.......dice el compañero Raúl Olivera
- 1.- MAESTRO DE MAESTROS. El próximo 20 de julio, frente a lo que fue el domicilio en la Argentina de Gustavo Edison Inzaurralde Melgar, se colocara una placa recordatoria. Se trata de una de las tantas formas de rescatar la memoria de este luchador social, desaparecido cuando tenía 35 años de edad. Gustavo, el próximo 4 de Agosto cumpliría 71 años. Nació en la ciudad de Minas en el Departamento de Lavalleja del Uruguay. Hijo de Alberto Inzaurralde y Pura Melgar. Mientras cursaba sus estudios de Magisterio, fue un activo integrante de la Asociación de Estudiantes de Magisterio. Una vez que se recibió de maestro, se desempeñó a nivel del sistema educativo público y privado, desarrollando actividad gremial desde la Federación Uruguaya de Magisterio filial de la Convención Nacional de Trabajadores (CNT). Formó en sus últimos años en la Argentina, pareja con la ciudadana argentina María del Carmen Posse Merino, con quien tuvo una hija. En 1970 también trabajó en tareas administrativas en la Fabrica Uruguaya de Neumáticos (Funsa). Su militancia política la realizó en la Federación Anarquista Uruguaya, la Resistencia Obrero Estudiantil, la OPR 33 y el Partido por la Victoria del Pueblo. A partir de su actividad docente, contribuyó como uno de los principales protagonistas a la creación de una nueva conciencia en varias generaciones de maestros acerca de lo que debe ser la labor magisterial en el Uruguay. De su influencia, cientos de maestros y maestras uruguayas graduados posteriormente a 1966, testimonian sobre el ejemplo y las ideas desarrolladas por Gustavo, que lo convirtieron en el animador de una transformación en la mentalidad de los estudiantes del Instituto Normal. Desde su actividad gremial en ese Instituto, lideró el enfrentamiento en la Asociación de Estudiantes Magisteriales de Montevideo, a los autos denominados “estudiantes demócratas” que con el apoyo de algunos docentes desarrollaban una clara prédica vinculada a la ideología fascista La labor consecuente y firme de esas nuevas camadas de estudiantes formada al influjo de Gustavo Inzaurralde, permitió derrotar aquellas predicas.. Las generaciones que comprendieron que la realidad del Uruguay, les reclamaba un compromiso con los sectores del pueblo, oprimidos, explotados y amenazados por un oscuro futuro, darán por esos años continuidad a la labor iniciada por Gustavo. A partir de ello, se instalo entre los estudiantes de magisterio y los nuevos maestros, una idea que orientaría posteriormente por algún tiempo su acción en las clases, en las relaciones con los otros maestros; y con los padres de los alumnos: Esa idea que también encarnaría la labor magisterial de Elena Quinteros, de Telba Juárez, de María Emilia Islas, de Yamandú González, de Miriam Ceballos, de Lilian Celiberti, de Sara Méndez, y tantos otros, consistía en no ser maestros al servicio del privilegio, ser maestros al servicio del pueblo. Ese desafío de los estudiantes y maestros, rebelándose contra ese estatu quo existente que pretendía que fueran instrumentos del sometimiento ideológico y cultural del pueblo, fue un crisol en el que se forjo una generación de luchadores sociales. Para esa generación, la labor docente solo podía ser concebida, construida con la verdad, sin claudicar que denunciaba la situación de un país que estaba siendo llevado al abismo por les intereses nacionales vendidos a los monopolios y el imperialismo. Ese compromiso asumido plenamente por Gustavo, le significó terminar varias veces en la cárcel y el apaleamiento en las calles montevideanas, por marchar al frente de las movilizaciones de la Asociación de Estudiantes Magisteriales, reclamando un presupuesto digno y adecuado para atender las necesidades de una autentica formación de los maestros. En las movilizaciones del 68 uruguayo, Gustavo fue torturado en la seccional décima de la policía de Montevideo, donde debieron dejarlo en libertad al no poder probarle ningún delito. En 1970, es nuevamente es detenido y esta vez es procesado por presunta colaboración con la OPR33 y es encarcelado durante 4 meses en el Penal de Punta Carretas. De allí, cuando deben otorgarle la libertad judicial, es retenido por Medidas de Seguridad en una instalación militar de la Armada en Punta Yeguas durante dos meses. Realizando entonces, la “opción Constitucional”, para salir del país.
- 2.- LA EXPERIENCIA CHILENA. Expulsado de su país, es recibido por el Chile de Salvador Allende. Allí, se emplea en una fábrica que construía viviendas pre fabricadas y en un Programas del gobierno chileno de educación de adultos. Desde ese estrecho vinculo con la sociedad chilena, vivió la agitación política desatada a partir del triunfo de la Unidad Popular, y como no podía ser de otra manera se vinculó al sindicato y las organizaciones de base de la Unidad Popular. Esa experiencia, lo llevó a replantearse muchos aspectos de su línea política y consecuentemente con ello, aspectos importantes de la propia línea política de la corriente política libertaria a la que por tantos años integraba. Esos replanteos giraban fundamentalmente en torno a la experiencia de la unidad de la izquierda en el Uruguay a partir de la creación del Frente Amplio. Sacó como conclusión que había sido un error el haberse marginado de la experiencia unitaria de la izquierda que diera origen al Frente Amplio. Esa conclusión la defendió en el Congreso fundacional del PVP en 1975. Poco antes del golpe de Estado contra la Unidad Popular, Gustavo se traslada a la Argentina donde se radica legalmente.
- 3.-LA CONTINUIDAD POR "REENGANCHE". En su libro “Memorias de la resistencia”, Hugo Cores relata que en 1973 y después, en los años de luchas y reorganización que siguieron se dio un fenómeno de continuidad. Ese fenómeno consistía en que algunos compañeros producto de la represión, quedaban un tiempo “fuera de juego”, pero que sin embargo, después de un tiempo en las cárceles, salían y se reincorporaban otra vez a la vida política. Esos compañeros, sostiene Cores, después de haber sido en la mayoría de los casos, salvajemente torturados, se reintegraban a sus compromisos políticos anteriores y eran los que sostenían la estructura partidaria, por ejemplo, en Argentina durante el proceso de fundación del PVP. Dentro de esa nómina se cuenta a Gustavo, a Elena Quinteros, a Telba Juárez, a Alberto Mechoso y Roger Julien, todos ellos desaparecidos o asesinados. Según Cores, el haber cumplido esos ciclos, los dotó de una experiencia y una formación singular que les dio la serenidad y la sangre fría que demostraron tener muchos de ellos, en 1976, ya con la represión sangrienta instalada en Orletti.
- 4.-EN LA ARGENTINA. Una vez en Argentina, Gustavo se acoge a la ley de Amnistía dictada por el entonces Presidente Juan Domingo Perón para todos los refugiados políticos de los países vecinos, pasando a tener radicación y residencia permanente en aquel país. En dicho país, desde la llegada de los primeros compañeros de la FAU, la OPR y la ROE a fines del 73, se había iniciado un proceso de reorganización política. Una parte del activo militante, pese a la dictadura, se mantenía en Uruguay, y otra parte importante en Buenos Aires, donde fundamentalmente se dedicaba a la producción de documentos políticos y de denuncia activa contra la dictadura. dirección política de lo que posteriormente sería el Partido por la Victoria del Pueblo que se constituyó en la Argentina con Roger Julien, Alberto Mechoso, Mauricio, Gerardo Gatti y Hugo Cores, integro a Gustavo a su llegada de Chile. El 2 de julio de 1974, Gustavo participa en una actividad de oposición a la dictadura uruguaya, organizada por el Comité de Uruguayos Residentes “19 de Abril”. Allí, en la calle Méjico al 3000, junto a otros 105 uruguayos, es detenido y procesado por contravención a_ las disposiciones legales sobre extranjeros vigentes en ese momento. Es recluido por espacio de 15 días en la cárcel de Devoto. En opinión de Cores, Gustavo traía la experiencia reciente de la lucha política previa al golpe de Pinochet. Había aprendido de la rica experiencia chilena y era un expositor claro y paciente. En 1975 participo de la fundación del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), en la Argentina. Cuando se iniciaban los trabajos previos a la fundación del PVP, Gustavo elabora y entrega para discutir un trabajo titulado “El cuadro táctico”, con este acápite de Antonio Gramsci: “Crear una nueva cultura no significa sólo hacer individualmente descubrimientos “originales”; significa, también, y especialmente, difundir críticamente verdades ya descubiertas, “socializarlas”, por así decirlo, y convertirlas, por tanto, en base de acciones vitales, en elemento de coordinación y del orden intelectual y moral. El que una masa de hombres sea llevada a pensar coherentemente y de modo unitario el presente real es un hecho “filosófico” mucho más importante y “original” que el redescubrimiento, por parte de algún “genio” filosófico, de una nueva verdad que se mantenga dentro del patrimonio de pequeños grupos intelectuales”
- 5.-EL CÓNDOR. En momentos en que el PVP se aprestaba a poner en práctica las definiciones de su Congreso y se incorporaban a sus filas una parte importante de integrantes de los exiliados uruguayos en Argentina, el 25 de noviembre de 1975, se realiza en Chile una reunión de los servicios de seguridad de los países del Cono Sur, en la que participan integrantes de la dictadura uruguaya. En ella con el fundamento de que la denominada “subversión” con “concepciones políticas – económicas que son fundamentalmente contrarias a la historia, a la filosofía, a la religión y a las costumbres propias de los países de nuestro hemisferio” y que los distintos gobierno “están combatiendo solos o cuando más con entendimientos bilaterales o simples acuerdos de caballeros”, resuelven crear “una coordinación eficaz que permita un intercambio oportuno de informaciones…”. Cuando en 1976 se desata en Buenos Aires la feroz persecución contra los militantes del Partido por la Victoria del Pueblo y otros sectores opositores a la dictadura uruguaya, Gustavo logra escapar a los primeros asesinatos y secuestros. En Argentina, los militares uruguayos con la estrecha colaboración de la dictadura argentina, orquestaron una operación de aniquilamiento del PVP. Sabían que con ello, también golpearían fuertemente a la actividad de la CNT en Buenos Aires. La dictadura sabía que la represión ejercida en el Uruguay había obligado a que miles de uruguayos que integraban los cuadros más experimentados y aguerridos de la oposición se trasladaran al vecino país, algunos manteniéndose en la clandestinidad y otros actuando legalmente. Sobre toda esa colectividad los aparatos de seguridad pusieron sus miras y para ello no fueron un límite las fronteras para que un importante destacamento de militares uruguayos se trasladaran a Argentina, donde a partir de febrero de 1976, con el nombramiento del general Otto Paladino como jefe de la Secretaría de Informaciones del Estado (SIDE), se intensifica una coordinación represiva entre los distintos servicios de seguridad. El Cóndor se instala en los cielos del Plata y el Cono Sur.. Según Nilson Cezar Mariano, “Inspirados en el portentoso cóndor –ave de rapiña que domina los cielos de América del Sur agitando sus alas a seis mil metros de altura – los países del cono sur montaron secretamente una especie de “mercosur del terror” para eliminar a los adversarios de los regímenes milutares que gobernaban a Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay en la década de los 70 y principios de los 80. Con la llamada Operación Cóndor fueron derribadas las fronteras geográficas y políticas para que el terror pudiese circular sin pasaporte. Un diario londinense The Guardian, por esos días escribía en sus paginas que “los activistas capaces de agrupar e inspirar al pueblo a la resistencia contra los militares que tomaron el poder en los años 70 eran sacados del medio uno tras otro, en una operación similar a la ‘operación Fénix’ orquestada por la CIA para eliminar a activistas vietnamitas”. Uno de los primeros ensayos de la coordinación represiva ya se había cumplido en el año 1974, en una operación que se desarrolló varias etapas. Primero la publicidad de supuestos planes para atentar contra Bordaberry, Perón y José López Rega, que justificaron el comienzo de una segunda etapa de allanamientos y detenciones de ciudadanos argentinos y uruguayos. El 24 de febrero es detenido el uruguayo Antonio Viana y es trasladado al Uruguay, al igual que Carlos Rodriguez Coronel, otro uruguayo detenido el 15 de abril de ese mismo año.. En ese marco también son son secuestrados en Argentina los uruguayos Daniel Banfi, Guillermo Jabif y Luis Latronica, cuyos cuerpos aparecen después acribillados a balazos. Y aparecen posteriormente en Uruguay los cadáveres de Floreal García, Héctor Brum, María de los Ángeles Corbo, Graciela Estefanel y Mirtha Hernández, secuestrados en Argentina y desaparece el niño Amaral García Hernández. A partir de marzo de 1976, con la instalación del centro clandestino de detención conocido como “Automotoras Orletti”, los militares uruguayos cuentan con una base de operaciones desde la cual se desarrollará uno de los capítulos más negros de las operaciones del Plan Cóndor. El 28 de marzo, efectivos de la prefectura marítima del puerto de Colonia detienen a tres integrantes del PVP - Ricardo Gil, Luis Ferreira y Élida Vázquez -, que ingresaban a Uruguay intentando introducir propaganda antidictatorial. El 5 de abril de 1976 empiezan a desarrollarse acciones de las fuerzas represivas uruguayas sobre los exiliados en Argentina vinculados al PVP. En ese marco es secuestrado y desaparece Ary Cabrera Prates de su domicilio en la provincia de Buenos Aires. Telba Juarez que había estudiado magisterio con Gustavo fue secuestrada junto a Eduardo Chizzola en Buenos Aires, dos días después, el 19 de abril, aparece muerta de cuatro balazos en el pecho y uno en la cabeza en el barrio de Barracas. De Eduardo no se tendrá noticias y continuará desaparecido hasta el año 2003, cuando se ubica un expediente judicial que documenta su asesinato. El 8 de mayo se produce un sorpresivo viaje del canciller de la dictadura, Juan Carlos Blanco, a Argentina para mantener una reunión con el contralmirante Cesar Guzzeti. Ese viaje, según denunciara el senador Zelmar Michelini, tenía por objeto realizar gestiones para lograr que Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz y Wilson Ferreira Aldunate se alejaran de Argentina. En los primeros días de mayo son secuestrados en Capital Federal los uruguayos Rosario Barredo y Williams Whitelaw junto a sus tres hijos. El mismo día también es secuestrado Hugo Gomensoro, cuando realizaba trámites ante la Dirección Nacional de Migraciones en Argentina, y tres días después, oficiales argentinos y uruguayos secuestran a Blanca Rodríguez de Bessio. Ambos siguen desaparecidos. El 18 de mayo son secuestrados Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz. Al otro día, es secuestrado Manuel Liberoff, quien permanece aun desaparecido. El 20 de mayo son asesinados los legisladores Michelini y Gutiérrez Ruiz y el matrimonio Whitelaw-Barredo. Al otro día aparecen sus cuerpos dentro de un vehículo en la intersección de las calles Perito Moreno y Dellepiane. El 22 de mayo, cuando Juan Raúl Ferreira regresaba a su domicilio en Argentina, es avisado de que lo esperaban policías armados, por lo que la familia de Wilson Ferreira Aldunate se refugia en una representación diplomática. El 9 de junio es secuestro de Gerardo Gatti, en un departamento en el barrio de Núñez, en Buenos Aires, desde donde el PVP coordinaba sus actividades en Argentina. Ese día es también detenida Pilar Nores, otra integrante del PVP que trabajaba junto a Gatti en el apartamento. Luego de una breve estadía en las dependencias de la Policía Federal donde es terriblemente torturado, Gerardo es trasladado a Orletti. A partir de ese momento pasa a ser utilizado en una operación de extorsión por parte de los integrantes uruguayos del Servicio de Información y Defensa (SID), el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (ocoa), y los servicios de seguridad argentinos. Para eso, en la madrugada del 13 de junio secuestran a Washington Francisco Pérez Rossini, un conocido sindicalista uruguayo, quien ser á conducido en reiteradas oportunidades a Orletti a los efectos de hacerlo participar como intermediario obligado entre los militares y el PVP. En tanto, en Uruguay es secuestrada Elena Quinteros el 26 de junio. El 1º de julio secuestran a Enrique Rodríguez Martínez, el 9 Cecilia Gayoso y Mónica Soliño. Torturados primero en dependencias de la Policía Federal Argentina, son posteriormente trasladarlas a Automotoras Orletti. En la noche del 13 y las primeras horas del 14, son secuestrados Margarita Michelini, Raúl Altuna, Ana Inés Quadros, Eduardo Dean, Víctor Lubian, Marta Petrides; Sergio López Burgos, León Duarte,; Enrique Rodríguez Larreta, Raquel Nogueira, José Félix Díaz, Laura Anzalone, Ana María Salvo, Ariel Soto, Elba Rama, Gastón Zina, Edelweis Zhan y Alicia Cadenas. Todos son llevados a Orletti. A últimas horas del 13 de julio la represión llega a la casa donde vivían Sara Méndez , su hijo Simón, de 20 días, Asilú Maceiro y Mauricio Gatti, que en ese momento no estaba allí. Sara y Asilú son interrogadas, torturadas y luego también conducidas a Orletti. El bebé queda en poder de los militares. Mauricio Gatti posteriormente logra salir de Argentina y exiliarse en Europa. Esta operación coordinada en la que participaron los servicios de seguridad argentino y uruguayo dejó, entre otros, el saldo de la desaparición de dos niños que se encontraban en los hogares asaltados. Los niños correrán distinta suerte. En tanto Simón continuará desaparecido durante casi 26 años, Ernesto Anzalone es recuperado poco tiempo después. Después de esa primera tanda de la represión contra el PVP, en la que secuestran a León Duarte, Gerardo Gatti se instala una dirección de emergencia a la que se incorporó Gustavo junto a Alberto Mechoso y Jorge Zaffaroni. Esa nueva dirección, redacta un largo documento, analizando la grave situación en el que si bien se reconocen graves errores anteriores, en el llamado “informe de agosto”, mantienen el llamado a la lucha y a permanecer en la Argentina. Según Cores, Gustavo y los integrantes de la dirección estaban convencidos que los secuestrados en junio y julio del 76, estaban muertos y en función de ello concluían que el golpe sufrido, había sido grave en cantidad y calidad, pues cerca del 50% de los militantes que habían participantes en el Congreso de fundación del PVP, de la casi totalidad” no se ha logrado saber ningún detalle, ni en qué estado se hallan, ni dónde se encuentran, ni si están muertos o vivos. En otros casos, su muerte está confirmada.” Y concluye Cores: “sin embargo, no fueron aquellas tandas de presos los que, en su mayoría, desaparecerían definitivamente, sino los otros, los que a fines de agosto estaban en libertad, empezando por la propia dirección de emergencia”. El 16 de julio, mientras en Orletti torturaban a los uruguayos detenidos, María del Pilar Nores, en poder de los militares uruguayos desde junio, es trasladada a una casa que funcionaba como cárcel clandestina en el barrio Punta Gorda, en Montevid .El 22 de julio, detienen a más militantes del pvp, en Montevideo. El 25 por la noche, 24 de los uruguayos secuestrados en Orletti son trasladados clandestinamente a Uruguay. Al otro día hay más detenciones de gente del pvp en Montevideo. El 22 de agosto los prisioneros de la cárcel de Punta Gorda son trasladados a la sede del sid, en Bulevar Artigas y Palmar. Allí se les obliga a decidir: o aceptan ser mostrados públicamente como detenidos en Uruguay o, de lo contrario volverán a Argentina, donde su destino será la muerte. Los prisioneros aceptan aparecer como detenidos en Uruguay. Los militares proyectan mostrar a la opinión pública la existencia de un plan de invasión al país, que sería neutralizado por las fuerzas armadas, apresando en una casa de un balneario uruguayo y en hoteles céntricos de Montevideo, a los supuestos invasores. Todo eso como parte de una operación destinada a neutralizar una discusión que se desarrollaba en el Congreso estadounidense para la aprobación de la enmienda Koch, y una campaña electoral del Partido Demócrata que manifestaba en su una especial preocupación por las dictaduras del Cono Sur y sus violaciones a los derechos humanos. La eventual suspensión de la ayuda militar estadounidense a Uruguay, según lo dictadura uruguaya, podía ser evitada, si se convencía a la administración norteamericana de que el Uruguay no sólo era amenazado por la subversión comunista, sino que ésta se hacia realidad con esa fingida operación de una invasión armada. Los uruguayos secuestrados en Argentina en julio correrán una suerte distinta a lo que posteriormente será norma: secuestros, traslados clandestinos al Uruguay y posterior desaparición. Factores determinantes en el destino de ese primer grupo de secuestrados en Argentina, fueron además de evitar las consecuencias económicas y políticas de la aprobación de la enmienda Koch, el asilamiento internacional creciente por la reciente ruptura de relaciones con Venezuela por el secuestro de Elena Quinteros y las denuncias efectuadas a raíz de los asesinatos de Zelmar Michelini y Gutiérrez Ruiz. Desde su cautiverio en la sede del sid, los prisioneros del PVP siguen a través de las conversaciones que escuchan los preparativos de otra ola de secuestros de integrantes de PVP que tendrá lugar en agosto, setiembre y octubre en la Argentina. Secuestran a Mario Cruz Bonfiglio,Walner Bentancourt, Miguel Morales von Pieverling, Josefina Keim Lledo de Morales, Juan Pablo Errandonea, Raúl Tejera, Cecilia Trías, Washington Cram, Ruben Prieto, Rafael Lezama, Miguel Ángel Moreno, Carlos Rodríguez Mercader, Casimira Carretero, Segundo Chejenian, Graciela Martínez de Chejenian, Bernardo Arnone y Juan Pablo Recagno. Un desenlace especial tuvieron algunos casos de las familias secuestradas. Roger Julien, Victoria Grisonas y sus hijos Anatole, de 4 años, y Victoria, de 18 meses, desaparecen luego del operativo en el que se los secuestra. Alberto Mechoso y Adalberto Soba son secuestrados y desaparecen, pero las esposas de ambos junto con sus hijos son trasladadas a Montevideo, y son conducidas a la casa de Punta Gorda, donde permanecerán allí hasta la finalización de los operativos en Buenos Aires. Ambas familias son liberadas posteriormente. Por su parte, Jorge Zaffaroni, María Emilia Islas y la hija de ambos, Mariana, son secuestrados y desaparecen. La niña es apropiada por el agente del sid Miguel Ángel Furci. Beatriz Barboza y Javier Peralta son conducidos a Orletti y obligados a viajar posteriormente a Montevideo. A su llegada son detenidos y procesados. Álvaro Nores, es secuestrado y trasladado por a Uruguay, a la cárcel clandestina de Bulevar Artigas y Palmar, donde permanece hasta su liberación, meses después. Con el secuestro de Washington Queiro, el 4 de octubre, terminan las acciones del año 1976 en Argentina contra el PVP. En este marco donde la persecución alcanza a la mayoría de los militantes de su organización política, Gustavo logra que su compañera, María del Carmen Posse embarazada, viaje a Suecia protegida por el gobierno de aquel país. Las gestiones realizadas desde Europa, logran que Suecia también le otorgue asilo a él también. Gustavo, permanecía aún en la Argentina al frente de la diezmada dirección del PVP, y son infructuosas las gestiones de María del Carmen Posse para comunicarle que él también puede viajar a Suecia. Gustavo y otros compañeros del PVP, empiezan a movilizarse para salir hacia Europa por sus propios medios. La situación en Argentina se le hace insostenible, la presencia en la Argentina de numerosos efectivos policiales y militares uruguayos augura la continuidad de la acción del Plan Cóndor.
- 6.- PARAGUAY. EL ESFUERZO FINAL. Gustavo y su compañero Nelson Santana se dirigen a Paraguay con el objeto de proveerse allí de documentación que permita el traslado a Europa de ellos y otros militantes del PVP que aun permanecían en la región. Luego de las desapariciones de Setiembre y octubre del 76, Gustavo era el único sobreviviente de la dirección de emergencia, del PVP. Como principal dirigente en la región, se negó a refugiarse en algún país europeo, como lr recomendaban otros compañeros que ya se encontraban en Europa. Se puso sobre sus espaldas la tarea de intentar avanzar en el relevamiento de las posibilidades de instalar bases de trabajo político en la región, y junto con otros sobrevivientes, enviar a Uruguay materiales de propaganda denunciando el secuestro de los compañeros y convocar a mantener la resistencia. Entre octubre, noviembre y diciembre del 76, organizó varios viajes al sur de Brasil, y hacia las zonas limítrofes con Argentina y Uruguay. En Brasil, En Brasil se contacta con algunos integrantes del P.V.P que habían logrado escapar a la represión que en Montevideo se había producido y que había tenido como resultado la detención de varios militantes y el secuestro de Elena Quinteros de la Embajada de Venezuela. Esas tareas y el repliegue de compañeros hacia Europa, tornaban indispensable dotarse de nuevos pasaportes, cédulas de identidad porque los que se había usado hasta ese momento había caído en manos de la represión, y eso los hacía riesgosos para utilizarlos en la región. Gustavo exploró algunos datos que venían de algunos amigos peronistas, entre ellos el padre de José Luis Nell Tacci, que se encontraba en Paraguay. Asia allí viajó, con un documento falso argentino a nombre de Abraham Vega. Ingresa el 20 de marzo de 1977 por Puerto Stroessner, mientras que Nelson Santana, un joven trabajador de FUNSA, también militante del PVP, bajo la documentación de Jorge Eugenio Monti, ingresa un día despues, por Puerto Falcón. Ambos se alojan en el Hotel Stella de Italia ubicado en las calles Cerro Cora y Estados Unidos de la ciudad de Asunción, donde aprovechando los vínculos que Inzaurralde tenía con militantes peronistas argentinos y probablemente con militantes de la oposición a la dictadura de Strossner lograr, la documentación buscada. La inminente visita a Asunción por esos días del dictador Rafael Videla a su par paraguayo Alfredo Stroessner, habían profundizado las medidas de control en aquel país. En ese marco, el 28 de marzo el Edecán Naval Capitan Osorio logra a través de una mujer la información de que la ex esposa de un militar paraguayo estaba gestionando a cambio de dinero, documentos para unos argentinos. A partir de esa información la policía paraguaya procede a la detención de la ex esposa del militar Nilda León Saniego, de Inzaurralde, Santana y de los ciudadanos argentinos José Nell, Alejandro Logoluso y Marta Landi de Logoluso, el día 29 de marzo de 1977. El 31 de marzo de 1977, a las 10 de la mañana ante el Jefe del Tercer Departamento de Investigaciones de la Policía de la capital paraguaya Pastor Milciades Coronel, comparece Gustavo Inazurralde para responder sobre sus actividades “subversivas” en Uruguay, Paraguay y otros países. Por su parte, el 6 de abril de 1977 a las 10 de la mañana comparece Nelson Santana para responder sobre iguales actividades. Los días 5 y 6 de abril de 1977 en la Dirección de Investigaciones de la Policía de Asunción, se realiza una reunión en la que participan además de personal de la Dirección de Investigaciones de la Policía, integrantes de la Jefatura del Departamento II de Inteligencia del Ejército y personal del Servicio de Inteligencia de la República Oriental del Uruguay . Según el testimonio de otro detenido en las mismas dependencias de la policía paraguaya, Inzaurralde y Santana fueron torturas en los primeros días en la Dirección de Vigilancia y Delitos. Posteriormente fueron llevados a la Jefatura de Investigaciones de la Policía de Asunción, donde hasta su traslado permanecían esposados, sentados en sillas y mirando a la pared. En las noches eran encerrados en la misma celda junto a los otros detenidos a los efectos de la vigilancia. El Coronel uruguayo Carlos Calcagno, entregara a la policía paraguaya variada documentación entre los que estaban los antecedentes de Inzaurralde y Santana y variada información sobre la FAU-ROE-OPR 33 y el PVP. El 16 de mayo de 1977 en un avión de la Armada argentina con matricula del Comandante de la Armada Eduardo Massera, piloteado por el Capitán de Corbeta D´Imperio, trasladan a Gustavo Inazurralde , Nelson Santana , y los argentinos José Nell, Alejandro Logoluso y Dora Marta Landi con destino a la Argentina. Los prisioneros fueron entregados a los agentes de la SIDE José Montenegro y Juan Manuel Berret. El testimonio brindado por Jaime Burgos Valdivia, identifica como responsables en Paraguay de la detención y la entrega de los prisioneros a los represores argentinos y uruguayos, a las siguientes personas: Comisario Jefe de la Jefatura de Investigaciones Alberto Cantero; Jefe de Policía Pastor Milciades Coronel; Ministro de Gobierno Augusto Cesar Montanaro; Oficial 2º de Investigaciones Juan Ramón Caballero; Sub Comisario de Orden Público Federico Galeano Baruja; Oficial 2º de Investigaciones Carmelo Ignacio Baez.
- 7.- LAS DENUNCIAS DE SU DESAPARICIÓN. Conocida la situación ocurrida en Paraguay, comienza una intensa campaña de denuncias y reclamos por su desaparición y la de Nelson Santana. Entre ellas las de su compañera María del Carmen Posse ante el Arzobispo de Asunción Monseñor Ismael Rolón, quien el 5 de octubre de 1977, le responde que había hecho “las averiguaciones pertinentes, y de acuerdo a las informaciones, verídicas o no, llegamos a esta noticia: el joven Gustavo Edison Inzaurralde Melgar, uruguayo, fue trasladado, con otros detenidos por la policía paraguaya, en un avión militar argentino, a Bs. As. y de ahí a Montevideo, él solo”.Ante esa información las denuncias se dirigen ante la Organización de Estados Americanos para que dicho organismo realice una intervención ante las autoridades paraguayas; y otros organismos internacionales.Para ese entonces, había nacido su hija Paula de cuyo nacimiento Gustavo nunca llegó a saber. Las autoridades del Paraguay niegan toda información y la dictadura uruguaya por parte de la Oficina de Prensa de las Fuerzas Conjuntas emite un comunicado requiriendo la captura de Gustavo.El 30 de noviembre de 1977, Amnistía Internacional cursa nota al Dr. Dante Sabini, Presidente de la Suprema Corte de Justicia, dando cuenta que cuando Gustavo Inzaurralde llevaba ya dos meses en territorio uruguayo a donde había sido trasladado desde Paraguay, el gobierno uruguayo solicitaba la captura del mismo. Por esa razón y ante la negativa de las autoridades uruguayas de brindar información, Amnistía Internacional solicita a las autoridades uruguayas que interpongan las acciones que legalmente haya lugar o que permitan que una misión internacional visite Uruguay con el objetivo de investigar y esclarecer en forma definitiva la situación.
- 8.- EL CENTRO CLANDESTINO DE DETENCIÓN “CLUB ATLÉTICO”. El Club Atlético fue uno de los Centros Clandestinos de Detención y Tortura instalados en la Ciudad de Buenos Aires.. Funcionó desde principios hasta fines de 1977 en el sótano de un edificio de tres plantas, ubicado en la Av. Paseo Colón entre Cochabamba y San Juan de propiedad de una dependencia de la Policía Federal. Los prisioneros eran conducidos a dicho centro clandestino en vehículos particulares con los ojos vendados. Al llegar eran llevados violentamente por una escalera pequeña a un lugar subterráneo, sin ventilación, donde se les quitaban todos sus efectos personales, se les ponían grilletes y pasaban a ser identificados mediante una letra y un número y eran interrogación con tortura. El centro tenía dos secciones de celdas, que estaban enfrentadas en un pasillo estrecho, y contaba con tres salas de tortura, baños, y un lugar denominado la “leonera” donde se concentraban a los prisioneros, una enfermería, la sala de guardia y tres celdas individuales. El lugar tenía una capacidad para albergar a unas doscientas personas y, según refieren testimonios por allí habrían pasado entre 1500 y 1800 personas. Una o dos veces al mes una veintena de detenidos eran trasladados con un destino incierto. El grupo represor integrado por fuerzas de seguridad, especialmente de la Policía Federal, y que actuaba en contacto con otros Centros clandestinos operaba fundamentalmente en Capital Federal y Gran Buenos Aires. A fines de los ’70 el edificio fue demolido para la construcción de la Autopista 25 de Mayo. Ricardo Peidro, un argentino es detenido en su domicilio en la noche del 10 de mayo de 1977, y lo conducen al Centro Clandestino de detención conocido como “Club Atlético, dónde es ubicado solo en una de las celdas. En dicho lugar, para ir al baño, lo que ocurría una vez al día solamente, los carceleros los hacían hacer una fila india. El 25 de mayo, fiesta patria argentina, los obligaron a participar en una suerte de acto patriótico, donde se cantó el himno argentino. Al otro día, en la madrugada, sacan a un grupo grande de detenidos a los golpes. Les dicen que serán trasladados a una cárcel legal, la cárcel de Sierra Chica, por lo que los que supuestamente saldrían de ese infierno y serían legalizados, se despiden cantando y tocando la guitarra. Con seguridad, esas personas pasaron a engrosar la nómina de los miles de desaparecidos. Ese mismo día, llevan a la celda de Peidros, a Gustavo Inzaurralde. Ricardo Peidro, declara que estando detenido Inzaurralde le había dicho que “estaban esperando a los militares uruguayos para interrogarlo o decidir sobre su destino”. Al otro día, en la noche del 27 de mayo, a Peidros lo sacan de la celda, lo conducen al garaje y lo suben a un automóvil, en el que lo llevan hasta la esquina de su domicilio, donde lo liberan.El 21 de julio de ese mismo año, en Uruguay, la Oficina de Prensa de las Fuerzas Conjuntas de emite un comunicado requiriendo la captura de Gustavo Inzaurralde.
- 9.- LOS ARCHIVOS DEL TERROR. En agosto de 1989, en un intento de esclarecer el destino de Gustavo y Nelson, los hermanos de Gustavo presentan ante el Fiscal de Crimen del Paraguay, una solicitud para que se presente ante un juzgado de crimen la denuncia sobre la desaparición de Gustavo Inzaurralde. Dicha denuncia finalmente sería presentada ante el Juez Agustin Fernández. El descubrimiento de los archivos del terror de la dictadura paragaya, darían un vuelco al cerco de silencio tendido sobre la desaparición de los dos militantes del PVP. Luis Alonso un integrante de American Watch, envía el 28 de enero de 1993 un fax a Juan Méndez en Washington, con el expreso pedido que su contenido fuera puesto en conocimiento del entonces diputado uruguayo Hugo Cores. El fax, comenzaba así: “Saltó la liebre! Fue encontrado entre los archivos del Departamento deInvestigaciones (policía política Stronista) un informe interno fechado el 9/4/77 que hace referencia al interrogatorio del ciudadano uruguayo Gustavo Edison Inzaurralde Melgar (actualmente desaparecido) en el que participaron”. Y A continuascion da los nombres de todos ellos, incluido el Mayor del ejercito uruguayo Carlos Calcagno. Pocos días después, el 2 de febrero, Luis Alonso en un fax a Hugo Cores le da cuenta de la aparición en la prensa paraguaya del testimonio del ex preso político paraguayo Cesar Baez Samaniego, quien afirma haber visto y hablado con Gustavo cuando se encontraba en poder de la policía paraguaya. Para ese entonces, uno de los participantes en los interrogatorios de Gustavo, el Gral retirado Benito Guanes, ya había sido detenido a raíz de los crímenes descubiertos en los archivos del terror. El 3 de febrero, en un comunicado publico, el PVP denuncia: Se comprobó que Gustavo Inzaurralde y Nelson Santana fueron detenidos e interrogados en tierra guarani hecho que había sido siempre negado oficialmente Aclararon en Paraguay las circunstancias de la desaparición de dos uruguayos durante la dictadura Los documentos hallados por la justicia paraguaya, difundidos por un comunicado del PVP, involucran también al mayor uruguayo Carlos Calcagno como participante en los interrogatorios en Asunción. Inzaurralde y Santana desaparecieron en 1977, luego de ser expatriados en avión hacia nuestro país, de acuerdo con las denuncias de las organizaciones de derechos humanos. Documentos hallados por la justicia paraguaya en una dependencia policial de ese país han comprobado las denuncias sobre la detención en Paraguay en 1977 de dos ciudadanos uruguayos, inmediatamente antes de su desaparición. Las denuncias de las organizaciones de derechos humanos de nuestro país, nunca aceptadas oficialmente por las autoridades, señalaban que ambos fueron embarcados en avión a Uruguay luego de su detención. A partir de ese momento todas las pistas se pierden para siempre. Uno de los documentos secretos menciona también a un oficial del ejército uruguayo, el mayor Carlos Calcagno, como participante en los interrogatorios de los dos detenidos, integrando un “equipo de trabajo” multinacional formado en la policía política del régimen de Stroessner. Se establece en él que en los documentos hasta ahora secretos del Departamento de Investigaciones en poder del juez paraguayo Agustin Fernández, cuyo contenido llegó a manos de la organización de Derechos Humanos América’s Watch, hay pruebas de la detención en tierras guaraníes de Gustavo Inzaurralde y Nelson Santana, previo a su desaparición, en marzo de 1977. Uno de los documentos secretos, fechado el 9 de abril de l977 y dirigido a Pastor Coronel ex jefe del Departamento de Investigaciones (policía política del régimen de Stroessner), actualmente detenido y procesado en Asunción por varios casos de asesinatos y torturas, que es reproducido en el comunicado del PVP, señala textualmente: “Tengo el honor de dirigirme a esa superioridad, con el objeto de elevar a su conocimiento el resumen de las actividades del equipo de trabajo que se constituyó en esta Dirección, los días 5, 6 y 7 de los corrientes, integrado por el coronel Benito Guanes y el teniente coronel Galo Escobar, del II Dpto. del E.M.G., teniente 1º Ángel Spada y sargento Juan Carlos Camicha, de la Jefatura de Área 234; José Montenegro y Alejandro Spada, del SIDE, ambos de la República Argentina y el mayor Carlos Calcagno del Servicio de Inteligencia del Ejército del Uruguay, con relación a los procedimientos efectuados últimamente por esa Jefatura”. “Interrogados minuciosamente cada uno de los detenidos, no aportaron mayormente datos nuevos a los ya conocidos, y que en su oponunidad esa Jefatura ya elevara a la superioridad”. “Lo rescatable del interrogatorio a que fue sometido Gustavo Edison Inzaurralde Melgar, es que actúa dentro del Instituto de Historia, agrupación ideológica y doctrinaria del Partido por la Victoria del Pueblo del Uruguay, pudiendo determinarse que presumiblemente el declarante es el máximo dirigente subversivo del PVP que aún permanece en Sudamérica, ya que los demás al parecer en su totalidad se trasladaron a Europa donde también él pensó viajar, para recibir documentos uruguayos e intentar una nueva infiltración clandestina a su país”. “Los datos surgidos de los archivos secretos de la policía política de Stroessner vienen a confirmar informaciones que en años anteriores se habían recogido, provenientes del arsobispo de Asunción, Ismael Rolón, así cómo de los ciudadanos argentinos Luis NeIly Maria Landi y el boliviano Jaime Burgos”, señala el comunicado del PVP. Dichas informaciones, que daban cuenta que ambos ciudadanos uruguayos habían sido detenidos en Asunción y luego embarcados en un avión hacia Uruguay, fueron sistemáticamente negadas o ignoradas por las dictaduras de la época. Asimismo, añade el comunicado, “aparece el oficial uruguayo Carlos Calcagno como directamente involucrado en el operativo que culminó con la desaparición de ambos jóvenes, oficial denunciado ante la justicia uruguaya por graves violaciones a los derechos humanos en nuestro país”. El 8 de febrero, nuevamente los hermanos de Gustavo, esta vez acompañados de Aurora Scotto la madre de Nelson Santana viajan a Paraguay a radicar nueva querella penal sobre el caso. Un día después, un nuevo Fax de Luis Alonso le informa que luego de la visita que la organización American Watch realizara a Paraguay, habían aparecido nuevas evidencias sobre el caso. Entre ellas los datos precisos de la aeronave que realizo el traslado de los uruguayos y otros argentinos, rumbo a la Argentina. “Asunción, 9 de febrero do 1993 Diputado Hugo Cores: Tras la visita de la delegación de AMERIC.AS WATCH -y en parte a raíz de la misma - surgieron nuevas evidencias acerca del caso de Santana Scotto y de Inzaurralde Melgar. Revisando los documentos incautados del archivo de la policía política estronista, fue hallado un libro de “extranjeros” (detenidos de origen extranjero), donde aparecen los cinco detenidos en el mismo caso: José Nell, Alejandro José Logoluso, Dora Marta Landi, Nelson Santana Scotto y Gustavo Edison Insaurralde Por otra parte, ha aparecido un informe interno de la policía política, firmado por Pastor Coronel (ex jefe del. Departamento de Investigaciones), que en un párrafo dice lo siguiente: “NELSON SANTANA ESCOTTO, GUSTAVO EDISON. INXZAURRALDE, DORA MARTA LANDI, JOSE LUIS NELL y ALEJANDRO LOGOLUSO, fueron enviados a la ciudad de Buenos Aires (R.A.), en fecha 16 de mayo de 1977, en un avi6n Bi –reactor de la Armada Argentina con matrícula 5-7-30-0653.(transcripci6n literal del párrafo). Además tenemos en este momento testimonios de ex presos políticos paraguayos que vieron con vida a Inzaurralde y Santana en el Departamento de Investigaciones, en abril de 1977 (uno de los testigos vive en Asuncion y está dispuesto a declarar antes las instancias que sean necesarias). Le ruego que me avise - vía fax – si decide viajar a Asuncion, y el día de llegada. De ese modo podré avisar al mencionado testigo para que pueda conversar con usted durante su visita a Paraguay. Toda la documentacion a la que hago referencia en esta carta se encuentra en el Juzgado del magistrado José Agustín Fernández, quien procedió a incautar los archivos de la política stronista. Saludos desde Asunción Luis Alonso”. El 18 de febrero, mientras continuaban las detenciones de militares y policías puestos al descubierto por los archivos del terror, Hugo Cores se entrevistaba con el Juez y el Fiscal General: Según declaraba Cores, “los militares paraguayos pensaron que habían creado el tercer Reich de los trópicos”.
- 10.- LA IMPUNIDAD ORIENTAL. El traslado de los ciudadanos argentino que acompañaron la odisea de Gustavo y Santana, origino en la Argentina acciones judiciales que en el 2001 parecieron que podían poner fin a la impunidad de Calcagno que gozaba de los amparos de la ley de caducidad y las generosas interpretaciones del gobierno de Jorge Batlle. La justicia de la Argentina cursó al Uruguay un exhorto para que le fuera tomada a Calcagno una declaración testimonial de Calcagno. El 14 de noviembre de 2001, el juez ordeno al Ministerio de Defensa citar al militar a su juzgado, pero Calcagno, no se presento. El 20 de noviembre, el ministro de Defensa Nacional Luis Brezzo le dio al juez las explicaciones por la no comparecencia del militar. Según el Ministro Brezzo “no correspondería diligenciar” su pedido de ubicar e interrogar a Calcagno “en virtud de afectar necesariamente con ello, principios generales y normas de orden público internacional de la República Oriental del Uruguay”. Tras el desacato de Brezzo, el pedido argentino pasó a la Corte Suprema de Justicia uruguaya, donde se le agregaron constancias administrativas y fue devuelto al juzgado donde se le sumaron una veintena de folios y paso adormir el sueño de los justos. La absoluta falta de colaboración internacional del Uruguay se fundo en las argumentaciones de Brezzo quien interpretó el concepto de “orden público internacional” que , según él, se nutre elementos de “un ámbito privativo de la individualidad y la seguridad de los Estados”. Por lo que concluye que hay “normas y principios esenciales del ordenamiento jurídico del Uruguay” que se ven “ofendidos en forma concreta, grave y manifiesta”. El ministro también cita la ley 15.848, por la cual caducó la pretensión punitiva del Estado, una suerte de combinación entre las leyes de Punto Final y Obediencia Debida sancionadas en la década del 80 en la Argentina. En la causa que se instruia en los tribunales federales porteños, por la cual se pretendió tener las declaraciones de Calcagno como testigo, se investigaba la desaparición en la Argentina de cinco detenidos en el Paraguay –dos uruguayos y tres argentinos- que fueron trasladados en un avión de la marina argentina. La causa 1461, caratulada “Logoluso, Alejandro y otros – Privación Ilegítima de la Libertad”, era instruída el juez Galeano, se anexó posteriormente a la causa más general donde se investigan múltiples violaciones a los derechos humanos en el marco del Plan Cóndor.
- 11.- LA HORA DE LA JUSTICIA EN URUGUAY. El 16 de setiembre de 2010, a raíz de una denuncia radicada por sus hermanos y el PIT/CNT, el Mayor Carlos Calcagno es procesado por la jueza penal de 7mo Turno, Dra. Mariana Mota, quién dispuso el enjuiciamiento con prisión del militar, como coautor de dos delitos de desaparición forzada en reiteración real, pese a que este niega que haya participado en la privación de libertad de Inzaurralde y de Santana y por consiguiente tampoco en la desaparición de éstos. Admite que fue efectivamente a Paraguay entre los días 5 a 7 de abril de 1977 en funciones de coordinación de inteligencia y a fines de poder establecer el destino de la bandera de los treinta y tres hurtada por el grupo subversivo del que Inzaurralde y Santana formaban parte. Niega que haya participado en el interrogatorio y la posible tortura de los prenombrados. Sin embargo la Magistrada, para disponer su procesamiento sostiene que el viaje de Calcagno a Paraguay fue porque Inzaurralde y Santana se hallaban presos y para aportar elementos para el interrogatorio de ellos y en función a la información que se obtuviera definir el destino de los dos uruguayos. Que la intervención del militar uruguayo en Paraguayas se explica como una actividad de coordinación en el marco del Plan Cóndor, de cuya existencia, función y participación de diversos países latinoamericanos ya no es posible negar dada la abundante prueba que se ha reunido en numerosos expedientes judiciales, tanto en Uruguay como en los demás países involucrados ( Argentina, Chile, Paraguay), así como la admisión y detalle de su funcionamiento que varios militares de la época han dado del referido plan coordinador. Ese plan acordado entre los diversos gobiernos permitió intercambiar información, pero también detenidos, todo ello regido por un único y común objetivo; la llamada lucha antisubversiva que se propusieron llevar adelante los regímenes militares imperantes en los diversos países. Este plan, su propósito y su forma de actuar no se puede negar. Que en ese marco operacional, Uruguay participaba activamente, principalmente con Argentina pero también con los demás países, en este caso con Paraguay. Que la actividad que Calcagno desplegó de acuerdo a lo pautado y en función a la finalidad perseguida por el acuerdo internacional mencionado, fue esencial porque, entre los detenidos, se encontraban los dos uruguayos, Inzaurralde y Santana.Y que ellos no eran simples opositores, meros ciudadanos descontentos con la conducción política del momento sino que, eran activos militantes de grupos opositores, declarados ilegales y cuyos integrantes eran perseguidos. Sostiene la justicia uruguaya que la suerte corrida por ellos no fue una situación aislada en el desarrollo de las investigaciones y el ejercicio de las funciones que en ese tiempo desplegaban las fuerzas armadas. Que las conclusiones a que se debe arribar, es que el proceder de las fuerzas de seguridad de la dictadura eran parte de algo orgánicamente estructurado. En ese momento era el propio Estado – en la persona de los integrantes de las fuerzas armadas que dirigían el país- quienes decidieron la suerte de los dos uruguayos. La respuesta de su destino final la tiene en consecuencia los representantes estatales de la época y ello es de conocimiento de Carlos Calcagno, como parte integrante de ese Estado. A la fecha del procesamiento, Calcagno se encontraba detenido administrativamente con motivo del trámite de extradición solicitada por Paraguay. Recientemente Calcagno fallece, sin que la justicia lo condenara. Gustavo y Nelson siguen desaparecidos
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