Tu iris por seis dólares: la oferta de una empresa en barrios pobres de Paraguay


 Una compañía hasta ahora no identificada está usando grupos de Facebook* para ofrecer el servicio de "escaneo de ojo" (iris) a personas que residen en barrios pobres de la ciudad paraguaya de Encarnación, a cambio de un monto exiguo en moneda local equivalente a entre seis y 18 dólares estadounidenses, según consta en una denuncia presentada por autoridades de la urbe, reportan medios locales.

La técnica empleada para capturar imágenes de alta resolución del iris permite obtener un dato biométrico único e intransferible, tanto como puede serlo una huella dactilar. Así, el concejal Andrés Morel, advirtió que se trata de una información que podría ser empleada con fines deshonestos.

"No hay un humano que tenga un iris similar [a otro]. Si en celulares y bancos se usa reconocimiento facial, un escaneo de ojos nos da una identidad única que puede ser usada para otros fines", alertó.
Investigación en curso   

El espíritu del nazismo aún se cierne sobre la humanidad





Con este artículo el autor quiere expresar su indignación por las atrocidades cometidas por el régimen sionista contra el pueblo palestino, afirmando que el nazismo no ha sido derrotado, sigue actuando en el régimen sionista.


¡El nazismo no ha terminado! ¡El nazismo no fue extirpado con la derrota sufrida por la Alemania hitleriana en 1945! ¡El nazismo y sus abominaciones están hoy más vigentes y en plena actividad que nunca!

A pesar de que los crímenes atroces cometidos a gran escala por los nazis alemanes en la primera mitad del siglo pasado suelen ser considerados como los más tenebrosos y perversos que el ser humano ha sido capaz de cometer, estamos obligados a reconocer que hay un sinnúmero de otros casos a lo largo de la historia que nada tienen que envidiar en términos de crueldad y perversidad a las prácticas malignas consumadas por los partidarios de Adolf Hitler.

Probablemente, la gran motivación para que las atrocidades hitlerianas sean calificadas como la cumbre de la perversidad humana es que, por primera vez, entre las víctimas que fueron blanco de la furia de sus perpetradores, había un contingente considerable de personas con las mismas características étnicas que quienes, sin duda, han sido los principales ejecutores de la mayoría de los genocidios conocidos en los últimos siete siglos.

Desde que las clases dominantes europeas se lanzaron en sus aventuras colonialistas, los pueblos del mundo han estado sufriendo las agresiones mortales desatadas por invasores provenientes de Europa. Esto ha ocurrido en todos los demás continentes de nuestro planeta: África, América, Asia y Oceanía. Civilizaciones enteras han sido simplemente diezmadas, todo para satisfacer la gula de acumulación de riquezas de las clases dominantes del llamado Occidente.

Aquí en América, la inmensa mayoría de los pueblos aborígenes fueron masacrados y sus tierras ocupadas en el proceso de colonización y despojo de sus riquezas naturales. África fue fuertemente atacada y buena parte de sus habitantes fueron secuestrados y llevados a otros continentes para que sirvieran como mano de obra esclava con el fin de producir ganancias para los amos europeos. En Asia y Oceanía las fuerzas invasoras europeas también cometieron atrocidades y exterminios de la misma magnitud con igual propósito.

Por lo tanto, el nazismo de Hitler no resultó ser muy diferente de la práctica habitual de exterminio de otros pueblos que ya se había llevado a cabo durante mucho tiempo. La gran diferencia es que, por primera vez, esta saña exterminadora también se desató contra una vasta comunidad de pura estirpe europea, y no sólo contra pueblos de fuera del mundo occidental.

Como es bien sabido por quienes estudiamos seriamente la evolución histórica, los judíos que estaban presentes en gran número en Europa hasta principios del siglo pasado no tenían nada que ver étnicamente con los antiguos pueblos hebreos que habitaban la región de Palestina en la Antigüedad, a no ser lazos de ascendencia religiosa. Por lo tanto, cuando los detalles sobre la horrenda masacre orquestada contra los judíos europeos por los nazis se hicieron públicos, más que justamente, los efectos de la repulsión y la condena vinieron a flote de manera generalizada.

Además, una parte muy significativa de esos judíos formaban parte de las clases trabajadoras, participando activamente en las luchas por superar las estructuras del capitalismo de la época. Tanto es así que muchos de los líderes del movimiento socialista de entonces provenían de comunidades judías.

Pero, con el pretexto de compensar a los judíos por los crímenes que habían cometido contra ellos en Europa, las clases dominantes europeas decidieron apoyar las pretensiones de los líderes sionistas de crear un Estado que pudiera acoger a esa población que por mucho tiempo había sido víctima de feroz persecución allí. Sin embargo, a ninguno de los representantes de estas clases dominantes se les ocurrió ofrecerles ninguna porción del territorio de Alemania, ni de Francia, ni de Austria, ni de Holanda, ni de ningún otro país europeo. ¡No, para nada! Se les animó a crear su Estado en Palestina.

Como también deben saberlo todos, el pueblo palestino nunca ha cometido ninguna atrocidad contra los judíos, ni en Palestina ni en ninguna otra región. Pero fueron ellos los elegidos para saldar la deuda moral que las clases dominantes europeas tenían con los sobrevivientes de las masacres y los intentos de exterminio que ellos mismos habían llevado a cabo. Cínicamente, pretendían matar dos pájaros de un solo tiro: al mismo tiempo que se liberaban del peso de la conciencia por los crímenes que habían cometido contra los judíos, sacaban de Europa a un grupo de supervivientes que podrían causarles problemas en el futuro.

Así, bajo la iniciativa y el mando del movimiento sionista europeo, se alentó al los judíos que restaban en Europa y a los de otras comunidades de otros lugares a trasladarse a Palestina para erigir allí su propio Estado. Por supuesto, el hecho de que esas tierras ya estuvieran habitadas por milenios por el pueblo palestino no significaba nada para los líderes sionistas. Así, aunque casi todos los principales teóricos del sionismo eran personas no religiosas, ellos pasaron a alegar que el derecho a ocupar ese espacio les había sido concedido por Dios. En otras palabras, renombrados ateos habían convertido a Dios en el más confiable agente de bienes raíces (para los intereses de ellos, por supuesto).

Empero, los sionistas que lideraban ese proceso no solo llevaron a Palestina a las personas de ascendencia judía que habían sobrevivido a las perversidades del nazismo en Europa. También trajeron con ellos la esencia misma de la ideología de los responsables del intento de exterminio de las comunidades judías europeas. Para que no haya malentendidos en cuanto a lo que les quiero expresar, los dirigentes sionistas se fueron a Palestina totalmente imbuidos del espíritu del nazismo, ya que, a todos los efectos, el sionismo y el nazismo tienen mucho, o más bien, muchísimo, en común. Aparte de alguna que otra divergencia sobre cuál sería la raza superior destinada a sobreponerse a las demás, en relación con los otros aspectos hay numerosas confluencias entre el sionismo y el nazismo, dos de las ideologías más perniciosas ya creadas por los seres humanos a lo largo de la historia.

Hoy, con el avance del genocidio que está en marcha en Gaza y Cisjordania, los sionistas están dando pruebas suficientes de que no sólo han asimilado bien las lecciones dictadas por los nazis, sino que han sido capaces de perfeccionar todas las técnicas de matar, torturar y exterminar a seres humanos no deseados que los hitlerianos habían desarrollado y promovido en su momento.

No obstante, mucho más eficazmente que sus predecesores nazis, los sionistas de hoy han demostrado tener una capacidad gigantesca para articularse con las clases dominantes de otros países y, lo que es más importante, con sus medios de comunicación. Por lo tanto, a pesar de que las monstruosidades cometidas contra los niños, las mujeres y la población civil indefensa puedan ser vistas casi en tiempo real en todo el mundo, y aunque estén delante de nuestros ojos las escenas de miles y miles de niños sufriendo hambre aguda debido a que los sionistas impiden la entrada de agua y alimentos en Gaza, los medios de comunicación apenas se detienen en estos detalles.

Además, en este momento, con la violenta agresión terrorista desatada por medio de los dispositivos bélicos del Estado sionista de Israel contra Irán, que han redundado en el brutal asesinato de decenas de oficiales iraníes, se evidencia otra faceta del sionismo que lo acerca aún más al nazismo: la presunción de poder imponer todos sus designios a otros pueblos, sin ninguna preocupación por las consecuencias derivadas de sus ataques asesinos, al igual como también actuaban los líderes de la Alemania nazi. Fue bajo similar inspiración que las hordas hitlerianas invadieron, ocuparon y llevaron la muerte y muchas otras desgracias a Francia, Checoslovaquia, Polonia, la Unión Soviética, etc.

En resumen, sin ningún subterfugio, el sionismo y el nazismo son ideologías de la misma orientación. Ambos se basan en el etnocentrismo excluyente, en la falta total de empatía con el sufrimiento de quienes están fuera de su propio grupo. Pero, la crueldad de los sionistas logra ser aún más insana. Sólo seres dotados de un gigantesco sentimiento de perversidad serían capaces de hacerse pasar por víctimas de una persecución prejuiciosa siempre que sus crímenes sean expuestos y denunciados. Tanto es así que es imposible hacerles una justa crítica y condena de sus crímenes sin que inmediatamente nos tilden de antisemitas. ¡Realmente, los hitlerianos no tenían la desfachatez de llegar a tal punto!

Traducido del portugués para Rebelión por el propio autor.

Fuente: https://www.viomundo.com.br/politica/jair-de-souza-o-espirito-do-nazismo-continua-pairando-sobre-a-humanidade.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

El pecado liberal de acumulación con desigualdad


 La dependencia y los desniveles en los términos del intercambio, que surgieron precisamente desde la época de la conquista y la colonización al iniciarse el siglo XVI fueron los factores esenciales para el “subdesarrollo” de América Latina, que continuó durante los siglos XIX y el imperialismo del XX, es decir, luego de las independencias, bajo nuevas “metrópolis”: Inglaterra, primero y Estados Unidos, después.



En el primer tomo de El Capital, publicado por Karl Marx (1818-1883) en 1867, hay un capítulo (el XXIV) titulado “La llamada acumulación originaria” que fue pionero en analizar dos asuntos clave para entender la economía contemporánea: de una parte, la génesis histórica del capital y de otra, el papel que en ello tuvo el colonialismo europeo. Son dos caras de la misma moneda.

Como era usual en varios de sus escritos, Marx comienza por una comparación bíblica y dice: “Esta acumulación originaria viene a desempeñar en economía política el mismo papel que desempeña en teología el pecado original. Al morder la manzana, Adán engendró el pecado y lo transmitió a toda la humanidad”. Y así fue. Marx comienza por distinguir muy bien la “era” del capitalismo frente al sistema capitalista como tal. Afirma: “Aunque los primeros indicios de producción capitalista se presentan ya, esporádicamente, en algunas ciudades del Mediterráneo durante los siglos XIV y XV, la era capitalista sólo data, en realidad, del siglo XVI”; pero el capitalismo definitivamente surge con la primera revolución industrial a mediados del siglo XVIII. Las condiciones de su existencia fueron preparadas por la acumulación originaria que “no es, pues, más que el proceso histórico de disociación entre el productor y los medios de producción. Se la llama “originaria” porque forma la prehistoria del capital y del régimen capitalista de producción”, concluye Marx.

En esa “disociación” los productores directos, los trabajadores de todo tipo, fueron literalmente expropiados de su propiedad y de los frutos de su propio trabajo, para ser convertidos en poseedores de fuerza de trabajo “libre” (en el doble sentido de quedar “libres” de propiedad y “libres” para la venta -salarios- de su fuerza de trabajo), de la cual ya pueden aprovechar los capitalistas contemporáneos para continuar su enriquecimiento. La economía ha olvidado el origen histórico de esa riqueza acumulada, que se ha logrado mediante la esclavitud, la servidumbre, la expulsión a los campesinos de sus tierras, la extorsión o la violencia para saquear recursos y, sin duda, por intermedio de la colonización, de la cual aprovecharon las potencias europeas. Marx resume: “El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria”.

A pesar de su análisis, Marx no llegó a profundizar en los procesos específicamente latinoamericanos, aunque retomó el tema del colonialismo en los tres años finales de su vida. Sin embargo, especialmente desde la década de 1960, América Latina transformó las ciencias sociales por su específico estudio de la región. Aquí surgió la que pasó a denominarse como “teoría de la dependencia”, con múltiples autores de renombre: Enzo Faletto, Theotonio Dos Santos, Ruy Mauro Marini, Celso Furtado, e incluso extranjeros como Andre Gunder Frank y Samir Amin, junto al relevante papel internacional que adquirió la CEPAL y su Secretario Ejecutivo Raúl Prebisch.

Gracias a esas investigaciones se demostró que la dependencia y los desniveles en los términos del intercambio, que surgieron precisamente desde la época de la conquista y la colonización al iniciarse el siglo XVI (destacaron España y Portugal), fueron los factores esenciales para el “subdesarrollo” de América Latina, que continuó durante los siglos XIX y el imperialismo del XX, es decir, luego de las independencias, bajo nuevas “metrópolis” o “centros capitalistas”: Inglaterra, primero y Estados Unidos, después.

Desde luego, las teorías latinoamericanas eran combatidas por “comunistas” o “marxistas”. Pero nunca se pudo afectar ni desmontar la base histórica con la que se sustentaron los análisis económicos.

Un reciente estudio de Gastón Nievas y Thomas Piketty (este último investigador ampliamente reconocido por obras como “El capital en el siglo XXI”), titulado “Unequal Exchange and North-South Relations: Evidence from Global Trade Flows and the World Balance of Payments 1800-2025” (https://t.ly/kS47-) vuelve sobre el tema de las relaciones económicas internacionales; y, sobre el examen de un nuevo e impresionante material estadístico de algo más de dos siglos, llega a conclusiones decisivas: en el siglo XIX las potencias coloniales se enriquecieron a costa de imponer su poder y la extracción de recursos; en el siglo XX la globalización basada en un comercio internacional abierto no impidió sino que acentuó los desequilibrios mundiales en los cuales se perjudicaron los países del Sur global; el neoliberalismo global, que vendió la ilusión por la autocorrección que harían los mercados a los desequilibrios, ha sido un fracaso total y la desigualdad prosiguió. Los autores concluyen que es necesario cambiar el sistema internacional y sus instituciones económicas, para crear nuevas reglas que permitan revertir las desigualdades que incluso han generado tensiones geopolíticas mundiales.

El estudio de Piketty-Nievas revaloriza la “vieja” teoría de la dependencia y los estudios latinoamericanos sobre las relaciones económicas de la región con las potencias saqueadoras y permite reafirmar la perversidad de la “economía libre” para América Latina. Pero también recuerda a Marx, para quien estuvo muy claro que “el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies a la cabeza”.



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BOLIVIA: UN PAÍS ROTO


 

CAPITALISMO Y FELICIDAD

Para el autor las grandes tareas de la izquierda actual pasan por romper en la teoría y en la práctica con las tendencias dominantes. En recuperar los espacios colectivos que se han fracturado y reconstruir una relación sana entre los social y lo individual.


Muchas veces nos venden la ilusión del capitalismo como un sistema de realización de los deseos, donde podemos avanzar en una ilimitada búsqueda de la felicidad. La lógica neoliberal refuerza este discurso, enseñándonos, además, que la búsqueda de la felicidad es siempre e invariablemente una cuestión individual. Los grandes relatos han muerto, sostienen, y con ellos la posibilidad de proyectos colectivos. Queda entonces el refugio de una individualidad hedonista, donde la felicidad se reduce a la satisfacción de necesidades individuales, en la forma y los marcos establecidos por el propio sistema.

El derrumbe del socialismo en Europa del Este reforzó los sentidos de lo que el marxista británico Mark Fisher denomina como “realismo capitalista”. Esto es, básicamente, la concepción de que nos hayamos no en el mejor de los mundos posibles, como sostenía un personaje del «Cándido», de Voltaire, sino en el único mundo posible y debemos aceptarlo. Así nos educan las industrias culturales, las redes sociales, los aparatos ideológicos del moderno estado capitalista, para la normalización de las relaciones de producción imperantes y la invisibilización del sistema. El show es una poderosa herramienta de educación e insensibilización política y, al mismo tiempo, es parte de la construcción de un mundo espectacularizado, donde predominan las apariencias sobre las esencias y donde se impone una violenta idea de la felicidad, asociándola de modo casi invariable al éxito y la belleza.

Como resultado de esto, sobre el individuo presionan por un lado estereotipos sociales prácticamente inalcanzables y, por el otro, se le atribuye la responsabilidad sobre procesos que son claramente sociales. Esto último comprende desde la responsabilidad individual con la crisis climática hasta la responsabilidad con su estabilidad laboral. Esto en un mundo donde la verdadera esencia de los problemas medioambientales reside más en la voracidad empresarial y las descontroladas dinámicas extractivistas que con el descuido individual y donde la precariedad del trabajo, oculta bajo la jerga neoliberal del emprendurismo, el “sé tu propio jefe”, etc., realmente ocultan el hecho de que el capital ha avanzado sobre el mundo del trabajo, destruyendo empleos y precarizando las opciones laborales de buena parte de la humanidad.

No es de extrañar que, en este hostil universo, Mark Fisher apunte que se debe tratar a la depresión como una crisis de salud producto del capitalismo, algo que no resulta para nada descabellado cuando se miran algunos indicadores en las sociedades del capitalismo desarrollado contemporáneo. Baste solo como dato marco, señalar que, según el Instituto Tricontinental en 2024 los dos mil 153 multimillonarios más ricos poseían más riqueza que el 60 por ciento de la población mundial, unos cuatro mil 600 millones de seres humanos. La forzada individualización del problema, se refuerza entonces con esta desigualdad estructural, fomentando sentimientos de exclusión y alienación.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en torno al cinco por ciento de los adultos en el mundo padecen depresión, unos 300 millones de personas, pero este dato cuantifica solo aquellos casos de personas que se han acercado a recibir atención médica especializada o viven en un país donde tienen acceso a este tipo de servicio. La propia OMS proyecta que, para 2030, la depresión será la principal causa de discapacidad social a nivel global.

Viendo algunos números por país, nos encontramos con que en 2020 en España 2,1 millones de personas sufrían algún tipo de cuadro depresivo, con 230 mil casos graves. En Portugal un 9,8 por ciento de la población ha sido diagnosticada con depresión y en Alemania un 9,2 por ciento de la población. La Unión Europea en general, para 2019, registraba un 7,2 por ciento de la población adulta, unos 30 millones de personas, con síntomas depresivos de diversa intensidad. Las mujeres con más incidencia de esta condición que los hombres.

En Chile, el laboratorio del neoliberalismo durante la dictadura pinochetista, según datos de 2017, unas 844 mil personas mayores de 15 años tenían un diagnóstico de depresión, con una tasa de suicidio de 11 por cada 100 mil habitantes. De hecho, durante el estallido social de 2019 en Chile, una de las consignas sostenidas por los manifestantes fue “No era depresión, era capitalismo”, en clara referencia a la relación entre enfermedad mental y el sistema hegemónico.

En Canadá, para 2021, el 15,2 por ciento de los adultos, unos 4,7 millones de personas, reportaron síntomas depresivos. Entre los jóvenes de 15 a 24 años la cifra alcanza el 20 por ciento. En Australia, en el otro extremo del mundo, entre 2020 y 2021 aproximadamente el 17,8 por ciento de los adultos reportaron síntomas de ansiedad y depresión. Entre los indígenas australianos, históricamente explotados y desfavorecidos, estas tasas se elevan hasta un 30 por ciento.

En el propio imperio norteamericano los datos no son menores. En 2021 el 18,8 por ciento de los adultos, unos 47 millones, experimentaron síntomas de depresión en algún momento. Entre los jóvenes de 18 a 25 años la cifra se eleva hasta el 24 por ciento. Tanto estos datos, como algunos de los anteriores, por las fechas que se manejan, pudieran considerarse, en lo fundamental, como indicadores del momento pandémico más que del sistema. Sin embargo, un análisis más cuidadoso, desmonta esta falsa impresión.

En su excelente investigación «Esclavos Unidos. La otra cara del American Dream» (Ciencias Sociales, Cuba, 2022) la periodista de RT Helena Villar documenta voces y datos diversos que dan un panorama completo y complejo de la sociedad Norteamérica actual. En diálogo con una investigadora del Instituto Brookings, esta identifica la pobreza y las presiones económicas de la sociedad norteamericana como una de las principales causas de depresión.

“Hay algo de ser pobre en este país que es super deprimente. Vienes aquí y vas a lugares desfavorecidos, y, por encima de todo, del crimen o de todo aquello que no tienen está lo siguiente:

– la falta de esperanza

– la falta de respeto a sí mismos

– y el distanciamiento del resto de la sociedad.

Para mí, el mayor coste de ser pobre en Estados es el coste psicológico.”

A pesar de que el problema es evidente y está frente a los ojos, lo ocultan una serie de estructuras ideológicas, entre ellas la concepción médica predominante en buena parte de la medicina actual, que trata el problema de la depresión como producto, fundamentalmente, de un desbalance en la química cerebral, desconociendo las implicaciones sociales de este trastorno.

En otras palabras, sumado a las presiones económica y la iniquidad estructural, sumado a la violenta individualización de responsabilidades colectivas, sumado al estridente y constante espectáculo que nos impone modelos de vida y modelos humanos inalcanzables por irreales, sumado a las ilusiones de un sistema que te convence de que cualquiera puede hacerse rico, pero al mismo tiempo destruye empleos y precariza los existentes, los individuos deben lidiar con una cohorte de psiquiatras y sicólogos que atacan las consecuencias del problema, pero son incapaces de llegar a la raíz de sus causas. El resultado es una infelicidad anestesiada, que es la que predomina en muchas de nuestras sociedades contemporáneas.

Las grandes tareas de la izquierda actual pasan, entonces, por romper en la teoría y en la práctica con estas tendencias dominantes. En recuperar los espacios colectivos que se han fracturado y reconstruir una relación sana entre los social y lo individual, al tiempo que se plantea seriamente la superación efectiva del orden de producción y propiedad imperantes. Esto implica pensar y buscar modelos post capitalistas efectivos. No limitarse a ser la conciencia crítica del orden imperante, que al final contribuye a su mejoramiento al apuntar los nudos más álgidos de la contradicción sin hacer absolutamente nada por cortarlos, al mejor estilo alejandrino.

En la tradición marxista y revolucionaria, la respuesta que se ha buscado ha sido siempre colectiva, entendiendo que solo desde el punto de vista de la totalidad social es posible alcanzar una plena conciencia para la transformación del sistema. Y esa totalidad sólo se alcanza en las estructuras colectivas de una clase con potencial revolucionario. Esa clase, todavía hoy, sigue siendo el proletariado.

Desde los soviets hasta los consejos obreros, pasando por los consejos de fábrica turineses y otras muchas y múltiples formas de asociación, la búsqueda de estas alternativas ha sido heroica y en ella se combinan éxitos y fracasos. Marx, influido por los datos concretos aportados por la realidad, encontró en la Comuna de Paris como forma de organización del proletariado urbano y la comuna rural rusa como forma de organización de la producción los posibles modelos para configurar un horizonte comunal que permitiera, en los hechos, superar el orden capitalista con todas sus taras.

En el mundo de hoy, impregnado de realismo capitalista, de fines de la historia y otras fantasías neoliberales, se alza, entre otros proyectos alternativos, la Venezuela Bolivariana, desde cuyo seno se impulsa un gran proyecto comunal. Y si algo he aprendido en numerosas conversaciones con comuneras y comuneros es que la transformación que se vive al interior de las estructuras comunales, el paso de objetos a sujetos de cambio en el marco de un proyecto colectivo y solidario de superación de las relaciones capitalistas, le devuelve al ser humano una felicidad que yacía aletargada. La felicidad de construir su propia emancipación frente a la enajenación depresiva del capitalismo.

José Ernesto Nováez Guerrero. Escritor y periodista cubano. Miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). Coordinador del capítulo cubano de la Red en Defensa de la Humanidad. Rector de la Universidad de las Artes

Fuente: https://centrodescolonizacionvzla.wordpress.com/2025/06/09/capitalismo-y-felicidad/

Netanyahu busca la guerra


Las fuerzas de colonización e invasión de Israel –orwelianamente llamadas Fuerzas de Defensa, por Tel Aviv– atacaron ayer por la noche decenas de objetivos en Teherán y otras localidades iraníes con el pretexto de desmantelar el programa atómico persa al que acusa, sin pruebas, de perseguir objetivos militares. El pasado 5 de junio, Israel bombardeó áreas densamente pobladas de la capital libanesa, mientras ayer mismo en la madrugada invadieron Siria y secuestraron a varias personas, por lo que en apenas una semana las tropas israelíes han agredido a tres naciones soberanas, lo que, sumado a su ocupación permanente de los territorios palestinos, la ampliación de sus anexiones ilegales de tierras de Líbano y Siria y el rapto de un buque de la Flotilla de la Libertad que intentaba llevar ayuda humanitaria urgente a la franja de Gaza, da cuenta de los niveles de violencia alcanzados por Tel Aviv bajo el mando del fascista Benjamin Netanyahu.

En los bombardeos a edificios civiles de Irán fue asesinado, según una agencia de noticias de esa nación, el mayor general Hossein Salami, comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica; el régimen de Tel Aviv afirmó que además asesinó al jefe del ejército iraní, Mohammad Bagheri, así como a otros mandos militares y a científicos nucleares. Se trata de la enésima prueba de que el primer ministro israelí está dispuesto no sólo a exterminar al pueblo palestino, sino a arrastrar al mundo entero a una guerra total si ello es lo que requiere para eludir o al menos postergar los juicios por corrupción que se le siguen en su país y así mantenerse en el poder.

Asimismo, hay una deliberada provocación e incluso un insulto personal en el hecho de que la agresión fue llevada a cabo sólo tres días después de que su principal aliado, cómplice y patrocinador, el presidente estadunidense Donald Trump, le pidiera de forma explícita abstenerse de iniciar una confrontación con Teherán, mientras siguen su curso las negociaciones bilaterales en torno al desarrollo de la tecnología atómica iraní. Con sus actos, Netanyahu ratifica la postura israelí que se ha consolidado en los lustros recientes: Tel Aviv hará lo que quiera, cuando quiera, como quiera y contra quien quiera, dando por sentado que ninguna transgresión hará vacilar el apoyo incondicional de Washington al proyecto sionista.

Por otra parte, aunque Trump ha repetido sus llamados a la contención de Netanyahu desde su regreso a la Casa Blanca en enero pasado, no puede olvidarse que el magnate es el responsable principal de la virulencia israelí y de que hoy por hoy Medio Oriente pase por uno de los momentos más delicados de su convulsa historia. La ultraderecha israelí no tendría excusas para golpear a Irán si, en su primer mandato, Trump se hubiera limitado a respetar el histórico acuerdo alcanzado en 2015 por Washington y Teherán, con China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania como avales.

Ese tratado ya daba a Occidente todas las garantías y mecanismos para supervisar que el programa nuclear iraní siguiera objetivos civiles legítimos a cambio de suavizar las sanciones ilegales que asfixiaban al pueblo de la República Islámica, pero la manía trumpiana por borrar el legado de su antecesor demócrata Barack Obama lo llevó a retirarse unilateralmente y restablecer la política de aniquilación contra Irán. La irresponsabilidad y el cortoplacismo del magnate, junto a la sed de sangre de Netanyahu, amenazan con incendiar la región y llevar a una escalada de ramificaciones inquietantes.

Por último, es necesario remarcar que todos estos episodios de horror sólo son posibles por la permisividad de la comunidad internacional –y en particular de la supuestamente democrática Europa– con Israel, al que se le disculpan, justifican e incluso aplauden crímenes de guerra, asesinatos de funcionarios extranjeros, actos de terrorismo perpetrados en terceros países, violaciones permanentes a los derechos humanos e incluso un genocidio frente a los ojos del mundo.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/06/13/editorial/netanyahu-busca-la-guerra

"Fue una amistad y una relación profunda. Simplemente lo viví y ahora lo vivo en el recuerdo": entrevista con Lucía Topolansky, viuda de José "Pepe" Mujica


¿Cómo han sido estas últimas semanas para usted?

Un aluvión de cosas previsibles.

Hace un año, cuando se detectó la enfermedad, por la edad de Pepe y por el tipo de enfermedad, siempre tuvimos la sospecha de que no se avecinaba un tiempo eterno. Podía ser más, menos, pero…

Entonces fue un año en que uno fue pensando una cantidad de cosas, cerrando cosas. Y ahora empieza otro tiempo.

En ese momento tomamos algunas decisiones, porque no teníamos la posibilidad humana de tocar la melodía en todo el teclado.  SEGUIR LEYENDO ACÁ

“Sociedad automedicada”: los mitos y riesgos sobre salud mental en los jóvenes


 Cinco años después de la pandemia, algunos de sus efectos más profundos siguen presentes. La expansión de la virtualidad, el avance de la inteligencia artificial y una nueva forma de pensar la salud mental marcan el pulso de esta época.

Lo que empezó como una adaptación forzada se convirtió en una forma establecida de habitar el mundo: relaciones mediadas por pantallas, algoritmos que ofrecen respuestas, y la exposición a consideraciones sobre el malestar psíquico, frecuente en redes sociales. SEGUIR LEYENDO ACÁ

«La masacre de los hambrientos»: fueron a por ayuda humanitaria al punto que les dijeron en Gaza y acabaron tiroteados


 Cruz Roja ha confirmado la muerte de al menos 21 palestinos el domingo pasado cerca de un punto de distribución de ayuda. Los supervivientes aseguran que iban a recoger comida y acusan directamente a los soldados israelíes de la matanza. El ejército lo niega.


Más de 30 palestinos murieron el domingo por disparos israelíes cuando se dirigían a recibir alimentos en un punto de distribución de ayuda establecido por una fundación respaldada por Israel en Gaza, según testigos. Un hospital gestionado por la Cruz Roja confirmó que atendió a muchos heridos.

Los testigos dijeron que las fuerzas israelíes habían abierto fuego cuando los palestinos se dirigían al punto de distribución de ayuda en Rafah gestionado por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF).

“Mi hermano fue a recibir ayuda a los puntos de distribución estadounidenses de Rafah cuando empezaron a lloverles las balas”, declaró Yarin Abu al Naja, de 44 años. “Los soldados israelíes habían empezado a disparar contra la gente de allí. Mi hermano fue con dos de sus amigos. Uno de ellos resultó gravemente herido en la cabeza, el otro murió y a mi hermano le dispararon por la espalda”.

“Lo trasladaron al hospital en un carro tirado por un burro; ninguna ambulancia puede llegar a la zona y había docenas de heridos y muertos”, añadió Naja. “Le vimos colocado en el suelo. No había camas disponibles debido al gran número de heridos y muertos que llegaban desde el mismo lugar. Las escenas eran horribles: personas a las que les faltaban miembros, manos o piernas, otras decapitadas o con el abdomen abierto.”

Los medios de comunicación informaron de que decenas de personas estaban siendo atendidas en el hospital tras el último incidente en el controvertido emplazamiento de Rafah. Los funcionarios del hospital de campaña no precisaron quién abrió fuego, pero añadieron que otras 175 personas habían resultado heridas.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dijo que su hospital de campaña en Rafah recibió una “afluencia masiva de víctimas” de 179 personas, 21 de las cuales fueron declaradas muertas a su llegada. “Todos los pacientes dijeron que habían intentado llegar a un lugar de distribución de ayuda”, añadió el CICR, que lo describió como “el mayor número de heridos por arma en un solo incidente desde la creación del hospital de campaña hace más de un año”.

Según las autoridades sanitarias locales, al menos 31 de los muertos fueron trasladados al hospital Nasser. La Media Luna Roja también informó de que otros 14 palestinos habían resultado heridos cerca de otro punto de distribución de ayuda en el centro de Gaza. SEGUIR LEYENDO ACÁ

Uruguay ante el horror en Gaza y Cisjordania


 Por Angel Vera

La catástrofe humanitaria se ha agravado en Gaza bajo el fuego de Israel, un verdadero enclave colonial e imperialista. En efecto, Israel lleva una política sistemática de conquista, ocupación, desplazamiento y apartheid, que intenta eliminar la posibilidad de la constitución de un Estado palestino soberano. Por ejemplo, el 21 de mayo, el primer ministro Benjamín Netanyahu reconoció haber permitido el financiamiento de Hamas desde 2018, para dividir a los palestinos.(más…)

Procesaron con prisión domiciliaria al excomandante en jefe de la Armada Tabaré Daners


 El excomandante en Jefe de la Armada Tabaré Daners fue procesado con prisión domiciliaria en la causa que investiga torturas en el centro de detención clandestino del cuerpo de Fusileros Navales entre 1977 y 1978, según informaron a la diaria fuentes judiciales. La jueza en lo penal de 23°, Isaura Tórtora, dispuso el procesamiento de Daners por cinco delitos de abuso de autoridad contra los detenidos y cinco delitos de privación de libertad contra militantes del Partido Comunista, la Unión de Juventudes Comunistas que fueron detenidos en 1977 y torturados en la sede del Fusna.  SEGUIR LEYENDO ACÁ

Joan Manuel Serrat: "No he esperado a tener 80 años para saber que todo pasa muy deprisa y que hoy eres fuego y mañana olvido"


 
Hablar con Joan Manuel Serrat (Cataluña, 1943) es casi tan bonito como escucharlo cantar.


El cantautor español -para muchos el mejor de todos junto al cubano Silvio Rodríguez- es un gran contador de historias, y es generoso con las anécdotas que comparte.


Hace unas noches lo escuché en una conversación con el escritor nicaragüense Sergio Ramírez en el Teatro Lux de Ciudad de Guatemala y, aunque algunas de las preguntas que le hizo son similares a las de esta entrevista, las respuestas tenían otros detalles, otro tono, otra forma de narrar.


A los 81 años, Serrat tiene una memoria prodigiosa. Va revelando sus recuerdos y pensamientos como si estuvieran dentro de matrioskas rusas o fueran capas de cebollas, ese vegetal que inspiró uno de los poemas más hermosos de Miguel Hernández y que él convirtió en una canción inolvidable.      SEGUIR LEYENDO ACÁ

Conocer el imperialismo, tarea ineludible




Por Marcos Roitman Rosenmann

La caída de los imperios dio a luz el imperialismo. Durante el siglo XX y lo que va del XXI su estructura se ha modificado. Pero su definición sigue vigente. Si nos atenemos a la primera caracterización, Gran Bretaña se estrenaba como faro de la revolución industrial.
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Homenaje a Pepe Mujica en plaza patraix Valencia


 

Mauricio Rosencof le dedicó un poema a José Mujica


 “Si este fuera mi último poema, insumiso y triste, raído pero entero, tan solo una palabra escribiría: compañero”, recitó.

La fuga de Punta Carretas: la noche que “Pepe” Mujica y otros 105 tupamaros se escaparon por un túnel de la cárcel


 Se llamó “Operación El Abuso”, se concretó la madrugada del 6 de septiembre de 1971, y todavía hoy es el mayor escape de presos políticos de la historia. La planificación, la construcción del túnel, las maniobras de distracción y los recuerdos del ex presidente uruguayo, que fue uno de los líderes de la espectacular huida          

Cuando se repasa la vida del ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica, fallecido el martes pasado a los 89 años, su participación como uno de los fundadores del Frente Amplio y, sobre todo, su gestión al mando del país entre 2010 y 2015 ocupan un lugar central en todas las crónicas.

La relevancia política que alcanzó en lo que va del siglo, no solo en Uruguay sino en toda América latina –que contrastó siempre con su estilo campechano y su hablar sencillo-, dejó en un segundo plano otros hechos que en su momento también tuvieron gran impacto.           

De todo el mundo “América Latina está de luto”: así líderes internacionales se despiden de Mujica


La noticia del fallecimiento del expresidente José Pepe Mujica conmocionó a líderes del país y del resto del mundo.

A pocos minutos de que el presidente de la República, Yamandú Orsi, comunicara sobre la muerte del líder del Movimiento de Participación Popular, referentes políticos lamentaron la noticia.

El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, expresó. “Un mundo mejor. En eso creyó, militó y vivió Pepe Mujica. La política cobra sentido cuando se vive así, desde el corazón. Mi cariño más profundo para su familia y para Uruguay. Eterno, Mujica”.       SEGUIR LEYENDO ACÁ

¿Y el futuro dónde está?


 

Vivimos en una época romántica. Esta afirmación puede sonar grotesca ante la brutalidad y el pragmatismo que presenciamos día a día. Con ello, sin embargo, queremos denotar el auge de una sensibilidad romanticista, un movimiento que tuvo su auge en la primera mitad del siglo XIX como una reacción contra la Ilustración, confiriendo prioridad a los sentimientos frente la razón.

La enciclopedia virtual Wikipedia nos informa: “Es propio de este movimiento un gran aprecio de lo personal, un subjetivismo e individualismo absoluto, un culto al yo fundamental y al espíritu del pueblo, frente a la universalidad y sociabilidad de la Ilustración en el siglo XVIII”. Asimismo se destacan entre los principales rasgos de esta corriente la nostalgia de paraísos perdidos, con el consiguiente anhelo de regresar a períodos anteriores falsamente idealizados, la valoración de lo diferente frente a lo común, y la exaltación nacionalista.

En el plano artístico, el Romanticismo abundó en lo exótico y lo extravagante, buscando su inspiración en culturas bárbaras y exóticas o en la Edad Media, en lugar de en la Antigüedad clásica como lo habían hecho el Renacimiento y sus herederas revolucionarias siglos después. Los románticos amaban la naturaleza frente a la civilización como símbolo de todo lo verdadero y genuino. Frente a la afirmación de lo racional, irrumpió la exaltación de lo instintivo y sentimental, lo que quedó fuertemente plasmado, por ejemplo, en el movimiento alemán Sturm und Drang (Tormenta e ímpetu), que puede ser considerado un contrapunto a la expansión de la preeminencia francesa en la cultura europea en tiempos de la Revolución de 1789.

El romanticismo alemán, inicialmente rebelde ante las formas clasicistas reminiscentes del mundo greco-romano, fue utilizado por el nazismo por su glorificación de lo nacional, formando parte del irracionalismo violento que condujo a las tragedias de mitad de siglo XIX.

Las claves de la adhesión a una mirada regresiva

Cuando la imagen de posibles futuros se vuelve oscura o incierta, cuando los cambios acelerados y las necesidades acuciantes asfixian el presente de los individuos y los pueblos, éstos vuelven su mirada a escenarios antiguos en busca de respuestas.

El pasado social, la “vuelta a las raíces”, ofrecen entonces la posibilidad de asideros existenciales que, aunque remotos y ficticios, dan una momentánea tranquilidad a los embates que sufre el alma colectiva.

Este es el germen de la adhesión a una mirada regresiva, que simula ser rupturista, pero que expresa una actitud reaccionaria, sobre todo contra los factores que, según ella, son los causantes inmediatos de la situación que se padece.

De este modo, la virulencia nacionalista y fundamentalista que exhiben algunos de los actuales liderazgos conservadores y el relativo apoyo que concitan, no son sino reacciones a los avances emancipadores conquistados en las últimas décadas en distintos ámbitos. Reacción que, como sucedió en otras épocas, encarnó parcialmente en sectores populares y juveniles, demonizando a grupos sociales (migrantes, militantes políticos, defensores del multilateralismo hoy, comunistas, judíos o gitanos ayer) y a figuras que lideraron cambios favorables para el conjunto social.  SEGUIR LEYENDO ACÁ