Miembros del Colectivo homo-musulmán Imaan durante el Gay parade en EE.UU.
El castigo legal para la sodomía ha ido cambiando según las escuelas jurídicas del Islam: Algunas prescriben la pena capital, mientras que otras prescriben un castigo discrecional menor. La homosexualidad es considerada un delito y está prohibida en la mayoría de países islámicos, como en Arabia Saudí o Irán. En algunos países islámicos relativamente seculares o multi-religiosos como Argelia, Túnez o Turquía hay más tolerancia.
A pesar de esto, la temática homo-erótica ha estado muy presente en la literatura clásica del mundo árabe e islámico. En la poesía árabe clásica se celebra muy a menudo el amor masculino, siendo más frecuente que las expresiones de atracción a las mujeres. Algunos de los más importantes poetas árabes, como Abu Nuwas, fueron abiertamente homosexuales. Las mil y una noches, el ejemplo más conocido de la literatura popular árabe medieval, abunda en referencias al amor homosexual:
Me parece ¡oh jeque!, que eres de los que prefieren los jovenzuelos a las mujeres” . Mi amigo sonrió, y dijo: “¡Así es!” Ella preguntó: “¿Y por qué? ¡oh jeque!” [...] “me concederás, ¡oh mi señora! que nada en la mujer puede compararse a las perfecciones de un joven hermoso, a su talle flexible, a la finura de sus miembros, al conjunto de colores tiernos que hay en sus mejillas, a la gentileza de su sonrisa y al encanto de su voz. Por cierto que para ponernos en guardia contra una cosa tan evidente, nos dice el propio Profeta: ¡No prolonguéis vuestras miradas sobre los mozuelos sin barba, porque tienen ojos más tentadores que los de las huríes!
En ello pudo influir la tradicional separación de sexos, que han favorecido que las prácticas homosexuales no sean infrecuentes, aunque a menudo de forma clandestina y bajo un velo de hipocresía.
Algunos exégetas musulmanes insisten en esta aceptación de facto de la homosexualidad hasta bien entrado el siglo XX, en el que la influencia colonial por un lado y el desarrollo de movimientos islamistas y puritanos como el wahabismo saudí por otro, hace de la homosexualidad un acto abominable y un delito.
La persecución de los homosexuales en el mundo islámico es muy reciente, y tiene que ver con la colonización y la influencia de occidente. Existen innumerables pruebas de que hasta la colonización, la homosexualidad era plenamente aceptada. Durante las primeras décadas del siglo XX, el Magreb fue un “paraíso para los homosexuales”, que huían de la puritana Europa en busca de la libertad sexual que se vivía en tierras del islam. En Marruecos, la homosexualidad es considerada un delito tan solo desde 1972, y esto a causa de la influencia saudí.
En Indonesia (el país con más musulmanes en el mundo) jamás ha estado prohibida. La aceptación de la homosexualidad en la historia del Islam está ampliamente documentada, en diferentes épocas y territorios. No era algo oculto o marginal, sino aceptado socialmente. Los estudiosos occidentales de la homosexualidad han destacado con asombro la actitud mostrada hacia este tema en dar al-islam. Merece destacarse la visión de John Boswel sobre la homosexualidad en al-Andalus de sus obras Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad y Las bodas de la semejanza.
Ciertos musulmanes liberales, tales como los miembros de la Fundación Al-Fatiha, aceptan la homosexualidad y la consideran como algo natural, contemplando la condena religiosa como algo obsoleto en el contexto de la sociedad moderna, interpretando que el Corán se manifiesta en contra de la lujuria homosexual, pero no dice nada sobre el amor homosexual.
La escritora lesbiana Irshad Manji ha expresado la opinión de que la homosexualidad es permisible dentro del Islam; sin embargo, esta sigue siendo una opinión minoritaria. En el Shiismo islámico, pensadores como el Ayatolá Jomeini han argumentado a favor de la legalización de las operaciones de cambio de sexo si un hombre se siente mujer, ya que el Corán no menciona nada en contra del cambio de sexo, y de hecho estas intervenciones son legales actualmente en Irán. No obstante, esta última visión es errada respecto a la cuestión sexo/género/orientación sexual ya que los homosexuales no son hombres que desean ser mujeres, sino hombres que aman a hombres. Lo mismo vale para el caso de las lesbianas.
Homofobia en el Islam Latinoamericano
Dada la profunda raíz patriarcal de la sociedad latinoamericana, no es extraño que el Islam, si bien de reciente aparición en la percepción pública, haya encontrado en su versión más conservadora, misógina y homofóbica, un terreno favorable para desarrollarse. Sobre todo considerando que la gran mayoría de las mezquitas latinoamericanas son financiadas y patrocinadas por Arabia saudita.
Las interpretaciones del Corán y la Sunna (Registro de los dichos y acciones del Profeta Muhammad), que restringen la participación de las mujeres y los LGTB en la vida de la comunidad islámica, se nutren del discurso de exclusión y subalteridad pre-existentes en Latinoamérica. En este continente de “Meros Machos” no hay espacios de equidad para las mujeres y los gays, ni para nadie que cuestione el status-quo de los roles de género y orientación sexual.
El Islam latinoamericano, tanto en su versión sunni como shiita, tiene un discurso oficial homofóbico, aunque no siempre evidente, que niega la posibilidad de los homosexuales de ser musulmanes a no ser que “se arrepientan” o escondan su condición. Esta “prédica de la discriminación” refleja el discurso oficial de la sociedad en general y refuerza el machismo de parte del establishment, lo que facilita la reproducción de estereotipos por parte de las personas y medios de comunicación, además de brindar una justificación de los crímenes de odio al elaborar un razonamiento que normaliza aún más la exclusión y la violencia.
Esta argumentación no es patrimonio exclusivo del Islam sino que constituye la postura oficial de las Iglesias Monoteístas respecto a la inclusión LGTB. La Iglesia católica chilena, por ejemplo, ha declarado oficialmente a la homosexualidad- y con ello a los homosexuales- como fuera de la naturaleza humana.
Respecto a esto último, creo que es muy importante que comprendamos que no hay diferencia entre castigar la condición de una persona y la persona misma. Cuando se habla de prohibir o castigar la homosexualidad, estamos hablando de prohibir y castigar personas. Por lo tanto, expresiones como “Yo no soy homofóbico, pero un homosexual no puede ser musulmán” o “Yo no defiendo a los homosexuales, pero condeno la homofobia” no son expresiones de tolerancia ni inclusión y no deben ser valoradas como tales, sino como hipocresía.
Testimonios de Musulmanes Homosexuales en Latinoamérica
Para graficar lo anterior, les invito a leer algunos testimonios de los y las musulmanes LGTB respecto a su lucha por la inclusión en el Islam que recogí :
“Desde joven me he reconocido como homosexual y nunca me sentí incluido en la religión evangélica, a la cual pertenece mi familia. Mis padres no saben que soy homosexual y he tenido un par de relaciones románticas en mi vida. Llevaba algunos meses leyendo sobre el Islam por mi cuenta cuando me atreví a acercarme a una mezquita para hablar con el Sheikh. Una de las primeras cosas que le pregunté fue sobre la homosexualidad. Me dijo que no podía ser homosexual y musulmán, que tenía que elegir. No entiendo cómo puedo hacer eso. Yo NO ELEGI ser Gay, yo SOY gay. No puedo separar mi vida de mi espiritualidad. Al final decidí seguir estudiando el Islam por mi cuenta. Si bien me identifico como musulmán, no me gusta participar en la comunidad, porque siento que estaría mintiéndome a mí mismo y a los demás, sin poder ser quien soy.”
Hassan, 27 años, Uruguay
“Le temo a las reacciones de la comunidad si digo que soy gay. Me da miedo la violencia. En este país ser públicamente gay es exponer tu vida. Más si eres musulmán y no perteneces a una clase social privilegiada. Te pueden agredir por una u otra cosa. Las mezquitas no ayudan en nada. Los Imames son tan homofóbos como los políticos o el ciudadano promedio. Yo sé que eso no es Islam. Yo sé que el Islam es paz, es libertad, es misericordia. Pero ¿Qué sería de mí si salgo del closet y no tengo apoyo? Hay mucha hipocresía. Nadie admite su homofobia pero nadie hace nada para evitarla tampoco. El silencio es aceptación. No es justo.”
Yasser, 21 años, Chile
“Algunas personas de mi confianza conocen mi orientación sexual. Varios de ellos son musulmanes progresistas. Al igual que yo, están excluidos de la vida comunitaria. Las mezquitas son lugares de reunión de gente reaccionaria. Sufro mucho por ser musulmán y homosexual, te lo digo honestamente. A veces me pregunto porque la gente es tan malvada. A veces me pregunto ¿qué m… hago en el Islam? ¿Por qué hay que soportar tanta amargura? Me preocupa que en el Islam la intolerancia y la violencia contra los gays se hayan institucionalizado y sean vistas como actitudes recomendables.”
Rahman, 20 años, México
“Te discriminan en todos lados. No es fácil salir del closet porque la vida te puede cambiar para mal. Desde lo que pasó con Daniel Zamudio yo lo pienso dos, tres, mil veces. Y no me atrevo. No quiero ver sufrir a mi familia. Puedes pensar que la vida espiritual puede darte cierta paz pero no es así. Hasta ahora, eso es privilegio de heterosexuales. Yo creo en Allah con todo mi corazón, creo que me acepta como soy, pero la realidad es diferente. En la realidad hay personas que traen sus prejuicios a la religión y los socializan como doctrina religiosa.”
Fouad, 24 años, Chile
“¿Sabes dónde yo he podido expresarme con libertad sobre mi orientación sexual y mi religión? En las redes sociales. He encontrado mucha gente en Facebook con el mismo problema: No tienen a nadie más con quien hablar que aquellas personas que no les conocen. Mi manera de sobrevivir en la comunidad es cumplir a cabalidad con el estereotipo de mujer musulmana. Así, al pie de la letra, como lo describen los libros salafis: Con hiyab, abaya y guantes.”
Amal, 32 años, Argentina
“Ser gay en un contexto musulmán no es nada fácil, ni siquiera en occidente donde hay relativamente más apertura con respecto al tema. Yo me di cuenta de que era gay desde los 12 años; a los 19 años que tuve mi primer experiencia homosexual y apenas hace un par de años que comencé a ser abierto respecto a mi orientación con algunos amigos y miembros de mi familia.
Hubo un momento en el que me deprimía muchísimo, llegué a pensar que el islam no era para mí, pero investigando por Internet en algunos foros y contactando con musulmanes homosexuales y activistas de varias partes del mundo pude cambiar mi panorama…ahora sé que siempre ha habido homosexuales en el mundo musulmán, actualmente muy perseguidos, pero anteriormente famosos e inclusive respetados, eso me hace preguntarme ¿Qué ha pasado estas últimas décadas con el ambiente social del mundo musulmán? a pesar de la represión y la homofobia hay una serie de factores muy interesantes que me han hecho notar que la vida homosexual puede ser tolerada y aceptada por los musulmanes de un modo asombrosamente natural”.
Yussuf, 21 años, México
¿Cuánto hay de cierto en que los LGTB no pueden ser musulmanes? Cuando se afirma esto lo que se está diciendo es que no son humanos, lo cual contradice la realidad. Toda la humanidad es la comunidad de Allah y toda la Creación es una Mezquita. Hay deshumanización en negar la naturaleza humana sólo porque no corresponde a las construcciones culturales basadas en el binomio sexo-género. Hay discriminación en negarles, por la misma razón, el derecho a establecer una relación con la divinidad tal como son. Estas actitudes son fuente de violencia.
La discriminación y el odio contra las personas LGTB no es un problema de identidad y orientación sexual, sino social. No es un conflicto planteado por los LGTB sino por una sociedad que los convierte en un problema, debido a los marcos referenciales basados en el binomio género/sexo. La Homofobia es un problema heterosexual. Podemos ser parte del problema o de la solución.
El activismo contra las injusticias sociales es un deber de los y las musulmanes, ya que se nos ha encargado combatir la injusticia, denunciarla y rechazarla con todo nuestro corazón. Este es un compromiso ético ineludible en razón de nuestra responsabilidad en la construcción de la paz y la justicia social. La paz no puede existir sin la justicia social. La paz es la voluntad firme y continuada de poner toda nuestra capacidad en la construcción de una convivencia basada en la equidad y en la diversidad.
Si somos creyentes en el Islam como una ética de Paz, entonces una posición fuerte contra la discriminación de todo tipo es un deber para todo musulmán.
Tomado de: Mariposas en la Tormenta
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