Zapatero a los 14 años, sindicalista, dirigente del PCU, legislador durante 18 años (10 como senador), fundador del Frente Amplio
En momentos en que el PCU culmina su XXX Congreso, Ideario recuerda la señera figura de Enrique Rodríguez (1910-1990), nacido en un conventillo, zapatero remendón desde la adolescencia, militante de su sindicato, líder de la UGT (1942), junto a José D´Elia; y como comunista, integrante de su dirección, parlamentario durante 18 años, que supo decir, en las horas previas del golpe de junio de 1973, al intervenir en la última sesión el Senado, que en la nueva coyuntura: “La clase obrera, no fallará”.
“Enrique Rodríguez era una especie de tribuno popular respetado y querido por los obreros, fuera y dentro de su Partido (Comunista)”, señala el historiador Gerardo Leibner en una de las mas importantes obras de investigación realizadas sobre el PCU, a lo largo de 11 años, en la Universidad de Tel Aviv (“Camaradas y Compañeros. Una historia política y social de los comunistas del Uruguay”, 2011, 632 páginas).
En ese estudio riguroso, emerge con esplendor, este obrero del calzado desde los 14 años, nacido en un conventillo del barrio Sur de Montevideo, autodidacta, que cultivó su voz en el coro de la Iglesia de la Aguada -donde fue hasta monaguillo- militó en el sindicato del Cuero, y en los inicios de la década de 1940, fue el secretario general de la nueva central Unión General de Trabajadores (UGT). El prosecretario de la UGT, era José D´Elía, el portaestandarte de la reunificación sindical en los años 60 (Convención Nacional de Trabajadores, CNT).
Enrique Vicente Rodríguez Aneiro, después de conocer el pensamiento de Marx y de Lenin, decidió en 1931 afiliarse al PCU (en el mismo momento en que lo hizo Rodney Arismendi), donde su carisma personal, impactó (inteligente, astuto, gran orador, con una “calidez”, como subraya Leibner, que generaban el inmediato afecto de sus compañeros).
En pocos años, aquel zapatero se convirtió en miembro del Comité Central, y en diputado por Montevideo (ver cronología de su vida). En la Cámara de Representantes, su presencia llamó la atención desde el primer día.
Entre 1948 y 1955, Rodríguez conoció el ostracismo dentro del PCU. Eugenio Gómez -por entonces secretario general- después, desplazado por “desviaciones” y un grotesco “culto a la personalidad”, lo marginó por “celos” ante su creciente prestigio (según Leibner, que consultó muchas fuentes de la época), colocándolo al frente de un seccional. Fue agraviado. Querían que se fuera, pero Rodríguez continuó militando. Ese era el “partido de la clase obrera”, y él era un “obrero consecuente con los intereses de su clase”. El pequeño partido, vivió muchas crisis con purgas, y redujo su papel en la sociedad.
En 1955, se produjo un giro radical con Arismendi y José Luis Massera a su frente. Ese es el origen de un partido de cuadros y de masas, con otra teoría de la revolución uruguaya. En ese momento, muchos de los “sancionados” por Gómez recuperaron sus posiciones. Entre ellos estuvo Enrique Rodríguez, que pasó al Comité Ejecutivo y al Secretariado. Fue el responsable de la Comisión Nacional de Propaganda. Después, codirigió el nuevo diario “El Popular” (1957), y regresó al Parlamento, en diciembre de 1959. En las tres legislaturas siguientes, se transformó en “senador nacional”.
Por esos años, llegó a la radio que nunca más abandonó. Pasó a ser “el principal orador radial del partido” (Leibner, 264). En CX 30 Radio Nacional, tuvo una audición diaria de comentarios políticos (“Habla la Izquierda”), cuyas grabaciones eras retrasmitidas en horas de la noche. Durante el exilio, tras el golpe de 1973, volvió a tener a su cargo un espacio en radio Praga (onda corta), que era muy escuchado en Uruguay. Al regresar, reasumió su audición en la emisora de Plaza Independencia.
En 1962, surgió el Frente Izquierda de Liberación (Fidel), una coalición que unió al PCU, con disidentes de los partidos tradicionales, como el diputado Ariel B. Collazo, que era blanco. En esa circunstancia, Rodríguez accedió al Senado (El Fidel, sacó un senador y tres diputados). En las elecciones siguientes (1966), resultó reelecto en la Cámara Alta.
En la etapa pachequista (desde 1968 con las Medidas de Seguridad), la escena social se puso al rojo vivo, con un creciente autoritarismo gubernativo y la aplicación sistemática de una política económica ajustada a los intereses de la rosca oligárquica y el imperialismo, resistida por los sindicatos, y un amplio arco político opositor. En es marco de violencia, se radicalizaron todas las posiciones.
Es por esos años, que va madurando la idea de crear un frente amplio, “sin exclusiones”, como “fuerza pacífica y pacificadora”, que finalmente surgió el 5 de febrero de 1971, el año de las elecciones. Ese día, en el Palacio Legislativo, delegados de numerosos partidos y grupos políticos (algunos tras su ruptura con los Partido Nacional y Colorado), crearon el Frente Amplio. Uno de los seis delegados del PCU en esa ceremonia fue Enrique Rodríguez, cuya presencia en la Mesa Política del FA, fue muy importante en 1972 y 1973, como lo recordó el general Líber Seregni (ver recuadro).
Tras el golpe, y a partir de 1974 Rodríguez y su esposa Sonia Ekstein, (con quien se había casado siendo muy joven,) se radicaron en Europa (en la ciudad de Praga), donde el veterano dirigente político se constituyó en un permanente animador de la resistencia, haciendo viajes constantes a distintos países, a través de sus programas de radio, llegando a editar un libro sobre el movimiento obrero uruguayo, que publicó en España, en 1980 (redactado mientras cuidaba a su esposa, en un hospital).
En octubre de 1984, en plena apertura, retornó a Montevideo. En 1985, el PCU fue legalizado, y comenzó un proceso de reconstrucción. En todo ese ciclo, la figura de Rodríguez resultó gravitante. Era el exponente de la “vieja guardia”, que intentaba ayudar a encontrar las síntesis conciliadoras y las fórmulas armoniosas. Lo mismo ocurrió en los debates suscitados en el marco del XXI congreso del PCU (1988) en plena “perestroika” y “glasnot” en la Unión Soviética. En setiembre de 1990, cuando estaba cerca de cumplir los 80 años, su larga batalla contra una enfermedad cardíaca que arrastraba desde hacia tiempo, llegó a su final. Murió, y en el Senado, convocado especialmente al día siguiente para rendirle homenaje, legisladores de todas las bancadas lo evocaron con mucho respeto. Uno de los más elocuentes, fue el batllistas Carlos W. Cigliutti, que lo definió como “un patriota integral, que sentía las peripecias del país al cual amaba”, en duros, intensos, combates.
Enrique Vicente Rodríguez Aneiro
1910 Nació un 9 de setiembre en un conventillo del barrio Sur (Montevideo). Hijo de Vicente y de Carmen. Se casó siendo muy joven con Sonia Ekstein, fallecida durante el exilio (1974-1984).
1924 Zapatero. Militó en el sindicato del cuero cuya secretaría general llegó a ocupar.
1931 Se afilió al Partido Comunista (PCU).
1936 Miembro del Comité Central del PCU.
1942 Secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), cuyo prosecretario era José D´Elía.
1945 Asistió en París a la fundación de la Federación Sindical Mundial.
1946 Electo diputado (1947-1951). El PCU obuvo 4 bancas por Montevideo: Antonio Richero, Enrique Rodríguez, Rodney Arismendi, Héctor Rodríguez.
1948 Desplazado de sus principales responsabilidades partidarias durante el ciclo autocrático de Eugenio Gómez como secretario general del PCU.
1955 Intervino en la renovación del PCU liderada por Arismendi y José Luis Massera. Ingresó al
Comité Ejecutivo y al Secretariado del PCU como responsable de Propaganda.
1957 Codirector del diario “El Popular”. Dirigió una audición diaria en CX 30, Radio Nacional (“Habla la Izquierda”).
1959 El 23 de noviembre asumió como titular una banca de diputado, hasta el final del período (1963), al renunciar Enrique Pastorino. El PCU tenía 2 diputados (el otro era Arismendi).
1962 Electo senador (1963-1967), por el nuevo Frente Izquierda de Liberación (Fidel) que sacó 1 senador y 3 diputados.
1966 Reelecto senador (1967-1972) por el Fidel (1 senador, 5 diputados)
1971 Es uno de los fundadores del Frente Amplio (5/2). Reelecto senador por el sublema del Fidel. Integró la primera bancada del FA junto a Zelmar Michelini, Francisco Rodríguez Camusso, Juan Pablo Terra, Enrique Erro.
1973 Golpe de Estado. La dictadura ilegalizó a la izquierda y a la central sindical (CNT).
1974 Exiliado en Europa (Praga), realizó constantes viajes y dirigió un programa radial por onda corta para Uruguay.
1980 Editó en España el ensayo: “Raíces de la madurez del movimiento obrero”.
1984 El 19 de octubre regresó a Montevideo.
1985 Intervino en la reconstrucción del PCU. Volvió a su audición radial diaria.
1988 Publicó “Un movimiento obrero maduro” (Ediciones Pueblos Unidos, 312 páginas), que reúne varios trabajos suyos, algunos de la década de 1970.
1990 Murió el 8 de agosto a raíz de una crisis cardíaca, estando internado en la mutualista Midu (Montevideo).
GRAN TRIBUNO DE LA CLASE TRABAJADORA
“Para el movimiento sindical , renacido en la década del 40, Enrique Rodriguez fue el mayor tribuno popular, el orador capaz de capturar y mantener la atención de públicos de más de cincuenta mil personas; con un lenguaje muy criollo y entrador.
Tal vez, estos notable méritos oratorios, la espontaneidad de su comunicación con su clase y con su pueblo, determinaron inquinas, persecuciones y desplazamientos que padeció, aceptó y superó (se refiere a la etapa de predomino de Eugenio Gómez en el PCU, previa a 1955).
(…) siempre en la lucha, siempre del lado de su pueblo; con aciertos y con errores, como todos, pero siempre apuntando al futuro. Era uno de los que Bertolt Brecht calificó como los imprescindibles. Así lo siento, y conmigo todo el equipo de Brecha.
Héctor Rodríguez (*), nota publicada en la edición de Brecha del 10 de agosto de 1990.
(*) Fue sindicalista y compañero de Enrique Rodríguez en la Cámara de Diputados en la década de 1940. Expulsado del PCU en 1951. Los dos fueron fundadores del Frente Amplio en febrero de 1971.
SEREGNI: SU EJEMPLO, NOS SEGUIRÁ ACOMPAÑANDO…
El 8 de agosto de 1990, al finalizar la sesión de la Mesa Política del FA que le tributó su homenaje, el general Líber Seregni, dijo que Enrique Rodríguez era un ejemplo que recogió “el cariño y la adhesión de sus compañeros”, y el “respeto” de sus adversarios políticos.
“No me puedo olvidar de su participación en aquellas reuniones de la Mesa Ejecutiva (del FA), en la sede de la calle Julio Herrera y Obes, en momentos e instantes tan difíciles como fueron (los) años 71 a 73, y su actuación después del golpe (de junio de 1973), fuera de fronteras, con su voz de aliento desde Radio Praga para la resistencia interna”.
Tomado de: República.com.uy
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