coplas de Florentino y el diablo.


Numerosas veces Viglietti visitó, desde entonces, Venezuela. Siempre solidario, siempre presente. Siempre buscando material para sus audiciones de radio y televisión. Y su último mensaje a Chávez fue: "Los combates de la vida son tantos, tantos y tantos, por ellos canto".


 “Mi deseo de cantar de nuevo en Venezuela, Cuba, Chile, Ecuador, Colombia, Bolivia, Perú, El Salvador, siempre es fuerte, pero se pospone por razones de organización, de producción, o porque no hay eventos que hayan requerido de mi solidaridad. Siempre ando navegando a dos aguas; la de la solidaridad y la de mantenerme con mi trabajo. Es evidente que no formo parte del show business... Más de la mitad de mis actuaciones son por causas solidarias”, recapitulaba dos semanas atrás.
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Ya no habrá más A dos voces con Benedetti, ni actuaciones donde la solidaridad lo reclamara. Todos saben que El flaco murió de exceso de solidaridad, a los 78 años, en la misma Montevideo, cuando La Cumparsita cumplía cien años. Pero la ciudad no era la misma: ya no estaban Benedetti, idea Vilariño ni Galeano, hacía mucho que se habían ido Zitarrosa, El Sabalero, Capagorry, Carlitos Molina, Lazaroff. Y reciencito nomás, se fue Coriún…


Aram Aharonian es periodista, comunicólogo, magister en Integración, codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE), presidente de la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA)

 Viglietti, el trovador muerto por exceso de solidaridad
Aram Aharonian



https://www.alainet.org/es/articulo/188978

fuentes de  america latina en movimiento

Daniel, el Flaco. y A propósito de Viglietti; me gustan los estudiantes

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Uno puede irse de muchas formas de este mundo, uno puede morir de mil maneras, sin embargo son contadas las ocasiones en que una partida tiene la magnitud de gritos de lucha y logra ensanchar el pecho de tantos y tantas.
Tanto, tanto, tanto amor y no poder nada contra la muerte. Y no se trata de estar tirando puñetazos al viento, se trata de agradecer. De agradecerle a Daniel, el Flaco, por prestar sus espaldas gigantes para que pequeños e insignificantes como nosotros, pudiéramos llegar hasta el hoy.
He leído cientos de saludos y recuerdos sobre Daniel, el Flaco, en estas horas que se han colocado en las redes. Además, fue momento de hablar con mucha gente sobre Daniel, el Flaco. Y sobre todo, fue momento de remover entre mis recuerdos las anécdotas que lo involucran.
El lugar común de todas las despedidas y de todos los recuerdos, es que Daniel estaba presente. Lograba desafiar las leyes de la física y estar en varios lugares al mismo tiempo si de acompañar luchas, si de luchar se trataba. Esa imagen de Daniel llegando, al paso que se abre la mañana de la noche más oscura, con su boina, su guitarra al hombro y su “acá estoy, presente”.
Todos tenemos una historia de ese tipo con Daniel, que siempre implicaba el compartir unas canciones, contagiar la esperanza de las luchas y conversar con ese calor trafoguero sobre la vida.
No pretendo en esta columna compartir un recuerdo más, una singularidad. Quiero sí, ensanchar, levantar, observar, al hombre que nos juntaba a todos a su alrededor. Al que nos enseñaba que la importancia de las luchas sociales, era justamente la lucha, ya que allí nos dignificábamos y nos constituíamos como hombres y mujeres libres.
Daniel, el Flaco, nos vincula con la esperanza, con los desprotegidos, con los naides. Daniel es una conexión con el compromiso que asumimos como un puñado de sueños en nuestra adolescencia, de que debe haber patria para todos y con todos. Daniel, me junta además, con queridos, queridísimos compañeros con quienes compartimos la intención, la necesidad y la fuerza por transformar este mundo, por hacerlo de nuevo.
Qué mejor recuerdo para un hombre, para un luchador, para un revolucionario que tomó por arma la guitarra y por balas unas cuantas partituras, aún sabiendo que papel contra bala no puede servir. Qué mejor recuerdo, y homenaje que esa fotografía donde nos encuentra juntos. Daniel, es ese palito de colmena que nos fue juntando. Daniel son esas canciones que mi adolescente escuchaba para arrancar el día, juntando argumentos en sus canciones para transformar la vida.

Me tocó mirar la ida de Daniel desde Salto. No pude ser parte del mar de Pueblo en el Solís para despedirlo. Sí pude compartir con él noches, días y rondas en ocupaciones de fábricas, de liceos, en marchas. Sí pude estar con él en el patio de la Chola en Treinta y Tres, entre mates y guitarras. En su casa, por un abrazo rápido.
Mi hermano, desde el norte, mientras intercambiábamos mensajes al enterarnos que Daniel, el Flaco se nos fue. Mientras recordábamos y pasábamos una y otra vez por la marca que nos dejó, nos hizo llegar a modo de recuerdo lo siguiente:
“Yo puse canciones chuecas y lloré desde el principio, pensando y sintiendo que se me está muriendo la infancia, niño de primavera, sol trafoguero, allá en Vietnam, mis pasos perdidos del norte hacia el sur, el pan que saldrá del horno, tanto amor y no poder nada contra la muerte… papel contra bala no puede servir. Se muere Peter Pan, y su sombra se llena de luz… te acordás antes de irnos al IAVA, lo escuchábamos hasta transformar sus letras en nuestros argumentos…mirada clara, cabello corto, la nombro ¡primavera!”.

Daniel, el Flaco  Por: Camilo Álvarez

fuentes de diario la republica



Hace unos años fuimos a tocar con La Chancha a un evento organizado por estudiantes de la Facultad de agronomía y compartimos escenario con Daniel. Previo a subirnos al escenario, mientras compartíamos una charla de camaradería, los estudiantes nos ofrecieron chorizos al pan para comer. Quiso la mala fortuna que dentro del chorizo que le había tocado a Daniel viniera como si se tratara de un atentado a su dentadura, un trozo de alambre. Al morder, Daniel casi se traga el alambre… lo sacó de su boca y les dijo al grupo que repartía los chorizos: Muchachos… ¡a desalambrar! Una genialidad de su parte. Gracias Daniel por tu música y tu buena onda para nosotros que aprendimos a escuchar entre las tinieblas esas canciones amanecidas. (Del muro de Facebook de Yanny Ippoliti).
Larai, larai, larai, larai, laralero…
En casa había un disco simple de pasta de Viglietti, mi viejo lo tenía como un tesoro a resguardo de miradas indiscretas en tiempos de libertades restringidas hasta para escuchar música. Eran los cantantes de protesta, los de pelo largo, los que la dictadura había prohibido para evitar que otros escucharan el mensaje de libertad en clave de sol.
Aquel disco simple encerraba pocas canciones pero fueron un ícono para mi infancia acotada a la clandestinidad de los mensajes de mi padre en medio de una huelga general que duró mucho más que 15 días. Me sentaba a escucharlo con aquel pasadiscos marca Lyon que transformaba aquel plástico en canción y la canción en mensaje libertario.
Aquel artefacto de una modernidad en ciernes de la década del 70, me transportaba a un campo sin alambrados o a una marcha de estudiantes con tonadas pegadizas que se volvieron un himno al que podíamos “escuchar bajito”.
Junto a aquel disco simple de Viglietti, otro de Zitarrosa nos dejaba la imagen del milico con aquella chamarrita que tarareábamos sin parar en una especie de susurro cómplice que identificaba compañeros. Eran pequeños trofeos atesorados hasta hoy, camuflados entre otros “long play” que aún esperan una púa para hacerse oír.
Con el tiempo recuperamos la democracia y aquellos tiempos oscuros de silencios y vedas quedaron atrás. Pero quedan esos discos de pasta, los casettes de cinta, los discos compactos, los archivos mp3 y cuanto soporte llegue para contener la voz hecha canción de artistas que hacen de su arte un estandarte de lucha por los que menos tienen.
Qué hubiera sido de nosotros sin su existencia, en aquellos años oscuros de censuras, desempleo, cortes de luz, carestía, escasez y crisis institucional. Ellos supieron mantener viva la llamarada, esa que invitaba a envidiar las madrugadas de soles trafogueros.

Con la música a otra parte
Me crié en dictadura, amanecí tarde a la vida política. Hijo de padres obreros, mi visión de aquellos años está muy marcada por aquella huelga general que llevó a tener solo agua con limón en la vieja heladera Ferrosmalt… y por aquellos viejos discos de pasta que aún conservo.
Se fue Zitarrosa a poco de su retorno del exilio y nos dejó el sinsabor de haberlo disfrutado muy poco. Se fue el Sabalero, y con él se llevó aquel pantalón cortito y hasta la bolsa de los recuerdos que hicieron parte fermental de nuestros años de escuela. Se fue Benedetti, quien supo darles letra y hace muy poco se fue el Bocha Benavides, que también nutrió a los cantores del pueblo.
Este 30 de octubre -vísperas de una fiesta importada que nos invadió sin pedir permiso- se fue Daniel Viglietti, y con él se va una parte importante de esa infancia y adolescencia. Pero nos queda un legado de canciones, letras e historias como las que vivió el batero de La Chancha con que arrancamos esta columna.
Los cantores no se mueren, siguen vivos en sus melodías, inmortalizados en aquellos viejos discos de pasta que encierran mucho más que acordes, encierran historias de luchas por ideas que se hicieron canciones mensajeras de revolución.
Ayer volví a mi casa temprano, desempolvé el viejo tocadiscos Lyon y eché a rodar aquel disco simple de Daniel…
“Me gustan los estudiantes/porque son la levadura,
del pan que saldrá del horno/con toda su sabrosura…”

A propósito de Viglietti; me gustan los estudiantes  Por: Fernando Gil Díaz, Analista

fuentes de diario la republica

 



Emoción y recuerdos en la inesperada despedida a Daniel Viglietti


Emoción y recuerdos en la inesperada despedida a Daniel Viglietti
ECOS
Músicos, políticos y seguidores del músico llenaron el foyer del Teatro Solís para darle el adiós a un ícono de la cultura nacional.
"La cuerda se cortó sola cuando dejaron la guitarra acá". La señora, menuda, mayor y compungida, señalaba a la electroacústica, apostada al lado del féretro del cantautor Daniel Viglietti, con la cuarta cuerda rota. "La guitarra sabe", concluyó.

Mucha luz había este martes en el foyer del Teatro Solís, en el velorio de Viglietti. También mucha gente y mucho dolor. La emoción se desbordaba fácilmente, como cuando ese hombre de humilde vestimenta, que contrastaba con las paredes, pisos y techos del recinto, arrancó con un espontáneo "A desalambrar", de inmediato seguido por las decenas, que pronto serían centenas, de presentes.

Despedían a quien, al decir del expresidente José Mujica, representaba como muy pocos la cultura "removedora y contestataria".

La partida de Viglietti, este lunes debido a fallas cardíacas, sorprendió a todos sus amigos. Si bien había cumplido 78 años el 24 de julio, el ataque al corazón que comenzó a llevarlo de este mundo lo encontró trabajando, al mediodía, en la computadora de su casa.

"Estuvo conmigo el sábado de noche. Nos comimos un asado en casa. Y él estaba preocupado por mi salud. Y mirá ahora...", le dijo a ECOS el ex líder tupamaro Jorge Zabalza, uno de los asistentes al velorio. Notoriamente emocionado, como todos los presentes -que incluían desde el olimareño Braulio López a la ministra de Industria, Carolina Cosse; desde el embajador de Venezuela, Julio Chirino, hasta la dirigente del Pit-Cnt Fernanda Aguirre- se excusó de hacer más declaraciones.

El sábado pasado, el también músico popular Washington Carrasco recibió en la tarde la medalla Guitarra Negra de manos del intendente Daniel Martínez. Ahí estaba Viglietti.

El intendente Martínez, Carrasco y su compañera, la también cantante Cristina Fernández, lo despedían este martes en el foyer del Solís.

"Esto es un golpe enorme para toda la cultura uruguaya", dijo Cristina Fernández. Ella y Washington Carrasco fueron alumnos de Viglietti, cuando este recién estaba gestando el Núcleo de Educación Musical (Nemus), y daba clases en su casa de Andes y la Rambla. Ya de joven deslumbraba con su capacidad de mezclar lo clásico, en lo que se había formado, con lo folklórico, uruguayo y latinoamericano.

"A pesar que luego se tuvo que ir del país por los problemas políticos, siempre mantuvimos una relación. Cuando volvió del exilio, en 1984, fue maravilloso. Lo fuimos a buscar al aeropuerto y lo llevamos a tocar al estadio Franzini. Siempre estuvimos juntos. Hasta el sábado...", concluyó Fernández.

Siempre abrazado a la izquierda, cultor del canto de protesta, su simpatías con los tupamaros le costaron la prisión primero y el exilio después. Vivió muchos años en Francia. De hecho, la Embajada de Francia envió una corona al Solis. Otras fueron remitidas por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, Editorial Planeta, Fenapes, Sudei, Antel, Agadu, la Intendencia de Montevideo, la Presidencia de la Cámara de Representantes y Familiares de Detenidos Desaparecidos, entre otros.

1984 fue el año del regreso del exilio de los grandes cantantes populares: Alfredo Zitarrosa, Los Olimareños y él mismo. A su recital del Franzini asistieron más de 20 mil personas.

En Francia quedaron su hija Trilce y su nieto Gaspar, de un año de edad, que no pudieron viajar. Si estaba su esposa Lourdes, recibiendo la contención de todos los asistentes al Solis.

Viglietti era grande entre grandes. Numa Moraes, cantante, comunicador y compositor, siente que el lunes se perdió "el uno" de la música popular uruguaya.

"Para mí siempre fue un ejemplo. No solo desde el punto de vista musical sino como persona, en su forma de enfrentarse al arte y a la vida. La mejor forma de recordarlo es aprender de él. Saber sobre él. Difundirlo. Va a durar para siempre porque sin duda fue el uno de la música popular uruguaya".

Moraes y Viglietti compartieron exilio europeo. El primero fue a visitar al segundo una vez a París. Fue él quien le hizo escuchar por primera vez el disco debut de Eduardo Darnauchans, "Canción de Muchacho". Fue él quien, luego de una caminata por las calles de París, le terminó regalando un disco de Chico Buarque. Al tiempo, Viglietti le devolvió la visita a Moraes a Holanda. "Yo lo vi en uno de los recitales más insólitos que me tocó presenciar, un domingo a la mañana en el Coffee Concert: logró hacer cantar al público holandés".

Moraes, un gran guitarrista, elogia la "técnica exuberante en la guitarra" de Viglietti, aprendida de su padre, César Viglietti, y de Abel Carlevaro. "Y exuberante es también su obra. No son muchos los discos suyos (N. de R. 16 álbumes en estudio con inéditos desde 1963), pero no es un tema de cantidad sino de calidad".

Al momento de morir no estaba pensando en un nuevo disco pero si en un nuevo recital. Había tocado en el reciente Antel Fest de Piriápolis, el sábado 30 de setiembre.

"Para recordarlo hay que tratar de ser mejor cada día. El es insustituible e imprescindible en todos los aspectos. Todos quienes estamos en esto aprendimos de él y tratamos de imitar su coherencia en todos los aspectos, su ética, su estudio por el instrumento, y su compromiso no solo en lo social sino en la calidad de su trabajo. Su trabajo, justamente, tendría que ser objeto de estudio en el gran libro de la música uruguaya", señaló por su lado Eduardo Larbanois, del dúo Larbanois-Carrero. El tampoco podía creer la partida de Viglietti: había estado con él el sábado, durante la distinción a Washington Carrasco.

Tres posibles presidenciables del Frente Amplio llegaron al Solís casi a la misma hora. Fueron la ministra Cristina Cosse -que se excusó entre lágrimas de hablar-, el intendente Martínez y el senador José Mujica.

Para el ex presidente Mujica, la mejor forma de recordar al fallecido es esperar que alguien tome su legado: "Inevitablemente es un pedazo importante de la cultura y sobre todo de la cultura removedora y contestataria. El mayor homenaje que le podemos hacer no es solo un recuerdo poético sino un recuerdo de compromiso militante, por el sueño de un mundo un poco mejor y una sociedad mejor. Al fin y al cabo pienso que en el tiempo aparecerán pequeños Vigliettis en el campo de la cultura, del decir y del compromiso humano".
Por: Leonel García                    
Publicado: 31/10/2017 14:04