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LA CUESTION COLONIAL
Hay temas de los que nos desentendemos. Son demasiado lejanos en el espacio como para creer que nos incumban –eso pensamos–. O est谩n demasiado difuminados en el horizonte del tiempo como para que nos alcancen o nos fijemos en ellos –eso si nos acordamos de ellos. La cuesti贸n colonial es sin duda uno de estos temas poco pensados y sobre todo poco aplicados cuando se trata de explicar la geopol铆tica actual, especialmente en lo que se refiere a dos conflictos tan distintos como la ocupaci贸n marroqu铆 del S谩hara Occidental o el genocidio actual en Gaza. Sin embargo tienen en com煤n lo que el pensador martiniqu茅s Aim茅 C茅saire llam贸 en sus Discursos sobre el colonialismo (1955) una «salvajizaci贸n» donde se impone un modo de ver el mundo que no s贸lo es ciego o intolerante ante lo que es distinto, sino que, desde una supuesta superioridad, desencadena una serie de desgarros y destrucciones a todos los niveles de los que luego se desentiende.
¿Qu茅 es lo colonial?, ¿qu茅 es la colonizaci贸n?, ¿y qu茅 es lo colonizado? Lo colonial alude inicialmente al verbo latino colere, que significa cultivar, de ah铆 el t茅rmino colono (el que cultiva su tierra y su lugar), que pas贸 a denominar al que se apropia de tierras lejanas (y que piensa desocupadas, como si sus moradores no fueran nadie) y las cultiva. Tambi茅n colere se empleaba para hablar del cultivo de las almas a trav茅s de las virtudes o del saber (colere uirt?tem, art?s), de ah铆 los derivados «cultura» y «culto» que asocian el cultivo con la civilizaci贸n, pero la palabra colonizaci贸n y colonial quiebran esta relaci贸n aunque se escondan tras ella. Podemos comenzar por ponernos de acuerdo con lo que la colonizaci贸n no es. Como sostiene C茅saire no es «ni evangelizaci贸n, ni empresa filantr贸pica, ni voluntad de hacer retroceder las fronteras de la ignorancia, de la enfermedad o de la tiran铆a, ni propagaci贸n de Dios, ni difusi贸n del Derecho». Es poder, abuso, extracci贸n, deshumanizaci贸n, muerte y negaci贸n. Lo colonizado es lo despose铆do, lo tratado como inferior, lo que no tiene derechos, lo salvaje. Pero no, lo salvaje es lo colonizador que arrasa con toda cultura y civilizaci贸n. No hay virtud alguna en lo colonizador. No es mejor. Cosifica a las personas, desintegra culturas, roba tierras y aniquila posibilidades.
La l贸gica colonial es la l贸gica del avasallamiento, de la muerte y de la negaci贸n de los derechos de los otros sobre su propia tierra, de la que son despose铆dos al mismo tiempo que son «pose铆dos» por un sentimiento de inferioridad. Es la l贸gica de la negaci贸n de la civilizaci贸n porque deshumaniza a otros pueblos y a otras culturas, a otros modos de ser, de creer, de vivir, y puede por ello acabar con ellos amparados en la creencia de que est谩n en su derecho. La l贸gica colonial es otra perspectiva para entender el mal: la relacionada con los que est谩n convencidos de que pueden ocupar, sin posibilidad de reconocimiento de la alteridad, la tierra de otros, desposeerles de su hogar y desahuciarles de la vida. Es la l贸gica de la escuadra y el cartab贸n, de los autodenominados «civilizados» de la historia, del reparto en el que no hay parte ni nada se comparte para los pueblos que cultivaron y habitaron la tierra que se disputa. De las no superadas 茅pocas del colonialismo occidental y de la inercia de sus modos derivan muchos de los conflictos irresueltos de hoy. Los mismos a los que Occidente (Europa, Estados Unidos) trata como si fueran (¿ya?) un problema de otros. Los pa铆ses atravesados por la l贸gica colonial, como indic贸 Frantz Fanon, suelen ser racistas, de modo que el lastre de esta l贸gica lleva el germen, a veces escondido y negado, de sociedades que consideran que hay colectivos inferiores a otros, migrantes que no tienen derecho estar en el pa铆s de acogida.
La ocupaci贸n del llamado «S谩hara espa帽ol» por parte de Marruecos comenz贸 en 1975 tras la Marcha Verde. Esta colonia espa帽ola fue considerada incluso provincia espa帽ola (1958-1975). La creaci贸n del Estado de Israel sobre territorio palestino se llev贸 a cabo en 1948 con el precedente de la Declaraci贸n Balfour (1917), donde pa铆ses occidentales –como Reino Unido con respaldo de Estados Unidos– reconoc铆an el derecho del pueblo jud铆o a ocupar la que fuera la Antigua Tierra de Israel. De este modo, cuando el 煤ltimo de los soldados brit谩nicos abandon贸 Palestina tras el final del mandato brit谩nico en la regi贸n, se declar贸 en Tel Aviv el nacimiento del nuevo Estado. De nuevo las pol铆ticas de Occidente fueron las que hicieron un reparto de la tierra independientemente de qui茅n morara en ellas. Este conflicto no s贸lo no ha sido solucionado sino que ha escalado hasta la barbarie. No voy a entrar en lo pol茅mico de estas decisiones dada la extrema complejidad que entra帽a, pero s铆 me interesa se帽alar c贸mo muchos de los conflictos actuales est谩n directamente relacionados con la l贸gica colonial y con los problemas derivados de la forma en que las naciones occidentales se han desentendido de ellos. El desentendido no es aquel que no entiende, sino aquel que finge no saber lo que sucede, que dice ignorar su implicaci贸n con algo o deja de ocuparse de aquello que de alguna forma es cosa suya. Si entender requiere un dirigirse hacia dentro de algo para poder comprenderlo, como indica su ra铆z latina intendere, el desentender supone el movimiento contrario, el de alejarse, pero dada su implicaci贸n en el asunto, es un alejarse que al tratar de borrar sus huellas hace m谩s dif铆cil comprender los or铆genes del conflicto, sus l贸gicas y, por tanto, acertar en el an谩lisis para plantear soluciones.
Habr铆a que recordar a la luz de esta perspectiva aquello que dijera tambi茅n C茅saire: «Una civilizaci贸n que se muestra incapaz de resolver los problemas que su funcionamiento suscita es una civilizaci贸n decadente. Una civilizaci贸n que decide cerrar los ojos a sus problemas cruciales es una civilizaci贸n enferma. Una civilizaci贸n que escamotea sus principios es una civilizaci贸n moribunda». Quiz谩 por ello, aunque suponga un fuerte ejercicio de autocr铆tica, sea preciso comenzar a entender c贸mo en Occidente tenemos cerca, espacial y temporalmente, el da帽o que afecta a «los condenados de la tierra», por recordar un t铆tulo de Fanon, pero no para mortificarse, sino para comenzar a dar respuesta ante lo que sucede teniendo claros los factores que intervienen y dejar de apoyar, justificar o mirar hacia otro lado ante las acciones ejecutadas por aquellas naciones que siguen funcionando con el poder colonial que siempre ha conducido al dolor, al sufrimiento y a la muerte.
Esta es la tragedia del siglo XXI: la consolidaci贸n e interiorizaci贸n silenciosa de una estructura de corte fascista donde afirmar la existencia pasa por negar los derechos del otro y destruirlo. No se olvide que, como indic贸 Hannah Arendt, colonialismo, imperialismo y fascismo van de la mano.
Fuente: https://www.lamarea.com/2025/12/25/la-cuestion-colonial/
Navidad Este es el 煤nico pa铆s de Latinoam茅rica que no celebra oficialmente la Navidad: ¿褋u谩l es la raz贸n?
En su lugar, las autoridades han establecido un feriado no laborable conocido como el D铆a de la Familia.
Aunque la mayor铆a de la sociedad uruguaya celebra la Navidad el 25 de diciembre, al igual que en muchos otros pa铆ses cat贸licos, Uruguay es la 煤nica naci贸n de Latinoam茅rica donde esta festividad no est谩 oficialmente reconocida por el Estado.
En su lugar, las autoridades han establecido un feriado no laborable conocido como el D铆a de la Familia. Esta peculiaridad se explica por el laicismo promovido por los gobiernos de este pa铆s sudamericano, cuyas pol铆ticas se consolidaron a principios del siglo XX al profundizar la separaci贸n entre la Iglesia y el Estado.
As铆, en 1919 se redefinieron los feriados nacionales y se eliminaron las denominaciones religiosas del calendario oficial. A partir de entonces, la Navidad pas贸 a ser denominada como D铆a de la Familia y dej贸 de celebrarse oficialmente.
Y no es la 煤nica celebraci贸n religiosa reconocida que ha sufrido cambios. Por ejemplo, el 6 de enero, conocido popularmente como el D铆a de los Reyes Magos, se denomina en Uruguay D铆a de los Ni帽os. Adem谩s, la Semana Santa se conoce como Semana del Turismo, y la celebraci贸n del D铆a de la Virgen, el 8 de diciembre, ha sido declarada como el D铆a de las Playas. Fuentes de la RT
El bloqueo petrolero de Washington inicia una ofensiva contra Venezuela y Am茅rica Latina
Este bloqueo se suma a una serie de ataques estadounidenses contra embarcaciones en la regi贸n, oficialmente realizados en nombre de la “guerra contra las drogas” (war on drugs). Sin embargo, seg煤n la jefa de gabinete de Trump, forma parte de la campa帽a para derrocar a Maduro. Ella declar贸 que Trump “quiere seguir bombardeando barcos hasta que Maduro se rinda”. Ya han muerto casi cien personas como resultado de estas acciones.
Escenario conocido
Para justificar esta agresi贸n b茅lica la Casa Blanca recurre a un guion familiar. Trump firm贸 un decreto que calificaba el fentanilo de “arma de destrucci贸n masiva” y afirma que los “enemigos de Estados Unidos lo usan para matar estadounidenses”, a pesar de que esta sustancia no proviene de Venezuela. Al igual que en 2003 con la invasi贸n de Irak, un supuesto riesgo de seguridad se infla hasta convertirlo en una amenaza existencial.
En Irak no hab铆a armas de destrucci贸n masiva, pero la invasi贸n trajo d茅cadas de caos e inestabilidad. El secretario de Estado, Marco Rubio, advirti贸 tambi茅n que Ir谩n y Hezbollah “han plantado su bandera” en Venezuela, de la misma manera que en su d铆a se inventaron relatos que vinculaban a Al Qaeda con Saddam Hussein.
Otros pol铆ticos repiten consignas ya conocidas: Maduro representar铆a ahora “una amenaza existencial”, la guerra ser铆a “un trabajo f谩cil” y la intervenci贸n deber铆a “transformar” la regi贸n con “libertad y democracia”, present谩ndola como un nuevo “faro de esperanza”.
Los paralelismos con 2003 son innegables: de nuevo se criminaliza a un enemigo, se exagera una amenaza y se vende la guerra como una operaci贸n r谩pida y liberadora. Solo han cambiado los nombres y el mapa; el guion sigue siendo el mismo.
Motivos
La fijaci贸n de Washington con Venezuela no es dif铆cil de entender. A ojos de la Casa Blanca, el pa铆s comete tres ‘pecados’ cardinales: posee las mayores reservas de petr贸leo del mundo sobre las que Estados Unidos no tiene control, ejerce una pol铆tica exterior soberana con aliados como China, Rusia e Ir谩n, y utiliza sus riquezas para financiar programas sociales.
Desde la elecci贸n de Hugo Ch谩vez en 1998 Estados Unidos ha intentado imponer un cambio de r茅gimen mediante sanciones, intentos de golpe de Estado, presi贸n diplom谩tica y operaciones secretas.
Pero Venezuela es solo la primera pieza del domin贸. Cuba, Nicaragua, M茅xico, Brasil y Colombia son blanco de sanciones, amenazas comerciales, manipulaci贸n de elecciones y protestas orquestadas.
Esto se enmarca en la llamada “Doctrina Donroe”.i Marshall Billingslea, excolaborador tanto de Bush como de Trump, afirma que el objetivo final es toda la izquierda latinoamericana, “desde Cuba hasta Brasil, M茅xico y Nicaragua”.
La exjefa del Comando Sur, la general Laura Richardson, admiti贸 recientemente de forma abierta de qu茅 se trata realmente: el control de la enorme riqueza de recursos de Am茅rica Latina – petr贸leo, litio, oro y tierras raras – como fundamento del poder militar y tecnol贸gico occidental, con las reservas de petr贸leo de Venezuela como trofeo principal.
Estados Unidos necesita estos recursos para cortar su dependencia de China y prepararse para un futuro conflicto con el gigante asi谩tico.
Consecuencias dram谩ticas.
Las consecuencias de este bloqueo son dram谩ticas para Venezuela. El petr贸leo es la arteria financiera vital del pa铆s, ya que representa al menos el 95 % de todos los ingresos en divisas.
Las recientes sanciones de Estados Unidos, incluida la confiscaci贸n de un petrolero, dificultar谩n a煤n m谩s la venta de crudo en el extranjero. Se estima que hasta el 30 % de las exportaciones entra en zona de riesgo, dado que navieras y compradores se retiran por temor a las represalias de Washington.
Adem谩s, la producci贸n petrolera venezolana es hoy m谩s de un 70 % inferior a la de finales de los noventa, lo que sit煤a al pa铆s alrededor del puesto 21 a nivel mundial. Las sanciones tambi茅n ahuyentan a los aliados: incluso Rusia y China se lo pensar谩n dos veces antes de volver a invertir en el sector petrolero venezolano.
Hasta el 80 % de los ingresos del Estado corre el riesgo de desaparecer, lo que provocar铆a escasez de alimentos, transporte y bienes b谩sicos, y generar铆a como consecuencia una migraci贸n masiva.
Reacciones
El gobierno de Venezuela condena el bloqueo calific谩ndolo de “grotesca amenaza” y “pirater铆a internacional”. Desde que comenz贸 la amenaza de guerra, el presidente Maduro ha reaccionado con ejercicios de defensa nacional, pero al mismo tiempo ha hecho llamamientos al di谩logo. En distintas partes del pa铆s, milicias ciudadanas, polic铆a y ej茅rcito realizan maniobras para proteger la infraestructura.
A pesar de los buques de guerra y las sanciones, la vida cotidiana en Venezuela transcurre en gran medida con normalidad. En los barrios populares, la gente se organiza en consejos comunales. Seg煤n Anais M谩rquez, “tanto Ch谩vez como ahora Maduro se apoyan en un pueblo organizado y movilizado”. Una encuesta de finales de septiembre otorga a Maduro un 65 % de apoyo.
El historiador Miguel Tinker Salas subraya que “los venezolanos est谩n decididos a oponerse a una intervenci贸n de Estados Unidos” y que incluso los opositores a Maduro “no se quedar谩n de brazos cruzados permitiendo que se desmantelen sus derechos”.
En Am茅rica Latina, diversos movimientos sociales preparan, inspirados en la Guerra Civil Espa帽ola, brigadas internacionalistas para ayudar a defender a Venezuela contra la agresi贸n estadounidense.
Dentro de Estados Unidos existe una fuerte resistencia tanto a una intervenci贸n militar como al bloqueo petrolero, debido a que los riesgos son gigantescos y los beneficios inciertos. El 70 % de la poblaci贸n se opone a una intervenci贸n militar.
Los ciudadanos estadounidenses est谩n agotados de la guerra tras Irak y Afganist谩n, y no consideran a Venezuela una amenaza directa. Incluso sectores republicanos creen que el presidente no puede iniciar un nuevo conflicto sin la luz verde del Congreso.
¿Y Europa?
Cualquier otro pa铆s que decretara un bloqueo petrolero ilegal y cometiera cr铆menes de guerra recibir铆a una firme condena y probables sanciones por parte de la UE.
En la declaraci贸n conjunta de la cumbre del 9 de noviembre entre la UE y los pa铆ses de Am茅rica Latina y el Caribe se afirmaba: “Reiteramos nuestra oposici贸n a la amenaza o al uso de la fuerza y a cualquier acci贸n que no sea conforme con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas.”
Sin embargo, estas palabras suenan vac铆as, ya que actualmente no hay rastro de dicha “oposici贸n”. Ni la presidenta de la Comisi贸n, Ursula von der Leyen, ni la Alta Representante para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, han condenado el bloqueo ni los actos de guerra de Estados Unidos.
Alemania no fue m谩s all谩 de expresar su “preocupaci贸n”. Berl铆n advierte que la medida puede poner en peligro la estabilidad regional y pide evitar pasos que aviven las tensiones. Pura ret贸rica.
Los dirigentes europeos repiten 煤ltimamente al un铆sono que quieren actuar de manera independiente de Washington y seguir una l铆nea propia. Pero a la hora de la verdad, recaen una y otra vez en la misma y obstinada sumisi贸n.
La agresi贸n contra Venezuela no es un incidente aislado, sino un precedente peligroso que puede arrastrar a todo el continente latinoamericano a una espiral de chantaje econ贸mico, guerra y caos. Quien hoy guarda silencio sobre el bloqueo de Caracas, legitima ma帽ana nuevos ataques contra La Habana, Managua, Bogot谩 o Ciudad de M茅xico.
Es urgente que las fuerzas progresistas de todo el mundo – sindicatos, movimientos sociales, partidos e intelectuales – se organicen en un frente amplio contra esta l贸gica imperialista de guerra.
La resistencia contra el bloqueo a Venezuela es m谩s que solidaridad con un solo pa铆s. Es una lucha por la paz, la soberan铆a y la justicia social en toda Am茅rica Latina y el mundo.
Nota:
i La “Doctrina Donroe” es un nuevo apodo para la actual pol铆tica exterior de Trump en las Am茅ricas, un juego de palabras entre la Doctrina Monroe y “Don” (Donald Trump).
Esta doctrina considera a toda Am茅rica (del Norte y del Sur) una esfera de influencia exclusiva de Estados Unidos. Justifica el uso de medios coercitivos —intervenciones militares, despliegue de buques de guerra en el Caribe, sanciones y presi贸n econ贸mica— para frenar la migraci贸n, el narcotr谩fico y, sobre todo, la influencia de China y Rusia en la regi贸n.
A diferencia de la Doctrina Monroe original (1823), que esencialmente advert铆a a Europa que se mantuviera fuera del hemisferio occidental, la Doctrina Donroe va mucho m谩s lejos al tratar a la regi贸n como una especie de frente interno estadounidense ampliado.
Marc Vandepitte es miembro de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH)
Fuente: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2025/12/17/irak-scenario-20-olieblokkade-van-washington-opent-aanval-op-venezuela-en-latijns-amerika
Rebeli贸n ha publicado este art铆culo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Lula sobre tensi贸n en el Caribe: Nadie dice concretamente por qu茅 Trump hace esa guerra
El presidente de Brasil, Luiz In谩cio Lula da Silva, manifest贸 este jueves que "nadie" dice en concreto por qu茅 su par estadounidense, Donald Trump, tiene una actitud hostil en contra del Gobierno venezolano, en el contexto de las agresiones militares estadounidenses en el Caribe.
El mandatario brasile帽o asever贸 que se comunic贸 con su hom贸logo venezolano, Nicol谩s Maduro, y con Trump para saber m谩s sobre la cuesti贸n de Venezuela.
SOCIEDADPocos saben que los dulces “Los Nietitos” y la marca “Nix” ahora son de multinacionales
La presencia de capitales extranjeros en Uruguay contin煤a en aumento y alcanza a sectores estrat茅gicos como la industria alimentaria, la construcci贸n, el agro y las bebidas. Aunque muchas marcas mantienen su nombre y su identidad local, ya no pertenecen a empresarios uruguayos. Seg煤n estimaciones difundidas en distintos estudios p煤blicos, entre el 35% y el 40% del territorio productivo del pa铆s est谩 en manos extranjeras, una tendencia que tambi茅n se replica en empresas emblem谩ticas.
EEUU. La Doctrina Monroe acecha el Caribe
El Partido por la Victoria del Pueblo declara su m谩s absoluto repudio a la escalada militar del presidente Donald Trump contra la Rep煤blica Bolivariana de Venezuela.(m谩s…)
Avanza la identificaci贸n del horror en La Perla
Luego de la recolecci贸n de una importante cantidad de restos 贸seos humanos empieza el trabajo de clasificaci贸n, identificaci贸n y cotejo con las muestras existentes. Son huesos mezclados y no esqueletos completos ya que, como dijeron testigos, los cuerpos fueron removidos y trasladados luego de ser enterrados. SEGUIR LEYENDO AC脕
Los despidos y la venta de M24 El bot贸n de muestra
Victor H. Abelando
28 noviembre, 2025- semanario Brecha
El llamativo silencio institucional y de referentes frenteamplistas que sucedi贸 al despido masivo e intempestivo de todos los trabajadores de M24, la radio de FM propiedad del Movimiento de Participaci贸n Popular (MPP), se pretendi贸 sustituir, a las pocas horas, por la idea de que dicha emisora no pertenec铆a al sector mayoritario del Frente Amplio (FA). En las redes sociales, varias focas, trols y bots lanzaron la informaci贸n de que el MPP solo alquilaba la radio y, por tanto, no era responsable de la venta al grupo El Observador ni de los despidos. Pero la deformaci贸n informativa dur贸 poco, no solo porque varios de sus experiodistas desnudaron la identidad de los propietarios, sino porque, adem谩s, una simple b煤squeda de documentos permiti贸 conocer una resoluci贸n del 6 de mayo de 2024 por la cual Bonimar SA (propietaria de la emisora) transfer铆a el 100 por ciento de sus acciones a la dirigente del MPP Andrea Martini Guigou. El texto, firmado por Beatriz Argim贸n, en ejercicio interino de la presidencia, y por la entonces ministra de Industria, Elisa Facio, dice: «Apru茅base la transferencia parcial de la titularidad de la frecuencia 97.9 MHz, Canal 250, de la ciudad de Montevideo, departamento de Montevideo, cuyo titular es Bonimar SA, a favor de la Sra. Andrea Mirela Martini Guigou. Establ茅cese que la empresa Bonimar SA quedar谩 integrada por la Sra. Andrea Mirela Martini Guigou con el 100 por ciento del capital accionario».
El control del sector tambi茅n qued贸 claro respecto a las emisoras de Colonia (FM 102.5) y Maldonado (FM 90.9). Un senador del MPP, Nicol谩s Viera, posee el 67 por ciento de la primera (B煤squeda, 27-XI-25), mientras que la segunda est谩 en manos de Martini en un 99 por ciento.
* * *
Tras un fin de semana de silencio del oficialismo, el lunes en la reuni贸n del secretariado del FA el delegado emepepista Heber Bousses justific贸 la venta y los despidos por permanentes p茅rdidas econ贸micas. Veinticuatro horas despu茅s, empezaron a hacerse o铆r manifestaciones individuales de dirigentes frenteamplistas en solidaridad con los extrabajadores de M24. Lo hizo el presidente del FA, Fernando Pereira, la senadora Liliam Kechichian, el diputado del MPP Gabriel Otero. En la 煤ltima transmisi贸n de la programaci贸n del lunes 24, manifestaron su solidaridad el ministro de Trabajo, Juan Castillo y el exsenador por el MPP Ernesto Agazzi.
Tambi茅n hubo pronunciamientos institucionales del PIT-CNT y de la Asociaci贸n de la Prensa Uruguaya que denunciaban la arbitrariedad de los despidos.
* * *
Por otro lado, circula la versi贸n de que no todos los dirigentes del MPP estaban en conocimiento de la medida tomada. En tal sentido, el senador Sebasti谩n Sabini tom贸 distancia de la decisi贸n en una rueda de prensa. Consultado sobre los despidos y la venta de la radio, respondi贸: «Creo que deber铆an hablar con los due帽os de la radio, que son los representantes legales […]. Obviamente es una situaci贸n triste y dura que muchos trabajadores queden sin trabajo; mi solidaridad con ellos, pero que hablen con quienes representan a la radio». Y ante la pregunta de la relaci贸n de su sector con la emisora dijo: «Hablen con los responsables de la radio».
El evidente malestar del legislador abona la tesis de que los ceses y la venta a un grupo sost茅n del presidente libertario argentino Javier Milei fue tomada en el seno del c铆rculo 谩ulico del presidente Yamandu Orsi y que varios de sus hombres de confianza negociaron la venta con el excanciller argentino Gerardo Werthein, uno de los principales propietarios del grupo due帽o de El Observador.
* * *
Ninguno de los saludos en solidaridad con los trabajadores de referentes frenteamplistas ubica responsabilidad en los propietarios de la radio. M谩s bien se parecen a un QEPD. Son dichos que no pueden diferenciarse de manifestaciones frente a un desastre natural o a una epidemia como la del covid, en los que la responsabilidad queda licuada en lo imprevisto. Pero, a la vista de que el empleador arbitrario es el sector mayoritario del FA, entre las figuras del FA –salvo saludos a los «pobres empleados» que quedan sin trabajo en la peor 茅poca del a帽o– no hubo se帽alamientos claros y condenatorios del evidente desprecio por la suerte de los trabajadores. Todo parece justificarse en una ecuaci贸n econ贸mica y en las p茅rdidas que para el MPP significaba mantener un medio alternativo a los hegem贸nicos.
La interrogante es si la propiedad de una emisora o de cualquier otro medio, m谩s all谩 de su papel en el debate cultural, tiene como factor determinante la ganancia econ贸mica. La izquierda (no hablo del progresismo) ha tenido a lo largo de la historia y con suerte variada distintas empresas period铆sticas o radiales. Y siempre se justificaron en la necesidad de dar la batalla contra el pensamiento hegem贸nico de las derechas. No parece que El Popular y Radio Centenario sean fuentes de ingreso superavitarias para las organizaciones pol铆ticas que las sostienen. Tampoco puede inferirse que medios alternativos como este semanario, Caras y Caretas o La Diaria sean mecanismos de enriquecimiento para propietarios.
La venta de M24 no es un rayo en un cielo sereno. Es un s铆ntoma m谩s del devenir del progresismo uruguayo. Aqu铆 vale una aclaraci贸n: en el FA existen sectores de izquierda que conviven con agrupamientos que han abandonado el pensamiento cuestionador del modelo econ贸mico, social y pol铆tico, para transcurrir por una l贸gica de medidas paliativas, que le den un rostro humano al capitalismo.
No puede entenderse el paso dado por el MPP sin constatar el abandono de la batalla ideol贸gica y cultural de la que hacen gala los gobernantes progresistas, capaces de buscar empat铆a con lo m谩s reaccionario de la poblaci贸n, destacando, como hizo Orsi esta semana en los desayunos de B煤squeda, el modelo de Nayib Bukele para combatir la inseguridad. El presidente rectific贸 al otro d铆a sus palabras (despu茅s de que, como dijo una colega, el secretario de la Presidencia, Alejandro S谩nchez, le editara las declaraciones) y descart贸 –no se sabe por cu谩nto– ese modelo para Uruguay.
Lo parad贸jico de todo esto es que quienes hablan de batalla cultural son los integrantes de la ultraderecha, que incluso no dejan de invocar a Antonio Gramsci. Mientras tanto, el progresismo pelea por no irritar al poder y limar antiguas pujas transgresoras.
Nueva versi贸n de la venta de M24
Mario Paez
ANA JUDITH CALACHI ERA LA DUE脩A DE M24. 馃憞
Para los que dicen que el MPP vendi贸 la radio M24, bueno, no.
La radio la arrendaba, no era de su propiedad.
De hecho, el MPP planteo al FA su compra y algunos sectores se negaron:
"En reiteradas oportunidades el MPP plante贸 a nivel de la Mesa Pol铆tica del Frente Amplio la necesidad de contar con un medio de prensa para difundir las actividades y puntos de vista sobre la realidad nacional.
Sin embargo, nada de esto se concret贸 por la negativa de otros
sectores de la coalici贸n que no ve铆an esto como una prioridad.".
Habr铆a que averiguar cuales fueron los sectores que se negaron.
Por otro lado, la radio pertenec铆a a un empresario floridense que falleci贸
en febrero de este a帽o.
En un grupo de whatsap que integro, puso una persona que conozco superbien y que no es af铆nal MPP: "El due帽o de M24 era Luis Calachi, un magnate floridense due帽o tambi茅n de otras radioemisoras y empresas.
En el 2016 le arrend贸 M24 al MPP ( por amistad, compromisos, o lo que
sea con Mujica)
Falleci贸 este a帽o por lo que su hija Ana Judith Calachi decidi贸 vender la
radio a El Observador
( seg煤n se lee por ahi su hija lejos est谩 de tener idelog铆as hacia la izquierda)
En fin solo para aclarar un poco las cosas...el MPP no fue el vendedor, fue
Ana Judith Calachi que a su vez gener贸 con la venta el despido de todo el personal de M24.
El MPP como arrendatario tuvo que despedir a sus trabajadores porque el nuevo perfil de la radio va a estar en las ant铆podas de lo que hasta ahora fue
( La libertad avanza es parte interesada) por lo que era imposible que el personal se mantuviera.
Pero en esto de tratar de ser justa ( muy lejos estoy de ser del MPP) no me parece trasmitir informaci贸n errada, (igualmente puedo equivocarme)
Pero quien era due帽a de M24 era Ana Judith Calachi, ella integraba una S.A. con Sara Blechman, Bonimar S.A. de las que eran due帽as de M24.
Ellas vendieron, no el MPP quien por cambio abrupto de orientaci贸n pol铆tica
de la radio luego de su venta, tuvo que despedir a todo el personal y porque seguro los nuevos due帽os no los iban a absorber".
Dicho todo esto, primero, no es responsabilidad del MPP lo que pas贸 con
la radio.
Segundo, ¿alg煤n d铆a la izquierda pensar谩 seriamente el tener un medio de comunicaci贸n radial y de televisi贸n?
Golpe a la comunicaci贸n y silencios inc贸modos
Solidaridad con los trabajadores despedidos
La venta de M24 y el despido masivo de sus trabajadores no es un hecho aislado ni meramente empresarial.
Es parte de un proceso m谩s grande: la disputa por el control de la comunicaci贸n en Uruguay, la precarizaci贸n de los trabajadores de prensa y el avance de grupos econ贸micos —muchos de ellos extranjeros—
La narrativa oficial intenta vender la idea de que esto es “solo una operaci贸n comercial”, pero cualquiera que conozca un poco el mapa medi谩tico sabe que:
M24 era un espacio inc贸modo para el poder econ贸mico.
Ten铆a una identidad pol铆tica marcada, con voces cr铆ticas y an谩lisis profundos.
Representaba un basti贸n hist贸rico del progresismo, especialmente del MPP.
Era una de las pocas radios que no hablaba desde el centro neoliberal recauchutado.
Desmantelar de un solo golpe a toda su plantilla, sin transici贸n, sin respeto por los v铆nculos y sin transparencia, es una maniobra cl谩sica para vaciar de contenido un medio y rearmarlo a gusto del comprador.
El objetivo es claro:
馃憠 neutralizar las voces cr铆ticas
En Uruguay se est谩 viviendo un proceso silencioso pero profundo:
Concentraci贸n medi谩tica en pocas manos.
Extranjerizaci贸n del espectro.
Desplazamiento de periodistas cr铆ticos.
Precarizaci贸n laboral para neutralizar la independencia.
Avance de formatos blandos y “despolitizados” para reemplazar la opini贸n y el an谩lisis.
La comunicaci贸n se est谩 transformando en un campo donde:
El negocio manda
La l铆nea editorial se compra
La pluralidad es un costo
Y las voces cr铆ticas son un riesgo para los intereses empresariales
El que no se adapta al guion del mercado, no sobrevive.
La derecha ya sabemos c贸mo act煤a y como se maneja en los medios
La postura del Frente Amplio ha sido, en el mejor de los casos, t铆mida, y en el peor, inexistente ,la reacci贸n fue lenta, desordenada.
Dicen qu茅 M24 siempre fue un tema inc贸modo dentro del FA:
Se ve铆a a M24 como un “medio del MPP” y no como un proyecto de izquierda m谩s amplio.
Otros sectores del FA nunca apoyaron realmente la construcci贸n de medios propios fuertes.
Hay una tendencia hist贸rica del FA a subestimar la batalla comunicacional.
La derecha entiende hace d茅cadas que sin medios no hay poder.
Por eso compra, concentra, ordena y reorganiza el discurso p煤blico.
El FA, en cambio, llega tarde,responde desordenado,no tiene estrategia comunicacional s贸lida,no defiende sus propios espacios cuando est谩n bajo ataque.
Y sigue creyendo que con “argumentos” alcanza, cuando en realidad esta es una disputa de poder, no de raz贸n.
M24 era una herramienta:
para contrarrestar el blindaje medi谩tico,
para amplificar voces sociales,
para discutir modelos de pa铆s,
para romper el cerco informativo.
Y hoy, ante su ca铆da, la reacci贸n institucional del FA no estuvo a la altura del da帽o producido. Lo que se viene: silencio, concentraci贸n y un retroceso para la democracia informativa
Si no se enfrenta esto pol铆ticamente:
Avanzar谩 la concentraci贸n medi谩tica.
Se achicar谩 el campo progresista en radio abierta.
Los trabajadores de prensa seguir谩n siendo la variable de ajuste.
Y la derecha seguir谩 imponiendo el sentido com煤n desde sus espacios comunicacionales blindados.
M24 No es solo una radio.
Es un s铆mbolo.
Es una advertencia.
Es un test para saber si la izquierda entiende o no la batalla comunicacional del siglo XXI.
La venta y vaciamiento de M24 es un golpe directo a la pluralidad.
La comunicaci贸n no es un lujo: es un campo de disputa pol铆tica.
Y el Frente Amplio, si pretende ser alternativa real de poder, tiene que dejar la tibieza y asumir que sin medios propios, fuertes y cr铆ticos, la batalla cultural la gana siempre el que controla el discurso.
La derecha lo sabe.
La izquierda todav铆a no act煤a en consecuencia
Toda la solidaridad con los trabajodres despedidos.
Ana Ant煤nez








